4. Juguetes
Es un cortometraje de 12 minutos teñido de un
aire pendenciero,
donde se reitera el enfoque crítico y denunciante, donde
los juguetes son presentados como instrumentos de discriminación sexual, y, sobre todo,
cómo vienen a cumplir un carácter
de formadores psicológicos de las personas, lo cual
responde a una vieja composición sociocultural, y, por
ende, y en segundo plano, responde también a una serie de
intereses mercantiles. A través de un especial muestreo de los
juguetes, totalmente definido por su destinatario y con una
suerte de preanuncio del rol adulto (hombre –
mujer), cobran
cierta perversidad ante una mente que se está formando,
como es el caso de los niños,
generando y marcando distintos pautas de acción social
ante la vida futura.
Momentos
En este largometraje, María Luisa Bemberg es la guionista
y directora de una historia de encuentros,
romances, incomunicación, apasionamiento y un abrumador
aburrimiento de una mujer casada, que
la inunda una tristeza y abandona a su esposo. Claro que, por
otro lado, está el tercero en discordia, con su propia
historia
matrimonial, y la infaltable serie de vaivenes, donde la autora y
realizadora logra presentar un adulterio amoral, ya que el
verdadero conflicto pasa
por los sentimientos.
La historia transcurre con un aire de
"normalidad
", sin enfatizar las relaciones, apuntando a una cierta
disyuntiva ética como
desenlace. Lucía cree revivir la pasión de sus
veinte años con su amante Nicolás, un muchacho
seductor y vital. Entre encuentros fugaces y clandestinos empieza
la culpa y el remordimiento. Lucía decide separarse de su
marido e irse con Nicolás a Mar del Plata. Poco a poco
comenzará la rutina y el tedio inevitables en una
convivencia no sustentada por verdaderas afinidades.
Por la frescura con la que son presentados los personajes, con
sus correspondientes cualidades que los caracteriza, como
Graciela Dufau, la mujer mayor y
protectora; y Miguel A. Solá, el infantil, surgen, tras un
interés
de la directora en los personajes principales, en un guión
que cuenta con un exhaustivo cuidado, para lograr una
verosimilitud y un clima de
intimidad, la cual es transmitida en la parte realizativa, por
una sucesión de Primeros Planos y Planos Medios,
manteniendo constante una tensión sentimental.
El matrimonio
tiene las cosas en claro y ello aventaja a la directora, para
presentarnos un final abierto, impregnado de una madurez
abrumadora, ante el hecho del reencuentro de los perniciosos
cónyuges, serenos y comprensivos.
Momentos es también la historia de una
búsqueda para encontrarle un sentido a la existencia y,
finalmente, la aceptación de nuestras limitaciones. Con
estas características, este final pasa a ser uno
de los más reconocidos del Cine
argentino.
Señora de nadie
El guión de este film refleja la preocupación de la
escritora por una serie de sentimientos y circunstancias, por las
cuales muchas mujeres sufren cuando asume su condición de
persona. En
esta película la protagonista de la historia, Leonor, esta
casada, ama profundamente a su marido y no pone en duda la
reciprocidad de su amor y
fidelidad, tiene dos hijos y su rol es casi el arquetípico
de nuestra clase media urbana, donde ella no se cuestiona ninguna
de sus condiciones personales, harta de sentirse estafada por la
infidelidad de su marido. Leonor se siente traicionada
emocionalmente y comprende que su mundo, basado en una mentira,
se ha desmoronado. Abandona a su marido y carga con el inmenso
dolor de tener que dejar a sus hijos por no tener cómo
mantenerlos. Con más miedo que convicción, abandona
su casa y comienza un proceso de
búsqueda de su propia identidad.
María Luisa Bemberg apela a ese argumento en un contexto
histórico y social muy particular, ya que este film data
de los inicios de la década del 80’ y en años
después, en nuestro país se aprueban las leyes del
divorcio, la
patria
potestad compartida, la igualdad de
los hijos ante la ley, etc.,
María Luisa Bemberg quiere enseñarnos atrás
de esta historia, las falencias y necesidades que hay sobre el
tema en cuestión, anticipándose con este tratado
pero poco convincente dentro de nuestra sociedad y por
defecto, las grandes dificultades anclan en lo afectivo sin
alcanzar el dramatismo necesario por el achicamiento del conflicto, a
la vez que la guionista se explaya en lo realizativo y en lo
escénico, pero, sin alcanzar una brillantez convincente,
cuenta con una interpretación realista por parte de
Luisina Brando y Julio Chávez.
Otra vez logra un excelente e implacable final que suple todas
las falencias que puede haber tenido el relato. Aquí,
Leonor, el personaje principal, sufre las dificultades que le
presenta la mentalidad de nuestra sociedad, ante
tal situación de una joven señora que pretende
rehacer su vida en todos los sentidos,
donde lo irónico es que un amigo homosexual es el
encargado de reflotar lo esencialmente valioso de esa mujer:
más allá de toda condición sexual, cumple
con su significado innovador y poco común en un tema
común.
Camila
En 1984 se hizo "Camila", la cual fue nominada, ese
mismo año, a un Oscar por la mejor película
extranjera.
El film nos relata la particular historia de Camila
O’Gorman, donde no podemos desechar el contexto social e
histórico convirtiendo a los protagonistas en audaces,
transgresores de la agitada vida política, social y
económica de nuestro país en esa
circunstancia.
Camila mía:
Acabo de saber que mueres conmigo.
Ya que no hemos podido vivir en la tierra
unidos, nos uniremos en el cielo ante Dios.
Te abraza" …
"Tu Gutiérrez"
La película se realizó en coproducción con
España,
lo cual implicó la importante actuación de Imanol
Arias como Ladislao Gutierrez, Héctor Alterio hacía
de padre de Camila, Adolfo O’Gorman, y la protagonista
femenina es Susu Pecoraro como Camila, la cual pertenecía
a una familia de clase
alta de la sociedad de Buenos Aires,
donde la veinte añera tenía en su haber la herencia de una
abuela con cierta reputación por sus aventuras. El ser
cura confesor servirá para tapar lo sospechoso sobre los
encuentros de la pareja, la cual huye a Goya ante el inminente
escándalo, hecho que aprovechan los unitarios como
símbolo de corrupción
y desenfreno de los adversarios federales, a los cuales Rosas dice
ponerles coto por semejante situación a través de
un castigo ejemplar. La barbarie tenía que terminar
así que, a pesar del embarazo de
Camila, ambos son fusilados y enterrados juntos en un
cajón de armamentos. El guión es realizado con
aportes de Juan Bautista Stagnaro y Beda Manuel Docampo
Fijoó, y la asesoría histórica estuvo a
cargo de Leonor Calvera. Por cierto es que el grupo
realizó un serio y detallado trabajo que, ayudado por la
cuidada escenografía y el adecuado vestuario, recrea la
época omitiendo toda demagogia ideológica,
sólo apunta a la conquista por la historia misma. Como
consecuencia de esto, y no es para menos a esta altura de la
Bemberg, la película es lograda con suma prolijidad
cuidando muy bien los distintos climas con que cuenta la
película ya sean políticos, románticos, e
incluso las escenas donde se desarrollan los altercados entre
Camila y su padre que logran una tensión fuertemente
impactante en el espectador, el cual se ve enredado entre los
vaivenes de los sugerentes encuentros de la pareja y el contexto
social e histórico que los rodean.
María Luisa Bemberg logra resolver hábilmente la
puesta en escena, las brillantes actuaciones, las constantes
tensiones que se transmiten en las imágenes,
tanto sonoras como visuales, respondiendo al objetivo de la
directora que logra la indignación del espectador ante la
alegórica transgresión pasional, que se enfrenta al
despotismo y a la incomprensión y destrucción de
los sentimientos como así también de las personas.
Es obvio que Camila no es una simple veinte añera ya que
se enfrenta a la sociedad, a los cánones de moralidad
dictados por la cultura, a la
fuerte presencia de la Iglesia y
demás instituciones
como la familia, a
una rígida estructura de
ésta y la del Estado
inclusive.
Fernando Arribas tiene a su cargo la fotografía, la cual logra transmitir todos
los sentimientos requeridos por la Dirección de un fatal romanticismo. La
dupla Pecoraro – Arias logra una buena credibilidad y
están muy bien acompañados por el resto del elenco.
Todos están vestidos con exactitud, al igual que la
ambientación escenográfica de la
época.
Camila se inscribe así en lo profesional, en el
film inteligente y maduro gracias al arduo trabajo de
María Luisa Bemberg y, de igual manera, de la gente que la
secundó y todo el equipo técnico que brinda un
exquisito producto.
Miss Mary
Este film recrea uno de los tantos episodios de la
historia
argentina donde se recrean diversa facetas de la ideología ganadera de la época, la
ruptura del orden institucional, el suicidio de
Leopoldo Lugones, el ascenso de Perón y la
movida civil del 17 de Octubre. Al relato histórico se le
suman las críticas que María Luisa Bemberg formula
a su historia familiar, sin dejar de lado sus afectos, con finas
pinceladas dibuja la trama apoyada en un eje ideológico
que pasa por el tabú represor que hay con lo sexual y por
la falta de visión y convección de los incipientes
cambios sociales.
Ingeniosamente utiliza el idioma inglés
en muchos diálogos, lo cual concuerda elocuentemente con
la historia, lo cual le da verosimilitud al film.
Esta producción internacional está
protagonizada por Julie Christie, la cual le da vida a la
institutriz inglesa de forma majestuosa, caracterizándola
como distante, que un día entra a la historia de una
familia
potentosa donde la hipocresía es el pan de cada
día.
El relato, el cuadro de costumbre, predomina sobre la trama, para
que los distintos personajes puedan mostrarse. La historia, que
es contada por Miss Mary a su regreso a su país natal,
Inglaterra, evoca
su encuentro sexual con el adolescente, el único hijo
varón da la familia,
hecho que años antes le costó el despido.
El film cuenta con suma veracidad y planteamiento,
convirtiéndose en una de las mejores descripciones del
cine argentino
donde la directora, María Luisa Bemberg, logra pasar el
protagonismo de Miss Mary a los padres de la familia, conformando
una excelente descripción de la inteligencia,
de la hipocresía, del despotismo que caracteriza al padre,
y, por otro lado, muestra a una
madre depresiva, puritana, resignada, etc. Junto a ellos, en un
segundo espacio, está la abuela sorda que por supuesto
carga con su tara, y también encontramos al miembro
perdedor, el abuelo. Para completar el grupo
familiar, y también para hacer de las suyas, está
el cuñado "nacionalista".Todo se desarrolla en la Estancia
San Simón, lugar en que se filmó la
película, donde las escenas lograron transformarse en
excelentes descripciones y transmisoras de sentimientos, no
así las escenas de Buenos Aires,
donde no se logra recrear los acontecimientos
sociopolíticos con la magnitud que estos tuvieron. A todo
esto María Luisa Bemberg repite el aporte y el trabajo de
guión en grupo, ya que es acompañada nuevamente por
Beda Docampo Feijoó y Juan Bautista Stagnaro, y es
indiscutible el aporte en los diálogos de Jorge
Goldenberg. Así se logra una imagen
creíble de lo que nos presenta y recrea, sobre todo en lo
que hace a lo social y político de la época.
En la estancia bonaerense de una aristocrática familia
porteña, Miss Mary, la gobernanta inglesa contratada para
encauzar con firmeza la educación de los
tres jóvenes de la casa, emprende la tarea con su
acostumbrada dedicación. Ferviente defensora de lo
británico y siempre dispuesta a asumir como propios los
ideales morales y sociales de sus patrones, se aferra a los
rígidos preceptos como una manera de olvidar aquella
desilusión sentimental de su juventud y su
ya amarga soltería. Y así como los movimientos
sociales, que estaban a punto de hacer irrupción en el
escenario político de un país en crisis. La
presencia de Miss Mary va a provocar en el seno de esa familia,
sin quererlo, la brusca irrupción de la verdad, de la
ruptura, del desorden. Porque Miss Mary, la recatada institutriz,
cae en los tímidos brazos de Johny, el hijo mayor del
matrimonio,
cándidamente enamorado de ella, con una abrupta
sensualidad mas allá del escándalo, mas allá
de lo que no se debe hacer.
María Luisa Bemberg dirige con rigor, jerarquía y
valentía, tres cualidades que el cine argentino
venía reclamando.
Yo, la peor de todas
Otra evocación histórica, que tiene como
protagonista a Sor Juana Inés de la Cruz. "Yo, la peor de
todas" basada en la conocida obra de Octavio Paz
sobre Sor Juana Inés de la Cruz ("Sor Juana o las trampas
de la fe"), la brillante
poeta y monja mexicana del siglo XVII. En este film, podemos ver
como una gran inteligencia
es destruida por el misogenismo y la inquisición.
Es una de las ultimas películas en la serie de su
compromiso de M. L. Bemberg con la mujer. "No hay
mejor ejemplo que Sor Juana para expresar mi creencia, que el
talento no tiene sexo,
decía Bemberg y que si una mujer elige el
silencio y la soledad para crear, ella tiene el derecho a
ello."
El guión cuenta con la participación de Antonio
Larreta, en el cual se trabaja como eje argumental la excelente
relación de la particular monja con el Virrey y la
Virreina de Méjico, y por otro lado, el desamparo y
caída en medio de la intriga del poder
eclesiástico, para culminar con un final
trágico.
El tema era conflictivo pero, no obstante, María Luisa
Bemberg supo aplicar muy bien la palabra, tanto en los discursos como
en los diálogos, pero el verdadero desafío era
conjugar esta parte de la imagen sonora,
con la imagen de Sor Juana, con su entorno y su particular vida.
Como consecuencia de esto, es que se convierte en una puesta en
escena intemporal, respondiendo a la mera intención de
transmitirle al espectador la manera de sentir y pensar de la sin
igual monja, la cual había elegido el claustro por un
lado, y la libertad para
su alma y para su intelecto por el otro.
Pocos son los personajes dentro del gentío de Sor Juana y
en los diálogos interiores y exteriores de ella.
Un detalle de la Bemberg la define: ha sido filmada
íntegramente en estudios. Así los escasos
exteriores, (paisajes neblinosos por donde Juana pasa a caballo
hacia la casa de su madre moribunda; el mar como fondo en una
terraza donde la virreina jugaba con su hijo) aparecen como
discretos indicios de la irrealidad que baña el film a
causa de esa filmación en estudio.
Pero no nos encontramos ante ninguna estilización irreal:
el convento reproducido en estudio no es el signo de un convento:
es un convento "de carne y hueso", real. Los elementos de
mobiliario y de vestuario, también la realista, detallada
y opulenta reproducción de vestimentas y lugares, nos
remiten a una materialidad pesada, nada estilizada, literal.
Pero, sin embargo, ese sol de estudio que entra por la ventana
real produce un curioso efecto, que se acentúa ante los
detalles veristas de los enfermos de peste, o la iluminación a vela de la
representación teatral.
La escenografía sugiere muchas cosas, las cuales se
levantaron en los galpones de Pampa Film, donde las escenas se
desarrollan, y, como no podía ser de otra manera, en un
ambiente de
claroscuro y aislamiento.
De este modo, Esmeralda Almonacid consigue una excelente
ambientación, mientras que Felix Monti logra una especie
de atmósfera intimista y silenciosa, con la
iluminación y la fotografía, donde los colores son
livianos, con poca vida y poco contrastados, sin llegar a mostrar
a una monja dentro de un ámbito opresivo, sino que se
presenta a la religiosa con una vida de convento gozosa, gustosa
y apacible, donde el peculiar y transgresor personaje, de Sor
Juana es portadora de una personalidad
singular, la cual demuestra siempre lo que siente y nunca oculta
sus estados de ánimos, ni su carácter,
formado tras un brillante trabajo de guión, y de igual
manera están conformados los demás personajes, tal
es el caso del arzobispo Seijas, cargado de actitudes que
lo hacen ser reaccionario, retrógrado, y enérgico
enemigo de la religiosa.
Sor Juana, es personificada por la bella Assumpta Serna, y
acompañada por Dominique Sanda, Héctor Alterio,
Lautaro Murua, Alberto Segado, Franklin Caicedo y Gerardo
Romano.
Yo la Peor de Todas, cuenta, desde su comienzo, con la
proyección de un conflicto esencial dentro de una
narrativa deliberada, en la cual la historia avanza de
situación en situación, sin llegar a entrelazarse
para que sirvan de nexo entre un clima y otro.
Así es que este film invita a la reflexión por la
calidad
cinematográfica de sus diálogos, donde el sarcasmo,
la ironía y el ingenio luchan por predominar. La imagen
visual se nutre de un cuidadoso encuadre, llegando la
cámara a resolver brillantemente las situaciones
conflictivas, como lo son los espacios cerrados. Por otro lado,
el montaje se conjuga ávidamente con los movimientos de
cámara, logrando imponer al espectador un alto ritmo
dramático.
Yo, la peor de todas, es una de las muy escasas películas
filmadas en 1990, junto a la de Miguel Pereyra, la de Solanas,
entre otras. Resulta inevitable preguntarse en qué el
hecho de ser uno de los escasos film argentinos de 1990 se
evidencia en el propio film. Yo la peor de todas aparece como el
reverso exacto de estos films y como el representante perfecto de
la nueva época.
En primer lugar, sólo María Luisa Bemberg y los que
hayan probado, como ella, que saben hacer films con un gran
éxito
económico, pueden hacer cine. Se acabaron los debutantes
desconocidos.
En segundo lugar, la relación con el mercado aparece
como una condición básica: la presencia de una
actriz española (como en otro caso una actriz francesa)
son llaves para abrir mercado en otros
países. Además, la forma de presentar aquí a
la mujer intelectual parece curiosamente similar a la manera en
que el cine frecuentemente presenta a los intelectuales:
espectaculares, vitales, enfervorizados representantes de una
raza insólita. Hay algunos momentos en el comienzo del
film de Bemberg en los cuales se puede llegar a pensar en el
profesor de La sociedad de los poetas muertos, película
que ha tenido un gran éxito
de público y en la cual el intelectual es una especie de
showman, payas ésco e irresponsable. Al cine no le resulta
fácil hablar de la, a menudo, mucho más oscura,
menos espectacular, menos aparente, más grisácea,
actividad del intelectual. Prefiere reiterar el lugar
común que el mismo ha fabricado.
Finalmente la decisión en primera instancia de producción, pero también
estilística (aunque asumida a medias) de filmar en
estudio, denuncia la relación del cine argentino con la
Argentina de
hoy.
El cine se repliega a su coto vedado, a su "verdadero lugar"; se
cierran entonces las enormes puertas de los estudios, se
encienden las luces, se finge que una de ellas es el sol (ese sol
que el cine argentino de hoy está condenado a no ver), se
pinta el mar y el cielo, y se habla de un problema eterno: el
problema de la mujer. Se espera, por elevación, conseguir
hablar de algo que sucedió una vez y que puede llegar a
producir resonancia hoy, aquí. Se elige así un
camino que supone, por lo menos, hacer un rodeo. Quizás
sea éste, a partir de ahora, el único camino
posible (1990).
Pese a todas las circunstancias y del entorno de la época,
María Luisa Bemberg, logra, con este film, hacer buen
cine.
De eso no se habla
Es otra coproducción con la esplendorosa
participación de Marcello Mastroiani encarnando al
místico italiano D’Auria, el cual se enamora de una
muchacha enana, Charlotte, la cual representa una metáfora
para todos nosotros, quien de una manera u otra, es diferente del
resto. Ella puede ser cualquier persona, por
ejemplo, una persona de color,
podría ser un poeta, un homosexual, un inmigrante, un
anarquista, podría ser cualquiera que no sigue a la
tropa.
En un pequeño pueblo de provincia vive Leonor, una mujer
temperamental, viuda hermosa, rica y cuarentona, con su hija
culta y afable que es la razón de su vida. Frente a la
casa de ramos generales de Leonor vive Ludovico D'Andrea, un
extravagante y misterioso solterón. El señor
D'Andrea, asiduo visitante de madre e hija pasa largas horas
conversando en el almacén
sobre sus relatos de viajes de los
más diversos y míticos rincones del planeta. Su
fama de aventurero, su próspera situación
económica y su rara seducción hacen que tanto las
mujeres como las niñas de la región suspiren por
él. Parece un hombre
satisfecho hasta el día en que, sin el menor indicio,
descubre con espanto que se halla perdidamente enamorado.
A partir de esa historia de amor loco se
desencadena el destino de nuestros personajes, dirigidos
excepcionalmente por María Luisa Bemberg: "La
película, entre otras cosas, profundiza en el universo de
quienes son distintos o van en contra de lo
establecido".
Maria Luisa Bemberg
Premios Konex 1991
Espectáculos
Diploma al Mérito
María Luisa Bemberg
Distinción obtenida en la Disciplina:
DIRECTOR/A DE CINE
Previamente había obtenido el Diploma al Mérito en
1984, en la Disciplina:
GUIONES DE ESPECTACULOS
-Distinciones-
Antes de recibir el Diploma al Mérito:
Premios obtenidos. Año de otorgamiento:
Premio a la Interpretación Femenina en el Festival de San
Sebastián por "Crónica de una Señora",
1970.
Premio al mejor guión otorgado por la Sociedad Argentina de
Escritores por "Triángulo de Cuatro", 1975.
Premio al Mejor Guión e Interpretación Femenina en
los Festivales de Huelva y Chicago por "Momentos", 1981.
Premio al Mejor Guión otorgado por la Sociedad Argentina
de Escritores por "Señora de Nadie", 1982.
Premio a la Mejor Interpretación Femenina otorgado en los
Festivales de Taormina y Panamá por
"Señora de Nadie", 1982.
Cargos docentes, públicos, privados y otros
alcanzados:
Productora y directora de "El mundo de la mujer", 1972.
Productora y directora de "Juguetes", 1978.
Productora y directora de "Momentos", 1981.
Libros y/o
trabajos publicados o encomendados:
"Crónica de una Señora" – Guión
Cinematográfico, 1970.
"El mundo de la mujer" – Guión Cinematográfico,
1972.
"Triángulo de cuatro" – 1975.
"Juguetes" – 1978.
"Momentos" – con colaboración de Marcelo Pichón
Riviere, 1981.
"Señora de Nadie" – 1982.
Otros hechos destacables:
Representó a la Argentina en el Festival de Mujeres de la
UNESCO, Italia, 1975.
Después de recibir el Diploma al Mérito:
Premios obtenidos. Año de otorgamiento:
Nominada al Oscar Mejor Película Extranjera por "Camila",
1985.
Premio Mejor Dirección Femenina otorgado en los
Festivales Karlovy Vary y La Habana por "Camila", 1985.
Premio Mejor Película, Mejor Actriz y Mejor
Escenografía otorgado en el Festival de La Habana por
"Miss Mary", 1986.
Premio Libero otorgado en el Festival de Venecia por "Miss Mary",
1986.
Premio O.C.T.C. en el 47º Festival de La Habana por "Yo, la
peor de todas", 1990.
Premio Mejor Producción otorgado en el Festival de Chicago
por "Yo, la peor de todas", 1990.
Premio Especial del Jurado otorgado en el Festival de La Habana
por "Yo, la peor de todas", 1990.
Premio Mejor Película otorgado en el Festival de Cartagena
por "Yo, la peor de todas", 1990.
Libros y/o
trabajos publicados o encomendados:
"Camila" – con colaboración de Beda D'Ocampo Feijoo y Juan
B. Stragnaro, 1984.
"Miss Mary" – con colaboración de Jorge Goldemberg,
1986.
"Yo, la peor de todas" – con colaboración de Antonio
Larreta, 1990.
"De eso no se habla" – con colaboración de Jorge
Goldemberg, 1992.
5. Bibliografía
consultada
Breve historia del cine argentino – Jose Agustin
Mahieu
Cine y política – Raúl Beceyro
Apuntes de la cátedra
Voces femeninas – Lic. María a. Camino
Los directores del cine argentino, "María Luisa Bemberg" –
Fontana claras
Otros hechos destacables:
Integrante de los Jurados de los Festivales de Cartagena,
Berlín y Venecia.
Autor:
Tristán Chacón
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