Indice
1.
Objetivos del trabajo
2. Educación,
socialización, enseñanza, aprendizaje,
instrucción
3. Características de nuestra
sociedad, flia, nación y escuela. función de los
medios de comunicación. influencias
externas.
4. Rol de la escuela y del docente en el
crecimiento del adolescente y su papel en el cambio
social.
5. Observación particular de mi
práctica y estilo de enseñanza
6. Conclusión
El trabajo presente pretende aclarar, a través de
la redefinición de numerosos conceptos, teniendo como
guía a la bibliografía ofrecida, de manera de
continuar como fuera hecho en los parciales anteriores, con el
análisis de la realidad educativa,
relacionándola con los aspectos sociales, culturales, del
Estado y de
la familia,
como una forma de ahondar en el
conocimiento de las complejas relaciones que se tejen entre
los distintos actores de una Nación
y como éstos se ven influídos por las nuevos
lineamientos de la política mundial.
Se hará hincapié también en la
caracterización del adolescente posmoderno y la influencia
de los medios y la
sociedad en
la
construcción de su personalidad y
como la Escuela se
inserta e influye en el proyecto de vida
de nuestros jóvenes.
Planteada la realidad educativa y la de su entorno, se
indagará acerca de nuestra acción docente, a
través de una observación tendiente a mejorar nuestra
práctica, como una manera de lograr los cambios que desde
la Escuela
permitirán el bien de nuestra Argentina.
2. Educación, socialización, enseñanza, aprendizaje,
instrucción
Pretender hablar de Educación exige
definir términos que muchas veces la sociedad y hasta
los mismos Docentes confundimos y que será imprescindible
aclarar para poder ahondar
en los mismos.
Comenzaremos por establecer el concepto de
Socialización, entendiendo por ella la
transmisión, de manera inconsciente y no formalizada, de
los conocimientos, valores y
costumbres de una sociedad, que al estar fragmentada, como ya
veremos, se convierte en un fenómeno de
diferenciación. La misma es coactiva, ya que la sociedad
pretende imponer un modelo que
considera el único aceptable y lo hará a
través del establecimiento de premios y castigos, como una
forma de adaptar al individuo a la misma, pretendiendo de
él un rol pasivo que se ajuste a los intereses sociales,
de manera de impedir el cambio.
Habrá que destacar que antaño, era precisamente el
adolescente, que en la construcción de su personalidad y
a través de sus ideales utópicos, trataba de
oponerse a esa sociedad establecida, intentando el cambio, y que
si bien era muy improbable que lo consiguiera permitía el
logro de una personalidad adulta autónoma, que de manera
efectiva y mucho más realista, enmarcada en la mesura y en
el respeto iba a
lograr los cambios necesarios en la misma, que no quería
destruir pero que tampoco lo conformaba. En cambio hoy
día, el adolescente posmoderno, que se encuentra
cómodamente establecido en una sociedad adolescentizada,
se muestra conforme
en su status, de manera que la adolescencia
ya no se muestra como un
período traumático, que rápidamente debe
superarse, sino como aquella etapa dorada de la vida que
será necesario preservar por todos los medios.
Este extraño fenómeno social, en el cual
los roles se encuentran tergiversados, hasta tal punto que muchos
padres, por ejemplo, se visten como adolescentes,
mantienen relaciones sentimentales con adolescentes,
frecuentan los mismos lugares de esparcimiento que los
adolescentes, en donde la juventud o su
imagen
será necesario extender en el tiempo a
través de cirugías estéticas,
cosméticos de lo más sofisticados y dietas
naturistas y en donde los medios masivos de comunicación, sobre todo los visuales,
alimentan aún más el fenómeno, sub-virtiendo
los valores,
imponiéndose la cultura tipo
"light" o liviana, donde todo es permitido, creando o fabricando
ídolos, que serán consumidos por los
jóvenes, de manera de volcar en ellos todas las
expectativas y necesidades, que saben que jamás
podrán satisfacer en este modelo. Pero
estos ídolos poseen pie de barro y generalmente sus
escalas de valores tienen
que ver con la deshonestidad, la competencia
desleal que supone la destrucción del otro, el robo, en
una cultura del
vale todo y que al caerse dejan a miles de jóvenes
desamparados y que en la desazón y la angustia los lleva a
tomar medidas extremas como el suicidio.
Es así que en los procesos
socializadores, hoy los medios han tomado la dirección del proceso
imponiendo, lo que yo llamaría, una "cultura de muerte", cuyos
principales valores son: conseguir el éxito
sin esfuerzos y alejados de los valores
éticos y morales e imponer el consumismo, sin
distinción de clases. Hay que considerar que la
televisión llega a todos los sectores de la sociedad y
la Argentina es uno
de los países que más abonados a la televisión
por cable posee y por tanto influye sustancialmente en los
hábitos de consumo,
dirigiéndose la publicidad
hábilmente hacia cada sector, de manera que nadie se
pierda el placer de consumir bienes que en
gral. son superfluos e inservibles. Por último dar
primacía absoluta a la imagen, que
siempre deberá ser jovial, de cuerpos esculturales,
modelados por el deporte y las dietas, considerando
que lo espiritual y todo lo relacionado con el pensamiento es
aburrido y anticuado, mostrando de esta manera la
involución que está sufriendo el ser humano hacia
las formas de entablar la
comunicación.
Esta socialización, requiere la
transmisión de los conocimientos a través del
proceso de
Enseñanza, cuyos fines, como vimos, no
siempre son buenos.
Por Aprendizaje,
entendemos la aplicación de los conocimientos con el fin
de resolver situaciones problemáticas, de manera de
adaptarnos al medio circundante y requiere motivación
y se aprende a través de la prueba y el error.
La Instrucción se entiende como un proceso ya formalizado
que transmite en un primer nivel las herramientas
básicas (hablar con propiedad,
leer, escribir) imprescindibles para desenvolverse en la sociedad
y para adquirir ya los conocimientos específicos para
trabajar en un oficio o profesión. Dado el concepto, se
desgrana de él la importancia que la sociedad le da a los
aspectos instructivos impartidos en la Escuela, exigiendo cada
día más conocimientos, que permitan al joven
desenvolverse en la difícil realidad laboral, que se
muestra hiper-competitiva y super-especializada.
Por último, la Educación, es un
proceso mucho más complejo, que no solo se da en la
escuela, de manera formal, sino también en la misma
sociedad y Flia y se distingue de la socialización e
instrucción, ya que persigue lograr personas
autónomas moralmente, con responsabilidad
social, fieles a sus ideales y respetuosos de los
demás, ocupando concientemente el lugar que les
corresponde en la sociedad, siendo ciudadanos comprometidos con
la realidad de su país y felices de su existencia. Vemos
así que la Educación tiene
únicamente un fin noble y no es coactiva,
diferenciándose de esta manera, de los procesos de
socialización.
3. Características de nuestra sociedad, flia,
nación
y escuela. función de
los medios de
comunicación. influencias externas.
Hemos visto que la sociedad, se muestra frívola e
indolente frente a la grave crisis que
enfrenta nuestro país, donde los lazos solidarios se han
roto y en donde prevalece la ley del
más fuerte y del sálvese quien pueda y
trágicamente influenciada por los medios de
comunicación que la embotan y no le permiten ver y
analizar la realidad, entreteniéndola, de manera que viva
la vida de los ídolos que esos mismos medios fabrican
premeditadamente. Esta crisis, como
ya hemos analizado en otros trabajos, tiene que ver con los
nuevos lineamientos, impartidos desde los países
centrales, de una nueva política y reordenamientos
mundiales, que asigna a cada país un lugar especial y que
están basados en los postulados del Neoliberalismo
salvaje, con sus doctrinas del libre mercado, la
competencia y los
criterios puramente economicistas de calidad total.
Doctrina que por supuesto no tiene en cuenta al hombre, que se
encuentra totalmente desamparado por la pérdida de uno de
los bienes
más preciados, cual es el trabajo,
cuya falta resquebraja todo el tejido social, fenómeno que
en el caso de los jóvenes repercute, impidiendo su entrada
al mundo adulto (otro factor más que atenta contra el
crecimiento del adolescente, ya que es a través del
trabajo donde se inserta plenamente a la sociedad) y favorece la
aparición de adicciones y de
una violencia
inusitada, nunca antes vista y en los adultos, en su salud psico-física. De tal
magnitud es el problema que la O.M.S corrió el comienzo de
la adultez desde los 21 a los 25 años y ya muchos autores
estiman que el fin de la adolescencia
en Argentina se da a los 30 años, prolongando así
su dependencia con los padres, que ven como sus hijos son
incapaces de elegir algo para sus vidas, en parte por la falta de
oportunidades, que pinta un panorama muy oscuro y por otro lado
por la imagen desmitificada que hoy día muestran los
adultos, con innumerables problemas
económicos y laborales, constituyéndose en
anti-modelos que
ningún adolescente querrá imitar. Así si
nada elijo, si no haga nada, el tiempo no va a
pasar, continuaré en esta etapa feliz y nunca
tendré que confrontar con la realidad que me decepciona de
antemano y sin llegar a vivirla. También es indudable que
muchos padres malcrían a sus hijos , evitándoles la
exposición a situaciones de esfuerzo que
son beneficiosas, ya que les permitirán "crecer". Los
adolescentes deben ser protagonistas de sus vidas y tiene que
permitírseles equivocar, ya que tomar el timón de
la vida no significa llegar siempre a buen puerto, pero cuando
uno tiene el timón, también tiene la chance, siendo
muy importante que el adolescente no delegue todo en sus padres,
pares o ídolos.. Así un adolescente apático,
sin pasión es un síntoma muy grave, que requiere
urgentemente tomar cartas en el
asunto, porque buena parte del problema es responsabilidad del mundo adulto, pero por
supuesto no podemos dejar de considerar que el adolescente no es
un sujeto pasivo en la construcción de su vida.
Ante este panorama desalentador, es obvio que la
Sociedad ha desertado en el camino de Educar.
¿Esto mismo ocurre en la Escuela?
Es indudable que la Escuela no es una isla, sino que se inserta
en esta sociedad y padece y comparte estos mismos problemas y se
suman otros internos, que tienen que ver con el cambio que
intenta emprender hacia un tipo de Escuela mucho más
abierta y comprometida con la realidad social y del educando,
pero que no logra despegarse de una Escuela con rasgos
autoritarios y tradicionalistas, al servicio de la
socialización; con el tipo de política educativa
que el Estado
intenta imponer, que no es clara y encierra detrás de
supuestas leyes nobles,
hendijas que permitan la entrada de los nuevos lineamientos de la
Economía,
impuestos a
través de los organismos internacionales, como el FMI y el Banco Mundial,
que condicionan sus préstamos a la aplicación de
políticas hábilmente diagramadas en
los centros de poder y que
están orientadas al rol que a la Argentina le cabe en el
nuevo ordenamiento mundial.
Así si bien, de acuerdo a la Ley Federal, la
obligatoriedad se debía extender a 9 años, lo cual
parecería una política de avanzada, digna de un
país de primer mundo, avalada por los organismos de
crédito
internacionales antes mencionados, su fin, es lograr tener mano
de obra calificada al rol agrícolo-ganadero que le cabe a
la Argentina, con sus industrias
afines, sin permitirle el desarrollo
científico y tecnológico que alguna vez fue orgullo
en el país. Vemos así el abandono del gobierno hacia
las Universidades, que se muestran anacrónicas e incapaces
de dar solución a los numerosos problemas del país,
en la creencia de que no vale la pena asignar fondos a la
investigación y hacia la Ciencia
Básica y Aplicada, ya que los conocimientos se pueden
comprar en los países centrales, cuya función en
este nuevo orden mundial, es la de desarrollar conocimientos e
industrias
sofisticadas, cuyos productos
serán exportados hacia los países subdesarrollados.
Un país no puede renegar de la investigación y el desarrollo de
la ciencia,
porque su problemática es totalmente distinta a la de los
países centrales, los que no mostrarán interés en
el desarrollo de determinados conocimientos, ya que no ven el
interés
económico necesario. ¿ Le interesa a E.E.UU el mal
de Chagas, si es una enfermedad que afecta a Latinoamérica?. Por tanto, para qué
investigar en este campo.
Hoy la actividad científica se ve afectada
gravemente por los recortes presupuestarios, que la hacen
tambalear y si continúa esta política, muy
probablemente, desaparecer.
Es indudable que nuestro país cuenta con una
afinada materia gris,
traducida por los innumerables logros científicos que se
han dado a lo largo de la historia de esta joven
Nación. Ejemplos sobran y no debemos ir demasiado lejos en
el tiempo. Hace pocos días los diarios titulaban como
una empresa
Argentina había ganado una licitación mundial,
frente a países poderosos, para la provisión a
Australia y Egipto de
reactores nucleares, o como había sido puesto en
órbita un nuevo satélite artificial
íntegramente armado por argentinos y con tecnología local, que
mereció elogios de la misma NASA y también, acerca
de la investigación que se está haciendo del genoma
del Tripanosoma Cruzzi, causante del mal de Chagas, que
permitirá en un futuro mediato fabricar nuevos
fármacos y la tan ansiada vacuna, que permita terminar con
este mal. Estos ejemplos podrán darnos una leve luz de esperanza,
frente al panorama desolador de la ciencia
argentina, pero tengamos en cuenta, que estos mismos logros son
vistos por los países centrales, que apuntan su mirada,
hábilmente, hacia nuestros científicos, de manera
de tentarlos, con excelentes sueldos y perspectivas laborales,
hacia ellos.
Tal es la influencia de esos países, que provoca
no sólo este desangramiento científico, sino que
dirigen la poca ciencia que se
está haciendo. Pensemos como el gobierno
estadounidense condicionó crediticiamente al gobierno de
Carlos Menem, imponiendo
la suspensión de la construcción de los misiles
Cóndor en la década del 90, alegando la
instauración de desequilibrios armamentistas regionales,
que harían peligrar las jóvenes democracias
latinoamericanas, mostrando una descarada hipocresía,
haciéndonos creer que E.E.UU es el paradigma en
cuanto a la defensa de los valores democráticos, olvidando
su participación y apoyo a los regímenes militares,
que servían fielmente a sus oscuros intereses y que fueron
los primeros en instaurar en la década del 70 las políticas
neoliberales, que darían paso luego al fenómeno
llamado Globalización.
4. Rol de la escuela y del
docente en el crecimiento del adolescente y su papel en el
cambio social.
Si bien no podemos negar la influencia de todos estos
factores externos, la Escuela no puede renegar acerca de su
principal función, cual es la de Educar, porque si
así ocurriera este país ya no tendría
futuro. Y aquí entra a jugar la responsabilidad docente, que no encuentra, a mi
criterio, darse cuenta de lo que está sucediendo,
adaptándose pasivamente a los cambios, en un conformismo
exasperante, racionalizando, de manera de echar las culpas de los
problemas educativos en el otro: Estado,
alumno, sociedad, familia, que si
bien es cierto, tienen una gran cuota de responsabilidad en lo
que está sucediendo, no da derechos a bajar los brazos
y sumirse en la desesperanza, que es uno de los sentimientos
más devastadores que podemos legar a nuestros
jóvenes.
¿ Dónde están los ideales, que
alguna vez signaron nuestras vidas, en la construcción de
una sociedad más justa y más humana?.
Somos los únicos que no podemos bajar los brazos y debemos
estar convencidos (para convencer al otro) de la necesidad de
educar, adaptando nuestra práctica, de manera de lograr
la
motivación del alumno; incorporando a los nuevos
medios, de manera de lograr un acercamiento productivo hacia los
mismos, aprovechando cada situación de la realidad, como
una forma de relacionar los conocimientos adquiridos y volcarlos
hacia la misma, de manera de desarrollar el pensamiento
formal hipotético deductivo y crítico, para que a
través del conocimiento
del problema, el educando pueda encontrar soluciones a
esa problemática particular; ser conscientes de la
realidad crítica que se presenta a nivel social y
familiar, para de esa manera orientar nuestra práctica,
atendiendo a la problemática particular del alumno y la de
su entorno; educar a través del ejemplo, sin caer en el
doble discurso, que
tanto desorienta y desanima a nuestros jóvenes, impidiendo
su participación en la construcción futura que
deberán encarar, de la sociedad y favoreciendo el
establecimiento de los lazos de solidaridad,
alentando la cooperación y la tolerancia entre
los jóvenes, no discriminando y no siendo
partícipes en la diferenciación, que muchas veces
la Escuela ejerce subrepticiamente, a través de pautas,
exigencias, contenidos, perfiles y modelos de
imposición absurdos.
Ser concientes y los principales partícipes, en la
necesidad de reconstruir una Nación, no es tarea sencilla
y por supuesto, los obstáculos serán muchos. El
desánimo y la desazón empañarán
nuestro trabajo y harán caer nuestros brazos. Pero no
podemos desanimarnos, porque vamos a tener respuestas, la
sociedad, a mi entender, está por tocar fondo y tarde o
temprano se sumará a nuestro esfuerzo, aportando el
granito de arena, en esta difícil y ardua
tarea.
El Estado, se muestra ausente e incapaz de lograr los
cambios necesarios que nos hagan salir de esta crisis y como
siempre está al servicio de
las clases más acomodadas y al poder mundial. De él
mucho no podemos esperar. Su política educativa consiste
en una supuesta mejora de la Calidad
Educativa, estableciendo los mismos criterios con los que se rige
la economía.
Así hoy nos hablan de optimización de recursos, que
significa caída del gasto y una muy probable
jerarquización de las escuelas, de la mano de trasnochadas
evaluaciones a los educandos y a los Docentes, que
reasignarán los magros recursos hacia
las Escuelas que supuestamente hayan obtenido los mejores
resultados, sin tener en cuenta las dificultades que significa
establecer un "verdadero" concepto de la Calidad en la
Educación, en donde se mezclan factores intrínsecos
y extrínsecos en la realidad educativa y en donde se ponen
en juego
elementos de juicio tan humanos como extra-científicos
tales como valores, principios,
formas de vida, configuraciones ético-morales, imposibles
de ser medidos o evaluados. Así la nueva Pedagogía, pretende formular reglas
generales supuestamente válidas para todo tiempo y lugar,
sin tener en cuenta los factores anteriormente citados y que
condicionan la labor escolar.
¿Podrá el Estado
evaluar la tarea de muchos Docentes, que se desvelan buscando las
formas de acercar un plato de comida a un niño hambriento,
que por supuesto no puede pensar en estas condiciones, o la ropa
y zapatillas que atenúen los efectos del frío o la
contención, que muchos ellos hacen no sólo del
educando sino de toda la familia,
que ya no encuentra consuelo en sus desvelos, en ningún
ámbito?.
Es cierto, estas no son funciones
tradicionales y específicas de la Escuela, cuyo nacimiento
tuvo hasta no hace mucho tiempo atrás otros motivos; pero
si no existe un mejoramiento de las condiciones
socioeconómicas, la tarea educativa será muy
difícil. Por tanto tales criterios de medición no pretenden en definitiva, una
mejora de la Calidad Educativa, sino echar culpas, sobre todo a
los docentes y de alguna manera justificar los salarios de
hambre, con los cuales se pretenden lograr grandes cambios y que
llevan a las personas más capaces a elegir carreras mucho
más rentables, factor que empeora aún más la
situación y a muchos docentes a trabajar en más de
una Escuela, perdiendo un tiempo y energías valiosos, que
podrían ser volcados más eficientemente al proceso
educativo.
Es indudable que una mejora en la Calidad Educativa requiere, de
parte del Estado, una mejor redistribución de la riqueza,
que permita crear un medio donde pueda desarrollarse la
educación.
¿Se puede aprender, teniendo hambre o frío
u observando a sus padres que se muestran desesperados para
conseguir el sustento diario?.
Hasta ahora en Argentina ha habido un mayor aumento del PBI, pero
ello no ha redundado en un mayor bienestar de la población, sino que ha servido para
satisfacer los requerimientos de las clases más acomodadas
y el pago (no la deuda) de los intereses a los organismos de
crédito
internacionales.
Nuestras esperanzas tienen que centrarse en los jóvenes,
que se constituirán en el fermento necesario para el
nacimiento de una Nueva Sociedad. La Escuela y sus Docentes
deberemos ser los rectores y referentes morales de los
adolescentes, para que a través de la coherencia y el
ejemplo, nuevamente nos constituyamos en paradigmas
dignos de imitar por ellos, de manera que puedan introyectar los
valores perdidos de nuestra sociedad, para relanzarlos
nuevamente, cargados de un nuevo ideario, que permita tal
reconstrucción, de manera de lograr un país que
merezca ser vivido.
5. Observación particular de mi
práctica y estilo de enseñanza
Pasando a un plano mucho más personal de mi
tarea docente, para que de alguna manera, lo antedicho no se
constituyan en meros enunciados, que si bien están
cargados de ideales y buenas intenciones, exigen un compromiso
particular, para que desde mi pequeño mundo, que es mi
Escuela y la sociedad en la que vivo, pueda hacer realidad mis
pequeñas utopías, pasaré ha hacer un
análisis crítico de la misma.
Para ello tendré que continuar observando, como fuera
hecho en el anterior trabajo, mi labor docente, de manera de
poder corregir muchos errores de la práctica, en la
certeza de que los cambios los lograré teniendo un cabal
conocimiento
de la realidad.
Así es que deberé centrar mi atención en no permitir que los aspectos
instructivos de la enseñanza de las diferentes asignaturas
monopolicen los contenidos. Es de hacer notar que de acuerdo a la
modalidad del Establecimiento: Bachillerato en Industrias
Alimenticias, los mismos adquieren una importancia fundamental,
ya que a través del manejo de diferentes técnicas,
procedimientos, vocabulario específico,
habilidades y trabajo manual, les
permite a los educandos insertarse en el mundo del estudio de los
alimentos y
que la aplicación de fríos conocimientos
teóricos a la práctica concreta, hacen muy amenas
las clases, logrando un alto grado de interés y motivación
por parte del alumno; toda esta tarea, que en general insume
muchísimo tiempo, quizás afecte el desarrollo de
otras capacidades del pensamiento.
En todo momento, durante el desarrollo de los extensos
trabajos prácticos, trato de que el alumno no se
constituya en una máquina, que en forma autómata
realice aburridamente el trabajo,
sino que indague, analice y adquiera un espíritu
crítico del mismo y que observe que aquellos conocimientos
teóricos que alguna vez les fueron dados de manera casi
diría autoritaria, ahora serán introyectados y
conceptualizados de una manera distinta y mucho más
creíble, despertando en el alumno el asombro y un nuevo
afán y deseo de aprehender el objeto de
estudio.
Considero que los contenidos transversales, que no se
encuentran especificados concretamente en los programas son de
vital importancia para el desarrollo del pensamiento formal y
crítico que permita al alumno conocer la realidad
presente, de manera que a través del análisis de
los problemas intente dar solución y así propender
al desarrollo de una personalidad autónoma del
adolescente, de manera de que se sienta protagonista ahora, del
trabajo que en el futuro deberá realizar, para cambiar
esta sociedad, cuyas características ya hemos analizado. Apuesto
por los jóvenes, en la convicción de que este
estado de crisis nos permitirá a todos reveer nuestra
conducta, para
que de una vez por todas seamos responsables del cambio, que a no
dudarlo nuestro país necesita. Pero de nuevo, debe haber
ecuanimidad en cuanto al tiempo destinado a estos contenidos, ya
que tendré que tener en cuenta que si obvio los
conocimientos específicos estaré de alguna manera
hipotecando el futuro de mis alumnos, al no prepararlos
convenientemente, ya sea para su entrada a la Universidad o
para que ejerzan un trabajo en el futuro mediato.
Tendré que ser muy cuidadoso entre lo que digo y
lo que hago. Hasta ahora lo he hecho y me ha costado muchas
enemistades y críticas, de manera de darle coherencia a mi
vida y que sin querer llegar a ser el paradigma de
los jóvenes, tampoco me constituya en un motivo más
que justifique sus múltiples frustraciones, en este mundo
adulto signado por la hipocresía, la mentira y el doble
discurso.
Quizás no nos damos cuenta, pero eso es lo que nuestros
jóvenes nos están pidiendo y si bien hablé
de un adolescente posmoderno, que muestra carencias de ideales y
que de alguna manera se encuentra muy cómodo en esta etapa
de vida, cosa que no debiera ocurrir o que no se daba en el
adolescente moderno, tendré que reconocer que el mismo
muestra indicios, que habrá que saber descubrir y que
permiten de alguna manera contradecir tal postura. Los
adolescentes nos piden a gritos a los adultos actitudes
responsables, coherentes, comprometidas y que seamos capaces de
hacernos cargo de nuestros errores y que ellos padecen. En ellos
siguen latentes los altos ideales y esperan que los adultos
llevemos a la práctica, ya mismo, lo que con palabras o
intenciones pregonamos constantemente.
Otros problemas, fundamentalmente derivados del grado de
stress y
exigencias de mi vida diaria, tiene que ver con la ansiedad que
muchas veces transmito en mis clases y que atenta contra los
tiempos propios de los alumnos. Por tanto deberé moderar
el ritmo de las clases, sin llegar al aburrimiento.
Elegí dedicarme a la docencia, siendo que poseo
otro medio de subsistencia, como una forma y desde un lugar
privilegiado, para ser partícipe en la construcción
de un mundo mejor. Mi esperanza hacia los adolescentes es
infinita. Ellos saben que tienen un amigo que siempre los
acompañará en este difícil camino, que es
vivir. Espero cumplir responsable y concientemente esta
maravillosa tarea de propender a la Educación de los
demás. Que siempre ensalce y promueva el espíritu
de la verdadera comunicación entre los jóvenes,
resaltando los principios de la
solidaridad, la
cooperación y la común-unión.
Exámen de conciencia:
¿Qué es EDUCAR?
no sé si lo que pienso es correcto…
EDUCAR es mirar hacia delante,
siempre con miras al porvenir.
EDUCAR no es introducir
en un mundo ya hecho,
sino ayudar a alguien
a transformar al mundo.
Hoy, durante la oración,
tuve una distracción:
-Tal vez haya profesores,
vetustos y veteranos
que a lo largo de los años
aprendieron demasiado
para un hombre
solo.
Me transmiten la impresión
de que están estallando
con tanta erudición.
Su tarea parece descarga,
catarsis, liberación.
Aleccionan por compulsión,
en su ansia de pasar al frente
lo que les sobra y abarrota
el cerebro en
ebullición…
En los pupitres de la Escuela
y en la Universidad de la
vida,
el mejor profesor sigue siendo
el CORAZÓN…
Nutrido en su contenido
por la razón
y por la "Didáctica" del Amor.
Roque scheneider
"el misterioso país del corazón
La Escuela Del Mañana
Pretender establecer el rumbo futuro que seguirá la
Educación Argentina parece muy difícil, en virtud
de la puesta en práctica de políticas educativas
poco claras, mostrando una gran desconexión entre el lenguaje y
los dichos de los teóricos de la educación y la
realidad compleja de la Escuela y la sociedad, actuales.
Quizás tales políticas son poco claras para
nosotros los docentes, pero no para el poder central, que a
través de una supuesta Ley (Ley Federal educativa),
consensuada con todos los actores del sistema educativo
y de la sociedad misma, que se pensó de manera tan amplia,
dando lugar a los intersticios necesarios, que permitieran la
entrada de criterios, que ahora nos damos cuenta, no son los
más adecuados para la educación.
Así hemos dado o cedido un espacio
importantísimo a los tecnócratas, que muestran una
gran influencia en la planificación de una Escuela que comienza a
pensarse desde los ministerios como Unidades Económicas,
que deberán atenerse a los lineamientos que hoy día
siguen las empresas,
primando los criterios de Calidad Total,
redimensionamiento y redistribución del gasto,
establecimiento del marketing
educativo y la competencia descarnada.
De esta manera la escuela se va constituyendo en el
engranaje perfecto, capaz de reproducir este modelo de
injusticia, mostrando solo en apariencias conductas de
inclusión y legitimando así las nuevas
políticas económicas y educativas que provienen
desde el poder mundial y donde el Estado y por tanto la Escuela
se constituyen en una pieza más del complejo rompecabezas
que hoy llamamos Globalización. Podríamos decir que
la escuela no puede hacer frente a fuerzas tan poderosas como las
económicas, que le pretenden dar un sesgo marcadamente
utilitarista y mercantilista.
Los Docentes, no podemos participar de este siniestro
plan, que hoy
se muestra muy claro y que comenzó en los años 70,
con las dictaduras militares y por tanto sin pretender lograr la
gran revolución, deberemos pensar las formas,
desde nuestro lugar de trabajo y desde nuestro pequeño
mundo, destinadas a lograr cambiar el sistema.
Por supuesto que no podemos quedar atados a los viejos
esquemas docentes, que tanto daño le han hecho a la
Escuela y que la han debilitado y hecho presa fácil de
estas nuevas políticas neoliberales. Nuestro trabajo
deberá centrarse en permitir el desarrollo integral del
adolescente, primero conociendo su difícil realidad y
luego comprometiéndonos seriamente con él, a
través del ejemplo y el rescate de los valores
éticos, morales y cristianos. Será un trabajo de
hormiga que multiplicado logrará frutos impensados y la
construcción de un país más justo y
solidario, que merezca ser vivido, por las generaciones
venideras.
Abogo por una Escuela que logre insertarse plenamente en
la Sociedad, abierta a sus problemas y exigencias, que prepare a
los jóvenes adecuadamente para el mundo del trabajo o la
Universidad, ejerciendo un rol educativo, entendido como un
proceso continuo y constante, adecuado a los nuevos tiempos,
donde se requiere cada día mayor capacitación y conocimientos y siempre
dispuesta a aceptar los nuevos desafíos que se presentan,
capaz de permitir el desarrollo de las potencialidades de sus
educandos, centrada en el respeto de las
libertades individuales y que provea un vínculo efectivo
entre la cultura pasada y presente, de manera de alcanzar el
futuro por todos anhelados.
Autor:
Dr.:adrián torassa