- Problema de
donde nace la investigación - Hipótesis
- Marco
teórico de donde parte la
investigación - Conclusiones
- Citas,
referencias bibliográficas - Bibliografía
1 –
Objetivo de la investigación:
Como la historia del mueble de
estilo aparece como un «arte menor»
dentro de la más grande e importante «Historia del
Arte» (como si fuera una sub-historia del arte), el
objetivo de
este ensayo es
conocer ciertos aspectos del diseño
de objetos -como la silla- que no figuran condensadamente en el
material bibliográfico de Historia del Diseño
Industrial, dado que esta información se encuentra dispersa en un
material diverso que no es específico de las
carreras de diseño industrial (sino de otras disciplinas
como Historia del Arte, de la Arquitectura y de
la Ciencia y
Técnica).
2 – Problema de
donde nace la investigación:
En base a las contradicciones que presentan los objetos y
productos
fabricados de un modo mecanizado (producción en serie) y los fabricados de un
modo artesanal (piezas únicas); se presenta el dilema del
estudio de la Historia en el Diseño Industrial como
disciplina
académica. Cuyo eje histórico nace a partir de
donde comienza a correr la historia industrial: la Revolución
Industrial Inglesa de 1760/1830 aproximadamente, marcando un
antes y un después en la historia.
Entonces, nace la siguiente pregunta, acaso: ¿no hay
nada que se pueda aprender, que sea de importancia vital al
ámbito formativo de la carrera de Diseño Industrial
con anterioridad a la Revolución
Industrial Inglesa? ¿Del mueble artesanal que se puede
aprender? Si es que se puede aprender algo que sea de importancia
para el Diseño Industrial (que justamente de artesanal no
tiene nada).
Pero: ¿Porque la necesidad de entender mejor algo
pre-industrial (propio del mueble artesanal), cuando la
disciplina es decididamente diseño
«industrial» y no simplemente diseño? Bueno,
la respuesta es fácil: los diseñadores no han
inventado o creado sillas, muebles, vajillas, cubiertos,
cristalería, etc. (la lista sería interminable)
desde cero, sino que siempre han partido desde un concepto previo
(anterior) social e históricamente instalado.
Entonces: ¿cómo van a lograr diseñar mejor
lo que desconocen del pasado histórico? Y es aquí
donde la Historia del Diseño Industrial comienza a cobrar
su valor central
para la proyectación. Pues, sería una actitud
soberbia, la falsa suposición de que el Diseño
Industrial no tiene nada que aprender de la historia y del pasado
anterior a la Revolución Industrial (iniciada por los
ingleses).
Es que, y por citar tan solo un ejemplo: ¿el
diseño industrial -moderno- inventó las formas del
sentarse, comer, dormir o habitar luego de la Revolución
Industrial? ¿Acaso, estas no existían con
anterioridad? La respuesta es que sabemos bien que
existían: ¿entonces porque esa actitud más
política
que científica, de negar el pasado artesanal? Pues, muchas
de estas materializaciones u objetivaciones físicas u
obras o como más se desee llamarlas, si bien
existían mucho tiempo antes
-aunque sea solo a un nivel material mas pobre- pero no por ello
menores en su riqueza cultural, simbólica, estética e histórica. No hay
justificaciones científicas y semiológicas para
asegurar que solo los objetos y/o productos elaborados
según una manufactura
industrializada –moderna- son más legítimos
de aparecer en una bibliografía del Diseño
Industrial).
Es necesario reconstruir esta historia, que de cuenta de ello
(una narración de la historia propia de los objetos,
artefactos y/o productos –en este caso del mobiliario
artesanal e industrial doméstico-, que hable de esas
relaciones entre campos disciplinares distintos). Recalcando que
no existen al momento trabajos que aborden
sistemáticamente la historia de los objetos, de un modo
integral, interdisciplinario y abarcativo como Giedion lo hizo en
La Mecanización toma el mando.
Pues, así como los muebles e innumerable cantidad de
objetos y utensilios existían con anterioridad a la
Revolución Industrial Inglesa de fines del siglo XVIII y
principios del
XIX; podríamos ver la historia con otros ojos, si nos
quitamos la anteojera de la visión sesgada de la
historiografía típica de corte moderno del
Diseño Industrial (que ha mostrado «una»
visión de la historia, que por otro lado no es la
«única» visión que podemos llegar a
tener, mucho menos una visión desde nuestro lugar
Latinoamericano en general y Argentino en particular). Es el
deber de la ciencia
construir esas –otras- visiones y salirse de la actitud
más política (anti-democrática) que
científica, de negar el pasado artesanal. El pasado es
pasado y como tal debe ser estudiado (no negado) a la luz del conocimiento
verdaderamente científico (el desafío que implica
ampliar científicamente el horizonte de visiones y del
sistema
teórico-explicativo).
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