Pero, para impedir que una fuerte salida de capitales empuje
aún más abajo la corona, se mantendrán las
restricciones de la cuenta de capital en el
futuro próximo. Esto es lo que llevó a las
autoridades a formalizar legalmente este régimen de facto
en la última semana de noviembre, para que sea más
eficaz y transparente y funcione en base a reglas. Pero quiero
reiterar que la meta es
eliminar todos los controles de capital durante la vigencia del
programa, a
medida que vuelva la confianza.
Boletín del FMI:
¿Está el FMI solicitando recortes del gasto?
Thomsen: No le estamos diciendo a Islandia que se apriete el
cinturón en medio de una recesión. Durante el
primer año del programa entrarán en acción
los estabilizadores fiscales automáticos.
Esto significa que el déficit fiscal
primario subirá de alrededor de ½% del PIB en 2008 a
un 8½% del PIB en 2009. El FMI no se opone; nos parece mal
iniciar una consolidación fiscal cuando hay por delante
una recesión grave.
Ahora bien, Islandia tendrá que sanear sus finanzas una
vez que la recesión haya tocado fondo. Por culpa de la
crisis
bancaria, de la noche a la mañana pasó de ser uno
de los países menos endeudados de Europa a contarse
entre las economías avanzadas más endeudadas de la
región. Solucionar los problemas del
sector bancario probablemente le cueste al sector
público alrededor del 80% del PIB. La manera de lograr
esa consolidación -ya sea recortando el gasto o
incrementando el ingreso, o por ambas vías- es algo que
deberán decidir las autoridades islandesas.
Boletín del FMI: ¿Qué papel tendrá
el FMI en la reestructuración de los bancos?
Thomsen: No olvidemos que Islandia se comprometió a
reconocer sus obligaciones
respecto de los depósitos garantizados, y también a
realizar una reestructuración bancaria justa y equitativa.
La estrategia del
gobierno es
dividir a los bancos en "nuevos" y "viejos"; los nuevos se
ocuparán de las necesidades bancarias internas, y a los
viejos les tocará la difícil tarea de saldar la
mayor parte de las obligaciones externas.
El FMI colaborará con la reestructuración
bancaria dentro de este marco general. Parte de la estrategia
consiste en valorar los activos de los
bancos nuevos y viejos de acuerdo con prácticas
óptimas internacionales; asegurar que los bancos nuevos
compensen a los viejos por toda discrepancia del valor
razonable de los activos y pasivos que asuman; recapitalizar los
bancos nuevos con miras a privatizarlos, y lograr el
máximo de recuperación de activos en los bancos
viejos. Asimismo, también se reformarán la supervisión y regulación bancarias
para que nunca ocurra otra crisis de esta magnitud.
Boletín del FMI: ¿Qué encierra el futuro
para Islandia?
Thomsen: No cabe duda de que los dos o tres próximos
años serán duros. La profundidad de este shock no
tiene precedentes. Podría resultar la
reestructuración bancaria más costosa que haya
visto jamás el mundo, en relación con el
tamaño de la economía. Aun si logramos estabilizar la
corona, el PIB podría caer un 10% el año que viene,
e incluso podría haber otra disminución
pequeña en el año 2010.
Lo alentador es que la economía islandesa es muy
flexible. Como depende de la pesca y del
aluminio,
Islandia sufrió perturbaciones bastantes fuertes en el
pasado, pero siempre logró ajustarse muy bien. Por eso, me
imagino que después de esta desaceleración
relativamente marcada la economía podría
recuperarse bastante rápido.
Boletín del FMI: ¿Cómo sabremos si el
programa ha dado resultado?
Thomsen: En dos o tres meses el gobierno tendría que
haber estabilizado la corona y normalizado las operaciones
cambiarias, de modo que todas las empresas que
importan y exportan tengan acceso al mercado de
divisas.
Una vez estabilizada la moneda, el gobierno podrá
recortar poco a poco las tasas de
interés en 2009, levantar paulatinamente los controles
de capital y comenzar a enfrentar los problemas fiscales.
Las posibilidades de éxito
son muy buenas gracias a que la economía es tan flexible.
Mi expectativa es que hacia el final de los dos años del
programa la economía islandesa estará creciendo
nuevamente.
Boletín del FMI: ¿Qué habría
pasado si el FMI no hubiera suministrado financiamiento?
Thomsen: Estoy seguro de que el
valor de la corona habría vuelto a sufrir pérdidas
considerables. Eso habría generado una presión
significativa para los hogares con hipotecas en moneda
extranjera, una ola de morosidad en empresas con préstamos
en moneda extranjera, un aumento mucho más grande del
desempleo y
una caída del PIB mucho peor que el 10% previsto
actualmente.
(Camilla Andersen – Departamento de Relaciones Externas del
FMI)
Síntesis del programa concertado con Islandia
Las perspectivas a largo plazo de Islandia resultan
alentadoras, ya que los fundamentos económicos son muy
sólidos, la fuerza
laboral
está muy preparada, el clima de inversión es propicio y los recursos
naturales abundan. El programa suscrito con el FMI gira en
torno a los retos
más apremiantes:
• Evitar otra fuerte depreciación de la corona, manteniendo una
política
monetaria debidamente restrictiva y una política cambiaria
flexible. A corto plazo se mantendrán las restricciones a
las salidas de capital.
• Elaborar una estrategia exhaustiva y cooperativa
para la reestructuración bancaria, que incluya:
i) establecer una estructura
eficiente que facilite el proceso, ii)
proceder de inmediato a la valoración de los activos, iii)
recuperar al máximo los activos de los bancos viejos, iv)
brindar un trato justo y equitativo a los depositantes y
acreedores de las instituciones
intervenidas y v) afianzar las prácticas de
supervisión y el marco de insolvencia.
• Lograr la sostenibilidad fiscal a mediano plazo. Aunque
los estabilizadores fiscales automáticos
funcionarán a pleno en 2009, el programa contempla un
plan firme de
consolidación fiscal a mediano plazo a partir de 2010. El
plan es necesario para lidiar con el sustancial aumento de la
deuda del sector público que probablemente haya que asumir
como costo
presupuestario de la recapitalización bancaria y
ejecución de la garantía de los depósitos en
sucursales extranjeras de bancos islandeses.
(Para más detalles, diríjase a
www.imf.org/external/np/sec/pr/2008/pr08296.htm)
La "exuberancia irracional"… de los vikingos
(¿Un caso de "menos muertos"?)
Hemeroteca
– Islandia, un pequeño país congelado por una
gigantesca crisis financiera (El Mundo – 17/4/08)
Reykjavik, la capital de Islandia, había sido en los
últimos años un modelo para
todas las ciudades del mundo por el crecimiento de su riqueza. En
la última década, este pequeño país
de 313.000 habitantes había sido un ejemplo a copiar, una
de las economías pujantes de Europa, la sexta nación
más rica de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE). Sin embargo, ahora es vista como "un
canario en una mina", según los expertos de
economía. Un débil animal capaz de detectar -y
sufrir- el peligro antes que nadie.
El país ha cambiado totalmente en las últimas
dos décadas. El mayor salto se produjo en 2003, cuando los
mercados
financieros fueron menos regulados y la banca fue
privatizada, lo que provocó un movimiento de
capitales muy fuerte y que las entidades buscaran ampliarse al
extranjero. Así, los grandes bancos islandeses, el
Kaupthing, Landsbanki y Glitnir, poseen desde hace un tiempo cierta
presencia internacional.
Sin embargo, ha sido un modelo de crecimiento erróneo,
vista, la manera en que la crisis financiera mundial ha golpeado
a sus habitantes, informa el diario británico The
Guardian. El mal planteamiento de los fondos de inversión
libres ("hedge funds") y su escasa regulación han
provocado unas deudas que el Banco Central de
Islandia no puede levantar por su escaso músculo
financiero.
Las instituciones públicas denuncian el mal que ha
hecho la especulación en el país, pues muchos
negocios no
han sido más que operaciones especulativas de gente
interesada en conseguir el siguiente dólar cuanto
antes.
La cuestión que planea sobre el país es que todo
fue bien cuando había liquidez en los mercados, pero
ahora que el sistema
financiero mundial se abrocha el cinturón se han
revelado todos los problemas que supone refinanciar unas deudas
tan inmensas. Como muestra un
botón: según la situación actual de los
mercados, la probabilidad
de quebrar de Kaupthing es siete veces mayor que la media de la
banca europea.
Recientemente, el banco estadounidense Bear Stearns
aseguró que invertir en Islandia era tan seguro como
hacerlo en Kazajstán. Sin embargo, este comentario
quizás resultase exagerado, vista la capacidad de
previsión de una entidad que ahora representa el lado
más turbulento de la crisis.
Asgeir Jónsson, jefe economista de Kaupthing, lamenta
como la espiral de deudas ha provocado la fuga masiva de
liquidez. "En vez de ver gente esperando en las colas de los
bancos, ves especuladores y fondos de inversión libres
apostando contra las entidades que el Banco Central no
será capaz de suplir la falta de liquidez. Los bancos
islandeses no tienen experiencia en pérdidas, están
muy bien capitalizados, pero si ves una cola en frente de una
entidad, ve y únete", afirma.
Unos de los grandes fondos de inversión, Gnúpur,
anunció a principios de
año que necesitaba una urgente refinanciación de su
deuda, mientras que FL Group tuvo que vender activos, incluida
una participación del 8% en American Airlines.
En 2006 hubo una pequeña crisis de liquidez, pero
entonces la banca recurrió a Gran Bretaña, donde
pudo solventar sin problemas su falta de financiación. Sin
embargo, ahora es imposible encontrar ninguna entidad dispuesta a
arriesgarse ante las turbulencias que afectan a todos los
mercados.
Por ello, los inversores han comenzado a sacar su dinero. Desde
inicios de año, la corona islandesa se ha devaluado un
25%, mientras que el mercado de
valores se ha desplomado un 40% desde el pasado verano.
Además, la inflación se eleva al 6,8% y los tipos
de interés
alcanzaron el 15,5% la pasada semana. Por otra parte, la
descompensación en su balanza
comercial es acusada, sobre todo a causa del gasto en
consumo de los
últimos años.
El gasto en consumo se ha parado repentinamente en el
país. Un representante de Mercedez-Benz afirma que el
pasado año vendieron en el centro de Reykjavik más
coches de lujo que en toda Suecia, pero ahora las ventas han
parado. "Los precios de los
coches se han elevado entre un 25% y un 30%", afirma Leifur Orn
Leifsson, representante del fabricante de automóviles.
No obstante, la crisis no afecta a todos por igual. "Siempre
hay gente buscando una oportunidad para sacar beneficios, gente
que buscaba algo así", asegura el ministro de Finanzas,
Arni Mathiesen. "Algunas transacciones parecen más las
apuestas en un juego de Las
Vegas que verdaderas operaciones
financieras de instituciones", agrega.
"La crisis será resuelta", dice Jónsson, pero
recuerda que hay que tomar medidas: "unirse al euro, porque parte
de nuestros problemas surgen de ser una pequeña
región".
– Iceland – Kreppanomics (The Economist – 9/10/08)
How a banking crisis brought down a small economy
One word on every
tongue in Iceland these days is kreppa. Normally it means to be
"in a pinch" or "to get into a scrape", but when it is applied to
the economy, it becomes "financial crisis". In time kreppa may
become the word that conjures up the disastrous meltdown that is
now taking place in the country"s economy.
Iceland"s kreppa has been long in the making and, at least for
some, widely anticipated. The economy has wobbled a few times in
recent years. But few could have predicted the speed or ferocity
with which the country"s banking system, credit rating and
currency collapsed under the pressure of the credit crisis.
Iceland has been growing smartly in recent years. The country
has low unemployment and income per person is somewhat above the
average in the European Union. Huge investments in green energy
and aluminium smelting have drawn inflows of foreign investment
and promise to underpin exports for years to come. But on these
sound foundations, Iceland has also built a financial house of
cards.
The country"s three largest banks have expanded headlong
abroad since two of them were privatized in 2003, amassing assets
of about á,¬ 125 billion ($ 180 billion) by the end of
2007, compared with an economy of just á,¬ 14.5
billion. Many of these assets were funded by lenders in fickle
wholesale markets. In early 2006 less than 30 cents in every loan
issued was backed by deposits. Iceland"s households also racked
up debts amounting to 213% of disposable income. Britons and
Americans owed just 169% and 140% of disposable income
respectively -figures that make them seem almost sober by
comparison.
After a wobble in markets in 2006, when the main banks
struggled to finance themselves, both the banks and the country
have been trying to steer back to safer shores -the banks by
gaining foreign deposits to back their assets abroad and the
country by raising interest rates to try to cool the economy.
In the end, however, the banks could not make it to safety.
Stymied by the frozen credit markets, they were unable to roll
over their debts. Panic spread after the government stepped in
and partly nationalized Glitnir, the third-largest bank. Its
currency tumbled and the cost of insuring its national debt
against default soared. Having tried to prop up one bank, it soon
had to seize the others, Landsbanki and Kaupthing. And its
initial response -which included announcing efforts to peg the
currency to the euro, despite lacking the reserves to defend it,
and trying to secure a loan from Russia- served mainly to
confuse.
Iceland"s rapid rise and even faster fall has been viewed from
afar as a parable of greed and hubris, in which a nation of
farmers and fishermen borrowed too much and are paying the price.
But that is to draw false comfort. Although Iceland represents an
extreme case of a huge financial system towering over a small
economy, other states suffer from similar imbalances. They differ
only in scale, but not substance. Kreppa may be an Icelandic
term, but it translates.
– As Banking "Fairy Tale" Ends, Iceland Looks Back to the Sea
(The Wall Street Journal – 10/10/08)
(By Charles Forelle)
Thingeyri, Iceland. – Kristjan Davidsson went to sea as a
deckhand at 16. At fisheries college he aspired to be a boat
captain. For two decades, he sold fish and fish-processing
equipment. Like his father, and practically everyone in this
remote village, he owed his living to the fish his country pulled
from the ocean.
But in 2001 Mr. Davidsson got bored. He joined one of
Iceland's newly privatized banks. He got rich. Now, he says, it
looks like it's back to fish. That may be true for this nation's
fortunes as a whole.
On Tuesday, Iceland's government seized Glitnir Bank hf, Mr.
Davidsson's employer, caught up in the unfolding global financial
crisis. On Wednesday, he came to the office for an
emergency staff meeting. Glitnir's government-appointed receiver
addressed the troops. "The basic message I heard was, 'Go find
another job'", says Mr. Davidsson.
Fishing sustained the rugged and remote island of Iceland for
centuries. But just a half-dozen years ago, Icelanders discovered
that vast fortunes could be made in high finance. They took to
the new business with all the zeal and fearlessness of their
seagoing past, lending abroad with speculative fervor. The banks
quickly swelled to a size that dwarfed the economy of some
300.000 Icelanders back home.
Within a few years, Iceland's three big banks – Kaupthing Bank
hf, Landsbanki Islands hf and Glitnir became highly leveraged,
like other now-troubled banks. The banks' assets reached
á,¬ 100 billion, about 10 times the country's gross
domestic product last year, and their foreign depositors have
come to far outnumber the island's population.
Icelanders are risk-takers, Mr. Davidsson says. "All this
energy was released when the banks were privatized. We like to do
things fast".
Today, Iceland's swollen banks are ruined. In the space of a
few days, practically the entire banking system has been seized
by the government. The largest bank of all, Kaupthing Bank, was
seized Thursday, and trading was suspended on the stock exchange
until Monday. The krona has ceased functioning as a currency
outside Iceland.
Inflation and debt payments are soaring, and trade has been
crippled in a country heavily dependent on imports. The U.K. and
Netherlands are suing over frozen deposits held by their
citizens, while the government is trying to arrange more foreign
loans to help stave off national bankruptcy.
The collapse is the most dramatic washout from the global
credit crunch, a pyrotechnic demonstration of how the crisis can
demolish a once-booming economy. Other countries have mounted
giant bailouts: Ireland's plan to guarantee its banks' deposits
potentially puts it on the line for a sum twice its annual
economic output. The U.K.'s package is roughly equivalent to its
GDP, the world's fifth-largest.
But investors fear that Iceland's tiny treasury can't back its
banks' obligations and that the country might default on its
sovereign debt. That could have a cascading effect on other
small, debt-ridden countries -and on the country's investors-
giving the island outsized importance amid the financial pain
circling the globe.
Mr. Davidsson, 47 years old, who wears a wide grin and a
pinstriped suit despite the collapse of his bank, still awaits
word on his future. But he's convinced of one thing: "It's going
to be the seafood industry for me".
Thingeyri is a village of 300 people hemmed in a fjord between
towering mountains in Iceland's northwest. Getting there from the
region's biggest town, Isafjordur, population 3.000, requires a
four-mile drive through a tunnel. The tunnel was built in 1996.
Before then, cars had to drive over the mountain. In winter that
was often impossible.
His father, David Kristjansson, was born in a nearby farm in
1930. As a child, he lived in a turf hut. At 17, he began
fishing. "There were a lot of guys my age from the farms who went
out to sea", Mr. Kristjansson said, sitting in the living room of
his modest brick house on Thingeyri's main street.
He started as a shipmate, doing whatever jobs cropped up. He
had a facility for things mechanical, so he was often put to work
in the engine room. It was hard. At the time, herring were
plentiful. One year, he says, there was so much his crew stayed
on the boat from June "almost nonstop until Christmas", with only
a 10-day break.
But the fish were there and money was good. In one period, Mr.
Kristjansson says, his 11-man crew hauled in more than 1.200 tons
of cod in each three-month season, three years running.
He saw technology breed efficiency. He lived through the
advent of sonar, and of mechanical winches to close up nets. In
1963, he built the house he lives in today. "This house may not
be the biggest or the tallest, but I paid it up in three years",
he says. "A lot different than people do now". Towns like
Thingeyri "built up around fisheries and still do", he says. "We
still live on fish".
Up until a few days ago, Icelanders thought they could live on
banks.
It was 2001 when Mr. Kristjansson's son, Mr. Davidsson, looked
for a new vocation. Banks were being privatized, and the bank
that would become Glitnir was eager for fishing experts to help
it expand beyond Iceland and do deals around the world.
Mr. Davidsson signed on, advising on mergers and lining up
financing for fishing companies world-wide. He strayed far from
Iceland, once finding financing for a Peruvian company and
engineering its listing in Oslo.
Meanwhile swank restaurants crammed downtown Reykjavik, the
capital and new financial center. The main shopping street filled
up with pricey boutiques selling avant-garde fashions and design
cookware. The krona was strong. That damped exports -fish is the
island's biggest- and the trade deficit ballooned, a worrying
sign.
Icelanders, however, didn't much mind. To their surprise, they
became some of the wealthiest individuals on the planet. Many
became millionaires, a few billionaires. The standard of living
was high and foreign luxuries could be imported cheaply. They
bought expensive cars with loans in yen and Swiss francs with
attractively low interest rates, racking up high debts exposed to
the vagaries of currency exchange.
Banking has been good to Mr. Davidsson, too. He has built a
comfortable life in Reykjavik with his family. They vacation
abroad. "I am well off", he says, "I have my pension".
Earlier this month, Mr. Davidsson went home for the annual
sheep herding, when villagers bring back sheep loosed into hilly
pastures the spring before. He lent a hand to a farmer
schoolmate, rounding up animals in his leather-interior Toyota
SUV.
For the banks, growing was easy. They could borrow at low cost
from all over the globe, then turn around and with little
oversight lend that money to businesses and entrepreneurs
wherever they wanted -in the U.K., Denmark and the U.S. Over
time, the banks' assets- largely these loans they made – grew and
grew.
The money rode a carousel: Iceland banks borrowed, made loans,
borrowed some more. They had to pay their own lenders, of course,
but that wasn't a problem – there was always someplace to borrow
more money with which to make the payments.
Then, last winter, the credit crunch struck. By this summer,
no one wanted to lend to anyone, really, least of all Icelandic
banks. That was because they had gotten so large.
While investors figure the U.S. and large European countries
could come up with cash to bail out their banks if need be, what
could tiny Iceland, with á,¬2 billion in
foreign-exchange reserves, do if its banks with á,¬
100 billion in assets got in trouble?
Just printing more money -something the U.S. can do- wouldn't
help the Iceland banks much, since their debts were largely in
foreign currencies. The creation of more Icelandic krona would
just push down the exchange rate. Fearing this, investors began
shunning the krona. It tumbled more than 40% against the euro
this year.
Just about everything but fish is imported here, so the
plummeting krona has caused prices of cars and food and furniture
to rise rapidly. Inflation hit 14% recently. Families are
squeezed. In the past five years, household debt doubled as
people bought new homes and the tricked-out sport-utility
vehicles that chug through Reykjavik's streets.
Most loans are inflation-linked, meaning payments rise with
inflation, or in foreign currency, which means payments rise with
the sinking krona. Today, both are calamities.
Gisli Gislason, the director of the Reykjavik port, has an
office that looks over the harbor where cargo ships haul in
building materials and cars, and trawlers send out fish. He saw
the storm brewing a couple of months ago, when imports started to
fall off. Exporters began to recover.
"Overnight, the change of emphasis is going from banking over
to solid products, and that is fish and aluminum", he said.
Those fishermen who didn't plunge into banking are breathing
easier. Halldor Leifson had worked in the industry for a decade
and a half, in jobs from seaman to plant supervisor. A year and a
half ago he thought he'd bail for cushier employment.
"Every one of my fellows worked in the banks", said Mr.
Leifson, dressed in a white smock coat and a blue hair net,
standing on the floor of a fish plant in Reykjavik's harbor. "The
guys had been saying, 'You're still working in fish?'".
Mr. Leifson mulled a job as a consultant to banks, but in the
end he got cold feet about leaving an industry that had long been
his family's livelihood. "Thanks to God", he says. Behind him
rise rectangular tubs stacked 10 high. Fish spend three weeks
inside, curing in pebbly salt. A real economy needs products to
sell, Mr. Leifson says. Banking is "paper money. You can't do
anything with paper money".
After years of scorning fishing as dirty and boring, the
paper-money princes may have second thoughts. "Those especially
who have been raised in small villages close to the sea, they
still have it in their blood", says Mr. Leifson. "I think it is
just a question of moving back".
There are signs of that. It has been "slightly easier in the
past couple of months" to lure back workers who fled fishing for
the boom in home construction – an offshoot of the easy-credit
days, says Eggert Gudmundsson, chief executive of HB Grandi,
Iceland's biggest fishing company. Bankers who might want to
return had better be prepared to get wet. "We have very small
overhead, so we will not be hiring a lot of office people", he
says.
In an address last week, Iceland's prime minister told his
countrymen that they would have to fall back on the resources of
land and sea. Fishermen say they believe the government will
raise cod quotas to goose the business. This week, Iceland
nationalized the three banks. The prime minister said the "fairy
tale" of banking was over.
"Most of the people knew at heart that it would end in
disaster somehow," Mr. Kristjansson says. Says his son: "We had
one hell of a party. Don't tell me we shouldn't have expected
some sort of hangover".
– La crisis pone fin a la "saga" islandesa (Heraldo.es –
19/10/08)
Islandia ha pasado en un par de semanas de ser uno de los
países con nivel de vida más alto a estar al borde
de la bancarrota, con el sector financiero en ruinas, la divisa
por los suelos, una
inflación galopante y una deuda astronómica.
El fin de la "saga" islandesa cierra la etapa esplendorosa de
la última década, impulsada por la expansión
del sector financiero, que representa nueve veces el Producto
Interior Bruto (PIB), pero que se ha derrumbado en unos
días y ha arrastrado al abismo a todo un país, el
más golpeado hasta ahora por la crisis financiera
internacional.
Las autoridades islandesas negocian a marchas forzadas la
concesión de un crédito
ruso en Moscú y discuten una posible ayuda del Fondo Monetario
Internacional, mientras los desconcertados isleños se
aprietan el cinturón y se concentran diariamente frente al
Parlamento para mostrar su enojo con sus dirigentes.
El crecimiento de la inflación y la devaluación de la corona islandesa en los
últimos meses eran un presagio, pero no fue hasta el
pasado día 6 que los acontecimientos se empezaron a
precipitar.
Días después de adquirir por su falta de
liquidez el 75 por ciento del Glitnir, tercer instituto
crediticio del país, el Gobierno anunció que
garantizaba todos los depósitos en institutos crediticios,
pero sólo de los inversores nacionales.
Horas después aprobó de urgencia un plan de
rescate que permitía al Estado
nacionalizar toda la banca si fuera necesario.
Temeroso por el futuro de los ahorros de sus ciudadanos en las
filiales de bancos islandeses en el Reino Unido, el primer
ministro británico, Gordon Brown, congeló sus
fondos: fue el tiro de gracia.
En apenas dos días los tres principales bancos
islandeses -Kaupthing, Landsbanki y Glitnir- pasaron a control estatal,
entre acusaciones del primer ministro, Geir Haarde, a Gran
Bretaña por aplicar a Islandia "leyes
antiterroristas".
Las acciones de
los bancos se suspendieron y la bolsa tuvo que cerrar tres
jornadas por la situación inestable del mercado: cuando
reanudó su actividad el día 14, perdió un 76
por ciento de su valor.
Devaluada se ha visto también la corona islandesa, que
ha perdido dos quintas partes de su valor frente al euro en un
año, y aunque el Sedlabanki (Banco Central) ha bajado los
tipos 3,5 puntos, la inflación está en el 20 por
ciento y los pronósticos para los próximos meses
apuntan a que puede situarse en el cien por cien.
Los expertos no se atreven a señalar el alcance y
duración de la crisis, pero lo que es seguro es el fin de
la "gran fiesta".
Islandia, un país de poco más de 300.000
habitantes, ha vivido en los últimos 30 años una
modernización espectacular: gracias a la
implantación de un sistema de cuotas
pesqueras en la década de 1970, y la extensa
política de privatizaciones entre 1985 y 1995, incluido el
sector bancario, que impulsaron a una nueva generación de
jóvenes islandeses que empezaron a invertir en los
mercados internacionales.
Apoyados en una coyuntura económica propicia y en
préstamos en el extranjero, pusieron en práctica
una agresiva política expansiva en el Reino Unido y
Escandinavia, en particular en Dinamarca, el antiguo poder
colonial, del que Islandia se independizó en 1944.
Nadie como Jon Asgeir Johannesson, al frente del grupo inversor
Baugur, personifican mejor esa generación de nuevos ricos
y de consumismo desaforado: en apenas unos años se hizo
con varias de las más prestigiosas y exclusivas tiendas
británicas y danesas.
Como el magnate islandés interpretado por Fridrik T.
Fridriksson en la comedia de Lars Von Trier "El jefe de todo
esto" (2006), su apetito era insaciable, apoyado por los fondos
del Glitnir.
La caída de este banco y de todo el sector financiero
ha obligado a Johannesson a deshacerse de casi todo su imperio
británico, y es cuestión de tiempo que haga lo
mismo con sus inversiones
danesas.
Los dirigentes islandeses -que han reconocido ahora que
será inevitable acabar entrando en la UE, aun a expensas
de que ello perjudique a su potente sector pesquero- no han
ocultado su decepción por la falta de apoyo de sus
"amigos" de Estados Unidos y
de Europa, de los que sólo han recibido buenas
palabras.
La única ayuda concreta ha venido de los bancos
centrales de Suecia, Noruega y Dinamarca: en mayo aprobaron un
crédito por valor de 1.500 millones de euros (2.300
millones de dólares) a su homólogo islandés,
que hasta ahora ha hecho uso de 400 millones.
La crisis ha alimentado hasta bromas: una falsa salida a
venta de esta
isla volcánica en la página de subastas Ebay que ha
captado a muchos interesados en invertir, sobre todo desde
China.
Pero por dramática que sea la situación, su
presidente, Olafur Ragnar Grimsson, no duda de que los islandeses
saldrán adelante apelando a su "espíritu de lucha",
el mismo que les ha permitido sobrevivir en los últimos
siglos a la peste, las hambrunas, los inviernos helados, las
erupciones y los terremotos.
– The first casualty of the crisis: Iceland (VOX –
Research-based policy analysis and commentary from leading
economists – 12/11/08)
(By Jon Danielsson)
Iceland"s banking system is ruined. GDP is down 65% in euro
terms. Many companies face bankruptcy; others think of moving
abroad. A third of the population is considering emigration. The
British and Dutch governments demand compensation, amounting to
over 100% of Icelandic GDP, for their citizens who held
high-interest deposits in local branches of Icelandic banks.
Europe"s leaders urgently need to take step to prevent similar
things from happening to small nations with big banking
sectors.
Iceland experienced the deepest and most rapid financial
crisis recorded in peacetime when its three major banks all
collapsed in the same week in October 2008. It is the first
developed country to request assistance from the IMF in 30
years.
Following the use of anti-terror laws by the UK authorities
against the Icelandic bank Landsbanki and the Icelandic
authorities on 7 October, the Icelandic payment system
effectively came to a standstill, with extreme difficulties in
transferring money between Iceland and abroad. For an economy as
dependent on imports and exports as Iceland this has been
catastrophic.
While it is now possible to transfer money with some
difficulty, the Icelandic currency market is now operating under
capital controls while the government seeks funding to re-float
the Icelandic krona under the supervision of the IMF. There are
still multiple simultaneous exchange rates for the krona.
Negotiations with the IMF have finished, but at the time of
writing the IMF has delayed a formal decision. Icelandic
authorities claim this is due to pressure from the UK and
Netherlands to compensate the citizens who deposited money in
British and Dutch branches of the Icelandic bank Icesave. The net
losses on those accounts may exceed the Icelandic GDP, and the
two governments are demanding that the Icelandic government pay a
substantial portion of that. The likely outcome would be
sovereign default.
How did we get here? Inflation targeting gone wrong
The original reasons for Iceland"s failure are series of
policy mistakes dating back to the beginning of the decade.
The first main cause of the crisis was the use of inflation
targeting. Throughout the period of inflation targeting,
inflation was generally above its target rate. In response, the
central bank keeps rates high, exceeding 15% at times.
In a small economy like Iceland, high interest rates encourage
domestic firms and households to borrow in foreign currency; it
also attracts carry traders speculating against "uncovered
interest parity". The result was a large foreign-currency inflow.
This lead to a sharp exchange rate appreciation that gave
Icelanders an illusion of wealth and doubly rewarding the carry
traders. The currency inflows also encouraged economic growth and
inflation; outcomes that induced the Central Bank to raise
interest rates further.
The end result was a bubble caused by the interaction of high
domestic interest rates, currency appreciation, and capital
inflows. While the stylized facts about currency inflows suggest
that they should lead to lower domestic prices, in Iceland the
impact was opposite.
Why did inflation targeting fail?
The reasons for the failure of inflation targeting are not
completely clear. A key reason seems to be that foreign currency
effectively became a part of the local money supply and the
rapidly appreciating exchange-rate lead directly to the creation
of new sectors of the economy.
The exchange rate became increasingly out of touch with
economic fundamentals, with a rapid depreciation of the currency
inevitable. This should have been clear to the Central Bank,
which wasted several good opportunities to prevent exchange rate
appreciations and build up reserves.
Peculiar Central Bank governance structure
Adding to this is the peculiar governance structure of the
Central Bank of Iceland. Uniquely, it does not have one but three
governors. One or more of those has generally been a former
politician. Consequently, the governance of the Central Bank of
Iceland has always been perceived to be closely tied to the
central government, raising doubts about its independence.
Currently, the chairman of the board of governors is a former
long-standing Prime Minister. Central bank governors should of
course be absolutely impartial, and having a politician as a
governor creates a perception of politicization of central bank
decisions.
In addition, such governance structure carries with it
unfortunate consequences that become especially visible in the
financial crisis. By choosing governors based on their political
background rather than economic or financial expertise, the
Central Bank may be perceived to be ill-equipped to deal with an
economy in crisis.
Oversized banking sector
The second factor in the implosion of the Icelandic economy
was the size of its banking sector. Before the crisis, the
Icelandic banks had foreign assets worth around 10 times the
Icelandic GDP, with debts to match. In normal economic
circumstances this is not a cause for worry, so long as the banks
are prudently run. Indeed, the Icelandic banks were better
capitalized and with a lower exposure to high risk assets than
many of their European counterparts.
If banks are too big to save, failure is a self-fulfilling
prophecy
In this crisis, the strength of a bank"s balance sheet is of
little consequence. What matters is the explicit or implicit
guarantee provided by the state to the banks to back up their
assets and provide liquidity. Therefore, the size of the state
relative to the size of the banks becomes the crucial factor. If
the banks become too big to save, their failure becomes a
self-fulfilling prophecy.
The relative size of the Icelandic banking system means that
the government was in no position to guarantee the banks, unlike
in other European countries. This effect was further escalated
and the collapse brought forward by the failure of the Central
Bank to extend its foreign currency reserves.
The final collapse was brought on by the bankruptcy of almost
the entire Icelandic banking system. We may never know if the
collapse of the banks was inevitable, but the manner in which
they went into bankruptcy turned out to be extremely damaging to
the Icelandic economy, and indeed damaging to the economy of the
United Kingdom and other European countries. The final damage to
both Iceland and the rest of the European economies would have
been preventable if the authorities of these countries have acted
more prudently.
While at the time of writing it is somewhat difficult to
estimate the recovery rate from the sale of private sector
assets, a common estimate for the net loss to foreign creditors
because of private debt of Icelandic entities is in excess of $
40 billion.
The Icelandic authorities did not appreciate the seriousness
of the situation in spite of being repeatedly warned, both in
domestic and foreign reports. One prominent but typical example
is Buiter and Sibert (2008). In addition, the Icelandic
authorities communicated badly with their international
counterparts, leading to an atmosphere of mistrust.
The UK authorities, exasperated with responses from Iceland
overreacted, using antiterrorist laws to take over Icelandic
assets, and causing the bankruptcy of the remaining Icelandic
bank. Ultimately, this led to Iceland"s pariah status in the
financial system.
British and Dutch claims on the Icelandic government
The current difficulties facing Iceland relate to its dispute
with the Netherlands and the UK over high interest savings
accounts, Icesave. Landsbanki set these savings accounts up as a
branch of the Icelandic entity, meaning they were regulated and
insured in Iceland, not in the UK or the Netherlands.
Icesave offered interest rates much above those prevailing in
the market at the time, often 50% more than offered by British
high street banks. In turn, this attracted £ 4.5 billion in
the UK with close to £ 1 billion in the Netherlands.
Landsbanki operated these saving accounts under local UK and
Dutch branches of the Icelandic entity, meaning they were
primarily regulated and insured in Iceland, although also falling
under local authorities in the UK and the Netherlands. Hence the
Icelandic, British and Dutch regulators approved its operations
and allowed it to continue attracting substantial inflows of
money. Since the difficulties facing Landsbanki were well
documented, the financial regulators of the three countries are
at fault for allowing it to continue attracting funds.
Landsbanki went into administration following the emergency
legislation in Iceland… The final losses related to Icesave are
not available at the time of writing, but recovery rates are
expected to be low, with total losses expected to be close to
£5 billion. The amount in the Icelandic deposit insurance
fund only covers a small fraction of these losses.
Both the Dutch and the UK governments have sought to recover
the losses to their savers from the Icelandic government. Their
demands are threefold. First, that it use the deposit insurance
fund to compensate deposit holders in Icesave. Second, that it
make good on the amounts promised by the insurance fund, around
EUR 20.000. Finally, that it make good on all losses. The last
claim is based on emergency legislation passed in Iceland October
6, and the fact that the government of Iceland has promised to
compensate Icelandic deposit holders the full amount, and it
cannot discriminate between Icelandic and European deposit
holders.
Murky legal situation
The legal picture however is unclear. Under European law 1% of
deposits go into a deposit insurance fund, providing savers with
a protection of á,¬ 20.000 in case of bank failure.
Apparently, the European law did not foresee the possibility of a
whole banking system collapsing nor spell out the legal
obligation of governments to top up the deposit insurance fund.
Furthermore, the legal impact of the Icelandic emergency law is
unclear. Consequently, the Icelandic government is disputing some
of the British and Dutch claims.
Blood out of a rock
Regardless of the legal issues, the ability of the Icelandic
Government to meet these claims is very limited. The damage to
the Icelandic economy is extensive. The economy
is expected to contract by around 15% and the exchange rate
has fallen sharply. By using exchange rates obtained from the ECB
November 7 the Icelandic GDP is about EUR 5.5 billion, at 200
kronas per euro. In euro terms GDP has fallen by 65% (This
calculation is based on the Icelandic GDP falling from 1,300
billion Icelandic kronas to 1,105 and a Euro exchange rate of
200. One year ago, the exchange rate was 83. In domestic currency
terms the Icelandic GDP has contracted by 15% due to the crisis,
in Euro terms 65%).
The total losses to Icesave may therefore exceed the Icelandic
GDP. While the amount being claimed by the UK and the Netherlands
governments is unclear, it may approximate 100% of the Icelandic
GDP. By comparison, the total amount of reparations payments
demanded of Germany following World War I was around 85% of
GDP.
Resolution and the way forward
Any resolution of the immediate problems facing Iceland is
dependent on the UK and the Netherlands settling with Iceland.
Unfortunately, the ability of the Icelandic government to meet
their current demands is very much in doubt.
Opinion polls in Iceland indicate that one third of the
population is considering emigration. Further economic hardship
due to Icesave obligations may make that expression of opinion a
reality. Meanwhile, many companies are facing bankruptcy and
others are contemplating moving their headquarters and operations
abroad.
With the youngest and most highly educated part of the
population emigrating along with many of its successful
manufacturing and export companies, it is hard to see how the
Icelandic State could service the debt created by the Icesave
obligations to the UK and the Netherlands, making government
default likely.
The economic rationale for continuing to pursue the Icesave
case with the current vigor is therefore very much in doubt. If a
reasonable settlement cannot be reached, and with the legal
questions still uncertain, it would be better for all three
parties to have this dispute settled by the courts rather than by
force as now.
(Jon Danielsson – Reader in Finance at the London School of
Economics)
– Iceland: A portent of the future (World Socialist Web Site –
29/11/08)
(By Chris Marsden)
Iceland is facing a social and economic catastrophe. Its
300.000 people have suffered the worst and most immediate impact
of the worldwide financial crisis of any advanced country.
For that reason, the events in Iceland offer a portent of
developments that must inevitably unfold in much larger nations
and on the international arena.
Iceland's banking system has collapsed, plunging its entire
economy into an accelerating decline. In the space of seven days
in October, its three major banks became insolvent and the
government was forced to step in and take them over. The Brown
Labour government in Britain used anti-terror laws in an effort
to force the return of hundreds of millions invested there by
individuals, company's pension schemes, local councils, charities
and police forces – much of which will not be retrieved.
The scale of the losses was due to Iceland's efforts to become
a centre for global speculative investments, primarily by linking
bank rates to inflation, which exceeded 15 percent. Its banks
offered rates often 50 percent higher than available
elsewhere.
At its height, Iceland's banks held foreign assets worth up to
ten times its gross domestic product, with much of this
investment secured against international loans. It represented a
huge speculative bubble built on a pyramid scheme of
unsustainable debt.
Iceland is effectively bankrupt and cannot possibly repay its
vast debts. The losses that have now been suffered by foreign
creditors are estimated to be above $ 40 billion. Landsbanki's
online banking unit Icesave, for example, attracted more $ 6.75
billion in investments in the UK and $ 1.5 billion in the
Netherlands. Both countries are demanding these sums are
returned, a debt greater than Iceland's entire GDP. As Jon
Danielsson, reader in finance at the London School of Economics
pointed out, "By comparison, the total amount of reparations
payments demanded of Germany following World War I was around 85
percent of GDP".
Iceland has only staved off default by securing $ 10 billion
in financial assistance. A $ 2.1 billion loan from the IMF is the
first time that a developed country has received such assistance
since Britain in 1976. It will be accompanied by demands for the
type of "structural adjustment programmes" suffered by many
impoverished African and Asian countries so that global debts can
be "serviced". In addition Sweden, Norway, Denmark and Finland
have lent $ 2.5 billion, with additional loans agreed by other
European countries fearing the impact of total economic
collapse.
The economy is in meltdown. In domestic currency terms GDP has
contracted by 15 percent, but due to the collapse of the krona's
value this represents 65 percent in euro terms. Iceland's
currency is almost impossible to trade internationally. The value
of the krona has halved and inflation has reached 17.1 percent,
rising by 1.74 percent in a single month. Essentials have risen
even faster, with food prices rising by 30 percent.
Companies are folding every day and making thousands of
workers redundant. About a third of the population, are believed
to have lost all or most of their savings. The situation is so
bad that, in surveys, one third of respondents said they were
considering emigration. Many young people, with employment
skills, are already leaving.
This is the background for the political protests now taking
place regularly in the capital Reykjavik—directed against
both the coalition government of the Independence Party and the
Social Democratic Alliance and the IMF.
The concern within the media and ruling circles for the fate
of Iceland is palpable. Max Keiser wrote in the Huffington Post
asking, "Who Could Have Predicted Revolution in Iceland?"
He reports how earlier, "I asked the Head of Research at
Kaupthing Bank, if when the global debt bubble did burst, the
people might "rise up" in anger as they did in France in the
1780's. He laughed at the question: Today, the Icelandic people
are calling for revolution, literally".
The investment journal Fall Street.com also poses the
question, "Who would have ever imagined that Iceland would be in
a virtual state of economic anarchy and revolution?"
However, fears extend far wider than the economic and
political fate of Iceland. Danielson insists that "Europe's
leaders urgently need to take steps to prevent similar things
from happening to small nations with big banking sectors".
Hungary has already negotiated a $ 16 billion loan from the
IMF and $ 8 billion from the European Union that demands massive
cuts in services, jobs and pensions, workers suffering a wage
freeze and losing a yearly bonus worth eight percent of pay.
Ukraine was loaned $ 16.5 billion from the IMF and Belarus,
Serbia, Romania, Latvia, Estonia and Lithuania are reportedly
actively seeking loans.
Ireland is predicted to also follow Iceland's path. All News
Web Ireland states that "there is a good chance that Ireland
might be the next European nation to hit the skids in a big way.
"The Irish property market is severely overpriced, and the level
of debt here is sky-high: as people realize they can't eat a
house and as investment from the US starts drying the bubble will
burst' argues Sean McCarthy, a senior economic advisor to the
Irish banking sector. "When the property bubble truly deflates
here and panic takes over God help Ireland'".
The investment blog Credit Writedowns notes that whereas
"Ireland, was the first country to offer a blanket guarantee to
its banks' depositors", the "country has an outsized financial
sector which could not possibly be guaranteed by the Irish
government". Therefore, "It remains to be seen whether there is a
sub-current of panic about the fragile Irish banking system that
could lead it to Iceland's fate."
Fears of national bankruptcy leading to social and political
unrest are not, moreover, confined to small nations. There is
serious discussion of a similar fate awaiting the world's fifth
largest economy, the UK.
Patrick Hosking asked in the November 22 edition of Times, "Is
Britain simply a bigger version of Iceland? Certainly the City of
London is starting to look a bit too much like Reykjavik, but
with taller buildings and fewer cod… In essence the domestic
banks are largely bust. The Government's £ 500 billion
bailout plan is primarily designed not to keep banks lending to
small firms and to homebuyers but to prevent an unimaginable
financial calamity".
Hosking concludes with an ominous warning: "Banks provide the
very foundations and plumbing of the entire economy. A failure of
confidence in them could still bring the entire capitalist
edifice tumbling down… At the risk of hyperbole, we should not
be worrying about whether this is going to be a thin Christmas
for retailers (it is), but whether Britain and the West are about
to plunge into a years-long economic Dark Age – complete with
mass unemployment and social unrest".
It is such an understanding of the implications of the
unfolding global economic crisis that must now begin to inform
and animate a political rebirth of the workers' movement
internationally and its reorientation on a socialist programme
for the abolition of the profit system.
(Published by the International Committee of the Fourth
International – ICFI)
– Key Dates of Iceland's Crisis (The Wall Street Journal –
28/1/09)
Review major events in the meltdown of Iceland's financial
system.
Sept. 29, 2008 — The government puts in $ 810 million for a
75% stake in one of Iceland's three big banks, Glitnir Bank.
Ratings agencies cut Iceland's sovereign-debt ratings, and the
cost of insuring the debt against default jumped.
Oct. 6 — Prime Minister Geir Haarde says Iceland is at risk
of "national bankruptcy". The parliament passes emergency
legislation enabling the government to intervene extensively in
Iceland's financial system.
Oct. 7 — The government takes over two of Iceland's three
largest banks, Landsbanki and Glitnir. Iceland gives its biggest
bank, Kaupthing Bank, a loan of $ 703 million, and its regulator
bans short-selling in financial stocks.
Oct. 8 — British Prime Minister Gordon Brown says Britain
will take legal action against Iceland to try to recover British
deposits lost in Landsbanki's branch in the U.K.
Oct. 9 — Iceland takes over and nationalizes Kaupthing. With
some 20 local governments in the U.K. also holding accounts worth
well over $ 173 million in Icelandic banks, the British
government uses powers under its terrorism laws to freeze
Landsbanki's assets until the status of the deposits is resolved.
Iceland's Prime Minister Geir H. Haarde criticizes British
authorities at a press conference. The OMX Nordic Exchange
Iceland halts trading on all equities, citing the "unusual market
conditions".
Oct. 14 — Upon the reopening of equities trading at Iceland's
stock exchange, the market's key index plunges.
Oct. 15 — Icelandic authorities register a complaint with
NATO over Britain's invocation of anti-terrorism legislation to
freeze assets of Icelandic banks in the U.K.
Oct. 20 — New Kaupthing, Glitnir and Landsbanki banks are
established to assume control over their respective domestic
assets.
Oct. 24 — Iceland reaches a deal for a $ 2 billion loan from
the International Monetary Fund.
Oct. 28 — Iceland's central bank raises its key interest rate
to 18%, from 12%.
Nov. 3 — Norway's minister for Foreign Affairs, Jonas Gahr
Stoere, announces a five-year loan of $ 641 million to the
Icelandic government.
Nov. 20 — The IMF approves $ 2.1 billion loan for Iceland.
Iceland becomes the first Western European nation to get an IMF
loan since the U.K. in 1976.
Jan. 23, 2009 — Mr. Haarde calls for elections in May -two
years early- amid increasingly violent protests and the
fracturing of its coalition.
Jan. 26 — Mr. Haarde announces that he and his cabinet will
resign immediately.
Jan. 27 — Icelandic President Olafur Ragnar Grimsson asks the
head of the leftist Social Democratic Alliance to lead talks to
form a new minority coalition government.
(Sources: Wall Street Journal reports, Icelandic Government
Information Center)
– Islandia se perfila como el primer país
víctima de la crisis financiera, según el
"Financial Times" (ABC – 27/3/08)
El diario británico Financial Times
señaló ayer a Islandia, un país con menos de
300.000 habitantes repartidos en 103.000 kilómetros
cuadrados, aunque con uno de los niveles de vida más altos
del mundo, como la primera víctima de la crisis financiera
internacional, al anunciar que el banco central de ese
pequeño país había subido por sorpresa los
tipos de interés 1,25 puntos porcentuales hasta el 15% en
un intento de restablecer la confianza y alejar la posibilidad de
una recesión en su economía.
La institución monetaria del país del norte de
Europa justificó la medida por el "deterioro de las
condiciones de crédito en los mercados financieros
internacionales". En lo que llevamos de año, el krona, la
moneda islandesa, se ha depreciado un 22% frente al euro, por lo
que la entidad advierte que si no se invierte esta tendencia la
economía del país afronta una "espiral alcista de
la inflación, los sueldos y los precios de las exportaciones".
"Sólo el tiempo dirá si la medida funciona", ha
afirmado el gobernador del banco central islandés,
Ingimundur Fridriksson, al rotativo británico. "Islandia
es una economía pequeña pero dependiente del
exterior y expuesta, por lo tanto, a los movimientos en la
economía
internacional".
Subida de la Bolsa
Por el momento, la medida ha tenido su efecto inmediato tanto
en el mercado de divisas, donde el krona ha recuperado un 6,3% de
su valor, como en la Bolsa, cuyo principal índice ha
registrado a su vez el mayor repunte de los últimos 15
años con un avance del 6,2%.
El último movimiento del banco central islandés
sobre los tipos tuvo lugar en noviembre de 2007 y ese momento, la
autoridad
monetaria islandesa aseguró que dejaría el precio del
dinero inalterado hasta mediados del presente año, si no
era necesario intervenir antes, como finalmente ha ocurrido.
La decisión del instituto emisor islandés ha
venido impulsada también por el hecho de que la
inflación haya subido un 6,8% en febrero, muy lejos del
objetivo del
2,5% fijado de manera oficial desde 2004.
– La crisis convierte a Islandia en el Bear Stearns del
Atlántico Norte (El Mundo – 27/4/08)
El pequeño país nórdico afronta una
crisis que ha puesto en peligro los cimientos de su
economía, hasta ahora una de las más sólidas
de Europa.
(Por Pablo Pardo / Washington)
La economía de Islandia se funde más deprisa que
sus glaciares cuando les estalla uno de sus famosos volcanes al lado.
En lo que va de año, la corona se ha depreciado un 27%
frente al euro. Y todo a pesar de que el banco central de ese
país ha subido los tipos 125 puntos básicos, hasta
el 15,5%. Una medida a la desesperada que no ha evitado que, por
segunda vez en cinco meses, Standard and Poor's rebajara la
semana pasada la calificación de la deuda de ese
país.
Islandia se enfrenta a una tormenta perfecta: alta
inflación, derrumbe de la divisa y una recesión
que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI),
provocará una caída del PIB del 1,8% en 2009. Toda
una catástrofe para una nación
modélica. Porque Islandia es un país que, en lo que
va de década, ha crecido a un escalofriante 5% de media
anual y que, según la ONU, es la
nación del mundo con mejor Índice de Desarrollo
Humano, un modelo estadístico que muchos economistas
consideran el más idóneo para evaluar la
situación real de un país, ya que computa tanto
variables
económicas -como el PIB per cápita- como otras
sociales, entre las que están la educación o la
esperanza de vida. Pero ahora, semejante joya es calificada en
Wall Street como "el Bear Stearns del Atlántico Norte", en
referencia al quinto mayor banco de inversión de EEUU, que
se colapsó en marzo.
Y toda esa crisis viene de la contracción del
crédito que comenzó en EEUU hace 10 meses.
Islandia, una economía pequeña -con apenas 305.000
habitantes y un PIB de 13.500 millones de euros- corre el peligro
de ser la primera nación en convertirse en víctima
del colapso del crédito ocasionado por la explosión
de la burbuja inmobiliaria americana.
Claro que no todo lo malo viene de EEUU. En realidad, el
impresionante crecimiento de Islandia tenía mucho de
ficticio. Como explicaba Standard and Poor's en la nota a sus
clientes en la
que explicaba la nueva bajada del rating, "el apalancamiento de
la economía (de Islandia) ha alcanzado un nivel sin
precedentes".
En los últimos cuatro años, el crédito
concedido por los bancos como porcentaje del PIB se ha disparado
del 130% al 384%. Y la deuda del sector privado, que
equivalía al 184% del PIB en 2004, llegó en 2007 al
400%. En 2006, el déficit por cuenta corriente de Islandia
-que mide la cantidad de ahorro externo
que necesita una economía para financiar su crecimiento-
fue de un surreal 25,4% del PIB. En otras palabras: los
islandeses habían construido un paraíso a
crédito. Y ahora el crédito se ha terminado.
Es una situación que recuerda a la de otro país
que se está viendo tremendamente afectado por la crisis:
España.
Porque, según el FMI, el déficit por cuenta
corriente islandés se reducirá este año al
8%, es decir, 2,5 puntos menos que el de España. La gran
diferencia es que España obtiene gran parte de los
capitales que necesita de otros países de la zona del
euro, con los que no existe riesgo de
tipo de
cambio. Aunque, a cambio,
nosotros no podemos devaluar, de modo que nuestra crisis
sólo puede solucionarse con recortes de los salarios
reales.
Así que la súbita contracción del
crédito desatada por la crisis inmobiliaria de EEUU ha
atrapado a Islandia. El heroísmo suicida de su banco
central al subir más y más los tipos no está
teniendo efecto en un mercado en el que, simplemente, no hay
liquidez. Encima, las autoridades no están siendo
precisamente un modelo de gestión. El gobernador del banco central
islandés, David Oddsson, ha culpado de la crisis a los
especuladores «faltos de escrúpulos», y ha
amenazado con actuar como hizo Hong Kong en 1998: interviniendo
masivamente con dinero público en todos los mercados. Pero
a Oddsson se le ha olvidado el pequeño detalle de que el
Gobierno de la ex colonia británica literalmente nadaba en
dólares, mientras que Islandia tiene unas reservas
inferiores a 2.000 millones de euros. Como ha declarado el
economista islandés Thor Herbertsson al Financial Times:
"Islandia no corre más peligro que los bancos de Wall
Street". Lo que, visto cómo están los bancos de
Wall Street, no es precisamente ningún llamamiento a la
calma.
Apoyos
Europa del este y el Báltico corren el mismo
peligro
Islandia puede ser la primera economía de la periferia
de Europa que sufra un contagio brutal de la crisis del
crédito. Pero tras ella pueden venir otras. De hecho, toda
la zona del euro podría acabar rodeada de países en
crisis. Esa es una posibilidad que preocupa al FMI, debido a los
enormes déficits por cuenta corriente de varias
economías ex comunistas. Y también al sector
privado.
En una nota para sus clientes, el banco de inversión
Merrill Lynch explicaba la semana pasada que "seguimos
preocupados por el potencial de que haya shocks en ciertos
países europeos con desequilibrios significativos", en
referencia a Rumanía y Letonia.
Para Moritz Kraemer, de Standard and Poor's, "la
restricción del crédito global podría
golpear a la deuda soberana de los mercados emergentes europeos
con más dureza que a los de otras regiones". Para Kramer,
además de Rumanía y Letonia, también son muy
vulnerables Turquía, Kazajistán, Hungría,
Polonia, Bulgaria, Lituania y Ucrania.
La economía se desacelera
El país nórdico ha crecido en lo que va de la
década a un increíble ritmo del 5% anual.
Islandia ocupa el primer puesto en el Índice de
Desarrollo
Humano de Naciones
Unidas.
La deuda del sector privado llegó en 2007 a un 400% del
PIB, cuando en 2004 era sólo del 184%.
El FMI cree que el PIB caerá un 1,8% en 2009. Su
déficit por cuenta corriente fue del 25,4% en 2006.
Los islandeses han construido su paraíso
económico a crédito. Y el crédito se ha
terminado
– El Gobierno irlandés garantiza los depósitos
de los bancos (Expansión – 30/9/08)
En una medida excepcional, provocada por el desplome
bursátil del conjunto del sector financiero del
país, el Gobierno irlandés ha tratado de calmar
este nerviosismo con la decisión de garantizar los
depósitos y la deuda de los bancos del país durante
dos años. Bank of Ireland, Allied Irish Bank y Anglo Irish
Bank figuran entre las entidades "respaldadas".
Las secuelas de la crisis del sistema financiero no
sólo se traducen en rescates y nacionalizaciones. Las
alertas han llevado al Gobierno irlandés a tomar una
medida tan extraordinaria como la garantía de todos los
depósitos de los bancos del país durante un periodo
de dos años.
En un comunicado emitido por el Ministerio de Finanzas,
explican que "el Gobierno ha decidido establecer con efectos
inmediatos una garantía para salvaguardar todos los
depósitos, bonos y
deuda".
Irlanda es uno de los países más presionados por
el frenazo económico, y en particular por la crisis
inmobiliaria. Las previsiones de los analistas no descartan
incluso una contracción de hasta el 2% en la
economía del país.
La exposición
al mercado inmobiliario ha convertido a la banca irlandesa en una
de las más castigadas en las bolsas europeas. En el
día de ayer, el sector bancario registró
caídas de hasta el 26% en la Bolsa de Dublín.
La garantía del Gobierno sobre los depósitos se
prolongará hasta septiembre del año 2010, y
cubrirán a entidades como Allied Irish Bank, Bank of
Ireland, Anglo Irish Bank, Irish Life and Permanent, Irish
Nationwide Building Society y otras filiales.
Este respaldo del Gobierno no evita un nuevo desplome en las
cotizaciones de los bancos del país. En la apertura de la
jornada, los títulos de Anglo Irish Bank se hunden un 45%.
Más contenidas son las pérdidas que sufren Allied
Irish Bank y Bank of Ireland, del 15% en ambos casos.
– Islandia suspende temporalmente la negociación de sus principales bancos (El
Economista – 6/10/08)
El regulador financiero islandés decidió hoy
suspender temporalmente la negociación de los principales
bancos del país debido a la incertidumbre que rodea al
sector y sus efectos en la formación de precios.
De este modo, el regulador decidió la suspensión
de las acciones y cualquier otro instrumento financiero emitido
por los bancos Glitnir, Kaupthing, Landsbanki Íslands,
Straumur-Burdarás, Spron y Exista.
Por otro lado, el primer ministro de Islandia, Geir Haarde,
confirmó que los principales bancos del país han
acordado desprenderse de sus activos en el extranjero y reducir
su actividad exterior en el marco de los recientes movimientos
dirigidos a diseñar un plan de rescate que proporcione
estabilidad al sistema financiero. En este sentido,
precisó que por el momento no se ha tomado ninguna
decisión al respecto.
En este sentido, el diario británico Daily Telegraph
apunta que entre las opciones que se barajan aparece la
posibilidad de que el Gobierno facilite algún acuerdo
entre los principales bancos islandeses como Kaupthing,
Landsbanki y el recientemente nacionalizado Glitnir.
– Islandia se derrite (BBCMundo 6/10/08)
Hasta hace unas décadas Islandia, un país con
apenas 300.000 habitantes y una superficie similar a la de
Cuba, contaba
con una economía basada en la pesca.
Pero en los años 90 su industria
bancaria empezó a expandirse rápidamente en el
extranjero, creciendo en volumen ocho
veces por encima del Producto Interior Bruto del país. Fue
entonces cuando las compañías islandesas
desembarcaron en Europa, en países como el Reino Unido,
donde poseen desde cadenas de supermercados hasta clubes de
fútbol.
Pero ahora, como señala el corresponsal de la BBC,
Steven Duke, la tierra del
hielo y el fuego está sufriendo a consecuencia de la
crisis crediticia.
Siguiendo la estela de otros gobiernos europeos, este lunes el
gobierno islandés anunció que garantizará la
totalidad de los ahorros bancarios de sus ciudadanos.
Plan de emergencia
La medida se hizo pública después de que se
suspendiera la cotización de los seis bancos e
instituciones financieras más importantes del país
y el mismo día en que la corona islandesa perdió un
tercio de su valor frente al euro.
Además, el primer ministro, Geir Haarde, dio a conocer
en una dramática intervención pública los
detalles del plan emergencia que van a adoptar para salvar a los
bancos del país, después de un fin de semanas de
reuniones en las que participaron los principales líderes
políticos, financieros y sindicales del país.
Según Haarde, la actual crisis puede llevar al Estado
islandés a la bancarrota.
Según los detalles que han trascendido del plan para
hacer frente a la crisis, el gobierno podría tomar el
control de las instituciones financieras con problemas, incluso
obligándoles a que se fusionen o a que se declaren en
bancarrota. Anteriormente había anunciado que los
principales bancos del país han acordado vender algunos de
sus activos en el extranjero para traer dinero a casa.
El gobierno también quiere que los sindicatos
trasladen al país una parte importante de los fondos de
pensiones que tienen fuera del país. A cambio, los
sindicatos piden que Islandia presente la solicitud para
convertirse en miembro de la Unión
Europea (UE), algo a lo que se han resistido durante
décadas.
Recesión
Tras crecer a un ritmo del 7% anual, para el año
próximo se ha pronosticado que la economía
islandesa entrará en recesión, con unos tipos de
interés del 15,5% y una inflación por encima del
12%.
Hace una década, los bancos islandeses utilizaron los
ahorros nacionales como su principal fuente de
financiación. Pero hacia 2006 esos mismos bancos
dependían de los mercados extranjeros para obtener
liquidez. Ahora esos mercados se han congelado, dejándoles
con importantes deudas que pagar.
Según el corresponsal de la BBC, si en Islandia hace
seis años hubieran querido pagar las deudas que tienen sus
bancos en el extranjero, les habría constado a cada uno de
sus 310.000 habitantes unos US$ 26.000. Actualmente, según
nuestro corresponsal, cada hombre,
mujer y
niño en Islandia necesitaría cerca de US$ 280.000
para pagar esas deudas.
– Plan de urgencia: Islandia autoriza la intervención
estatal sobre todos los bancos (El Economista –
7/10/08)
Gobierno y oposición islandeses aprobaron anoche de
urgencia varias reformas legales que implican de facto el control
estatal de todo el sistema bancario.
Las nuevas medidas, en respuesta a la grave crisis financiera,
permitirán al Estado intervenir todos los bancos,
obligarlos a fusionarse o a declararse en bancarrota.
"Estamos ante la posibilidad de que toda la economía
nacional sea arrastrada a las profundidades de la crisis bancaria
global y que la nación se declare en bancarrota",
declaró en un discurso
televisado el primer ministro conservador, Geir Haarde.
Ayer, el regulador financiero suspendió temporalmente
la negociación de los principales bancos del
país.
– ¿Bancarrota nacional? Islandia toma el control del
segundo banco del país (El Economista –
7/10/08)
La crisis financiera internacional parece querer llevarse por
delante a Islandia, que se encuentra en riesgo de declararse en
"bancarrota nacional", según su primer ministro. Para
evitarlo, y tras suspender de cotización a los principales
bancos, han aprobado una ley para poder
intervenir todas las entidades que ya ha puesto en
práctica con la toma de control del segundo mayor banco
del país. Además, ha solicitado un préstamo
de 4.000 millones de euros de Rusia.
La Autoridad islandesa de Servicios
Financieros (IFSA) ha tomado el control de la segunda mayor
entidad bancaria del país, el Landsbanki, con el objetivo
de salvaguardar los depósitos domésticos y mantener
la operativa bancaria de forma ordenada, confirmó la
institución.
De este modo, IFSA precisó que la acción fue
tomada en virtud de los nuevos poderes otorgados por el
Parlamento islandés y subrayó que "todos los
depósitos domésticos están completamente
garantizados" y que el resto de servicios de la entidad funcionan
"con normalidad".
Ley a medida
Además, el gobierno islandés ha anunciado la
concesión de un crédito inmediato por valor de 500
millones de euros para el principal banco de Islandia, el
Kaupthing. Hace una semana, Islandia ya había
nacionalizado el Glitnir, tercer banco del país, hace una
semana, al adquirir el 75% de sus acciones para contrarrestar su
falta de liquidez.
Hoy mismo, Gobierno y oposición acordaron varias
reformas legales que implican de facto el control estatal de todo
el sistema bancario y a partir de las cuales pueden intervenir
todos los bancos, obligarlos a fusionarse o declararse en
bancarrota.
Previamente, el Gobierno había garantizado los
depósitos en bancos comerciales y cajas de ahorro
nacionales.
Crédito de Rusia
Por otro lado, el banco central islandés, Sedlabanki,
informó de que ha solicitado a un crédito de 4.000
millones. A pesar de que esta mañana se había
afirmado que dicha línea de financiación ya
había sido concedido, Rusia lo ha negado más
tarde.
Sin embargo, el ministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin,
señaló que sí habían recibido su
solicitud. "Islandia es conocida por su estricta disciplina
presupuestaria y vemos favorablemente este pedido. El resultado
se conocerá tras las negociaciones", dijo Kudrin.
Con este préstamo se incrementarían las reservas
de divisas, según manifestó el banco central, y se
refuerza la estabilidad cambiaria de la corona islandesa, que
acumula una depreciación del 30% respecto al dólar
en apenas un mes. En este sentido, el Sedlabanki ha fijado la
paridad de la corona islandesa con una cesta de divisas,
equivalente a 131 euros.
Al borde de la bancarrota
"Existe el peligro real de que la economía islandesa,
en el peor de los casos, sea arrastrada a las profundidades de la
crisis bancaria global, y el resultado sería la bancarrota
nacional", declaró en un discurso televisado el primer
ministro islandés, Geir Haarde. "Muchas personas
perderían dinero", añadió.
Hoy, la agencia de calificación crediticia Standard
& Poor's volvía a recortar el "rating" de la deuda
soberana de Islandia por segunda vez en lo que va de semana,
hasta "BBB/A-3" desde "A-/A-"'.
Islandia, un país de apenas 300.000 habitantes que ha
vivido años de boom económico, es uno de los
más afectados por la crisis mundial, debido a la
fragilidad de su economía, muy dependiente del sector
financiero, que representa ocho veces el PIB nacional.
– Islandia descarta que vaya a entrar en suspensión de
pagos (Expansión – 7/10/08)
Las quiebras y nacionalizaciones bancarias podrían dar
paso a una situación aún mucho más extrema,
la de la "suspensión de pagos" por parte de un Estado. Esa
posibilidad es la que ha forzado al primer ministro de Islandia a
asegurar, en rueda de prensa, que
"Islandia nunca ha incurrido en impagos de su deuda y no lo
hará". La ayuda financiera de Rusia ha activado las
alertas.
Prácticamente ningún país es inmune a los
efectos de la crisis crediticia. Pero Islandia podría ser
uno de los principales damnificados. Así lo ven analistas
como los de Deutsche Bank: "Probablemente está en la peor
situación del mundo desarrollado para hacer frente a la
crisis".
Su sistema financiero se ha mostrado también en las
últimas jornadas como uno de los más
frágiles, lo que ha provocado medidas también
extremas. El Gobierno islandés suspendió ayer la
cotización en bolsa de todos sus valores
financieros, en el mismo día en el que anunció que
garantizará todos los depósitos en bancos
comerciales y cajas de ahorro nacionales.
Sólo un día después, ha tenido que
proceder a la nacionalización del segundo mayor banco del
país, Landsbanki, para que las sucursales de la entidad,
la atención telefónica, los cajeros,
así como las operaciones por Internet se mantengan
abiertas con "normalidad".
La anormalidad viene además de la mano de la
financiación a la que ha tenido que recurrir Islandia para
llevar a cabo estas medidas. Un acuerdo con la "vecina" Rusia
permitirá al país escandinavo recibir un
préstamo por valor de 4.000 millones de euros.
El hecho de recurrir a Rusia para paliar la crisis de su
sistema financiero ha encendido todas las alarmas sobre la
situación ya no del sector bancario, sino de las cuentas
públicas. El déficit por cuenta corriente, a
finales de junio, era equivalente al 34% del PIB.
Para colmo, su moneda, la corona islandesa, se ha mostrado en
los últimos tiempos como una de las más inestables
en el mercado de divisas, más aún entre los
países desarrollados. Y los últimos acontecimientos
no han hecho sino agravar el desplome de la corona.
De ahí que el primer ministro islandés, Geir
Haarde, haya tenido que salir al paso de los temores de
suspensión de pagos del país, para asegurar en una
conferencia de
prensa en Reykjavik que "Islandia nunca ha incurrido en impagos
de su deuda y no lo hará".
– La Guerra
Fría llega a la crisis financiera de la mano de
Islandia (El Mundo – 8/10/08)
(Por Pablo Pardo)
Nashville (Tennessee).- Si hay algo que nunca esperó el
Departamento de Defensa de Estados Unidos es que un aliado de la
OTAN pidiera a Rusia un crédito de emergencia por valor de
un tercio de su PIB. En otras palabras, que Moscú se
convirtiera en quien salvara de la quiebra a un
miembro de la Alianza Atlántica. Como señalaba
ayer, de Breakingviews, "Rusia podría querer algo a cambio
del crédito". Y eso podría hacer que "EEUU se
pusiera nervioso acerca de la posibilidad de que supusiera una
presencia militar rusa en el Atlántico Norte". De hecho,
Washington tuvo en Islandia una de las bases más
importantes de la OTAN, la de Keflavik, cuya misión era
perseguir a los submarinos nucleares soviéticos por el
Atlántico Norte y garantizar que en caso de una guerra en
Europa los convoyes estadounidenses con suministros pudieran
alcanzar el Viejo Continente. La base fue cerrada hace dos
años.
Aún más alarmante para Washington es el hecho de
que el Gobierno de Reykjavik no se ha dirigido al Fondo Monetario
Internacional para pedir ayuda, a pesar de que la crisis bancaria
y de cuenta corriente de Islandia encaja como un guante en lo que
se supone que son las competencias de
esa organización. Esa decisión de
Islandia ha reforzado la sensación de que el FMI, en el
que EEUU tienen derecho de veto, está cayendo en la
irrelevancia más absoluta a pesar de los esfuerzos de su
actual director gerente,
Dominique Strauss-Kahn, por sacarlo del marasmo en el que se
encuentra desde que hace prácticamente una década
el también francés Michel Camdessus abandonó
el Fondo.
– Islandia nacionaliza ahora el primer banco del país
(Cinco Días – 9/10/08)
Las autoridades financieras de Islandia anunciaron hoy la
nacionalización del primer instituto crediticio del
país, el banco Kaupthing, un día después de
asumir el control sobre el tercero, el Glitnir, y dos
después de hacer lo mismo con el segundo, el
Landsbanki.
El gobierno de Reikiavik dictó a principios de semana
un decreto urgente por el que se atribuye la capacidad de
nacionalizar los institutos bancarios privados para evitar el
colapso financiero del país y la práctica
bancarrota de Islandia.
– La bolsa de Islandia suspende sus operaciones por la crisis
(Infobae – 9/10/08)
El mercado de Reikiavik cancelará su actividad hasta el
lunes por la inestabilidad que ocasiona la crisis financiera
internacional. El gobierno de Islandia aplicó el corralito
y estatizó los principales bancos
La Bolsa de Reikiavik, azotada por la crisis que golpea al
sector financiero de Islandia, suspendió sus cotizaciones
hasta el 13 de octubre, anunció este jueves el operador
bursátil OMX.
"A raíz de las condiciones de mercado inhabituales, OMX
Iceland decidió el jueves suspender temporariamente los
intercambios en sus mercados de acciones. Los mercados
reabrirán el lunes 13 de octubre", precisó el
operador en un comunicado.
– Y van tres: Islandia nacionaliza el Kaupthing, el mayor
banco del país (El Economista – 9/10/08)
A pesar de los esfuerzos del Gobierno islandés por
mantener la entidad a flote, finalmente ha sido necesaria su
intervención completa para salvarlo. El Estado
islandés ha anunciado hoy la toma de control del
Kaupthing, el principal banco del país, tras la
nacionalización del segundo y el tercero banco islandeses
en los últimos días.
La Autoridad islandesa de Servicios Financieros (IFSA), "de
conformidad con el poder acordado por el Parlamento
islandés, tomó el control de Kaupthing para
mantener la continuidad de las operaciones bancarias comerciales
en Islandia", afirmó en un comunicado.
Créditos insuficientes
Según el regulador islandés, los
depósitos de los clientes del Kaupthing están
completamente garantizados, y el ánimo de la
operación es "hacer funcionar al sistema bancario
doméstico".
Islandia ha tenido que recurrir a esta fórmula
después de haber intentado mantener el funcionamiento del
banco por otras vías. Así, ayer mismo, el Kaupthing
recibió un crédito de 5000 millones de coronas
suecas (cerca de 500 millones de euros) del Banco Nacional de
Suecia. Sólo un día antes, el propio Gobierno
islandés había inyectado con carácter inmediato otros 500 millones de
euros a la entidad.
Con esta nacionalización, los tres mayores bancos de
Islandia, gravemente afectados por la crisis financiera, ya se
encuentran bajo las alas del Estado. Y es que desde el martes, el
segundo y el tercer banco del país, el Landsbanki y el
Glitnir, han pasado a manos del Ejecutivo islandés con el
objetivo de salvaguardar los depósitos domésticos y
mantener la operativa bancaria de forma ordenada.
Para ello, aprobaron un plan de emergencia por el cual se
garantizaban el control estatal de todo el sistema bancario, de
forma que pudieran intervenir todos los bancos, obligarlos a
fusionarse o declararse en bancarrota.
ING a escena
Estas maniobras urgentes se han combinado con la acción
de ING Direct, que también ayer pactó con el Tesoro
británico la adquisición de los depósitos de
los bancos Kaupthing Edge y el Heritable Bank, filiales en Reino
Unido de los bancos islandeses Kaupthing y Landsbanki,
respectivamente.
En concreto ha
adquirido 3.200 millones de euros en depósitos y 160.000
clientes del Kaupthing Edge, y 690 millones de euros y 22.200
clientes del Heritable Bank.
– El capitalismo
"en entredicho" – Islandia nacionaliza los tres mayores bancos
del país y podría pedir ayuda al FMI
(Expansión – 9/10/08)
La debacle del sistema financiero de Islandia se ha completado
hoy con la nacionalización de su mayor banco, Kaupthing,
de forma que el Estado escandinavo, ahogado por el
déficit, pasa a tener el control de los tres mayores
bancos del país. Para dar este nuevo paso, Islandia,
después de las ayudas económicas recibidas de Rusia
y Suecia, estudia recurrir al FMI.
La oleada de nacionalizaciones en la banca se produce en una
situación extrema en las cuentas públicas del
país. No en vano, en las últimas jornadas el
Gobierno ha tenido que salir al paso de los rumores de una
posible "suspensión de pagos". Las agencias de
calificación crediticia han aumentado si cabe estos
temores, con los recortes de rating emitidos por S&P y
Moody´s en los dos días precedentes.
La falta de recursos
económicos, con un déficit público disparado
y una divisa desplomada, ha forzado al Gobierno islandés a
recurrir a otros países para financiar estos planes de
salvamentos bancarios. Primera fue Rusia, con el inicio de
negociaciones para una préstamo de 4.000 millones de
euros, y ayer la "vecina" Suecia, con 518 millones de euros para
garantizar la liquidez de la división sueca de
Kaupthing.
Las garantías del banco central sueco (Riksbank) no han
sido suficientes para evitar, hoy, la nacionalización del
mayor banco islandés. En el día de ayer el Riksbank
señalaba ya que Kaupthing, todavía, era solvente,
pero advertía que las condiciones del mercado financiero
islandés hacían difícil asegurar sus
obligaciones de pago.
Sin apenas recursos para llevar a cabo la
nacionalización de Kaupthing, el primer ministro
islandés ha reconocido que estudia solicitar ayuda
financiera al Fondo Monetario Internacional. La deuda del sistema
bancario de Islandia es equivalente, nada menos, que a 12 veces
la economía del país, según Bloomberg.
La crisis extrema del país escandinavo forzó al
banco central a intentar fijar un tipo de cambio fijo para su
divisa, la corona islandesa, y evitar así la continuidad
de su desplome. Pero una vez más la falta de recursos para
estabilizar la divisa llevó al banco central a abandonar
ayer estos intentos.
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