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El Ser en la Filosofía (página 2)




Enviado por José G. Contreras



Partes: 1, 2

Hoy día la cuestión no incide tanto en
demostrar dicha existencia, cuanto en el hecho de que el hombre en
todo lo que es la problemática de su existencia de un modo
inevitable siempre está abierto a esa dimensión
misteriosa de lo trascendente.

En la filosofía actual el ser se refiere
más a la posibilidad de un conocimiento
objetivo de lo
real, en lo que es la crítica
del conocimiento, gnoseología, y los sistemas
científicos, epistemología, como posibilidad de ir
ampliando los horizontes de nuestro conocimiento partiendo del
conocimiento del mundo basado en la experiencia
posible.

Estructura formal de
la pregunta por el ser

Hay que plantear la pregunta por el sentido del ser. Si
es una pregunta fundamental, o aun la pregunta fundamental, tal
pregunta necesita entonces la adecuada transparencia. Por eso
debe brevemente examinarse la que es inherente general a la
pregunta, para poder
así hacer visible, arrancando de ahí, la pregunta
por el ser como pregunta destacada.

El ser constituye el objeto de la ontología; conviene, pues, cuanto antes
definirlo, evitando así el peligro de confundirlo con
otros conceptos.

Definir una cosa es lo mismo que saber lo que la cosa
es. ¿Que es el hombre?
¿Qué es el triangulo? Las respuestas a estas
preguntas constituyen la definición. En consecuencia, la
definición de ser consistirá en la respuesta a:
¿Qué es el ser?

Respuesta adecuada a tal pregunta no es posible darla:
lo que equivale a decir que la definición rigurosa del ser
es imposible. Y la razón está en que el concepto de ser
es general, el mas extenso; no existe ningún concepto
superior en extensión al de ser. Con lo cual queda dicho
que su definición es imposible, pues sabemos que para
definir un objeto hay que buscarle primeramente el genero inmediato
superior.

A pesar de esta imposibilidad existen dos conceptos
sobre el ser, que es el univoco y el análogo. El univoco
según su enfoque, "(ser) viene a ser la
característica más general de diferentes cosas
(llamadas entes o entidades). Es aquello que sigue siendo igual a
todos los entes, después de que se han eliminado todas las
características individuales a los entes particulares,
esto es: el hecho de que sean, es decir, el hecho de que a todas
ellas les corresponda ser.

Este concepto de ser es la base de la "metafísica
de las esencias". Lo opuesto al "ser" viene a ser en este caso la
esencia, a la cual simplemente se le agrega la existencia. En
cierto sentido no se diferencia ya mucho del concepto de la
nada"[5].

También tenemos un concepto del ser que es el
análogo y según este enfoque, el "(ser) viene a ser
aquello que se le puede atribuir a todo, aunque de distintas
maneras (Analogía entis). El ser es aquello, en lo que los
diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se
distinguen"[6].

Este enfoque del ser es la base de una metafísica
(dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es
aquí la nada, ya que nada puede estar fuera del ser. Se
entiende aquí a ser como espacio lleno.

Ahora bien Ferrater Mora nos dice "El término
'ser' puede tomarse como un verbo o como un sustantivo. En el
primer caso puede considerarse como expresión de la
cópula que une un sujeto con un atributo o, en su forma
intransitiva, como equivalente a 'haber' o a 'existir'. La
pregunta por el ser. La interrogación acerca del ser
surgió en Grecia en
virtud de ciertas experiencias y a consecuencia de cierta
situación. Algunos pensadores preguntaron, ante todo, por
el ser de las cosas. Ello se explica por dos razones: la primera,
que creían en la posibilidad de que las cosas tuviesen un
ser; la segunda, que se suponían capacitados para
descubrir tal ser. Esta última razón es
fundamental. En efecto, si hubo antes de los primeros filósofos hombres que preguntaron por el
ser de las cosas, aconteció que sus preguntas iban
dirigidas a alguien superior (a Dios, a los dioses, al Destino)
que suponían ser la única entidad que podía
contestarlas"[7].

Uno de los motivos que impelen al hombre a preguntar por
el ser de las cosas es, como se ha dicho alguna vez, el hecho de
que se sienta perdido entre ellas. Esta pérdida entre las
cosas suscita, entre otros sentimientos, el de la
admiración. Pero la admiración no es suficiente; es
necesario, además, penetrar en el interior de las cosas
con el fin de encontrar en ellas la raíz última que
le permita al hombre volver a andar con seguridad entre
ellas. Esta "raíz última" es designada con
frecuencia como la esencia (o verdad) de las cosas. Para
alcanzarla el pensador debe desentenderse de muchos de los rasgos
que hacen a las cosas varias y atractivas, y atenerse
únicamente a lo que es absolutamente necesario.

Los principios
constitutivos del ser

POTENCIA Y ACTO.

Cabe distinguir cuatro elementos o principio que lo
constituyen:

1. Aquello por virtud de lo cual el hombre es hombre. Un
principio constitutivo es pues la esencia.

2. Este hombre, existen en realidad. En la existencia
hallamos, pues, otro elemento constitutivo del ser.

3. Este hombre antes fue niño; pero cuando era
niño estaba en potencia o tenia
la aptitud para llegar a hombre maduro. Por lo tanto, la potencia
es otro principio del ser.

4. Finalmente, si este hombre se encuentra, en el estado de
adulto, es en virtud de haber perdido la niñez y ganado la
forma, acto o estado del
adulto. Luego el acto es también otro principio
constitutivo del ser.

La potencia y el acto no son entes, sino estado del
mismo. Potencia procede del verbo poder, y significa la aptitud
de una cosa para recibir o hacer algo. Así, vosotros
podéis llegar a se sabio; sois sabios en
potencia.

No es posible definir el acto, sino en relación
con la potencia. La potencia es la posibilidad de una cosa para
recibir una forma o perfección; pues bien, el acto es la
perfección o forma coya virtud se realiza la
potencia.

El acto se divide en primero y segundo. Acto primero es
aquel que no supone ningún otro acto anterior, aunque se
ordena a otro. Así el alma es acto
primero, pues no supone ningún otro. Acto segundo es el
que supone otro acto anterior y esta ordenado a otros. La virtud,
la sabiduría son actos segundos.

LOS PRINCIPIOS
CONSTITUTIVOS DEL SER.

ESENCIA Y EXISTENCIA

La esencia es aquello por lo cual un ser es lo que es y
se distingue de los demás. El principio en virtud del cual
e hombre es hombre y no es bruto es la esencia humana; el
elemento que hace que un árbol sea árbol y no
mineral ni animal es la esencia de árbol.

Todas las cosas son seres, pero no todos pertenecen a la
misma clase. En el
mundo hay una rica variedad de especies, cada ser esta integrado
en una especie determinada, distinta de todas las restantes. Pues
bien, el principio óntico que constriñe al ente a
pertenecer a una especie u otra es la esencia.

La composición d las esencias de las cosas no
empece que sean eternas, necesarias e indivisibles. En efecto, as
esencias, en sí consideradas, son eternas con eternidad
negativa, esto es, prescinden del tiempo;
así, siempre ha sido y es y será verdadero que el
hombre es animal racional.

Por existencia se entiende aquello por la cual la
esencia tiene realidad fuera de la mente. La existencia es, pues,
un principio constitutivo del ente real y actual; es la ultima
actualidad de las cosas. Por ella las esencias salen del modo de
la posibilidad, para ganar el estado de realidad.

Las categorías
del ser

LA SUSTANCIA, INDIVIDUO,
PERSONA Y
ACCIDENTE

Es evidente que todas las cosas no poseen la
perfección ser en la misma medida, sino en distinto modo y
grado, dando lugar a que en el mundo hay clases entes. Pues bien,
el estudio de las distintas clases de entes, según el
mayor o menor grado de perfección o entidad que poseen, da
pie a las categorías.

Aristóteles fue el primero en descubrir que
las cosas de mundo podían dividirse en 10 clases, que son
las famosas categorías aristotélicas: la substancia
y 9 accidentes.
Substancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo,
acción,
pasión, situación y hábito. Todo ser, dice
Aristóteles, o existe en si o existe en otro como en su
sujeto; si existe en si, es substancia; si existe en otro que le
hace sujeto, es accidente.

La sustancia es la primera categoría del ser y se
define como el ser que existe en si y no en otros. Los
accidentes, son quienes sostienen la substancia, ya que para
existir necesitan un soporte o sujeto de inhesión, que es
las sustancia.

El individuo es todo ser realizado, en la naturaleza es
un individuo, es decir, éste y ningún otro. Es
imposible concebir un individuo multiplicado, pueden semejarse,
mas no es posible que se confundan en una misma unidad y
continúen siendo ellos mismos. La individualidad de un ser
está constituida por su misma entidad.

El individuo inteligente se denomina persona. La
personalidad, pues es, la perfección por la cual se
basta a si mismo un ser dotado de inteligencia
para existir y obrar. Es famosa la definición de persona
por Boecio: rationalis naturae individua substancia. La personalidad
es una perfección positiva. La persona es la máxima
entidad substancial. Dios, substancia espiritual, singular y
completa es persona.

El accidente es el ser que existe en otro. Por ejemplo
el movimiento, el
color, la forma,
el saber, la virtud. Estas realidades para existir e otro
accidente, como el color en la extensión o superficie, no
obstante, a su vez, éste necesita otro sujeto de
inherencia. Accidente proviene de accidere, caer encima, sobre
venir; y efectivamente, los accidentes son realidades que
sobrevienen a la substancia, modificándolo y
perfeccionándola. Las tres categorías principales
del accidente, Aristóteles descubrió nueve, pero
para su estudio elemental, es mejor simplificar la
clasificación, reduciéndolas a tres principales: la
cantidad, la cualidad y la relación.

Necesidad de una
expresa reiteración de la pregunta sobre el
ser

La pregunta por el ser esta hoy casi caída en el
olvido; con todo, no es la citada pregunta una pregunta
cualquiera. En el inicio los griegos le da una interpretación al ser donde ser formo un
dogma que no solo declara superflua la pregunta por el sentido
del ser, sino que, además, sanciona su omisión. Se
dice "ser" es el concepto mas universal y vacio. Como tal,
resiste a todo intento de definición.

La universalidad del ser sobrepasa toda universalidad
genérica. El ser es, según la terminología
de la ontología medieval, un "transcendens". La unidad de
este universal trascendental frente a la pluralidad de los
conceptos genéricos supremos de cosas la reconoció
Aristóteles, no obstante toda su dependencia del
planteamiento ontológico de Platón, el
problema de ser sobre una base fundamentalmente nueva. Cierto que
tampoco ilumino la oscuridad de esta conexiones
categóricas. La ontología medieval discutió
de mil maneras el problema, sobre todo en las escuelas tomista y
escotista, sin llegar a una fundamental claridad. Y cuando,
finamente, Hegel caracteriza
el ser como el inmediato indeterminado, y pone a esa
caracterización como base a todas las ulteriores
explicitaciones de su lógica,
se mantiene en la misma dirección visual que la ontología
antigua, solo que deja en mano el problema, ya planteado por
Aristóteles, de la unidad del ser frente a la diversidad
de las categorías de las cosas. Cuando, pues se dice: "El
ser es el concepto más universal", no puede eso significar
que es el concepto más claro y no necesitado de una
ulterior discusión. El concepto del ser es más bien
el más oscuro.

La pregunta por el
ser en sein und zeit

HEIDEGGER

En sein und zeit, su obra fundamental publicada de modo
parcial en 1927 y posteriormente nunca completada, Heidegger se
propone replantear de un modo novedoso y radical lo que el mismo
considera la pregunta central de la metafísica: la
pregunta por el ser. La originalidad de la posesión
filosófica elaborada por Heidegger en esta obra, la cual
fue cáusa no solo de la enorme repercusión de SZ (
ser y tiempo) sino también de la gran confusión
provocada por la obra ya desde su misma aparición,
concierne tanto al planteo mismo como también a su
ejecución y el resultado provisional alcanzado por
Heidegger en la elaboración de la pregunta que
prevé este titulo.

Heidegger intenta renovar y radicalizar la pregunta
central de la metafísica tradicional, esto es, la pregunta
por el ser. La pregunta ontológica clásica aparece
ahora reformulada como pregunta por el sentido (sinn) del ser. El
genuino alcance de esta modificación solo se comprende
atreves de la lectura de
la obra como un todo.

La cuestión por la del sentido del ser no aparece
allí abordada de modo directo, sino que viene primero
preparada como pregunta. Y ello atreves de una extensa notable
interpretación fenomenológica de un determinado
ente en atención de su ser, a saber, del ente que
somos nosotros mismos, como suele decir Heidegger ente al cual
denomina terminológicamente Dasein (ser ahí). La
necesidad de un acenso mediado en el caso de pregunta por el
sentido del ser, se justifica, en primer lugar, por el hecho
estructural y general de que, para Heidegger, ser es siempre ser
del ente.

¿De qué modo una cierta
determinación del tiempo ha gobernado
implícitamente la determinación del sentido del ser
en la historia de la
filosofía? Heidegger no pregunta meramente por el ser
mismo, sino por el sentido del ser, es decir, por aquello a
partir de lo cual el ser resulta como tal comprensible,
accesible. Para decirlo en términos mas tradicionales, la
ontología no aparecerá aquí como una
teoría
acerca de las primeras causas y principio del ente, sino mas bien
como una teoría acerca del ens qua verum, es decir, como
una teoría de (la posibilidad de) la verdad trascendental.
Este cambio en la
temática ontológica tal como se plantea en sein und
zeit, es de notable originalidad.

Para determinar la prioridad del sentido se precisa una
elaboración de la estructura del
ser que es el hombre, elaboración a la que Heidegger
denomina "analítica existenciaria", con lo que se
vinculara dicha a prioridad con la temporalidad de la vida
fáctica. Con el termino "Dasein" Heidegger quiere indicar
un nuevo modo de pensar la esencia del hombre, que ha sido
interpretada a lo largo de la historia como alma, como
animal racional o como sugeto. "Dasein" quiere indicar la esencia
del hombre que existe y que existiendo vive en una
comprensión del ser, es decir, su esencia es comprendida a
partir de su existencia.

Se comprende aquí el ser del ente como
permanencia y persistencia. ¿Qué proyecto esta
tras esta comprensión del ser? El proyecto se relaciona
con el tiempo; porque aun la "eternidad, comprendida de alguna
manera no es de un cabo al otro concebible, en tanto que "ahora"
persiste, mas que a partir de tiempo.

Heidegger se da a la tarea de «mostrar» la
necesidad, estructura y preeminencia de la pregunta que interroga
por el ser. «Reiterar la pregunta que interroga por el ser
quiere decir, por ende, esto: desarrollar de una buena vez y de
una manera suficiente la pregunta misma»; así
finaliza el primer parágrafo, e inicia el siguiente de
esta forma: «Hay que hacer la pregunta que interroga por el
sentido del ser.

Heidegger ha hecho que el interés
por tal interrogante recobre actualidad. Aristóteles
atisbó la respuesta, pero veinticuatro siglos
después nuestro pensador alemán hizo notar que ni
siquiera la pregunta estaba correctamente formulada; según
los filósofos contemporáneos, Heidegger se ha
acercado a la respuesta y así, hoy, creemos resuelto el
enigma- pero en verdad este filósofo lo que hizo fue
postular una analítica del ahí del ser que como se
ha visto no va más allá de una antropología ontológica que de
manera alguna ha aprehendido la respuesta a tan esquiva pregunta
y que, además, no es respuesta a ninguna de las
cuestiones, pues Sein und Zeit busca resolver una cuestión
previa al parecer de cualquier pregunta propiamente
metafísica.

Heidegger dice, con razón, que la deferencia no
podría aparecer como tal. La huella de esta huella que
(es) la diferencia no podría sobre todo aparecer ni ser
nombrada como tal, es decir, en su presencia. Es el como tal que
precisamente y como tal se oculta para siempre al orden
metafísico. Y no solamente la determinación de la
diferencia como deferencia de la presencia y el presente sino y
la determinación de la diferencia como diferencia entre el
ser y el ente. Si el ser, según ese olvido griego que
habría sido forma misma de su venida, no ha querido
jamás decir sino ente, entonces, la diferencia es tal vez
mas antigua que el ser mismo. Habría una diferencia mas
impensada aún que la diferencia entre el ser y el ente.
Sin duda, no se la puede nombrar como tal en nuestra lengua.

El término "olvido del ser" es usado por
Heidegger para explicar que, en la historia de la
metafísica posterior a Aristóteles, ser y entidad
se confundieron, pues se los tomaba como sinónimos, por lo
que, en efecto, el ser se olvidó. El problema de
considerar al ser como una entidad más (o incluso como
la entidad: como Dios) es que lo cosifica, esto es, se
lo toma como una cosa, cuando el ser, precisamente, no es una
cosa. Así pues, nunca se lo estudió correctamente,
lo cual llevó a equívocos. Pensemos que, por
ejemplo, el correr no es una cosa, sino una acción, y que
sería muy equivocado tomarlo como una entidad. Lo mismo
pasa con el ser.

En la actualidad el ser se le ve de una manera distinta,
tal ves por el nihilismo que
"es una posición filosófica que argumenta que el
mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera
objetiva ningún significado, propósito, verdad
comprensible o valor esencial
superior, por lo que no nos debemos a
éstos"[8]. Ya no son estudios que se le
hacen al ser, que si es ente, si es sustancia etc., sino que se
le ve con un sentido más antropológico, más
hacia el hombre directamente, pero enfocado en su modo de pensar,
actuar y de percibir el mundo.

Vemos ahora que las personas viven, habitualmente sin
demasiada conciencia de
cómo viven, de por qué viven, sin tener claros los
grandes propósitos de su vida. Las personas no viven una
vida emanada de la razón, aunque esto no quiere decir que
sean irracionales. En principio las personas se guían por
preferencias en su vivir. No está mal, introducir el
cálculo
en la vida implica temor, pues se calcula para obtener el
máximo de placer y evitar el dolor. En realidad la
conciencia es conciencia del dolor, una persona se va volviendo
consciente a través del dolor. Una persona es precavida
cuando debe evitar cometer equivocaciones que le provoquen dolor.
Se dice habitualmente que las personas se preguntan de
dónde vienen, a dónde van, cuál es el
sentido de sus vidas. Estas preguntas se realizan verdaderamente
sólo cuando el dolor vuelve autoconscientes a las
personas.

Bibliografía

Dr. Agustín Casanova. Filosofía Primera.
Editorial Barna. 1994

Luisa Paz Rodríguez Suarez. Universidad de
Zaragoza.

Salomón Lerner Febres.

Jacques Derrida. Tiempo y presencia. Universidad de
ARCIS.

Juan Cepeda H. Comentario a la introducción de Sein und Zeit.

www.wikipedia.com

 

 

 

 

 

 

Autor:

José G. Contreras

Venezuela

[1] Cfr. Diccionario
filosófico Herder. Parménides de Elea. El
ser.

[2] Cfr. www.google.com/Parménides de Elea. El ser
eterno

[3] Cfr. Diccionario filosófico
Herder. Parménides de Elea. El ser. Inmóvil e
inmutable.

[4] Cfr.
www.wikipedia.com/el-ser-en-aristoteles.

[5] Cfr. Dr. Agustín Casanova.
Filosofía primera. Concepto univoco del ser. Pág.
150

[6] Cfr. Dr. Agustín Casanova.
Filosofía primera. Concepto análogo del ser.
Pág. 150

[7] Cfr. José Ferrater Mora.
Diccionario de filosofía. El ser

[8] http://es.wikipedia.org/wiki/Nihilismo

Partes: 1, 2
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