- Historia
- Definiciones
- Motivos del
terrorismo - Terrorismo
en la historia - Algunos de
los grupos terroristas mas conocidos - Conclusiones
- Anexos
Introducción
En las últimas décadas la sociedad ha
sido víctima de uno de los peores flagelos: el terrorismo,
que es un hecho expresivo de violencia que
se lo puede ver durante toda la historia (conquistas,
guerras) con
sus más variadas formas de expresión y
crueldad.
El terrorismo se constituye así tanto en el
ámbito interno como en el mundial, como en una vía
abierta a todo acto violento, degradante e intimidatorio, y
aplicado sin reserva o preocupación moral alguna.
No es, por lo tanto, una práctica aislada, reciente ni
desorganizada pero no por ello estructurado.
Los fines buscados por esta forma de "guerra" no
convencional pueden tener fines políticos, religiosos,
culturales y lisa llanamente la toma del poder por un
medio totalmente ilícito. Por dichas causas, el mundo se
ve sacudido diariamente con noticias de
atentados producidos en la vía pública, donde
pierden la vida gente inocente y totalmente ajena a esa "guerra"
o intereses diversos.
Historia
El terrorismo ha aparecido una y otra vez a lo largo de
la historia. Las sociedades
secretas detectadas en algunas culturas tribales mantenían
su influencia valiéndose del terror. Ya en el siglo XII,
un grupo
ismailí de los musulmanes
shiíes, los 'Asesinos', llevó a cabo
campañas terroristas contra musulmanes
suníes.
En Irlanda, grupos
protestantes y católicos se aterrorizaron mutuamente tras
la Reforma. En su forma moderna, sin embargo, el terrorismo
sistemático recibió un gran impulso a finales de
los siglos XVIII y XIX con la propagación de
ideologías y nacionalismos seculares tras la Revolución
Francesa. Adeptos y detractores de los valores
revolucionarios utilizaron el terrorismo tras las Guerras
Napoleónicas.
El nacionalismo
imperialista que en Japón
condujo a la restauración Meiji en 1868 estuvo
acompañado de frecuentes ataques terroristas al shogunado
Tokugawa. En el sur de los Estados Unidos de
América, se creó el Ku Klux Klan
tras la derrota de la Confederación Sudista en la Guerra
Civil estadounidense (1861-1865) para aterrorizar a los antiguos
esclavos y a los representantes de las administraciones de la
reconstrucción impuesta por el Gobierno Federal.
En toda Europa, a finales
del siglo XIX, los partidarios del anarquismo realizaron ataques
terroristas contra altos mandatarios o incluso ciudadanos
corrientes. Una víctima notable fue la emperatriz Isabel,
esposa de Francisco José I, asesinada por un anarquista
italiano en 1898.
El movimiento
revolucionario ruso existente antes de la I Guerra Mundial
tuvo un fuerte componente terrorista. En el siglo XX, grupos como
la
Organización Revolucionaria Interna de Macedonia, la
Ustashi croata, y el Ejército Republicano Irlandés
(IRA) realizaron a menudo sus actividades terroristas más
allá de las fronteras de sus respectivos países.
Recibían a veces el apoyo de gobiernos ya establecidos,
como fue el caso de Bulgaria o de Italia bajo el
líder
fascista Benito Mussolini. Este tipo de terrorismo nacionalista
apoyado por el Estado
provocó el asesinato de Francisco Fernando de Habsburgo en
Sarajevo en 1914, lo que dio origen a la I Guerra Mundial. Tanto
el comunismo como el
fascismo
utilizaron el terrorismo como instrumento de su política, contando
con defensores entusiastas como Liev Trotski y Georges Sorel
(quien representó intermitentemente ambos extremos del
espectro político). La inestabilidad política
existente durante las décadas de 1920 y 1930 dio pie a
frecuentes actividades terroristas.
El terrorismo tendió a integrarse dentro del
conflicto
más amplio de la II Guerra Mundial.
Definiciones
Es el uso real o amenaza de recurrir a la
violencia con fines políticos que se dirige no sólo
contra víctimas individuales sino contra grupos más
amplios y cuyo alcance trasciende con frecuencia los límites
nacionales. El término implica una acción
llevada a cabo por grupos no gubernamentales o por unidades
secretas o irregulares, que operan fuera de los parámetros
habituales de las guerras y a veces tienen como objetivo
fomentar la revolución.
El terror de Estado,
ejercido por un Estado contra sus propios súbditos o
comunidades conquistadas, se considera a veces como una modalidad
de terrorismo. Más que la realización de fines
militares, el objetivo de los terroristas es la
propagación del pánico
en la comunidad sobre
la que se dirige la violencia. En consecuencia, la comunidad se
ve coaccionada a actuar de acuerdo con los deseos de los
terroristas. El terrorismo extremo busca a menudo la
desestabilización de un Estado causando el mayor caos
posible, para posibilitar así una transformación
radical del orden existente.
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