- Resumen
- Crisis
de la educación superior - Fundamentos
de la Universidad del 2020 - Nuevo
curriculum y nueva organización - Conclusiones
y recomendaciones
Resumen
El presente trabajo
analiza críticamente las bases positivistas de la Educación
Superior de la modernidad en el
mundo occidental. Estamos acreditando profesionales e
investigando en el siglo XXI con el modelo de
educación
del siglo XIX. Frente a esto se propone un nuevo modelo
académico de la educación superior
basado en los principios de la
transdisciplinariedad, transculturalidad, el pensamiento
complejo de la ciencia en
constate diálogo
con el resto de las expresiones culturales. Desde el punto de
vista de la
organización se propone la creación de redes institucionales
flexibles que permitan la integración científica y
humanística en tiempo real,
dejando atrás definitivamente el modelo burocrático
de organización. Dentro de las redes, la base
de la nueva organización son los centros integrales de
desarrollo en
las áreas transdisciplinarias definidas en el modelo. En
los mismos se formarán los universitarios para ejercer
roles de investigador, emprendedor, gerente,
líder,
educador y comunicador.
Introducción
Si comenzamos hoy a cambiar probablemente tendremos una
nueva universidad para
el año 2020. Sobre todo para el mundo occidental aunque es
valido para el mundo oriental. Para los países
desarrollados, para los países en vías de
desarrollo, para los países subdesarrollado. El modelo
académico y el consiguiente modelo organizacional
gerencial de las universidades han llegado a su final. De acuerdo
al informe sobre la
Educación Superior en América
Latina y el Caribe (2000-2005) del Instituto Internacional
para la Educación Superior en América
Latina y el Caribe (IESALC) (2006) " la casa de los saberes esta
hoy descontextuazada y confiscada a la producción de profesionales carentes de
significados, sensibilidad social, sin valoración por el
sentido comunitarios (P 110) y presenta como retos la
definición del marco epistemológico desde el cual
la diversidad latinoamericana y caribeña se piensa a si
misma ( p 111).
La situación de la Educación Superior de
la región presenta una tendencia similar a la observada en
las dos últimas décadas del siglo 20. Pese a los
esfuerzos vamos mas hacia una crisis que
hacia una solución de la misma. Esto no solo ocurre en el
ámbito de la universidad pública sino en la
privada, ya que éstas asumen el mismo modelo que las
primeras. Crecen pero no se desarrollan.
Si bien es cierto que el subsector de la
educación superior de la región ha incrementado su
matriculas, no terminan por insertase como tales al desarrollo de
la región, su dinámica siempre está por
detrás de la dinámica socio histórica
continental y occidental. Su visión academicista hace
privilegiar el sistema
institucional de conocimiento
acumulado, cuyos fundamentos epistemológicos es el
positivismo
del siglo XIX, y sobre esa base construye sus planes
curriculares. Mientras que la realidad se transforma cada
día mas envolviendo a la población en conflicto
ecológicos, económicos, sociales y
políticos, no visualizándose soluciones
sino mas conflictos.
Las políticas
públicas terminan fracasando al estar basadas en un
conocimiento importado o trasnochado, sin fundamentos
científicos sino más bien en ideologías de
izquierda o de derecha.
Aparte del fenómeno de privatización, elitización y
mercantilización de este sector educativo, se observa que
en el mejor de los casos las políticas educativas solo
alivian el problema de la exclusión y de la no
pertinencia, pero no van al fondo, y esto es debido
fundamentalmente por la ausencia de un autentico modelo
curricular y organizacional – gerencial que pueda abordar estos
problemas, de
allí que el modelo curricular en las universidades
publicas y la privadas sea el mismo que se genero a partir
del modelo francés del siglo XIX, organizado por
facultades, escuelas y departamentos para administrar carreras
disciplinarias y estructuradas en base al enciclopedismo, al
cientificismo, y la profesionalización por carrera
universitaria.
Frente a esto es necesario proponer a la
discusión un nuevo modelo de educación superior que
abarque un nuevo modelo curricular, organizacional y gerencial,
siendo éste el objetivo
central de este trabajo y nuestro mayor
desafío.
El III milenio resulta una nueva posibilidad de auto
transformarnos. Todo intento de aparecer con nuevos nombres ideas
y acciones
pasadas nos llevaría a un fracaso rotundo. Hay que
construirlo con un claro compromiso social y personal, para
conocer y enfrentar los problemas que la ciencia, el
arte, la
filosofía y hasta la religión por separado
no han podido solucionar de manera integral, siendo los problemas
fundamentales la deshumanización del propio hombre,
cuestión que se manifiesta en conflictos
permanentes tanto a nivel institucional como personal, tanto en
el plano gubernamental como familiar; también se expresan
en el hambre y la pobreza
universal, la violencia, la
intolerancia y el terrorismo
entre los hombres o la destrucción del planeta por el
hueco de ozono y la contaminación ambiental y las amenazas de
las guerras
nucleares. Por ello en el futuro y desde hoy debemos crear y
construir respuestas y soluciones integrales. Una de ellas es la
reestructuración del futuro universitario que egresa de
las instituciones
de educación superior. Apostamos a este desafío ya
que es este actor social quien es acreditado por el Estado y la
sociedad para
ejercer funciones de
liderazgo y
conducción científica y cultural de las
instituciones sociales. El profesional universitario sigue siendo
un ideal y una promesa para la misma sociedad.
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