Monografias.com > Uncategorized
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Psicoterapia cristiana -sanación interior (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Yo te perdono (y/o me reconcilio contigo) también por las dificultades, problemas económicos, castigos, ya que pensaba que Tú los enviabas a mí y a mis familiares. Señor, es posible que de niño haya guardado estos resentimientos, pero, ahora yo te perdono (y/o me reconcilio contigo).

Señor me perdono A Ml MISMO por mis pecados, por mis faltas y mis caídas. Por todo lo que es verdaderamente malo en mí por todo lo que pienso que es malo, me perdono a mí mismo.

Me perdono. Por tomar tu nombre sin necesidad, y por no adorarte como Tú te mereces.

Por haber herido a mis padres, por emborracharme, por drogarme, por mis pecados contra la pureza, por adulterio, por aborto, por robar, por mentir, por todo esto me perdono sinceramente. Gracias Señor por Tu gracia en este momento.

Yo perdono sinceramente a mi MAMA. Yo le perdono todas las veces que ella me hirió, me causó resentimiento, que se enojo conmigo y todas la veces que me castigó, le perdono las veces que ella prefirió a mis hermanos y a mis hermanas en vez de mi. Le perdono las veces que me dijo: "tonto", "feo", "estúpido", "el peor de todos mis hijos" y porque dijo que le costé mucho dinero. Por las veces que ella me dijo que no era deseado, que vine a este mundo por accidente o que no era lo que ella había deseado, que fue una equivocación yo la perdono de todo corazón.

Yo perdono a MI PAPA. Le perdono por las veces que no me ayudó por su falta de amor, afecto y atención. Le perdono por su falta de tiempo y de no estar conmigo dándome su compañía. Le perdono sus hábitos de beber, sus discusiones y peleas con mi mamá y con mis hermanos. Por sus castigos severos, por abandonarnos, por haberse alejado de casa, por divorciarse de mi mamá y por las veces que prefirió estar fuera de casa. Yo lo perdono.

Señor, quiero que mi perdón llegue a mis HERMANOS Y HERMANAS. Perdono a los que me rechazaron, mintieron acerca de mí que me odiaron y me guardaron rencor, a los que me hirieron física y espiritualmente rivalizaron por el amor de mis padres. Aquellos que eran demasiado severos conmigo y me castigaron y que de alguna manera me hicieron la vida desagradable. Yo los perdono.

Señor, yo perdono a Ml ESPOSA (o), por su pérdida de amor, afecto, consideración, apoyo, atención, comunicación; por sus faltas, sus errores, sus debilidades, sus acciones y palabras que me hirieron y me molestaron.

Jesús, perdono a MIS HIJOS por sus faltas de respeto, obediencia, amor, atención, apoyo, afecto y comprensión; sus malos hábitos, el no querer ir a la Iglesia y todas las males acciones que me molestaron.

Dios mío, perdono a mi YERNO Y A Ml NUERA y a otros parientes políticos que trataron a mis hijos sin amor. Por todas sus palabras, pensamientos, acciones y omisiones que me hicieron daño y causaron dolor, yo les perdono Señor.

Señor, ayúdame a perdonar a mis PARIENTES, mis abuelitos y abuelitas que hayan interferido en mi vida familiar, que hayan sido posesivos en relación a mis padres, quienes pudieron haber causado confusión o hecho que uno de ellos esté contra el otro.

Jesús, ayúdame a perdonar a mis COMPAÑEROS de trabajo que me desagradan y que me hacen la vida molesta. A aquellos que me recargan de tareas, que me critican, que no cooperan conmigo y a los que se esfuerzan por quitarme mi trabajo, yo les perdono Señor. También perdono a mi OBISPO, A Ml PÁRROCO, A Ml IGLESIA, A Ml COMMUNIDAD por su falta de apoyo, su mezquindad, falta de amistad, por no alentarme como debían, por no ser una inspiración para mí, por no ponerme en puestos en que yo me sentía capacitado, por no invitarme a servir en tareas que yo creía que podía ser útil y por todas las heridas que me causaron, yo les perdono en este momento Señor.

Señor, yo perdono a todos los PROFESIONALES que en alguna forma me ofendieron: doctores, enfermeras, abogados, policías, empleados de hospitales, por lo que me hayan hecho, yo les perdono hoy día.

Señor, yo perdono a mi JEFE por no pagarme lo debido, por no apreciar mi trabajo, por no ser bondadoso y razonable conmigo, por tener mal carácter, ser poco amistoso, por no darme un puesto mejor y no felicitarme en mi trabajo cuando lo merecía.

Señor perdono a mis PROFESORES E INSTRUCTORES tanto del pasado como del presente. Aquellos que me castigaron, me humillaron, insultaron, fueron injustos conmigo, se burlaron, me dijeron tonto, estúpido e hicieron que me quedara después de clase.

Señor, yo perdono a mis AMIGOS que hablaron mal de mí, que perdieron contacto conmigo, que no me dieron apoyo, que no estuvieron disponibles cuando yo les necesitaba, a los que les presté dinero y no me devolvieron, a los que me criticaron.

Señor Jesús, yo oro en forma especial para obtener la gracia de perdonar a LA PERSONA QUE ME HAYA OFENDIDO MAS. Yo te pido poder perdonar a quien considero mi peor enemigo, al que me cuesta mas perdonar o por el que digo que nunca le perdonaría.

Gracias Señor, porque Tú me libras del mal y me ayudas a perdonar. Gracias por Tu amor y paz. Haz que Tu Espíritu Santo ilumine todos los rincones de mi mente. Amén.

5.1.8. El descanso en el Espíritu.

Definición. El verdadero descanso del Espíritu es un don carismático, otorgado a uno o a varios para trasmitir a otros una cierta protección de Dios, con lo que se alimentan la fe, la paz interior, la inteligencia de las enseñanzas recibidas y se facilita la práctica de la vida cristiana, al suprimirse bloqueos o resistencias más o menos conscientes a la acción del Señor, lo cual a veces se expresa o se visualiza con un rendimiento ante Dios que conlleva la pérdida pasajera del equilibrio corporal, deslizándose suavemente hacia el suelo o sobre el asiento que se ocupa, con una cesación pasajera del movimiento corporal y local.

  • La consejería cristiana o acompañamiento espiritual

DEFINICIÓN Y PRINCIPIOS DE LA CONSEJERIA CRISTIANA

Por Raúl García

¿Qué es aconsejar?

La mayoría de las personas buscamos ayuda en otros: las madres primerizas, en el trabajo, cuando tenemos que tomar una decisión, una pareja en su relación, un alumno, un desempleado, etc. Las frases "si yo fuera tú", "esto mismo me pasó a mí", "has pensado que…?, etc., indican que alguna forma de ayuda ha comenzado. La ayuda es un proceso que puede y debe ser ampliamente usado en una comunidad o en un grupo y no sólo es prerrogativa de "técnicos especializados". La relación de ayuda puede tener lugar en una variedad de contextos y circunstancias (amistad, organismos, empresas, la iglesia, etc.). Puede dirigirse a un individuo, a un grupo o a un problema específico. El que ayuda puede tener que trabajar con un individuo, un grupo, una familia, una organización o una comunidad. Hay una gran variedad de formas de ayudar, una gran variedad de estrategias, no una única forma, por lo que se utilizarán las más adecuadas para cada situación.

La iglesia y la consejería

Una de las tareas de la iglesia es la de ayudar a las personas. La iglesia es un cuerpo en el que sus miembros deben preocuparse los unos por los otros, compartiendo sufrimientos y alegrías (1Cor 12:24-27; Rom 12:15). La palabra para aconsejar en el NT es "paráklesis" (que significa aliento, súplica) procede del verbo "parakaléo" (llamar a alguien al lado), que se puede traducir por "rogar", "suplicar", "aconsejar" y "consolar" (Rom 12:8). La tarea de aconsejar es corporativa, se nos pide que nos edifiquemos unos a otros, que nos amonestemos, alentemos a los de poco ánimo, sostengamos a los débiles y seamos pacientes para con todos (1Tes 5:11,14).

Todos somos responsables de restaurar con espíritu de mansedumbre a aquellos que han caído en pecado, de sobrellevar los unos las cargas de los otros y de hacer el bien a todos en la iglesia y fuera de ella (Gal 6:1-2,10). Debemos ser misericordiosos, benignos, humildes, mansos y pacientes. Soportándonos y perdonándonos los unos a los otros (Col 3:12-14).

En última instancia, los objetivos de la consejería cristiana son "presentar a Cristo a todo hombre maduro" (Col.1:28). La meta del consejero cristiano es que la persona que esté a su cuidado madure, no que sea más feliz o autosuficiente, meta de la consejería no cristiana. En Ef.4:13-15, se enfatiza el crecimiento en todos los aspectos, es decir, favorecer el desarrollo intelectual, moral y espiritual de la persona. Aconsejar no es dar consejos, es acompañar a una persona en el proceso de encontrar alternativas positivas y creativas a sus problemas, modificar pensamientos, sentimientos, actitudes y comportamientos perjudiciales para él/ella y para su ambiente.

Las características básicas que debe tener el que ayuda, según Carl Roger, son:

1. Empatía, el poder o la capacidad de imaginarse uno mismo siendo otra persona, para así compartir sus ideas y sentimientos. Esta palabra es de acuñación moderna, en la Biblia se habla de "metriopathein" (tener compasión) -cf. Heb 5:2. La empatía tiene que ver con la capacidad de escucha. Bonhoeffer decía: "Muchas personas están buscando un oído que escuche. Frecuentemente no lo encuentran entre los cristianos, debido a que son inclinados a hablar, sin embargo el que ya no puede escuchar a su hermano, pronto ya no podrá escuchar tampoco a Dios." Además, sugirió que "alguien que no puede escuchar pacientemente y durante tiempo prolongado, sino que mientras escucha está hablando, no es de mucha ayuda.".

2. Calidez, aceptar a la persona tal como es, valorarla por lo que es. El modelo nos lo da Jesús que aceptaba a los marginados sin importarle la opinión de los "religiosos" de su época (Mc 2:14-17; Lc 7:36-50). Ser genuino, ser auténtico, uno mismo, comunicarse abiertamente, no utilizar máscaras (profesionales o eclesiales), ni estar a la defensiva.

A modo de ejercicio sería bueno seguir los pasos de Eliú en su diálogo de consejería con Job (G. Collins). Muchos consejeros intentaron antes ayudar a Job pero fracasaron. Eliú escuchó (Job 32:11). Gregorio Marañón decía que el mejor instrumento de exploración con el que cuenta el médico es ¡la silla! (escucha). Eliú entendió (Job 32:12). Se puso en el lugar de Job y no le condenó (empatía) -cf. 32:21. Eliú dio seguridad (33:6-7), pues le dijo a Job: "Yo soy como tú, del mismo barro", es decir, no voy a aterrorizarte. Muchas personas tienen temor y vergüenza de contar sus problemas, temen nuestra crítica, y por ello no debe aconsejarse con juicio ni crítica (calidez). Eliú confrontó (33:12), o sea, señaló los fallos, pecados, malentendidos y actitudes pecaminosas. El consejero no debe juzgar, condenar o culpar, sino que debe señalar cosas que la persona no ha visto o no ha querido ver. Eliú enseñó (33:33), pues a veces es necesario informar o señalar cosas que la persona debe cambiar, también, enseñamos con nuestro ejemplo (1Cor 11:1). Eliú dirigió su atención a Dios (34ss, sobre todo cp. 36), mostró a Job cómo es Dios y le invitó a obedecerle. Esto ocurrió al final del proceso de consejería (cf. 11Tes 2:11-12). Muchos problemas son problemas espirituales aunque revistan otra forma. Se debe preguntar: ¿cómo está su vida espiritual?, desobediencia a Dios, pecados voluntarios, falta de disciplina, no aceptar el señorío de Cristo, no asistir a las reuniones, etc….

Resumen

La mayoría de las personas buscamos ayuda en otros, y esto es el principio de la consejería, ayudar y aconsejar, para lo cual no se precisa ser "profesional". Sin embargo, sí se precisa, para que la consejería sea algo más que "dar consejos", conocer algunas técnicas que nos ayuden a escuchar, a entender lo que los demás nos quieren comunicar. Técnicas que nos capaciten para saber dar afecto, y que ayuden a las personas a madurar y a tomar sus propias decisiones. Una de las tareas de la Iglesia es la de ayudar a las personas, consolando, exhortando y aconsejando, esto es un don que Dios da a ciertas personas en la iglesia, pero que también puede desarrollarse con la ayuda de personas experimentadas.

Es Ia labor de orientación y acompañamiento que se recibe por parte del asesor, sacerdote, religioso o laico, reconocido por la comunidad y también el Obispo de Ia diócesis.

PerfiI del Asesor Espiritual·

  • Que haga una opción preferencial por los jóvenes, que se interese y trabaje con ellos y por ellos.

· Que conozca y ame al paciente, integrándose en él.

· Capaz de dialogar inspirando confianza.

Funciones· Responsable de Ia comunión con Ia comunidad. Promover y acompañar procesos de formación integral de los guías · Educar para el respeto mutuo y Ia integración, valorando lo que los jóvenes proponen y estando abierto a entender y orientar su creatividad.

· Asistir, en Ia medida de sus posibilidades, a todas las actividades programadas

Perentoriedad del discernimiento espiritual y del acompañamiento

No resulta exagerado decir que el primer medio para redescubrir la actualidad de los Ejercicios y para recuperar su dinamismo transformante es el discernimiento espiritual. Toda la experiencia, particularmente la contemplación de los misterios de la vida de Jesús, es conducida por el Espíritu Santo. Es El quien va tocando el corazón, quien con su unción y consolación «da a sentir», «dicta», «mueve», «atrae», para conducir al ejercitante al encuentro de la voluntad de Dios y consiguientemente a la elección de su estado de vida o a las conversiones discernidas para un mayor seguimiento y servicio de Jesús.

De ahí que la tarea de aprender a sentir las diversas mociones que se experimentan a lo largo de la experiencia, y a discernirlas para reconocer la consolación del Espíritu, sea imprescindible para asegurar el fruto de los Ejercicios. Pero el ejercitante ha de recibir ayuda para la comprensión y recto uso de las reglas de discreción de espíritus; y nunca debería prescindir del acompañamiento de una persona idónea que le ayude a identificar el lenguaje del Espíritu, que le habla con una palabra viva, irrepetible, y a prevenir ilusiones y autoengaños a los que somos tan propicios. Constatar estas mociones a través del examen de la oración, fielmente practicado, para descubrir el acontecer de Dios, será uno de los cuidados mayores del ejercitante cada día. Con esas mociones o consolaciones, escribirá «su texto»; el registro de las constantes de la acción del Espíritu, lo llevará progresivamente a una con naturalidad para reconocer la voz de Dios.

5.2. Medios y Técnicas de la Sanación Interior

Enfermedad del corazón y curación interior

Todos somos conscientes de las graves repercusiones de nuestro pasado en el presente. Aquí nos referimos especialmente a las actitudes enfermizas de nuestra personalidad y relaciones con los demás que hunden sus raíces en dolorosas experiencias de nuestra historia. ¡Cuántos traumas han sido causados por heridas en nuestro pasado! Consecuencias negativas invaden el plano fisiológico (por ejemplo, algunas enfermedades físicas son causadas por heridas emocionales, psicológicas (los complejos son causados siempre por heridas) y hasta espiritual (muchas debilidades en nuestra vida de fe tienen dolorosas causas en nuestra historia). Estas enfermedades emocionales de nuestro corazón el Señor puede sanarlas mediante la oración de curación interior.

En un centro psiquiátrico de Montreal había un hombre ciego que presentaba un cuadro médico muy extraño: Había perdido la vista aparentemente sin ninguna causa. El nervio óptico, la pupila y la córnea estaban en perfectas condiciones. No había razón para ser invidente.

Mediante un tratamiento hipnótico se descubrió que la causa que remontara cuando era muy pequeño y dormía en la misma recámara que sus padres. Una noche, ellos tuvieron relaciones sexuales muy intensas que el pequeño interpretó como una agresión de su padre contra su madre. Esto le causó un trauma tan hondo que cerró sus ojos a esta agresión y a toda realidad, volviéndose ciego. Al encontrarse la raíz del problema se le dio la terapia adecuada y después de algunos meses recobró la vista.

Esto es lo mismo que hace el Señor Jesús mediante la oración de curación interior, yendo a la raíz de nuestros conflictos para ser sanados; con la ventaja que El no cobra y lo hace muchos más rápido que los psicólogos y psiquiatras de este mundo. ¨El sana los corazones destrozados y vendas sus heridas¨: Sal 147,3.

Tenemos un Dios maravilloso que es capaz de ir hasta el fondo de nuestros problemas para sanarnos y liberarnos. Antiguamente existía una bellísima oración en la liturgia que decía;¨Líbranos, Señor, de nuestros males pasados, presentes y futuros…¨

Nuestro Dios es capaz de sanarnos de los males del pasado porque El no está en el tiempo. Mejor dicho, Él está en todos los tiempos porque es el mismo ayer, hoy y siempre.

Para esto es necesario primeramente sacar a la luz lo que nos ha herido. Esto no significa sólo hacerlo consciente sino exponerlo a la luz del amor de Dios en un abandono total, pidiéndole que Él cure con su misericordia infinita nuestras heridas. La mitad de la curación de un problema emocional radica en la capacidad de escuchar al paciente con amor y sin juzgarlo.

Existen algunas enfermedades y heridas físicas que se curan con baños de sol. La persona se expone a los rayos de sol que lo van penetrando y así va sanando. De la misma manera, Jesús, sol de justicia, sana las heridas del corazón. Si exponemos todo nuestro ser, especialmente las áreas más enfermas, ante los rayos de misericordia de su corazón, su calor nos va a penetrar y a sanar.

Para ustedes que buscan a Dios brillará el sol de justicia con la salvación en sus rayos.: Mal 3,20

La incubación de recuerdos dolorosos en nuestra memoria produce traumas y complejos en nuestras relaciones con los demás, con nosotros mismos y hasta en nuestra relación con Dios. Por eso, el ministerio de curación interior comienza primordialmente en el campo de nuestros recuerdos, pues lo que guardamos archivado en nuestra memoria, consciente o inconsciente, produce reacciones somáticas, orgánicas y nerviosas.

En un clima de oración y fe tratamos de regresar a la persona al pasado buscando el origen de sus sufrimientos (rechazo, familiar, abandono, violencia, fracaso, accidente, etc….). Entonces se toma cada incidente doloroso y lo ponemos a la luz del Señor, tomando autoridad en el Nombre de Jesús sobre esta situación. Y Jesús, que es el mismo ayer, hoy y siempre, sana las heridas de la memoria como el sol sana las heridas de nuestro cuerpo cuando las exponemos a sus rayos.

Mandamos en el Nombre de Jesús, por el poder de sus Santas llagas (sus heridas que curaron nuestras heridas) que sean curadas nuestras enfermedades:¨Yo te libero en el nombre de Jesús de los temores, angustias, complejos, etc…causados por estos acontecimientos.¨

5.2.1. Ir a la raíz del problema

No debemos confundir la curación con la supresión de síntomas. No podemos dejarnos engañar por los síntomas porque estos brincan y se transforman, mientras que el problema permanece.

Por ejemplo, sucede que algunas personas renuncian al cigarrillo por algún método, pero luego comen más de la cuenta. Un alcohólico puede dejar de beber pero si no sana de raíz puede caer en otros vicios. En estos casos el problema no se soluciona sino que se traslada. Parece un globo inflado que si le apretamos de un lado, el aire se recorre para el otro.

Generalmente existe una herida de falta de amor o deformación de amor en todas nuestras enfermedades. Por eso su curación se llama del corazón¨.

Una experiencia negativa de falta o deformación de amor se cura con experiencias positivas verdaderas de amor. Por eso, no basta descubrir un problema o raíz de conflictos sino más importante es llenar este vacío con el amor misericordioso del corazón de Jesús.

Lo esencial es apropiarnos los meritos de la muerte de Cristo para gozar de los frutos de su resurrección con la certeza de la fe que, hace dos mil años, El ya cargó con el castigo que nos trae la paz.

En la curación no se trata de suprimir síntomas (dolor) sino ir a la raíz que está ocasionando los problemas. Por tanto, no debemos centrar nuestra atención en los síntomas, que son superficie del problema sino que debemos empeñarnos primero en encontrar la causa de los problemas.

La curación de Jesús actúa a fondo: desatar el nudo principal que origina todas las demás complicaciones. Esta raíz se descubre principalmente de dos formas:

  • Dialogando con la persona, tratando de descubrir cuándo y cómo se originó el problema.

Había una persona que sufría de un asma tan fuerte que casi se ahogaba.

Hablando con ella Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo y buscando cómo y cuándo comenzó su enfermedad se dio cuenta que fue poco después de nacer su segundo hijo ya que esta señora tenía una vecina que de mala fe la atacaba afirmando que ese niño recién nacido no era hijo de su esposo. Esto la hirió tanto que comenzó con el asma. El asma no era la enfermedad sino el síntoma de la herida emocional que al descubrirse y sanarse desapareció automáticamente.

  • Mediante el discernimiento carismático;

En algunas ocasiones el Señor concede una luz especial para penetrar

hasta la raíz del problema. El Señor viene en ayuda de nuestra impotencia para que, descubriendo lo que humanamente es imposible o duraría muchas sesiones con métodos psicológicos, se cure la enfermedad emocional.

El discernimiento carismático no es fruto de una técnica psicológica sino una gracia especial del Señor para ayudar un caso particular.

Una niña de trece años despertó un domingo a media noche muy asustada con gritos y sobresaltos porque un hombre se había metido en su cuarto. Al día siguiente amaneció ciega. A pesar de que abría los ojos nada podía ver. Como la familia era pobre buscaron remedios caseros. Luego recurrieron al doctor y no hubo resultados positivos.

Entonces la trajeron a la Iglesia. Como yo no sé de medicina lo que hago es comenzar a orar. Lo hice pero sin resultados. Oré en lenguas y en ese momento comprendí con mucha claridad que esta niña no estaba ciega sino que tenía una herida emocional por la impresión recibida a través de sus ojos del hombre que había entrado a su habitación.

Le pedimos al Señor que la sanara de su herida emocional y a los diez minutos comenzó a ver. Cinco minutos más tarde había recuperado complemente la visibilidad. Su herida emocional era la raíz del mal físico. Curada la causa sanó también la consecuencia.

La oración se debe centrar en que el Señor rompa los lazos del pasado que esta repercutiendo en el presente. Luego se pide al Señor que llene de amor, comprensión, paz, etc… Aquel momento o circunstancia dolorosa.

En un retiro en Caracas, Venezuela, una religiosa canadiense nos contó que a pesar de sentirse satisfecha en su vocación y en su apostolado misionero, continuamente cargaba con una tristeza que no sabía por qué.

Oramos por su curación interior y durante la oración en lenguas una hermana tuvo una imagen mental de una niña de unos cinco años que lloraba perdida en un bosque, rodeada de pinos y de nieve. Se le preguntó a la religiosa si esa imagen le decía algo, a lo cual ella contestó con lágrimas en los ojos:

-Cuando yo era pequeña, un invierno, salí de casa. Mis huellas se perdieron en la nieve y no podía regresar, ni mis padres sabían dónde buscarme. Duré perdida varias horas, sufriendo mucho, pensando que jamás podría volver a ver a mis padres.

Entonces oramos a Jesús, buen pastor, pidiéndole que sanara la herida emocional, ya que Él estaba con ella en aquellos momentos, y cómo nunca la ha dejado sola ni ha permitido que se pierda en el camino de la vida. Ella fue curada y volvió la alegría a su vida y a su trabajo. Para nuestro Dios todo es presente y nos cura de nuestros males, aunque ya estén sepultados en el pasado.

La curación de los recuerdos radica en que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (Heb. 13,8) y los méritos redentores de su muerte y resurrección son siempre presentes y eficaces.

En el ministerio de sanación nos apropiamos los méritos de la muerte de Cristo par vivir los frutos de la redención en alguna área o momento determinado de nuestra vida. El punto de partida es la certeza de que hace dos mil años, Jesús ya cargó con nuestras dolencias y enfermedades. Por la fe nos apoderamos de la victoria de Cristo, haciéndola nuestra.

Con la curación interior nace una esperanza para quienes ya se habían resignado a vivir con ciertos hábitos y traumas; se abre una puerta de recuperación para quienes no podían cambiar por más esfuerzos humanos que hacían y se rompen las amarras que nos esclavizaban al pasado.

Jesús vino a traer vida y vida en abundancia. Nos quiere y nos capacita para ser libres de toda atadura que nos encadene a un triste pasado o una experiencia negativa.

Hay personas que se acercan al sacramento de la reconciliación para confesar siempre las mismas faltas y pecados. De esta manera el sacramento parece que sólo nos otorga el perdón de Dios, más no la fuerza para salir victoriosos en la lucha contra el pecado. La sanación interior ha venido a liberarnos de esas dependencias que nos esclavizan y no nos dejan volar a las alturas de la unión con Dios y la santificación.

¿Esto significa entonces que la curación interior es más eficaz que el sacramento? De ninguna manera porque es especialmente en el sacramento de la reconciliación donde la curación interior puede ir más a fondo.

Si los sacerdotes fueran conscientes del poder sanador del sacramento de la reconciliación no dejarían de usarlo a cada caso. El sacerdote que reduce el sacramento a dar sólo la absolución, y no ora por la sanación interior, está reduciendo lamentablemente el poder del sacramento.

5.2.2. Oración por sanación interior (P. Emiliano Tardiff)

Como todos estamos enfermos por heridas en nuestro pasado, a continuación hacemos una oración de curación interior para que el Señor sane el corazón de los que reconozcan necesitarlo

Padre de bondad, Padre de amor,

Te bendigo, te alabo y te doy gracias

Porque por amor nos diste a Jesús.

Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu

Comprendemos que él es la luz

La verdad

Y el buen pastor,

Que ha venido para que tengamos vida

Y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a)

Tú lo(a) conoces por su nombre

Te lo(a) presento, Señor,

Para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso en su vida.

Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su historia.

Tú conoces todo lo que él ha querido hacer y no ha hecho.

Conoces también lo que hizo o le hicieron lastimándolo.

Tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado.

Conoces los traumas y complejos de su vida.

Hoy, Padre

Te pedimos que por amor que le tiene a tu Hijo

Jesucristo

Derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a)

Para que calor de tu amor sanador,

Penetre en lo más intimo de su corazón,

Tú que sanas los corazones destrozados

Y vendas las heridas

Sana a este hermano, Padre.

Entra en ese corazón, Señor Jesús

Como entraste en aquella casa

Donde estaban tus discípulos llenos de miedo,

Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste:

¨paz a vosotros¨.

Entra en este corazón y dale tu paz

Llénalo de amor

Sabemos que el amor echa fuera el temor.

Pasa por su vida y sana su corazón

Sabemos, Señor

Que Tú lo haces siempre que te lo pedimos,

Y te lo estamos pidiendo con María, nuestra Madre

La que estaba en las Bodas de Caná cuando no había vino

Y Tú respondiste a su deseo

Transformando el agua en vino.

Cambia su corazón y dale un corazón generoso,

Un corazón afable, un corazón bondadoso,

Dale un corazón nuevo.

Haz brotar, Señor, en este hermano(a)

Los frutos de tu presencia

Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor,

La paz y la alegría.

Haz que venga sobre él el Espíritu de las bienaventuranzas,

Para que él pueda saborear y buscar a Dios cada día

Viviendo sin complejos, ni traumas junto a su esposo(a)

Junto a su familia, junto a sus hermanos.

Te doy gracias, Padre

Por lo que estás haciendo hoy en su vida

Te damos gracias de todo corazón

Porque Tú nos sanas

Porque Tú nos liberaras,

Porque Tú rompes las cadenas y nos das la libertad.

Gracias Señor, porque somos templos de tu Espíritu

Y ese templo no se puede destruir

Porque es la casa de Dios.

Te damos gracias, Señor, por la fe

Gracias, por el amor que has puesto en nuestros corazones

¡Qué grande eres Señor!

Bendito y alabado seas, Señor.

5.2.3. La oración

Creo que lo que más ayuda a orar por la sanación interior de otros, es antes haber recibido esa misma sanación interior. Todo aquél que trabaje en el ministerio de sanación debe haber tenido la experiencia de su sanación interior otorgada por el Señor.

Lo primero que hemos de pedir en el ministerio de sanación es la compasión por los enfermos. La compasión es una característica esencial del corazón misericordioso de Cristo Jesús, Él tenía compasión de la gente y por eso la sanaba y le daba el alimento.

Sin compasión (sufrir con) nuestra oración es sólo vocal y exterior, no del corazón.

Para la oración de curación interior no existe un modelo que siempre se deba seguir, más bien se debe seguir a Jesús que enseñó y curó al impulso del Espíritu. No conozco método. Jesús no lo tenía.

Sin afán de presentar sino una experiencia de cómo Dios nos ha enseñado a orar por los enfermos queremos presentar varias pistas que puedan servir a otros; teniendo claro que Dios les pueda enseñar otras cosas diferentes.

5.2.3.1. En el nombre de Jesús

Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres y por eso no hay otro nombre dado a los hombres para ser salvados: 1 Tim 2,5; Hech. 4,12. Sólo Jesús sana, libera y salva. Cualquier cosa que pedimos en su Nombre, el Padre nos escucha: Jn. 16, 23.

La oración en el Nombre de Jesús no se limita sólo a pronunciar el Nombre de Jesús sino ante todo a tener la confianza en que orando él en nosotros y nosotros en él, el Padre siempre nos escucha.

Algunos durante la oración de sanación y especialmente en la de liberación, están repitiendo o cantando el santo Nombre de Jesús muchas veces. En verdad que hay salud y poder en ese nombre ya que significa Dios salva, y ya sabemos que la palabra de Dios realiza lo que contiene.

En el nombre de Jesús se sanan los enfermos (Mt 7,22; Hech. 4,30).

5.2.3.2. Por la sangre del cordero

Se implora el valor de la sangre preciosa de Jesús, cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y todas sus consecuencias para que nos libere del poder de las tinieblas.

Ef 1,7 afirma que por la sangre de Cristo hemos sido redimidos.

Invocamos la sangre de Cristo Jesús porque a veces atrás de una herida emocional, una operación, obsesión y hasta enfermedad física, se anida un elemento de pecado.

Entonces, oramos:

¨Por la sangre preciosa de Cristo Jesús le declaro libre de toda atadura y mal que te éste impidiendo vivir en plenitud la vida de Cristo Jesús¨

La siguiente carta, llegaba de Guatemala, da testimonio . En la asamblea de oración por los enfermos ¨me tocó sentarme a su espalda, en un nivel más bajo, por lo que no podía verlo, únicamente escuchaba. Conforme usted hablaba yo me iba metiendo en ese mundo maravilloso de Dios, sin darme cuenta.

De repente comencé a percatarme de que algo especial estaba pasando. Me sentía como flotar en el aire, me comencé a bañar de sudor y sentía necesidad de glorificar a Dios en voz alta. Mis lágrimas salían copiosamente. Luego vino la oración por los enfermos. Usted nos hizo meditar en la cruz de Nuestro Señor. Yo me lo imaginaba con toda claridad. En ese mismo momento me sentí sumergida en esa sangre preciosa. Entonces mi llanto era de tristeza por mis pecados. Él me dijo entonces:¨Te amo. En todos aquellos momentos de falta de comprensión y consuelo allí estaba yo amándote¨. (Hoy que lo escribo vuelvo a llorar). En ese momento sentí que algo me hacia presión en mi estómago. El Señor curaba entonces mi vejiga y mi uretra que me había quedado cerrada y en mala posición por los partos.

Pasé toda la noche alabando al Señor sin poder dormir. De esto hace exactamente un año y no he vuelto a tener molestia alguna. Pero lo más importante es que a partir de haberme sentido inundada por la Sangre de Cristo han sucedido cosas maravillosas en mi vida espiritual¨ (Virginia Dia de Enriquez)

5.2.3.3. Por las llagas de Jesús

Por las heridas de Jesús fuimos curados de nuestras heridas. Él soportó el castigo que nos trae la paz y por sus azotes hemos sido curados.

El siervo de Dios cargó con todas nuestras dolencias y enfermedades para que, libres del temor, pudiéramos servir en santidad y justicia todos los días de nuestra vida.

Por esta razón acostumbramos orar así:

¨Por las cinco llagas de Cristo Jesús

te declaro libre con la libertad de hijo de Dios,

redimido por Cristo Jesús.

¨Señor Jesús

por el poder de tus llagas

sana las heridas de los recuerdos,

sana la raíz de este problema

que está causando tristeza, odio, miedo, etc…¨

5.2.3.4. Oración en lenguas

Cuando oramos en lenguas nuestra mente está completamente rendida al Señor para que El nos use como canales de salud.

La oración en lenguas es un instrumento maravilloso que tiene la capacidad de penetrar hasta donde el hombre y la ciencia no son capaces.

En el retiro sacerdotal en Lyon, Francia, había sacerdotes abiertos al don de lenguas pero había otros que se oponían y hasta se burlaban. El peor de estos era un sacerdote misionero que trabajaba dando clases de árabe en una universidad de África. El segundo día, este sacerdote se puso de pie delante de todos y escribió unos signos muy raros en el pizarrón. Luego, muy conmovido nos explicó:

¨Durante la oración en lenguas de ayer ustedes estaban diciendo esto en árabe; lo cual significa: Dios hace misericordia.

En toda oración en lenguas ¨Dios hace misericordia¨ con nosotros porque nosotros no sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad e intercede por nosotros con gemidos inefables. Rom. 8,26.

5.2.3.5. Intercesión de María

Conviene incluirla aquí para tener una visión de conjunto de estos elementos fundamentales de la oración de curación. Ella es la persona que tiene el carisma de curación de una manera más excelsa porque ella tiene a Jesús, nuestra salud, y ella estaba al pie de la cruz donde el Cordero de Dios fue herido por nuestras rebeldías.

La intercesión de la oración de María se constata por todo el mundo en los santuarios marianos.

  • Enfermedad del espíritu y Reconciliación

Nuestra alma también se puede enfermar, y esto es más grave que un cáncer o un trauma psicológico.

Un sábado Jesús llegó a la piscina de Betzatá (que significa ¨Casa de misericordia¨). Vio a un hombre que yacía sobre su lecho y le ordenó:

LEVANTATE.TOMA TU CAMILLA Y ANDA.

Aquel hombre, que llevaba 38 años paralítico, encontró gracia delante de los ojos de Dios, se levantó y comenzó a andar. Luego el maestro se le encontró y le advirtió:

MIRA QUE ESTAS CURADO

VETE Y NO PEQUES MÁS PARA QUE NO TE SUCEDA PEOR. Jn 15,114

Jesús de ninguna manera afirmó que si pecaba se quedaría más de 38 años paralítico; sino que el pecar sería peor que 38 años de parálisis. Es más, el pecado no sólo es una enfermedad sino que necesariamente produce muerte. San Pablo afirma que:

EL SALARIO DEL PECADO ES LA MUERTE. Rom 6,23

El pecado produce muerte en cuanto que nos priva de la vida de Dios; o mejor dicho de Dios que es la Vida.

ME DEJARON A MI, MANANTIAL DE AGUAS VIVAS

Y SE CONSTRUYERON CISTERNAS AGRIETADAS

QUE EL AGUA NO PUEDE CONTENER. Jer. 2, 19

El pecado, básicamente consiste en una falta de fe en Dios; generalmente provocada por un exceso de confianza en nosotros mismos. Es creer más en nosotros mismos (nuestros valores, pensamientos, seguridades etc…) que en los de Dios. El fruto prohibido del paraíso es el hombre que confía más en sus propios medios para lograr la realización de su ser que en el camino propuesto por Dios.

El pecado perjudica más al hombre que a Dios mismo (Prov. 8,36; Jer. 26, 19)

¿Es acaso a mí a quien hieren sus rebeldías?

No es más bien a ustedes mismos para su propia confusión. Jer.7, 19

Dios nos ama tanto que sabiendo el mal que produce el pecado en nosotros, nos prohíbe ser esclavos.

La sanación completa consiste en que somos liberados de la ley del pecado que nos lleva a hacer el mal que no queremos y nos impide hacer el bien que nos proponemos. Es decir, Dios no sólo nos perdona el pecado sino que nos fortalece para no volver a pecar.

Aún más, cambia nuestro corazón para querer y hacer lo que Él manda; no porque está mandando exteriormente, sino como imperativo que brota como exigencia del propio ser que ha sido transformado por su Espíritu Santo. No hay hombre más hombre que aquel que ha sido liberado de la esclavitud del pecado.

Dios es el Dios de los perdones (Neh. 9,17) que siempre perdona y perdona para siempre. Por su parte, El ya nos perdonó y perdona para siempre. Por su parte, El ya nos perdonó todos nuestros pecados. La sangre preciosa de Cristo en la Cruz es la medicina sanadora de nuestros pecados.

¿Qué Dios hay como Tú

que quite la iniquidad

y pase por alto la rebeldía de su pueblo?

Tú no mantienes tu enojo por siempre

Porque eres un Dios que te complaces en el amor

Tú te vuelves a compadecer siempre de nosotros

Y pisoteas nuestras iniquidades

¡Tú arrojas hasta el fondo del mar

todos nuestros pecados! Miq. 7,18-19

Por nuestra parte debemos tomar, hacer nuestra, esa medicina, mediante la fe y la reconciliación. Por la fe nos apropiamos los méritos de Cristo Jesús en la Cruz. Por la Conversión ponemos en juego todo el potencial de los frutos de la redención. Basta confesarnos pecadores frente a su misericordia para ser perdonados.

Si reconocemos nuestros pecados,

Fiel y justo es El para perdonarnos

Y purificarnos de toda injusticia. 1 Jn. 1,9

En este campo juega un papel imprescindible la Reconciliación que es el sacramento del encuentro de alegría porque es el regreso del hijo amado a la casa de su Padre misericordioso que le pone zapatos nuevos (dignidad) vestido fino (vida nueva) y anillo (de heredero); organizando además una fiesta porque el hijo que estaba muerto ha vuelto a la vida Luc. 15, 11-24.

Jesús envió a los apóstoles a resucitar muertos (Mt 10,8) y no hay gente más muerta que aquella que ha perdido la vida de Dios por el pecado.

Sin embargo, muchos no entienden todavía este bello sacramento y todavía le tienen miedo y buscan mil excusas para no confesarse.

Había un sacerdote que trabajaba en una pequeña aldea en el Polo Norte, para ir al pueblo más cercano donde radicaba otro sacerdote para confesarse no había carretera y debía tomar una vieja avioneta. Por esa razón él explicaba:

-Yo ya no me confieso porque, irme a confesar por un pecado venial, me sale demasiado caro el viaje en avioneta. Y si tengo pecado mortal, me da miedo subirme en ese viejo aparato.

En otra ocasión, yo regresaba a mi pueblo en mi auto. Sin darme cuenta rebasé el límite de velocidad hasta que me alcanzó un policía en su motocicleta. Me detuve y se me acercó aquel policía con su pistola, enojado porque tenía minutos siguiéndome y yo no me detenía. Cuando le entregué mis papeles, y los leyó, me preguntó:

-¿Es Ud. El famoso Padre Tardif?

-Sí – contesté- ¿Desea Ud. confesarse?

El se asustó tanto que me entregó inmediatamente mis documentos y me dijo que tenía demasiada prisa. ¡Con todo y pistola tenía miedo a confesarse…! ¡ No hubo multa ni confesión por el miedo que él tenía!

Le tememos a la confesión porque no entendemos que es el sacramento del amor de Dios.

Siempre que le pedimos perdón a Dios, sea lo que sea, Él nos perdona. Él jamás se escandaliza de nuestros pecados. Sólo espera que los reconozcamos y que le pidamos perdón, sin excusarnos ni minimizar la falta.

Solamente existe un pecado que Dios no puede perdonar: el pecado que no le pedimos perdón, el pecado que no reconocemos como pecado, el pecado que auto justificamos.

El sacerdote es el ministro del perdón de Dios. No es juez no es verdugo, sino el canal a través del cual pasa la misericordia divina. No existe labor más profunda y efectiva que acoger al pecador enlodado por el pecado y ponerle a la puerta del paraíso.

El sacerdote es la única persona en toda la parroquia que tiene el poder de perdonar los pecados y de presidir la Eucaristía. Nadie lo puede reemplazar.

Cada vez que el sacerdote confiesa es un profeta de Dios que en el Nombre del Señor nos dice:¨Yo te absuelvo de tus pecados…..¨ habla en nombre de Dios.

Además, así como la Eucaristía es el lugar privilegiado para recibir la sanación física, la Reconciliación es el mejor momento de orar por la sanación interior.

Un sacerdote me objetaba muy convencido:

-No puedo orar detenidamente por cada persona porque entonces no me alcanza el tiempo para el trabajo. Yo le contesté:

-Pero, ¿Cuál es tu trabajo, sino liberar a los oprimidos y ser ministro de la reconciliación?

Él pensaba que pintar el salón parroquial era su trabajo y sacrificando lo suyo propio, lo que nadie más podía hacer, hacía lo que otros muchos. Hay otros que prefieren contar el dinero de la cooperativa que contarle a la gente las maravillas de Dios y liberarlas de sus esclavitudes.

5.3.1. Convalecencia

Para cualquier caso de enfermedad que hemos visto, la etapa de convalecencia es de capital importancia pues de ella depende la total recuperación.

En el ministerio de curación, sea física, interior o de liberación, sucede lo mismo. Cuando el Señor ha intervenido de manera asombrosa o milagrosa la persona necesita una etapa de convalecencia para no recaer otra vez. He aquí algunas ideas de lo que entendemos por convalecencia.

5.3.1.1. La oración

La oración es el contacto directo con la fuente de la salud. El contacto con el Señor es más importante que el suero o el oxígeno para un enfermo. Si rompemos este conducto nos exponemos a perder algo más valioso que la salud física o interior.

La oración es una comunicación de amor.

5.3.1.2. Lectura de la palabra (Mensajes positivos a través de los textos bíblicos)

La Palabra de Dios purifica (Jn. 15,3) y sana:¨Ni los sanó hierba ni emplasto alguno sino tu Palabra que todo lo sana¨ (Sap 16,12).La escritura leída y orada con fe es la más eficaz medicina porque es Palabra de Vida eterna (Jn 6, 69)

  • La comunidad sanadora o terapéutica

Algunas veces se pierde el fruto de una sanación integral porque la persona se aísla y no se integra a la comunidad. Es más, podemos afirmar que Dios quiere que esté sano todo el cuerpo de su Hijo y no sólo los miembros.

La sanación completa se da en la medida que vivimos el misterio de ser el cuerpo de Cristo; comunidad de fe y amor con la esperanza de la patria definitiva.

5.3.1.4. La vida sacramental y la sanación interior

La persona que ha recibido una curación de parte del Señor necesita un alimento especialmente tonificante que Dios nos ofrece a través de los sacramentos. Incluso hablamos de la vida sacramental porque es vida y vida divina la que se comunica a través de ellos. No es posible prescindir de ellos si se quiere una recuperación total.

  • El testimonio de una vida nueva sanada

Una de las formas como expresamos la sanación interior es a través del testimonio de una nueva vida sanada por el Señor, y los frutos de esto son el amor, la paz, la alegría, el poder recordar las heridas pero ahora especialmente con paz porque el señor ya ha sanado la herida, esto lo expresamos con la forma como nos comportamos demostrando un cambio y a la vez testificando con palabras y obras lo que el Señor ha hecho con nosotros. Como el caso de aquel endemoniado que fue sanado por el Señor y no cesaba de proclamar lo que el Señor había hecho con el y daba testimonio por todo lugar que el Señor había tenido misericordia de él.

  • La evangelización y la sanación interior

Otra de las formas como expresamos haber sido sanados por el Señor es a través de la evangelización es decir de anunciar a Jesucristo, que me ha salvado y que me ha sanado especialmente en el interior del alma, y que puedo relacionarme mejor con el Señor y con mis hermanos, acompañan es esta evangelización ser instrumentos del Señor para la sanación interior de otros al igual que Jesús que vino a sanar los corazones heridos, y pasó haciendo el bien y sanando a todos.

5.3.1.7. La caridad cristiana como medio de sanación interior

Todos buscamos la felicidad, por eso queremos la sanación. Sin embargo, la sanación completa la encontramos en las bienaventuranzas de Cristo Jesús.

Jesús nos ha dado una regla de oro para ser felices: ¨hay más alegría en dar que en recibir¨ Hech. 20,31. En la medida que salgamos de nosotros mismos para darnos a los demás alcanzaremos la perfecta sanación.

Cuando Jesús liberó a María Magdalena de sus siete demonios siguió una larga etapa de convalecencia para la recuperación total. Si nos damos cuenta. María Magdalena tuvo estos puntos antes enunciados, la caridad cristiana se expresa en el servicio en el compartir nuestros bienes en especial con los más pobres entres los pobres como lo hizo Jesús, Francisco de Asís, Madre Teresa de Calcuta y muchos otros millones de cristianos que lo han hecho a lo largo de los siglos.

  • El plan o proyecto de vida para una vida de sanación interior permanente.

Por último es necesario considerar de vital importancia una reestructuración cognitiva de vida, para una vida de sanación interior permanente, de lo contrario podemos seguir tan iguales o peores que antes si no hay cambios concretos de mentalidad, de corazón, de voluntad de actitudes, de valores.

Es necesario, por ejemplo, establecerse metas, objetivos, con un plan de vida diario, desde que me levanto hasta que me acuesto de lunes a domingo, considerando todas las áreas de mi vida: personal, psicológica, salud, cultural, recreación y deportes, familiar, comunitaria, social, laboral, económica, eclesial, espiritual, profesional, cristiana, etc., en donde todas las áreas de mi vida expresen un ordenamiento concreto, equilibre mis emociones y afectos, tenga tiempo para todo y prevenga una serie de enfermedades tanto del cuerpo como del alma y de todo mi psiquismo una armonía total. Armonía con Dios, armonía conmigo mismo, armonía con las demás personas, y armonía con la naturaleza, sólo de esta forma y con este ordenamiento fundamental entonces seré realmente feliz, y llevaré permanentemente una vida sana, en crecimiento y desarrollo de todas mis capacidades y potencialidades, espirituales, psíquicas y físicas. Esto ordenamiento necesario en un plan de vida para una vida de sanación permanente de ninguna manera me debe hacer esclavo de un plan, sino mas bien optando libremente hacerlo con vida, con entusiasmo, con sentido, con dirección, con alegría, con interés, con creatividad, con espontaneidad, con pasión, de tal manera que no sea algo monótono, rígido, robotizado, o programado fríamente, todo con orden y libertad a la vez. Para un equilibrio armónico, esta reestructuración cognitiva, nos ayuda a seguir sanándonos permanentemente.

Conclusiones

1.- Nuestro mundo actual vive en una constante crisis, donde el estrés, la depresión, la pérdida de identidad y de valores, pérdida del sentido de la vida, lleva en muchos casos a las personas a un ambiente de violencia interior, exterior y hasta el suicidio, las drogas y el alcohol, libertinaje sexual como medios evasivos a su realidad.

2.- La Psicología y la Psicoterapia General han dado importantes aportes dentro de las ciencias humanas, para encontrar soluciones adecuadas, desde su campo de acción en la conducta y en la conciencia del ser humano, ayudándole a resolver algunos de sus problemas.

3.- La Psicoterapia Cristiana es un rico e importante aporte para la Psicoterapia general, que ayudará a las personas a acelerar sus procesos internos de cambio de conducta, actitudes, valores y a llevar a sacar de su subconsciente las heridas y recuerdos dolorosos para que sean curados con la ayuda de la psicoterapia, la fe y las creencias, unidas no separadas.

4.- Tanto la Psicoterapia Cristiana como la sanación Interior tienen sus fundamentos en el campo científico, como en la fe, basada en la Biblia y en la doctrina y teología cristiana, católica, apostólica y renovada. Estos son sus sustentos que ayudan a comprenderlos mejor para una correcta aplicación

5.- La Sanación interior es un proceso que ayuda a las personas a curar sus heridas internas, debilidades, obsesiones, traumas, complejos, problemas internos, problemas de personalidad y otros, y se vale de técnicas psicológicas y psicoterapéuticas aunadas con una visión de fe, creencias, y valores que le ayuda a acelerar su procesos de curación interna.

6.- Los medios y técnicas que se emplean en especial en la sanación interior, redescubren un campo a veces olvidado por los psicólogos, como es el campo de la psicología y psicoterapia espiritual, de ahí que es importante estudiar y profundizar en sus verdaderos alcances, para aprovecharlos al máximo en bien del paciente.

7.- Está demostrado que las enfermedades son en un 80 por ciento psicosomáticas, si trabajamos con los pacientes por ayudarles a arreglar los problemas psicológicos y espirituales, entonces lograremos una sanación integral de la persona y no sólo estaremos poniendo paliativos, sino le ayudaremos a prevenir futuros males que afecten a todo su ser como personas y crecer y desarrollarse integralmente.

8.- Por último es importante a la persona que entra en un proceso de curación interior, ayudarle a reestructurar su vida en un plan de vida integral que abarque todas las áreas de su vida, sólo así podrá cultivar y conservar su salud integral, dando tiempo para todo y viviendo armónicamente con Dios, consigo misma, con las demás personas, con la naturaleza y su medio ambiente y, en armonía total.

Bibliografía

  • 1. Mc. Nutt Francis, Sanación Carisma de Hoy. Publicaciones Nueva Vida Puerto Rico 1976.

  • 2. Aldunate, Carlos S.J. , Transformación espiritual y Psicológica, Minuto de Dios Bogotá.

  • 3. Gonzales, Jorge Luis, El diálogo trascendente en la Integración Liberadora, Librería Parroquial, México 1983.

  • 4. Matthew y Dennis Linn, Sheila Fabricant, Curso de Oración para sanar las heridas de la vida, El minuto de Dios, Bogotá 1986.

  • 5. Roberto de Grandis, Sana a tu hermano, E.P. Bs As., 1986

  • 6. Sheila Fabricant y Denis y Mattew Linn, S.J. Orando con otra persona para obtener la sanación, Minuto de Dios, Bogotá 1986.

  • 7. Mattew Linn, S.J. Sheila Fabricant, Dennis Lin, S.J. Sanando las Ocho etapas de la vida, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 8. Ange, Daniel, Las heridas que sana el amor, Minuto de Dios, Bogotá, 1978.

  • 9. Matthew y Dennis Linn, S.J., Sanando las heridas de la vida, Minuto de Dios, Bogotá 1988.

  • 10. Matthew Linn, S.J. Dennis Linn, S.J. Sheila Fabricant, Sanando la herida más profunda, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 11. Leahy Schlemon, Bárbara, Oración que sana, E. P. Santiago

  • 12. Mattew y Dennis Linn, S.J. La curación de los recuerdos, Librería parroquial, México 1979.

  • 13. De Grandis, Roberto, S.S.J., Curación a través de la Misa, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 14. Batancurt, Darío, Fuentes de sanación, Minuto de Dios. Bogotá.

  • 15. Cuadro Moreno, Oswaldo, Jesús sana por dentro, E.P. Santiago.

  • 16. Uribe Jaramillo, Alfonso. Sanación Interior, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 17. Pedrini, Alirio J., Sanación del corazón. E.P., Bs. As. 1988.

  • 18. Aldunate, Carlos, s.J. Buscando salud. E.P. Bs. As. 1988

  • 19. Gamarra Cortijo, Georgina, m.m., Sanados por el perdón, Lima 1979

  • 20. Larrañaga, Ignacio, Del sufrimiento a la paz, E.P. Lima 1988.

  • 21. Haring, Bernahr, La fe, fuente de salud. E.P. Madrid 1986.

  • 22. Padro Flores, José., Forrest, Tomás, Jesucristo sanador de mi persona. Minuto de Dios, Bogotá.

  • 23. Uribe Alfonso, Y curó toda enfemedad, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 24. Iragui, Marcelino, Y curó toda enfermedad, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 25. Iragui, Marcelino, O.C.D. Jesús sana hoy, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 26. De Grandis, Roberto, S.S.J. Manual para el Ministerio de curación, Minuto de Dios, Bogotá. 1988.

  • 27. Betancurt, Darío, Vengo a sanar, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 28. Betancurt, Darío, Tú nos nutres con el pan de las lágrimas, Minuto de Dios Bogotá.

  • 29. Ruiz, Blanca, Sanación de la familia, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 30. Sheila Fabricant y Dennis y Matthew Linn, S.J. Sanando las relaciones con bebés nacidos, muertos y abortados, Minuto de Dios, Bogotá.

  • 31. Padavoni, Martín H., Cómo sanar sentimientos heridos, Editorial Verbo Divino, Navarra, España 2000.

  • 32. Tardif, Emiliano, José H. Prado Flores. Jesús está vivo. Editorial – Minuto de Dios – Colombia.

  • 33. Tardif, Emiliano, José H. Prado Flores. Jesús es el Mesías. Editorial – Minuto de Dios – Colombi

Cualquier consulta, crítica constructiva, aportes, sugerencias, etc comunicarme a o a mi fono fijo 4605790 o celular 996620997 (Telefónica), 993620335 (Claro) en LIMA – PERU. DIOS LES BENDIGA.

AGRADECIMIENTO

Agradezco a todas las personas, que a lo largo de 23 años me ayudaron a conocer la psicoterapia cristiana en la línea de la sanación interior, a los psicólogos psicoterapeutas y/o y religiosos: Hna. Georgina Gamarra Cortijo, Hna. Rosa Huamán, Padre Francis Mc Nutt, Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, Padre Diego Jaramillo, Padre Emiliano Cardiff,(Q.e.p.d.) Padres Dennis, Matteo y Psiquiatra Sheila Fabricant, Sr. José H. Prado Flores, Padre Tom Forrest, Sr. Oswaldo Cuadro Moreno, Padre Darío Betancurt, Padre Ignacio Larrañaga, Padre Manuel Rodríguez, Sra. María Angélica, Padre Carlos Salas, y a todos aquellos que de alguna u otra forma contribuyeron a darme a conocer y experimentar la psicoterapia cristiana, como sanación interior.

Agradezco también de una manera especial al Lic. Manuel Gonzáles Montes, por la revisión de los borradores previos a la presentación de este trabajo.

DEDICATORIA

Dedico este trabajo de investigación a todos los psicólogos, psicoterapeutas, creyentes o no creyentes que trabajan en el campo de la psicoterapia en la línea de la sanación interior, como un aporte de conocimientos que contribuirán a un nuevo enfoque en el campo de la psicoterapia y que podrá ser usado desde una dimensión amplia, integral y ecuménica. Con Mucho afecto.

Cualquier consulta, crítica constructiva, aportes, sugerencias, etc comunicarme a

o a mi fono fijo 4605790 o celular 996620997 (Telefónica), 993620335 (Claro) en LIMA – PERU. DIOS LES BENDIGA.

Lic. P. Juan Ernesto Iriarte Blas

 

 

 

 

 

 

Autor:

Padre Juan Ernesto Iriarte Blas

CURSO: PSICOTERAPIA II

PROFESOR: DR. DAVID JAUREGUI CAMASCA

ALUMNO: LIC. P. JUAN ERNESTO IRIARTE BLAS

2002

U N I V E R S I D A D N A C I O N A L

FACULTAD DE PSICOLOG?A
ESCUELA DE POST GRADO 2DA ESPECIALIDAD PSICOTERAPIA

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter