La enfermedad celíaca y la psiquiatría: Donde el cerebro y el estómago se reconcilian (página 2)
El gluten y sus familiares eran previamente
desconocidos en la dieta humana. Pero, una vez que los granos
comenzaran a alimentar comunidades estables, las proteínas
con ellos asociadas, comenzaron a matar gente, a menudo niños,
cuyos cuerpos reaccionaban a éstas de manera
peculiar.
Agricultura andina
El consumo
repetido de estas sustancias, finalmente, tornaría
sensitivos a muchos individuos, cuyos cuerpos no podrían
absorber los nutrientes contenidos en lo que
comían.
Las víctimas comenzarían a
sufrir de dolor abdominal recurrente, y diarrea, y a
exhibir los cuerpos emaciados y barrigas abultadas de personas
desnutridas.
La alimentación
defectuosa y el espectro de otras complicaciones haría,
las vidas de las víctimas, relativamente cortas y
miserables.
Si en aquel entonces las muertes causadas
por esta dolencia eran cuestionadas, no lo sabemos. Sin embargo,
en los últimos veinte años, los científicos
han comenzado a encajar las piezas de este rompecabezas
médico, con manifestaciones
psiquiátricas.
Hoy sabemos que es un trastorno autoinmune,
en el cual el sistema de
defensa del organismo ataca sus propios tejidos.
También se sabe que la enfermedad no sólo proviene
del contacto con el gluten y sustancias similares, sino que
asimismo es debida a una combinación de factores,
incluyendo la presencia de genes responsables por la
predisposición, y anormalidades en la estructura del
intestino delgado.
Lo que es más significativo es el
modelo
patogénico de cómo esta tríada de elementos
funciona.
La tríada fatal:
1. Un factor del entorno + 2. Una
susceptibilidad genética +
3. Una anormalidad intestinal = enfermedad autoinmune.
Las investigaciones
en la EC han dado pautas a nuevas terapias a seguir para otros
trastornos similares como son la diabetes tipo 1,
la múltiple esclerosis y la artritis
reumatoide.
Teorías antiguas
Luego del advenimiento de la agricultura,
miles de años pasaron antes de que ejemplos de
niños, que aparecieran estar bien alimentados, lucieran
malnutridos.
Malnutrición
EC adquirió un nombre en el primer
siglo AEC, cuando Areteo de Capadocia, un médico griego,
reportara la primera descripción científica,
llamándola koiliakos, por la palabra griega por
"abdomen" koelia.
El facultativo británico Samuel Gee
se considera el padre moderno de la EC. Cuando, en una conferencia
dictada en el 1887, éste la describió como "un
tipo de indigestión crónica que afecta a personas
de todas las edades, pero que es más común en
niños entre los cinco y los doce
años".
Gee, intuitiva y acertadamente, dedujo que
errores en la dieta podrían causarla.
Pero, tan sagaz, como este galeno fuera, la
naturaleza
verdadera de la enfermedad le evadió, ya que, para
tratarla, sugirió alimentar esos niños con "pan
tostado en ambos lados".
La identificación del gluten como
factor desencadenante ocurrió después de la II
Guerra
Mundial, cuando el pediatra holandés Willem-Karel
Dicke notó que la escasez de pan en
Holanda — consecuencia de las hostilidades — resultó
en una disminución de los casos de EC, que, de antes
afectar un 35% de todos los niños, se redujo a cero
durante la carestía.
Este médico asimismo reportó
que, cuando el trigo se hiciera disponible de nuevo, que los
casos de EC retornaron a sus previos niveles.
Los efectos
biológicos del gluten
La exposición
repetida al gluten, en pacientes con EC, causa que las
vellosidades en el lumen del intestino delgado, aparezcan
inflamadas y resulten dañadas crónicamente,
haciendo que se vuelvan incapaces de absorber la comida y de
divertir los nutrientes extraídos de ella — a
través de la pared intestinal — hacia el torrente
circulatorio, para su distribución final.
Afortunadamente, si la enfermedad se
diagnostica temprano y los pacientes se mantienen en una dieta
libre de harina, la arquitectura del
intestino delgado, casi siempre, retorna a lo normal y los
síntomas desaparecen.
En una persona
susceptible, el gluten causa esta inflamación y produce daño
estructural por medio de la actividad de varias células
del sistema inmune, que son llamadas a destruir tejido sano,
creyendo que estos están bajo ataque por agentes
patógenos.
Existen pruebas de
laboratorio,
incluyendo la más utilizada, que es la biopsia intestinal,
para establecer el diagnóstico.
Se cree que la incidencia real de EC es
mucho mayor que la reportada, ya que casos ligeros escapan toda
detección.
Asimismo se ha establecido que, la
disrupción en la absorción de nutrientes causada
por la EC, puede enmascarar otros síndromes de
malnutrición. Por ejemplo, la interferencia con la
absorción del hierro puede
causar anemia, y la
reducción del paso del ácido fólico del
intestino a la sangre, puede
resultar en una variedad de trastornos
neurológicos.
Además, robándole al cuerpo
de elementos esenciales, EC puede causar la osteoporosis,
dolor de las coyunturas, fatiga crónica, estatura corta,
lesiones de la piel,
convulsiones, demencia, y psicosis.
Del gluten a la
disfunción inmune
EC nos ofrece un modelo muy valioso para el
entendimiento de los desórdenes autoinmunes porque es el
único ejemplo de una condición donde un solo
componente del entorno — el gluten — puede desencadenar o
extinguir el proceso.
Para la mayoría de los seres humanos
el gluten no presenta problemas, ya
que el proceso mismo de la digestión convierte
todas las proteínas en aminoácidos
estándares que, aunque sean ofensivos, pasan
desapercibidos por el cuerpo.
Radiografía del estómago
en el síndrome de mal absorción
El gluten, sin embargo, posee una
estructura peculiar: Es altamente abundante en los
aminoácidos glutamina y prolina. Éstos son
resistentes al proceso digestivo normal, lo que, combinado con
factores genéticos en el metabolismo de
la harina, resultan en la enfermedad.
Prosigamos con los trastornos
psiquiátricos asociados con la EC
El modelo
celíaco de los trastornos emocionales
F. Curtis Dohan, en los años 1960s,
fue el primero de los investigadores quien asociara claramente,
la existencia de disturbios emocionales, a la desnutrición producida por la EC. Lo hizo,
describiendo, en niños celíacos, la
distanciación emocional, las actividades hiperactivas, la
estereotipia de los movimientos, y las apariencias
— en algunos de ellos — de ser autistas. Otros investigadores
anteriormente, habían intuido la correlación de la
existencia de la EC, con la presencia de trastornos
obsesivo-compulsivos en adultos. Además de la presencia de
alucinaciones y falsas creencias, y de la aparición de
ideas paranoicas. Postulando que la esquizofrenia
pudiera ser causada por algunas formas de la nutrición
insuficiente. (Para una revisión excelente de este
argumento: Munkgaard, B [2005] The association between
schizophrenia, Celiac Disease and the Gluten-Free Diet en
Acta Psychiat Scand 1-9).
La teoría
de la EC, como causante de la esquizofrenia, nunca se
popularizó y tampoco nunca ganaría
aceptación. Lo que es innegable es el hecho de que las
carencias vitamínicas y nutricionales forman el substrato
de muchas patologías neuropsiquiátricas, como son
las encefalopatías alcohólicas, la locura
megaloblástica, la pelagra, y el síndrome de
Korsakoff, entre otras más. (Para entender la locura
megaloblástica, véase el artículo del
mismo nombre en monografías.com).
Que existe un riesgo asumido
con la ingestión del gluten para personas susceptibles es
una realidad establecida en nuestras culturas, ajustadas como lo
están, a los sistemas de
nutrición inadecuadas, típicas de las sociedades
occidentales que viven de las fast-food.
Como cultura, la
nuestra, consume más granos contenedores de gluten que
otro alimento.
Dolor abdominal
El diagnóstico mismo de EC ha
cambiado, de ser un procedimiento que
dependía de una biopsia del intestino, a uno en el cual es
requerido utilizar la evaluación
de la historia
clínica como elemento principal, ya que algunos casos de
EC — aunque aparentes sintomáticamente — no demuestran
las atrofias de las vellosidades intestinales, esperadas en el
examen histológico.
El factor
cerebral
En los años 1990s se
comenzarían a apreciar los roles funcionales de las
células gliales del cerebro. Estructuras
que forman más de la mitad de la masa de este
órgano.
Hasta el pasado reciente, las glías
se caracterizaban como células de "soporte" sin funciones
claramente delineadas.
Ahora se establece, que las glías
son capaces de ser activadas como agentes del sistema inmune.
Éstas se involucran en dinamismos remitiendo "señales" entre sí, enviando mensajes
a otras glías, y a otras neuronas, "conversando" entre
ellas.
Este cambio en la
apreciación del papel de las células gliales estaba
sobre-debido, ya que — si sólo por sus números
— estas estructuras citológicas deberían tener
una importancia mayor que las conocidas, de ser simple
estructuras de sostén.
Una dificultad en su estudio ha sido que
las glías, por mucho tiempo, no se
podían teñir bien con los colorantes conocidos a
los histólogos, los que las hicieran difíciles de
visualizar bajo el microscopio.
Hoy su entendimiento proviene del equiparar
el cerebro y sus, complejas estructuras, a un
eco-sistema.
Éxitos recientes con dos tipos de
terapias suministran soporte indirecto para la conexión
que existe entre la enfermedad celíaca y las enfermedades
emocionales.
Las dietas libres
de gluten — a veces combinadas con las libres de productos
lácteos
— se han ensayado en casos de autismo, depresión
y esquizofrenia.
Otras dietas, como la de Feingold, no
serán consideradas en esta lección, porque se han
discutido previamente.
Cuando proteínas
problemáticas — especialmente la alfa-gliadina en el
gluten y la caseína de la leche — se
evitan, mejoras impresionantes se han demostrado en numerosos
pacientes con los diagnósticos psiquiátricos,
arriba especificados.
Glías
Otras terapias siendo evaluadas con el
soporte del National Institutes of Health (NIH) son las
que utilizan ácidos
grasos (Omega3) en las mismas condiciones.
Algunos celíacos adultos, que no han
sido diagnosticados como tales, y que no siguen dietas libres de
gluten, demuestran síntomas similares a los de personas
calificadas como esquizofrénicos, o como sufriendo de
otros trastornos emocionales severos.
La dieta no constituye, el único
factor, sino que se considera el más ignorado.
Muchos investigadores, consideran que
muchos pacientes que se beneficiarían de estas
intervenciones dietéticas no las reciben porque muchos las
desconocen o porque nadie piensa en ellas.
En personas "sensitivas", que están
predispuestas genéticamente a la EC, la ausencia de
nutrientes esenciales, como ya hemos dicho, afectan el desarrollo
físico y emocional de las víctimas, resultado de un
tejido cerebral irritable perturbando los estilos de aprendizaje.
Lo que comenzara en el intestino se mueve
por todo el cuerpo afectando la función
pulmonar, la piel, y, finalmente, el cerebro.
Pero las glías asimismo son
afectadas por la falta de nutrición adecuada. La carencia
de nutrientes resulta en la merma de sus números,
repercutiendo en ventrículos cerebrales más anchos
que se han expandido hacia las áreas donde las
células se han perdido.
Además los surcos de la corteza
cerebral se ahondan y los giros se angostan con una
redistribución arbitraria de algunas de las neuronas que
fueran estables desde la niñez.
Pero hay más
Ya que las grasas y los
aceites que consumimos en la dieta se convierten en componentes
estructurales y funcionales de las "barreras" de membranas
protectoras que se hallan en nuestro cuerpo — como son las
membranas celulares y la que existe entre la sangre y el cerebro
— otro resultado del síndrome de mal absorción
pueden repercutir en la formación de barreras menos
eficientes entre nuestros órganos y la
circulación.
Corteza cerebral
En aquéllas regiones del
encéfalo donde la barrera de la sangre es muy tenue, como
es el caso en algunas regiones del cerebro medio —
típicas de las que constituyen el hipotálamo, y la
glándula pituitaria — esta insuficiencia de componentes
lípidos
afectaría muchos mecanismos esenciales.
Específicamente afectadas,
serían aquellas áreas que se involucran con el
consumo de comida, la sed, la sexualidad, la
regulación del sueño, las respuestas inmunes y las
del estrés.
El concepto de la
"alergia cerebral" como elemento accesorio
Ésta es una nueva noción que
goza del soporte de un número modesto, pero creciente, de
internistas y psiquiatras.
Se popularizó gradualmente desde los
años 1990s, y continúa avanzando.
Resultado del reconocimiento de que existen
sistemas inmunes propios del encéfalo, y que la
microglía, a su vez, puede ser reclutada, y aún
programada por las circunstancias, para suplir esta
función inmune.
Experimentos han demostrado que la
microglía puede ser estimulada a cambiar roles y producir
una cascada de citokinas — presentes en la respuesta
inflamatoria — como removedores de desechos celulares. Esta
reacción involucra inflamación, aumento de la
circulación en el área, y elevación de la
temperatura,
con o sin dolor.
Pero, como es difícil reportar el
dolor cerebral, estas reacciones generalmente, pasan
desapercibidas.
El concepto de la
"alergia cerebral" depende de las suposiciones de clínicos
que creen que el tejido cerebral es sujeto a "inflamación
localizada" y que ésta es responsable por los
síntomas experimentados.
Alérgeno
Los alérgenos responsables por las
inflamaciones pueden ser las proteínas contenidas en la
comida, como la alfa-gliadina en el trigo, gases
volátiles como son los vapores del tolueno, ciertos
componentes de perfumes y cosméticos, y otros
más.
Los síntomas que pueden resultar son
muy variados:
Comportamientos extraños,
asemejando síntomas de psicosis
tóxicasCambios en la sexualidad o en la
actividad de comerExplosiones súbitas de afectos
inconteniblesEmociones que no son comunes al
paciente, como la desconfianza o los celos
injustificadosTristezas sin razón
Y otros comportamientos fuera de lo
"normal"
Todos los síntomas mencionados, con
la presencia de alteraciones en las percepciones y el raciocinio,
pueden estar presentes.
Las neuronas y las glías funcionan
de manera diferente ("anormalmente") cuando se las disturba por
medio de cambios en la temperatura, pH, presión y
por el efecto de las citokinas.
En esta hipótesis la EC podría ser una
clase
específica de alergia cerebral. Con disrupción
simultánea del tejido intestinal y síntomas
progresivos e intensos que involucran la depresión,
paranoia, falsas creencias y percepciones, y aún
alucinaciones.
Las buenas noticias son
que una dieta puede ser la clave a la recuperación
emocional.
Varias encuestas
informales, llevadas a cabo por profesionales que se dedican a
estas investigaciones, reportan un alto porcentaje de buenos
resultados con éstas dietas.
Los efectos positivos reportados en los comportamientos
de los pacientes fueron en las áreas
siguientes:
Mejora en el aprendizaje
Mejora en el interés
académicoMejora en la concentración
Descontinuación de medicinas
antidepresivasNo titubeos para entrar situaciones
nuevasMejora en la coordinación motora en todos sus
aspectosAvance en el crecimiento físico
Mayor curiosidad para aprender más
Los afectos se tornaron más
positivosAvances en pruebas de inteligencia
Mejores notas en todas las materias
La velocidad para asimilar nuevos conocimientos,
mejoradaNo más ausencias con poca
justificaciónNo más aislamiento social
Y muchos otros avances incluidos en una lista
extensiva
Antes de comenzar la dieta baja en gluten, que los
ayudara, los mismos jóvenes sufrieron de una
plétora de dificultades académicas y
sociales.
Para completar toda lección, nos parece siempre
de utilidad, para el
clínico interesado, incluir historias que apliquen al tema
desarrollado.
Para esta ponencia, carecemos de material clínico
al que pudiésemos recurrir directamente. Para cubrirlo,
hemos sintetizado, con la atribución debida, dos casos
disponibles en la literatura
científica, que nos parecieran ejemplos de mucho valor
didáctico para estos fines.
La fuente:
Untreated Celiac Disease and
Development of Mental Disorders in Children and Adolescents: Case
report
Päivi A. Pynnönen,
M.D., Erkki T. Isometsä, M.D., Ph.D., Matti A.
Verkasalo, M.D., Erkki Savilahti, M.D., Ph.D., and Veikko A.
Aalberg, M.D., Ph.D.
Psychosomatics 43:331-334, August
2002
Un resumen, condensado y traducido sigue a
continuación, aunque la traslación del original no
es literal
Comencemos…
En el principio, este artículo cita los elementos
básicos y conocidos acerca de la EC que ya hemos cubierto
en esta lección.
Anorexia atípica.
Véase, Anorexia
nervosa atípica: Un concepto crítico, Habitualmente
ignorado en monografías.com
Entonces, los autores, prosiguen haciendo un enfoque
directo acerca del fenómeno de la ataxia, como
manifestación directa de este desorden, añadiendo
que, los síntomas neurológicos y
psiquiátricos de la enfermad son muy comunes en pacientes
con EC sin recibir tratamiento.
Los investigadores citan cifras impresionantes, sino
alarmantes, de estudios que revelan que muchos trastornos
psicológicos son resultado de la deficiencia del gluten,
de la anemia megaloblástica, del esprue, y de otros
trastornos del comer.
Habiendo agotado algunos de los caminos
trillados por otros investigadores para explicar las rutas
metabólicas del la EC los escritores de este estudio,
finalmente, nos introducen a la evolución de dos casos, por ellos
presentados, donde dos adolescentes
fueron diagnosticados como sufriendo de trastornos severos del
comportamiento, antes de recibir un
diagnóstico de EC y en los que la dieta sin gluten fuera
la razón para la recuperación total de sus
problemas.
Anne
La primera de tres hijos en su familia. La
enfermad reumática y un trastorno distímico
habían sido diagnosticados en un pariente cercano en el
lado de la familia de
la madre. La intolerancia a la lactosa y artritis moderada fueron
condiciones de las que Anne sufriera cuando cumpliera 7
años.
Por su propia cuenta, y, debido a calambres
abdominales, la paciente evitó la grasa en las comidas y
sobrevivió en una dieta muy limitada.
Primera menstruación
(menarquía) fue a la edad de 13 años.
Estatura 164 cm y peso 46.2 kg, la anorexia
nervosa fue sospechada.
Sufriendo de anemia, una biopsia del yeyuno
reveló atrofia de las vellosidades confirmando la
impresión de que la paciente sufría de la EC,
cuando cumpliera los 13.5 años de edad.
Una dieta libre de gluten fue instituida
con una respuesta general positiva.
Desde los doce años, y contrario a
comportamientos previos, Anne tuvo problemas controlando sus
reacciones y explosiones de rabia. Desde los 13 — seis meses
antes del diagnóstico de EC — la paciente se
había sentido cansada, deprimida, e irritable.
Había, igualmente, perdido todo el interés en
actividades placenteras.
Dormía casi todo el tiempo, pero,
aún así, se sentía cansada y tenía
dificultades pensando, con la concentración mental, y
haciendo decisiones. Su labor académica se había
deteriorado. Anne se sentía fea, repugnante y poco
merecedora. Carecía de la energía para hacer los
menores esfuerzos. Tenía la inclinación a
sentimientos de culpa y a sentirse rechazada. De antes
tímida y solitaria, su aislamiento
empeoró.
Durante los seis meses antes del
diagnóstico de EC, la paciente cumplía los
criterios de episodio depresivo mayor, moderado, y los de la
anorexia nervosa — excepto por su peso — que
permanecería estable. Otras pruebas psicológicas
confirmaron las impresiones clínicas.
En los dos meses desde que Anne comenzara
una dieta libre de gluten, los síntomas depresivos
disminuyeron, sin ningún tratamiento psiquiátrico y
sin que hubiese factores psicosociales para explicar la
remisión. En una revisión del caso, dos años
después, su progreso continuaba siendo
adecuado.
Tom
Era hijo único que a los tres
años se sospechara que sufriera de un cuadro
clínico del espectro autista, porque era poco comunicativo
y se hablaba a sí mismo en un lenguaje de su
propia invención. A pesar de que los profesores en el
primer grado insistieron en una consulta psiquiátrica, por
sus comportamientos inquietos y disruptivos, la consulta nunca se
llevó a cabo. No podía concentrarse y era rechazado
por sus compañeros de escuela.
Paranoico
Su crecimiento y peso eran normales a la
edad de catorce años. A esa edad fue cuando se efectuaron
pruebas de laboratorio, porque sus padres habían sido
diagnosticados con EC, pero los resultados de la biopsia yeyunal
fueron inconcluyentes.
Entonces, a los quince años, la
madre insistió en otra biopsia porque Tom estaba cansado
todo el tiempo.
Gluten y lacticinios en
abundancia
Esta vez los hallazgos confirmaron el
diagnóstico.
La dieta libre de gluten, que comenzara de
inmediato, dio resultados gratificantes.
Una consulta psiquiátrica cuando
cumpliera 17 años, confirmó el diagnóstico
de un trastorno distímico. Más adelante, debido a
sus comportamientos explosivos, resultaría en la
adición de varios diagnósticos
psiquiátricos: Trastorno explosivo intermitente, trastorno
obsesivo compulsivo, y depresión mayor con episodios
psicóticos recurrentes.
El joven paciente no lograba conciliar el
sueño, era muy nervioso y temía sus propios
pensamientos.
Se sentía muy cansado y evitaba ir
al colegio, permaneciendo en la oscuridad de su
habitación.
No había tenido pensamientos
suicidas pero sufría de anhedonia, indecisión, y
sentimientos de ser cosa de poco valor, teniendo muchas dudas
acerca de sí mismo.
Nunca vio un psiquiatra a pesar de que se
hiciera cortes superficiales en los brazos, negando toda
intención suicida.
En los primeros cinco meses de la dieta
para la EC el paciente remitió totalmente en todos sus
síntomas, sin explicación otra que no fuese el
resultado de su dieta.
En la discusión con que los autores
acompañan su presentación estos se sienten seguros de que
ambos individuos sufrieron síntomas, de apariencia
psiquiátrica, que respondieron a la dieta
específica para la EC.
Los mecanismos, por ellos invocados, para
explicar los síntomas psiquiátricos producidos por
la desnutrición. Fueron consecuencia de la
absorción deficiente y de sus efectos en el SNC, los que
les parecieron suficientes.
Los autores reiteran que, cuando los
nutrientes no se absorben del intestino, elementos de importancia
como son la vitamina B6 y aminoácidos, especialmente el
triptófano, pueden conducir a trastornos de la
función de la serotonina en el cerebro que se asocian con
las depresiones mayores, cuyos mecanismos todavía
permanecen poco entendidos.
El rol de la autoinmunidad, ya discutido en
los párrafos anteriores, se repite asimismo, para
añadir más peso a sus especulaciones.
Sus conclusiones finales, se resumen a la
recomendación de que la EC debe de ser parte de las
formulaciones diagnósticas diferenciales en casos
psiquiátricos en los que los síntomas no
están totalmente esclarecidos. Aunque, aún
así, reconocen que la etiología y la
patogénesis para explicar estos fenómenos no
están claras.
Cena en Emaús por
Giovanni Bellini
En
resumen
En esta lección hemos hecho un
esfuerzo adicional hacia el entendimiento de la relación
importante que existe entre el estómago y el cerebro —
órganos de muchas actividades humorales compartidas — y
del valor de siempre pensar en los efectos posibles de las dietas
en la causación de síntomas
psiquiátricos.
Muchas dietas abundan carentes de bases
científicas, mientras que otras merecen ser consideradas
antes de ser descartadas, pero ninguna debe ser adoptada
indiscriminadamente.
Pero, en el mejor de los casos debemos de
recordar el adagio añejo que nos indica que: "por la
boca, muere el pez", mientras recordamos el otro que nos
aconseja que "libras de más [son] años
de menos…"
Fin de la lección
Bibliografía
Horvath, K: (1996) First Epidemiological Study
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GastroenterologyBenveniste, J: (1992) Inflammatory Cytokines
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PhysiologyLarocca, F: (2007) La locura
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de la hiperactividad, la Dieta Paleolítica, los
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monografías.comLarocca, F: (2008) Medicina,
Psiquiatría Ortomolecular y Vitamina B12 en
ahanaoa.com en cabinas.net y en
monografías.com
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca
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