- Desarrollo
turístico del 1959 al 1990 - El Turismo de los
90 - Mejoras en
atractivos, accesos y facilitación
turística - La
comercialización turística - Las asociaciones con
el capital extranjero - El efecto arrastre
del turismo en la economía cubana - Cuba en el
Caribe - Proyecciones futuras
hasta el 2010 - Consideraciones
finales
No es hasta el primer cuarto del Siglo XX que comienza a
adquirir cierta importancia el turismo propiamente dicho en
el Caribe, influido de alguna manera también por los
intereses de EE.UU. que venían desarrollándose
aceleradamente hacia el sur de sus costas, en donde ya
crecían las inversiones
principalmente en Cuba –de
50 Millones de USD en 1995 a un estimado de 1505 millones de
pesos equivalentes a USD en 1928, cuando Cuba era el primer
objeto de inversión de los EE.UU. y eran sólo
3462 millones de USD el monto las inversiones de este país
en toda la América
Latina – lo que corría parejo con la cercanía
geográfica, el clima agradable
renovador para la salud, la naturaleza
pródiga y el amable y simpático carácter de los habitantes de la
Isla.
Mayoritariamente los visitantes en esta época
eran los norteamericanos y se corresponde con un momento de
fuerte expansión socio-económica de EE.UU., debido
a que Cuba país fue el primer gran mercado del
naciente capitalismo
norteamericano en su etapa imperialista, especialmente en el
tránsito de Cuba como colonia de España a
neocolonia de EE.UU.
La tranquilidad existente en la zona alejada de los
conflictos
directos durante la 1ra. Guerra Mundial y
el establecimiento de la Ley Volstead o
Ley Seca (1920-1935) que prohibía la fabricación,
importación, venta y consumo de
bebidas alcohólicas en EE.UU así como la ausencia
de cualquier limitación hacia los visitantes, influyeron
notablemente en el impulso de turismo hacia Cuba, lo cual se
favoreció por la aparición de la aviación y
por el desarrollo del
transporte
marítimo.
En la primera temporada de la que se tiene referencia en
Cuba, 1924-1925, se conoce que se recibieron 31 566 turistas,
cuando el Caribe recibía según estimados
sólo un total de 88 200 turistas e islas cercanas a EE.UU
como Bahamas y Bermudas casi no recibían visitantes. Pero
pasado tres años, para la temporada 1927-28 se
habían duplicado los turistas recibidos en Cuba,
reportándose un total de 62 547, con una estimación
de ingresos que
oscilaba entre 10 y 15 millones de USD anuales antes del crack
bancario de 1929, momentos en que el Caribe recibía
solamente 116.5 miles de turistas y en total 130.9 miles de
visitantes. En esta misma época (28 de Octubre de 1927) se
realiza el primer vuelo entre Cayo Hueso y la Habana y poco
tiempo
después surge Cubana de Aviación, fundándose
además el Hotel Nacional en
1930.
Este renacer contemporáneo del turismo en el
siglo XX comenzó así siendo un paraíso de
bebidas, juegos, todo
tipo de apuestas y carreras, visitas a zonas de tolerancia y
otras actividades no menos dudosas, lo que sin ambages
reconocía la publicidad de la
época ya que en esos momentos algunas de estas actividades
no podían realizarse libremente en EE.UU, con independencia
de la fuerte corriente de norteamericanos que visitaban Cuba
atraídos por el sano propósito de disfrutar de las
playas, el descanso, la naturaleza o el contacto con la población, su música y su cultura.
En la década del 30 decae el arribo de turistas,
motivado por la conclusión de la Ley Seca y por los
efectos de la crisis
económica mundial, recibiendo Cuba en 1935 la cantidad de
29 113 turistas, poco menos que 10 años atrás y
sólo recuperándose al final de dicha década.
Las estadísticas ya reflejan la diferencia
entre turistas propiamente dichos y excursionistas de menos de 24
horas o cruceristas – excursionistas, de los que se reportan 69
985 llegados a Cuba en 1935. Respectivamente el Caribe
recibió en esa fecha 55.8 miles de turistas y 53.1 miles
de excursionistas, para un total de 106.6 miles de visitantes,
según la misma fuente citada anteriormente.
Algo parecido ocurre en la siguiente década del
40. Casi se interrumpe el turismo entre 1942 y 1945 por razones
atribuibles a la 2ª Guerra
Mundial, comenzando a recuperarse la situación a partir
del año 1946 cuando se reciben 114 885 turistas y 4 817
excursionistas, con un estimado de ingresos de 10.4 millones de
dólares, momento a partir del cual comienza a
estabilizarse una evolución acelerada de todo el
sector.
A finales de la década del 40 aparecen 5809
habitaciones reportadas como capacidad hotelera en Cuba para el
turismo internacional.
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