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Evaluación Educativa – Planteamientos Teóricos Básicos (página 2)



Partes: 1, 2

De modo que, en evaluación
y medida los especialistas a menudo realizan actividades
similares tales como la reunión sistemática de
información como por ejemplo sobre el
rendimiento o la práctica del estudiante, hay una
diferencia fundamental que radica en la valoración del
resultado de la medida. El resultado de la medida con fines
evaluativos es comparado con un criterio para emitir un juicio
evaluativo. La evaluación es, por tanto, un concepto bastante
diferente del de medida

Diversas
concepciones de evaluación

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El concepto de evaluación ha sido desarrollado,
no sólo en la bibliografía especializada
sobre Educación, sino también desde otros
campos como la psicología, administración, economía, etc.

Desde el ámbito educativo se pueden plantear
diversas concepciones sobre evaluación, las mismas que
serán explicadas líneas abajo, pero antes,
considero oportuno plantearnos la pregunta: ¿Qué
debemos entendemos por evaluación?

Para dar respuesta a esta pregunta se presenta las
siguientes definiciones, que, por su contenido, muestran
relevancia para el área educativa.

Lafourcade Pedro (1993) en su libro
"Evaluación de los Aprendizajes" define a la
evaluación como una interpretación de una medida (o medidas) en
relación a una norma ya establecida.

Por su parte Verdugo Miguel (2000) sostiene que la
evaluación es un proceso que
consiste en una secuencia estructurada de eventos que
involucran la previsión, obtención, análisis e interpretación de la
información necesaria, así como la
formulación de juicios válidos y la toma de
decisiones respecto al objeto, fenómeno o
situación, para optimizarlo de acuerdo a determinados
fines. (Citado en Cartilla "Seguimos Conversando". Tema
Evaluación Educativa. CISE – Pontificia Universidad
Católica del Perú, 2004)

Para Angles Cipriano (1995) la evaluación es una
apreciación del valor de una
cosa o de un hecho según criterios que, sin ser tan
rigurosos como la medición, suplen la información que
aquella no puede brindar, haciéndola más completa e
integral.

Bernardo, J. y Basterretche J. (1993) afirman que
evaluar consiste en obtener el juicio de valor de una
medición, al compararla con alguna ley o norma.
(Citado por Canales, Isaac. Evaluación Educativa, Apuntes.
Lima: Universidad Nacional Maor de San Marcos. 2000).

La UNESCO (2005) define la evaluación como "el
proceso de recogida y tratamiento de informaciones pertinentes,
válidas y fiables para permitir, a los actores
interesados, tomar las decisiones que se impongan para mejorar
las acciones y los
resultados."

El Ministerio de Educación del Perú, a
través de la Dirección Nacional de Educación
Básica Alternativa (2007) en el material
bibliográfico titulado "Evaluación de los
Aprendizajes en EBA – Módulo II define a la
evaluación como un proceso permanente, sistemático
e integral de obtención y análisis de
información, inherente a los procesos de
enseñanza aprendizaje y sus
resultados, con la finalidad de emitir juicios y tomar
decisiones.

De las definiciones planteadas podemos señalar
que en ellas se enfatiza que la evaluación es un proceso
de análisis, interpretación y valoración de
información y que debe ser entendida desde una
relación interpersonal que posibilita un juicio
pedagógico.

Estas definiciones expresan las distintas concepciones
sobre evaluación que desarrollaremos a
continuación.

a) Evaluación como "juicio de expertos".- Para
esta concepción evaluar significa "asignar o dar valor a
algo a través de un juicio valorativo".

Se concibe que el núcleo central de la
evaluación es "ser un proceso de carácter valorativo" estando presentes dos
elementos al emitir un juicio de carácter
valorativo:

  • Un parámetro de referencia, pues cada vez que
    se da un juicio de valor se asume explícita o
    implícitamente un modelo, un estándar o
    criterio de comparación en base al cual se hace un
    juicio valorativo.

  • Información sobre el objeto valorado, pues
    sin ella no tenemos sustento para afirmar o negar algo en
    relación al objeto evaluado.

Si bien lo afirmado anteriormente hace referencia a la
naturaleza del
acto de evaluar, esta concepción pone de relieve la
naturaleza valorativa de la evaluación, aún cuando
su práctica la hace sumamente subjetiva, tanto en
términos del parámetro de referencia como de la
información que la sustenta. Decimos subjetiva, pues en
realidad, no podemos afirmar que un determinado criterio sea
mejor que otro, inclusive su selección
dependerá de la experiencia de la persona que
evalúa.

Dentro de esta concepción, el experto es la
persona que establece el modelo o
estándar de comparación y la fuente de
información, pues cuenta con la experiencia y conocimiento
sobre el objeto que se evalúa. En este sentido, por
ejemplo, el maestro es el experto que lleva a cabo la
evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje,
pues establece los parámetros de referencia y cuenta con
la información necesaria de los alumnos y los productos de
su aprendizaje.

b) Evaluación como sinónimo de
medición.- Se sustenta en los avances logrados por la
teoría
psicométrica durante las primeras décadas del siglo
pasado y, paralelamente, en el reconocimiento que las
calificaciones escolares no son confiables y carecen a menudo de
objetividad, de ahí que se plantea la necesidad de aplicar
instrumentos de
medición, válidos y confiables para poder tener
una evaluación objetiva y confiable.

Flores, José (1994) manifiesta en su obra
"Evaluación del curso de capacitación para la profesionalización de docentes del
primer nivel magisterial" que la medición entendida como
"el acto de determinar la magnitud en que un individuo ha
aprendido o el grado en que un individuo posee ciertas
características, habilidades o talentos, fue hecha
equivalente con evaluación".

Por otro lado Revilla, Diana (2000) sintetiza los rasgos
principales de este enfoque. Señala que los
términos evaluación y medición fueron
prácticamente intercambiables, ambos estuvieron muy unidos
a la metodología experimental. Su eje central
estuvo en las diferencias individuales, ninguno prestó
atención a que los programas
educativos y los test
desarrollados para medir objetivamente el rendimiento eran test
referidos a una norma estadística, no a objetivos.

En la práctica docente se encuentran muestras de
esta concepción, cuando constatamos el exagerado valor que
se otorgan a los exámenes y las pruebas.

Es evidente que el esfuerzo por obtener indicadores
confiables y objetivos, hizo que la evaluación pusiera
énfasis en los instrumentos, así como en los
productos o resultados de la enseñanza descuidando otros
aspectos importantes de la evaluación, como el juicio de
valor y los objetivos del proceso como parámetros
fundamentales.

Flores, José (1994 – et al) nos señala
algunas limitaciones de este enfoque:

  • La evaluación fue concebida principalmente
    como la ciencia del desarrollo e interpretación de
    instrumentos.

  • Se redujo a la interpretación de variables
    que pueden ser medidas o evaluables. Aquellas variables que
    no obstante su relevancia, no podían ser evaluadas a
    través de un instrumento fueron consideradas
    "intangibles" o no evaluables y, por tanto sin
    importancia.

c) Evaluación como congruencia entre objetivos y
logros.- En esta concepción surge un aspecto que no
había sido tomado en cuenta en las anteriores: los
objetivos. Se busca confrontar los objetivos propuestos con los
logros o resultados obtenidos.

Esta concepción se comenzó a desarrollar a
partir de R. Tyler. Este autor expresa que "el propósito
de la evaluación es esencialmente el de determinar en
qué medida los objetivos educacionales son realmente
conseguidos por el programa,
plan o
proyecto
propuesto". Dado que los objetivos educacionales tienden a
señalar los cambios que se van a producir en la conducta del
educando, entonces la evaluación es el proceso para
determinar el grado en que se están verificando estos
cambios de comportamiento. (Citado por Canales, Isaac.
Evaluación Educativa, Apuntes. Lima: Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. 2000)

Uno de los presupuestos
más importantes de este enfoque es la necesidad de
formular con claridad y precisión comportamientos
individuales a nivel de objetivos específicos como
condición necesaria para una evaluación objetiva y
eficaz.

Aún cuando no fue la idea original, este enfoque
acabó siendo una constatación de los logros
alcanzados, enfatizando sólo uno de los propósitos
de la evaluación, la denominada evaluación
sumativa, final o de producto.

De Miguel, M; Madrid, y
otros (1994) nos manifiesta que la mayor desventaja de esta
concepción reside en el énfasis en la conducta
final del alumno, como criterio único, llevando a la
evaluación a convertirse en una actividad terminal y no de
proceso.

Es cierto que hay un gran avance en esta
concepción, cuando se destaca el rol fundamental que
cumplen los objetivos en la evaluación, pero la reduce a
una acción
que se realiza al final de la acción educativa. Esta
situación se presenta cuando en las instituciones
educativas:

  • Los alumnos estudian sólo para aprobar el
    examen final de un curso.

  • El docente evalúa sólo al final del
    bimestre, trimestre o semestre para cumplir así con
    las exigencias normativas.

  • Las autoridades se preocupan por el cumplimiento de
    los aspectos formales de la evaluación como son: los
    registros, actas, promedios, al finalizar un bimestre,
    trimestre, semestre o ciclo año de
    estudios.

  • Cuando al culminar una capacitación se aplica
    una prueba, como único procedimiento de
    evaluación.

  • Cuando un proyecto educativo se encuentra en su
    culminación, y los responsables del mismo se preocupan
    por verificar los resultados obtenidos.

Se debe destacar que en esta concepción resulta
válida la precisión y claridad que se exige en los
objetivos para tener un parámetro de referencia
explícito en la evaluación educativa.

d) Evaluación como un proceso de delineamiento y
uso de información.

Con la aplicación del Análisis de
Sistemas al campo de la tecnología
educativa y, en especial, a los procesos instruccionales,
surge la evaluación como un proceso de delineamiento y uso
de información. Esta concepción asume el proceso
educativo como un sistema que tiene
objetivos predeterminados y que necesita mecanismos de retroalimentación para que alcance sus
fines.

Chadwick y Rivera (1991) lo definen a ésta como
el proceso de delinear, obtener y proveer información
útil para juzgar alternativas de decisión. (Citado
por en Cartilla "Seguimos Conversando". Tema Evaluación
Educativa. CISE – Pontificia Universidad Católica
del Perú, 2004)

De igual manera Niemeyer (s.a.) la define como el
proceso sistemático de recopilación de datos que luego
de ser procesados sirve para tomar decisiones acerca de personas
o cosas. (Citado en Cartilla "Seguimos Conversando". Tema
Evaluación Educativa. CISE – Pontificia Universidad
Católica del Perú, 2004)

En este caso, la evaluación cumple el rol de
retroinformador, proveyendo información útil para
introducir cambios o correctivos durante el proceso, de tal
manera que la información permite realimentar y reajustar
mediante decisiones adecuadas y acertadas el cumplimiento de los
fines y objetivos del proceso educativo.

Sin embargo, pretender reducir la evaluación a un
mecanismo de recolección, análisis y uso de
información sería discutible. Se
desvirtuaría su sentido, pues el medio que usa, esto es,
la información recogida por instrumentos, se convierte en
el fin y el centro de la naturaleza de la práctica
evaluativa.

No hay que perder de vista, que la naturaleza de la
evaluación es el aspecto valorativo -el juicio de valor-
en base a determinados parámetros o estándares de
comparación con la finalidad de mejorar y optimizar el
proceso u objeto evaluado. Y, que para dar un juicio de valor es
necesario tener información válida y confiable,
pues no podemos reducir la evaluación al proceso de
recolección de información.

e) La evaluación bajo un enfoque integrador.-
Hemos dicho que la evaluación es entendida por unos como
un juicio de valor, por otros como medición, como
congruencia entre objetivos y metas y como un proceso de
recopilación de información. En fin, son variadas
las conceptualizaciones que se han desarrollado sobre
evaluación.

Tomaremos lo que consideramos un aporte de cada una de
estas concepciones para llegar a establecer nuestra
conceptulización de evaluación.

Si aceptamos que "evaluar" es, básica y
fundamentalmente, un proceso de valoración crítica, tenemos que convenir que lo
realizamos a través de juicios de valor. Para ello
necesitamos dos elementos: un parámetro (o estándar
de referencia) e información.

El siguiente esquema nos muestra
cómo se presenta esta relación:

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Este esquema nos señala que sólo es
posible hacer valoraciones en la medida que se tenga, de un lado,
un patrón de referencia o un criterio en función
del cual hacemos una valoración y, de otro,
información acerca del objeto evaluado, para en base a
ello emitir juicios válidos que permita la toma de
decisiones.

Al concebirla así la evaluación,
consideramos que toma los aportes de cada
concepción:

  • De la evaluación como juicio de expertos se
    asume el aspecto valorativo.

  • De la concepción que la hace sinónimo
    de medir, se rescata la necesidad de contar con instrumentos
    evaluativos válidos y confiables;

  • De la congruencia entre objetivos y logros
    destacamos el rol de los objetivos en la evaluación;
    pues éstos son el parámetro de
    referencia.

  • De la concepción como proceso de recojo y uso
    de información reconocemos el rol retroinformador que
    cumple la evaluación.

Esta manera de ver la evaluación ha sido
expresada por Gimeno José y Pérez, Ángel
(1994) quienes proponen la siguiente
definición:

"La evaluación hace referencia a cualquier
proceso por medio del que alguna o varias características
de un alumno, de un grupo de
estudiantes, de un ambiente
educativo, de objetivos educativos, de materiales,
profesores, programas, etc. reciben la atención del que
evalúa, se analizan y se valoran sus
características y condiciones en función de unos
criterios o puntos de referencia para emitir un juicio que sea
relevante para la
educación".

Así mismo De Zubiria, J. (1994) dentro del
contexto mencionado anteriormente expresado nos dice
que:

"Evaluar es formular juicios de valor acerca de un
fenómeno conocido, el cual vamos a comparar con criterios
que hemos establecido de acuerdo a unos fines que nos hemos
trazado".

En resumen, bajo este enfoque, el concepto de
evaluación esta referido básicamente a un proceso
de valoración o enjuiciamiento del objeto de
evaluación, e implica de un lado determinados
parámetros y, de otro lado, los instrumentos mediante el
cual recogemos información. Y esta valoración o
enjuiciamiento sirve como base para la toma de
decisiones.

Supuestos
básicos en toda práctica
evaluativa

En todo acto evaluativo están presentes ciertos
supuestos que deseamos desarrollar en este apartado.

a) En toda acción evaluativa está presente
una opción respecto del ser humano.

La evaluación es un componente básico en
toda actividad. Independiente de la forma cómo se hace:
sistemática, informal, organizada, explícita o
implícita; siempre está presente en una
acción y, por tanto, también en el campo de la
educación.

La educación como quehacer entre seres humanos,
implica una dirección e intencionalidad. En esta
intencionalidad educativa subyace una concepción respecto
al ser humano, su relación con el mundo y con los otros
hombres. Por tanto siendo la evaluación parte de la
acción educativa supone la concepción que se tenga
respecto del ser humano y sus relaciones entre ellos y el
mundo.

b) La práctica evaluativa evidencia la
concepción educativa que se asume.

Esta afirmación guarda relación con la
anterior. La acción evaluativa que realizan los docentes u
otros profesionales de la educación guarda correspondencia
con la opción educativa que se asume. De esta manera el
qué y cómo evaluamos, refleja nuestra real
concepción educativa.

Si creemos que la educación debe buscar el
desarrollo de
la persona, más que evaluar el nivel de conocimientos, se
evaluará el desarrollo integral de la persona. En este
sentido, la evaluación se orientará no tanto a
comprobar si el alumno sabe más o menos, o si posee
conocimientos o determinadas habilidades. Se trata que a partir
de la información, la evaluación señale las
pautas para hacer al alumno más humano.

Si asumimos una educación que respete el ritmo
del alumno, la evaluación no debe ser comparativa entre
los alumnos pero si a nivel de cada sujeto. Esto
significa reconocer que en el aspecto emocional, intelectual o
sociocultural cada sujeto es diferente y no es posible emitir un
juicio del rendimiento, en base a la comparación del
alumno con el promedio de la clase.

Si propiciamos una educación activa que busque la
participación del alumno, la evaluación no puede
dejar de considerar al alumno como un sujeto activo en la propia
evaluación. Es indispensable la autoevaluación que
le permita al alumno emitir un juicio de su propio desempeño, cuánto y cómo ha
trabajado. La autoevaluación es un excelente medio de
formación que enfatiza el compromiso del alumno en su
proceso de aprendizaje, además, enseña al alumno a
juzgarse cada vez más objetivamente.

Entonces, la forma cómo se desarrolla la
evaluación, es la expresión de la concepción
que asumimos sobre educación y nuestra práctica
cotidiana. No puede haber una evaluación
democrática, participativa y activa en un contexto
autoritario y vertical que lo contradice.

c) Evaluar es valorar.

Independiente del enfoque y concepción que se
asuma en relación a la evaluación, se debe rescatar
el sentido esencial de evaluar: "valorar".

Hay que reconocer que la evaluación es
fundamentalmente un juicio acerca del valor o mérito del
objeto que es evaluado, y no simplemente un hecho de asignar
valores,
símbolos, frases o dictámenes. De
otro lado, hay que tener siempre presente, que en el acto de
evaluar está la persona como eje central.

d) Valorar para tomar decisiones.

El acto de evaluar tiene la finalidad de permitir una
adecuada toma de decisiones en relación al objeto de la
evaluación. Asumir esta precisión significa
reconocer que la evaluación no es un fin en sí
misma, sino un instrumento de un proceso mayor. Así la
toma de decisiones implica:

  • Alternativas, es decir una gama de posibilidades
    para ser elegidas, por consiguiente no existe un único
    camino.

  • Decisiones que nos llevan hacia una u otra
    dirección previamente identificada.

  • Participación y poder, pues en el acto
    de decidir deben tener injerencia todos los sujetos
    involucrados en la valoración. Para que ello se
    produzca es básico la participación que
    posibilita la capacidad de influir en la decisión y,
    por tanto, tener poder para opinar, decidir y cambiar
    decisiones.

e) Los parámetros o referentes de la
evaluación son importantes.

Todo acto de valoración supone un referente en
base al cual se emite el juicio evaluativo y sin el cual no es
posible realizar la valoración. Estos parámetros o
referentes son llamados por algunos autores criterios de
evaluación.

Cuando hacemos una valoración, estamos asumiendo
una referencia como base; por ello es necesario definir los
aspectos referenciales cuando evaluamos o valoramos, así
como tenerlos plenamente identificados. Por ejemplo:

Si evaluamos la gestión
de un director podemos tener como referente una guía de
evaluación con determinado puntaje para variables como
el clima
institucional, la implementación de las TICs en el proceso
de aprendizaje, etc.

Cuando evaluamos la disciplina de
los estudiantes solemos utilizar el referente de la "conducta
intachable" de un alumno en el aula y en esa medida comparamos al
resto de los alumnos.

En el caso de evaluar si los docentes emplean métodos
activos de
enseñanza en el desarrollo de sus clases diarias, podemos
tener como referente: la frecuencia de utilización de
estos métodos y la realización de trabajos grupales
o de investigación por los alumnos.

f) La información como elemento para evaluar es
indispensable.

Como señaláramos, un componente necesario
para evaluar es tener información respecto del objeto a
evaluar. Esta información la ofrecen los medios e
instrumentos evaluativos. Si convenimos que por instrumentos
entendemos al conjunto estructurado de estímulos que
sirven para obtener evidencias o
respuestas sobre el objeto a evaluar, hay que reconocer que los
instrumentos son el mecanismo que proporciona información
y por ello desempeña un papel importante en la
evaluación.

Sin embargo, la información que nos brinda
éstos instrumentos deben garantizar la confiabilidad y
validez de la valoración y, en consecuencia, una adecuada
toma de decisiones.

Por otro lado, también hay que estar atento para
no reducir la evaluación al mero recojo de
información, tal como parecen concebirlo algunos enfoques
evaluativos. Tampoco restarle importancia ya que puede ser un
medio que brinda elementos de juicios que, al ser confrontados
con los parámetros o estándares de referencia,
permitan la emisión de una valoración
objetiva.

g) La evaluación tiene un sentido
pedagógico.

Cuando se evalúa se tiene una actitud
respecto a la evaluación. Esta postura variará en
función de las diversas experiencias que haya tenido
frente a ella.

Al respecto, algunos autores señalan que se debe
generar una cultura de la
evaluación en la que desterremos la visión de una
evaluación como manifestación de
fiscalización, autoritarismo o represión en el
sistema
educativo.

Nuestra actuación en la práctica
evaluativa debe permitir una participación de todos los
agentes involucrados, con una actitud crítica y positiva,
buscando ser objetivos en nuestros juicios valorativos.
Así la evaluación estará contribuyendo a la
formación integral de los sujetos que participan en todo
acto evaluativo. En este sentido, la evaluación es
pedagógica en cuanto:

  • Emitimos un juicio de valor en la que intervienen
    nuestros valores, creencias y objetividad.

  • Nos exige prepararnos en la metodología y
    procedimientos para hacer una buena práctica de
    ella.

Objetivos de la
evaluación educacional

De acuerdo a las concepciones planteadas sobre
evaluación educacional, podemos decir que este proceso se
realiza:

a) Para obtener información sobre:

  • El proceso educativo y sus componentes en
    general.

  • El rendimiento educativo y el desarrollo del alumno
    en particular.

b) Para emitir juicios de valor y tomar
decisiones.

c) Para comprobar el grado en el que se alcanzan o no
los objetivos.

d) Para modificar y mejorar el proceso de
enseñanza – aprendizaje, a nivel de: elementos (como
capacidades, objetivos, contenidos, actividades, etc.), organización de aula, nivel, centro
educativo, etc.

Características de la
evaluación educacional

La evaluación educacional debe tener las
siguientes características:

a) Sistemática.-Porque establece una
organización de acciones que responden a un plan para
lograr una evaluación eficaz. Porque el proceso de
evaluación debe basarse en unos objetivos previamente
formulados que sirvan de criterios que iluminen todo el proceso y
permitan evaluar los resultados. Si no existen criterios que
siguen una secuencia lógica,
la evaluación pierde todo punto de referencia y el proceso
se sumerge en la anarquía, indefinición y
ambigüedad.

b) Integral.-Porque constituye una fase más del
desarrollo del proceso educativo y por lo tanto nos proporciona
información acerca de los componentes del sistema
educativo: Gestión, planificación curricular, el educador, el
medio socio-cultural, los métodos didácticos, los
materiales educativos, etc. De otro lado, porque considera que la
información que se obtiene de cada uno de los componentes
están relacionados con el desarrollo orgánico del
sistema educativo.

c) Formativa.-Porque su objetivo
consiste en perfeccionar y enriquecer los resultados de la
acción educativa. Así el valor de la
evaluación radica en enriquecer al evaluador, a todos los
usuarios del sistema y al sistema en sí gracias a su
información continua y sus juicios de valor ante el
proceso.

d) Continua.- Porque se da permanentemente a
través de todo el proceso educativo y no necesariamente en
períodos fijos y predeterminados. Cubre todo el proceso de
acción del sistema educativo, desde su inicio hasta su
culminación.

Además porque sus efectos permanecen durante todo
el proceso educativo, y no sólo al final. De este modo se
pueden tomar decisiones en el momento oportuno, sin esperar el
final, cuando no sea posible corregir o mejorar las
cosas.

e) Flexible.-Porque los criterios, procedimientos e
instrumentos de evaluación y el momento de su
aplicación pueden variar de acuerdo a las diferencias que
se presenten en un determinado espacio y tiempo
educativo.

f) Recurrente.- Porque reincide a través de la
retroalimentación sobre el desarrollo del proceso,
perfeccionándolo de acuerdo a los resultados que se van
alcanzando.

g) Decisoria.- Porque los datos e informaciones
debidamente tratados e
integrados facilitan la emisión de juicios de valor que, a
su vez, propician y fundamentan la toma de decisiones para
mejorar el proceso y los resultados.

Rotgel Bartolemé (1990) enriquece las
características planteadas cuando propone cinco aspectos
que debe tener toda evaluación, las mismas que
son:

a) Carácter científico.- Los datos
obtenidos al aplicar instrumentos de evaluación deben ser
utilizados de forma adecuada para facilitar la emisión de
juicios de valor y la toma de decisiones sobre el proceso
educativo.

La planificación de la evaluación y de sus
procedimientos ha de ser realizada en forma rigurosa.

b) Carácter formativo.- La evaluación
forma parte del proceso educativo y toda información que
se obtenga de ella debe orientarse a su mejora.

Este tipo de evaluación se opone a aquélla
con carácter sancionador (calificaciones o informes
positivos o negativos).

La evaluación formativa nos facilita la tarea de
identificar problemas,
mostrar alternativas, detectar los obstáculos para
superarlos, en definitiva, perfeccionar el proceso
educativo.

c) Carácter sumativo.- También deben
avaluarse los resultados del proceso, pero no centrándolos
sólo en la evaluación de los objetivos fijados,
sino también en las necesidades previamente
identificadas.

Se trata de ir sumando informaciones sobre los distintos
productos, para mejorar el proceso y para comprobar la
adecuación de los resultados a los intereses y necesidades
de los beneficiarios del sistema.

d) Carácter comprensivo.- La evaluación no
sólo tomará en cuenta los datos procedentes de los
instrumentos seleccionados, sino también de todo tipo de
informaciones formales e informales que se obtengan del proceso
educativo para luego seleccionar las más
útiles.

e) Metaevaluación.- Se trata de la
evaluación de la evaluación, es decir un medio para
verificar y asegurar la calidad de las
evaluaciones que hemos llevado a cabo y para comprobar el rigor y
la fiabilidad de los instrumentos y técnicas
utilizados.

Funciones de la
evaluación educacional

a) Función de diagnóstico.- Consiste en extraer datos e
informaciones para conocer la congruencia entre los componentes
del sistema educativo (objetivos educacionales, las estrategias de
gestión, rendimiento de los alumnos, etc.).

Además permite identificar, discriminar,
comprender y caracterizar las causas determinantes de las
dificultades que se presentan en el proceso educativo.

b) Función de pronóstico.- Permite
predecir el cumplimiento futuro de los objetivos educativos y las
estrategias utilizadas, así como el desenvolvimiento de
los elementos que conforman el sistema educativo a partir de
determinadas evidencias.

c) Función de orientación.- Consiste en
facilitar al evaluador su trabajo y
orientarlo para que perfeccione su labor profesional. Permite
hacer oportunamente los reajustes necesarios en la
evaluación, basada en la información recogida
acerca del proceso educativo.

d) Función de otorgar significado a la
práctica pedagógica y social.- Lo que se hace y los
resultados que se obtienen en la práctica evaluativa le
confieren significado a la práctica educativa y social. Es
decir. Los resultados de una evaluación y los usos que
damos a la información obtenida, sirven para pensar,
hablar, investigar, planificar y hacer política sobre
educación.

Por ejemplo: "Hacia la calidad
educativa" es una categoría lingüística que a través de la
evaluación se le confiere un significado particular y se
puede entender como la búsqueda de mejoras.

De este modo cuando hacemos valoraciones acerca de la
calidad, la excelencia, el rendimiento, el fracaso o éxito
de un centro educativo, universidad o instituto superior estamos
construyendo categorías conceptuales que luego son
asignados a determinados procesos educativos y sociales.
Este es el momento en que la evaluación otorga significado
a la práctica pedagógica.

e) Función de poder de control.- La
facultad de adjudicar o acreditar un valor social a una
organización, programa o individuo proporciona a la
institución que la otorga un importante poder sobre los
individuos ya que regulará las relaciones que se
darán entre ellos.

La evaluación cumple está función
en la educación, llegando a ser una forma tecnificada de
ejercer el control y la autoridad sin
evidenciarse, por medio de procedimientos que se dicen sirven a
otros objetivos: comprobación de la gestión de una
institución, motivar al alumno, informar a la sociedad, etc.
Estamos ante una función generalmente encubierta de la
evaluación.

Esto se manifiesta en la práctica de
evaluación de los profesores, quienes por la forma que
tienen de realizarla y por la potestad de corregir las respuestas
convierten a ésta en un instrumento de dominio y control
sobre las personas, consiguiendo con esto regular la conducta en
clase y ejercer "autoridad".

El poner un "cero" o suspender a un alumno es una
amenaza afectiva, en la cual el "evaluador" manifiesta sus
criterios sobre lo que es "normal", "deseable", "adecuado" y
"relevante" en el
aprendizaje.

Los evaluadores hacen uso de ese "poder" a través
de la evaluación cuando determinan la cantidad de
contenido que cubre la prueba, el tiempo de realizarla, el tipo
de respuesta y de aprendizaje que se valora
positivamente.

f) Función de apoyo a la
investigación.- El análisis de la calidad
educativa, el funcionamiento de determinados métodos, la
confirmación del éxito o fracaso escolar, los
indicadores de repitencia, ausentismo y deserción, la
pertinencia y relevancia de los programas de estudio y muchos
otros temas se abordan y analizan a partir de la
información proporcionada por la
evaluación.

La evaluación constituye una de las pocas
fuentes de
información y conocimiento de los componentes del
sistema educativo. Y, aunque tiene una serie de distorsiones y
sesgos su afinamiento puede contribuir a valorar la calidad del
servicio
educativo que se ofrece.

Casi toda investigación educativa parte de una
primera información proporcionada por la
evaluación. Ello exige que este inicial conocimiento de un
hecho educativo y pedagógico, se enriquezca en sus
métodos y análisis a fin de relacionarla con los
aportes de la evaluación, reconociendo la validez de los
saberes generados por la evaluación y la
investigación.

Niveles de la
evaluación educacional

La evaluación tiene distintas bases de
comparación, y aunque la información de la
evaluación puede usarse para distintos fines,
también se puede usar en diferentes niveles. En esta parte
se sugieren cuatro niveles de evaluación, los que
serán brevemente descritos y ralacionados con los
demás. Los cuatro niveles son: evaluación de los
aprendizajes, del programa o componente, de la institución
educativa y evaluación del sistema.

a) Evaluación de los aprendizajes.- El nivel
inicial, básico, y que suministra el fundamento de la
evaluación educacional, es la evaluación de los
aprendizajes de los estudiantes. Significa averiguar por medio de
la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa el
proceso de desempeño del educando en forma individual y
grupal.

La base de la evaluación en los colegios es la
evaluación del alumno. En la escuela, casi
todas las otras entidades que deben ser evaluadas tienen como
variable fundamental de desempeño, el desempeño del
alumno.

b) Evaluación de los componentes del sistema.- Un
segundo nivel de evaluación es el de componente. Cada
componente del sistema educacional -los programas nuevos o los ya
existentes, los medios o materiales educacionales, los grupos de
personal, las
aulas, la gestión institucional, etc.- puede ser evaluado
para descubrir si su desempeño alcanza los objetivos
establecidos para cada uno y si está contribuyendo al
óptimo funcionamiento del sistema educacional.

Gran parte de la evaluación
de proyectos se encuentra en este nivel de componente, ya que
los proyectos
generalmente involucran un solo componente o un grupo
pequeño de componentes relacionados. Los proyectos de
planes de estudio y de desarrollo de los aprendizajes (televisión, instrucción programada,
películas), son ejemplos de evaluación al nivel de
componente. Los componentes pueden ser analizados en base a su
desempeño dentro de una escuela o a través de un
gran número de escuelas, pero el nivel fundamental de
interés
es siempre el componente.

c) Evaluación de la institución
educativa.- El tercer nivel de evaluación es el de la
Institución Educativa. Significa evaluar el
desempeño de los educandos, así como también
los programas o componentes de la institución para su
mejoramiento en la asignación de sus recursos u otros
requerimientos.

Cada institución educativa debería reunir
información evaluativa acerca del éxito de sus
alumnos y de sus diversos componentes en el programa educacional
de la institución. La evaluación del programa o
programas es de fundamental importancia para el mejoramiento,
para la asignación de los recursos, para los pedidos de
ayuda que provienen de afuera de la institución, etc. La
evaluación es importante para aquellos que gestionan la
institución, para los educandos, los padres y para los
miembros de la comunidad a la
que sirve.

d) Evaluación del sistema.- Es la
combinación de información evaluativa de las
distintas instituciones educativas que están comprendidas
en un determinado territorio (distrito, un estado o una
nación). La evaluación se basa en la
información disponible sobre los alumnos, los componentes
y las escuelas a través de todos los sistemas,
organizada en función de aquellas variables que son
importantes para el sistema (que no son necesariamente las mismas
variables usadas en los otros niveles).

e) Relación entre los niveles evaluativos
educacionales.- Cada nivel evaluativo educacional es diferente
una de otra, en tanto que tienen propósitos diferentes y
además requieren distintas formas de evaluación,
sin embargo los juicios que se obtienen de ellas se relacionan
entre sí de manera muy estrecha.

La información de cada nivel inferior contribuye
y es una parte importante de la evaluación en niveles
superiores (información del alumno en evaluación de
componentes, información de componentes de
evaluación de la escuela, etc.).

Los niveles de evaluación interactúan con
los propósitos y también con las bases de las
comparaciones de la evaluación. Hay ciertas bases y
propósitos que son más lógicos en un nivel
que en otro. Al nivel de evaluación del alumno la base
principal debería ser la comparación con objetivos
educacionales establecidos y el propósito principal
debería ser la formación del alumno. (Por supuesto,
puede haber otras bases o propósitos en determinadas
ocasiones, como por ejemplo la del diagnóstico). Al nivel
de componente la base de comparación debería
incluir objetivos establecidos y también entidades o
componentes similares. El propósito sería
generalmente la formación del componente, pero
comenzaría a menudo con el diagnóstico. El nivel de
institución educativa debería ser una mezcla de
bases de comparación y propósitos. La
institución educativa debe diagnosticar sus problemas,
debe formar buenos programas y alumnos capaces, y debe tomar
decisiones sumativas acerca de los componentes y alumnos. La
institución debe compararse con sus propios objetivos
(Visión – Misión),
con instituciones similares y con los ideales establecidos a
nivel de sistema. En este último nivel el énfasis
está en el diagnóstico y en los propósitos
sumativos, y las bases de comparación en función de
otros sistemas, el propio progreso del sistema en periodos
anteriores y la comparación con ideales
establecidos.

Modalidades de la
evaluación educacional

Para toda acción educativa se tiene que definir
funciones y
modalidades de la evaluación. Existen diversas
tipologías al respecto. De alguna manera cada una
considera en su propuesta los tres momentos esenciales de
intervención (inicio, proceso, salida). Para determinar
mejor las modalidades de la evaluación, es conveniente
realizarla sobre la base de criterios, Algunos de ellos pueden
ser: finalidad o función, extensión, agentes
evaluados y momento de aplicación. Otro criterio
podría ser: ámbitos, finalidad y agentes. A
continuación se recrea los criterios
mencionados.

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A continuación, una breve descripción de cada una de las
modalidades:

Según su funcionalidad o finalidad

  • a) Formativa.- Implica la valoración de
    procesos (de funcionamiento general, de enseñanza, de
    aprendizaje…) y supone, por lo tanto la obtención
    rigurosa de datos a lo largo de ese mismo proceso, de modo
    que en todo momento se posea el conocimiento apropiado de la
    situación evaluada que permita tomar las decisiones
    necesarias de forma inmediata (…) Su finalidad es mejorar o
    perfeccionar el proceso que se evalúa. Tiene como
    objetivo la mejora de la actuación de los agentes
    educativos, de los programas o del funcionamiento de un
    centro educativo durante el curso de la propia
    realización y las decisiones que se tomen se dirigen a
    la mejora de la forma de actuar en ese momento.

  • b) Sumativa.- Resulta apropiada para la
    valoración del producto o procesos que se consideran
    terminados, con realizaciones o consecuencias concretas y
    valorables. No se pretende mejorar nada con esta
    evaluación de forma inmediata sino valorar
    definitivamente. Esta modalidad de evaluación suele
    realizarse generalmente por equipos de expertos y es por
    tanto externa. También dice que se realiza cuando la
    situación o proceso a evaluar está finalizando
    y pretende la acreditación social de la calidad de
    dicho proceso.

A continuación las ideas centrales sobre estas
dos modalidades:

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Según su temporalización

  • a) Inicial.- Es aquella que se aplica al inicio
    de un proceso de evaluación con el fin de detectar la
    situación de partida del sujeto u objeto a
    evaluar.

  • b) Procesual.- Es la valoración continua
    realizada mediante la recogida sistemática de datos,
    su análisis y toma de decisiones oportuna mientras
    tiene lugar el propio proceso. Es importante, porque ofrece
    información en forma permanente de tal modo que
    permite controlar si lo planificado está resultando
    como se había previsto o, si por el contrario, hay que
    atender algunas desviaciones que pueden afectar los
    resultados finales. Se considera que esta evaluación
    es la verdadera evaluación del proceso educativo
    tomado en su conjunto, es una valoración permanente de
    la actividad educativa a medida que ésta se va
    desarrollando y, consiste en descubrir y verificar a lo largo
    del proceso educativo las deficiencias y los logros de un
    sujeto, programa o institución, para subsanar y evitar
    posibles resultados negativos.

  • c) Final.- Es la que se realiza al culminar un
    proceso, aunque éste sea parcial. Sirve para comprobar
    los resultados obtenidos (no por ello tiene funcionalidad
    sumativa) Es la etapa en la que se enjuicia o valora procesos
    finalizados. Representa la última fase del proceso
    evaluador y la síntesis de todos los elementos
    proporcionados por la evaluación inicial y procesual,
    con el objeto de llegar a la formulación de un juicio
    global que resuma el progreso realizado.

Según los agentes.-

  • a) Autoevaluación.- Se produce cuando el
    sujeto evalúa sus propias actuaciones, valora su
    trabajo, obras o actividades realizadas por él mismo.
    Sujeto y objeto de evaluación se
    identifican.

  • b) Coevaluación.- Consiste en la
    evaluación mutua, conjunta, de una actividad o de un
    trabajo terminado, realizado entre varios.

  • c) Heteroevaluación.- Consiste en la
    evaluación que realiza una persona sobre otra: su
    trabajo, su actuación, su rendimiento. Se realiza
    cuando la capacidad de evaluación reside en los
    demás.

Según su extensión:

  • a) Global.- Llamado también
    evaluación holística que pretende una
    visión de conjunto, es decir, evalúa toda la
    realidad de la institución, todos sus elementos. De
    esta manera, se puede apreciar las relaciones entre los
    elementos, a la vez, se posibilita constatar las sugerencias
    o incongruencias del sistema (Institución Educativa),
    los desajustes, desfases y faltas de coordinación,
    así como las coherencias entre los elementos entre
    otros aspectos.

b) Parcial.- Sucede cuando la evaluación se
centra en determinados aspectos de la institución y
permite una visión más detallada y completa
(microscópica) incluso más fiable y válida,
merced a una mejor medida de las variables al ser menos las que
deben ser consideradas. El riesgo que se
corre es que se descontextualiza el aspecto evaluado del sistema
total (Institución Educativa), lo que no permite
comprender el por qué de determinados
fenómenos

Ámbitos de
la evaluación educativa

La evaluación educativa puede llevarse a cabo en
diversos ámbitos (áreas, niveles, estamentos,
procesos, etc) del quehacer educativo. Pero esto no es
fácil, ya que surge la dificultad de identificar un
esquema que pueda comprender aquellos componentes y elementos
importantes del sistema educativo que interese evaluar. Al
respecto, podemos decir, que no hay un único esquema que
permita discriminar áreas y campos a evaluar,
dependerá de los criterios que se asuman para presentar el
sistema educativo en su conjunto. Su validez estará en que
este esquema tenga coherencia y consistencia interna.

A continuación se presentan algunas propuestas a
modo de ejemplo:

a) Propuesta basada en una estructura
orgánica de un sistema educativo.

Un ejemplo que puede ilustrar lo mencionado
líneas arriba es considerar dos grandes campos:

  • Gestión Pedagógica, como eje central
    de la acción educativa y

  • Gestión Institucional, como su nivel
    organizativo, de apoyo.

Independientemente de la valoración que podamos
hacer sobre esta estructura, puede servir para identificar dos
campos de evaluación, con áreas más
específicas que constituirán objetos de
evaluación.

A continuación presentamos una estructura
orgánica y las variables posibles de evaluar:

SISTEMA EDUCATIVO

I. Gestión pedagógica:

  • a) Educación Básica
    Regular

  • b) Educación Básica
    Alternativa

  • c) Educación Superior
    Tecnológica

  • d) Formación y Capacitación
    Docente

  • e) Coordinación
    Académica

  • f) Documentación e Información
    Pedagógica

  • g) Promoción de la Cultura y el
    Deporte

II. Gestión institucional:

  • a) Planificación Estratégica y
    Medición de la Calidad Educativa

  • b) Apoyo a la Administración
    Educativa

  • c) Coordinación y
    Supervisión

  • d) Infraestructura Educativa

  • b) Propuesta sistémica.- En esta
    perspectiva encontramos los siguientes elementos: Insumos
    (I), Procesos (P) y Productos (P) en el marco de un Contexto.
    Lo importante es identificar para el ámbito educativo
    cuáles son los insumos, los procesos y los productos y
    los aspectos contextuales. A modo de ejemplo podemos indicar
    algunos componentes.

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  • Insumos o entradas.- Constituidos por los recursos
    humanos y materiales, es decir, estudiantes, docentes, aulas,
    instalaciones, dinero; así como los conocimientos
    previos y las experiencias acumuladas de los
    estudiantes.

  • Procesos.- Constituidos por las formas de
    interacción que se dan en las sesiones de
    aprendizajes, uso de los materiales y recursos
    didácticos, el funcionamiento de la
    organización, relación con los factores que
    rodean al proceso.

  • Productos.- Reflejado por las mediciones e
    interpretaciones de logros de un proyecto o programa, el que
    no debe ser sólo al final del mismo, sino tantas veces
    sea necesario durante el funcionamiento del
    programa.

  • Aspectos contextuales.- Están referidos a las
    necesidades, problemas y oportunidades sociales para
    transformarlos en metas y objetivos; así como apreciar
    como el proceso educativo atiende realmente las expectativas
    del ambiente que lo rodea y como éste influye en el
    programa.

  • c) Propuesta triádica educativa.- Dentro
    del sistema educativo podemos identificar los siguientes tres
    grandes ámbitos de evaluación: La
    administración educativa, la institución
    educativa y los estudiantes. A continuación
    presentamos la propuesta:

SISTEMA EDUCATIVO

I. ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA:

Señala el marco de actuación del sistema
educativo de un país y actúa como un fuerte
condicionante de la calidad educativa. Las áreas a
considerar son:

  • Estructura orgánica que adopta para el
    cumplimiento de sus funciones.

  • Normas legales emitidas

  • Programas curriculares

II. INSTITUCIÓN EDUCATIVA:

Como el eje y elemento clave de cualquier sistema
educativo, en el cual se concretiza el proceso educativo
sistemático de todo país. Las áreas y
subáreas a considerar son:

  • 1. Entorno.-Situación del medio
    familiar, laboral y sociocultural. Utilidad del entorno,
    integración de la institución en el
    entorno.

  • 2. Instalaciones y recursos.- Situación
    del edificio, equipamiento, presupuesto, servicios, recursos
    didácticos.

  • 3. Personal.- Estudiantes, docentes, personal
    directivo, padres de familia, personal administrativo y de
    servicio.

  • 4. Estructura organizativa y dirección.-
    Proyecto educativo institucional, proyecto curricular y
    proyecto de gestión.

  • 5. Experiencia e innovación.- Programas
    experimentales y de innovación.

  • 6. Funcionamiento interno.- Equipo directivo,
    actividad administrativa y económica, consejo escolar,
    asesoría académica, docentes,
    programación curricular, coherencia
    metodológica, coherencia evaluativo,
    orientación y tutoría, clima escolar,
    actividades extraescolares, actividades intraescolares,
    experiencias e innovaciones.

  • 7. Relaciones con la comunidad.- Relaciones con
    los padres de familia, relaciones con las autoridades de la
    comunidad, relaciones con otras instituciones educativas,
    nivel de expectativa de la comunidad hacia el centro,
    rendimiento del alumnado, seguimiento de los egresados e
    integración laboral, satisfacción e
    integración de la comunidad educativa, nivel de
    eficacia de todos los componentes descritos.

III. ESTUDIANTE:

Es el centro del sistema educativo en su conjunto y
protagonista central del hecho educativo y pedagógico. Las
áreas posibles de evaluación son: Grado de
satisfacción personal de los estudiantes y grado de
consecución de los objetivos y adquisición de
contenidos.

Evaluación
y la mejora en la calidad educativa

En relación al mejoramiento en la calidad
educativa, de manera específica, la evaluación
cumple los siguientes roles:

  • Proporciona datos, análisis e
    interpretación válidos y fiables sobre la
    situación educacional actual
    . Se trata de una
    función diagnóstica pero para la toma de
    decisiones. Esta función diagnóstica se
    concretiza a nivel macro o a nivel micro, en el
    análisis de resultados de una actividad o tarea
    educacional específica. Sin embargo, conviene precisar
    que a nivel macro importa evaluar resultados, mientras que a
    nivel micro se pone el acento en evaluar procesos.

Para hacer un análisis más exhaustivo
existe la necesidad de precisar indicadores educativos relevantes
y permanentes. Cada unidad de estudio debería traducirse
en un sistema de indicadores, de tal manera que se
posible:

  • Tener información relevante sobre el
    sistema

  • Hacer comparaciones a lo largo del tiempo y del
    espacio.

  • Precisar tendencias del sistema

  • Llamar la atención sobre los puntos
    críticos del sistema

  • Coadyuva a la conducción de los procesos
    de cambio y de reforma educacional.
    Las innovaciones
    pedagógicas y las transformaciones organizacionales
    del sistema educativo o de un centro educativo requieren un
    acompañamiento permanente. Un prerrequisito para ello,
    es tener evaluaciones permanentes que determinen el logro de
    metas e impactos que se producen.

  • Ayuda a la valoración de los resultados de
    la evaluación.
    Ya no basta describir resultados.
    Importa dar un juicio de valor sobre ellos, en la medida que
    estos resultados se correlacionan con las finalidades
    previstas. Por ello, la evaluación es un mecanismo que
    permite este necesario proceso valorativo que va más
    allá de la presentación de datos o cuadros
    estadísticos. Se trata de ver hasta qué va
    más allá de la presentación de datos o
    cuadros estadísticos. Se trata de ver hasta qué
    punto la práctica educativa es significativa para el
    sujeto en su dimensión personal y social. Es decir,
    presentar cómo la acción educacional adquiere
    significancia para las personas involucradas y para el grupo
    social de pertenencia.

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Autor:

Psic. Jesús Alberto Sarria
García

Reseña biográfica del autor:

Psicólogo.

Peruano, Licenciado en Educación y en
Psicología, con estudios concluidos en Maestría con
mención en Psicología
Educativa. Especialista en Proyectos Educativos y Cultura de
Paz. Actualmente ejerce la docencia en la
Educación Básica Alternativa y Superior. Miembro
del Colegio de Psicólogos y del Colegio de Profesores del
Perú.

Ciudad, país y fecha del trabajo
realizado:

Lima – Perú. Abril del 2009.

Partes: 1, 2
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