En la sociedad
taína
La música era el
método
operacional en el sistema
educativo de los taínos. Los bohíques, que eran
los maestros, enseñaban a los niños
en los ritos de los areitos por medio de la música. Se
cantaba y se tocaban instrumentos
musicales. En ausencia de la escritura, los
indígenas nativos de Boriquén transmitían
sus conocimientos, ideas y sentimientos, oralmente. Josefina
Rivera de Álvarez nos dice que:
…toda posibilidad de utilización de
la palabra con fines de creación o recreación
literaria -a propósito de sus mitos
tradicionales y sus cantares bailables del areito- hubo de
concentrarse por fuerza entre
los indoantillanos por la ruta de un cultivo expresivo y
transmisor de tipo exclusivamente oral.
Lo hacían con destreza en los areitos. En
estas celebraciones, o ritos, se declamaba, se cantaba, se
danzaba y se dramatizaba. Pero eran, esencialmente, musicales.
Sobre este aspecto, Pedro Escabí Agostini señala
que:
La música es aliada nata de otras de
las bellas artes
para formar con éstas nuevas for-mas artísticas. Se
combinan los sonidos musicales con la prosa y la poesía
para formar la canción. Junto al teatro se crea la
ópera, la opereta, la zarzuela y la comedia musical. Junto
a la pantomima y a la gimnasia forma la
danza, etc.
No podemos olvidar los ornamentos corporales,
como manifestación de las artes plásticas, que en
conjunto con la música, debió tomar lugar en los
areitos. Ricardo Alegría anota:
…por razones decorativas se pintaban el
cuerpo con pigmentos rojos, negros y blancos, que obtenían
de plantas como el
achiote (bija) y la jagua, así como de minerales (ocre).
Los adornos corporales eran frecuentes y consistían de
orejeras circulares, narigueras, labiales, colgantes y collares
de cuentas. Estos
estaban hechos de piedra, concha de caracol o barro. Se
hacían, además, adornos de algodón
tejido y de plumas de diversos colores.
También se usaba el oro para hacer
adornos… que adornaban con grabados.
Los taínos tenían una música
distintivamente desarrollada para celebraciones, ritos religiosos
y vida social. Héctor Campos Parsi nos dice que:
Cada yucayeque tenía su grupo de
instrumentistas celebrantes que servía de banda
acompañante de los cantantes en las ceremonias religiosas,
hacía el ruido
incandatorio ante las tormentas y la algazara
característica de los bailes guerreros. Además de
los grupos preparados
especialmente para interpretar los ritmos y cantos tradicionales,
el pueblo participaba como instrumentista y cantante en casi
todas las ceremonias -tanto hombre como
mujeres. Cada cacique tenía un grupo de músicos que
le precedía en las procesiones de visita a otros
yucayeques, al comienzo de las grandes ceremonias del pueblo,
como le acompañaba a la guerra.
Había bandas de instrumentos de guamos y
de guajeyes. Ricardo Alegría encontró flautas de
hueso que se enterraban con los muertos, y por ésta
razón, Campos Parsi piensa que eran muy importantes entre
los instrumentos. Los cronistas apuntan que grandes cantidades de
personas se manifestaban en baile, pantomima, recitación,
y cantos, solo y coral. El areito fungía como "libro de
historia, poema
épico, el romance, la leyenda, el rito religioso, la
proclama guerrera, la celebración y conmemoración
del pueblo taíno". Era la forma en que se instruía
a los niños. Los cronistas denominaban estas canciones
cancioncillas amables, o arahuacos.
Los areitos tenían diferente instrumentación de acuerdo al
propósito: 1) de conjuro, 2) histórico, 3)
funerarios, 4) guerrero, y 5) de yucayeque, entre otros. Se usaba
la forma antifonal: en el areito de yucayeque, El pueblo
participaba con exclamaciones, comentarios y digresiones
alusivas, una función no
muy diferente a la que tuvo el coro en el teatro griego.
Si fuéramos a sintetizar en
terminología moderna lo que el niño taíno
aprendía en sus tiempos -y todo por el medio fundamental
de la música-, podríamos deducir que su currículo articulaba las materias de
historia, leyes, salud, estudios sociales,
religión,
ética y
filosofía, entre otras cosas, y como cursos
requisitos de antelación a éstos, artesanía,
el arte del dibujo, la
pintura y su
confección, ejecución de una variedad de
instrumentos diversos, música vocal y polifónica,
construcción de instrumentos musicales,
interpretación y composición musical
-por memorización-, improvisación,
declamación y poética, prosa, dramatización,
comedia, coreografía, danza, artes manuales, y otras
materias para las cuales debieron estudiar
disciplinadamente.
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