También en el año de 1985 hubo una reforma tributaria drástica que afecto a ese tipo de empresas, las exenciones se acabaron y la CHB requirió alrededor de 4.000 millones de pesos para importar los equipos. Esa fue una de las mayores dificultades que experimento el proyecto, con el agravante de que ya no se disponía de dinero para comprar las tierras que se requerían y al final ya no quedaba con que pagar al contratista porque se había agotado el 60% correspondiente a los recursos del préstamo. Fue necesario tomar serias medidas para superar la crisis, como la ampliación de los créditos por parte del contratista.
La amortización de la deuda se inicio en el año de 1986. Así, se inició el pago de las obligaciones antes de terminar el proyecto, cuya primera unidad entró a generar el 4 de mayo de 1987, un año después de lo que estaba previsto.
Sobre la vinculación del personal se puede contar que, inicialmente, la mano de obra fue foránea. Luego el contratista fue vinculando gente de la región. En un principio existió cierta prevención frente a los trabajadores nativos porque eran hombres no acostumbrados a una disciplina de trabajo de sol a sol, de lunes a domingo. En los primeros meses se despachaban 40 buses con destino Ibagué y Bogotá para transportar gente que había trabajado en Chivor, en río Prado y otras. En adelante los nativos fueron adquiriendo destreza.
Sedic Ltda., una empresa de Medellín asesora del proyecto, insistía sobre la necesidad de enganchar técnicos especializados, que en la región no los había.
Superando estas condiciones se vinculó personal de todos los colegios de Neiva, los mejores estudiantes se capacitaron, se entrenaron con los profesores italianos y los ingenieros colombianos, y hoy en día puede decirse con orgullo que no hay operadores mejores que los de Betania.
Betania fue un "generador de progreso". Es mucho el personal al que por el solo hecho de haber trabajado en Betania se le abrieron las puertas en otros oficios. En este momento el Huila exporta ingeniería, cosa bonita que no se valora porque el común de las personas no conoce.
Los contratistas se integraron a la región de una forma inmediata sin ninguna prevención y dejaron, a pesar de los comentarios, algunas buenas costumbres.
Ellos pagaron bien el trabajo, motivaban al personal con primas y bonificaciones, tanto que en los 72 meses de construcción solo hubo dos conatos de huelga demostrando con esto que las relaciones obrero patronales fueron buenas y se mantuvieron.
Los campamentos de Letrán fueron la vivienda de los obreros foráneos. Para los propios había una flotilla de buses que los transportaba desde Hobo, Algeciras, Campoalegre y Neiva hasta el sitio de trabajo. En su pico, año 1983, la obra enganchó 3.000 obreros, 1800 de afuera y 1200 de la región y trabajaban turnos de 12 horas. El grupo de profesionales que manejó el proyecto era colombiano, excepto los casos de asesoría extranjera, especialista en mecánica de suelos, en mecánica de rocas y en el manejo del vertedero.
Vale la pena recalcar aquí la benevolencia de los propietarios de las tierras que las cedieron a largo plazo sin ninguna garantía, ni cobrar intereses. Ellos sabían que se les iba a pagar con las primeras platas que generara el proyecto. Todos los negocios se hicieron de palabra, y la gente creyó en la empresa y facilitó el proceso.
Los accidentes industriales fueron relativamente escasos. Se recuerda uno en casa de máquinas. Un obrero estaba colocando la superestructura, cayó; abajo lo esperaban las varillas y perdió la vida; otro cayó en la trituradora, un día lluvioso cuando se trabó una de las bandas transportadoras que clasifican el material porque una de las piedras se había quedado atorada, el hombre la removió y le cayó encima. Los demás fueron accidentes de transito en la vía y otros relacionados con el baño en el río Magdalena que trajo algunos ahogados.
La topografía del proyecto fueron relativamente cortas y nunca llegaron a ser catastróficas. En cinco años de construcción con tres mil personas trabajando no llegaron a treinta los muertos en accidentes.
FINANCIACIÓN.
Los créditos internacionales contratados para la financiación de la obra fueron:
Entidad. | Valor millones US. $. |
Morgan Grenfell co. Ltda | 100 |
Impregilo S.P.A | 60+15 integrativo |
Gie S.P.A. | 82+8.5 integrativo |
Samuel Montagu | 50 |
La Central Hidroeléctrica de Betania presentó su crisis financiera a finales del año 1984, comienzos del 85, siendo necesario revisar las cifras de obras, costos de tierras, para definirles su financiación.
Inicialmente los créditos fueron 242 millones de dólares, más unos aportes en pesos de 18.000 millones que debían colocar las Electrificadoras, pero no lo hicieron; solo alcanzaron a aportar alrededor de 8.000 millones, una parte al comienzo del periodo y otra parte al final. El proyecto se desfinanció y fue necesario buscar recursos nuevos para su terminación.
En esa época se obtuvo la adición de los créditos externos Impregilo Gie, y se logró a través del crédito publico que el gobierno nacional autorizara porciones de los créditos Jumbo, Challenger y Concorde, contratos para diferentes sectores del país y en el caso del sector eléctrico se distribuyó para ISA y todas las empresas del sector una participación importante a la financiación de la Central Hidroeléctrica de Betania.
De otro lado la banca nacional jugó un papel importantisimo, la Caja Agraria facilitó 1.800 millones de pesos a través de un redescuento FEN. Se lograron créditos con la mayoría de los bancos nacionales. En ese momento las obligaciones se respaldaban con las futuras ventas de energía; solo era una expectativa porque el proyecto esperaba culminarse en el año de 1987. Hubo un momento coyuntural difícil, en el cual fue necesaria la presencia del Presidente Impregilo y el director del consorcio, puesto que los pasivos con el contratista llegaban a una cifra cercana de 55.00 millones de pesos.
Mediante este conjunto de soluciones, tanto con ampliación del crédito interno como del externo se alcanzó a resolver, en buena medida, el problema y asegurar la terminación del proyecto. Fue definitivo el apoyo de la banca nacional; hoy, después de que Betania entró en su operación, a todos los bancos se les ha podido cumplir atendiendo oportunamente las obligaciones, y se prefieren los negocios con aquellos que en su oportunidad creyeron en la empresa.
PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE LA ENERGÍA.
Si se recuerda, el proyecto Betania debió terminarse en el año de 1986 pero como es apenas natural en un proyecto de esta magnitud fue necesario ajustar los programas a un retraso de 10 -12 meses. Se inició con energía de pruebes con la primera turbina por el mes de mayo de 1987, que se empezó a despachar a través de la línea Betania- Neiva- 115 KV.
Posteriormente a medida que iban entrando otras unidades se probaban a través de la línea 230KV Betania- Popayán. Respecto a las líneas quedo pendiente la construcción de Betania- Mirolindo, diseñada inicialmente a 230 KV. en doble circuito. En esa parte el proyecto ha quedado inconcluso.
El señor Presidente de la República, Virgilio Barco Vargas, inauguró, el 4 de septiembre de a987 la Central Hidroeléctrica de Betania, fecha en la cual entró en operación comercial y se unió al sistema interconectado nacional.
El sistema de comercialización en un principio fue: Betania entregaba la energía a los dos grandes socios ISA – ICEL, esto es, la energía y la potencia de la Central se facturaba a través de ellos. ISA distribuía a sus socios Corelca, Empresas Públicas de Medellín, Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca. La energía que iba de Betania a ICEL, la distribuía éste a sus electrificadoras: Norte de Santander, Santander, Boyacá, Caquetá, Meta, Tolima, Huila, Arauca y Caldas; posteriormente entró para ISA, a través de las Empresas Públicas de Medellín, la Electrificadora del Chocó.
El sistema inicial de entrega tuvo problemas financieros para la empresa porque los recursos que recibía ICEL de sus electrificadoras e ISA de sus socios por ventas de energía no eran transferidos a la CHB.
En un primer paso se logró que la energía vendida a ICEL fuera facturada directamente, al principio como endoso de la factura y después como relación directa, obviando de esa manera el paso de la intermediación, lo que originó recursos frescos a la empresa y le permitieron cumplir con sus obligaciones. Posteriormente, en el caso de ISA, fue necesaria una gestión para que la relación comercial de la CHB fuera directa con todas y cada una de sus empresas.
En esta forma, en la actualidad, Betania está emitiendo en el mes cerca de veinte (20) facturas a cada una de estas empresas, recaudando el orden de 4.500 millones de pesos mensuales, que en el año le originan a la empresa ingresos de 55.000 millones de pesos, aproximadamente.
Físicamente, la energía sale por las líneas y es consumida en mayor cantidad en el sur del país, principalmente por el Valle, que es su mercado directo; además, por Cauca, Nariño, Caquetá y el mismo Huila. En ningún momento la energía se está vendiendo al ecuador como se promulgó en época del racionamiento eléctrico.
El alto endeudamiento de la empresa, que se tradujo en crisis financiera, obligó a que el Gobierno Nacional tomara para sí la deuda externa de la empresa, capitalizando 357 millones de dólares.
Esta operación se llevó a cabo en septiembre de 1992, con la cual la empresa quedó con una carga mucho menor de crédito, manteniendo una deuda de 150 millones de dólares que se refinanció en un largo plazo y se está manejando sin mayores dificultades.
El aporte del gobierno, si se compara con los 18.000 millones que debieron aportar las electrificadoras en los comienzos del proyecto, compensa más o menos el desfase económico. Esto le ha permitido a la Sociedad transferir dineros al sector financiero de Neiva, pasando por Corporaciones y Bancos para llevarlos luego a la Financiera Energética Nacional que es con quien se tiene el 99% de la deuda actual de la empresa.
El ISA y el ICEL no cumplieron sus compromisos porque ellos estaban también resolviendo una crisis y el dinero no les alcanzaba para cubrir sus obligaciones con Betania. Sin embargo, esos dineros se han ido recuperando y en el momento se ha firmado un convenio con ISA por $22.200 millones de pesos que le adeudaba a la CHB, liquidados y aclarados con todos los rendimientos financieros, mediante abono en dinero de 6.000 millones de pesos y res pagarés a muy corto plazo.
Con el ICEL se logró la cancelación de la deuda a través del Ministerio de Hacienda, un pago directo de 13.500 millones de pesos. Esta es una de las operaciones grandes que se ha hecho en el sistema financiero del Huila y consistió en una transferencia directa al Banco Popular de Neiva.
Recordando que la vida útil de Betania es de 50 años y apenas han pasado 6 todavía le restan 44 para seguir facturando energía. No existe ninguna duda de que en los próximos tres años Betania terminará de cancelar sus obligaciones, quedándole el resto para generar energía con muy pocos pasivos porque los costos de operación, administración y mantenimiento son muy bajos, y las inversiones forzosas que por ley 56 tiene que hacer están en el orden del 12% del total facturado. Así tendrá utilidades para distribuir y reinvertir.
En 1992, cubriendo el servicio de la deuda, por primera vez Betania generó utilidades de 10.000 millones de pesos y puede subir, según estimaciones, a 25.000 millones de pesos anuales.
INVERSIONES LEY 56.
Obligaciones Básicas, Reposiciones y Adecuaciones.
La Ley 56 de 1981 regula las relaciones entre las empresas propietarias de obras y las comunidades donde éstas se ejecutan.
Por lo expresado en el articulo 3 de la Ley las entidades propietarias de las obras están obligadas a reponer o adecuar los bienes de uso público que desaparezcan, destruyan o inutilicen total o parcialmente o a pagar el valor de estos bienes.
Las obligaciones que establece la Ley en materia fiscal y tributaria son:
Impuesto Predial: El artículo 4 de la Ley compromete a la CHB a reconocer anualmente a los municipios afectados una suma de dinero que compense el predial que deja de percibir por los inmuebles adquiridos.
Avalúo Catastral: Pagar por una sola vez la suma del avalúo catastral último hecho por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de los predios adquiridos a la fecha en que la zona fuera declarada de utilidad pública.
Impuesto de Industria Y Comercio: Pago de una tasa anual por cada KV instalado en la CHB. La porción que le corresponde a cada municipio fue decretada por el gobierno mediante el Derecho 598, del 5 de abril de 1988.
Electrificación Rural: Invertir el 2% del valor de las ventas de energía en bloque, realizadas durante el año, en programas de electrificación rural. Para tal efecto la CHB suscribió con la Electrificadora del Huila S.A. un convenio en el año de 1987 para ejecutar obras eléctricas en los municipios de Hobo, Campoalegre y Yaguará, consistentes en el mejoramiento de la iluminación pública de áreas rurales contiguas a las cabeceras municipales.
En 1989 el convenio permitió desarrollar programas de electrificación rural propiamente dichos, de acuerdo con los planes que establecieron los municipios afectados. Posteriormente la CHB, en asocio con las comunidades y otras entidades oficiales, ejecutó y sigue ejecutando las obras de electrificación rural.
Reforestación y Recursos Naturales: La CHB suscribió y realizó inversiones anticipadas mediante el convenio Inderena-Procam, con cargo a los futuros fondos de la Ley 56 de 1982, para la realización de programas de protección de cuenca del Alto Magdalena, incluyendo proyectos de reforestación e investigación.
Adquisición de Predios: Mediante manual de funciones elaborado por una comisión tripartita se realizaron y valoraron los respectivos inventarios prediales para negociar las tierras a través de acuerdos económicos con los propietarios.
Obras Complementarias: Inversión en obras necesarias para mantener o restablecer el estado de las cosas afectadas por la construcción de la central (contribución social).
Las principales obras de reposición y adecuación efectuadas para dar cumplimiento a la ley 56 de 1981 fueron:
Municipio de Yaguará:
Construcción y pavimentación de 40 km. Vía Yaguará – Neiva.
Remodelación de la cárcel municipal.
Reubicación de 60 viviendas. Construcción de la urbanización Tumburagua.
Pintura templo municipal.
Relocalización líneas eléctricas Yaguará – Hobo 13.2 Km.
Relocalización subestación Yaguará.
Construcción red de alumbrado público.
Construcción acueducto inspección de Letrán.
Entrega volqueta.
Remodelación red alcantarillado, cabecera municipal.
Planta de tratamiento de aguas negras, cabecera municipal.
Emisario final alcantarillado, cabecera municipal.
Embarcadero.
Adecuación y embellecimiento zona ribereña sobre el embalse.
Construcción puente Venecia y vías de acceso.
Municipio de Hobo:
Emisario final para el alcantarillado.
Construcción ferri y ponteadero para reposición vía Hobo – Yaguará.
Realce puente para rehabilitación vía Hobo – Yaguará.
Planta de tratamiento de aguas negras.
Adquisición puente metálico sobre el río Magdalena tramo III Hobo –Yaguará.
Otras:
Construcción vía alterna Yaguará – Iquíra.
Construcción variante línea de transmisión Iquíra – Neiva 34.5 Km.
Entrada principal, parque y matadero inspección Betania.
Carretera Betania – Hobo.
Vía Venecia – Peña Lisa.
EN MANEJO AMBIENTAL.
La CHB ha venido ejecutando tres grandes políticas:
Promoción y adecuación ambiental.
Seguimiento y control.
Protección y mejoramiento.
En ellas se destacan las acciones desarrolladas en el concurso ecológico Cacique Chuira y el plan de reforestación en las riberas del embalse.
Para atender los asuntos relacionados con medio ambiente y sus recursos de flora, fauna, agua, se creó la UMA "Unidad de manejo ambiental", adscrita a la subgerencia técnica, la que ha desarrollado diversas actividades en diferentes etapas.
Antes del llenado del embalse:
La adecuación de la cubeta del embalse.
Salvamento de la fauna durante las labores de adecuación.
Estudio ictiológico preliminar.
Diagnóstico del Río Magdalena, sitio de presa Neiva- Aipe.
Evaluación de la actividad pesquera.
Inventario forestal.
Durante el llenado del embalse:
Seguimiento de las características químicas, físicas y biológicas del agua en el embalse, los ríos afluentes y el río receptor.
Seguimiento de procesos geomorfológicos en el río Magdalena aguas debajo de la presa.
Salvamento de fauna sobre islas transitorias.
Seguimiento y control de malezas acuáticas.
Después de llenado el embalse:
Programas de reforestación del área del entorno del embalse.
Seguimiento de las características físicas, químicas, biológicas del agua.
Seguimiento de la actividad pesquera.
Control y seguimiento de la fauna del entorno del embalse.
La ejecución de un programa gigante de reforestación y manejo ambiental.
El área de reforestación contratada superó las 60 hectáreas con 80.000 arboles. Las especies seleccionadas fueron básicamente nativas dada su mayor adaptabilidad a los suelos de la zona y sus ventajas como hábitat de la fauna silvestre, (ceibas, samanes, dindes, iguaces, acacias, etc.).
Los trabajos se concentraron en la periferia del embalse, especialmente en los embarcaderos y en las riberas ocupadas por el cultivo del arroz en la cabecera del embalse de Yaguará, en una franja aproximada de treinta metros de ancho, como zona de aislamiento para proteger las aguas del desfavorable efecto de los agroquímicos.
Una dificultad para reforestar ha sido la de no contar con los terrenos, pues no siempre los propietarios están dispuestos a ceder las tierras; por tanto el costo de adquisición es muy alto, y de esa manera se llegó a la alternativa de reforestación con doble propósito, protección – producción, más atractiva para los dueños de las tierras.
La Unidad de Manejo Ambiental UMA suscribió trabajos con Electrohuila y con INDERENA en materia de seguimiento y control de los aspectos ambientales del proyecto. Con otras instituciones, como la Oficina de Prevención de Desastres y el HIMAT preparó un plan de contingencia en eventos hidrológicos especiales; con la Asociación Náutica del Huila determinó los corredores para la navegación en el embalse.
En el año de 1992 se efectuaron convenios en educación con los municipios para el mejoramiento ambiental y el control de contaminación de microcuencas, proyectos de manejo integral de basuras mediante reciclaje y lombricultura, lo mismo que tareas de repoblamiento piscícola y control de pesca.
PRINCIPALES EFECTOS DE LA CONSTRUCCION Y OPERACION DE LA CHB.
La construcción y operación de la central Hidroeléctrica de Betania ha generado efectos tanto como positivos como negativos, los cuales pueden agruparse de la siguiente manera, de conformidad con los investigadores de la universidad Surcolombiana:
Efectos sobre el empleo y la producción.
b. Efectos sobre la infraestructura física y las obras públicas.
Efectos sobre los recursos naturales.
Efectos sobre los patrones demográficos.
Efectos sobre la participación comunitaria y la coordinación inter-institucional.
f. Efectos sobre la salud pública.
g. Efectos sobre la ciencia, la tecnología y la educación.
EFECTOS SOBRE EL EMPLEO Y LA PRODUCCION:
La CHB ha generado, ya sea directa o indirectamente, efectos sobre el empleo y la producción, principalmente en los sectores eléctricos y agropecuario, el comercio y el turismo. En resumen, tales efectos son entre otros los siguientes:
Generación de hidroelectricidad.
Desempleo agropecuario.
Cambios en los usos y la propiedad de la tierra.
Incremento del potencial turístico y recreativo.
Incremento de los mineros de oro aluvial.
Cambios en la estructura ocupacional de la población.
Generación de empleo.
Algunos de estos efectos son positivos y otros negativos; sin embargo, varios pueden considerarse de doble polaridad que se manifiestan con consecuencias tanto favorables como desfavorables.
La cuenca alta del río Magdalena a partir del sitio de presa, con menos del dos por ciento de la superficie de Colombia, genera hoy aproximadamente el ocho por ciento de la hidroelectricidad del país. Su capacidad instalada es de 510 megavatios, sin embargo de acuerdo a las previsiones de los diseñadores y constructora, esta cifra podría llegar a ser ampliada a 680 megavatios, con una turbina adicional.
Las ventas brutas de energía efectuadas por la CHB a ISA y el ICEL a pesos constantes han sido mas o menos iguales a excepción de los años 1987 y 1992.
En 1991 el valor de las ventas fue aproximadamente de veintiséis mil millones de pesos ($26.000.000.oo) a precios de ese mismo año. En 1987 la generación de hidroelectricidad fue significativamente menor dado que este periodo coincide con el inicio de la operación comercial, la cual arrancó a finales de año. En 1992 la CHB, al igual que las demás centrales hidroeléctricas del país, fue afectada por la sequía y las decisiones del sector eléctrico en el ámbito nacional; condiciones éstas que provocaron una disminución en la generación de energía.
Con base en los datos de ventas de energía, puede estimarse que por cada hectárea de embalse, la CHB produce 68.92 kilovatios y un ingreso bruto anual ligeramente superior a tres millones quinientos mil pesos según precios de 1991.
La ganancia neta por hectárea en promedio es ostensiblemente mayor respecto al anterior uso de la tierra, especialmente si se tiene en cuenta que más de las dos terceras partes de la superficie del embalse estaban dedicadas a la ganadería extensiva o a unos menos rentables; sin embargo con esta conclusión no se pretende justificar que la CHB constituya en ese sentido un proyecto de excepcional impacto positivo; pues a nivel local la comunidad a percibido consecuencias negativas asociadas principalmente a las fuentes de empleo agropecuario.
El desempleo agropecuario representó para la comunidad de Hobo y Yaguará el efecto de mayor impacto, el cual sé percibió con mas intensidad durante la primera fase de operación, aunque empezó a manifestarse con el llenado del embalse en 1987, es decir, al final de la fase de construcción; pero sus consecuencias se habrán de ir reduciendo y finalmente desaparecerá en las posteriores fases de operación a mediano y largo plazo.
Con el área adquirida por la CHB para la localización del embalse (7.400 hectáreas), las obras civiles y las franjas de seguridad (2.071 hectáreas) salieron 2.494 hectáreas de la producción agrícola, principalmente arroz, y 5,273 hectáreas dedicadas a la ganadería extensiva. El área restante es decir 1.704 hectáreas, correspondían a tierras sin uso agropecuario, debido principalmente a limitaciones relacionadas con fuertes pendientes, ausencia de agua, afloramiento rocosos y erosión.
La perdida de estas tierras provocó un desplazamiento de trabajadores (t) del sector agropecuario, cuyo numero se estimo en 747. El efecto del desempleo se presentó a nivel regional afectando principalmente los municipios de Yaguará (562t) y el Hobo (138t), y secundariamente, los municipios de Palermo (24t), Campoalegre (18t) y Gigante (5t).
Si se considera también el numero de personas que dependían económicamente de dichos trabajadores en 1987, puede estimarse que el total de personas afectadas por el desempleo fue de 2.607. Con base en esta cifra, puede concluirse además que el numero de personas afectadas respecto a la población total de los municipios de Yaguará y el Hobo fue respectivamente del 41 y del nueve por ciento.
El impacto socioeconómico del desempleo se magnificó aun mas con la generación de otros efectos de primer y segundo orden, relacionados principalmente con los cambios de la estructura ocupacional. El incremento del costo de vida y el crecimiento poblacional urbano; sin embargo, también en forma directa e indirecta, la CHB ha generado efectos positivos en el empleo, cuyas bondades empiezan a percibirse con el surgimiento de la pesca artesanal en el embalse de Betania. A mediano y largo plazo las fuentes de empleo estarán asociadas al comercio y al turismo entre otros.
El municipio de Hobo agrupaba en 1984 (antes del embalse) el 46 por ciento de su población ocupaba en el sector agrícola, y hacia 1991 el 42.9 por ciento. Yaguará por su parte, en el mismo periodo, pasó del 48.7 al 41.8 por ciento.
Con el cambio generado por el desplazamiento especialmente de jornaleros agrícolas a otras actividades, al interior del sector agropecuario se produjo un incremento significativo en el numero de trabajadores ocupados en las actividades de pesca artesanal. En los municipios de Yaguará y Hobo, la pesca concentraba el 3.1 por ciento de la población ocupaba en este sector en 1984, y el 15.5% en 1991.
En el embalse de Betania y el tramo del río Magdalena comprendido entre el sitio de presa y minas El Rosario, existían en 1991 un total de 365 pescadores artesanales, de los cuales 237 eran permanentes y 128 temporales y ocasionales, cuyos productos se dedican principalmente a la comercialización; sin embargo antes de llenado el embalse, en la misma zona solo existía aproximadamente 100 pescadores, primordialmente de carácter temporal u ocasional con fines de auto consumo.
La producción de pesca estimada en 1991 por los investigadores de la Universidad Surcolombiana es de 569.4 toneladas al año, lo que permite calcular un promedio de 153.9 libras por hectárea año. Aunque no existen datos confiables de la pesca, en la misma zona, antes de llenado el embalse, puede asegurarse que la producción actual es significativamente superior en cuanto a Biomasa.
Los productos de la pesca se comercializan directamente sobre las canoas de los pescadores, embalse adentro o en los puertos de Yaguará y Hobo; sin embargo también existen puntos de venta sobre la carretera Troncal Central y en establecimientos comerciales.
De los 260 establecimientos de industria y comercio registrados en 1991 para las cabeceras municipales de Yaguará y Hobo, solo el 22 por ciento existían antes de iniciarse la construcción de la presa; mientras que el 49 por ciento surgió durante los tres primeros años de la fase de operación. El porcentaje restante corresponde a los que se instalaron durante la fase de construcción
.
El empleo permanente generado en la totalidad de los establecimientos en 1991 era de 303, cifra que permite clasificarlos como empresas familiares sin mayor capacidad de acumulación de capital y en consecuencia, carentes de reales posibilidades de crecimiento a largo plazo, lo cual revela a su vez una estrategia de sobrevivencia ocasionada en parte por el desempleo agropecuario y las expectativas de desarrollo turístico.
Los municipios con áreas en el embalse de Betania poseían un bajo potencial turístico y recreativo, pero con la construcción de la represa dicho potencial se incremento significativamente, en especial para los municipios de El Hobo y Yaguará; sin embargo, su aprovechamiento es aun incipiente por falta de planeación y promoción, entre otras causas. A mediano y largo plazo se espera que su aprovechamiento repercuta trascendentalmente generando empleo, fortaleciendo el comercio y mejorando los ingresos por concepto de la pesca.
El potencial turístico y recreativo asociado a la Central hidroeléctrica de Betania se debe principalmente a los siguientes recursos y características:
Una central hidroeléctrica con 7.400 hectáreas en embalse y un sitio de presa localizado prácticamente en la confluencia de los ríos Magdalena y Yaguará, en un clima de bosque Seco Tropical.
Un embalse en forma de V, con islas, El Archipiélago de Seborucos la
Península Tumburagua y un Refugio de Avifauna Silvestre.
Un excepcional valor paisajístico y escénico.
Oportunidades para el desarrollo de actividades relacionadas con la navegación fluvial, la pesca artesanal y la pesca deportiva, los deportes náuticos y la educación ambiental.
Los puertos o embarcaderos de Yaguará, Peñalisa, Santa Elena, El Hobo y la Herradura.
El complejo turístico de Santa Elena en el municipio de Yaguará, El Parador Turístico La Herradura y el Condominio La Regata en el municipio de El Hobo y otros centros de servicios en proceso de construcción sobre la margen occidental del embalse correspondiente al brazo del río Yaguará.
La Red vial construida por la CHB para facilitar el acceso a la represa y para restituir o compensar la suspensión de la vía Hobo – Yaguará. Dicha red se encuentra conformada por la carretera Yaguará – Iquíra, sitio de presa Seborucos – Hobo y acceso a la península de Tumburagua a través del puente de Venecia y el Puerto de Peñalisa.
La localización de la represa sobre la principal ruta turística y comercial del departamento del Huila, mediante la cual se comunica con el parque Arqueológico de San Agustín y los departamentos de Tolima, Caquetá, Cauca y Putumayo.
A nivel del departamento del Huila, la represa de Betania diversifica y complementa apreciablemente las potencialidades del corredor turístico, recreativo y educativo-ecologico conformado por los petroglifos de piedra pintada en Aipe, el desierto de la Tatacoa y el Museo Paleontológico de Villavieja, La Laguna El Juncal en Palermo, las Termales de Rivera, la Caja de Agua en Paicol, el Parque Arqueológico y el Estrecho del Magdalena de San Agustín y los Parques Nacionales Naturales Cueva de los Guácharas y Nevado del Huila.
La CHB adquirió mediante compra un total de 9.470 hectáreas de 122 propietarios, de los cuales 80 poseían predios en el municipio de Yaguará, 356 en Hobo y seis en los municipios de Campoalegre, Gigante y Palermo.
Los predios de mayor superficie correspondían principalmente a propietarios ausentistas, quienes se dedicaban a la agricultura y la ganadería. Después de la venta de sus tierras se dedicaron además al comercio y al préstamo de dinero, disminuyendo significativamente las actividades agrícolas. Algunos continuaron como propietarios ausentistas, otros abandonaron definitivamente el área de influencia inmediata de la CHB; mientras otros continúan con residencia en los mismos municipios.
Con la ocupación de las tierras por las obras de la CHB se generó un desempleo en el sector agropecuario, considerado como el principal efecto negativo de la represa según la percepción de la comunidad y las autoridades municipales de El Hobo y Yaguará.
Su impacto obviamente se sintió durante los tres primeros años de operación a partir del llenado del embalse, pero por otro lado la CHB genero durante la fase de construcción 3.400 empleos directos, entre directivos, técnicos y obreros, de los cuales 3.285 eran Colombianos y 115 extranjeros.
Aunque la mayor parte de los obreros procedían de otros departamentos, los Hobeños recuerdan con gratitud la época de construcción con calificativos tales como, "La Bonanza" y "La Danza del Dinero".
Según los investigadores de la Universidad Surcolombiana, es procedente afirmar que la situación creada en materia de dinámica económica regional, y por tanto en materia de inserción de los distintos contingentes poblaciones en él es irreversible dada la naturaleza y magnitud de las obras ejecutadas durante la construcción y operación de la CHB, sin embargo es de esperar que, paulatinamente y al cabo del necesario e ineludible cambio generacional, la situación traumática tienda a normalizarse dentro de condiciones socioeconómicas distintas, pues en vista de la emergencia de actividades previamente inexistentes o poco importantes y del cambio en el patrón de asentamiento territorial de los procesos productivos, es presumible la aparición de nuevas destrezas y actitudes dentro de la población que definitivamente supera la actual coyuntura y la emigración de aquella incapaz de adaptarse a la nueva situación.
Es licito pensar de igual manera que la norma técnica de producción en la región tiende a cambiar, lo mismo que el patrón social de consumo en particular por una previsible y de ninguna manera caprichosa consolidación de dos actividades llamadas a convertirse en puntuales de la dinámica económica regional como son la pesca y el turismo.
Es claro, con todo, que este escenario deseable no llegará de modo automático sino que debe ser producto de la acción concertada de los actores regionales protagonicos cuyas condiciones de vida y de existencia han sido alteradas profundamente por la acción antropica reciente más portentosa que se ha efectuado en suelo Huilense.
EFECTOS SOBRE LA INFRAESTRUCTURA FISICA Y LAS OBRAS PUBLICAS:
En el campo de la infraestructura física y las obras públicas la CHB irradió efectos en algunos casos desfavorables, pero en otros el impacto ha sido realmente positivo. Entre otros pueden resaltarse los siguientes:
Construcción de una represa con Central Hidroeléctrica.
Electrificación rural.
Cambio en la infraestructura vial y el transporte.
Entrega de lotes, instalaciones, vehículos y equipos a las Administraciones Municipales y Comunidades.
Mejoramiento de edificios y obras a fines.
La Central Hidroeléctrica de Betania constituye la principal obra de la Ingeniería Civil del Departamento del Huila, no solamente por su gran valor en términos monetarios, sino también por la utilización de tecnología y recursos humanos destacados en el ámbito nacional e internacional, en cuanto al aprovechamiento de la hidroenergia. Igualmente a nivel departamental constituye el principal aprovechamiento del recurso hídrico, tanto por el caudal utilizado como por el volumen de agua almacenado en el embalse.
La energía generada se interconecta al Sistema Eléctrico Nacional para servir preferencialmente a regiones del Huila, Caquetá, Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Tolima, Cundinamarca, Meta y Antiguo Caldas.
Además de la localización de la represa en el Huila, este departamento se beneficia de la CHB mediante el cumplimiento de normas consignadas en la ley 56 de 1981. Mediante esta disposición legal se establece que el cuatro por ciento de la venta bruta de energía, anualmente debe ser invertido en proyectos de electrificación rural (2%) y manejo ambiental (2%) en la Cuenca Hidrográfica que produce el agua para la respectiva Central Hidroeléctrica y en los municipios mas afectados por las obras.
En consecuencia, la CHB por concepto de ley 56, entre 1988 y 1992 ha venido ejecutando proyectos en la Cuenca alta del río Magdalena (que incluye las regiones centro y sur del Huila y algunas áreas del Cauca, especialmente en los municipios de Yaguará, El Hobo, Campoalegre y Gigante.
Con el llenado del embalse de Betania se inundaron ocho kilómetros de la carretera Yaguará-Hobo, cuyo tramo afectado poseía dos puentes metálicos, uno sobre el río Yaguará y otro sobre el río Magdalena (Puente Momico); pero por otro lado la CHB ya había construido la carretera El Juncal-Yaguará (40 Km. pavimentado) para facilitar el acceso a los lugares donde se localizaría los vertederos, diques y casa de maquinas, la cual constituye además una significativa ganancia, no solamente para los municipios de Palermo y Yaguará, sino también para el actual y futuro desarrollo turístico asociado a la represa de Betania.
También puede considerarse una contribución de la CHB a la infraestructura vial del Huila, su gestión ante el Misterio de Obras Publicas y Transporte para la construcción de un muelle flotante en el embarcadero de Yaguará, así como la entrega de dos puentes metálicos al municipio de Colombia, correspondientes al tramo de vía inundado entre Yaguará y el Hobo.
Como puede apreciarse, el aporte de la CHB en infraestructura vial, no solo representa la reposición de la vía Hobo-Yaguará sino también una ganancia para los municipios de Campoalegre, Iquíra, Palermo y Colombia.
Por otro lado, puede considerarse un significativo apoyo al desarrollo comercial y turístico de la región centro-occidental del departamento del Huila.
La CHB entrega en comodato, un lote de 56 hectáreas a la Secretaria de Fomento Agropecuario y Minero del Huila para la construcción de la estación Piscícola y de Anadecultura y el campamento El Volcán de la beneficencia del Huila.
Así mismo ha entregado lotes entre dos y seis hectáreas al municipio de Yaguará (para el manejo de basuras), a la inspección de Betania para un matadero y campos deportivos, a la empresa naviera de Yaguará y a la Cruz Roja para una escuela de Salvamento Acuático en Santa Elena.
EFECTOS SOBRE LOS RECURSOS NATURALES:
Los efectos generados por la CHB sobre los recursos naturales se relacionan principalmente con los ecosistemas terrestres y acuáticos, los recursos hidrobiologicos y el paisaje.
Tanto el Embalse como los diques y demás obras civiles de la CHB, se localizaron sobre la zona de bosque seco tropical correspondiente al Valle del Magdalena, cuya cobertura boscosa era relativamente reducida ya que las tierras planas estaban dedicadas a la agricultura comercial mientras las demás se encontraban en ganadería extensiva o sin ningún uso agropecuario como consecuencia de la erosión, de las fuertes pendientes y de la presencia de afloramiento rocosos sin disponibilidad de agua.
La vegetación nativa no conformaba grandes áreas boscosas, era de una baja biodiversidad y al parecer no albergaba especies vegetales únicas o en peligro de extinción. Por otra parte, la flora que allí se encontraba es equivalente a la que actualmente se observa en la zona de bosque seco tropical en los municipios de Yaguará, Hobo, Campoalegre y Palermo.
Por las mismas características anotadas anteriormente, la fauna nativa terrestre era también poco diversificada y compuesta por poblaciones en general representados por pocos individuos, tal como se verifico durante las labores de salvamento que se llevaron a cabo entre noviembre de 1986 y junio de 1987, es decir durante el periodo de llenado del Embalse.
Aunque no se ha hecho un estudio sistemático de la fauna actual, todo parece indicar que se ha mejorado el hábitat para varias especies de aves acuáticas y de rapiña que anidan, se abrigan o frecuentan acantilados rocosos, pequeñas cavernas, islotes y costas con laberintos, entrantes y salientes. Al respecto merecen especial mención la península de Tumburagua y algunas bahías abrigadas como las cercanas al sitio del proyecto canal de Chaira, en donde se reporta la presencia de patos migratorios, tortugas y otros animales semi- acuáticos. Todo esto refuerza el enriquecimiento de condiciones para la vida silvestre y desde luego amerita la declaratoria y manejo de zonas de reserva protegidas de la presión humana.
Existe también una franja alrededor del embalse y varios predios continuos adquiridos por la CHB para zonas de seguridad.
Por otro lado, algunos propietarios de zonas aledañas al embalse han destinado áreas para establecimientos comerciales mientras otros han adecuado terrenos para el cultivo de frutales perennes, tales como guanábana, mango y cítricos.
De otra parte, la Central Hidroeléctrica de Betania, en cumplimiento de la ley 56 de 1981 destina anualmente una suma equivalente al dos por ciento de sus ventas de energía para forestación y protección de recursos naturales en la cuenta del Alto Magdalena. La siembra de arboles se ha realizado principalmente con fines de protección y ornamentación alrededor del embalse. Se han ejecutados proyectos de reforestación en la vía de Hobo y el Hobito al embalse de Betania.
En el municipio de Yaguará v la vegetación protectora y ornamental se ha establecido en varios sitios del casco urbano, el Embarcadero de Peñalisa, Santa Helena, la escuela de salvamento de la cruz roja, la vía Letrán – Santa Elena, La estación piscícola, San José y El Conejo.
En jurisdicción del municipio de Campoalegre se han reforestado algunas áreas localizadas en proximidades a Seborucos, diques y casas de maquinas de la CHB.
Tanto los proyectos de reforestación como el mejoramiento de hábitat para algunas aves, en general se aprecian solamente como beneficios ecológicos; sin embargo con la represa de Betania se creo un ecosistema acuático que repercutió no solamente desde el punto de vista ecológico sino también desde el punto de vista económico en cuanto a los recursos hidrobiológicos de los ríos Magdalena y Yaguará.
Es un hecho significativo la producción actual de pescado en el embalse, la cual se basa esencialmente en una población con predominio de la mojarra plateada (Oreochnomis niloticus), cuyo establecimiento ha contado con algunas siembras de alevines, pero principalmente obedece a la proliferación de la especie en un nuevo hábitat donde ha encontrado ventajas adaptativas respecto a las especies nativas de los ríos Magdalena y Yaguará. Esta especie aunque foránea, ha permitido que más de 200 pescadores artesanales dependan económicamente del embalse.
También es un hecho la disminución de individuos y especies nativas de peces aguas arriba del sitio de presa ya sea por el cambio de un ecosistema de aguas lóticas (corrientes) a otro de aguas lentillas (estancadas) o por la barrera física de la represa constituye para la migración de peces; sin embargo esta disminución ya se había manifestado en la cuenca alta del Magdalena a causa del deterioro ambiental del río en toda su extensión.
Al respecto existen datos mediante los cuales se ha calculado que la pesca global anual pasó de 72.162 toneladas en 1977 a 26.928 toneladas en 1987. Para el mismo periodo las capturas de subienda pasaron de 43.139 a 14.541 toneladas, de las cuales 11.000 y 6.000 corresponden respectivamente a la pesca de bocachico (Zárate, 1989).
Con base en las anteriores cifras puede concluirse que la disminución de especies nativas en el alto Magdalena obedece a varias causas, entre las cuales la construcción de la represa de Betania es una más. Por otra parte la disminución gradual de la subienda se manifestó notablemente, mucho antes de la construcción de la CHB.
Pese a todo lo expresado en los dos párrafos anteriores, algunas de las especies migratorias parecen tener capacidad de sostener poblaciones en la represa tal como sucede con el capaz., el nicuro y el peje en la cola del embalse por el brazo del río Magdalena, los cuales sustentan en buena parte la pesca del sector comprendido entre el sitio La Herradura y la zona limítrofe de El Hobo y Gigante.
Además se capturan en menor proporción otros peces nativos como el denton, la madre de bocachico, la aguja, la guabina y la mojarra del Magdalena.
Es claro entonces que la Represa de Betania por un lado afecto negativamente las especies de peces nativos, pero por otro incremento positivamente el volumen de pescado a partir de una especie exótica (la mojarra plateada), lo cual a su vez genera empleo.
Este efecto de doble polaridad, es decir de aumento y disminución de recursos hidrobiologicos, han motivado a la CHB a realizar estudios himnologico-pesquero con el fin de orientar la formulación y ejecución de proyectos de piscicultura y de repoblamiento del embalse. Estudios de este tipo fueron realizados durante 1991 mediante convenio con la Universidad Nacional de Colombia.
Sin embargo, hacia el futuro, tanto la pesca como la recreación y el turismo, dependerán en gran medida de la calidad del agua en el embalse.
En los ecosistemas acuáticos lénticos como el embalse de Betania, en general se suceden cambios fisico-quimicos que pueden alterar a mediano y largo plazo la calidad del recurso hídrico para diferentes usos.
En concordancia con lo expresado en el párrafo inmediatamente anterior, La Universidad Nacional en 1985 recomendó a la CHB hacer un seguimiento de la calidad del agua tanto en el embalse como en los ríos Magdalena y Yaguará con el fin de detectar variaciones físicas y químicas desfavorables y aplicar oportunamente los respectivos correctivos.
Atendiendo a dicha recomendación, la CHB ha estado evaluado desde el segundo semestre de 1986, principalmente los siguientes parámetros: Temperatura, Conductividad eléctrica, ph, alcalinidad, oxigeno disuelto, fósforo, demanda química de oxigeno y sólidos suspendidos.
Los registros de las características fisicoquimicas se han efectuado en una red de puntos de muestreo tanto en el embalse como en el paso del colegio (rió Magdalena), Puente Venecia (río Yaguará), salida del embalse y Puente Santander (río Magdalena).
Respecto al seguimiento fisicoquimico del embalse, la Universidad Surcolombiana en 1991 concluye en términos generales lo siguiente:
Aguas arriba del embalse (Paso del Colegio y Puente Venecia) los valores más estables corresponden a la temperatura y el ph. Los demás parámetros presentan algunas variaciones, pero dentro de los limites normales.
En el embalse se han registrado variaciones en casi todos los parámetros, principalmente si se comparan los datos de diferentes profundidades; sin embargo, los valores no son tan altos como se había pronosticado antes del llenado del embalse. Aún así tanto la Universidad Nacional como la Universidad Surcolombiana consideran que a mediano y largo plazo podrían presentarse cambios desfavorables para la calidad del agua, especialmente en lo que se refiere a los contenidos de fósforos y oxigeno.
Aguas abajo del sitio de presa la calidad del agua es mucho mejor que en el embalse, lo cual indica por ejemplo, que el río Magdalena en este sector tiene buena capacidad de reoxigenacion. Por otra parte, es conveniente aclarar que en el sector de del Puente Santander algunos parámetros permiten concluir que la calidad del agua se ha deteriorado, pero por agroquímicos, basuras y vertimiento de aguas residuales que se arrojan en jurisdicción de los municipios de Neiva, Campoalegre y Palermo.
En los embalses con aguas de buena calidad y gran valor paisajístico, el potencial turístico y recreativo tiende a incrementarse significativamente; es decir el mejoramiento del paisaje en las centrales hidroeléctricas constituye un efecto de impacto positivo no solo desde el punto de vista estético sino también desde la perspectiva de desarrollo económico.
En los municipios de Yaguará, Hobo, Campoalegre y Gigante existían algunos atractivos naturales de interés paisajístico; sin embargo, con la represa de Betania estos atractivos no solamente aumentaron considerablemente su valor intrínseco desde el punto de vista estético, sino que también fueron complementados con nuevos elementos de valor paisajístico y escénico.
Además del paisaje creado por el deposito de agua, el Embalse se relaciona con formas de relieve regional, dando origen a nuevas unidades susceptibles de aprovechamiento estético y recreativo. Igualmente adquieren un gran valor y una nueva dimensión los sitios que por su ubicación y elevación permiten apreciar grandes porciones del Embalse, el Valle del Magdalena y las cabeceras municipales de El Hobo, Yaguará, Campoalegre y Gigante entre otros. Estos sitios constituyen importantes unidades escénicas que pueden también constituirse en un nuevo atractivo para el turismo y la Educación Ambiental.
En proximidades al sitio de presa y casa de maquinas, sobresalen por su valor paisajístico y escénico los siguientes lugares:
La confluencia de los ríos Magdalena y Yaguará.
Punta Tortugas, sitio localizado en el extremo norte de la Península Tumburagua.
Puentes sobre los vertederos de borde libre y de compuerta.
Miradores naturales de Letrán y El Volcán.
Los lugares anteriormente mencionados se destacan no solamente por su belleza propia, sino también por permitir observar el paisaje natural y cultural de otros lugares de la represa, así como las terrazas y el transito del río Magdalena después de pasar por las turbinas.
La zona del embalse correspondiente al brazo del río Yaguará posee por ahora las mejores condiciones de acceso y la mayor infraestructura en cuanto a casas de recreo y establecimientos comerciales dedicados a servicios de interés turístico y recreativo. Las áreas de mayor valor paisajístico son fundamentalmente las siguientes:
El complejo turístico de Santa Helena y el Parque Naturista Ocaima.
La parte baja de las Quebradas Capote, El Medio y Chichayaco.
Terrazas occidentales de la Península Tumburagua.
El embarcadero y el casco urbano de Yaguará.
Por la zona correspondiente al brazo del río Magdalena se destacan, entre otros, los siguientes sitios desde el punto de vista paisajístico:
Serranía y acantilados de Seborucos.
Bahías, islotes, afloramiento rocosos y vegetación nativa del Embarcadero de Peñalisa y la cuenca de la Quebrada Caraguaja en jurisdicción de Yaguará.
El puerto de El Hobo o embarcadero de medio día.
La Herradura.
La cola del embalse.
Por su elevación, sobresalen de valor escénico que constituyen miradores de importancia para observar el paisaje e interpretar el ambiente y la geografía de una gran porción del Departamento del Huila. Al respecto merecen especial mención los siguientes:
Cuchilla de Upar, Cerro el Cucharo, Cuchilla de Seborucos, las Cuencas media y alta de las Quebradas de El Hobo, El Hobito y el Pescador, Mirador de Herradura y Cerros de los Altares.
Desde las laderas de la Cuchilla Upar se observan el brazo del embalse correspondiente al río Yaguará, la zona hotelera de Santa Helena y las microcuencas de las quebradas Chichayaco y el Medio.
Desde el Cerro Cucharo, ubicado en la zona sur de la península Tumburagua se tiene visibilidad total sobre el embalse y los centros urbanos de Campoalegre, El Hobo, Yaguará e Iquíra, y sobre la zona petrolera de Los Mangos.
La Cuchilla de Seborucos tiene afloramientos rocosos adyacentes al brazo del embalse correspondiente al río Magdalena. Ofrece atractivos por la topografía agreste, con visibilidad hacia sitios de la península Tumburagua y refugios de la flora y la fauna silvestres; sin embargo su acceso exige actividad de caminata.
Las partes alta y media de las microcuencas El Hobo, el Hobito y El Pescador ofrecen una excelente visión de conjunto para el embalse, el Valle del Magdalena y gran parte del territorio perteneciente a los municipios de Gigante, Iquíra, Teruel, Yaguará, El Hobo, Campoalegre, Rivera y Neiva.
El mirador la Herradura con un acantilado, ofrece un atractivo escénico sobresaliente ya que permite observar la entrada del río Magdalena al embalse y el muro principal de la represa.
Desde los Cerros Los Altares, en proximidades al mirador La Herradura, se puede apreciar la totalidad del embalse, el Valle del Magdalena, el Valle del río Paez y los plegamientos de las Cordilleras Oriental y central hacia el sur del Huila.
Tal como se puede apreciar en las líneas anteriores, aunque el objetivo inicial y fundamental de la CHB como empresa se orientó a la generación de energía para Huila y otras regiones del país, indirectamente creó condiciones para la pesca y el aprovechamiento del paisaje desde una perspectiva económica, cuyos beneficios pueden obtenerse mediante proyectos de desarrollo turístico.
EFECTOS SOBRE LOS PATRONES DEMOGRAFICOS:
En el estudio del impacto ambiental realizado por la Universidad Surcolombiana se determinó que la CHB, directa e indirectamente generó los siguientes efectos sobre los patrones demográficos:
Inmigración y crecimiento poblacional urbanos.
Cambios en la distribución etérea de la población.
Cambios en la distribución espacial de la población.
Los municipios de El Hobo y Yaguará, en la década del 70 y atrás tenían la tendencia de contribuir al crecimiento de centros urbanos mayores, debido a la violencia y en procura de empleo, pero en la década del 80 como consecuencia directa e indirecta de la CHB, estos dos municipios se constituyeron en receptores de población.
Al iniciarse los trabajos de la CHB, los volúmenes de población inmigrante en busca de trabajo o para ofrecer servicios fueron significativos. Una vez llenado el embalse y puesta en operación la central llegaron otros inmigrantes atraídos por las expectativas de carácter comercial y de recreación asociadas al potencial turístico de la empresa.
Aproximadamente la tercera parte de la población urbana de El Hobo y cerca de la cuarta parte de la población urbana de Yaguará, reside en estos municipios después de haberse iniciado la construcción de la CHB.
Para el caso de Yaguará, efectos similares se han estado generando con la reciente explotación petrolera de Los Mangos.
El crecimiento poblacional urbano de estos municipios se debe no solamente a la inmigración desde otros departamentos, sino también al desplazamiento de propietarios y trabajadores agropecuarios que residían en las áreas hoy ocupadas por el embalse.
A mediano y largo plazo las tasas de crecimiento disminuirán paulatinamente, dado que el impacto mayor de la CHB tiende a entrar en un proceso estabilizador.
El desplazamiento de los habitantes que residían en el área del embalse disminuye la población principalmente en el municipio de Yaguará; sin embargo, entre 1990 y 1993 se ha observado un incremento de la población urbana en Yaguará como en El Hobo debido al aumento de establecimientos comerciales y casas de recreo al lado de las vías que comunican a la represa de las cabeceras municipales de El Hobo y Yaguará. Por otro lado la adecuación de nuevas tierras para el cultivo de arroz y frutales en los alrededores del embalse está contribuyendo a elevar la población rural.
Simultáneamente con el aumento de habitantes en la zona urbana se dieron cambios en la distribución especial y etérea de la población en estos mismos municipios.
En Yaguará, 60 familias que residían en la zona de seguridad del embalse re ubicadas por la CHB en el barrio Tumburagua, construido específicamente para este fin. Por decisiones diferentes a la CHB, entre 1985 y 1993, el casco urbano de Yaguará se ha venido ampliando principalmente hacia el oeste, noroeste y suroeste; es decir hacia las vías que conducen a Neiva y Teruel.
En El Hobo no fue necesario re ubicar familias, sin embargo por diferentes razones, entre 1985 y 1993 el casco urbano se amplio hacia el noroeste y el suroeste; es decir hacia el embalse y la salida que conduce a la Vereda de Aguas Frías.
Durante el periodo de construcción de la CHB hubo un incremento muy significativo en la población entre los 18 y 24 años, como consecuencia de la inmigración de jóvenes que llegaron a trabajar en la CHB, sin embargo una vez terminadas las obras de las cifras volvió a descender y tiende a estabilizarse.
La inmigración y el crecimiento de las cabeceras municipales en el Hobo y Yaguará han exigido ampliar el área urbana y la cobertura de servicios públicos. Por otro lado, se ha incrementado la oferta de mano de obra, mientras las fuentes de empleo no han crecido en la misma proporción; sin embargo la represa de Betania como un recurso turístico y recreativo constituye una importante alternativa que aunque se esta aprovechando se encuentra aun sub-utilizada.
El incremento de la población infantil en un 44% en Yaguará y un 45% en El Hobo, demanda necesariamente mayores esfuerzos en los servicios de salud y educación. Respecto a este ultimo afortunadamente, no existe déficit de maestros ni de escuelas si comparamos sus índices con los de la mayoría de municipios del Huila.
EFECTOS SOBRE LA PARTICIPACION COMUNITARIA Y LA COORDINACION INTERINSTITUCIONAL:
Voluntaria e involuntariamente, la CHB ha inducido cambios que fortalecen de una u otra manera la organización y la participación de la comunidad para las actividades relacionadas con la producción, la educación ambiental y el desarrollo regional.
Inicialmente, como consecuencia del rechazo del cual fue objeto la CHB por los cambios socioeconómicos generados por la inundación de tierras agrícolas, la comunidad comenzó a desarrollar un sentido de identidad o de conciencia colectiva, lo cual a su vez comenzó a fortalecer la solidaridad de grupo de tal manera que las relaciones sociales trataron de encontrar mas sustento en la razón que en la tradición, el individualismo y el sentimiento.
La CHB antes que bloquear la organización y la participación comunitaria, la ha promovido a través de diferentes actividades, diagnósticos y planes.
La electrificación rural y otras acciones que la CHB ha realizado por concepto de Ley 56 o mediante asesorías y entregas, en gran parte han sido orientadas, en donde la comunidad cumple con algunos requisitos básicos de organización; en consecuencia la consolidación de grupos comunitarios empieza a verse como una alternativa para canalizar con mayor facilidad el apoyo institucional.
El estudio de Impacto Ambiental de la CHB y alternativas de desarrollo en su área de influencia, realizado por la Universidad Surcolombiana entre 1991 y 1992, a solicitud de la misma Central Hidroeléctrica de Betania S.A. se fundamento en gran medida a partir de los resultados obtenidos en talleres efectuados con lideres comunitarios y representantes de las autoridades municipales y varias entidades del orden departamental y nacional. Dichos talleres constituyeron no solo una estrategia metodológica para el estudio, sino también una capacitación y entrenamiento para la participación en eventos que se realicen con el fin de concertar soluciones a los problemas de interés municipal y regional.
De otra parte, a comienzos de 1991 la CHB emprendió un programa de sensibilización a la comunidad y la educación ambiental mediante el cual se promovió la organización comunitaria y se abrieron espacios de participación.
Con los estudios, diagnósticos y planes realizados por la CHB a través de Universidades y firmas consultoras se ha generado una información importante de utilidad no solamente para la planificación y el manejo de la empresa, sino también para el conocimiento, el aprovechamiento de los recursos naturales y el desarrollo económico social de una gran parte del territorio Huilense, en especial para los municipios de Hobo, Yaguará, Campoalegre y Gigante.
Adicionalmente, la CHB ha contribuido y seguirá contribuyendo a fomentar la coordinación inter-institucional y canalizar recursos económicos de otras entidades para hacer inversiones importantes en dichos municipios, por ejemplo en materia de servicios públicos, capacitación y asistencia técnica, pesca, turismo y recreación.
EFECTOS SOBRE LA SALUD PUBLICA:
En general las Centrales Hidroeléctricas con Embalse, próximas a centros urbanos, tienden a generar efectos tales como, variaciones en la calidad sanitaria del ambiente e incremento en la demanda de servicios de salud.
En los Embalses tropicales como el de Betania existen hábitats propicios para la proliferación de vectores de enfermedades transmisibles al hombre, entre las cuales se encuentran La Malaria (Mosquito Anofeles), el dengue (Mosquito Aedes aegypti) y la esquistosomiasis (caracol Biomphalaria).
Debe aclararse que el riesgo de la malaria y el dengue en los municipios de Hobo, Yaguará, Campoalegre y Gigante, no es atribuible exclusivamente al embalse de Betania puesto que existen otros hábitats intradomicialiarios o externos, tales como aguas estancadas en los cultivos de arroz, recipientes abandonados o en desuso y sistemas inadecuados para la eliminación de aguas servidas, entre otros.
Es importante mencionar la vecindad con el departamento del Caquetá, reconocida región endémica de la Malaria o paludismo. Además, dichos municipios mantienen relaciones de índole comercial, laboral y familiar con este departamento; sin embargo, pese a incrementarse el riesgo de la enfermedad al ampliarse el hábitat del vector, hasta el momento se halla controlada y el servicio de vigilancia epidemiológica es eficiente.
La esquistosomiasis, aunque de menor riesgo debe seguirse teniendo en cuenta, pues los países vecinos, especialmente en Venezuela, Brasil y las Antillas se ha reportado su presencia. En Colombia se han registrado algunos casos en personas provenientes de otros piases.
Igualmente los embalses como el de Betania puede llegar a ser receptores de Agroquímicos, aguas negras y basuras por parte de los pobladores locales, de tal manera que pueden crearse condiciones favorables para la proliferación de microorganismos que causan enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea. Al respecto es conveniente anotar que la CHB instaló dos plantas para el tratamiento de las aguas servidas de Hobo y Yaguará, con lo cual se reduce significativamente el deterioro del embalse por contaminación microbiología; sin embargo también se requiere que la comunidad y las autoridades municipales contribuyan con la practica de un adecuado manejo de las basuras y aguas residuales.
Por su parte, la industria del turismo también puede incrementar el volumen de vertimientos de aguas servidas y basuras en el Embalse, si los propietarios de establecimientos comerciales y autoridades de salud no participan activamente en el saneamiento ambiental de recursos hídricos.
La calidad del agua del embalse incide no solamente en la salud de pobladores locales y visitantes, sino también en el valor estético de la represa, el potencial turístico, la recreación y la pesca.
El embalse como fuente de recursos hidrobiologicos esta contribuyendo a mejorar el nivel nutricional de pescadores y habitantes del entorno inmediato a la CHB, ya sea como pescado o como alimentos sustituidos adquiridos con los ingresos que genera su comercialización.
Igualmente el embalse como fuente de recursos para disfrutar el paisaje a realizar actividades de recreación, contribuye a elevar el nivel de vida en cuanto a la salud de la población desde el punto de vista psíquico.
EFECTOS SOBRE LA CIENCIA, LA TECNOLOGIA Y LA EDUCACION:
Con el proyecto de la Central Hidroeléctrica de Betania, el Departamento del Huila se ha beneficiado con la producción de conocimiento sobre hidrología, geología, medio ambiente y características socioeconómicas del Alto Magdalena.
Durantw la fase de construcción, la CHB contrato con la Universidad Nacional de Colombia un estudio de impacto ambiental cuyos resultados fueron entregados en 1985. El informe final presenta datos interesantes sobre los efectos que posiblemente se generarían con la construcción y operación de la Central Hidroeléctrica de Betania, y las respectivas medidas de mitigación. Adicionalmente contiene una propuesta de ordenamiento territorial y urbano con especial énfasis en los municipios de Hobo y Yaguará e inspección Betania.
Con base en el estudio de la Universidad Nacional, el INDERENA en 1985 emitió un concepto sobre el manejo ambiental del proyecto y recomendó a la CHB emprender otros estudios relacionados, en especial, con la calidad del agua y los recursos hidrobiológicos del Embalse.
En 1986 se elaboró un informe relacionado con los efectos de impacto ambiental reconocidos por la CHB ante el grupo Intrasectorial de Asuntos Socioeconómicos del Sector Eléctrico Colombiano.
Igualmente en 1986 (antes del llenado del embalse) La Unidad de Manejo Ambiental (UMA) de la CHB realizó un estudio sobre la explotación del recurso hidrobiológico en los ríos Magdalena y Yaguará con especial referencia a los municipios de Gigante, Yaguará, Hobo y Campoalegre.
En 1987 la misma UMA preparo un informe en el cual se describe el proceso de llenado del embalse, en 1989 efectúo una evaluación de la actividad pesquera en el embalse y un estudio enfocado hacia la identificación de posibles efectos de la Central Hidroeléctrica de Betania sobre las migraciones piscícolas del río Magdalena.
Durante 1989 y 1990 la CHB efectuó mediciones hidrometeorológicas, sobre geomorfología, erosión y sedimentos en la represa. Durante este mismo periodo y los años siguientes, la UMA ha realizado trabajos de campo e informes sobre el seguimiento limonologico del embalse y los ríos Magdalena y Yaguará (Paso del Colegio, Puente de Venecia y Puente Santander), con el fin de conocer las variaciones en la calidad del agua mediante el análisis de parámetros fisico-quimicos.
En 1990, los médicos Rufino Masías Alvira y Alvaro Augusto Ariza presentaron el informe final de un diagnostico socio-sanitario de los municipios de Hobo y Yaguará, contratado por la CHB con el fin de evaluar entre otros la presencia de vectores relacionados con enfermedades de origen hídrico.
En 1990 la CHB contrató con la firma INFOREST LTDA una investigación sobre taxonomía silvicultura, ecología y usos de la vegetación del bosque seco tropical del departamento del Huila, zona de vida en la cual se encuentra el embalse, la casa de maquinas, diques y demás obras civiles de la CHB.
Entre 1990 y 1992, con el auspicio de la CHB se realizaron varios estudios de suelo y diagnósticos generales para algunas microcuencas para los municipios de Yaguará, Hobo y Campoalegre.
Por esta misma época la Universidad Nacional de Colombia fue contratada por la CHB para realizar un estudio piscícola y un plan de desarrollo pesquero del embalse, los cuales fueron entregados a comienzos de 1992. Simultáneamente, la Universidad Surcolombiana mediante Contrato firmado con la CHB realiza un estudio cuyo contenido fundamental puede resumirse en los siguientes puntos:
Diagnostico biofísico y socioeconómico de los municipios de Hobo, Yaguará, Campoalegre, Gigante e Inspección de Betania.
Identificación evaluación y descripción de los principales efectos positivos y negativos generados por la construcción y operación de la Central Hidroeléctrica de Betania (tres años y medio después de llenado el embalse).
Medidas de mitigación de la CHB y propuesta de desarrollo integral para el área de influencia de la represa, en especial, en especial para los municipios de Hobo, Yaguará, Campoalegre, Gigante e Inspección de Betania.
Gran parte de los estudios mencionados y principalmente los realizados por las Universidades Nacional y Surcolombiana, son de una inmensa utilidad no solamente para la CHB, sino también para las organizaciones comunitarias y entidades del orden municipal, departamental y nacional con presencia institucional en el área de influencia de la represa.
El trabajo realizado por los investigadores de la Universidad Surcolombiana ha sido presentado en los siguientes eventos del orden departamental y nacional:
Curso de educación ambiental para profesores del área de influencia de la CHB, realizado en Yaguará en 1992.
Conferencias dictadas a estudiantes de administración educativa, ingeniería agrícola, especialización en gestión del desarrollo regional y especialización en docencia de la biología, de la Universidad Surcolombiana durante 1991, 1992 y 1993.
IX convención científica nacional celebrada en Santa fe de Bogotá (1992) por la asociación Colombiana para el avance de la ciencia.
II encuentro nacional sobre experiencias y aplicaciones practicas en el manejo de cuencas realizado en Cali (1993), bajo la coordinación de la red nacional de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas (Renorde).
V Congreso y VII Seminario de ingeniería agrícola realizado en Cali (1993), bajo la coordinación de la asociación de ingenieros agrícolas del Valle (Asocia).
Primer curso de evaluación de impacto ambiental para el programa de ingeniería de regadíos (1993), Popayán, Universidad del Cauca.
De otro lado, la CHB a organizado otros eventos de educación y divulgación ambiental a través de seminarios, concursos y medios masivos de comunicación. Al respecto es conveniente destacar el concurso ecológico cacique Chuira, abierto para aficionados, investigadores y entidades del Huila y de Colombia que se dediquen a la investigación y conservación de los recursos naturales como puede apreciarse.
La generación de conocimientos en el campo ambiental constituye una de las principales efectos de la CHB, aunque por falta de una mayor divulgación es poco reconocido en el departamento del Huila.
Hasta hace poco este departamento era identificado a nivel nacional principalmente por el reinado del bambuco, las fiestas de San Juan y San Pedro, El parque ecológico de San Agustín, el petróleo, el mármol y las áreas fosiliferas semiáridas de la Tatacoa. Ahora, este lugar de privilegio también ha sido conquistado por la Central Hidroeléctrica de Betania, la cual a su vez contribuye a reforzar en el ámbito nacional, la imagen de identidad y desarrollo de la región Opita.
Por último es necesario tener en cuenta que los efectos socioeconómicos generados por la CHB durante la fase de llenado del embalse y los primeros años de operación son percibidos por la comunidad, en general, con el calificativo de desfavorable; sin embargo a mediano y largo plazo los beneficios serán percibidos con mayor magnitud e intensidad, sobre todo si las autoridades municipales el gobierno departamental y las organizaciones comunitarias se comprometen coordinadamente con la planificación y ejecución de proyectos orientados hacia el aprovechamiento del embalse como fuente de recursos turísticos y pesqueros.
OBRAS COMPLEMENTARIAS.
Construcción y pavimentación de la vía Yaguará Neiva (aprox. 45 Km.)
Remodelación cárcel municipal Yaguará.
Relocalización cementerio y construcción cripta iglesia de Yaguará.
Construcción urbanización Tumburagua para Relocalización viviendas.
Pintura exterior templo de Yaguará.
Relocalización líneas eléctricas 13.2 KW (Yaguará – Hobo)
Relocalización subestación Yaguará.
Construcción red alumbrado publico Yaguará.
Construcción inspección Letrán Yaguará.
Donación volqueta al municipio.
Remodelación red de alcantarillado Yaguará.
Dos plantas de tratamiento aguas negras.
Emisarios finales para alcantarillado Yaguará y Hobo.
Construcción puente Venecia y vías de acceso.
Construcción vía alterna Yaguará Iquíra.
Construcción ferri y ponteadero para rehabilitación vía Yaguará-Hobo.
Embarcadero Yaguará.
Realce puentes vía Yaguará Hobo.
Adecuación y embellecimiento zona ribereña de Yaguará sobre el
embalse.
Campamentos santa Elena.
Carretera sitio de presa vía central.
PRINCIPALES EFECTOS DE LA CONSTRUCCION Y OPERACIÓN DE LA CHB:
1. Efectos sobre el empleo y la producción.
2. Efectos sobre la infraestructura física y las obras publicas.
3. Efectos sobre los recursos naturales.
4. Efectos sobre los patrones demográficos.
5. Efectos sobre la participación comunitaria y la coordinación Inter-institucional.
6. Efectos sobre la salud publica.
7. Efectos sobre la ciencia, tecnología y educación.
BETANIA FRENTE AL FUTURO.
La Central Hidroeléctrica de Betania se originó como una Empresa de propiedad del Estado Colombiano representado por las entidades del sector eléctrico y de un buen numero de electrificadoras Departamentales.
La Nación al asumir la deuda externa, se hizo propietaria de algo mas del 99%
de las acciones, avaluándose en doscientos cincuenta y cuatro mil millones de pesos, cuando el Estado asumió la deuda.
La CHB es una Empresa que genera importantes utilidades y que esta plenamente saneada por la operación antes señalada, por esto una gran cantidad de inversionistas privados y públicos se interesaron por ingresar al negocio de suministrar energía eléctrica de incrementar su presencia en el sector.
La central Hidroeléctrica de Betania fue vendida al consorcio Chileno ANDESA, las negociaciones se cerraron en diciembre de 1996 por un valor de US. $ 485 millones de dólares, equivalentes al 99.98 % del avalúo total de la Hidroeléctrica, el 0.02 % restantes pertenecen a la Corporación financiera del Valle "CORFIVALLE".
ANDESA tiene el compromiso de distribuir la energía eléctrica producida, continuando con le interconexión Nacional y cumpliendo a cabalidad con las especificaciones que aun perduran de la ley 56.
BIBLIOGRAFIA:
Informe de actividades Central Hidroeléctrica de Betania 1981, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993, 1994, 1995. (Ministerio de Minas y Energía.)
Cartillas Regionales de Colombia. Tomo 6 (EXXON).
BETANIA: Energía para Colombia "Ayer – Hoy – Mañana" (Central Hidroeléctrica de Betania).
" De lo real a lo cotidiano" (Diario del Huila. Neiva 1979)
" El Huila y sus aspectos" (Editorial Cromos. Bogotá 1935)
Diccionario Indio del Gran Tolima.
El Huila: Su Geografía. Gilberto Vargas Motta.
Universidad Nacional de Colombia. Proyecto Betania. – Volumen I.
Entrevista. Paulino Galindo Yustres. Exgerente Betania.
Entrevista. Gabriel Houghton Pérez. Asistente Técnico CHB.
Entrevista. Nicolás Lizcano Lizcano. Contador CHB.
Universidad Nacional de Colombia. Diagnostico del Área de ordenamiento Territorial del proyecto Hidroeléctrico de Betania.
Cortesía "Hotel El Lago" (Yaguará).
Autor:
Gerardo Becerra Durán
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