- Historia de
la lengua Francesa - Francés: inicios,
lengua romance y herencia - El
francés y la actualidad - La
literatura francesa y sus autores - Conclusiones
Trabajo Final de Lingüística Románica
Introducción
Este trabajo se
propone como objetivo
analizar la evolución de la lengua
francesa. Para esto transita por la historia de la lengua
romance; detalla las fuentes que la
nutren y de las cuales adquiere una vasta herencia
fonética, morfológica, lexical y sintáctica;
permite vislumbrar sus primeros aportes literarios así
como la producción posterior y más actual;
todo esto se suma a la importancia del idioma
mundialmente.
Historia de la lengua
Francesa
Los primeros habitantes de lo que hoy conocemos como Francia fueron
los galos. Al conquistar la Galia el romano Julio César,
en el siglo I a.C., se fue abandonando la lengua de las tribus
galas, y dando paso al llamado latín vulgar,
propio de la lengua coloquial, frente a la lengua culta,
sermo urbanus, de oradores y escritores.
Ya a finales del siglo IV el latín había
sustituido completamente a la hoy perdida lengua celta. Pero de
origen celta han pasado al francés únicamente unas
cincuenta palabras, que a su vez y en algunos casos se
latinizaron, como alauda, actualmente alouette
('golondrina') y carruca hoy char
('carro').
El latín vulgar estaba muy implantado en la Galia
cuando tuvo lugar la invasión de los pueblos
bárbaros (visigodos, burgundios y francos), quienes no
impusieron su lengua en los territorios que conquistaban; por el
contrario adoptaron ellos las de los pueblos dominados.
Sólo hay unas cuatrocientas palabras francesas que tengan
origen germánico, como por ejemplo franc
('franco, sincero, sin restricciones'), français
('francés'), las dos procedentes del mismo vocablo
germánico franko, nombre del pueblo conquistador;
fauteuil ('sillón') que procede de faldastol;
auberge ('albergue') de heriberga. En el
latín vulgar entraron también palabras de origen
griego en épocas muy diversas, incorporando en el siglo VI
los helenismos procedentes de las colonias mediterráneas,
concretamente Marsella y Niza. En el siglo VII, el latín
vulgar ya había sufrido muchas modificaciones en el
territorio de lo que hoy llamamos Francia, y en todas las clases
sociales se hablaba y aceptaba esta forma evolucionada del
latín, que se había mezclado con las lenguas que
constituyeron su sustrato y su superestrato para iniciar el
camino de una lengua románica autónoma: el
francés. Ya en los albores del siglo VI las resoluciones
de los concilios que tuvieron lugar en Francia se tradujeron al
francés antiguo, también llamado romance, y en el
siglo VIII, Carlomagno solicitó, en un edicto real, a los
dignatarios de la iglesia
francesa el uso de la lengua vernácula en sus
predicaciones.
Lo que se conoce como francés antiguo se fue
consolidando a partir del siglo XI. La influencia
germánica en el idioma obligó a usar en el lenguaje
escrito algunos dígrafos para
reproducir algunos de los sonidos que se utilizaban pero que no
habían existido en latín vulgar. Así, la
nasalización, uno de los elementos fonéticos
más característicos de la influencia
germánica en el francés se va marcando en la
escritura por
el uso de la n en posición final de
sílaba.
Durante la alta edad media al
norte y al sur del río Loira iniciaron su evolución
dos lenguas diferentes. Estaban consevidas como dos idiomas
distintos ya a finales del siglo XIII, la lengua de Oïl al
norte y la de Oc al sur. Se llaman así por la distinta
evolución que tiene el vocablo de afirmación
'sí' en cada una de ellas. La principal
diferencia entre ellas reside en el tratamiento diverso que
recibe la vocal latina a en sílaba libre y
posición tónica. En la lengua de Oïl
(langue d'Oïl) se convierte en e, pero
queda intacta en provenzal, principal dialecto de la de Oc
(langue d'Oc); por tanto la palabra latina
marem ('mar') es mer en langue
d'Oïl y mar en provenzal. Cada una de ellas
dio origen a varios dialectos. Los principales dialectos de la
lengua de Oc además del provenzal son el gascón,
languedociano, auvernés, lemosín y bearnés.
Esta lengua fue también llamada por el nombre de uno de
sus dialectos, el provenzal, importante escuela de poetas
y trovadores, muy estimada en la edad media. Su mejor momento
coincide con el siglo XII, lo que al parecer dio lugar a su breve
supremacía con respecto a la lengua de Oïl, pero
pasado ese tiempo
perdió su hegemonía con gran rapidez.
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