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La hoja de coca en la cosmovisión andina (página 2)



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La hoja de coca en la cosmovisión andina

Pachacutec conquistó la meseta del Collao,
Arequipa, el valle del Mantaro, a los chinchas (icas), Lima,
entre otros territorios, y organizó el Tahuantinsuyo. A
Pachacutec le sucedió Tupac Yupanqui, quien como
auqui ("príncipe heredero") continuó la
expansión por la costa y la sierra norte, dominando a los
Chachapoyas, los Chimú y otros pueblos importantes hasta
el actual territorio de Ecuador.
Posteriormente, se dirigió al sur, donde avanzó
hasta el río Maule, punto que se convertirá en la
frontera sur
del Imperio. Éste, alcanzó su mayor
extensión con el reinado del hijo de Tupac, Huayna
Cápac (1493-1525). Hacia 1525, el territorio bajo control inca se
extendía por la zona más meridional de la actual
Colombia, por
Ecuador, Perú y Bolivia y por
zonas de lo que hoy en día es el norte de Argentina y
Chile, abarcando un área de más de 3.500 Km.
de norte a sur, y de 805 Km. de este a oeste. Los
investigadores estiman que esta inmensa región estuvo
habitada por una población de entre 3,5 y 16 millones de
personas de distintas culturas andinas.

La muerte de
Huayna Cápac en 1525, antes de que pudiera designar a su
sucesor, provocó la división del Imperio. Sus dos
hijos, los hermanastros Huáscar y Atahualpa, aspiraban al
trono. La consiguiente y encarnizada lucha entre ambos, que
finalizó en 1532 con la captura de Huáscar,
debilitó seriamente al Imperio. En este crítico
momento el conquistador español
Francisco Pizarro desembarcó en la costa con una fuerza de unos
180 hombres dotados de armas de fuego.
Pizarro, apoyado por distintos grupos de
indígenas descontentos por la dominación inca,
logró controlar el Imperio, altamente centralizado,
haciendo prisionero a su jefe, Atahualpa. Temeroso de que Pizarro
pudiera ordenar su destitución en favor de Huáscar,
Atahualpa dio la orden de ejecutar a su antiguo rival, lo que
sería una de las causas de su propia condena en el
proceso al que
le sometieron los españoles un año después.
El 26 de julio de 1533, cuando todavía se estaba
acumulando un enorme depósito de ornamentos de oro
procedentes de todos los rincones del Imperio, Pizarro
ejecutó al garrote a Atahualpa.

Antes de la invasión española en el
año 1532, la cultura Inca
alcanzó un desarrollo que
sorprende al mundo actual, destacando en los diferentes campos
del saber humano, como es en la arquitectura,
ingeniería, astronomía, medicina,
agronomía, ganadería,
geología,
textilería, cerámica, orfebrería, idioma. etc. y
una Cosmovisión propia.

Como Hijos del Sol (Hijos de la Luz y de la
Sabiduría, con una vasta comprensión y vivencia en
los planos material, psíquico y mental superior), los
Incas
tenían la misión de
velar por todos los pueblos, con un gran sentido humano y
paternal; conducta que fue
vivenciada, reconocida y después recordada en todos los
rincones del Tawantinsuyo (los 04 puntos cardinales de
extensión del imperio).

Los incas fueron gobernantes que recopilaron y dieron
gran extensión a una serie de costumbres que
ancestralmente existían en los Andes. Su valor no se
halla solamente en su capacidad creativa, sino en su habilidad
para difundir, ordenar y administrar el sistema andino en
un amplio territorio.

El Cronista Español Pedro Cieza de León
escribió:

"verdaderamente, pocas naciones hubo en el mundo, a
mi ver, que tuvieron mejor gobierno que los
incas
". Polo de Ondegardo afirmó: "y anzí,
jamás hubo hambre en ese reyno
". Blas Valera:
"que aquellos reyes del Perú, por haber sido tales,
fueron tan amados y queridos de sus vasallos que hoy los indios
con ser ya cristianos, no pueden olvidarlos, antes en sus
trabajos y necesidades, con llantos y gemidos, a voces y
alaridos los llaman a uno a uno, por sus nombres; porque no se
lee de ninguno de los Reyes antiguos de Asia y África y
Europa hayan sido
para sus naturales vasallos tan cuidadoso, tan apacible, tan
provechoso, franco y liberal como fueron los Reyes Incas para con
los suyos
".

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Ubicación geográfica de la
ciudad inca del Cusco (Ombligo del Mundo)

La cosmovisión
andina

La cosmovisión es la concepción e imagen del mundo
de los pueblos, mediante la cual perciben e interpretan su
entorno natural y cultural. La cosmovisión se fundamenta
en la cosmogonía, que es la fase mitológica de la
explicación del mundo y se organiza en la
cosmología, que es la lógica
mediante la que se organiza la sintaxis del pensamiento.

La cosmovisión es la manifestación de
arquetipos míticos acerca del origen, de los principios y su
conceptualización como una realidad que existe, el cual se
formaliza a través de la cultura, aún cuando la
cosmovisión es el pensamiento activo y dinámico,
los otros medios son
actos representados en acciones como
las construcciones de santuarios, fiestas, ceremonias, rituales,
objetos religiosos y otros que integran la mentalidad más
las actitudes
asumidas por el hombre. Los
fenómenos constituyen la conjunción de la
cosmovisión porque involucra a manifestaciones de
energía, poder,
vitalidad o simplemente la realidad se hace presente; el universo se
hace recordar, el hombre intenta
dar explicaciones, a la vez que humaniza a estos fenómenos
como actos divinos, como seres con vida.

La cosmovisión andina esta dirigida a la
explicación del "cosmos" y las fuerzas que se manifiesta a
través de los fenómenos de la naturaleza.
Consta de una serie de atributos que están presentes en
tres dimensiones en forma de diversos elementos, tanto seres
vivos como no vivos.

Las dimensiones cosmológicas de los Incas son:
Kay Pacha (esta tierra), Uku
Pacha (mundo de abajo) y Hana Pacha (mundo de arriba). Los
hombres están ubicados en cada uno de ellos de acuerdo a
las acciones que realizan y realizaron en vida:

 KAY PACHA: denominado el "mundo de aquí",
"esta tierra" o "mundo de adentro". En este mundo viven los
hombres, los animales, las
plantas y en ella
se manifiestan los poderes de las fuerzas sobrenaturales.
La tierra se
denominaba ALLPA CAMASCA (tierra con vida, tierra animada) y el
RUNA (hombre poseedor de razón). Los lugares sagrados como
las huacas, pacarinas, huancas y las oquedades que se observa en
Kay Pacha mantienen una comunicación con las dimensiones. Pero
la
comunicación principal que se da es a través de
la persona
(sacralizada) del Inca. "Que resulta un personaje que tiene tanto
de lo divino como de lo humano, Intipchurín, hijo del Sol,
que nace en la tierra y sirve de intermediario entre el Kay Pacha
y el Janan Pacha" (Díaz, 1998). Elementos sacralizados que
comunican las tres dimensiones relacionándonos de manera
concreta y capaz de ser percibido como se da en la unidad de las
dimensiones.

  UKU PACHA: el mundo de abajo, el desorden,
mundo de los muertos, relacionado a todo lo desconocido, a los
orígenes primigenios, el caos. El Uku Pacha se comunica
con Kay Pacha a través de las oquedades (cavernas y
cuevas), denominados en algunos lugares del Ande como Apurimac,
Andahuaylas, etc., como Ushnu, en tanto que de las oquedades
salen especie de gases que
emanan del Uku Pacha hacia Kay Pacha, también son los
cráteres volcánicos, lo profundo de las lagunas o
los lugares por donde brota el agua,
fuentes y
manantiales. Estos son denominados como lugares sagrados, lugares
de origen, una identificación mítica, como las
Pacarinas (surgir, amanecer o aparecer), con determinados
grupos
sociales o etnias. "Después de su muerte un ser humano
permanecía por un año en este mundo (cay pacha),
como el sol en la
noche, pero después volvía al lugar de origen
(Pacarina) de sus antepasados, en el mundo de abajo y para eso
debía pasar sobre un puente hecho con cabellos, Achacaca.
El mundo de los difuntos se llamaba Upiaymarca, "el lugar
donde la gente bebe" o "el lugar del beber"
y tenía
dos lagos, Titicaca y Yarocaca". (Zuidema 1989).

 HANAN PACHA: concebido como el "mundo de arriba"
el espacio sideral. Estos son fenómenos
metereológicos. Al analizar la conformación de los
fenómenos metereológicos no es que cada uno de
estos este "personificando por una divinidad; Por lo general,
esta controla varios fenómenos, así se apropia de
las estrellas y de los grandes planetas, o
varios dioses se arrebatan el dominio o
posesión de los cuerpos astrales" (Tello 1967).

 Los habitantes de los Andes, según su
creencia religiosa, tenían en el Hanan Pacha a sus
progenitores encargados de su cuidado y bienestar. Según
Cobo, "atraviesa el mundo sideral un inmenso río, el cual
señalaban ser aquella cinta blanca que vemos desde abajo
llamada Vía Láctea…". Así
atribuían al trueno la potestad de llover y granizar,
adorando al rayo, al relámpago, al arco iris, las lluvias,
el granizo y hasta las tempestades, torbellinos y remolinos del
viento.

 Gary Urton en su trabajo
"Orientación y Astronomía Quechua" (1976), presenta
una descripción de lo que parece ser el zodiaco
de los antiguos peruanos y de la forma como este plano de
orientación celeste fue empleado en relación con el
sistema de orientación terrestre. Las constelaciones
principales en el sistema astronómico de los antiguos
peruanos se sitúan a lo largo de la Vía
Láctea, denominado Mayu (río). Los antiguos
peruanos distinguen dos tipos de constelaciones: a) las
constelaciones de estrella a estrella, que son geométricas
(la Gran y Pequeña Cruz), o representan objetos
inanimados, generalmente arquitecturales (el puente, el almacén);
b) las constelaciones negras, están situadas en aquella
parte de la Vía Láctea, donde se ve el agrupamiento
más denso de estrellas y la mayor superficie de intensidad
luminosa, representan animales y plantas.

Para los andinos el mundo es una totalidad viva. No se
comprende a las partes separadas del todo, cualquier evento se
entiende inmerso dentro de los demás y donde cada parte
refleja el todo. La totalidad es la colectividad natural o Pacha;
comprende al conjunto de comunidades vivas, diversas y variables,
cada una de las cuales a su vez representa al Todo.

Esta totalidad está conformada por la comunidad
natural pluriecológica constituida por el suelo, clima, agua,
animales, plantas, estrellas y todo el paisaje en general, por la
comunidad humana multiétnica que comprende a los
diferentes pueblos que viven en los Andes y por la comunidad de
deidades telúricas y celestes, a quienes se les reconoce
el carácter de Huaca, de sagrado, en el
sentido de tenerles mayor respeto, por
haber vivido y visto mucho más y por haber
acompañado a nuestros ancestros.

Estas comunidades se encuentran relacionadas a
través de un continuo y activo diálogo,
reciprocidad y efectiva redistribución. Cada comunidad es
equivalente a cualquier otra; todas tienen el mismo valor,
ninguna vale más y por lo tanto todas son importantes,
merecen respeto y consideración, en la concepción
andina esto se expresa cuando se reconoce que todo es sagrado, es
sagrada la tierra (Pachamama = madre tierra, aunque
etimológicamente seria tal vez más exacto
"Señora del tiempo y el
Espacio
"), los cerros, (Apus, Achachilas, Huamanís,
Auquis), las estrellas, el sol, la luna, el rayo, las piedras,
los ríos, puquiales, lagunas, los seres humanos vivos y
los fallecidos, los animales y las plantas.

El Ayllu, se trata del grupo de
parentesco familiar y comunal. Abarca a cada uno de los miembros
del Pacha (microcosmos) local. La familia
humana no se diferencia de la gran familia que es el
Ayllu sino que está inmersa en él. El Ayllu es la
unión de la comunidad humana, de los animales y de las
huacas que viven en el Pacha local. La unidad parental así
constituida es muy íntima y entrañable,
armónica y protectora de sus miembros y la naturaleza de
su entorno más cercano.

Todo cuanto existe en el mundo andino es vivo. No
sólo el hombre, los animales y las plantas sino
también las piedras, los ríos, los cerros y todo lo
demás. En el mundo andino no existe algo inerte: todo es
vivo. Igual que nosotros todos participan en la gran fiesta que
es la vida: todos comen, todos duermen, todos danzan, todos
cantan, todos viven a plenitud.

La chacra (pedazo de tierra cultivada) es una forma de
crianza. En la chacra andina no sólo se cría a las
plantas y a los animales considerando como condiciones ya dadas
al suelo, al agua y al clima, sino que en la chacra
también se cría al suelo, al agua y al clima.
Recíprocamente, la chacra cría a quienes la
crían.

La cultura andina, que es la cultura de un mundo vivo y
vivificante, late al ritmo de los ciclos cósmicos y de los
ciclos telúricos que es el ritmo de la vida: su "tiempo",
por tanto, es cíclico. Sin embargo, las ceremonias del
calendario ritual andino son momentos de conversación
íntima con tales ciclos en los que no se repite un
"arquetipo" sino que se sintoniza la situación
peculiar.

En los Andes, el clima, que es la manera de mostrarse de
los ciclos cósmicos y telúricos, es sumamente
variable e irregular. Esto condiciona una diferencia importante
con el mito del
eterno retorno de los griegos de la Edad Clásica y con el
modelo del
tiempo circular. En los Andes hay una re-creación, una
renovación, anual de los ritos de creación, esto
es, de la conversación íntima entre todos los
componentes del mundo vivo, que se armoniza con el estado
correspondiente del clima. Esta re-creación, esta
renovación, es la digestión, por parte del
mundo-vivo, de las condiciones de vida en el momento del rito,
que, repetimos, son muy variables e irregulares.

Es obvio que el tiempo andino no es el tiempo lineal e
irreversible del Occidente moderno (Se inicia cuando
Jehová-dios creo el universo y
terminará con el fin del mundo)
en el que continuamente se cancela al pasado con el ansia de
proyectar lo que se va a vivir en el futuro y de esta manera se
escamotea el presente y, con ello, la vida. El "presente" en el
mundo vivo andino se re-crea, se re-nueva, por digestión
del "pasado", es decir, por su inclusión. Pero, a la vez,
la cultura andina es capaz de saber continuamente cómo se
va a presentar el futuro por la participación de todos los
miembros de la colectividad natural en la conversación
cósmico-telúrica propia del mundo vivo. En los
Andes no hay una distinción tajante y cancelatoria entre
pasado y futuro porque el presente los contiene a
ambos.

Por ello es que el sacerdote andino, en la ceremonia
ritual, puede remontarse en el pasado miles de años y ver
hoy en pleno funcionamiento ritual una huaca y participar
activamente en aquel acto: de esta manera incluye el pasado en el
presente. Asimismo, el sacerdote puede por su capacidad de
conversar con todos los componentes del mundo vivo, saber el
clima que corresponderá a la campaña
agrícola-pastoral venidera y también puede
remontarse más y llegar a saber el clima de las diez
próximas campañas: de esta manera incluye el futuro
en el presente.

En los Andes Incas, pasado, presente y futuro, antes,
ahora y después, no son compartimientos estancos sino que
ellos concurren en el ahora que, por eso mismo, es siempre.
Siempre recreado, siempre renovado, siempre novedoso.

La religión
incaica

La religión Inca fue
principalmente de carácter estatal y teocrática, la
cual era representada por el Inca como HIJO DEL SOL, pero que,
con sagaz visión política,
supo incorporar los dioses en las creencias de los pueblos
conquistados. Su centro político religioso fue el
Cusco.

Como sus principales características, podemos
decir que la religión incaica:

  • Fue animista, pues consideraba que todo está
    animado y en constante transformación.

  • Era Panteísta, adorando a diversas
    manifestaciones de un solo Dios creador del Universo, quien
    era reconocible en todas las cosas y en sus diversas formas,
    adorando al sol, la luna, las constelaciones, a los cerros,
    nevados, lagunas, ríos, el rayo, el trueno, el arco
    iris, la tierra, el fuego, los vientos, etc..

  • Consideraban que la naturaleza o materia es eterna y
    rendían tributo a sus elementos, especialmente a la
    mamapacha, la madre tierra, fuente de vida y
    sustento.

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Representación de la cosmovisión inca, en
donde en la parte superior se halla el Dios Viracocha, creador de
todas las cosas, junto a las estrellas, el sol, la luna,
así como el arco iris, el rayo, animales y plantas como
manifestación de su creación y a su vez siendo
ellos mismos divinos (Templo de Coricancha, Cusco,
2008).

Cusco: centro
mágico religioso

Cuentan las leyendas que
luego de la huida de una etnia
proveniente del sur-este del territorio americano (probablemente
de una etnia cercana al lago Titicaca), enviados por su padre, el
sol, a humanizar a la gente bárbara que habitaba en el
mundo, los jefes, Manco Cápac y Mama Ocllo, lograron
hundir la vara de oro, que su padre les había dado para
que mediante ella, dar la señal de dónde
debía establecerse la nueva ciudad, lo que sería el
imperio.

Ubicado en el valle del Cusco, propiamente en el cerro
Guanacaure, es donde se establece dicha etnia. Compartiendo el
territorio con algunos pueblos antiguos como los Alcahuisa, los
sahuaceras, entre otros, lograron convivir durante largo tiempo,
mediante alianzas y confrontaciones, las cuales supieron
llevar.

Con la expansión, luego de la guerra con los
chancas, y con la fama que se habían hecho los orejones y
el inca, con la bondad que habían impartido en todo el
imperio, con lo dones que cedían a los curacas de las
diferentes etnias que no se resistían a su dominio, es que
logran mitificarse, es decir logran ser reconocidos como
verdaderos hijos de Dios, enviados por él para repartir
justicia y
bondad.

Así, se creía que el lugar en el que
habitaban, el que había sido cedido por Dios, era sagrado.
Por tanto, la gente que vivía en dicho lugar
también era privilegiada, ya que habitaba en un espacio
sagrado. Decían que el Cusco tenía una fuerza
especial, como una atracción, pues era un lugar
sagrado.

De acuerdo con la teoría
de Mircea Eliade, el centro para las sociedades
primeras juega un papel importante, es sagrado pues desde
allí se crea la vida, es la unión entre el cielo y
la tierra y todo lo que está fuera del centro es lo
profano; el hombre quiere ser sagrado y busca habitar el centro,
por que no se siente bien estando en lo profano: de ahí
que Cusco sea "ombligo del mundo", es el centro
mágico-religioso, con propiedades lo suficientemente
sagradas para que, con sólo estar ahí, sea un acto
de purificación. "El Santísimo creó el mundo
como un embrión. Así como el embrión crece a
partir del ombligo, así Dios empezó a crear el
mundo por el ombligo y de ahí se difundió en todas
direcciones." (Texto de
Kisa"i, citado por Mircea Eliade).

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Plano de la antigua ciudad del Cusco en
tiempos del Inca Pachacutic.

Panteón
Inca

Los principales dioses de los incas fueron los
siguientes:

TICIVIRACOCHA o Viracocha, estaba considerado en los
mitos y
leyendas como el creador de la tierra, de los hombres y de los
animales, y al mismo tiempo como un héroe civilizador. De
él se decía que era el anciano del cielo y el
maestro del mundo.

El Cronista Pedro Cieza de León (1550) dice sobre
Viracocha lo siguiente:

"Antes que los incas reinasen en estos reinos ni en
ellos fuesen conocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor
que todas las que ellos dicen, porque afirman questuvieron mucho
tiempo sin ver el sol y que, padeciendo gran trabajo con esta
falta, hacían grandes votos e plegarias a los que ellos
tenían por dioses, pidiéndoles la lumbre de que
carecían; y queseando desta suerte salió de la isla
del Titicaca, questa dentro de la gran laguna del Collao, el sol
muy resplandeciente, con que todos se alegraron. Y luego questo
pasó, dicen que hacia las partes del mediodía vino
y remanecio un hombre blanco de crecido cuerpo, el cual en su
aspecto y persona mostraba gran autoridad y
veneración, y queste varón que así vieron
tenia tan gran poder que de los cerros hacia llanuras y de las
llanuras hacia cerros grandes, haciendo fuentes en piedras vivas;
y como tal poder reconociesen llamábanle Hacedor de todas
las cosas criadas, Principio dellas, Padre del sol, porque, sin
esto, dicen que hacia otras cosas mayores, porque dio ser a los
hombres y animales; y que, en fin, por su mano les vino notable
beneficio."

INTI, el dios Sol, considerado el principal dios de los
Incas, proveedor de vida y protector de la familia real. Su
calor
beneficiaba a la tierra y hacía madurar las plantas.
Estaba considerado como el progenitor de la nobleza inca, que lo
llamaba "padre" y era representado con un rostro humano sobre un
disco de oro. En torno
al Inti se ordenaban los cultos rituales y a él se
dedicaron los principales templos. La gran fiesta del Sol, el
Inti Raymi, se celebraba en el solsticio de invierno para dar la
bienvenida a los rayos de sol, ofreciéndole danzas,
oraciones, sacrificios rituales de animales, hojas de coca, entre
otros.

MAMAQUILLA, hermana y esposa del Inti, la diosa luna.
Los templos fueron construidos para ella en todo el imperio y las
paredes de su santuario estaban cubiertas de hojas de plata. Ella
regulaba el ciclo
menstrual femenino y el calendario de fiestas
agrícolas y religiosas.

MAMAPACHA o Pacha Mama, en la mitología inca representa a la Madre
Tierra. El término aymara Pacha designa un momento del
cosmos, un lugar y la tierra nutricia. La Pachamama madura los
frutos, multiplica el ganado, evita heladas y plagas, da suerte
en la caza. Ayuda también a las tejedoras y alfareros.
Madre de los seres humanos y de los cerros, sus templos llamados
Apachetas, son montones de piedra a los bordes de los caminos.
Allí se le depositan ofrendas como
hojas de coca y chicha.

PACHACAMAC, dios del fuego e hijo del dios sol,
vinculado a los movimientos sísmicos. Se creía que
rejuvenecía el mundo creado originalmente por el Dios
Viracocha y que había enseñado las artes a los
seres humanos. Según una leyenda, en el principio del
mundo no había alimentos para el
primer hombre y la primera mujer. El hombre
murió de inanición. El sol, por su parte,
fecundó a la mujer, pero
Pachacamac, celoso, mató al hijo que ella diera a luz. Lo
despedazó y de sus partes nacieron los alimentos
esenciales: de los dientes el maíz, de
los huesos las yucas,
entre otros frutos y vegetales. Se le rindió culto
principalmente en la costa, en donde existió un
oráculo que lleva su nombre en Lima.

MAMACOCHA, diosa del mar, adorada por los pescadores de
la costa.

También las estrellas constituían otras
tantas manifestaciones divinas, quienes eran considerados
guardianes celestiales. Algunos animales y aves
tenían su propia constelación. Los arrieros de
llamas oraban a la constelación de la llama, que conocemos
como Lira. Las Pléyades fueron llamadas Collca por los
incas, que significa almacén. Esta constelación fue
la responsable de la preservación de las semillas y granos
de alimentos.

ILLAPA o Apu Illapa, dios señor del trueno, el
rayo y la lluvia; era una divinidad agrícola y enviaba la
lluvia para regar el sembrado. A él se dirigían
peregrinaciones y sacrificios, en tiempos de
sequía.

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Felipe Huaman Poma de Ayala. "Nueva Crónica y
Buen Gobierno". Segunda lámina de la serie que el autor
dedica en su obra a los ídolos de los incas, denominada
"DE LOS IDOLOS INGAS INTI, UANACAURI, TAMBOTOCO". Dentro del
espacio dibujado, Huaman agrega cuatro pequeños textos,
bajo la figura del sol, dicen lo siguiente: "Uanacauri",
"Tambotoco" y "Pacaritanbo" (Apus que veneraban), el cuarto,
entre las piernas del Inca representado y el borde inferior, dice
"en el Cuzco". La tríada sol-luna-lucero está en
correspondencia con la tríada formada por el Inca (hijo
del sol) –la Coya (esposa del Inca) – y el hijo de
ambos, lo que remite al deber del Inca de hacer sacrificios al
Sol, de la Coya de realizar sacrificios a la Luna y de sus hijos
de hacer sacrificios al Lucero del Alba (Venus).
(Citado por Gonzáles, 2008).

De acuerdo al cronista Inca Garcilazo de la Vega, los
incas no tuvieron más dioses que al Sol, al que le
dedicaron templos y sacrificios de toda índole, estando en
desacuerdo con otros cronistas que les atribuyen muchos dioses.
El mismo autor refiere que además del Sol, tenían
en mayor veneración a Pachacamac, teniéndole como
su dios supremo. Del Dios Viracocha manifiesta que fue un
fantasma que se apareció a un príncipe heredero de
los incas diciendo que era hijo del sol.

Culto
religioso

La religión incaica nació del respeto por
las fuerzas de la naturaleza. Los antiguos peruanos adoraron a
los espíritus de la naturaleza y criaturas tales como
jaguares, serpientes y cóndores asociados a su
concepción espiritual. Como se ha visto anteriormente,
consideraban que el universo tenía tres planos:

  • Una zona superior o Janan Pacha, habitada por los
    dioses celestes como el sol, la luna, las estrellas, etc., y
    estaba representada por el Cóndor.

  • Una zona intermedia o Cay Pacha, donde viven los
    hombres, animales, plantas y espíritus terrestres.
    Está representada por el jaguar, y

  • Una zona inferior o Ukju Pacha, residencia de los
    muertos, representada por la serpiente.

Los incas veneraron en forma especial a lugares o cosas
considerados sagrados llamados Huacas, que podían ser
rocas,
montañas, ríos o árboles
con formas inusuales, pues pensaban que poseían poderes
especiales. Las huacas se extendieron por todo el imperio y se
les veneraba y rendía culto, ofrendas y sacrificios. Cada
una tenía su propio espíritu, amistoso o enemigo,
al cual había que mantener de buen humor mediante
ofrendas, generalmente de oro, plata, hojas de coca, maíz,
chicha, etc..

El respeto por los ancestros fue otra
manifestación importante de la religión inca. Los
ritos funerarios eran muy importantes, pues los incas
creían en la supervivencia tras la muerte. Los
cuerpos de sus muertos eran secados y preservados como momias,
siendo enterrados con sus pertenencias en Chullpas o guardados en
las casas de sus descendientes, haciéndoles ofrendas
regulares de comidas, bebidas y hojas de coca.

Las ceremonias se celebraban al aire libre y por
ello la mayoría de los templos solo comprendían la
celda del dios y unas habitaciones para los sacerdotes encargados
del culto. Grandes templos se levantaron en ciertos puntos clave,
el más grande de todos los templos incaicos era el
Coricancha (que quiere decir "cercado de oro"), en el
Cusco, el cual estaba consagrado al Dios Sol. De acuerdo con los
cronistas españoles, la gran sala del sol tenía
solo una entrada y en su interior había un altar, imágenes
de los dioses, los objetos que allí estaban eran de oro
puro y las paredes también estaban decoradas con
oro.

El Cronista Pedro Cieza de León (1550) dice sobre
las riquezas del Templo de Coricancha, lo siguiente:

"Había muchas puertas y las portadas muy bien
labradas; a media pared, una cinta de oro de dos palmos de ancho
y cuatro dedos de altor. Las portadas y puertas estaban chapadas
con planchas de este metal. Mas adentro estaban cuatro casas no
muy grandes labradas desta manera y las paredes de dentro y de
fuera chapadas de oro y lo mesmo el enmaderamiento, y la
cobertura era paja que servia por teja. Había dos
escaños e aquella pared, en los cuales daba el sol en
saliendo, y estaban las piedras sotilmente horadadas y puestas en
los agujeros muchas piedras preciosas y esmeraldas. En estos
escaños se sentaban los reyes…"

"En la una destas casas, que era la mas rica, estaba la
figura del sol, muy grande, hecha de oro, obrada muy primamente,
engastonada en muchas piedras ricas; estaban en aquella algunos
de los bultos de los Incas pasados que habían reinado en
el Cuzco, con gran multitud de tesoros".

"… Tenían un jardín que los
terrones eran pedazos de oro fino y estaba artificiosamente
sembrado de maizales, las cuales eran de oro, así las
cañas y mazorca; y estaban tan bien plantados que aunque
hiciesen recios vientos, no se arrancaban. Sin todo esto
tenían hechas mas de veinte ovejas de oro con sus
corderos, los pastores con sus hondas y cayados que las
guardaban, hechos deste metal. Había mucha cantidad de
tinajas de oro y de plata y esmeraldas, vasos, ollas y todo
genero de
vasijas, todo de oro fino".

Junto al templo del Cusco, estaban situadas la casa del
saber y la casa de las doncellas escogidas que permanecían
castas y dedicadas al culto, quienes recibían el nombre de
mamaconas, vírgenes del sol. Estas jóvenes eran
seleccionadas entre las mujeres más hermosas de la
nobleza. Nunca se casaban y durante tres años
recibían una educación especial
que las preparaba para llevar una vida consagrada al dios sol.
Las vírgenes del sol intervenían en las ceremonias
religiosas y eran las encargadas de preparar la chicha,
así como tejer y pintar las ropas con las cuales se
confeccionaban las prendas del Inca.

Los sacrificios eran parte esencial de las
prácticas religiosas incaicas. Las grandes ocasiones
requerían sacrificios animales o humanos, pero lo
más común era que consistieran en ofrendas de hojas
de coca, flores, bebidas, o vestidos que eran arrojados al fuego
sagrado. Las hojas de coca no sólo se ofrendaba a los
dioses, sino que también la tomaban los sacerdotes en
determinadas ceremonias, la cual les provocaba visiones
funcionando como Oráculo, profetizando gracias y
desgracias.

Las
Huacas

Los Templos o lugares de adoración y
oráculo fueron edificados sobre terrenos, piedras u
objetos considerados sagrados o Huacas, y se extendieron
por todo el imperio, siendo el principal el Templo de Coricancha
en el Cusco, pues se consideraba el centro del universo
inca.

El cerro de Guanacaure fue la segunda huaca más
importante, situada cerca del Cusco, pues la leyenda dice que los
hermanos del primer inca, Ayar Cachi y Ayar Uchu, se convirtieron
en piedra y Ayar Manco, fundó la ciudad del Cusco,
llamándose Manco Cápac, que quiere decir "rey y
señor rico".

El tercer oráculo y huaca inca era el Templo de
Vilcanota, muy frecuentado y venerado, llevando ofrendas y
sacrificios de animales, consultando al oráculo el cual
era muy respetado.

El cuarto Templo que nombra Pedro Cieza de León,
fue el de Aconcagua, donde también existía un
oráculo muy antiguo (preinca) y que era temido y
respetado.

El nevado Coropuna en Arequipa, también era muy
frecuentado y venerado como oráculo sagrado,
ofreciéndoles ofrendas de oro, plata y piedras preciosas,
hojas de coca y maíz, chaquiras, conchas y plumas,
así como sacrificios de animales y humanos, en algunas
ocasiones especiales. Al pie del nevado el arqueólogo
polaco Mariusz Ziolkowski, rescató el santuario de
Maucallacta, un complejo de templos de 300 estructuras.

Otra Huaca sagrada y muy venerada fue el de Aperahua, un
árbol frondoso y misterioso por medio del cual
respondía el oráculo. Otras Huacas de gran
importancia fueron las del Titicaca, Pachacamac, Rímac,
Chichacamac, Apurimac, Pariacaca, Huarivilca, entre
otros.

De acuerdo a las últimas investigaciones
de Ziolkowski (2008), existen una red sagrada o "anillos
de una geografía sagrada", de más de 120
sitios arqueológicos desde el periodo arcaico hasta el
colonial temprano, considerados templos o lugares de culto y
comunicación con los dioses, probando de esta manera la
gran vocación religiosa y espiritual de los antiguos
pobladores del ande.

Dicho autor cuenta que Catequil, en la cumbre de un
cerro de Huamachuco, "era un oráculo de importancia
panandina, venerado y temido desde Quito hasta
Cusco". Atahualpa mando a consultarlo y "el sacerdote, luego de
hablar con el ídolo de piedra del dios, formuló una
predicción irremediablemente adversa; a saber, que
Atahualpa, por su conducta sanguinaria y tiránica,
había suscitado la ira de Wiracocha y por tanto
acabaría mal". Atahualpa asesinó al sacerdote,
destrozo la piedra ritual, mandó prenderle fuego, moler y
esparcir sus restos al aire y hasta quemar en tres meses el cerro
entero, pero la profecía se cumplió.

La confesión de los pecados estuvo vinculada al
gran santuario del Titicaca, y no era una proyección del
sacramento cristiano. Allí se reverenciaba a una roca
llamada Titicala. Los fieles debían mirar de lejos desde
un portal llamado Intipuncu y antes de entrar al lugar sagrado
tenían que confesarse tres veces ante un sacerdote. Las
mentiras que podía detectar la divinidad eran
castigadas.

En tiempos antiguos existieron también grandes
romerías y peregrinaciones, en algunos casos procesiones
con victimas sacrificables, en ceremonias llamadas Capaccocha, en
donde los seres sacrificados se volvían
oráculos.

La
Capaccocha

Los sacrificios a seres humanos sucedían
solamente en épocas de terribles dificultades como
sequías, heladas, terremotos y
guerras.
Aquellos que eran elegidos, para ser sacrificados se consideraban
altamente honrados; tal honor recaía por lo general sobre
los niños y
jóvenes más hermosos, de cualquiera de los dos
sexos, y la víctima marchaba al sacrificio esperando una
vida placentera en el otro mundo. A dicha ceremonia se le
denomina Capaccocha.

La concepción de morir de esta manera era
considerada un privilegio. Se creía que al ser
sacrificados era por una buena causa, y tendría una buena
recompensa. La causa era el bienestar del inca y la comunidad,
para que los dioses estén alegres; e irían a vivir
con ellos al mundo de los dioses y se convertirían en
huacas protectoras de su ayllu. Incluso las madres preparaban a
sus pequeños para este ritual (Rojas, Pedro P.,
2006).

En esta Ceremonia, como en todas las fiestas importantes
del Imperio Incaico, la sagrada Hoja de Coca estaba presente,
acompañando al sacrificado en su viaje glorioso, como se
ha demostrado con el descubrimiento de la "Momia Juanita", o
"Dama de Ampato" (muerta alrededor del 1450 d.C.), en las faldas
del nevado Ampato, en Arequipa. Además se han encontrado
momias en el nevado Misti y Llullaillaco (Argentina); quienes
llevaban hojas de coca en la boca y en una bolsa llamada
chuspa.

Los
sacerdotes

La casta sacerdotal detentaba un enorme poder. Los
sacerdotes eran considerados como funcionarios imperiales y
estaban regidos por el sacerdote principal radicado en el templo
de Cusco, El sumo sacerdote del Sol, el Vilaoma o Villac
umu.
Siempre era un hermano o tío del Inca. Contaba
con un consejo de nueve sacerdotes provenientes de distintas
regiones del imperio que le ayudaban en sus tareas. Los
sacerdotes más importantes eran nobles y los de menor
jerarquía eran campesinos que, por ser ancianos, no
trabajaban en los campos. Los sacerdotes cuidaban los objetos
sagrados, celebraban las ceremonias religiosas, hacían
sacrificios, interpretaban los mensajes de los dioses y curaban a
los enfermos.

El cronista Pedro Cieza de León
afirma:

"Sus sacerdotes tenían cuidado de los templos
y del servicio de
los simulacros o ídolos que representaban la figura de sus
falsos dioses, delante de los cuales, a sus tiempos y horas,
decían algunos cantares y hacían las ceremonias que
aprendieron de sus mayores, al uso y costumbre que sus antiguos
tenían"

Los sacerdotes también escuchaban confesiones.
Los incas pensaban que los pecados de los hombres ofendían
a los dioses quienes como castigo, enviaban desgracias a la
tierra. Creían que el hecho de no confesarse, o confesar
solo parte de los pecados, era algo sumamente grave que enojaba
mucho a los dioses.

Los sacerdotes
andinos en la actualidad

En la actualidad la medicina tradicional viene siendo
revalorada en nuestra sociedad y es
por esta razón que los curanderos o chamanes andinos o
sacerdotes andinos, cobran vigencia nuevamente. El término
"chamán" o "shamán", tiene origen del noreste de
Asia, es originario del tungúsico saman y del
manchú saman, que significa "el que está agitado,
conmovido, inspirado" (Kakar, 1993).

Dicha denominación se asumió en forma
universal, para los curanderos que utilizan básicamente
pócimas o brebajes, con las que se maneja a través
de las alucinaciones, el control corporal así como la
conciencia de sus
pacientes. Para este fin muchas veces se agitan en algunos casos
acompañado por cánticos y danzas ceremoniales y
rituales, creando un estado
alterado de conciencia y un contexto propicio para que el
paciente reviva sus experiencias negativas y para que el
especialista manipule el mundo trascendental de sus
pacientes.

Este tipo de terapia no es practicado en los andes del
sur del Perú, con salvedad de la zona norte de la sierra
del Perú, donde el San Pedro es usado con este
propósito. Mientras que los especialistas andinos
("Altumisayuq") para la terapia usan como diagnosticador e
indicador terapéutico a la coca no como pócima ni
alucinógeno, sino como hojas manejadas externamente con un
código
simbólico de lectura que
más expresa lenguaje y
comunicación. Si bien los especialistas andinos no se
agitan, estos manejan poderes que pueden desencadenar los mismos
efectos que cualquier pócima.

Existen varios tipos de curanderos o especialistas
andinos, los que podemos clasificar de la siguiente
forma:

I.- por el grado de saber y confiabilidad traducido
en jerarquía:

  • "Altumisayuq": Domina la terapia integral, incluidos
    los ritos psicoterapéuticos.

  • "Paqu": Curandero que maneja plantas medicinales y
    cura con hierbas.

  • "Pampamisayuq", "Waynillu": Principiante iniciado,
    diagnosticador, adivino.

II.- Por los fines que persigue:

  • Los buenos que curan y se hallan en "la gracia de
    Dios" y/o "Licencia de Dios".

  • Los malos que hacen daño, brujos, que tienen
    poder a partir de lo subterráneo o trabajan con el
    "saqra" (diablo).

III.- Por sus prácticas
especializadas:

  • Hierberos

  • Hueseros

  • Parteros

  • Psicoterapeutas

La educación y formación del curandero
pasa por:

  • Selección natural y mítica: "es
    señalado".

  • La iniciación, a cargo de otro curandero
    (padre y/o abuelo, suegro).

  • La formación a cargo de un maestro
    "padrino".

  • Experiencia y observación propia.

  • Para su continuidad, purificación
    cíclica a la manera de reciclajes permanentes "para
    seguir curando".

El "Altumisayuq", sacerdote de mayor jerarquía en
el mundo andino, desde su selección,
está plenamente convencido en su capacidad de curar y
solucionar los desequilibrios cósmicos de la conciencia de
los runas andinos. Su saber es un saber revelado, infundido y
contemplativo, dado por los dioses. A partir de este principio,
tiene fe y seguridad en su
"poder" de curación. Para este efecto cumple con todas las
obligaciones y
los deberes propios de su rango y tiene un sentido de la
purificación: En el mes de Agosto, los "Altumisayuq"
realizan una peregrinación a los nevados de Quyllur Rit"i
o, a "Ausangati" pues en los terrenos de Lauramarca, en el paso
de "Ch'illkapampa", al pie de "sumbriruyuq", en el nevado de
Ausangati, existen 03 lagunas: Hatun Puka Qucha, Yana Qucha y
Yuraq Qucha. Los "Altumisayuq" se purifican
bañándose en el Hatun Puka Qucha y
enjuagándose en las dos restantes. Al mismo tiempo que van
a purificarse, hacen una meditación. Este acto se
efectúa dentro del ritual más estricto y es un
mandato que debe "cumplirse", si se quiere seguir contando con
las bondades de la sabiduría médica andina. Por lo
tanto, este aspecto funciona para los especialistas andinos como
verdadero reciclaje de sus
saberes, destrezas y habilidades terapéuticas.

En los rituales y ceremonias, el modelo comunicacional
es metafórico y el lenguaje es
simbólico y mítico. Cada ritual tiene un proceso
comunicacional muy particular que es monitoreado, manejado,
controlado y dinamizado por un experto o especialista andino como
el "Pampa Misayuq", "Paqu", curandero,
"Waynillu" y/o "Altu Misayuq". En este tipo de
comunicación, por lo general la direccionalidad se da en
todos los sentidos y
pareciera que se va integrando la forma circular de lo
cíclico, en la que se halla integrado el oficiante ubicado
en un espacio liminal como agente integrador e intermediario de
lo sagrado con lo humano, es decir, es la comunicación del
humano con el panteón sagrado en la que se integran todos
los elementos de su cosmos.

Para concluir podemos citar a Mircea Eliade que expresa
en "Historia de las
creencias y las ideas religiosas", lo siguiente:

"Los chamanes desempeñan un papel esencial en
la defensa de la integridad psíquica de la comunidad. Son
los campeones antidemoníacos por excelencia y luchan tanto
contra los demonios y las enfermedades como contra la
magia negra. Los elementos guerreros, que tanta importancia
tienen en ciertos tipos de chamanismo asiático (coraza.
lanza. arco. espada. etc.), se explican por la necesidad de
luchar contra los demonios, verdaderos enemigos de la humanidad.
De manera general se puede decir que el chamán defiende la
vida, la salud, la
fecundidad, el mundo de la «luz» contra la muerte,
las enfermedades, la esterilidad, la desgracia y el mundo de las
«tinieblas»".

También dice Eliade que el chamán, cuya
vocación es señalada por alguna circunstancia
extraña (un sueño, una enfermedad, un rayo) inicia
su difícil aprendizaje, que
puede durar muchos años y que se caracteriza por la
experiencia iniciática de sufrimiento, muerte y
resurrección ritual, vivida particularmente a
través de rigores como el ayuno, dietas
estrictas, veladas interminables, abstinencia sexual, dominio de
la caza, la pesca y las
artes cotidianas, conocimiento
de las plantas
medicinales y consumo de
plantas psicotrópicas. En este tiempo, el iniciado aprende
cantos, bailes, rezos, mitos y, en general, la cosmogonía
y la historia de su pueblo.

Estados alterados de
conciencia  y chamanismo

Se dice que estamos en "plena consciencia" cuando somos
capaces de reaccionar a nuestro entorno de un modo racional, sin
embargo, en esta etapa pasamos por estadios de extrema lucidez a
otros más introspectivos, estados de reflexión que
nos permiten dar un primer paso hacia el largo
"continuum". Este estadio, puede hacernos olvidar
aquello que nos rodea. Un estadio más allá en este
"continuum" es el sueño, que algunos consideran
como la etapa en la que se pueden tener percepciones furtivas,
laicas, de un mundo que los "especialistas religiosos" visitan
plenamente durante el trance profundo. Entre la vigilia y el
sueño existe un estado intermedio, llamado sueño
lúcido, en la que se pueden llegar a controlar las
imágenes del sueño.

Citando las palabras de Ana Iribas Rudín,
investigadora de arte en la
Universidad
Complutense de Madrid:

"Si entendemos que el estado ordinario de conciencia
(el estado "normal" de nuestra vigila, el dominio del yo o ego)
se encuentra en los niveles personales del continuum evolutivo de
la conciencia, entrar en un estado alterado de conciencia (por
ejemplo, soñar)— puede ponernos temporalmente en
contacto con otros niveles de conciencia, diferentes
—superiores o inferiores— al nivel en que nos
encontramos habitualmente, y puede permitirnos acceder a los
modos cognitivos propios de esos niveles (en el sueño
puede darse un pensamiento mágico, o puede haber una
revelación mística). En otras palabras: el
conocimiento de diversos estados alterados de conciencia
resulta en una ampliación de la
conciencia".

Durante el trance profundo se experimentan cosas que no
están ahí, es decir, se tienen alucinaciones que
pueden ser felices o terroríficas. No son simplemente
visiones, porque los sentidos participan de ellas sintiendo
olores, sonidos y gustos.

Los sacerdotes incas en las diversas ceremonias
mágico religiosas ingerían hojas de coca y chicha,
oraban a sus dioses y desarrollaban estados alterados de
conciencia que lo convertían en vehiculo de
comunicación con un mundo espiritual y superior, siendo
capaz de predecir el estado del tiempo, las cosechas, guerras,
venturas de la familia real, etc…

Hay diferentes causas que pueden ocasionar el trance.
Unas son de carácter patológico, como la epilepsia
del lóbulo temporal, la migraña y la esquizofrenia que
producen alucinaciones. Algunos antropólogos creen que la
mayoría de los chamanes eran personas con enfermedades
mentales que supieron sacar beneficio de su problema. Pero
también se puede inducir el trance en personas sanas,
gracias a medios diversos, como el consumo de drogas
psicotrópicas, las privaciones sensoriales (ausencia de
luz, ruidos…), el aislamiento social prolongado, el dolor
intenso, las danzas extenuantes, los sonidos insistentes y
rítmicos, los cantos salmodiados, etc…

Los chamanes del todo el mundo afirman que vuelan hasta
lugares lejanos o a otros mundos habitados por espíritus y
monstruos. Los relatos de vuelos y viajes entre
las brujas medievales se deben a la entrada en trance de las
brujas. Algunos dicen que se conseguía el éxtasis
mediante la utilización de ungüentos mágicos
preparados con belladona, beleño y mandrágora
(Harner, "Alucinógenos y chamanismo").

La sensación de elevarse se expresa en las
historias de chamanes que ascienden al cielo mediante una
escalera, un árbol o un poste. También manifiestan
experiencias de descenso al fondo de un pozo, sima, mar… es
decir, lo opuesto al vuelo, como el descenso bajo tierra. El
descenso bajo tierra se explica por las sensaciones del
torbellino que producen oscuridad, aturdimiento y dificultades
para respirar. La entrada en una cueva no hace más que
reproducir ese torbellino; el aislamiento social, la
privación sensorial y el frío inducen al trance.
Sólo falta dibujar figuras en las paredes para afirmar que
ya tenemos la representación perfecta del trance. El
cosmos chamánico se compone de tres niveles: el de la vida
cotidiana, un mundo superior y otro inferior, localizados
topográficamente en arriba, en la tierra y bajo
tierra.

La hoja de
coca

La coca florece en los valles subtropicales de los Andes
orientales en América
del Sur, y por miles de años ha sido un elemento
fundamental en la vida cotidiana y los rituales religiosos de
muchas de las culturas originarias de Sudamérica. La
planta de coca (Erythroxylum coca) es un arbusto de hojas
ovaladas similar al laurel, alcanza una altura aproximada de 1 a
2 m, con ramas rectas y hojas parecidas a las del té.
Masticadas con cal ó ceniza (tok'ra), que sirve como
catalizador, estas hojas liberan una leve dosis de alcaloide de
cocaína,
adormeciendo los sentidos, mitigando el hambre y el dolor e
incluso abasteciendo algunas vitaminas de
otra manera ausentes en la dieta del habitante de las
alturas.

La palabra "coca" proviene del vocablo aymara q'oka, que
significa "alimento para trabajadores". Aunque se desconoce su
origen exacto, algunos etnobiólogos estiman que la coca se
ha cultivado en los Andes a lo largo de por lo menos cuatro mil
años. En Perú y Bolivia, las vasijas de
cerámica figurativa del Período Chavín y los
vasos de madera de
Tiahuanaco muestran claramente a hombres, probablemente
sacerdotes, masticando coca. Cualquiera sea su verdadero origen,
el tradicional consumo de coca se mantiene como un importante
símbolo de identidad
étnica para la población indígena del
altiplano sudamericano (Cabieses, F. 1980).

Las fuentes más importantes acerca del origen de
la coca se encuentra en "La Primera Nueva Crónica y Buen
Gobierno" escrita por Felipe Huamán Poma de Ayala (1613) y
en la obra del Inca Garcilazo de la Vega: "Comentarios Reales de
los Incas" (1615), quienes nos narran no solo la
genealogía de la planta, sino las cualidades y virtudes de
la misma. Garcilazo de la Vega nos dice que:

"La hierba que los indios llaman cuca y los
españoles coca, que ha sido y es la principal riqueza del
Perú, para los que la han manejado en tratos y contratos; antes
será justo se haga larga mención Della,
según lo mucho que los indios la estiman, por las muchas y
grandes virtudes que Della conocían antes y muchas mas que
después los españoles han experimentado en cosas
medicinales".

Existen muchas historias acerca del origen de la coca y
una de ellas es una leyenda peruana que cuenta la historia de
Mama Quilla, la diosa de la luna, que esparció el arbusto
sagrado en lugares cálidos por órdenes del Sol,
Inti, de tal manera que sus hojas pudieran aliviar la fatiga y el
hambre de su pueblo elegido y les diera fuerza.

Bajo el gobierno de los incas, la coca era reverenciada
como un regalo de los Dioses y su uso estaba restringido a las
ceremonias que tenían que ver con la nobleza y el
sacerdocio. Fueron los conquistadores quienes promovieron el uso
indiscriminado entre los trabajadores de las minas de
Huancavelica y Potosí, pues descubrieron sus propiedades
alcaloides que disminuían la sensación de hambre y
sed.

El cronista Garcilazo de la Vega, refiriéndose a
los escritos del Padre Blas Valera, hablaba del uso que se
hacía de la coca y de sus propiedades curativas, sobre
todo externas, aunque suponía o intuía que
internamente debían ser incluso superiores:

"La cuca preserva el cuerpo de muchas enfermedades,
y nuestros médicos usan de ella hecha polvos, para atajar
y aplacar el hinchazón de las llagas, para fortalecer los
huesos quebrados; para sacar el frío del cuerpo o para
impedir que no entre; para sanar llagas podridas, llenas de
gusanos. Pues si a las enfermedades de afuera hace tantos
beneficios, con virtud tan singular, en las entrañas de
los que la comen ¿no tendrá más virtud y
fuerza?".

"… algunos (españoles) han dicho y escrito
mucho contra este arbolillo, movidos solamente de que en tiempos
antiguos los gentiles, y
ahora algunos hechiceros y adivinos, ofrecen y ofrecieron la coca
a sus ídolos; por lo cual dicen, de debería quitar
y prohibir del todo".

Garcilazo precisaba además algo
importante:

"la yerba llamada cuca, que los indios comen, lo
cual entonces no era tan común como ahora, porque no la
comían sino el Inca y sus parientes y algunos curacas a
quién el Inca, por mucho favor y merced, enviaba algunos
cestos de ella al año."

El cultivo de la coca exigía cuidados y ambientes
especiales para su prosperidad, los terrenos aptos para su
crecimiento debían ser húmedos y con alto grado de
nutrientes, combinado con clima cálido. Por otra parte
demandaba gran cantidad de tiempo y personas a su cuidado en su
cultivo para lograr una buena cosecha. Una vez cosechadas las
hojas eran llevadas a zonas frías para completar su secado
y se conservaran por varios meses secas, verdes y sin gusanos.
Esta tarea productiva necesariamente implicaba un grado de
organización sociopolítica que
manejara la producción a gran escala,
situación que los Incas con su Estado pudieron llevar con
provecho.

La coca fue uno de los principales indicadores de
intercambio y movilidad a corta y larga distancia. Sin embargo,
su comercio
implicó un proceso de desarrollo el cual se inició
en épocas tempranas hasta llegar a complejizarse
posteriormente. Se realizaba mediante caravanas de llamas,
tradición todavía presente en los Andes.

Estas hojas entre otros elementos rituales, han quedado
preservadas para la humanidad como silentes testigos de una
cosmovisión propia de los Andes, cuyas raíces se
hunden en la profundidad de los tiempos.

Monografias.com

Hojas de coca en proceso de
secado

Propiedades de la
hoja de coca

A la hoja de coca se le atribuyen propiedades
alimenticias, medicinales y terapéuticas. Gracias a una
investigación realizada por la universidad
de Harvard (l,975), titulada "Valor nutricional de la hoja de
coca", se ha probado que la masticación diaria de 100
gramos de hojas de coca satisface la ración alimentaria
recomendada tanto para el hombre como para la mujer, mientras que
60 grs. por día colman las necesidades de calcio.
Así mismo, se han iniciado nuevas fases de
comprobación de la utilidad
científica en biomedicina y farmacia.

Su contenido en vitaminas y determinados oligoelementos
hacen que al mismo tiempo el Té de coca constituya un
complemento nutritivo de la dieta diaria. Estos mismos estudios
de la Universidad de Harvard sostienen que en 100 gramos de Coca
se pueden tener casi dos gramos de potasio que son necesarios
para el equilibrio del
corazón
y se le atribuyen además propiedades
adelgazantes.

CADA 100 GRAMOS DE HOJA DE COCA
CONTIENE:  

 

Nitrógeno
total 

20.06 mg.

Alcaloides totales no
volátiles 

0.70 mg.

Grasa

3.68 mg.

Carbohidratos

47.50 mg.

Beta caroteno

9.40 mg.

Alfa caroteno

2.76 mg.

Vitamina C.

6.47 mg.

Vitamina E.

40.17 mg.

Tiamina (vitamina
B 1) 

0.73 mg.

Riboflavina (Vitamina B
2) 

0.88 mg.

Niacina (factor p.p) 

8.37 mg.

Calcio

997.62 mg.

Fosfato

412.67 mg.

Potasio

1.739.33 mg.

Magnesio.

299.30 mg.

Sodio

39.41 mg.

Aluminio

17.39 mg.

Partes: 1, 2, 3
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