"San Ernesto Che Guevara" y la beatificación de los hombres: Una síntesis del poder ancestral de la adoración
- Che,
el ídolo: como secuela de la aventura "bolivariana" que
comenzara en la Sierra Maestra - Biografía
abreviada del Comandante cubano Ernesto Che
Guevara
El legado de una imagen
El Che como el Cristo Redentor
Entrada breve de Armando Cienfuegos. Primo de
Camilo.
La histeria revisitada
Bibliografía
"Más yo también te digo, que
tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi
iglesia; y las
puertas del infierno no prevalecerán contra
ella." (Mat 16:18)."Y a ti daré las llaves
del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra
será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la
tierra
será desatado en los cielos." (Mat
16:19)Cuando mencionamos la palabra "adoración",
pudiéramos bien reflexionar en el fenómeno de la
idolatría. O hacer referencia a algunas de las tantas
personas que, en el transcurso de la historia, han "merecido" ser
elevadas hasta ese nivel de exaltación meramente pagana
que las convierte en semidioses. Los ejemplos recientes
más reconocidos han sido los de Elvis Presley, y la
"explosión histérica" — en el sentido de la
vernácula — asociada a la muerte
prematura del cantante Michael Jackson.
Che por Andy Warhol
El
propósito de esta lección
Comenzaremos con una negación de intento.
Porque, esta lección no es acerca de quienes
adquieren fama por lo provocativo de sus contorsiones
pélvicas, o por su capacidad de hechizar a turbas
fanáticas — que pagan lo que no tienen — para verlos
actuar. O que, consumidos por el contagio colectivo, con
frecuencia, acompañados de sustancias psicoactivas, se
arrastran al enajenamiento mental, de manera literal.
Esta disertación es acerca del
ídolo como representación humana de la
adoración como actividad psicológica, y de sus
funciones
adaptivas desde el punto de vista de la Teoría
de la Evolución. Como, igualmente es, acerca de
una de las figuras más debatidas en la historia del culto
de la
personalidad en Iberoamérica.
Porque, esencialmente, esta lección,
considera a Ernesto Che Guevara,
como icono de las masas, desde una perspectiva
histórico-filosófica.
Che, el
ídolo: como secuela de la aventura "bolivariana" que
comenzara en la Sierra Maestra
El término "bolivariano", en este caso
específico, se refiere al ideal patriótico del
inmortal Libertador, Simón Bolívar, y
no a las ideas de Hugo
Chávez.
Continuamos.
El 9 de octubre del 1967 un comunicado oficial,
emitido desde La Paz, anunció la muerte en
combate, a manos de soldados bolivianos, del guerrillero
peripatético Ernesto Che Guevara.
En regodeo descomunal, despertado por la
eliminación física de una de las
figuras más temidas por el CIA. La prensa y el
gobierno
norteamericanos, pronto anunciaron el fallecimiento de Guevara,
auspiciando, con alivio, el fin de una leyenda.
Estaban equivocados.
El entusiasmo de los yanquis derivaba del
sentimiento de haber concluido exitosamente una misión muy
difícil. Ya que muchos todavía afirman que los
servicios de
inteligencia
estadounidenses tuvieron que ver con el planeamiento de
la emboscada que concluyera la gesta final en la vida del Che —
donde éste moriría, sino con las botas — al
menos, con la boina, puesta.
Otros, quizás más realistas,
permanecen convencidos de que el CIA y Fidel —
concertados — colaboraron, aunque de manera indirecta, para
eliminar una amenaza a los intereses de los objetivos
establecidos por ambos campos.
Mapa de la trayectoria de la
revolución
La fecha en que Guevara murió, marcó el
inicio de uno de los cultos más poderosos de los siglos
XX-XXI, rodeando a una persona, que
aún, quienes la veneran, esencialmente no saben
cómo concebirla y mucho menos cómo entenderla.
En las páginas que siguen contemplaremos
— además de la biografía del
personaje que aquí estudiamos — sino que también
exploraremos el significado de la idolatría para el
desarrollo
psicológico de los miembros de nuestra especie, y las
repercusiones histórico-sociales de las parábolas
antropomórficas que — por necesidad —
nosotros mismos, elaboramos.
Biografía
abreviada del Comandante cubano Ernesto Che
Guevara
Página siguiente |