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Etnodiseño Ecológico Latinoaméricano (página 2)




Enviado por Ibar Anderson



Partes: 1, 2, 3, 4

Paradójicamente algunas soluciones ya
venían siendo planteadas por teóricos de los
países desarrollados debido a la Crisis del
Petróleo de 1973 causada por la
Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) cuando se
cuadruplicaron los precios
internacionales del barril. La Guerra
Fría y el peligro para el mundo que representaban las
bombas
atómicas y el Ecologismo como movimiento de
reacción a los daños que se estaban produciendo al
medio ambiente
también dispararon hace cuatro décadas las
preguntas. Ahora podemos reflotar dicha teoría
(que nunca fue abandonada por el llamado Tercer Mundo,
países en vías de desarrollo y
economías emergentes) pero que podemos reflotar debido a
una nueva causa tal cual es la crisis productiva e industrial
mundial de principio del Siglo XXI, de similares
características a la de principio del Siglo XX (la
caída de la Bolsa de 1929 en EE.UU.). Con la diferencia
que las presiones internacionales de los gobiernos y las normas
medioambientales ISO 14.000(1)
pueden llegar a producir los nuevos cambios requeridos por estos
tiempos (que a fines del siglo XX eran impensables que se
produzcan).

Ante esta situación, las respuestas principales han
sido formulada a modo de hipótesis para la
enseñanza del diseño
industrial a nivel universitario, basada en las llamadas
tecnologías híbridas (alternativas,
intermedias o apropiadas para el desarrollo regional) y la
teoría del ecodiseño.
Observaremos que
ambas teorías
combinadas conforman tanto un promotor
«ecológico» como un promotor del
«ahorro
económico», esta es su doble ventaja: ambiental y
económica para afrontar la crisis global. Recordemos que
en el discurso de
asunción, el presidente de EE.UU. Barack Obama, hizo
referencias al calentamiento
global, lo que implica hacer frente a nuevos desafíos
tales como la degradación del medio ambiente.

¿Cuándo es apropiada una tecnología? Estas
preguntas son y han sido objeto de polémica entre
economistas, filósofos, sociólogos e ingenieros.
En este ensayo se
debate sobre
ello, pero saltando la simple etapa de diagnóstico (por lo que se aportan ejemplos
muy puntuales y concretos conformando un estudio de casos) y
asimismo se debate sobre las metodologías -mas o menos
científicas- implicadas en los procesos
tecnológicos.

Construyendo las soluciones-hipotéticas desde varias
fuentes
teóricas (Marco
Teórico) combinadas interdisciplinariamente: los
estudios económicos, la antropología, los estudios
psicológicos y etnográficos, y la ecología,
conjuntamente con los estudios específicos de los
teóricos del diseño industrial. Pues las respuestas
ensayadas requieren analizar la compleja realidad del mundo
global dentro de las particularidades regionales-locales y las
necesidades específicas de apertura del conocimiento
hacia nuevas fuentes teóricas y nuevos conocimientos tal
cual docentes y
alumnos de las carreras de diseño industrial lo solicitan
a sus respectivas universidades (como pudo apreciarse en la
encuesta que
realizó el Departamento de Diseño industrial de la
Facultad de Bellas Artes
de la Universidad
Nacional de La Plata, cuando realizó el Proyecto Plan GRADI
– Nuevo Plan de Estudios para la Carrera de Diseño
industrial).

Esto muestra que el
acceso al conocimiento que buscamos se nos presenta
análogamente a la forma de saber semiológico, lo
que detalla su complejidad y se sitúa necesariamente en la
interfaz de un gran número de campos del saber (como la
semiología lo hace con la filosofía, fenomenología, psicología,
etnología, antropología, sociología, epistemología, lingüística, teorías de la
percepción, neurociencias, etc). Y como la
tarea histórica de la semiótica, la nuestra, es la de hacer
cooperar esos saberes, institucionalmente separados, para
producir un nuevo saber, en cierto modo de segundo grado (lo que
significa construir teoría, indudablemente, deber de las
Universidades). Teniendo presente que el Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva de la Nación,
ha lanzado en su 5ta. Edición
del concurso de innovaciones e inventos,
investigación aplicada y diseño
industrial-gráfico: INNOVAR 2009, la categoría de
Proyectos de
«Tecnologías para el Desarrollo
Social» dirigidos a mejorar la calidad de
vida de las personas, basados en el uso de
técnologías sustentables medioambientalmente (que
hagan un buen uso de los recursos
naturales) o tecnologías sociales (basadas en el saber
popular: etnociencia), en las temáticas: medio ambiente,
arquitectura y
urbanismo, alimentación, salud, seguridad,
energías limpias.

El etnodiseño se ha venido practicando
empíricamente antes de la llegada del diseño
industrial como disciplina
académica, creemos que la propuesta del Ministerio de
Tecnología e Innovación Productiva de la Nación
nos habilita para hablar oficialmente de
«etnodiseño» ecológico
Latinoamericano.

Aclaraciones: Parte de este trabajo fue
publicado en Actas de Diseño nº 2, ISSN
1850-2032, marzo 2007, Año 1 Nº 1, bajo el nombre:
¿Cómo hacer Diseño industrial en
ciudades, localidades y regiones desindustrializadas o
no-industrializadas de la Argentina?
(Comunicación). Dentro del marco del
Iº Encuentro Latinoamericano de Diseño
"Diseño en Palermo
", Comunicaciones
Académicas, agosto 2006. Ver en la web de la
Universidad de Palermo:

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2008/05_publicaciones/01_actas_diseno/archivos_pdf/actas_n_2.pdf

Otra parte de este trabajo, de forma resumida y en proceso de
evaluación, fue presentado para ser
publicado en Actas de Diseño nº 7, bajo el
título: Tecnologías Híbridas y
Ecodiseño
(Resumen). Ver en la web de la Universidad
de Palermo:

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2007/02_auspicios_publicaciones/actas_diseno/articulos_pdf/A4126.pdf

Este trabajo de ensayo se complementa con otros dos ensayos
más escritos para el 1º Concurso de Ensayos
Librería Técnica CP67 / Editorial Nobuko –
Universidad de Palermo, a saber:

1 «Diseño Agro-industria». Propuesta para la
enseñanza del diseño de bienes de
capital y de
consumo
(durables y no-durables) basados en la
agro-industria».
Que fue publicado en la Revista
científica Arte y Ciencia Nº 6
editada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de
la Facultad de Bellas Artes, de la Universidad Nacional de La
Plata. 2008.

2 «Proyecto Plan GRADI».
Desarrollo hipotético de un Nuevo Plan de Estudios
para las Carreras de Grado de Diseño Industrial en
Argentina que de cuenta de las demandas del mercado educativo
(de los estudiantes), de la oferta
diferenciada (de las universidades), del contexto
económico-productivo regional Latinoamericano e
histórico-industrial nacional y sus relaciones con otros
países y el MERCOSUR»
(solicitar copia en CD a:
produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar). Una parte de este trabajo fue
publicado resumidamente en Actas de Diseño nº
1
, ISSN 1850-2032, marzo 2007, Año 1 Nº 1, bajo
el nombre: «Plan GRADI».
Formulación de un Nuevo Plan de Estudio para la
Carrera de Grado de Diseño Industrial de la Facultad de
Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata

(Comunicación). Dentro del marco del Iº Encuentro
Latinoamericano de Diseño "Diseño en Palermo
",
Comunicaciones Académicas, agosto 2006. Ver en la web de
la Universidad de Palermo (pág. 111):

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2008/05_publicaciones/01_actas_diseno/archivos_pdf/actas_n_1.pdf

INDICE:

1 – Situación problemática inicial___P. 7

2 – Algunas consideraciones iniciales___P. 7

3 – Diagnóstico introductoria___P. 8

4 – Desarrollo, discusión y construcción del Marco Teórico___P.
15

5 – Propuesta de la hipótesis de Ecodiseño y
Tecnologías Alternativas para el ejercicio del
diseño industrial en Latinoamérica___P. 32

6 – Citas
bibliográficas, referencias y comentarios___P. 40

7 – Bibliografía___P. 54

1 – Situación
problemática inicial:

Como es bien sabido, todo trabajo teórico de
investigación parte de una situación
problemática inicial que se quiere resolver. El problema
(formulado a modo de pregunta) del cual se parte en este ensayo
es: ¿como deben hacer las sociedades
Latinoamericanas en general y Argentina en particular, para
lograr hacer diseño industrial dentro de un contexto que
-en vías de desarrollo- ya era problemático para el
pleno ejercicio profesional, y que se está agravando luego
del crack de las bolsas del sistema
capitalista-industrial global, arrastrando a la producción mundial a una de sus peores
crisis históricas cíclicas, desde una visión
del economista ruso Nikolai Kondratief(2)? La región
Latinoamérica no es ajena a ello (tal como
ha quedado sobradamente demostrado por los principales medios de
comunicación con la caída de los principales
indicador económicos de las Bolsas de Comercio en la
región), y esta situación que preocupa tanto a
funcionarios de gobierno, como a
empresarios, profesionales de las distintas especialidades y
ciudadanos comunes; también debe preocupar al sistema
educativo universitario en su conjunto, dado que el mercado
del trabajo se contrae y fluctua.

La universidad debe no solo estar atento a ello, sino que
además deberá darle una o varias respuestas
posibles al problema, pues es la obligación social que le
compete. Más que respuestas deberá dar posibles
paliativos a la crisis productiva para atenuar sus efectos
(aunque como bien sabemos no puede solucionar la crisis en si
misma). Y este trabajo (que no pretende ser de
investigación, pues requeriría una estructura
organizativa mucho más detallada, profunda y extensa),
ensaya las posibles soluciones encontradas para ser puestas en
práctica, que a modo hipótesis representan en el
punto: 5 – Propuesta de la hipótesis de
Ecodiseño y Tecnologías Alternativas para el
ejercicio del diseño industrial en
Latinoamérica.

2 – Algunas
consideraciones iniciales:

Algunas de las hipótesis que aquí se proponen,
así como los Marcos Teóricos de donde se desprenden
corresponden a las líneas de investigación que se
venían trabajando por uno de los autores de este ensayo,
para la Beca de Investigación de Perfeccionamiento de la
Secretaría de Ciencia y Técnica de la Facultad de
Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata.
Período: desde abril-2004 hasta marzo-2006.

Muchos de esos trabajos que publicaban de forma parcial los
resultados de la beca de investigación SCyT – FBA
– UNLP (y otros que se han realizado en el período
2001/2008) fueron presentados y sometidos a discusión
académica en diversos Congresos, Jornadas, Seminarios,
Coloquios, Encuentros, Expo´s y Conferencias dentro y fuera
del país, con referato(3).

3 –
Diagnóstico introductorio sobre la situación del
diseño industrial en Latinoamérica:

Ante la pregunta ¿qué hacer para ahorrar
recursos
productivos, materiales y
económicos; por extensión de objetos, artefactos y
productos en
un país como el nuestro con las ya conocidas limitaciones
productivas de un país en vías de desarrollo,
inconvenientes de salarios para un
alto porcentaje de la población y dificultad de acceso de las
personas a dichos bienes materiales (pobreza e
indigencia extremas en las periferias de los grandes centros
urbanos)? Esto nos señala la necesidad de construir un
nuevo Marco Teórico y Metodológico para el
ejercicio del diseño industrial en áreas urbanas
(que se desindustrializaron en los últimos 30 años)
o rurales (que nunca estuvieron industrializadas). Esta nueva
teoría existe dispersa, y mas que construida debe ser
re-agrupada y actualizada, para dar respuesta a la
problemática planteada que ya había sido
diagnosticada en la región, hace muchos años por el
conocido teórico del diseño industrial:
Bonsiepe(4). Actualmente esta situación se esta agravando
luego de la crisis económica-productiva mundial producida
por la caída estrepitosa de las principales Bolsas de
Comercio a nivel global (cuya información circula en los medios masivos
de comunicación más importante del mundo, por lo
cual no nos detendremos en sus causas que pueden ser
leídas en los principales diarios, sino en sus efectos
sobre Latinoamérica, para poder
concentrarnos en proponer las soluciones posibles, que en
definitiva es lo que mas nos importa).

Es necesario repetir que la mayoría de los economistas
(sin necesidad de dar nombres) coinciden en sostener que la
crisis económica mundial originada en EE.UU. y extendida a
todas las economías capitalistas, va a agravar los ya
conocidos problemas de
pobreza que vienen afectando a países como Argentina y
Latinoamérica. En este sentido el diseño industrial
puede colaborar a solucionar algunas problemáticas
concretas (no todas, pero si muchas).

Tratar indirectamente algunos de los problemas
económicos requerirá rever aspectos ligados a los
bienes de capital o tecnología industrial (que
están siendo fuertemente afectados de un modo indirecto
por la crisis productiva, la inversión y la falta de capital). Por lo
cual se planteará la necesidad de intensificar los usos de
la ya conocida tecnología apropiada para resolver estas
problemáticas particulares. La política de la
tecnología apropiada puede ser útil en este
aspecto, ya que está pensada para atender las necesidades
básicas mayoritarias, tales como: producción de
alimentos, su
distribución y conservación,
provisión de agua, de
energía descentralizada o energías
alternativas, de infraestructura de salud, de educación, de
seguridad, de vivienda, de medios de transporte
colectivo, entre otros de vital importancia para mejorar la
calidad de
vida de los habitantes. Pues, esto ya fue señalado como
estratégico para países como el nuestro, hace
más de dos décadas lo explicaba el indiscutible
teórico del diseño industrial en
Latinoamérica: Bonsiepe. Al publicar el resultado de sus
investigaciones en revistas y libros como:
Diseño industrial en América
Latina
y El diseño de la
periferia.

A continuación se indica un resumen de ítems que
ya señalaba o diagnosticaba Bonsiepe sobre la
región Latinoamericana; y que es importante recordar o
tener presente (para ver como este cuadro se puede agravar con la
crisis mundial sino se hace algo al respecto por lo menos a nivel
académico):

-Bonsiepe explica que la brecha entre mundo académico
(enseñanza del diseño industrial en las
universidades) y contexto tecnológico y social era ya
alta. Siendo la enseñanza, entre otras, una tarea de
anticipación, existe el peligro de que se produzcan
desfases entre las contingencias inmediatas y los programas de
enseñanza. Este peligro puede ser reducido al unir
temática, didáctica e institucionalmente al curriculum de
enseñanza del proyectista y a la realidad
tecnológica y social. Por esta razón, la
aceptación de modelos y
experiencias de enseñanza del Centro (países
desarrollados) puede ser nociva, llevando a un posible
autobloqueo de las propias capacidades y a un distanciamiento
respecto de la cultura local.
De este modo el proyectista se transformaría en un
extranjero en su propio país. En síntesis,
según la opinión de Bonsiepe, el criterio clave
tanto para la práctica
profesional como para la enseñanza e
investigación de diseño en la Periferia
(países subdesarrollados como los Latinoamericanos),
consiste en el aporte a la liberación cultural (educativa)
y tecnológica (alternativa). Es absurdo pensar que los
países dependientes podrían ser emancipados por
otros que no sean ellos mismos (en este sentido las propias
universidades deben dar el paso para dejar de ser colonias
culturales de teorías extranjeras que no han demostrado su
fracaso, pero tampoco su éxito
total en suelo nacional,
esto puede ser fácilmente demostrado si se cuantifica
estadísticamente los casos exitosos y se lo mide en
función
del dinero gastado
en educación universitaria para lograr visualizar los
pocos casos exitosos logrados). El autor recuerda que
Tomás Maldonado dio, en ocasión de la Exposición
Mundial en Bruselas a finales de los años cincuenta, una
conferencia
que trataba el rol del diseño industrial como factor de
productividad.
Hoy en día esta temática está obsoleta.
Otras preocupaciones han tomado su lugar. Constatamos un profundo
cambio: de la
euforia del crecimiento a la desilusión con los resultados
en parte contraproducentes del industrialismo (explica Bonsiepe,
ahora podemos agregarle el agravante de la crisis
económica-productiva del capitalismo
industrial mundial que afectará a la ya afectada industria
nacional desindustrializada desde 1976 hasta el 2001).

-El autor sostiene que desde que existe el diseño
industrial en los países periféricos (a partir de la década
de 1960) se habla de la crisis del diseño industrial, que
se manifiesta en la existencia de un ejército de
desempleados o subempleados al margen del sistema productivo.
Actualmente, después de una vertiginosa
proliferación de cursos de diseño industrial en la
Periferia (Latinoamérica), se registra por un lado un
sobredimensionamiento cuantitativo, por el otro una creciente
conciencia acerca
del defasaje entre la oferta y orientación de los cursos
académicos y las necesidades concretas de la industria.
Este defasaje no se hace sentir solamente en el campo del
diseño industrial, sino que afecta también a otras
disciplinas proyectuales (por ejemplo, ingeniería mecánica, ingeniería de
producción). Nace la pregunta en la relación
costo-beneficio:
¿Cuánto se gasto en educación universitaria
sobre el diseño y cuantos logros nacionales se han
obtenido que la justifiquen? Pues, este continente
(Latinoamericano) ha sido descrito como rico en potencialidad,
pero pobre en realidad. En el área del diseño
industrial, aunque se registran intentos de romper con la
dominación extranjera y descolonizar el diseño
industrial local, la dependencia cultural se manifestó y
se manifiesta en forma preponderante. Marx decía
que "La burguesía no puede existir sin revolucionar
constantemente los medios de producción", este proceso
llevó a la acumulación de capital por parte de la
Metrópoli (EE.UU, Europa) y a la
dependencia tecnológica cada vez mayor de la Periferia (lo
cual llevó a una colonización ya no sólo de
las empresas, sino
también del diseño). El problema de la dependencia
tecnológica se manifiesta de muchas maneras, como
manifestaciones institucionales de la dependencia
económica(5) o como manifestaciones económicas de
la dependencia tecnológica(6). Las perspectivas para
intentos de contrarrestar el proceso de colonización
tecnológica y colonización del diseño en los
países periféricos no son precisamente brillantes
–explicaba Bonsiepe-; y debemos resistirnos a aceptar este
proceso con los brazos cruzados, como hecho consumado e
inevitable. Piensa que hay que encarar la formulación de
una contrapolítica paciente a pesar de las enormes
dificultades; dado que los neocolonizadores cuentan con
eficientes testaferros en la Periferia (que reproducen el sistema
desarrollado por y para los países avanzados y:
¿nosotros que hacemos con nuestra educación
universitaria?). Educación, Libertad,
Patria e Industria Nacional deben estar unidas, para romper con
las cadenas que nos atan.

-Sobre la educación
universitaria Bonsiepe decía que un discurso semierudito
sobre el diseño industrial tiende a suplantar la realidad
del diseño industrial. De esta manera el diseño se
transforma en un fenómeno de debates universitarios
alejados de la realidad, en vez de estar integrado en el sistema
productivo. Obviamente, un programa de una
institución de diseño industrial en la Perifera
debería estar explícitamente ligado a una
política tecnológica e industrial, y si las
condiciones lo permiten estar relacionado con un programa
sociocultural autónomo. Puede suponerse que las
diferencias esenciales entre Centro y Periferia implican un
perfil de enseñanza diferente del diseñador
industrial, aunque no ha sido definido y menos traducido en un
programa de enseñanza adecuado. Ver ensayo aparte cuyo
título es: «Proyecto Plan GRADI.
Desarrollo hipotético de un Nuevo Plan de Estudios para
las Carreras de Grado de Diseño Industrial en Argentina
que de cuenta de las demandas del mercado educativo (de los
estudiantes), de la oferta diferenciada (de las universidades),
del contexto económico-productivo regional Latinoamericano
e histórico-industrial nacional y sus relaciones con otros
países y el MERCOSUR»
(solicitar copia en CD a:
produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar). Elaborado por la Gestión
del Departamento de Diseño industrial a cargo del Jefe de
Departamento de Diseño industrial de la Facultad de Bellas
Artes de la Universidad Nacional de La Plata: DI. Eduardo
Pascal). Un
hito histórico, en el ejercicio democrático de la
función pública y el debate político dentro
del ámbito de la Universidad de La Plata. Donde se
intentó por vez primera adecuar la educación de la
Universidad Nacional de La Plata al contexto productivo nacional
y regional.

-La necesidad de nuevas fuentes teóricas y de los
nuevos conocimientos que se requieren para abordar
interdisciplinariamente los complejos problemas de la realidad
profesional del diseño industrial han quedado claramente
expresados en las opiniones que los docentes y alumnos de la
carrera de diseño industrial de la Facultad de Bellas
Artes (FBA) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
emitieron en la encuesta que realizó el Departamento de
Diseño industrial de la FBA – UNLP, con motivo del
Proyecto Plan GRADI. Donde asimismo se pudo observar una
paradoja(7). Este trabajo de ensayo se presento a parte, como ya
se cito bajo el título: «Proyecto Plan GRADI»
¿Cuáles son las materias del área social que
tanto docentes y alumnos de diseño industrial de la FBA
– UNLP, solicitaron como más importantes o
necesarias de ser incorporadas a un nuevo plan de estudios y que
resultaron ser paradójicamente contradictoras? La
respuesta fue variada según lo que opinaron los
docentes(8), también aparecen algunas coincidencias con lo
que opinaron los alumnos(9) sobre las materias que se
deberían incorporar. Sorprende saber que alumnos y
docentes coincidieron en la necesidad de materias del área
social que se combinen con perfil técnico (lo que motivo
este ensayo en parte). Como veremos más adelante, la
tecnología alternativa, puede combinar lo-social
con lo-técnico, perfectamente.

-Resume Bonsiepe que: para la enseñanza del
diseño no hay lugar institucional adecuado en el sistema
universitario actual. Las estructuras
académicas vigentes no están preparadas para la
formación de personas con competencia en
actividades proyectuales. Por lo tanto, piensa el autor que
deberían crearse instituciones
independientes que se dediquen exclusivamente a la
formación de especialistas en proyecto, o mejor a la
creación de una Universidad de Proyecto. Abarcaría
todas las disciplinas proyectuales, y debería orientarse a
una didáctica completamente diferente de la
didáctica tradicional. Por cierto, su insistencia en este
punto viene motivada por sus experiencias con la enseñanza
universitaria en los países periféricos, sobre
todo en Latinoamérica. Dentro de este vacío
general, una teoría del diseño que dedique al
llamado "Tercer Mundo" esfuerzos aclaratorios, falta por
completo. Pues, para el autor, el objetivo no
consiste en la calificación formal mediante un
título académico más de valor
simbólico que de valor concreto
(adquisición de un tótem o de un trofeo
académico). Una reconceptualización de la
categoría "proyecto" en todos los niveles de la
enseñanza es una de las condiciones para poder
implementar. El actual sistema universitario no es propicio para
preparar personas que tengan méritos proyectuales; no
solamente tiende a producir desempleados académicos
–lo que sería un fenómeno coyuntural-, sino
desempleables –que es un fenómeno estructural-. El
Plan GRADI apuntaba a salvar todos estos defasajes y mejorar la
calidad académica.

-Bonsiepe también sostiene que la presión
tecnológica que el Norte (EE.UU, Europa, etc.) ejerce
sobre el Sur (Latinoamérica) es enorme que en
términos de tecnología la Periferia (Argentina y
otros países) apenas existe. Pues a los países
centrales les conviene concentrar en el Centro mismo la
fabricación de productos y sobre todo el control sobre la
red de
distribución en mercados
internacionales, dejando a los países periféricos
el rol de consumidores de productos industrializados y proveedores de
materia prima
y alimentos; en este sentido las Manufacturas de Origen
Agropecuario (MOA), en la Argentina, según el INDEC
superan en términos de exportación a las Manufacturas de Origen
Industrial (MOI). Conclusión: Argentina es un país
que no logra ganar en cuanto a exportación de productos
manufacturados de origen industrial a las exportaciones de
origen agropecuario, por lo cual tampoco exporta diseño
industrial (por lo menos como debería hacerlo en
teoría) o su exportación es inferior en este
sentido. Porque en los países periféricos la
política de desarrollo fue practicada para integrar sus
potencialidades de riqueza, sobre todo materias primas y
alimentos, a la red dominante de las economías
centrales.

-Bonsiepe aclara que industria no es solamente una planta
fabril con maquinarias, con obreros, técnicos, personal
administrativo y una marca; estos
componentes constituyen solamente un, aunque a veces perfecto,
simulacro de industria. Tendremos industria, en el real y
completo sentido de la palabra, a partir del momento en que la
innovación
tecnológica forme parte intrínseca de la
práctica industrial cotidiana (motivo por el cual el
Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación conjuntamente con el
Ministerio de Economía de la Nación lanzaron el
Programa INNOVAR 2005-2009)(10). Pero los resultados
cuantificables de este programa hasta el momento son escasos y
nulos (ver críticas periodísticas de los
participantes del concurso nacional de innovaciones
tecnológicas que se publica en los principales medios de
comunicación en la sección prensa en:
http://www.innovar.gov.ar). Pues, donde no se
invierte en diseño industrial como objeto de
innovación tecnológica, allí no habrá
efectos de desarrollo producido por el diseño industrial.
Esto es coincidente con la teoría schumpeteriana(11)
-según Nochteff(12)- pues, la innovación
tecnológica entró bastante tarde en el horizonte de
variables
manejada por empresarios schumpeterianos y representantes de
Gobierno (caso Innovar 2005-2008). Lo positivo es: tarde pero
seguro.
¿Vamos por el camino adecuado a final de cuentas?

-Bonsiepe se atreve a formular como una causa de la
marginación del diseñador del sistema productivo lo
siguiente: la industria en los países periféricos
no necesita al diseñador, pues los problemas de la
industria en ellos no son problemas de diseño, sino de
producción
(y si la crisis mundial afectará
mucho mas a la producción industrial: ¿adonde va a
ir a parar el diseñador industrial en este contexto
Latinoamericano?).

-Además Bonsiepe dice que la Periferia tiene poco que
aprender del Centro en lo que al diseño se refiere, porque
el diseño que la Periferia necesita no existe en el
Centro. No se pueden pedir peras al olmo. El diseño en los
países ricos es para países ricos y carece de
relevancia en los países dependientes (como Argentina). La
pregunta es: ¿qué tipo de diseño solicita la
Argentina? Y una de las respuesta encontradas fue un
diseño agro-industrial (esto se publica en un ensayo
aparte titulado «Diseño Agro-industrial.
Propuesta para la enseñanza del diseño de bienes de
capital y de consumo (durables y no-durables) basados en la
agro-industria
», dado que su discusión es muy
extensa para discutir en este ensayo y fueron las conclusiones
presentadas en un informe de
investigación a la Secretaría de Ciencia y
Técnica de la Universidad Nacional de La Plata y al
Departamento de Diseño industrial de la Facultad de Bellas
Artes de la UNLP. Solicitar copia en CD a:
produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar).

-Bonsiepe dice que a lo sumo, solo en dos casos vale la pena
tomar en consideración el diseño industrial en la
Argentina:

(1) En el caso de productos destinados a competir en mercados
internacionales, es decir, en el caso de diseño para
exportación desde países periféricos a otros
países periféricos, o incluso desde países
periféricos a países centrales.

(2) En el caso de productos destinados a un mercado de alto
poder adquisitivo, en los centros de la Periferia (centros de
alto poder adquisitivo de Buenos Aires, por
ejemplo) estos centros de la Periferia podemos fácilmente
identificarlos en Capital Federal (en Argentina), con Montevideo
(en Uruguay),
Río de Janeiro, etc. Pero difícilmente en el
interior de los países Latinoamericano donde prevalece una
estructura fuertemente agro-dependiente.

-Según los conocimientos de Bonsiepe no existe
ningún país periférico que tenga algo como
una política de diseño industrial de cierto peso,
es decir, un conjunto de objetivos y
medidas relacionadas con el diseño industrial, o por lo
menos objetivos y medidas en las cuales el diseño
industrial esté explícitamente considerado.
Recién en el 2003 se puso en marcha el Plan Nacional
de Diseño
(PND) impulsado por la Secretaría de
Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa
dependiente del Ministerio de Economía de la Nación
con el fin de promocionar la gestión de diseño en
el ámbito empresarial. La idea directriz de este Plan
Nacional de Diseño
estuvo orientada a la
difusión de la gestión de diseño, como
factor de competitividad
industrial y agente dinamizador de la política de
exportaciones, apuntando al desarrollo de estrategias de
especialización y diferenciación en las empresas y
a destacar el valor de la forma como activo intangible del
proceso productivo. La clave de esta política fue
desarrollar formas de interacción que permitieran la promoción del diseño a través
de la articulación entre empresas y diseñadores.
Por lo cual, el Programa ProDiseño del Plan Nacional
de Diseño
conjuntamente con el Instituto Nacional de
Tecnología Industrial (INTI), esta orientado a favorecer
la innovación tecnológica facilitando el
vínculo entre empresarios y diseñadores; para lo
cual creo una Base de Datos
desde la web del INTI para coordinar la búsqueda de
trabajo que las empresas solicitan al mercado de oferta de
profesionales. Para mas información ver:

http://www.inti.gov.ar/prodiseno/datos/registro.php

http://www.inti.gov.ar/prodiseno/red_u.htm

http://www.pnd.gov.ar/web/amplia_not.php?not=2

-Bonsiepe anexa que el panorama se hace menos transparente por
falta de reglas claras respecto a la práctica profesional.
La estrechez en el mercado de trabajo conduce a la
situación que a veces los diseñadores se ven
obligados a ofrecer sus servicios
prácticamente gratis, o someterse a la
participación en concursos y licitaciones con procesos de
toma de
decisiones poco claros. Hay intentos de reglamentar el
ejercicio de la profesión (como el Colegio de
Diseñadores Industriales de la Provincia de Buenos Aires,
regido por la Ley 12803, salida
de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de
Buenos Aires, Argentina) y de ocupar un terreno propio en el
espectro de las actividades tecnológicas,
adaptándose a las reglas de juego del
resto de las profesiones establecidas. Sin embargo, conviene no
olvidar un hecho: la mayor parte del diseño industrial se
produce de manera informal, es decir, mediante la
intervención de otras profesiones o recursos
humanos que a veces ni saben que están haciendo
diseño industrial. Este hecho señala
inconfundiblemente que los diseñadores como cuerpo
profesional no han podido demostrar su imprescindibilidad.

-Bonsiepe agrega que el "estándar universal de
diseño" es un estándar formulado por y para algunos
países industrializados, cuya relevancia para los
países en desarrollo no está de ninguna manera
verificada.

-Además el autor dice que habrá que hacer
política a través del proyecto y no tratar de
sustituir proyecto por política. ¿Cómo se da
esta convergencia entre proyecto político y proyecto
tecnológico? Esta convergencia no se da, esta convergencia
se construye. Esta concordancia entre proyecto
político-social y proyecto tecnológico no es la
regla en la historia humana.

-Bonsiepe no niega la presencia de factores estéticos
en el diseño; esto sería absurdo; pero en la
Periferia estos factores estéticos no constituyen una
prioridad frente a los verdaderos problemas productivos
industriales y de dotar de infraestructura al país (en
áreas de salud, educación, transporte, etc.).

-Bonsiepe dice que hemos llegado hoy al fin de un proceso de
aproximadamente cien años de duración, durante el
cual el desarrollo industrial y su expansión figuraba como
meta deseable. Hoy en día vemos en cambio muchos
resultados contraproductivos del industrialismo. La esperanza que
él podía satisfacer las necesidades de la
mayoría de la población ha sido cubierta con un
rocío. La crisis de un modelo de
crecimiento industrial contraecológico; la
polarización a nivel mundial entre sociedades consumidoras
de las riquezas y sociedades marginadas proveedoras de las
materias primas como indispensable sostén de la industria;
las frustaciones experimentadas son los intentos de la
industrialización dependiente, lo que lleva a la
situación presente de perplejidad creciente.

-Bonsiepe refrenda el concepto de que
el diseño industrial está ligado a la industria con
sus tecnologías de producción, mientras el diseño
gráfico está ligado al comercio con sus
tecnologías de distribución. Considerando las
políticas económicas de algunos
países latinoamericanos durante los últimos
años, registramos la implementación de dos opciones
opuestas:

(1) la opción de la desindustrialización del
sector manufacturero nacional;

(2) la opción de una industrialización
preferiblemente con la participación de capital nacional.
Entre los países que coherentemente optaron por el camino
de la industrialización se encuentra México y
Brasil, donde
se justifica plenamente la carrera de diseño industrial,
mientras que en los países que sufrieron el desastre del
liberalismo a
ultranza (recordar el menemismo en la Argentina) se justifica
más bien la carrera de diseño gráfico, pues
predominan los problemas de distribución sobre
los de producción. Desde la mirada del autor
Argentina estaría más inclinada hacia el
diseño gráfico y menos al diseño
industrial.

-Bonsiepe continúa diciendo que para compensar el menor
grado de especialización técnica en
Latinoamérica comparado con Norteamérica, el
diseñador industrial requiere aquí una
formación más amplia (lo cual ha podido ser
verificado en el estudio de planes de estudios de otras
universidades latinoamericanas que se realizó dentro del
Proyecto Plan GRADI). Las universidades latinoamericanas
generalmente no ofrecen cursos para desarrollar la capacidad
innovativa en el ámbito tecnológico. Salvo
mencionadas excepciones, predomina una formación
académica de status sobre una educación
práctica orientada hacia la industria y los talleres. La
actividad tecnológica innovativa es considerada un trabajo
de bajo status, mientras investigación y desarrollo son
consideradas "realmente" científicas (fallas de la
Secretarías de Ciencia y Técnica de las
Universidades que no dan toda la importancia que deberían
dar a la cuestión tecnológica por ser de menor
status que la
ciencia-teórica). Esta división entre el mundo
académico y la realidad técnico-industrial (y
social) explica la baja influencia de las instituciones
académico-tecnológicas sobre su contexto
industrial.

-Prosigue Bonsiepe especificando que el diseño
industrial es una disciplina normativa "blanda", y los intentos
de transformarlo en una disciplina "dura" llevarán a nada.
La formación del diseñador industrial en la
Periferia debe ser más amplia, sobre una base
rigurosamente tecnológica. ¿Pero de que clase de
tecnología estamos hablando? Sin una documentación no se puede discutir
fundadamente; se termina discutiendo sobre opiniones, y las
opiniones después de todo no interesan. Primero cuentan
los hechos, después las interpretaciones, en este sentido
el Plan GRADI es histórico, pues conforma el 1º
antecedente de este tipo (discutir y elaborar hipótesis
sobre datos concretos y no sobre conjeturas de lo que
debería ser o no la carrera de diseño industrial en
la Argentina, comparado con el resto de Latinoamérica y el
mundo incluso).

-Finalmente Bonsiepe dice que por una serie de circunstancias
particulares, las empresas en los países
periféricos no están dispuestas a enfrentar el
costo del aprendizaje
"training" posuniversitario. Por esta razón se deben
buscar medidas a través de las cuales se pueda prestar
este servicio de
perfeccionamiento de los recursos humanos proyectuales,
construyendo un puente entre las exigencias del sector productivo
y el nivel de servicios alcanzable por las universidades, dado
que los programas de diseño industrial hoy vigentes sufren
de síntomas de obsolescencia (a pesar de los esfuerzos del
Plan GRADI). Estos programas orientados hacia la forma del
producto
pertenecen a lo que podría llamarse "programas de la
primera generación". Una revisión de estos
programas llevaría a la elaboración de "programas
de enseñanza de la segunda generación". Observando
las estrategias industriales podemos distinguir hoy en día
dos caminos diferentes, tanto para mercados internos como para
externos: una estrategia fijada
en el producto y otra que vuelca los recursos hacia la
innovación de procesos que abaraten los costos de los
productos. Innovaciones de procesos poseen igual y a veces mayor
importancia que innovaciones de productos. Formulado de otra
manera: el "know-how" de la forma pasará a ser el
"know-how" del proceso productivo de la forma donde deberá
intervenir el Ecodiseño y las
tecnologías alternativas como herramientas
estratégicas (que inmediatamente pasamos a discutir en el
item: 4 – Desarrollo, discusión y
construcción del Marco Teórico
). Y es lo que se
pretende hacer en las líneas siguientes para fortalecer
las deficiencias y buscar nuevas y mejores estrategias para la
profesión.

Si este breve diagnóstico para el ejercicio del
diseño industrial en Latinoamérica, planteado por
el teórico Bonsiepe, nos hablaba de las dificultades para
el ejercicio profesional a fin del siglo XX; creemos que la
crisis económica mundial va a profundizar sus efectos
sobre la región. Asimismo el inicio del nuevo siglo XXI,
con su crisis económica, esta cambiando –por la
fuerza– la
forma de pensamiento de
las mismas autoridades gubernamentales de los países
desarrollados (ideas que llegarán con tardanza a las
autoridades de gobierno de nuestra región); por lo que
empiezan a aparecer interesantes pensamientos (antes inexistentes
o dejados de lados) como la cooperación internacional para
la resolución de los problemas complejos (las nuevas
posibilidades que se abren para los acuerdos bilaterales entre
países), el medio ambiente y la sustentabilidad
económico-productiva, la necesidad de dar una mayor
atención a los problemas de
alimentación, higiene y salud,
educación y otros problemas básicos de todas las
sociedades (que requerirán infraestructura,
tecnología y diseño para atender dichas necesidades
insatisfechas). Y es aquí donde la teoría del
diseño industrial, asociada a los usos de la
tecnología va a tener que adaptarse, para dar respuestas a
los nuevos requerimientos dentro de un contexto socio-productivo
económicamente complejo. Y es aquí donde
entrarán en juego las nuevas hipótesis, buscando
darle respuestas a los nuevos planteamientos del nuevo siglo, y
que en este trabajo ensayamos.

4 – Desarrollo,
discusión y construcción del Marco
Teórico:

A partir de este diagnóstico introductorio
extraído de Bonsiepe y de las problemáticas
específicas que el autor señalaba para el
diseño industrial en Latinoamérica (que se van a
ver agravadas por la crisis económica mundial que va a
afectar a la región), pasamos ahora a las propuestas
concretas para solucionarlas. Pues este trabajo consiste en
ensayar respuestas posibles -hipótesis- que
guíen la búsqueda de soluciones a la crisis
económica, productiva, tecnológica,
ecológica y social. Efectivamente cuatro décadas de
ejercicio profesional del diseño industrial no han dado
todos los resultados positivos –y esperados- que
deberían haber dado. Aunque hay que ser cuidadosos cuando
se habla de Latinoamérica en general (dado que distintos
son los casos de Brasil frente a la Argentina y otros
países vecinos, por lo que resulta peligroso
generalizar).

De todos modos apostamos a un Marco Teórico general y
adaptable a todos los países de la región.
Así que la respuesta a esta problemática y otras
tantas de similar índole, nació a partir de la
combinación de teorías múltiples, a saber
de: (Schumacher, 1973), (Dickson, 1978), (Bonsiepe, 1982),
(Max-Neef, 1986), (Papanek , 1995), (Lovins, 2002) y (Canale,
2005) entre otros autores. Pues la pregunta puede ser planteada
del siguiente modo: ¿Cómo lograr un desarrollo
ecológico y tecnológico (sostenible o sustentable)
combinado con el desarrollo social y
económico-productivo?

Debe entenderse que el desarrollo requiere pues, de enfoques
holísticos, sistémicos y recursivos tal cual
podemos observar en: Morin, Prigogyne, Capra, Drucker, Fukuyama,
Habermas, Maturana (entre otros) y de: Schumacher, Dickson,
Bonsiepe, Max-Neef, Papanek y Canale (desde una concepción
disciplinar ligada al ámbito de la economía,
producción y los proyectos de ingeniería y
diseño industrial). Todos estos son algunos de los nombres
que comienzan a estar detrás de un nuevo paradigma (que
se quiere abrir con sus aportes a lo social, a lo productivo, a
lo regional, a lo sustentable ecológicamente, y a las
condiciones del subdesarrollo
de los países con problemas de todo tipo: desde lo
económico, a lo social, pasando por lo productivo y lo
tecnológico). Lo cual no solo es vital para la
Argentina.

En primer lugar, ya lo dijimos con anterioridad, desde 1975 el
teórico del diseño industrial Bonsiepe venía
haciendo un estudio y análisis de casos de la tecnología
apropiada, conveniente o intermedia (mas adelante veremos
más definiciones). Como es bien sabido este teórico
había desarrollado un análisis de la
problemática del diseño industrial en los
países Latinoamericanos y una práctica
pedagógica y profesional activa (que viene a complementar
desde otro ángulo los análisis regionales ligados a
las disciplinas proyectuales en situación de crisis frente
a las problemáticas típicas del subdesarrollo de
fin de Siglo XX, con el agravante de la crisis económica
de principio de Siglo XXI).

En segundo lugar, Víctor Papanek, otro teórico
del diseño industrial, en 1995 plantea en su libro:
The Green Imperative (El imperativo
verde
) una visión ecológica del
diseño industrial con una intervención
descentralizada, a escala humana
(pequeña escala productiva). Papanek ha desarrollado una
veintena de ejemplos y ha aportando una visión
interdisciplinaria para el Diseño industrial (con el
aporte de diferentes áreas: antropología, geografía cultural,
geología,
historia, tecnografía, cibernética, etc). Brindando a los
diseñadores elementos teóricos para actuar a
niveles locales y regionales.

Victor Papanek planteó que los diseñadores y los
profesionales creativos tienen su parte de responsabilidad
social pues su actividad puede implicar cambios en el mundo
real, según hagan buen o mal diseño. Papanek
escribe sobre diseño responsable; por ejemplo, los
diseñadores pueden contribuir a diseñar productos
más ecológicos, seleccionando cuidadosamente los
materiales que utilizan o puede diseñarse para satisfacer
las necesidades antes que para satisfacer deseos; además,
un diseño responsable debe ocuparse de proyectar para el
Tercer mundo. Los diseñadores tienen responsabilidad sobre las opciones que hacen en
los procesos del diseño.

Si combinamos los ejemplos desarrollados por Bonsiepe con los
explicados por Papanek, encontramos pistas de análisis,
estudio de casos, ejemplos clarificadores del panorama que
estamos intentando dilucidar.

Además, la visión de Papanek (con fuerte
sustento en la teoría mundial de la ecología y el
medio ambiente, con bases científicas) tiene un notable
punto de coincidencia con dos teorías desarrolladas
anteriormente desde enfoques distintos que son: en tercer lugar
en 1977, con fuerte sustento en la sociología, la de David
Dickson en su libro: Alternative Technology and the
politics of Technical change
(Tecnología
Alternativa, y las políticas de cambio
tecnológico
).

En cuarto lugar, la otra teoría análoga
había sido desarrollada en 1986 por el Premio Nobel
Alternativo Max-Neef(13) y otros autores(14), corresponde al
informe del Centro de Estudios y Promoción de Asuntos
Urbanos (CEPAUR): Desarrollo a escala humana. Una
opción para el futuro
.
Developmente Dialogue.
Cepaur Fundación Dag Hammarskjöld. Donde se proponen
caminos distintos para salir del actual estado
paralizante en el que ya se encontraban los países
Latinoamericanos antes de la crisis económica-productiva
mundial (para poder empezar a caminar hacia el desarrollo).

El economista chileno Manfred Max-Neef, en 1957 dio las
espaldas a la industria y se dedicó a estudiar los
problemas de los países en desarrollo. Trabajó para
organizaciones
de la ONU y en diversas
universidades de EE.UU. y América
Latina. Inspirado por el imperativo de E. F. Schumacher Lo
pequeño es hermoso
, miembro de la E. F.
Schumacher Society
desarrolló tesis que
denominó «economía descalza» y
«economía a escala humana», cuyos criterios
definió ya en los años 80 en una matriz que
abarca diez necesidades humanas básicas.

Del mismo modo que E. F. Schumacher propuso Lo
pequeño es hermoso
, el consultor
energético Amory Lovins propuso Lo pequeño
es rentable.
Lovins explica los beneficios
económicos ligados a las energías alternativas
descentralizadas, desarrollando el concepto de «capitalismo
natural», que fue elogiado en su momento por el
expresidente de EE.UU. Bill Clinton. Donde expone claramente que
los paquetes o soluciones tecnológicas de energías
alternativas o renovables son: chicas, rápidas y
modulares, con menos riesgo financiero
que los proyectos grandes y lentos (como una central
hidroeléctrica y nuclear) que normalmente tienen problemas
en la distribución de la red de tendido eléctrico;
eso estimula mucho su financiamiento. Como dato explica que EE.UU. el
sector privado, en el año 2008, invirtió u$s 148
mil millones en energías alternativas.

Lovins, que ha pasado por universidades como Harvard, Oxford,
California y Stanford, trabajó durante dos décadas
junto a su mujer,
socióloga y abogada especializada en temas ambientales, y
fue uno de los fundadores del Instituto Rocky Mountain.
También es el creador de un coche ecológico llamado
Hypercar.

La idea de Lovins es simple, pero también
revolucionaria. Y, sobre todo, necesaria. Lovins muestra que el
capitalismo no está reñido con el cuidado del medio
ambiente, por lo que se demuestra que el «ahorro
energético» (con claros beneficios
ecológicos) produce un «ahorro
económico» (con claras intenciones capitalistas). De
hecho, él mismo ha llevado este espíritu a la
práctica en multitud de ocasiones con algunas de las
empresas más importantes del mundo. Así lo ha
hecho, por ejemplo, con Walmart y hoy cuenta entre sus clientes a
empresas como General Motors (triplicando la eficiencia
energética de sus vehículos), que con él
mejoran sus credenciales verdes y bajan la factura de
luz
también. Es un gran conocedor del ahorro energético
para hogares, edificios y empresas; y por ello tiene mucho para
opinar sobre el diseño de productos de diseño
industrial doméstico (electrodomésticos y
otros).

Lovins fue nombrado por The Wall Street
Journal
como una de las personas cuyo pensamiento puede
cambiar radicalmente la industria mundial. Lovins forma parte del
debate científico desde 1976, cuando publicó en
Foreing Affaire su visión de un EE.UU.
emancipado de los combustibles fósiles gracias a la
eficiencia energética.

Asimismo Manfred Max-Neef ha señalado que la lista se
problemas a ser resueltos en contextos complejos del
subdesarrollo es extensa y habría que ir
enumerándola a modo de rubros o sectores de interés
estratégico para las regiones (ejemplo: agro-industria en
la región pampeana argentina, etc.), de acuerdo a la
disponibilidad de materiales locales y/o técnicas
tradicionales lugareñas con ciertas similitudes con
Dickson (cuando plantea atender la infraestructura en
alimentación, agua, salud, educación, transporte
público y otros).

Max-Neef al igual que Papanek, Dickson y Bonsiepe se
preocuparon por alcanzar el «desarrollo».

Uno de los documentos que
hemos seleccionado para tal efecto es el (para discutir el
desarrollo) que fuera preparado en 1965 para una Conferencia
sobre la Aplicación de la Ciencia y la Tecnología
en el Desarrollo de Latino América, organizada por la
UNESCO en Santiago de Chile y presentado por Schumacher en su
libro: Small is Beautiful (Lo
pequeño es hermoso
)(15). El documento se
convirtió en la base sobre la cual el "Grupo para el
Desarrollo de la Tecnología Intermedia" estaría
orientado a ayudar a la gente de los países en desarrollo
–como Argentina- en el sector no moderno de la
economía de un país (lo que lo hace aplicable a la
situación de la crisis económica actual que afecta
directamente al sector moderno).

José Pedro Barrán sostiene que en plena Guerra
Fría, preocupado por la crisis energética de los
años 70s –Crisis del Petróleo de 1973- y los
crecientes riesgos de la
energía
nuclear que movilizaron a los grupos
ecologistas, Schumacher propuso que la tecnología no
atropelle la dignidad
humana y no cause problemas mayores que los iniciales, como
está sucediendo hoy día con la contaminación ambiental y el aumento de
la pobreza. El
autor criticó el anti-ecológismo del sistema
productivo moderno, usando una de las citas más relevantes
de uno de los padres de la economía como Keynes, quien
dijo: "Por lo menos durante otros 100 años debemos
simular ante nosotros mismos y ante cada uno que lo bello es
sucio y lo sucio es bello, porque lo sucio es útil y lo
bello no lo es".
Sobre este tema se realizó un
trabajo de ensayo paralelo cuyo título es:
«Evolución dialéctica entre
lo-útil y lo-bello del diseño desde
la Antigüedad Clásica, pasando por la Modernidad y
terminando en la Posmodernida»
(solicitar copia en CD
a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar).

«Tecnología intermedia» es un
sinónimo de «tecnología adecuada» o
«tecnología apropiada». E. F. Schumacher lo
uso para describir aquella tecnología que era
significativamente más eficaz y costosa que los métodos
tradicionales (artesanales), pero que permanecía
todavía un orden de magnitud (diez veces) más
barata que la tecnología de los países
desarrollados.

Los partidarios de esta tecnología argumentan que puede
ser fácilmente adquirida y utilizada (incluso por la gente
empobrecida, lo que la hace especialmente apta para la crisis).
Mucha de la tecnología intermedia puede además ser
construida y puesta en servicio usando los materiales y el
conocimiento locales. Pueden ser construidas, operadas y
mantenidas por las poblaciones locales a base de una muy limitada
asistencia externa (técnica, material o financiera). De
acuerdo con el autor, normalmente es «apropiado» usar
sólo las tecnologías que pueden ser reparadas de
forma local (por la industria e ingeniería local y eso
ayudaría al diseño industrial local
también).

En cuanto a la situación en el Tercer Mundo, Schumacher
hace un especial hincapié en la idea de la necesidad de
una tecnología intermedia, esta sería una
tecnología apropiada para el lugar, con un coste medio de
instalación. Debido a que la industria moderna ha crecido
en sociedades que son ricas en capital, por lo tanto, de ninguna
manera puede ser apropiada para sociedades con poco capital y
abundante mano de obra (como Argentina). Lo mas lógico es
pensar que el tipo de tecnologías industriales (intensivas
en capital) de ninguna manera pueden ser la mas adecuadas para
enfrentar la crisis económico-productiva que produjo la
caída de las principales Bolsas de Comercio del mundo.

Schumacher aboga por el uso de tecnologías alternativas
para productos corrientes que sean sencillos, económicos
(por ende que no requieran grandes inversiones en
bienes de capital para producirlos) y no contaminen tanto el
ambiente como los producidos con las eficientes
tecnologías de hoy. Fue un llamado muy bien acogido en los
países subdesarrollados, que –cansados de verse
obligados a comprar productos demasiado avanzados- se lanzaron a
desarrollar tecnologías más adaptadas a sus
necesidades, máxime cuando no se pueden permitir ciertos
lujos por falta de recursos económicos.

Schumacher proponía tener en mente el concepto de la
tecnología apropiada (o intermedia) en todo momento, y el
centro que fundó en Inglaterra
trabajó estrechamente con las universidades, institutos
tecnológicos y otros centros de investigación, sin
descuidar al inventor solitario que puede hacer muchos aportes
significativos, como ha sucedido frecuentemente a lo largo de la
historia. No se necesita inventar de nuevo muchos dispositivos ya
existentes, sino utilizar el ingenio para adaptar a nuestras
necesidades los inventos o desarrollos hechos en otras latitudes,
además de generar una tecnología autóctona
para un determinado medio geográfico y la idiosincrasia
local. Esto ha venido sucediendo en Argentina con INNOVAR en sus
distintas ediciones 2005 hasta 2009 (para una mejor
visualización se aconseja ver los catálogos -en
pdf- de los proyectos y productos ahí presentados y
seleccionados por el Jurado Evaluador y presentados en la red:
www.innovar.gov.ar), logrará observarse que muchos
productos y procesos industriales ahí presentados
corresponden a innovaciones o invenciones previas adaptadas con
los recursos materiales y tecnológicos disponibles
localmente. Algunos ejemplos son muy ilustrativos de la
«tecnología intermedia»,
«adecuada» o «apropiada» Argentina.

Algunos ejemplos pueden dar una mejor idea de una
tecnología a la escala de las necesidades de los
países Latinoaméricanos en vías de
desarrollo. La lista incluye, según sostenía el
economista Schumacher(16), que trataremos mas adelante, entre
otros ejemplos, los siguientes casos:

(1) En lugar de usar electricidad o
combustibles para cocinar o calentar agua, pudieran utilizarse
cocinas o calentadores económicos que funcionan con
energía
solar o materiales desechados.

(2) Ya existen radios que funcionan con cuerda manual y permiten
oír transmisiones sin estar conectado a una red o usar costosas
pilas
alcalinas.

(3) El transporte con triciclos a pedal con una cesta para
llevar algo de carga –o el niño al colegio— o
un coche-furgoneta pudieran resolver muchos problemas de
transporte individual, en lugar de derrochar divisas en la
importación de vehículos grandes que
ruedan comúnmente con un solo pasajero, el chofer,
malgastando energía.

(4) Las computadoras
más antiguas pueden usarse para hacer tareas complicadas
como procesamiento de palabras y cálculos sencillos, en
lugar de adquirir las PC de última generación.

(5) La energía motriz o eléctrica puede
generarse interponiendo una turbina en cualquier salto de agua, o
incluso con molinos de viento donde hay corrientes de aire adecuados
(como la Patagonia
Argentina).

(6) Muchas casas modestas pueden construirse con materiales
elaborados con desechos de otras actividades, o con materias
primas locales, si se tiene la tecnología adecuada.

La definición de tecnología intermedia trata de
proporcionar argumentos para la creación de puestos de
trabajo en la economía de un país subdesarrollado o
en vías de desarrollo si se cumple con cuatro criterios
básicos:

(1) Los puestos de trabajo deberían crearse en zonas en
las que la gente con "problemas" vive actualmente (zonas
suburbanas del gran Buenos Aires u otros centros urbanos y en las
zonas rurales del interior del país).

(2) Debería ser lo suficientemente barata o
razonablemente accesible a pequeños grupos de individuos
(podrían ser cooperativas u
otro tipo de trabajo intersticial a la moderna economía de
mercado como ser: auto-empleados, organizaciones familiares,
pequeñas asociaciones comunitarias, micro-empresas, etc.).
Pues, la heterogeneidad estructural de las micro-organizaciones
poseen un tremendo potencial para atacar el flagelo del desempleo, dado
que los sectores modernos no serán capaces por sí
solos de resolver los efectos adversos de las crisis neoliberales
(a las cuales la Argentina está tan acostumbrada).
Sólo estos embriones de organización social de la producción
y del trabajo poseen el potencial de un desarrollo
económico alternativo y los diseñadores
industriales pueden proveer un diseño alternativo con una
tecnología alternativa. Pues, como el informe CEPAUR
describe, la
investigación teórica debe producir cambios
políticos y un camino para lograrlo es, como Dickson lo
describió: el cambio tecnológico.

(3) Las técnicas de producción que lleva
consigo, así como los métodos de
organización relacionados con ella, deben ser
relativamente sencillas, que sólo requieran un moderado
grado de habilidad para obtener un funcionamiento
satisfactorio.

(4) La producción debería basarse principalmente
en materiales locales y ser destinado a un uso local y/o regional
(Papanek hace referencia a este cuarto aspecto diciendo que las
producciones, en pequeña escala, no deberían ir
más allá de un marco local, para que se vallan
auto-replicando territorialmente; por otro lado, en este sentido
Schumacher es coincidente con Papanek).

Algunos autores como Schumacher sostienen que es preciso
hablar de «desarrollo
sostenible». Así que nos preguntaremos:
¿es posible pensar en una forma alternativa de
«desarrollo social», sustentado en un nuevo modelo de
«desarrollo tecnológico» con respecto al
modelo moderno de progreso que ha dado como resultado unos modos
de industrialización centralizados y a gran escala
(Fordistas)? La respuesta la hemos obtenido de varias fuentes
teóricas combinadas interdisciplinariamente (la crítica
proveniente de la sociología, la geografía cultural
y la antropología, los estudios psicológicos y
etnográficos, y la ecología entre otros).

Estudiar la tecnología como factor de desarrollo nos
lleva a hacernos una nueva pregunta: ¿qué
entendemos por «desarrollo sostenible»? Aunque sigue
siendo una palabra con múltiples interpretaciones
representa todo un pensamiento que ha pretendido la
superación de las primeras aproximaciones puramente
economicistas al concepto, referido por lo general al estado de
los países. Tres son las dimensiones del desarrollo
sostenible: el crecimiento
económico, la equidad social
y el equilibrio
ecológico.

Por otra parte, será necesario educar a la sociedad en
general para que comprenda mejor la tecnología que le
rodea, para que, por tanto, cada ciudadano pueda ser más
libre a la hora de opinar y criticar el rumbo tecnológico
que se le propone (o que se le impone). Visto de una manera
amplia, estas ideas pueden estar comprendidas en lo que
entendemos por «Educación para el desarrollo»
(rol fundamental de las universidades): una educación que
ofrece contenidos pero que también forma en valores, con
el objetivo de que cada individuo
exija —y se comprometa con— formas de vida acordes
con modelos de desarrollo sostenible dentro de la ética de
la solidaridad
internacional. Por ello, parece adecuado trabajar en la
construcción de nuevos conceptos como el de
«tecnología para el desarrollo», que puedan
englobar a conceptos más prácticos como el de
tecnología apropiada o tecnología intermedia,
ampliamente usados al hablar de tecnología en proyectos de
cooperación o de innovación tecnológica en
economías en desarrollo. Se trata por tanto de encontrar
ideas que, como la de «sostenibilidad», comprometan a
todos los ciudadanos.

El desarrollo sostenible es un proceso de cambio a diferentes
niveles, basado en una cultura y una racionalidad diferente
determinada por valores de compromiso, responsabilidad, creatividad y
solidaridad, que permita el crecimiento económico con
equidad, sustentabilidad ambiental y participación
democrática en las soluciones, mediante un uso racional de
los recursos naturales, financieros y humanos; en aras de un
desarrollo económico, científico-tecnológico
y humano. Existen diferentes tipos de sustentabilidad para
alcanzar el desarrollo sostenible, entre ellos se encuentran: la
sustentabilidad tecnológica, sociocultural,
económica y ambiental, entre las cuales existe una
estrecha relación y dependencia. El desarrollo
tecnológico es el conjunto de estrategias,
políticas, estilos y modelos para alcanzar el cambio
tecnológico, expresa un proceso de racionalidad interna y
progresiva guiada por el criterio de eficiencia del desarrollo
económico-social.

Por eso ahora se habla de que se debe lograr: desarrollo
económico + desarrollo social + desarrollo
ecológico. Para lograr el «desarrollo» en un
sentido integral de la palabra. Quizás una de las palabras
mas adecuada ha sido la de «ecodesarrollo». Que
implica el aprovechamiento de los recursos más eficientes,
mejorando la calidad de vida sin rebasar la capacidad de carga de
los ecosistemas
que la sustentan.

Mario A. Rabey(17) sostiene que una de las respuestas mas
creativas al problema ha sido la construcción del concepto
de ecodesarrollo, surgido en 1972 durante la Conferencia de las
Naciones Unidas
sobre el Ambiente Humano -comúnmente conocida como
Conferencia de Estocolmo -y desarrollado extensamente
por el economista I. Sachs (1980 y 1982, entre otros textos). Las
principales características de la noción de
ecodesarrollo incluyen:

(a) Una crítica al modelo convencional de desarrollo,
entendido como el mero crecimiento del volumen global de
bienes y servicios socialmente disponibles.

(b) La exigencia de una distribución más
equitativa de dichos bienes y servicios, entre las distintas
naciones y entre los miembros de cada sociedad nacional.

(c) La necesidad de que los sistemas
económicos y de asentamientos humanos no pongan en peligro
la conservación de los recursos naturales y los sistemas
ecológicos, considerados como herencia para las
futuras generaciones.

(d) Un enfoque regionalista, que postula estilos de desarrollo
diferentes para cada región, en base al uso de sus
recursos naturales y su identidad
cultural características.

(e) La realización humana como objetivo principal del
desarrollo, lo cual implica interés por satisfacer las
necesidades básicas de las mayorías pobres, por la
calidad de vida, por las relaciones sociales satisfactorias y el
respeto por la
identidad y el pluralismo cultural.

(f) El uso de técnicas combinadas, donde se integren
técnicas y conocimientos tradicionales
ecológicamente bien adaptados, con otras producidas por el
sistema mundial de ciencia y tecnología.

Obsérvese que uno de los aspectos centrales que se ha
incorporado a la polémica contemporánea sobre el
desarrollo incluye el énfasis en la consideración
de necesidades no materiales, tales como creatividad,
autovaloración, identidad y participación, junto
con las materiales, directamente ligadas a la reproducción física de las
poblaciones humanas. Mario A. Rabey dice que mucha gente, en
diversos lugares del mundo y desde distintas perspectivas, ha
comenzado a preocuparse por un desarrollo entendido no meramente
como crecimiento económico, sino como desarrollo
económico integral. Y que algunos antropólogos,
como Lomnitz (1983) han comenzado a sugerir que la creatividad de
distintos tipos de grupos locales subordinados, tales como
campesinos y habitantes de barriadas pobres de las ciudades,
puede ser empleada como una fuerza mayor en el proceso de
desarrollo.

Coincide Mario A. Rabey con lo que en este trabajo se discute,
sobre el debate del desarrollo, donde la tecnología ha
ocupado un rol central y lo discute en el contexto de
Latinoamérica, para lo cual utiliza una bibliografía especial(18).
Brindando el autor el ejemplo de las experiencias
prácticas de Fathy (1975) en construcción de
viviendas sobre la base de tecnología tradicional en barro
que constituyen un excelente ejemplo de aplicación
práctica de este punto de vista: un ejemplo de
aplicación del mismo en la Argentina puede encontrarse en
los trabajos de Rotondaro y Rabey (1985, 1986), sobre
diseño y construcción de prototipos de techos a
partir de técnicas tradicionales andinas. Por su
consideración de las técnicas tradicionales como
insumo básico, suele ser denominado tecnología
apropiada (Herrera 1981, Merlino y Rabey 1981).

Existen diversas teorías de lo que se ha dado en llamar
«desarrollo local», pero en síntesis podemos
decir que la teoría del
desarrollo busca explotar los puntos fuertes o ventajas
competitivas de un territorio (tangibles como intangibles, esto
es tanto: el capital físico como el socio-cultural,
político, empresarial, capacidad de gestión
institucional pública y privada, etc.) de modo tal que se
produzca un crecimiento económico y productivo
conjuntamente con un desarrollo social (mejora de la calidad y
nivel de vida de los ciudadanos, incremento del grado de
bienestar social y de los valores
socio-culturales y políticos, maximización de la
democracia,
reducción de la dependencia exterior, reforzamiento del
espíritu colectivo lugareño,  crecimiento
y generación de empleo,
conservación del medio natural, ecología para la
comuna, distribución de la riqueza, etc.), en un proceso
de negociación continua y sostenida
–democrática- dentro un espacio geográfico
determinado (rural o urbano, pero pensando en que la escala es
siempre mucho mas pequeña que las escalas provinciales, o
nacionales; en este sentido importan los niveles de ciudad,
comunas, aldeas o comarcas) con integración del capital económico,
social y cultural.

El desarrollo local debe abrirse paso a la discusión de
las tecnologías apropiadas para cada luagar o localidad
(geografía), patrones culturales asociados y recursos
materiales disponibles.

Una tecnología apropiada que hace preferencia de un uso
intensivo de mano de obra es preferible porque absorbe más
mano de obra (lo cual va directamente en contra de la alta
automatización). Pues, los desempleados no
están contribuyendo ahora a la producción y la
primera tarea es poner la mano de obra local a trabajar de modo
que produzcan mercancías útiles (a los detenidos
productivamente hay que movilizarlos laboralmente); pues, siendo
la contribución de un desocupado nula, la
producción de un obrero (aunque escasa o medianamente
equipado) es una positiva contribución al mundo del
trabajo y el capital. Y como la maquinaria compleja hace uso
intensivo de capital (bienes de capital) se aconseja el uso de
una tecnología intermedia (también se la puede
llamar conveniente o apropiada), que es mas barata (10 veces mas
barata que la tecnología más avanzada o de punta) y
hace mayor uso de mano de obra; de modo que no requieran
capitales altos e importaciones de
materiales (de alta calidad) y maquinarias difíciles de
obtener y comprar para su instalación para afrontar la
crisis que esta afectando a la región).

La tecnología intermedia sería inmensamente
más productiva que la tecnología nativa o
folclórica (que a menuda está en franca decadencia
y se corresponde con las artesanías), pero sería
también más barata que la tecnología
sofisticada, de alta intensidad en capital de la industria
moderna (en crisis). Por lo que dicha tecnología se
adecuaría mucho más fácilmente al entorno
relativamente simple en el cual ha de ser utilizada. El equipo
sería bastante simple y por lo tanto comprensible,
adecuado para el mantenimiento
y la reparación in situ. Un equipo simple
normalmente depende mucho menos de una materia prima
de gran dureza o de especificaciones exactas de calidad y se
adapta mucho más fácilmente a las fluctuaciones del
mercado que los equipos altamente sofisticados. Los obreros se
pueden entrenar más fácilmente, la supervisión, el control y la
organización son más simples y existe una
vulnerabilidad mucho menor a las dificultades desconocidas.

Las tecnologías adecuadas son muy aptas entre otras
cosas para favorecer el ahorro de capital y el empleo, satisfacer
necesidades humanas básicas (alimentación,
educación, salud). Es una combinación de
tecnologías que contribuyen a la consecución de
objetivos económicos, sociales y ambientales en
relación con la dotación de recursos disponibles y
las condiciones de aplicación de cada país.
Tecnologías que permitan satisfacer necesidades y
aspiraciones fundamentales con bajo costo social y
ecológico (no contaminantes, o en su defecto lo menos
contaminante posible). Aquellas tecnologías que logran
hacer avanzar los objetivos primarios del desarrollo de un
país o región tales como: la satisfacción de
la autosuficiencia, mediante la participación y el control
sociales y la armonía en el ambiente. Son
tecnologías perdurables de bajo costo apropiadas a las
necesidades especiales y apropiables porque facilitan la
ejecución con participación popular, sin complejos
equipos de construcción, retoman experiencias
constructivas autóctonas incorporando nuevos conocimientos
técnicos, excluyendo la dependencia tecnológica y
los modelos culturales totalizadores hegemónicos del mundo
desarrollado. Esta tecnología debe funcionar como
liberadora del hombre,
creadora de empleo, intensiva en fuerza de trabajo, y
ecológicamente sana, y su capacidad esencial es que debe
ser utilizada descentralizadamente a pequeña escala:
regional y local.

En muchos países en vías de desarrollo
(economías emergentes y en lo que se ha dado en llamar
Tercer Mundo) se observan muestras de estas tecnologías
poco avanzadas, aunque no sean tan modernas (mas adelante daremos
una lista de ejemplos de soluciones tecnológicas y de
diseño muy concretos que demuestran que no se trata de una
tecnología artesanal, aunque pueda incluir aspectos
artesanales, ni necesariamente una tecnología para pobres,
aunque pueda ayudar mucho a pobres y ricos).

Pensemos por un momento en el caso histórico de la
silla «Thonet» un icono del diseño, fue
racional no fue racionalista, dado que muchos de sus modelos son
decorativos, aplicaba un uso racional de la decoración con
perfecto equilibrio entre decoración y función
(tampoco era su estilo de producción una expresión
de la tecnología industrial, ya que en 19000 usaba a 4000
obreros que producían 6000 piezas diarias, lo que
demuestra el gran trabajo manual que requerían las
sillas). Este es un claro ejemplo de lo que B. Oriol en
Proceso y Erótica del Diseño aclara
al decir que la producción industrial no necesariamente
requiere máquinas
en el sentido de todo aquello que evite fuerza humana, sino que
necesariamente es una forma de «organización de la
producción» (que en este caso fue por medios
manuales,
semi-mecánicos). La separación entre
diseño y producción surgió
con anterioridad a la Primera Revolución
Industrial de 1760/1830, y el uso de
«máquinas» en la fabricación de muebles
no se utilizó hasta entrado el 1900. Sin embargo, Thonet
solamente utilizó los conceptos de producción en
serie asociados a la organización industrial capitalista,
basada en métodos artesanales de producción, en
pleno desarrollo de la industrialización mecánica. La estandarización y la
producción en masa comenzó a partir de 1850. La
clásica #14, había vendido 50 millones para 1910.
Para tal caso se ha desarrollado un ensayo paralelo que versa
sobre la discusión de la importancia de lo artesanal y lo
industrial en la enseñanza del Diseño Industrial,
trabajo cuyo título es: «El diseño
antes y después de la Revolución
Industrial a nivel mundial.
Investigación
sobre el diseño antes, durantes y después de la
Revolución Industrial inglesa. Caso de estudio
paradigmático del diseño de sillas, asientos,
banquetas, taburetes y otros muebles «para
sentarse»».
(Solicitar copia en CD a:
produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar).

Y aún en países avanzados, muchas personas con
altos recursos materiales utilizan algunos de estos medios para
satisfacer sus necesidades ecológicas (debido a su alto
nivel educativo y cultural), por lo que es muy común ver
en Europa a profesores universitarios desplazarse en bicicleta.
Quizás sean soluciones algo anticuadas (en algunos casos),
pero al menos contribuyen a que las mayorías de escasos
recursos puedan beneficiarse con tecnologías sencillas y a
su alcance, en lugar de estar sólo observando que unos
pocos disfruten de las modernas tecnologías. Estas
tecnologías, al fin de cuentas son mucho más
democráticas en ciertos casos puntuales.

La cultura de la tecnología apropiada expresa una nueva
concepción del hacer tecnológico, un nuevo
paradigma tecnológico. No se trata del desarrollo de una
tecnología tradicional atrasada (artesanal); tampoco se
trata, de desarrollar tecnologías modernas y altamente
competitivas 8que por sus costos resultan imposible de ser
alcanzadas), sino tecnologías que respondan a una nueva
racionalidad del hacer tecnológico, en el respeto al medio
ambiente. Lo apropiado está en la capacidad
tecnológica para asimilar, adaptar e innovar nuevos
conocimientos, por lo que requiere de una armonía entre
los sistemas: educativo, investigativo y productivo.

Incluso, a veces lo objetos, artefactos, productos
industriales (automóviles, electrodomésticos, etc.)
podrían ser sustituidos por aparatos más sencillos
y menos costosos, o simplemente se podría vivir sin esos
lujos (en algunos casos, hay que hacer la aclaración;
pues, es mucho mejor tener una heladera que no tenerla, dado que
los efectos positivos en la conservación de alimentos esta
comprobado). Para tal efecto se abordó un trabajo de
ensayo paralelo que investiga sobre estas cuestiones, presentado
bajo el título: «Relaciones entre el arte, la
arquitectura y el diseño industrial en los artefactos,
utensilios, muebles, electrodomésticos y otros objetos
domésticos de la Argentina desde mediados de S. XIX y
hasta fin de S. XX»
(solicitar copia en CD a:
produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar). Lo que por otro lado
conformó la 1º Tesis de Maestría en Estética y Teoría del Arte, escrita
para la carrera de Diseño Industrial en la Facultad de
Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. (Tesista:
Diseñador Industrial Ibar Anderson), (Director: Arquitecto
Fernando Gandolfi. Director del Instituto de Estudios del
Hábitat, unidad de investigación
nº 7, dependiente de la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Nacional de La Plata) y (Co-Director:
Diseñador Industrial Eduardo Pascal. Secretario de
Producción, Facultad de Bellas Artes, Universidad Nacional
de La Plata. ExJefe de Departamento de Diseño Industrial
FBA – UNLP).

Muchos de estos dispositivos llamados «high tech»
requieren generalmente de mayor energía o posteriores
refinamientos, que implican aún mayores gastos de
electricidad, accesorios, materiales, programas y métodos,
que significan mayores costos en productos y servicios
importados, generalmente con mayores repercusiones ambientales.
Los campos del transporte, los artefactos domésticos, los
medios audiovisuales y la informática, son ejemplos típicos de
esta realidad, donde para mantenerlos al día debemos
seguir dependiendo de los grandes centros tecnológicos,
agotando de paso nuestras contadas divisas. Pero esto es mas
complejo, pues: ¿hasta donde podemos prescindir de las
computadoras, por ejemplo, si para redactar este trabajo de
ensayo se esta escribiendo con una de ultima generación?
Como vemos, no se debe caer ciegamente en la crítica a la
tecnología occidental (en este trabajo no se busca eso,
sino rescatar sus puntos fuertes y fortalecerlos con nuevas
estrategias).

Shumacher no aceptaba la crítica de que esta tendencia
a la sencillez no contribuía al crecimiento
económico, pues aunque los productos resultantes pueden no
entran en las estadísticas industriales, de todos modos
representan una parte del producto interno
bruto y -lo que es más importante- mantienen ocupada a
mucha gente. Barrán continúa diciendo que existen
muchos otros casos en que pudieran tenerse productos de baja
tecnología para las masas, desarrollables en centros de
tecnología apropiada donde se comparta los conocimientos y
experiencias locales, o de otros países poco
industrializados. No podemos olvidar, que, a pesar de nuestra
aparente riqueza (¿agrícola-sojera?), somos un
país bastante subdesarrollado, según todos los
indicadores
socioeconómicos y por el escaso número de patentes
que se producen en nuestro medio. Como dato oficial, en
Argentina, en los años 2003-2005, un 17% de las
solicitudes de patentes correspondían a presentaciones
efectuadas por empresas o personas nativas (el resto eran
extranjeras). Según el Instituto Nacional de propiedad
Industrial (INPI), si tomamos el 100% del patentamiento de
desarrollos tecnológicos a nivel mundial,
Latinoamérica en su conjunto patenta un 19% frente al 36%
de EE.UU, el 42% de Europa y el 3% de Asia. Si bien es
cierto que las estadísticas del INPI colocan al CONICET
por encima de las patentes obtenidas por otros organismos como la
Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) del
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires o las Universidades
(públicas y privadas), también es cierto que
estamos por debajo de los niveles alcanzados por los
países desarrollados).

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