Indice
1.
Introducción
2. Moralidad, valores y dirección
propia
3. El difícil control de la
pandorga
4. Hacia una moral autónoma y
responsable
5. La nueva personalidad: intereses-
ideales- valores
6. Causas de la falta o exceso de limites
en la adolescencia
7. Conclusión
8. Bibliografía
Al adolescente se le plantea la independencia
como algo que debe conquistar para poder entrar a
formar parte del mundo de los adultos y dejar atrás la
etapa infantil. Un adulto toma sus propias decisiones, elige su
vestuario, decide que quiere comer, cuando ha de dormir y que va
a comprar. El adolescente se preocupa por conseguir que estas
conductas independientes pasen a formar parte de su propio
repertorio, con la esperanza de que le aseguren una
posición en el mundo de los mayores.
Dos son las principales fuentes de
esta poderosa motivación
que le inspira la búsqueda de la independencia:
por una parte, las presiones sociales, y por otra parte, la
identificación con la independencia que observa en los
modelos
adultos. Pero sus demandas chocan fuertemente con la arraigada
conducta de
dependencia propia del estado
infantil, convirtiéndose en motivo de permanentes conflictos que
hacen que los jóvenes se sientan inseguros y confundidos
ante tan anhelada libertad.
Así pues, aunque la desean fervientemente, no desean menos
conservar la seguridad y la
falta de responsabilidad que va ligada a la
situación dependiente (pero ciertamente confortable en
otros aspectos) del niño.
Tres son las libertades básicas que los adolescentes
exigen a sus padres: libertad de
salidas y horarios, libertad para adoptar y defender una ideología propia y libertad para elegir y
vivir un amor y una
profesión.
Estas libertades que los adolescentes
anhelan dependen de los limites que los padres establezcan con
sus hijos, de las relaciones padre- hijo. Que tendrán
consecuencias en el desarrollo de
los adolescentes ya sean positivas o negativas de acuerdo al tipo
de limites impuestos.
Objetivos generales:
Analizar la importancia de los limites en la adolescencia.
Analizar la influencia de la familia,
amigos, y la sociedad en
general en el desarrollo del
adolescente.
Reconocer la importancia de los valores
que se le trasmiten al adolescente para un comportamiento
adecuado en la sociedad.
Objetivos
específicos:
Conocer el significado de moralidad
Conocer la función de
la disciplina en
el desarrollo moral
Conocer las causas de la delincuencia
juvenil
2. Moralidad, valores y
dirección propia
La formación de estos tres componentes tiene las
siguientes características:
- El adolescente pone a prueba las reglas y los
limites. - Aumenta su capacidad para pensar en manera
abstracta. - Desarrolla sus ideales y selecciona modelos de
comportamiento. - Tiene mas conciencia
de sus actos y de los demás. - Se experimenta con el sexo y
las drogas
como el alcohol,
cigarrillos y marihuana.
Los adolescentes varían muy poco con
relación a lo anteriormente descrito, pero las emociones y el
comportamiento descrito antes son, en general, considerados
normales para cada fase de la adolescencia.
Significado de moralidad
Moralidad deriva de la palabra latina moralis; Quiere decir
"costumbre, maneras o pautas de conducta que se
conforman a las normas del
grupo".
En toda edad, se juzga al individuo por el grado en que se
aproxima a las normas del
grupo; la
mayor o menor conformidad hace que se lo tilde de "moral" o
"inmoral". Las expectativas del grupo están definidas en
sus reglas y leyes; ambas de
basan en las costumbres que prevalecen en el grupo.
Si el adolescente se conforma a las reglas y leyes de la
sociedad, el medio lo considera una persona moral. Incluso
cuando esta en desacuerdo con tales prescripciones, a menudo se
adecua a ellas porque se da cuenta que es la actitud
más cuerda.
La persona inmoral
es aquella que deja de conformarse a las costumbres, reglas y
leyes del grupo porque no está de acuerdo con los
estándares de este o porque se siente poco obligada a su
respecto.
Principios de la transición a la moralidad
adulta:
La moralidad se desarrollo y puede ser controlada y dirigida de
manera que el individuo adquiera la capacidad de conformarse a
las expectativas de su grupo.
Para alcanzar la moralidad adulta se requiere de dos hechos
esenciales: primero, el adolescente debe cambiar las actitudes y
valores que
componen sus conceptos morales de manera que satisfagan las
exigencias mas maduras de una sociedad adulta. Y segundo,
él mismo, debe asumir el control de su
conducta.
Cambios en los conceptos morales:
De sus padres, de los adolescente y de otras personas revestidas
de autoridad el
niño aprende lo que se considera correcto y lo que se
tiene por incorrecto. Los adultos interpretan para él los
códigos morales de la comunidad y le
aplican castigos cuando los viola. Los principales cimientos de
los códigos morales se echan en el hogar, si bien la
escuela y la
iglesia
también contribuyen.
No importa cómo se forman los códigos morales del
niño – en el hogar, la escuela, en la
iglesia o en
los cursos
dominicales -, ellos no son adecuados para satisfacer las
necesidades mas maduras del adolescente. Deben ser revisados para
conformarse a los códigos que guían las vidas de
los miembros adultos de la comunidad. Esto
es especialmente cierto en lo que respecta a los códigos
morales que tienen fundamentos religiosos. Por ejemplo: el
niño aprendió que Dios lo observa y le dice que
hacer y que no hacer, y que luego lo recompensa si obedece sus
directivas y lo castigo si las desobedece, ya no aceptara este
concepto
cuando comience a dudar de sus creencias religiosas
infantiles.
Clases de cambio:
Los conceptos morales de la infancia deben
modificarse de muchas maneras para adecuarse a las necesidades
del adolescente. Entre otras cosas, se espera que el joven
generalice sus primeros conceptos.
La generalización de conceptos morales específicos
y su incorporación a un código
practicable de uso en cualquier situación es un proceso
gradual que continua durante los años de la
adolescencia.
Cuando el adolescente evalúa diferentes clases de conducta
en función
de conceptos morales, es probable que para él algunos
tipos sean menos desagradables que otros. Las cosas que eran
malas en sus días infantiles ya no lo son tanto. Ahora
atribuyen grados de importancia a diferentes acciones;
algunas de las cosas, que cuando era niño, aprendió
a ver como incorrectas, las ve ahora con mayor tolerancia.
Finalmente, los conceptos morales deben cambiar si han de
adecuarse a las necesidades adolescentes en el sentido de que
debe haber una mayor preocupación por los motivos que
impulsan a una acción. Los niños
tienden a considerar un acto como bueno o malo sin tener en
cuenta a que razón obedece. Ejemplo: Si creen que mentir
es reprobable condenan todas las mentiras y se niegan a reconocer
que en ciertas ocasiones podría justificarse no decir la
verdad.
Control interno de la conducta:
El adolescente debe asumir el control de su
propia conducta de modo tal que la disciplina
externa ya no sea necesaria. Este cambio redunda
en beneficios del individuo y también beneficia al grupo
social. Cuando llegue al estado adulto,
el adolescente será considerado responsable de sus actos;
Ya no contara con padres y docentes para que le digan que hacer y
que no hacer. Habrá de decidir por si mismo y luego actuar
de conformidad con su decisión.
3. El difícil
control de la pandorga
La crisis es,
ante todo un periodo de inseguridad,
una encrucijada que pone al sujeto en la necesidad de decidirse
para una dirección u otra.
El adolescente vive esta crisis que
empieza con una serie de conflictos,
con los padres. No soporta mas que se le trate como a un
niño, que no se le tenga confianza, que no se le dé
dinero y
libertad. No soporta, sobre todo, que se le controlen sus
amistades, sus lecturas, sus diversiones, su tiempo libre.
Los padres que quieren prolongar su niñez con actitudes
educativas hiperprotectoras y paternalistas, se encuentran frente
a una resistencia. En
realidad, se ponen en contra de una exigencia de espacio libre.
El adolescente siente que tiene que tomar él las
decisiones sobre su porvenir. La fuerza que le
impide esta libertad aumenta su rebeldía que
terminará por romper las relaciones de sumisión y
dependencia.
Estos adolescentes, a los que no se ayuda a superar un tipo de
vida hedonista y se les abandona a sí mismos cuando
todavía son incapaces de auto controlarse, un día,
al enfrentarse con la seriedad de la vida, serán incapaces
de aceptar autoridades o tendrán tendencias irracionales
hacia los demás, y obraran como si no existieran normas
morales.
En los dos casos en adolescente no podrá sostenerse y
crecer. La pandorga a la que no se le concede el hilo que pide
según el viento que la lleva, empezara a colear y
caerá a pique en el suelo. Si por el
contrario, se le da demasiado hilo, se aflojara incapaz de
sostenerse. Hay que concederle solamente el hilo que necesita de
manera que, sosteniéndola en su empuje, se le permita
ganar altura según el viento.
Función de la disciplina en el desarrollo
moral:
Disciplina quiere decir enseñanza o instrucción, y su
principal objeto es enseñar al individuo a conformarse a
las expectativas sociales hasta un grado razonable.
Además, le enseña que el mundo responde a sus
acciones
personales de una manera ordenada, que ciertos comportamientos
siempre son seguidos de castigos y que otros son elogiados por la
sociedad.
La disciplina ayuda a los adolescentes a controlarse y dirigirse
con el objeto de tomar decisiones prudentes.
Elementos esenciales de la disciplina:
Si el adolescente tiene que aprender lo que la sociedad espera de
él, y sentirse motivado a controlar su conducta para
conformarla con las expectativas, la disciplina tiene que incluir
cuatro elementos esenciales: enseñanza de los conceptos morales,
recompensa por la conducta aprobada socialmente, castigo por
actos perversos intencionales y coherencia de las expectativas
sociales.
Enseñanza de los conceptos morales:
Muchos adolescentes creen, que cuando uno llega a la adolescencia
ya ha aprendido lo que el correcto e incorrecto y que no necesita
una preparación moral adicional. Esta opinión esta
muy alejada de la verdad. A medida que los horizontes sociales
del adolescente se amplían, los adolescentes deben conocer
cuales son los limites en muchas nuevas situaciones y hasta donde
llega la tolerancia de la
sociedad. La función de las reglas y leyes es la de
instruir al adolescente acerca de esos limites, no solo la de
restringir una conducta indeseable.
Si el adolescente aprende que no se puede fumar dentro de la
escuela, que esta obligado a llegar a su casa antes de las 11
cuando va a la escuela nocturna y que hay cierto limite de
velocidad para
conducir un auto dentro de la ciudad, sabe entonces que es lo que
se espera de él. Es posible que no este de acuerdo con
estas normas legales y que intente violarlas, pero es consciente
de que va a tener que enfrentar algunas consecuencias si lo
hace.
Recompensa por la conducta socialmente aprobada:
Las recompensas tienen dos fines: son instructivas, porque
informan al adolescente que su conducta ha tenido la
aprobación social y que se la considera "buena"; y afirman
el yo porque estimulan al adolescente para que continué
actuando de la misma manera.
Algunos adultos creen que las recompensas hacen sentir vanidosos
y otros piensan que las amenazas de castigo, mas bien que los
premios, son una motivación
más poderosa para el mantenimiento
de la buena conducta.
Pero de acuerdo con las evidencias, las recompensas no traen
malas consecuencias, por el contrario, proporcionan una fuerte
motivación para conformarse alas expectativas de la
sociedad. Sin embargo, las recompensas deben ser adecuadas a la
etapa evolutiva.
Las recompensas materiales
(ropa, dinero,
música,
etc) son aceptables en general para el adolescente si tienen un
valor
prestigioso para el grupo de pares. La mejor recompensa para los
adolescentes es el elogio. Muchas veces los comentarios de los
padres y adultos sobre los adolescentes son mas críticos,
por lo tanto, una actitud amable
es un alivio para el adolescente. La alabanza no solo afirma al
yo sino que tiene un gran valor
educacional.
Castigo de las malas acciones:
El castigo tiene dos funciones
principales: disuade de repetir acciones socialmente indeseables
y muestra al
adolescente que es lo que el grupo social considera una mala
acción. Si el castigo ha de incitar al adolescente a
evitar una conducta que la sociedad no aprueba, el debe
considerar el castigo como justo y merecido. De otro manera, su
resentimiento debilitara su deseo de no reincidir en el futuro.
La severidad del castigo, debe ser coherente con la gravedad de
la mala acción, por ejemplo, el castigo no debe ser tan
severo por llegar tarde a clase como por cometer fraude.
Con demasiada frecuencia, el castigo es impuesto por un
adulto que esta enojado por la acción del adolescente. En
tal caso, la severidad de la pena refleja mas el estado
emocional del adulto que la gravedad de la acción.
Además, los adultos suelen juzgar las malas acciones en
función de sus propios valores (no de los del grupo de
pares) y aplican castigos de conformidad con ellos.
Si se desea que el castigo ayude al individuo a obtener el
autocontrol, entonces debe reunir determinadas características:
- Debe tener relación con la mala
acción. - Ha de ser cierto y coherente.
- Ha de ser limpio y justo a juicio del
adolescente. - Debe ser impersonal.
- Tiene que ser constructivo y llevar al control
interno. - Debe ser demorado hasta que se comprenda el motivo
del infractor. - No debe suscitar un indebido acceso de
temor. - No debe significar la imposición de trabajos
extraordinarios no relacionados con el acto que provoca el
castigo.
El castigo se aplica con menor frecuencia a medida que
los adolescentes se acercan a la madurez legal. Los varones de
toda edad sufren mas castigos que las chicas y también
tienden a ser más rebeldes que estas respecto de las
normas legales y los reglamentos.
Cuando el adolescente piensa que el castigo es justo y merecido
tienden a aceptarlo y no guarda rencor ni interpreta que el
correctivo es una señal de desamor por parte de sus
mayores, tampoco busca vengarse aunque muchas veces el
adolescente rebelde e inmaduro mientras más se le castigo
más desobediente es.
Coherencia de las expectativas sociales:
La importancia de la coherencia en la disciplina reside en que el
adolescente se informa cuales son sus limites y libertades.
Proporciona al adolescente una sensación de seguridad y
elimina la confusión. Le enseña que existe un
ordenamiento moral en el mundo.
La falta de coherencia hace que el joven pierda el respeto tanto a
quienes lo disciplina como a sus reglas.
Métodos disciplinarios:
Los métodos
para el control de la conducta juvenil pueden ser distribuidos en
tres sistemas
generales: el autoritario, el democrático, el
permisivo.
Difieren por la forma en que tratan de controlar la conducta y
actúan de manera distinta sobre el adolescente.
La elección de algunos de los sistemas de
control depende en gran parte del empleado cuando el
adolescente era un niño. Ejemplo: Si sus padres estuvieron
convencidos de que el control autoritario era el mejor método
para educar a los niños o
también si concurrió a una escuela donde las normas
eran severas, hay probabilidades de que sea sometido a un control
análogo como adolescente.
Los métodos
disciplinarios varían según el lugar de residencia
de la familia, su
composición, su status socioeconómico y muchos
otros factores.
a)Disciplina autoritaria:
- Poco o ningún intento se hace de explicar al
adolescente el fundamento de la regla que debe
obedecer. - Se supone que la violación de reglas es
intencional y que el adolescente no tiene oportunidad de
explicar su conducta. - El castigo es casi siempre corporal, a menudo
riguroso y a veces cruel. - No se dan recompensas (ni siquiera palabras de
elogio) por la buena conducta.
b) Disciplina democrática:
- Existe el convencimiento de que el adolescente tiene
derecho a saber porque se le impone determinada
regla. - Antes de la
administración de un castigo, el adolescente tiene
la oportunidad de explicar porque ha actuado contra la
norma. - La pena tiene relación con el acto cometido y
su severidad iguala la gravedad del acto. - En los casos de buena conducta el adolescente recibe
recompensas, principalmente en forma de elogios.
c) Disciplina permisiva:
- Los padres o los docentes no establecen regla alguna;
se permite que el adolescente haga lo que considera
correcto. - El castigo es raro porque no existen reglas que
puedan violarse. - Existe el convencimiento de que el infractor
aprenderá de las consecuencias de su proceder que este
es incorrecto. - No se dan recompensas por la buenas conducta; se cree
que la aprobación social será suficiente
recompensa.
4. Hacia una moral
autónoma y responsable
El adolescente deja de seguir una moral impuesta y
recibida, para llegar a una libre aceptación de aquellas
normas morales
que él piensa justas y necesarias.
Su capacidad de razonamiento y de comprensión, que le
hacen inteligibles las normas abstractas y generales, permiten al
adolescente ser más independientes en sus juicios.
El proceso de
independencia de los padres y de los adultos hace que asiente
sobre nuevas bases, los valores
morales y la conducta correspondiente.
Pero, en correlación con las experiencias sociales de
grupo, el adolescente tiende en los primeros tiempos, a
asemejarse a los amigos o compañeros y a compartir la
escala de valores
que el grupo vive.
Progresando mas, da el paso, de una regla impuesta por el
ambiente
social, a una regla interna que brota de la conciencia
autónoma.
La conciencia de obediencia y obligación del niño,
se convierte en conciencia del deber.
El adolescente no llega de improviso a una moral personal. Tres
son las fases de este proceso:
- Rechazo de la moral
familiar. - Conformismo con la moral del
grupo. - Coherencia con su propia escala de
valores.
Al desarrollarse la imagen ideal de
sí mismo, el adolescente desarrolla también una
conciencia moral que no se mantiene por el miedo al castigo, sino
que se funde con el deseo de realizar un ideal propio.
Si ha elegido una carrera, sabe que ha de esforzarse para
seguirla, sabe que si falla en esto, está actuando en
contra del estilo de vida que él mismo ha escogido. El
centro de gravedad de la conciencia moral se ha centrado
finalmente en el Yo: "Yo obedezco únicamente a mi propia
conciencia".
Significado de los
valores:
Un valor es parte del comportamiento de la persona que lo ayuda a
portarse bien o mal.
En la vida existen valores como por ejemplo:
- Lo bueno y lo malo
- La verdad y la mentira
- Lo honesto y lo deshonesto, etc.
¿Cómo se forman los valores?
Los valores se van formando desde la niñez paso a paso
hasta llegar a la adolescencia, para eso es necesario orientar
mediante:
* Mensaje a los padres.
* Educación
en la casa.
* Educación
en la escuela.
* Relación con los amigos.
El adolescente como parte de su crecimiento y aprendizaje
cuestiona y rechaza algunos valores que padres, profesores y
personas mayores le inculcan y enseñan. Es una forma de
encontrar independencia y es precisamente en esta etapa que trata
de imitar otras formas o modelos de comportamiento que ve en los
artistas, líderes, y donde muchas veces se ve influenciado
equivocadamente. Por tal motivo es que es necesario formar estos
valores desde etapas iniciales de la vida.
5. La nueva personalidad:
intereses- ideales- valores
¿Que desea, que espera, que sueña el
adolescente? Las esperanzas de los adultos y de la sociedad, el
influjo del ambiente, las
oportunidades que se les ofrecen, los valores e ideales del grupo
en que se siente identificado, explican solo en parte lo que
él sueña.
"Durante la infancia el
niño actúa imitando los modelos que se les ofrecen.
Mas tarde, asume una importancia extraordinaria él
estimulo que viene de las recompensas prometidas o
esperadas".
Pero el adolescente es capaz de ampliar este estrecho horizonte.
Es él quien se construye ahora otra escala de valores, se
ve distinto de cómo lo ven los padres o maestros y
educadores.
Espera hallar un camino que le conduzca a la conquista de su
propia identidad y le
capacite para realizarse según un plan o un
proyecto suyo
propio.
El adolescente quiere ser "él" mismo.
El idealismo es
una cualidad frecuente y elogiable, pero muchos de los
adolescentes son tan elevados que forzosamente han de terminar en
una amarga desilusión.
Cuando sea más maduro, pondrá la imagen o ideal de
sí mismo y sus aspiraciones, más al nivel de la
realidad encontrara el equilibrio
entre lo real y lo ideal, cuando aprenda, de los fracasos y las
desilusiones lo que le es realmente posible.
Hasta los niños en la edad escolar, sueñan con ser
pilotos, exploradores, campeones de fútbol o capitanes de
navío, etc. Pero, solamente en el adolescente mayor, estos
proyectos
empiezan a aterrizar y orientar la
personalidad todavía inmadura.
6. Causas de la falta o
exceso de limites en la adolescencia
Las fechorías:
Al final de la infancia y de manera gradual aumenta el deseo de
alcanzar la independencia del control adulto y de obtener la
estima del grupo de pares. Si la autoridad
adulta se hace más estricta, la conducta del joven
seguirá siendo perturbadora.
La mala conducta no obedece a una única causa.
Al adolescente le importa mucho mas conformarse con los ideales y
normas del grupo, que quedar bien ante los adultos. Estos
están del "otro lado".
Los amigos constituyen para el adolescente, un válido
apoyo porque le ofrecen solidaridad,
amistad y sobre
todo apoyo afectivo en los momentos en que sufre por la
separación de los padres.
En el grupo, se comparten los mismos problemas,
temores, aspiraciones y se crean lazos profundos.
Es la edad en que los muchachos hablan mucho entre sí,
confiando pensamientos y estados de ánimo,
ofreciéndose recíprocamente la utilidad de un
desahogo emotivo.
El grupo de adolescentes se forma de manera muy distinta del
grupo de muchachos de la edad escolar. Aquí, lo que vale
no es la vecindad o ser compañeros de estudio, sino la
identidad de
ideales, aspiraciones, tendencias y afinidad.
Es muy propio de estos grupos la
discriminación en razón de la clase
social, ideologías políticas,
etc.
Con los amigos, el adolescente encuentra y comparte valores y
modelos nuevos de vida, para sustituir a los recibidos en
familia.
Es real el peligro de que el grupo de jóvenes degenere en
la delincuencia o
en actitudes antisociales como la
drogadicción, el desgaste de las fuerzas
físicas por el abuso de bebidas, relaciones sexuales
desordenadas, etc.
Por eso, habría que favorecer la formación de los
grupos
juveniles de carácter
artístico, deportivo, social y religioso, cultural o de
investigación. Estos grupos animados por
ideales nobles y elevados, favorecen enormemente el desarrollo de
una personalidad
madura.
Causas de las fechorías adolescentes:
Ignorancia de lo correcto y de lo incorrecto: La falta de
preparación o la preparación defectuosa en el hogar
o en la escuela causa confusión y lleva a la
comisión de fechorías, especialmente en los
adolescentes jóvenes y en los de grupos
socioeconómicos inferiores.
Frustraciones: las grandes frustración experimentadas en
el hogar o en la escuela llevan muchas veces a cometer malas
acciones "para cobrárselas" los hechos mal intencionados
son comunes entre quienes sufren el rechazo o el menos precio de sus
pares.
Búsqueda de atención: El adolescente a quien no se
presta la atención que ansía, puede violar
reglas con la esperanza de despertar admiración por su
audacia. Incluso es probable que se canse de sus acciones y
exagere su perversidad.
Deseo de excitación y emoción: cuando la vida
parece aburrida, el joven puede tratar de conseguir algunas
emociones
cometiendo actos prohibidos, como la ingestión de alcohol y de
drogas.
Afirmación de independencia: para convencerse a si mismo y
a sus pares de que es independiente, es probable que el
adolescente haga ostentación de autoridad, a menudo como
consecuencia de un desafió interpuesto por aquellos. En
este caso, los actos reprobables se utilizan como
vehículos para magnificar la
personalidad y obtener la estima de los pares.
Formas comunes de fechorías:
Las fechorías comunes en la adolescencia se pueden
distribuir en tres grupos, de acuerdo con las reglas que en cada
caso se violen:
En el hogar: incluyen la desobediencia intencional y el
desafió a la autoridad paterna.
Otras acciones objetables son las agresiones verbales a los
hermanos, los estallidos temperamentales, la destrucción y
vuelco de cosas, el tratamiento rudo de amigos de la familia y
de parientes, el hábito de mentir, hurtos menores en
perjuicio de padres y hermanos, lentitud en el cumplimiento de
tareas rutinarias, la evasión de responsabilidades, la
discusión con los padres y la fuga del hogar.
En la escuela: los actos de este tipo que se registran con mayor
frecuencia son: el abandono de la clase, las llegadas tarde o
faltas no justificadas, la falsificación de la firma del
padre en una nota de excusa, la conversación e
interrupción a otros en clase, el fraude, la falta
de preparación de los trabajos encargados, las amenazas a
otros estudiantes en especial a los de físico
pequeño, a miembros de grupos minoritarios o buenos
alumnos, la rudeza e insubordinación, fumar, ingerir
bebidas alcohólicas, las peleas, el tirar objetos, la
mentira y los actos sexuales ilícitos.
En la universidad, los
actos con similares que en la escuela secundaria.
En la comunidad: la mayoría de estos actos de
inconducta tiene que ver con actividades recreativas y ocurre por
lo general cuando los adolescentes no se encuentran en el hogar
ni en la escuela. A menos que los jóvenes tengan
responsabilidades hogareñas u ocupaciones que los mantenga
atareados después de clase, en los fines de semana y
durante las vacaciones, la abundancia de tiempo libre es
propicia para la comisión de hechos reprobables. En muchas
comunidades los adolescentes se quejan de que no hay nada que
hacer, luego, para lograr cierta excitación intervienen
con frecuencia en hechos enojosos para los demás.
Muchas de las recreaciones de los adolescentes más
jóvenes en especial del sexo masculino
son perniciosas aunque no entren en conflictos con la ley, cosas como
hacer la rabona, fumar, beber, viajar a dedo, ser agresivos con
el sexo opuesto o con miembros de otra camarilla. Se entregan al
juego suicida
de tenderse en las carreteras y la conducción de autos a
grandes velocidades.
Delincuencia juvenil:
Se llama delincuencia a una serie de conductas que son
condenables por la ley.
La familia y la estructura
social pueden ser los responsables de la violencia. La
delincuencia es considerada mas que todo un problema social y es
un fenómeno cada vez más evidente, en nuestro
país, en todo el mundo y en especial en occidente.
En muchos casos la actividad delictiva comienza a manifestarse
por pequeños robos a los compañeros, en la escuela,
en el colegio o en el supermercado. Luego, se hace más
intensa y se llega a los actos delictivos más graves. En
otros casos, la delincuencia esta en relación con la
situación socioeconómica de la familia y del
país: problemas
familiares, como padres alcohólicos, divorciados, con
graves conflictos conyugales, con trastornos de personalidad,
personas con pocas expectativas para el futuro, con poca
preparación académica, sin trabajo entre otros.
Algunos de los hechos delictivos más comunes son: robos,
estafas, homicidios, intimidaciones, fugas, violaciones, etc.
Se puede concluir que la delincuencia es el producto de
crisis en el hogar, la escuela y la sociedad.
Los actos delictivos de los jóvenes son manifestaciones de
venganza contra la autoridad, el egoísmo, la
intransigencia.
Esta forma de manifestarse en contra de lo que le parece injusto
se debe a que el adolescente no posee dominio de si, le
atraen las emociones fuertes y el grupo influye poderosamente
sobre él.
El joven generalmente, rechaza los consejos de los padres y
demás adultos por considerarlos anticuados, por estas en
el "viejazo", sin embargo, tiene una gran necesidad de
cariño, comprensión, ayuda y comunicación con sus padres u otras
personas mayores.
Influencia social en la delincuencia
juvenil:
La delincuencia y sus expresiones violentas se explican, muchas
veces, por el cuadro social.
La sociedad de consumo tiene
una especial influencia sobre la juventud con
el fin de conseguir cosas. El auto, la moto, el equipo de
sonido, ropa
de marca,
teléfonos celulares, son algunos de los productos que
se ofrecen constantemente en el mundo comercial a los
jóvenes. Todo esto sumado a los cambios fundamentales de
las condiciones de vida, los cambios en los valores sociales,
éticos, y morales, la inseguridad
sociopolítica y económica, producen tensiones que
facilitan el paso de los jóvenes a la delincuencia.
Está claro que la pobreza no es
sinónimo de delincuencia pero es más probable que
lleve a ella por necesidades.
El alcohol y las drogas:
Los adolescentes pueden estar envueltos en varias formas con el
alcohol y las drogas legales
o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las
drogas durante la adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia
los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en
el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen
la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los
problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del
tabaco a una
temprana edad aumenta el riesgo del uso de
otras drogas luego. Algunos adolescentes experimentan un poco y
dejan de usarlas, o continúan usándolas
ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros
desarrollarán una dependencia, usarán drogas
más
peligrosas y se causarán daños significativos a
ellos mismos y posiblemente a otros.
La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los
adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias
razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para
reducir el estrés,
para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es
difícil poder
determinar cuáles de los adolescentes van a desarrollar
problemas serios. Los adolescentes que corren el riesgo de
desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas
son:
- Con un historial familiar de abuso de
substancias. - Que están deprimidos.
- Que sienten poco amor propio
o autoestima. - Que sienten que no pertenecen y que están
fuera de la corriente. - Falta de limite por parte de los padres y otros
adultos desde la niñez.
Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto
legales como ilegales. Las drogas legales disponibles incluyen
las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta
médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y
solventes) y medicinas de venta libre para
la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar. Las drogas
ilegales de mayor uso común son la marihuana, los
estimulantes (cocaína, "crack" y "speed"), LSD, PCP, los
derivados del opio, la heroína y las drogas
diseñadas (éctasis). El uso de las drogas ilegales
está en aumento, especialmente entre los jóvenes o
adolescentes. La edad promedio del que usa marihuana por vez
primera es 14, y el uso del alcohol puede comenzar antes de los
12. El uso de la marihuana y el alcohol en la escuela superior se
ha convertido en algo común.
El uso de las drogas esta asociado con una variedad de
consecuencias negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del
uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso
escolar, el mal juicio que puede exponer a los adolescentes al
riesgo de accidentes,
violencia,
relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio. Los
padres pueden ayudar en la educación a
temprana edad acerca de las drogas, estableciendo comunicación, siendo ejemplo, modelo y
reconociendo desde el comienzo si hay problemas en el
desarrollo.
Algunas de estas señales de aviso pueden también
ser señales indicativas de otros problemas. Los padres
pueden reconocer las señales de problemas pero no se
espera que ellos hagan el diagnóstico. Una manera eficaz para los
padres demostrar su preocupación y afecto por el
adolescente es discutir francamente con éste el uso y
abuso de las bebidas alcohólicas y de las otras
drogas.
El primer paso que los padres deben de dar es el consultar con un
médico para estar seguros de que
las señales de aviso que descubren no tengan causas
físicas. Esto debe de ser acompañado o seguido por
una evaluación
comprensiva llevada a cabo por un psiquiatra de niños y
adolescentes.
Como conclusión, podemos decir, que los limites
en la adolescencia son muy importantes para el desarrollo de la
moralidad adulta y la formación de valores propios.
Nuestra forma de vida en la adultez dependerá de los
limites impuestos por
nuestros padres y la sociedad en que vivimos desde la
niñez y consolidándose nuestra personalidad en la
adolescencia.
Nos gusto mucho realizar el trabajo, ya
que nos dimos cuenta de la importancia de la educación y del
ambiente en que nos desarrollamos para que podamos ser personas
llenas de valores y desempeñar un buen papel en la
sociedad que tanto necesita de ello.
Vazquez Piatti de Benitez, Marta. Psicología
social. Editorial Vazpi.
Chinaglia, Pedro. Personalidad, Psicología del
desarrollo
humano. Editorial Don Bosco.
Hurlock, Elizabeth. Psicología de la
adolescencia. Editorial Paidos.
Biblioteca
practica para padres y educadores. Pedagogía y Psicología infantil.
Editorial Cultural S.A.
Internet.
Autor:
Leonor Palmera