Indice
1.
Introducción
2. Política
Económica
3. Elementos de un modelo de
política económica
4. Enfoques alternativos en
política económica y su plasmación en los
modelos
5. La teoría tradicional de la
política económica
6. Problemas de la política
económica
7. Conclusiones
8. Referencias
Bibliográficas
La moderna macroeconomía neoclásica ha
cambiado profundamente nuestra forma de entender la política
económica. Con la incorporación del enfoque
intertemporal y la introducción de la hipótesis de las expectativas racionales en
los modelos
macroeconómicos, esta literatura ha sentado las
bases de una nueva teoría
de la política económica. Como resultado
de estos desarrollos teóricos, iniciados en la
década de los 70, se ha procedido a revisar los pilares de
la sabiduría convencional en torno al diseño,
posibilidades y limitaciones de la política
económica. Bien podría decirse que Lucas
–en tanto introductor de estas contribuciones
teóricas– es al estudio de la política
económica en el último tercio del siglo lo que
Tinbergen representó para la teoría
de la política económica en las tres décadas
posteriores al nacimiento de la macroeconomía de la mano
de Keynes y su
Teoría General.
En el ámbito de la concepción de la
política económica las diferencias son manifiestas
entre las teorías
tradicional y moderna de la política económica.
Frente a la concepción tradicional –dominante hasta
entrados los años 70 y asociada a la macroeconomía
de la IS-LM-mercado de
trabajo y la hipótesis de
expectativas adaptativas– en virtud de la cual la
política económica se interpretaba en
términos de un juego del
gobierno contra
la naturaleza, la
concepción moderna –preponderante desde finales de
los 70 y vinculada a la macroeconomía de los modelos de
equilibrio de
expectativas racionales– entiende la política
económica como un juego
dinámico entre las autoridades económicas y los
agentes privados, considerados ambos como decisores
racionales.
En cuanto al ámbito de la simulación
de la políticas
económicas, cabe decir que las diferencias entre las
teorías
tradicional y moderna de la política económica
quedaron sistematizadas en la crítica que Lucas formulara
en su trabajo de 1976 y que, en realidad, no es una, sino dos
críticas complementarias, dirigidas a sendos aspectos del
enfoque tradicional, a saber, el relativo al concepto
operativo de la política económica, esto es, a la
delimitación del conjunto de actuaciones de
política económica cuyos efectos son evaluables, y
el asociado al método de
evaluación econométrica de los
efectos de políticas
económicas alternativas.
El principio de racionalidad y la especificidad de la
política económica como disciplina
El economista interpreta el comportamiento
humano como actos electivos que resultan de la concreción
para un entorno dado de las reglas de decisión
óptimas de los agentes. Estas reglas o funciones de
reacción, es decir, las funciones de
oferta y
demanda de los agentes, se derivan de las condiciones de
primer orden de los programas de
optimización que los agentes supuestamente resuelven. Los
actos humanos son vistos, por tanto, como actos de racionalidad.
Este enfoque maximizador, en virtud del cual los agentes
económicos se comportan a lo largo de sus vidas como si
fueran controladores óptimos, es el aplicado
tradicionalmente a consumidores y productores, y en tiempos
más recientes también se ha extendido
fructíferamente su empleo al
análisis de fenómenos pertenecientes
al campo del derecho, la sociología y la ciencia
política.
De modo análogo, el economista analiza la
actividad político-económica como actos de
racionalidad del policy maker. La especificidad de la literatura
político-económica, o de la política
económica como disciplina,
reside precisamente en la aplicación o extensión
del enfoque económico del comportamiento
humano a la toma de
decisiones de las autoridades económicas. La
formulación de la política económica se
interpreta, consecuentemente, como el resultado de la previa
resolución de ejercicios de optimización por parte
de las autoridades económicas. Para ello, y desde la
contribución seminal de Tinbergen (1952) a la
teoría de la política económica, se recurre
al concepto de
modelo de
política económica (véase Fernández
Díaz, 1972) para expresar formalmente la lógica
de la política económica. Para el economista, la
lógica
de la política económica queda condensada, por
tanto, en la estructura de
un problema de optimización condicionada. Esta estructura ha
ido ganando complejidad con los avances experimentados por la
teoría de la política económica. Así,
desde las primeras aportaciones de los años 50, en las que
ni siquiera se explicitaba la función
objetivo del
problema, se ha pasado en la década de los 80 a una
estructura propia de un juego dinámico en el que tanto el
gobierno como los
agentes privados resuelven ejercicios de optimización
dinámica estocástica.
3. Elementos de un
modelo de
política económica
Desde nuestra perspectiva, tres son los elementos
fundamentales de todo modelo de política
económica
La función
objetivo de
las autoridades económicas, W. Es el maximando del modelo
de política económica. Como su denominación
indica, se trata de la función que representa las metas
que las autoridades económicas intentan alcanzar. En la
literatura se supone implícitamente que las motivaciones
de la pluralidad de entes decisionales que intervienen en la
esfera de la política económica son representables
a través de una única función de utilidad que se
asocia a un agente ficticio llamado gobierno, policy maker o,
simplemente, autoridades económicas. En el ámbito
concreto de la
literatura normativa (esto es, el que ampliamente ha dominado en
la literatura) se supone, además, que la función
objetivo del modelo de política económica es el
resultado de agregar también las preferencias del conjunto
de los agentes privados de la economía. No
obstante, salvo en los modelos de agente (privado) representativo
(entendidos éstos como sinónimo de modelos de
agentes idénticos), donde el proceso de
agregación es trivial bajo el usual supuesto de
homoteticidad de las funciones de utilidad de los
individuos, no suele explicitarse en la literatura las
condiciones que garantizan la factibilidad de
estos procesos de
agregación de preferencias, tanto en el ámbito del
sector privado como del sector
público.
El modelo de la economía, M. Es la
primera de las dos restricciones que cabe incluir en un modelo de
política económica. Se trata del considerado por
las autoridades económicas como el verdadero modelo de la
economía. Recoge el conjunto de ecuaciones que
representa el funcionamiento global de la economía
(resultante de la interacción de múltiples agentes
privados) sobre la que se aplica la política
económica. Su específico formato es consecuencia de
la estrategia
modelizadora elegida por el economista..
El esquema de formación de expectativas de los
agentes. Constituye la otra restricción fundamental a
considerar en un modelo de política económica. Este
componente del modelo de política económica sirve
de expresión del volumen de
información que condiciona los procesos de
decisión de los agentes y del grado de eficiencia con
que dicha información es empleada por los agentes. El
esquema de formación de expectativas es, por tanto, una
función, , (que admite distintas especificaciones,
según la hipótesis de formación de
expectativas) del conjunto de información de los agentes,
I. Aunque esta función forma parte del problema de
optimización del que se derivan las reglas de
decisión de los agentes y podría argumentarse que
se trata de un elemento redundante del modelo de política
económica, optaremos por su consideración
explícita y diferenciada del modelo de la economía
debido a la importancia que en el estudio de las posibilidades y
limitaciones de la política económica han tenido
per se los distintos esquemas de formación de expectativas
por parte del público.
4. Enfoques alternativos
en política económica y su plasmación en los
modelos
La estructura genérica así descrita de los
modelos político-económicos es suficientemente
flexible para dar cabida en su seno a los distintos enfoques que
cabe apreciar en la literatura de política
económica. Bastará para ello con la introducción de variaciones en la
especificación de los elementos fundamentales del modelo
:
La estrategia
modelizadora. Atendiendo al modelo tomado como verdadero por el
policy maker podremos diferenciar entre el enfoque dominante
hasta los años 70 de la macroeconomía tradicional
(marco IS-LM-mercado de
trabajo, que engloba como caso particular a los modelos
monetaristas) y las diversas estrategias de
fundamentación microeconómica de la
macroeconomía (macroeconomía keynesiana del
desequilibrio, nueva macroeconomía clásica o
macroeconomía del equilibrio y
nueva macroeconomía keynesiana). Debe señalarse, no
obstante, que, desde el punto de vista de la política
económica, sólo la macroeconomía del
equilibrio aportó, además de una nueva estrategia
modelizadora, una teoría de la política
económica alternativa a la teoría de la
política económica tradicional, ligada a su vez,
ésta última, a la macroeconomía keynesiana
prevaleciente en los años 50 y 60. Nótese
también que de la estrategia modelizadora depende que el
análisis de bienestar de la política
económica sea factible o no lo sea. En aquellos modelos
sin agentes explícitamente optimizadores, es decir, con
funciones de comportamiento ad hoc, característica propia de los modelos IS-LM
y monetaristas, no cabe la posibilidad de asociar las actuaciones
de política económica con el bienestar de los
agentes y, por lo tanto, de efectuar un análisis de
bienestar propiamente dicho de las mismas.
El volumen y uso de
la información. Considerando la amplitud del conjunto de
información, así como la eficiencia con
que los agentes emplean la información disponible,
será posible discriminar entre tres esquemas alternativos
de formación de expectativas. Ordenados en función
de su etapa de influencia en la historia de la
macroeconomía, éstos son, en primer lugar, el
enfoque de las expectativas exógenas que cabe encontrar en
Keynes y en
las versiones estáticas del modelo IS-LM-mercado de
trabajo. En segundo lugar, el enfoque de las expectativas
endógenas, pero adaptativas, dominante en los
últimos años 60 y la primera mitad de los 70 en el
marco de modelos IS-LM-mercado de trabajo "dinamizados" y en los
modelos monetaristas.
Objetivos y preferencias de las autoridades. En
función de las variables
seleccionadas como argumentos de la función objetivo, se
podrá distinguir entre la teoría de la
política económica positiva, donde la
función se especifica de modo que represente las
preferencias efectivas de las autoridades y, por consiguiente,
puede depender de variables de
naturaleza
extraeconómica, y la teoría de la política
económica normativa, donde se postula como función
objetivo una función de bienestar social respecto a la que
se define la optimalidad de la política económica y
que sirve de guía de lo que debería ser la
actuación político-económica de las
autoridades. La función de bienestar social puede estar
fundamentada en las funciones de utilidad de los agentes
(sólo posible en modelos con agentes optimizadores) o ser
de tipo ad hoc y arbitrariamente establecida por un gobierno
benevolente.
El concepto operativo de política
económica. Las características relativas al tratamiento
del tiempo en el
modelo de la economía y la hipótesis que
establezcamos sobre la formación de expectativas por parte
del público delimitarán el conjunto de posibles
políticas económicas evaluables. Así, en una
economía estática,
como la propia del modelo IS-LM en su versión original, el
concepto operativo de política económica es el que
trivialmente corresponde a la particularización para un
momento dado del tiempo del vector
de instrumentos, es decir, a un vector de medidas de
política aisladamente consideradas a lo largo del eje del
tiempo, sea éste el resultado de un comportamiento
discrecional o de la aplicación de una regla por las
autoridades.
Tipos de actuación
político-económica. Las decisiones de
política económica pueden adoptar la forma de
medidas discrecionales, es decir, carentes de un compromiso por
parte de las autoridades de comportarse de acuerdo con una
preestablecida función de reacción, o de reglas de
política económica. Las reglas de política
pueden distinguirse, a su vez, por razón de su
complejidad. Los casos polares serían, por un lado, las
reglas fijas, reglas sin feedback o reglas open loop (es decir,
no dependientes del estado de la
economía salvo en el momento inicial en que la regla es
establecida por las autoridades) y, por el otro, las reglas de
carácter tiempo-estado
dependiente, es decir, el tipo de regla flexible, regla con
feedback o regla closed loop (esto es, las dependientes del
estado de la economía correpondiente a cada momento de
aplicación de la regla) de más complejo diseño.
5. La teoría
tradicional de la política
económica
Una perspectiva histórica
Aun cuando es posible identificar otras contribuciones que
también participaron en la gestación de la
teoría de la política económica, el origen
de la teoría formal de la política económica
suele ubicarse en la obra publicada en 1952 On the Theory of
Economic Policy, cuyo autor, Jan Tinbergen, compartiría
con Ragnar Frisch el primer Premio Nobel de Economía en
1969. La historia de la teoría
de la política económica puede subdividirse en tres
etapas atendiendo a la evolución seguida por las técnicas
de control
estocástico empleadas en el análisis de la
política económica (Chow, 1987). La primera abarca
el período anterior a los 70, la segunda cubre la primera
mitad de los 70, mientras que la tercera se extiende desde la
mitad de los 70 hasta el presente. En esta sección nos
centraremos en las dos primeras etapas, que se corresponden con
lo que denominaremos teoría tradicional de la
política económica. La tercera etapa está
asociada a la renovación que la macroeconomía del
equilibrio representó para la interpretación de la
política económica.
La primera y más amplia fase de desarrollo de
la teoría tradicional de la política
económica comenzó con la aportación por
Tinbergen (1952, 1956) del marco conceptual de la política
económica cuantitativa y la formulación de lo que
hoy se conoce como regla de Tinbergen de controlabilidad estática
de un modelo de política económica. Puede decirse
que el objetivo común perseguido por las contribuciones de
esta etapa no fue otro que la superación de las tres
principales limitaciones del enfoque de los objetivos
fijos de Tinbergen, es decir, las relativas a la ausencia en el
análisis de un criterio de elección de las
autoridades, la falta de incertidumbre en el problema de
optimización del policy maker y la carencia de un entorno
dinámico en el que formular los problemas de
política económica. Para el avance efectivo en la
última de estas tres áreas de investigación habría que esperar,
sin embargo, hasta la década de los 70.
Entre las aportaciones más representativas de
esta primera etapa figuran, además de las seminales de
Tinbergen, las contribuciones de Theil (1954, 1956, 1958, 1964) y
Frisch (1956, 1957) respecto al desarrollo del
enfoque de los objetivos
flexibles, en tanto método
alternativo al de la especificación a priori de los valores de
los objetivos de política económica; las de Simon
(1956) y Theil (1957) en cuanto al empleo del
método del equivalente cierto, como procedimiento
para convertir un modelo de decisión bajo incertidumbre
aditiva en otro de tipo determinista, y la de Brainard (1967)
relativa a las implicaciones en términos de una
política de diversificación de instrumentos de los
modelos de política económica con incertidumbre
multiplicativa; las de Mundell (1960, 1962) en relación a
la aplicación del principio de clasificación
efectiva de mercado o método de emparejamiento de
instrumentos con objetivos basado en las propiedades de
estabilidad del modelo de la economía, y las de Phillips
(1954, 1957), como primeros esfuerzos encaminados al desarrollo
de un enfoque dinámico de la política
económica de estabilización.
Aunque contribuciones como las de Phillips hacen
evidente que la preocupación por el análisis de la
política económica en un contexto dinámico
fue temprana en la teoría tradicional de la
política económica, la generalización del
uso del control
óptimo y la programación dinámica estocásticos como
instrumental analítico en el que apoyar el diseño y
la evaluación
de las políticas macroeconómicas óptimas no
se produjo hasta los primeros años 70, en los que cabe
situar la segunda etapa de la teoría tradicional de la
política económica. Hasta entonces, y durante la
década de los 60, las técnicas
de optimización dinámica se habían aplicado
de modo preferente en el campo del crecimiento óptimo y en
los modelos de planificación de gran escala
(véase Fox, Sengupta y Thorbecke, 1966). Entre las
referencias representativas de esta segunda etapa se encuentran
Friedman (1973), Pindyck (1973) y Chow (1975). Fue precisamente
ésta la etapa de la teoría tradicional de la
política económica que habría de coincidir
en el tiempo con las primeras contribuciones de la
macroeconomía del equilibrio y servir de modelo de
referencia para la crítica que Lucas dirigiría a la
teoría tradicional de la política económica
y sistematizaría en su trabajo de 1976.
Los rasgos característicos
Hay tres aspectos de la teoría tradicional de la
política económica, cada uno asociado a uno de los
elementos fundamentales del modelo
político-económico, que nos interesa destacar:
Funciones de bienestar social arbitrarias. Se trata de un enfoque
predominantemente normativo en el que se recurre al empleo de una
función de bienestar social por período, en el caso
de un modelo estático, o intertemporal, en el caso
dinámico, cuyos argumentos, sin nexo explícito
alguno con las funciones de utilidad de los agentes, son
arbitrariamente establecidos por las autoridades. La consecuencia
más destacable de este enfoque es que habrá tantas
políticas óptimas distintas como especificaciones
alternativas de la función de bienestar social sea posible
concebir. Por lo tanto, el concepto de política
macroeconómica óptima pasaba a adquirir un carácter
tan puramente arbitrario como el que le era propio a la
función de bienestar social.
Reglas de decisión ad hoc. Se opta por un modelo
macroeconómico de ecuaciones
simultáneas que consiste generalmente en alguna
versión, estática o dinámica, del modelo de
IS-LM-mercado de trabajo de Hicks-Modigliani (véase
Febrero, 1997). La característica a destacar del modelo
era el carácter ad hoc de sus ecuaciones. El modelo estaba
constituido por ecuaciones que representaban supuestamente el
resultado de agregar las reglas de decisión, posiblemente
de equilibrio, de los agentes. Estas reglas de decisión se
postulaban, es decir, no se derivaban a partir de primeros
principios y,
por consiguiente, podían no ser compatibles (como
así se demostraría en los años 70) con las
proposiciones de la teoría económica
dinámica, es decir, podían entrar en
colisión con el supuesto de racionalidad de los
agentes.
Conjunto de información infrautilizado. Se supone
que los agentes no son capaces de utilizar eficientemente el
conjunto de información disponible. En particular, los
agentes no logran comprender aquellas reglas de política
económica sistemáticamente aplicadas por las
autoridades. Este es el caso de las economías en las que
los agentes se comportan de acuerdo con la hipótesis de
expectativas adaptativas, popularizada por Cagan (1956) y
Friedman (1957), por la que se aproxima el valor futuro
de una variable a partir de la exclusiva consideración de
sus valores
pasados. Sin duda, una hipótesis de comportamiento en el
uso de la información difícilmente compatible con
el principio de racionalidad que en la teoría
económica se contempla para el resto de los ámbitos
del comportamiento humano.
Los tres rasgos descritos –que tienen en
común el carácter ad hoc de la
especificación de la función de bienestar social,
las reglas de decisión de los agentes y los
parámetros de la estructura de retardos de los esquemas de
formación de expectativas– ponen de manifiesto la
íntima conexión existente entre el enfoque
tradicional de la política económica y la
estrategia modelizadora empleada en la macroeconomía
dominante hasta mediados de los 70. Generalmente, en la
macroeconomía y la teoría de la política
económica tradicionales no se cuestionaba que los agentes
fueran racionales –es decir, que actuaran como si
maximizaran sus funciones de utilidad bajo la restricción
impuesta por sus conjuntos
presupuestarios– en sus decisiones de gasto o de oferta y
demanda de
factores. Pese a ello, sorprendentemente, no se admitía
que los agentes también fueran racionales en el uso de la
información disponible, ni que se tomara en
consideración sus funciones de utilidad para
diseñar las políticas óptimas, como tampoco
que se partiera explícitamente de sus problemas de
optimización para derivar sus reglas de decisión en
el modelo de la economía. Ciertamente, el marco de
análisis que la teoría tradicional aportaba para el
estudio de la política económica se revelaba como
un enrevesado rompecabezas.
La concepción tradicional de la política
económica
De la consideración conjunta de los tres rasgos descritos
se desprende qué concepción de la política
económica subyacía en la teoría tradicional
de la política económica. Se partía del
supuesto de que las leyes de movimiento de
las variables económicas eran idénticas a las que
regían la evolución a lo largo del tiempo de las
variables físicas. En otras palabras, se partía del
supuesto de que los sistemas
económicos, al igual que sucedía con los sistemas
físicos, eran sistemas causales, donde la relación
entre el presente y el futuro es asimétrica.
Concretamente, el presente, es decir, el pasado del futuro, puede
influir en el futuro, pero no al revés. Esto es, no es
posible que el futuro (esperado) pueda influir en el presente.
Esta concepción de los sistemas económicos quedaba
subsumida en la hipótesis de las expectativas adaptativas
de los agentes.
La política económica se interpretaba, por
tanto, como un juego del gobierno contra la naturaleza. En este
juego el supuesto de racionalidad estaba asignado
injustificadamente de una forma desigual. Había en el
mismo un solo agente racional que miraba hacia el futuro, el
gobierno, y que resolvía un problema de control
óptimo consistente en minimizar (maximizar) alguna
función intertemporal de pérdidas (bienestar) de
carácter ad hoc. Los demás agentes, los agentes
privados, miraban por el contrario hacia el pasado siguiendo un
esquema de formación de expectativas de tipo adaptativo,
es decir, se comportaban de acuerdo a unas reglas de
decisión que eran independientes de las actuaciones
futuras de las autoridades económicas y que mostraban, por
tanto, un carácter invariante ante cambios en las reglas
de política económica.
Estas reglas de decisión eran las funciones de
comportamiento que integraban el modelo econométrico del
que las autoridades se servían para simular los efectos de
políticas económicas alternativas y calcular,
mediante la aplicación de las técnicas de control
óptimo, las sendas de valores
óptimos de los instrumentos de política.
6. Problemas de la
política económica
Problemas de corto plazo: Actúan como cuello de
botella y dificultan del acceso a situaciones de pleno empleo de
los factores, ocasionan conflictos
sociales, desequilibrios en las cuentas
extranjeras
Problemas de largo plazo: que tiene toda la economía de
ampliar su capacidad productiva. (ampliar el cap. prod., mejorar
el entrenamiento de
la mano de obra y la tecnología). Trata de
ampliar la frontera productiva.
Inflación
Perdida de valor del
dinero en
termino de bienes.
Proceso de
aumento sostenido y generalizado de los precios de una
ec. Daña a los sectores que perciben ingresos fijos y
a los sectores cuyos precios de
oferta no son
susceptibles de actualización inmediata, o a aquellos
cuyos precios están reglados institucionalmente o se
ajustan luego de plazos largos. La variación de precios y
costos generan
inseguridad en
el proceso prod. (costo de
reposición, de insumos, salarios,
impuestos,
tipo de
cambio, etc.).
En consecuencia la prod. se reduce para evitar efectos
neg en los errores de calculo, la tasa de ganancia aumenta a fin
de cubrirse de posibles aceleraciones del proceso inflacionario.
Lo que potencia la
inflación. Por otro lado se da un alza en las tasas de
int, que produce un encarecimiento de los precios de compra de
los bs de cap, y un desaliento para la act prod.
Inf Anticipada: los precios de venta y contratos se
determinan teniendo en cta. la perdida esperada del valor del
dinero.
Inf no anticipada: no se la prevé, la distorsión de
precios ocurre bruscamente.
Hiperinflacion: los precios dejan de cumplir sus funciones de
asignadores de los recursos ec. Se
combinan todos lo efectos inflacionarios y se potencian
Inflación Estructural: existe capacidad ociosa, pero,
frente al aumento de la DA, los oferentes no se comportan con
criterio capitalista o existen diferencias estructurales que los
hacen desistir de producir más.
Inflación por Expectativas: frente a un aumento de la DA
los oferentes piensan que este es un aumento circunstancial y que
al no poderse sostener en el tiempo la DA volverá a su
nivel originario. Frente a esto los oferentes aumentan los
precios y dejan invariables las cant
Presenta grandes dificultades para medir la
distorsión:
La medición se realiza a través de la
variación de los índices de precios (al consumidor,
mayorista, del costo de construcción, de precios
implícitos).
Indice de Laspeyres: fija la canasta de bs en el momento inicial
y la valúa para diferentes momentos, a precio cero y
a los precios de cada periodo considerado (fácil de
calcular . desactualizado en el tiempo)
Indice de Paasche: fija la canasta de Bs. en cada periodo y
calcula el valor de esta canasta a los precios de ese periodo y a
los precios del anterior (actualización permanente pero
más difícil de calcular)
La salida a este problema va asociada a retracciones ec
y al incremento de la desocupación.
Clásicos: sostenían que la inflación se
producía por un aumento de la DA, provocando un aumento de
los precios y manteniendo constante la OA
Keynes: aquí también la inflación se puede
provocar por la DA y también por una retracción de
la OA
Espiral inflacionario: combina la inflación de demanda y
costo
Curva de Philips: representa la relación entre desempleo e
inflación, en el se indica la variación de los
salarios, en el
eje de ordenadas se encuentra representada la inflación de
precios y en e eje de abscisas la tasa de desempleo. El
supuesto es que la inflación y el desempleo están
inversamente relacionado es nec un mayor desempleo para reducir
la inflación.
Desempleo
Se refiere a uno de los principales recursos prod. ,
y representa una traba directa (la merma de la
contribución del recurso a la generación de
riqueza) e indirecta (merma en la caída de la DA derivada
de la ausencia de poder
adquisitivo de trabajadores desempleados) para el desarrollo
prod. de una ec
Puede evaluarse tanto por lo que se
deja de producir como por la perdida de autoconfianza de las
personas (que disminuye su capacidad productiva futura).
La tecnología aumenta la productividad a
pesar de que el empleo de la mano de obra disminuye.
Para medirlo siempre se hace en relacion a la poblacion ec
activa
Tasas de desempleo:
Abierta: se relaciona entre la población que busca trabajo y no lo
encuentra con respecto a la población económicamente activa.
Parcial: se mide entre la población que trabaja
parcialmente y desea trabajar mas con respecto a la pob ec
activa
Friccional: parte de la pob que esta cambiando de
ocupación
Estructural: no coinciden la O con la D de trabajo (se pretenden
cualidades y entrenamientos que los trabajadores no poseen)
Cíclica: la demanda de trabajo es baja, como para ocupar a
todos los trabajadores.
Natural: tasa mas baja posible sin que existan presiones
inflacionarias
Déficit Fiscal
Es la diferencia negativa entre los ingresos del
sector pub y el gasto. Los deficit de otros organismos son
financiados con transferencias de la adm central.
Tipos de deficit:
cte compara el ingreso con los gs ctes
de cap: compara ingresos con gs de cap
operativo: diferencia entre ingresos y gs pub antes de
pagar.
Problemas
Inmediatos: en el periodo, debe cubrirse con recursos apropiables
con velocidad
(adelantos o colocacion de titulos de deuda a corto plazo).
Consecuencia: resecion para el conj de la act ec
Mediatos: en uno o mas periodos , debe cubrirse ajustando las
cuentas fiscales(
bajando los gs o aumentando los ingresos). Consecuencia:
inflacion
Escuelas
Clásicos: las precondiciones básicas de los
presupuestos
son: la máxima limitación del gasto, exigencia
limitativa de la imposición y consideración de la
deuda. Su principio es la evol ciclica, en el auge superavit y en
la depresion deficit
Concepción moderna: reconoce la conveniencia del
equilibrio presupuestario, introduce la noción de polit
fiscal
Polit fiscal: manejo
de variables del tipo de ingresos pub, gs pub o deuda publica
como instrumentos idóneos para la obtención de un
nivel alto y persistente de empleo con precios estables. El
déficit fiscal puede ser abordado mediante un incremento
de los ingresos públicos, la reducción del gasto o
su financiamiento. El déficit en el mediano
plazo puede solucionarse con baja de los gs y suba de ingresos.
El déficit de hoy puede financiarse y esto se hace a
través de pocos y precisos instrumentos: crédito
int o ext. o adelantos del ente emisor del dinero.
La politica fiscal tiene carácter no neutral, seguramente
producirá transferencias de ingresos de unos a otros
sectores de la soc, debido a que mantienen o anulan mas
transacciones ec entre los distintos agentes ec.
Distribución Del Ingreso
Según David Ricardo: se
reparte entre el propietario de la tierra, el
dueño del cap. y los trabajadores.
La mejora de uno de los sectores se produce a expensas de
otra.
Clasificación
Funcional: asalariados y no
Sectorial: identifica la act prod. que lo percibe
Social: por sector socioec baja, media y alta;
Espacial: en función del grado de desarrollo zonal;
Tamaño de emp: grande, mediana y chica;
Progresiva: cuando una gran proporcion de la sociedad percibe
parte importante de la renta total; Regresiva: contraria a la
anterior, la distrib del ingreso se concentra.
La concreción de la distribución del ingreso se materializa en
los mercados de
factores que es donde son determinados los precios de los
factores de producción. Renta, utilidad y salario dependen
de los respectivos precios y de la cant de factores
empleada.
Objetivos de las políticas:
Incremento del salario real,
vía aumento del salario nominal,
Aumentos en los salarios no monetarios (subsidios, rebajas en
bienes
salario, la facilitación del acceso a otros Bs.
subsidiados: educación, salud, etc.). Una buena
distribucion del ing amplia el mercado interno.
Problemas:
Produce el reemplazo de la inv por el consumo,
Provoca inflacion que
sera mayor cuanto mas inelastica sea la curva de OA.
Con la incorporación del enfoque intertemporal y
la introducción de la hipótesis de las expectativas
racionales, la macroeconomía del equilibrio que naciera
con la década de los 70 en Estados Unidos no
sólo representó, como generalmente se enfatiza, una
revolución
en el ámbito de la estrategia modelizadora empleada por
los macroeconomistas, en virtud de la cual los macroeconomistas
se desplazaron desde los modelos estáticos o "dinamizados"
de tipo IS-LM-curva de Phillips con agentes que formulaban sus
expectativas adaptativamente a los modelos dinámicos de
equilibrio de expectativas racionales de agente representativo o
generaciones sucesivas.
La macroeconomía del equilibrio supuso asimismo una
revolución
en el campo de la teoría de la política
económica, en la que Lucas vino a representar lo que
Tinbergen había significado para el enfoque tradicional.
Centrado en el examen de los aspectos fundamentales de esta
reformulación de la teoría de la política
económica, el presente trabajo ha dirigido su atención hacia los tres pilares
básicos de la teoría de la política
económica, cada uno de los cuales ha sido objeto de una
profunda revisión por parte de la moderna
macroeconomía neoclásica: la concepción de
la política económica, la simulación
de las políticas alternativas y el diseño de las
políticas económicas óptimas.
Fruto de estas contribuciones, la política
económica dejaba de ser un juego de las autoridades contra
la naturaleza, en el que los agentes se mostraban como entes
pasivos, con un comportamiento más próximo al de
las partículas del mundo de la física que al homo
economicus de la economía, para pasar a ser un juego
dinámico entre las autoridades y los agentes privados,
conceptuados ambos como agentes racionales. Por otra parte, en la
nueva teoría de la política económica se
reconoce la necesidad de reformular el concepto operativo de
política económica, restringiendo el conjunto de
acciones de
política evaluables a aquellas derivadas de la
aplicación de regímenes basados en reglas simples y
estables, y de optar por métodos de
simulación de políticas alternativas basados en
modelos verdaderamente estructurales cuya formulación sea
objeto de derivación a partir de primeros principios y
exploten la invarianza ante cambios en los regímenes de
política económica de los parámetros
profundos que particularizan las preferencias, la
tecnología y las dotaciones de los agentes.
Por último, y en claro contraste con el enfoque
tradicional, en la teoría moderna de la política
económica es factible acometer el análisis de
bienestar de las políticas macroeconómicas en
términos paretianos como consecuencia de la presencia de
agentes explícitamente optimizadores en los modelos de
equilibrio de expectativas racionales y, de este modo, abandonar
el carácter arbitrario del concepto de optimalidad de la
política macroeconómica empleado en la literatura
tradicional. Esta circunstancia, unida al hecho de que la
política económica se concibe en la moderna
teoría de la política económica como un
juego dinámico entre agentes racionales, nos permite
enriquecer el análisis del diseño de las
políticas óptimas mediante la explícita
introducción del comportamiento estratégico y del
papel de la
credibilidad en el estudio de la política
económica.
El fundamento de esta nueva concepción de la
política económica reside en la relación de
interdependencia que en un mundo de equilibrio de expectativas
racionales existe entre las reglas de decisión
óptimas de los agentes y las reglas de política
económica. Puesto que las reglas de política
económica intervienen en la delimitación del
conjunto de oportunidades de los agentes privados, los cambios
anunciados o anticipados en las reglas aplicadas por las
autoridades se traducirán indefectiblemente en cambios en
las reglas de decisión de los agentes. Lo que subyace,
pues, tras esta interdependencia es el principio elemental de que
el comportamiento de los agentes cambia cuando cambian sus
restricciones.
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Página Web de la
Facultad de Economía de Universidad
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Página
Web del Dr. Carlos Aquino Rodríguez. Especialista en
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http://www.aquino.org.
Autor:
Enrique Gómez Penalillo