- Agiotaje
información chantaje - Infiltración
templarios - Fieles e
infieles. Iluminados y mafia - La
persecución religiosa. La reforma, divide y
reina - La
Revolución Francesa y el entierro de las
monarquías, illuminaten - La
Revolución de octubre - Libertad de
prensa y democracia - Los protocolos
de los sabios de Sión, la búsqueda del poder y la
tierra prometida - Guerras
mundiales – nazismo – paradójica. Cohabitación
capitalismo con comunismo - Dinero, fuente
de poder - El Club
Bilderberg - Teatro y
cine - La juventud,
columna vertebral - Anexo
El Mundo en que Vivimos
"…y adoraron al dragón porque
había entregado
el poder a la
bestia. También adoraron a la
bestia diciendo: ¿Quién como
la bestia,
y quién puede luchar contra
ella?"
Apocalipsis 13,4
Prólogo
Unas pequeñas minorías ven entre indignadas y
escandalizadas y las grandes mayorías aleladas ni se
percatan, cómo han sido deformados los que debieron ser
los fundamentos de una sociedad
civilizada: democracia,
libertad de
expresión y derechos
humanos.
La democracia, el término de que más se abusa,
fue convertida en autoridad, no
del pueblo, sino de unos cuantos muñidores de elecciones;
libertad de
expresión en instrumento de lavado de cerebros en manos de
los dueños de los medios y los
derechos humanos
los ponen hasta de garantes de crímenes aberrantes contra
esos mismos derechos. Ha sido así, como elevados y nobles
principios que
se volvieron derechos, terminaron desfigurados y envilecidos.
La democracia, la rebajaron a una desfigurada rebatiña
de traficantes de votos; la libertad de prensa, fue
transformada en una manipulación de masas para esclavos;
la política,
que fue concebida cómo el oficio más noble de la
comunidad, es
hoy un enfermo purulento e infecto y las altas dignidades de la
sociedad están ocupadas por los más indignos.
Fue como pintarrajar una catedral gótica, tapando con
colorines atractivos para la masa las primorosas tallas en piedra
que tan denodadamente esculpió el artista.
La sociedad de sociedades
hizo suya la máxima de los romanos: "Pan y Circo". Al
populacho anestesiado lo mantienen inmerso en un baile de
disfraces donde le es imposible distinguir nada. Las
máscaras diseñadas por sus titiriteros les
sonríen con una mueca perenne. Ya sólo importa el
ruido de las
percusiones y lo que los sustente y alucine.
Este fue el vulgo acondicionado por el poder secreto para sus
fines.
I
Agiotaje ;
información ; chantaje
Quienes creen que la convivencia entre los hombres
sería civilizada dotándolos a todos de riquezas,
desconocen el alcance de la codicia, cuyo apetito no se sacia con
tener, sino con tener más que los demás.
Con el poder sucede lo mismo que con las riquezas, esto es,
que el hombre se
siente impelido a estar por encima de sus congéneres, lo
cual crea una guerra de
emulación sin fin.
He allí las fuerzas capaces de subvertir todo
orden.
Desde el comienzo, al hombre no lo
contuvo ninguna barrera y pasó por encima de dioses,
leyes y
religiones
tratando de convertirse él mismo en dios, en ley y en religión y para ello
debió emplearse a fondo en resolver el gran interrogante
de: ¿Cómo detentar riqueza y poder, sin riqueza y
sin poder?
Concluir que quien no tenga con qué satisfacer sus
necesidades básicas, que padezca hambre, que padezca
frío, no es dueño de sí mismo y pierde su
libertad, pareció, como lo es, obvio.
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