En estos precisos instantes se observa algo
profundamente disfuncional, que raya en lo escandalosamente
irresponsable, en el díscolo comportamiento
de nuestra élite política; las cosas
siguen su curso habitual en el momento económico
más poco habitual de nuestras vidas. Parece que no captan
que nuestro sistema
financiero está en peligro.
"Parece que ya no hay unidad. La situación de
urgencia parece menos agobiante", decía Bill Frenzels, ex
congresista republicano durante 10 legislaturas y que en la
actualidad trabaja para la Brookings Institution, en
declaraciones a CNBC.com el pasado viernes.
No quiero que desaparezca del mapa la industria del
automóvil de Detroit, pero ¿qué se supone
que deberíamos hacer con los directivos de ese sector que
viajan a Washington por separado en tres jets privados, piden que
se les rescate con el dinero de
los contribuyentes y no presentan un plan detallado
para emprender una reconversión?
Los mercados
bursátiles y crediticios no se han dejado engañar.
Las acciones han
empezado a cotizar a niveles de gran depresión,
no a niveles de recesión. Ahora, con cuatro euros, se
puede comprar una acción
de Citigroup, y con lo que sobra, pedir algo en McDonald's.
En consecuencia, es muy posible que Barack Obama tenga
que tomar la decisión más importante de su
presidencia, antes incluso de que haya comenzado.
"Hay que hacer inmediatamente una valoración
profunda que determine cuál es la dimensión y la
gravedad de la situación", afirma Jeffrey Garten,
catedrático de finanzas
internacionales de la Yale School of Management. "Se trata de
una valoración crucial. ¿Pensamos que
bastará con unos 150.000 millones de euros para zanjar el
problema o creemos que, a pesar de todo lo que hemos hecho hasta
ahora -a pesar de los 560.000 millones de euros para sacar a
flote a los bancos, del
descenso de los tipos de interés y
del modo en que ha intervenido directamente la Reserva Federal
para apuntalar determinados mercados-, aún falta mucho
para tocar fondo y que lo que tenemos delante es un profundo
agujero en el que podría caer todo el mundo?".
Si es más bien lo segundo, entonces nos hace
falta un enorme catalizador de confianza y capital para
dar la vuelta a la situación. Y éste sólo lo
pueden proporcionar el nuevo presidente y su equipo, en
sincronización con las otras grandes economías del
mundo.
"El mayor error que podría cometer Obama",
añade Garten, "sería pensar que el problema es
menor de lo que es en realidad. Por otro lado, sobrestimar lo que
se necesitará para resolverlo es mucho menos
peligroso".
La sabiduría popular dice que es bueno para un
presidente empezar desde abajo, porque entonces sólo se
puede ir hacia arriba. Y es cierto, a menos que el suelo se derrumbe
antes de que ponga manos a la obra.
(Thomas L. Friedman es columnista del diario The New
York Times. (c) New York Times News Service, 2008)
– Reportaje: Primer plano – Marcha atrás en la
ortodoxia – Los Gobiernos y los bancos centrales sacan toda su
artillería contra la crisis (El
País – 30/11/08)
(Por Alicia González)
El gurú de la crisis, Nouriel Roubini, sostiene
que "tiempos desesperados exigen medidas desesperadas y
extremas". Y nada más desesperado, en su opinión,
que la amenaza de deflación, suspensiones de pagos y
trampas de liquidez que atenazan a la economía
mundial.
En eso están todos los gobiernos del mundo en
este momento. Rebajas de impuestos a
empresas y
consumidores, compras de
créditos dudosos, inversiones en
obra pública… Todo es poco para evitar la
fatídica combinación que supone el desplome de la
actividad, frenazo del consumo,
restricción del crédito
y caídas de precios a la
que parece abocada sin remedio la economía mundial.
A eso se comprometían, precisamente, los
líderes del G-20 el pasado 15 de noviembre en Washington.
"Usaremos medidas fiscales para estimular la demanda
doméstica con efecto inmediato, según sea
necesario, mientras se mantiene un marco político enfocado
a la sostenibilidad presupuestaria", decía el punto
número siete del comunicado. La ortodoxia parece haber
quedado relegada ante el riesgo de que la
recesión global deje paso a una depresión. Las
autoridades están llevando a cabo una movilización
sin precedentes de todos los recursos
disponibles, aunque eso se traduzca en la vuelta a los
déficit públicos, un incremento en las emisiones de
deuda de los Estados desconocido en los últimos
años y la puesta en marcha de políticas
hasta ahora consideradas heterodoxas, como las aprobadas esta
última semana en Estados
Unidos.
La Reserva Federal ha llevado a cabo una fuerte
inyección de liquidez en la economía para animar
el crédito a las familias y a las pequeñas y
medianas empresas. Se trata de una medida excepcional, no
sólo por el elevado volumen de la
medida (800.000 millones de dólares, frente a los 700.000
millones del plan de rescate del Gobierno) sino
por el cambio de
estrategia que
implica.
"Aunque aún es demasiado pronto para saber si las
últimas medidas son suficientes para marcar un punto de
inflexión en la crisis crediticia, cada una de ellas
supone un cambio radical en la forma en la que los responsables
políticos y económicos de Washington están
respondiendo a la crisis", aseguraba Barclays Capital en un
informe.
Mientras los planes del Gobierno se financian con
dinero de los
contribuyentes a través de la emisión de deuda
pública, los del banco central
implican, de hecho, darle a la máquina de hacer dinero.
Así, el balance del banco ha pasado en los últimos
meses de 800.000 millones a 2 billones de dólares. Todo
con un doble objetivo:
aumentar la liquidez del mercado y evitar
el riesgo de deflación.
La Reserva ha tenido que adoptar estas medidas ante la
amenaza de "quedarse sin munición", como lo definió
su ahora presidente Ben Bernanke en 2002. Entonces, como miembro
del Consejo de Gobierno de la entidad, apostaba porque la Reserva
comprara deuda pública e incluso privada si los tipos de
interés se aproximaban peligrosamente a cero.
Seis años después, ése es el
escenario que baraja la entidad. Con el precio del
dinero en el 1%, los analistas apuestan por una nueva rebaja en
diciembre hasta el 0,5%. A partir de ese nivel, la rebaja de los
tipos de interés deja de ser un instrumento efectivo de
política
monetaria y son necesarias otro tipo de medidas.
Ahí es donde se enmarca el cambio de estrategia
de la entidad dentro de las denominadas políticas de
expansión cuantitativa. Es lo que hizo Japón
entre el año 2001 y 2006, un tiempo durante
el que mantuvo los tipos de interés en el 0,15%, pero
proporcionando al mismo tiempo provisiones suficientes de
reservas al sistema bancario
para fomentar la ampliación de los créditos. Y fue
eso lo que permitió a Japón salir de una
década de crisis, según asegura Mark Spiegel,
analista de la Reserva Federal de San Francisco.
Europa en esta ocasión ha ido por delante de
Estados Unidos. Aunque la política monetaria europea
aún cuenta con mucho margen de actuación, con el
precio del dinero en el 3,25%, el BCE lleva desde hace
aproximadamente un mes ofreciendo cantidades de dinero ilimitadas
en las subastas semanales de liquidez a un tipo fijo, un claro
giro hacia políticas cuantitativas.
"Lo cierto es que el BCE tardó en actuar y ahora
permite barra libre de liquidez" a los bancos, asegura
José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Eso ha incrementado en un 50% el neto que presta al conjunto del
sistema financiero respecto a los niveles de agosto de
2007.
UBS señalaba en un reciente informe que tanto el
euro como el sistema financiero articulado en torno a la moneda
única nacieron con defectos de origen que esta crisis ha
sacado a la luz. Entre ellos,
que la responsabilidad de la política monetaria
reside en el BCE mientras la responsabilidad sobre el sistema
bancario reside en los bancos centrales. "Eso significa, in
extremis, que Europa carece de
un prestamista creíble de último recurso", dicen
los analistas de UBS. Como dijo en su puesta en marcha el
entonces presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi,
"estoy seguro de que el
euro nos obligará a introducir un conjunto de nuevos
instrumentos de política
económica. Es políticamente imposible
proponerlos ahora. Pero algún día habrá una
crisis y esos instrumentos serán creados". A estas
alturas, el debate ni
siquiera se ha planteado entre los miembros del consejo de la
entidad.
Las autoridades europeas también parecen haber
hecho caso omiso de los buenos propósitos expresados en la
cumbre de Washington y cada día parece más
difícil articular un plan de estímulo
económico coordinado a nivel comunitario.
La propuesta de la Comisión de poner en marcha
rebajas fiscales y ayudas presupuestarias equivalentes al 1,5%
del PIB se ha
encontrado con el rechazo tajante de Francia y
Alemania,
especialmente lo que respecta a la rebaja del IVA. Se trata
de un plan de 200.000 millones de dólares –"aunque
puede ser necesario más para atajar la crisis",
advertía el presidente de la Comisión, José
Manuel Durão Barroso- al que Bruselas apenas aporta
30.000 millones. Algunos Estados miembros cuentan con escaso
margen presupuestario, dado que su nivel de déficit ya
roza el 3% del PIB, pero Bruselas está dispuesta a hacer
la vista gorda. "En circunstancias excepcionales uno puede
utilizar la máxima flexibilidad", admitió
Barroso.
Sin esperar a un acuerdo, Londres ya ha puesto en marcha
su propio plan, con el objetivo principal de impulsar el consumo
a través de una rebaja del IVA. En total, 20.000 millones
de libras (24.000 millones de euros), el mayor plan de
estímulo aprobado en el Reino Unido desde 1988,
equivalente al 1,1% del PIB.
Para paliar, aunque sea parcialmente los costes del
plan, el Gobierno laborista ha anunciado que, a partir de 2011,
subirá el impuesto sobre la
renta del 40% al 45% a quienes ganen más de 150.000
libras anuales (180.000 euros). Y ahí radica un cambio
fundamental en la política aplicada por Reino Unido y la
mayor parte del mundo occidental en la última
década. Desde la llegada de la conservadora Margaret
Thatcher al poder en 1979
(a la que se sumaría con la misma filosofía liberal Ronald Reagan en Estados
Unidos en 1981) el tipo máximo del IRPF sólo ha
hecho que bajar, una tendencia a la baja que Tony Blair como
primer ministro acentuó.
"Es la vuelta a los años setenta", aseguraba Bill
Jones, profesor de
políticas de la Universidad de
Manchester. "Es un retorno a las diferencias entre los dos
partidos
políticos y el fin temporal de las políticas de
consenso. Es como si los laboristas, de pronto, hubieran roto su
camisa de fuerza".
Es la línea que también anticipa el nuevo
Gobierno demócrata en Estados Unidos. Como candidato
presidencial, Barack Obama criticó con dureza las rebajas
fiscales para las rentas más altas llevadas a cabo por el
Gobierno de George Bush. Los nuevos asesores presidenciales
descartan que el plan de estímulo que Obama
aprobará nada más ser investido presidente vaya a
incluir subidas de impuestos para estos colectivos. Pero el
propio Obama reiteraba esta semana su intención de que
"los más ricos paguen un poco más para que podamos
invertir en el crecimiento y recuperar la economía". Toda
una declaración de intenciones.
Y un planteamiento muy diferente a algunas de las
medidas -que no las declaraciones- del Gobierno español.
El plan de estímulo aprobado por el Consejo de Ministros
el pasado mes de abril incluía la eliminación del
impuesto sobre
el patrimonio,
ahora en tramitación en el Senado y por el que el Estado
dejará de ingresar unos 1.800 millones de euros anuales.
La medida ha sido muy bien acogida por aquellos obligados a pagar
este impuesto, entre otros, los que acumulan bienes por
valor superior
a los 600.000 euros. "No sabía que yo fuera
socialdemócrata y que lo fuera tanto", se ha comentado con
sorna en algunos reservados de los restaurantes más caros
de Madrid a la
vista del ahorro que esa
medida supondrá para sus comensales.
Vuelta a los déficit
Los planes de rescate financiero y de estímulo
económico conllevan la vuelta al déficit
público y a las emisiones de deuda masivas. Los
últimos cálculos apuntan que el deterioro de las
cuentas
públicas de los países desarrollados se
situará de media en el 4,1% del PIB en 2010, según
la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE).
Mayor será el impacto de los planes de
estímulo para Estados Unidos, que verá cómo
sus cuentas públicas registran un déficit del 6,8%
en dos años, el mayor déficit entre los de la OCDE.
Sin embargo, algunos analistas privados apuntan que el
déficit alcanzará niveles próximos al 8% del
PIB en economías como la del Reino Unido e incluso
España.
A la hora de gastar ese dinero, la OCDE reconoce que la
inversión en infraestructuras puede ser un
buen instrumento, aunque tarda en instrumentarse y ponerse en
marcha y, por tanto, en trasladarse al resto de la
economía. De ahí que apunte alternativas como las
rebajas de impuestos o las transferencias de renta a las familias
más endeudadas y con menos recursos. Sí subraya que
"una vez que haya signos claros
de recuperación será necesario deshacer con rapidez
los estímulos macroeconómicos para evitar que se
asienten las presiones inflacionistas en la
economía".
Pero eso no resultará nada fácil. La
economista jefe de Schroders, Keith Wade, sostiene que "resulta
difícil para los gobiernos dar marcha atrás en los
planes de estímulo, especialmente cuando están
asociados a objetivos
políticos prioritarios", como los trabajadores menos
cualificados o los hogares de menor renta. Eso supone que una vez
que comienza la recuperación de la actividad en el sector
privado "el mantenimiento
de la expansión presupuestaria deriva en un
sobrecalentamiento y en más inflación". Un
pronóstico que resultaría amenazante en cualquier
otro momento pero no tanto ahora, cuando el riesgo de una espiral
deflacionista se ha hecho evidente.
En ese sentido, el elevado endeudamiento público
tampoco sería ahora una amenaza para los precios "dada la
debilidad de la demanda del sector privado", insiste Schroders en
su análisis. Todo ello dibuja un escenario
similar al de los años sesenta, con el IPC por debajo del
2% pero sin entrar en deflación.
– Obama anuncia la mayor inversión en un plan de
infraestructuras en 50 años (Expansión –
6/12/08)
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha
anunciado que su plan para crear al menos 2,5 millones de nuevos
puestos de trabajo
incluye la mayor inversión en infraestructuras desde los
años 1950 y un gran esfuerzo para reducir el uso de
energía del Gobierno.
Asimismo, Obama ha dicho que se dará un fuerte
impulso para expandir el acceso a internet de gran velocidad y
para modernizar las escuelas en todo el país.
"Necesitamos acción y acción ahora", ha
declarado Obama en su mensaje radiofónico semanal del
Partido Demócrata, un día después de que los
datos del
Gobierno revelaran que en noviembre se han destruido 533.000
empleos, la cifra más alta en 34 años.
Obama, que asumirá el cargo el próximo 20
de enero, ha prometido actuar rápidamente para sacar a la
economía estadounidense de una recesión que ya ha
llevado a la tasa de desempleo hasta
el 6,7% y se espera que esté por encima del 8% para
finales del próximo año.
El presidente electo anuncia un importante
esfuerzo para construir edificios públicos más
eficientes energéticamente
El presidente electo ha comenzado pidiendo
a su equipo económico que presente un plan para crear al
menos 2,5 millones de empleos para 2011. Además,
está previsto que el Congreso apruebe un nuevo paquete de
estímulo económico en enero que podría estar
listo para la firma de Obama justo para el momento en que este
tome posesión de su cargo.
"Primero lanzaremos un importante esfuerzo
para construir edificios públicos más eficientes
energéticamente. Nuestro Gobierno paga actualmente la
factura
energética más cara del mundo", ha subrayado Obama.
Según el presidente electo, cambiar los antiguos sistemas de
calefacción e instalar bombillas de bajo consumo en los
edificios federales ahorrará a los contribuyentes miles de
millones de dólares, además de crear nuevos
empleos.
Sistema federal de
autovías
También se crearán millones
de nuevos empleos con el "la inversión única mayor
en nuestra infraestructura nacional desde la creación del
sistema federal de autovías en los años 1950",
subrayó Obama, sin dar una cifra exacta.
En virtud del plan, los estados perderán dinero
federal a menos que actúen rápidamente para
construir y reparar carreteras y puentes. "Fijaremos una norma
simple, úsalo o piérdelo", ha indicado.
El plan, que dijo que anunciará en mayor detalle
en las próximas semanas, incluye la modernización
de escuelas para que sean eficientes energéticamente y la
instalación de ordenadores en las clases. "También
renovaremos nuestras autopistas de la información. Es inaceptable que Estados
Unidos esté en el puesto número quince en adopción
de la banda ancha",
ha lamentado.
En este sentido, ha expresado su intención de que
más escuelas y bibliotecas
estén conectadas a la red y que los hospitales
estén conectados entre sí electrónicamente.
El que todos los médicos y hospitales en Estados Unidos
utilicen tecnología punta y
puedan acceder a registros
médicos electrónicos podría ayudar a
"prevenir errores y ahorrar miles de millones de dólares
cada año".
– Krugman cree que los planes de rescate de los
Gobiernos podrían no llegar a tiempo
(Expansión – 7/12/08)
El premio Nobel de Economía 2008, el
estadounidense Paul Krugman, se ha mostrado preocupado por lo
rápido que puedan aplicar los Gobiernos sus planes para
superar la actual crisis, ya que la economía está
empeorando a gran velocidad.
"Todos tenemos reservas sobre cuánto pueden
gastar los Gobiernos para sostener la economía", pero
más importante es saber si los planes de rescate aprobados
por los países se pueden poner en marcha a la velocidad
necesaria, ha dicho Krugman en una rueda de prensa en
Estocolmo, donde el próximo miércoles
recibirá el premio Nobel de Economía
2008.
Krugman, premiado por sus trabajos sobre comercio
internacional que le llevaron a diseñar una "nueva
geografía
económica" y una "nueva teoría
del comercio",
insistió en que el momento actual es "muy difícil"
y de "transición" en cuanto a sistemas
económicos.
"Las cosas van a ponerse peor por lo que es
difícil prever qué medidas de rescate pueden
funcionar", ha añadido este profesor de Economía y
Asuntos Exteriores en la Universidad de Princeton desde 2000 y
premio Príncipe de Asturias de Ciencias
Sociales en 2004.
Un aspecto que puede ayudar, según
destacó, es la experiencia japonesa. "Tenemos que estar
agradecidos con los japoneses por haber tenido ese largo periodo
con presión
deflacionista en la economía que nos demuestra que esas
cosas pueden pasar y también qué políticas
funcionan y cuáles no".
Respecto a qué se les escapó a los
expertos para no advertir la seriedad de la crisis, Krugman ha
indicado que, en su caso, no fue consciente de "lo frágil
que era el sistema financiero". "No me di cuenta, como le
pasó a casi todo el mundo, de la extensión en la
que el sistema bancario tradicional, terriblemente protegido,
estaba siendo sustituido por la banca paralela,
que son bancos de hecho pero que no son bancos, que no
están regulados como los bancos".
Esa "vulnerabilidad y fragilidad de ese nuevo sistema
bancario paralelo no debería haber sido una sorpresa, pero
lo fue. Esta crisis era algo que se esperaba pero su
extensión ha sido un schock", afirma este economista y
periodista estadounidense, de 55 años y conocido por ser
un gran crítico del presidente George W. Bush y su
política neoliberal.
No repetir errores del pasado
Sobre la próxima administración estadounidense de Barack
Obama, señaló que "conocen bien los riesgos" de
las últimas décadas de políticas
económicas. "No hay riesgo de que lo repitan". No
será una administración proteccionista, ha dicho
Krugman, que aseguró con rotundidad:""hay muchas cosas por
las que estoy preocupado y el proteccionismo en Estados Unidos no
es una de ellas".
Al respecto indicó que no piensa que el nuevo
Gobierno estadounidense haga nuevos acuerdos comerciales ni que
"gaste ningún capital político en tratar de hacer
regresar la ronda de Doha a los raíles".
Igualmente alabó la elección del
próximo secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner,
al que calificó de "muy inteligente y de mente muy
abierta". "Fue rápido en darse cuenta de la vulnerabilidad
del sistema financiero y dio discursos
sobre los riesgos antes de que la mayoría de la gente se
diera cuenta de la amplitud" de la crisis.
Pese a reconocer la gravedad de la situación en
general y del sector bancario y de la industria automovilista en
particular -que se enfrentan en su país a un riesgo de
desaparición en su estructura
actual debido a la dispersión geográfica-, Krugman
no dejó de bromear sobre la economía. En Estados
Unidos, explicó, el problema han sido las enormes
cantidades de dinero que algunos han hecho en la banca de
inversiones, pero "ese es un problema que creo que ya se ha
solucionado", afirmó irónico. Y terminó,
entre risas, diciendo que su felicitación favorita tras
anunciarse que era el ganador del Nobel es la de un amigo
referida al premio en metálico que recibirá (diez
millones de coronas suecas -un millón de euros-) y que
decía: "espero que encuentres el banco aún en pie
para poner tu dinero".
– Análisis: Economía global
-¿Dañará el gasto de hoy a la
economía de mañana? (El País –
7/12/08)
(Por Paul Krugman)
Hay ahora mismo un intenso debate sobre lo
dinámicos que deberían ser los intentos del
Gobierno de EE UU por invertir la marcha de la economía.
Muchos economistas, entre los que me incluyo, están
pidiendo una gran expansión fiscal que
impida que la economía entre en caída
libre. A otros, sin embargo, les preocupa el lastre que unos
grandes déficit presupuestarios puedan suponer para las
generaciones futuras.
Pero quienes se preocupan por el déficit
están completamente equivocados. En las condiciones
actuales, no hay que sacrificar lo que es bueno a largo plazo por
lo que lo es a corto plazo; una expansión fiscal fuerte
mejoraría realmente las perspectivas económicas a
largo plazo.
La afirmación de que los déficit
presupuestarios empobrecen a la larga la economía se basa
en la creencia de que los préstamos adquiridos por el
Gobierno excluyen a la fuerza la inversión privada: que el
Gobierno, al emitir grandes cantidades de deuda, impulsa al alza
los tipos de interés, lo que hace que las empresas sean
reacias a invertir en nuevas plantas y
equipos, lo cual, a su vez, reduce la tasa de crecimiento
económico a largo plazo. En circunstancias normales,
este argumento tendría mucho a su favor.
Pero ahora mismo las circunstancias son de todo menos
normales. Plantéense lo que sucedería el año
que viene si la
Administración de Obama cediese ante los halcones del
déficit y redujese la escala de sus
planes fiscales. ¿Haría esto que bajasen los tipos?
Está claro que no conduciría a una
disminución a corto plazo de los tipos de interés,
que están más o menos controlados por la Reserva
Federal. La Reserva ya está manteniendo esos tipos tan
bajos como le es posible -prácticamente a cero- y no
variará su política a menos que vea alguna
señal de que la economía amenaza con recalentarse.
Y esa perspectiva no parece realista por el momento.
¿Y qué hay de los tipos a más largo
plazo? Estos tipos, que ya están en su nivel mínimo
desde hace medio siglo, son principalmente el reflejo de los
tipos a corto plazo que se esperan para el futuro. La austeridad
fiscal podría hacerlos bajar aún más, pero a
costa de generar expectativas de que la economía siga
profundamente deprimida durante mucho tiempo, lo cual
reduciría la inversión privada en lugar de
incrementarla.
La idea de que, cuando la economía está
deprimida, una política
fiscal rígida reduce de hecho la inversión
privada no es simplemente un razonamiento hipotético: es
exactamente lo que sucedió en dos episodios
históricos importantes.
El primero tuvo lugar en 1937, cuando Franklin Roosevelt
cometió el error de seguir los consejos de quienes se
preocupaban por el déficit en aquella época. Redujo
radicalmente el gasto del Gobierno recortando a la mitad la
inversión en la Administración para la Mejora del
Trabajo y subiendo los impuestos, entre otras cosas. El resultado
fue una grave recesión y una caída pronunciada de
la inversión privada.
El segundo episodio tuvo lugar en Japón 60
años después. En 1996 y 1997, el Gobierno
japonés intentó equilibrar su presupuesto
recortando el gasto y subiendo los impuestos. Y, de nuevo, la
recesión que provocó indujo una caída
pronunciada de la inversión privada.
Para que quede claro, no estoy argumentando que tratar
de reducir el déficit presupuestario sea siempre negativo
para la inversión privada. Se puede afirmar razonablemente
que la moderación fiscal de Bill Clinton en los
años noventa contribuyó a alimentar la gran
explosión de la inversión que se produjo en EEUU
durante esa década, la cual, a su vez, llevó a una
recuperación en el crecimiento de la productividad.
Lo que hizo que la austeridad fiscal fuese tan mala idea
tanto en los EEUU de Roosevelt como en el Japón de los
años noventa fue el hecho de que se daban unas
circunstancias especiales: en ambos casos, el Gobierno dio marcha
atrás frente a una trampa de la liquidez, una
situación en la que, a pesar de que la autoridad
monetaria había recortado los tipos de interés todo
lo posible, la economía seguía funcionando muy por
debajo de su capacidad.
Y ahora nos encontramos ante la misma clase de
trampa, y por eso quienes se preocupan por el déficit
están fuera de contexto.
Una cosa más: la expansión fiscal
será todavía mejor para el futuro de EEUU si una
gran parte de ella se lleva a cabo en forma de inversión
pública: construcción de carreteras,
reparación de puentes y desarrollo de
nuevas
tecnologías, todo lo cual hará más rico
al país a largo plazo.
¿Debería el Gobierno mantener
indefinidamente una política de grandes déficit
presupuestarios? Desde luego que no. Aunque la deuda
pública no es tan mala como mucha gente cree
-básicamente, es dinero que nos debemos a nosotros
mismos-, a la larga, el Gobierno, al igual que los particulares,
tiene que compensar sus gastos con sus
ingresos.
Pero ahora mismo tenemos un déficit básico
en el gasto privado: los consumidores están redescubriendo
las ventajas del ahorro en el mismo momento en que las empresas,
quemadas por los excesos del pasado e incapacitadas por las
dificultades del sistema financiero, están recortando sus
inversiones. Ese desfase terminará por corregirse, pero,
hasta que lo haga, el gasto del Gobierno debe cargar con el
muerto. De otro modo, la inversión privada, y la
economía en su conjunto, se hundirán aún
más.
Resumiendo: la gente que piensa que una expansión
fiscal hoy será mala para las generaciones futuras se
equivoca radicalmente. La mejor línea de actuación,
tanto para los trabajadores de hoy como para sus hijos, es hacer
todo lo que haga falta para poner esta economía en el
camino hacia su recuperación.
((c) 2008 New York Times Service Traducción de News Clips)
– El histórico plan de Obama
(Intereconomía – 8/12/08)
Parece ser que la inversión pública es el
único camino para la recuperación. El anuncio de
Barak Obama, presidente electo de EEUU ha supuesto un revulsivo
para los mercados
financieros tras anunciar uno de los mayores planes de
"rescate" económico basado en la inversión
multimillonaria en infraestructuras.
Desde la era de Eisenhower no se anunciaba un plan
semejante. Obama se ha comprometido salvar o crear al menos 2,5
millones de puestos. Se pretende aprobar inmediatamente
después de que Obama acceda a la presidencia el 20 de
enero. Aunque no se ha concretado el plan de actuación, se
asegura que podría oscilar entre 400.000 y 700.000
millones de dólares.
Durante su discurso,
Obama anunció el mayor plan de infraestructuras desde los
años cincuenta y ha recordado que EEUU es el país
que más energía consume en el mundo y se
comprometió a reemplazar los viejos sistemas de
calefacción de los edificios públicos.
También prometió emprender el mayor programa de
modernización de los edificios de escuelas públicas
que Estados Unidos jamás ha visto.
El presidente electo ha indicado que el plan para
recuperar la economía estadounidense contempla
además aumentar el acceso a internet de alta velocidad,
mejorar las escuelas, reducir la dependencia del petróleo y
ahorrar miles de millones de dólares.
El plan será presentado al Congreso cuando
reanude las sesiones en enero. "Vamos a invertir el dinero de tus
impuestos en maneras nuevas y más inteligentes y vamos a
poner una regla sencilla: o lo usas o lo pierdes. Si un Estado no
actúa rápidamente para invertir en carreteras y
puentes en sus comunidades, perderá el dinero", dijo Obama
en su alocución, dirigida al ciudadano medio.
– El Capitolio, contra los máximos responsables
de Fannie Mae y Freddie Mac (El Confidencial –
10/12/08)
Richard Syronn, Daniel Mudd y Franklin
Raines, durante su declaración ante el Congreso
(Efe).
Son el origen del origen de la crisis financiera que
afecta al mundo entero. Ayer, el presidente y consejero delegado
de Freddie Mac, Richard Syronn, el presidente y consejero
delegado de Fannie Mae, Daniel Mudd, y el ex presidente de Fannie
Mae, Franklin Raines, testificaron ayer en el Comité que
investiga el "papel de estas firmas hipotecarias en la crisis
financiera" en el Capitolio en Washington. El comité trata
de analizar las decisiones que tomaron estos ejecutivos en sus
empresas para determinar si constituyen delito.
Según una información aparecida ayer en
The Washington Post, los dirigentes de estas empresas
habían sido advertidos hace varios años sobre los
riesgos de los créditos hipotecarios de riesgo (las
llamadas hipotecas subprime). "Documentos
internos de Freddie Mac muestran que los dirigentes del grupo
habían sido advertidos hace años sobre el hecho de
que ofrecían préstamos hipotecarios que
podrían poner en peligro a la sociedad,
crear dificultades para los tomadores de préstamos y
desarrollar préstamos más arriesgados en todo el
sector", explica el diario norteamericano.
Debido al riesgo que hacían pesar sobre el
conjunto del sistema financiero norteamericano con sus miles de
millones de dólares de pérdidas, Fannie Mae y
Freddie Mac fueron puestos en setiembre bajo la tutela del poder
público.
– EEUU se encamina a su peor recesión desde la
Gran Depresión de los años 30 (The Wall Street
Journal – 12/12/08)
(Por Phil Izzo, Brenda Cronin y Sudeep Reddy)
La economía estadounidense se está
deteriorando a un ritmo mucho más rápido de lo
esperado hace tan sólo unas semanas. Esto sugiere que la
recesión será más profunda y duradera de lo
que se temía.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos
informó que las exportaciones,
que hasta mediados de año habían servido de
salvavidas para la economía, cayeron 2,2% en octubre a
medida que la demanda extranjera de bienes estadounidenses
continuó cuesta abajo. El déficit comercial
subió en octubre a US$ 57.200 millones, frente a los US$
56.600 millones de septiembre, a pesar del considerable
abaratamiento del petróleo. Otro informe del gobierno indica
que las solicitudes iniciales de prestaciones
de desempleo en la primera semana de diciembre saltaron a un
total de 573.000, el mayor nivel en 26 años. El
número de trabajadores que siguen cobrando
compensación por desempleo aumentó a 4,33 millones
en la semana que terminó el 29 de noviembre.
Mientras tanto, los datos más recientes de la
Reserva Federal (Fed) revelan que las familias del país
redujeron su nivel de endeudamiento por primera vez desde que el
banco central empezó a recopilar esta información
en 1952. Aunque se trata de una tendencia positiva a largo plazo,
el aumento del ahorro quiere decir que los consumidores
están gastando menos, lo que constituye un nuevo golpe
para una economía en la que el consumo equivale al 70% del
Producto Interno
Bruto.
Pronósticos actualizados
La ráfaga de cifras oficiales obligó a los
economistas a actualizar sus pronósticos acerca de la magnitud de la
contracción. Ahora creen que la recesión
continuará hasta entrado el primer semestre de 2009. Es
probable que estas sombrías noticias le
den un empujón a los planes del presidente electo, Barack
Obama, para orquestar un gigantesco plan de estímulo
fiscal.
La consultora Macroeconomic Advisers aludió a las
exportaciones y otras señales
como justificación para revisar a la baja en un punto
porcentual su previsión para el PIB del actual trimestre,
a un declive anualizado de 6,6%. Si el pronóstico acierta,
este trimestre rivalizaría con los lapsos más
negros de la recesión de principios de los
años 80. La economía cayó 7,8% en el segundo
trimestre de 1980 y 6,4% en los tres primeros meses de
1982.
De todas formas, la cifra final del PIB podría
ser más alta. Algunas firmas de consultoría siguen pronosticando un declive
de poco menos de 5% para este trimestre y 4% para los primeros
tres meses del año que viene.
Los economistas que participaron en la última
encuesta de
The Wall Street Journal estiman en promedio que el declive del
PIB, que empezó en julio, sigua durante los dos primeros
trimestres de 2009. Si tienen razón, sería la
primera vez en que la economía estadounidense se contrae
durante cuatro trimestres consecutivos durante la
posguerra.
La mayoría de los economistas espera que junio de
2009 marque el final de la recesión que, según la
Oficina
Nacional de Investigación Económica,
empezó en diciembre de 2007 (EEUU no se ciñe a la
regla que define una recesión como dos trimestres
consecutivos de crecimiento negativo). EEUU, de esta manera,
experimentaría una recesión de 18 meses, el
período más largo desde la Gran Depresión.
Las recesiones de 1973-75 y 1981-82 duraron 16 meses. "Las peores
recesiones solían ser provocadas por sucesos que pillaron
por sorpresa a las empresas", apuntó Bruce Kasman,
economista de J.P. Morgan Chase & Co. Además,
añade que es poco probable que las ganancias de las
empresas sufran tanto como en las recesiones pasadas. "Este
colapso tuvo un preludio. Por eso, la intensidad de lo que
pasó es atenuada a lo largo de un período de tiempo
más largo".
En general, los 54 economistas que participaron en la
encuesta predicen que el PIB se contraerá a una tasa
anualizada de 4,3% en el cuarto trimestre y 2,5% y 0,5% en los
dos primeros trimestres de 2009, respectivamente. El cálculo
preliminar del Departamento de Comercio sugirió una
caída del PIB de 0,5% en el tercer trimestre. Los
economistas fueron sondeados entre el 5 y el 8 de
diciembre.
A lo largo del primer semestre de 2008, "lo único
que impidió que la economía reflejara
técnicamente una reducción del PIB fue el
comercio", dijo Brian Bethune, economista de IHS Global Insight.
"Aunque el crecimiento que veíamos era débil, era
lo suficientemente fuerte para mantener a las fábricas
relativamente ocupadas y absorber parte del shock de una
economía local débil", añade. Ahora, sin
embargo, Bethune señala que las exportaciones
contribuirán muy poco.
Por si esto fuera poco, el final de la recesión
probablemente no marcará el final del desempleo. En otras
recesiones, la contracción del mercado laboral
continuó durante muchos meses después de la
declaración oficial del fin de la recesión. "El
mercado laboral se ve muy mal y va a seguir así", dijo
Allen Sinai de Decision Economics.
Muchos analistas mencionaron un esperado paquete de
estímulo fiscal como la clave para sacar a EEUU de la
recesión, pese a que los detalles siguen siendo poco
claros. La mayoría de los economistas consultados
expresaron su confianza en el equipo económico de Obama.
Casi la mitad de los participantes dijo que el nuevo equipo es
significativamente mejor que el actual. Un cuarto opinó
que el nuevo equipo es moderadamente mejor.
– Tribuna: Laboratorio de
ideas Kenneth Rogoff – La inflación es el menor de los
males (El País – 14/12/08)
Es tiempo de que los principales bancos centrales del
mundo reconozcan que un repentino episodio de inflación
moderada sería extremadamente útil para desenredar
el tremendo atolladero de la deuda actual.
No obstante, la inflación es una forma injusta de
amortizar efectivamente las deudas no indexadas de la
economía. La inflación en los precios obliga a los
acreedores a aceptar pagos en una moneda devaluada. Sí, en
principio, debería haber una forma de remediar los males
del sistema financiero sin recurrir a la inflación.
Lamentablemente, cuanto más estudiamos las alternativas,
incluyendo las inyecciones de capital a los bancos y la ayuda
directa a los tenedores de hipotecas inmobiliarias, más
claro resulta que la inflación sería un apoyo y no
un obstáculo.
Las finanzas
modernas han logrado crear una dinámica de una complejidad tan pasmosa que
desafía los enfoques normales para enfrentarse a las
deudas. La titulización, las finanzas estructuradas y
otras innovaciones han entretejido tanto a los varios actores del
sistema financiero que resulta esencialmente imposible
reestructurar una institución financiera a la vez. Se
necesitan soluciones que
abarquen todo el sistema.
Una inflación moderada a corto plazo -digamos del
6% durante dos años- no arreglaría los problemas,
pero los mejoraría significativamente, con lo que otras
medidas serían menos costosas y más
efectivas.
Es cierto que una vez que se deje salir al genio de la
inflación de la botella podría llevar varios
años volverlo a meter. Nadie quiere volver a vivir las
luchas contra la inflación de los años ochenta y
noventa. Pero en este momento, la economía se tambalea a
orillas del precipicio del desastre. Ya tenemos una
recesión global hecha y derecha. A menos que los Gobiernos
tomen el control del
problema, corremos el riesgo de sufrir un deterioro mundial como
no se ha visto desde los años treinta.
Las acciones de política necesarias implican
estímulos macroeconómicos agresivos. Idealmente, la
política fiscal debería enfocarse en la
reducción de impuestos y el gasto en infraestructura. Los
bancos centrales ya están recortando las tasas de
interés por todas partes. Es probable que en todo el
mundo las tasas de interés oficiales se acerquen a cero;
las de Estados Unidos y Japón ya se situaron ahí. A
la larga, el Reino Unido y la zona del euro decidirán
acercarse lo más posible.
También se deben tomar medidas para recapitalizar
y dar una nueva reglamentación al sistema financiero.
Mientras el sistema financiero siga recibiendo respiración artificial de los Gobiernos,
como sucede en Estados Unidos, el Reino Unido, la zona del euro y
muchos otros países, habrá riesgos
enormes.
La mayoría de los bancos más grandes del
mundo son esencialmente insolventes y dependen de la ayuda y los
préstamos continuos de los Gobiernos para mantenerse a
flote. Muchos bancos ya admitieron sus pérdidas abiertas
en las hipotecas inmobiliarias. Sin embargo, a medida que la
recesión se agudice, una nueva oleada de impagos de bienes
raíces comerciales, tarjetas de
crédito, fondos privados de capital y de cobertura de
riesgos golpeará las hojas de balance de los bancos. A
medida que los Gobiernos traten de evitar la
nacionalización abierta de los bancos, se verán
obligados a realizar segundas y terceras
recapitalizaciones.
Incluso el extravagante rescate del gigante financiero
Citigroup, en el que el Gobierno de Estados Unidos ya ha
desembolsado 45.000 millones de dólares de capital y
respaldado pérdidas de más de 300.000 millones de
dólares de créditos fallidos, puede resultar
insuficiente. Al observar el panorama de los problemas restantes,
incluyendo el mercado de varios miles de millones de
dólares del mercado de los credit default swaps, es claro
que el hoyo en el sistema financiero es demasiado grande para
taparlo completamente con los dólares de los
contribuyentes.
Ciertamente, una parte clave de la solución es
permitir que quiebren más bancos, garantizando que los
ahorradores, pero no necesariamente los acreedores, reciban todo
su dinero. Sin embargo, este camino será costoso y
doloroso.
Eso nos lleva de regreso a la opción de la
inflación. Además de atenuar los problemas de la
deuda, un episodio moderado de inflación reduciría
el valor real (ajustado a la inflación) de las propiedades
residenciales, lo que facilitaría la estabilización
de ese mercado. En ausencia de una inflación
significativa, los precios nominales de las casas tendrían
que caer un 15% adicional en EEUU y más en España,
el Reino Unido y muchos otros países. Si la
inflación aumenta, los precios nominales de las casas no
necesitan caer tanto.
Por supuesto, dada la recesión en curso, tal vez
no sea tan fácil para los bancos centrales fomentar ni
siquiera un poco de inflación en estos momentos. En
efecto, parece que lo único que pueden hacer es evitar una
deflación sostenida o la caída de los
precios.
Afortunadamente, crear inflación no requiere gran
ciencia. Todo
lo que los bancos centrales necesitan hacer es seguir imprimiendo
billetes para comprar deuda pública. El riesgo principal
es que la inflación podría descontrolarse y ser del
20% o 30% en lugar del 5% o 6%. En efecto, el temor a ese
descontrol paralizó el Banco de Japón durante una
década. Pero ese problema se puede salvar
fácilmente. Con una buena política de comunicación se pueden contener las
expectativas de inflación y se puede reducir tan
rápido como sea necesario.
Se tendrán que utilizar todas las herramientas a
nuestro alcance para solucionar esta crisis financiera, que es de
las que ocurren una vez en un siglo. Al mirarlo en el contexto de
una posible depresión global, el temor a la
inflación equivale a preocuparse por un posible contagio
de sarampión cuando se corre el riesgo de contraer la
peste.
(Kenneth Rogoff es profesor de economía y
políticas públicas en la Universidad de Harvard y
fue economista en jefe del FMI. Copyright:
Project Syndicate, 2008.www.project-syndicate.org)
– La industria de "hedge funds", en estado de shock (El
Confidencial – 15/12/08)
(Por José Manuel Gómez-Borrero)
La noticia del viernes pasado sobre el fraude piramidal
cometido por Bernard Madoff tiene a toda la industria de hedge
funds, gestores e inversores, en estado de shock. Siento
reconocer que al no haber nada de información precisa y
creíble sobre el asunto y haber varias contradicciones en
la denuncia del FBI, todo lo que voy a contar aquí es pura
especulación, pero voy a intentar plantear una serie de
cuestiones que ayuden al análisis de la
situación:
De entrada, quiero decir que lo que parece que ha
pasado, no debería poder pasar en un hedge fund. Es
prácticamente imposible. Me explico. Desde que se
institucionalizó la inversión en hedge funds se
introdujeron una serie de salvaguardas de manera que cuando
alguien invierte dinero en un hedge fund (que es un gestor
generalmente no regulado y libérrimo para gestionar el
dinero como le plazca) no se limita a transferir su dinero a una
cuenta en las Islas Cayman a nombre de un grupo de señores
muy listos con oficina en Park Avenue, sino que lo hace a una
cuenta custodiada y administrada por terceras partes
independientes, creíbles y solventes completamente
separadas del gestor. De hecho, el gestor sólo tiene
autorización para ordenar operaciones de
compra o de venta de
diferentes instrumentos financieros sobre esa cuenta, pero no
tiene capacidad de tocar esos activos. Es la
primera regla. Estar seguro de que el gestor no se puede llevar
el dinero. Así pues, primera precisión:
Contrariamente a lo que estamos leyendo en prensa, Madoff NO ES
UN HEDGE FUND. Madoff es un broker y asesor financiero (regulado
por la SEC, por cierto) que gestionaba dinero de clientes.
Segundo: La estrategia de
inversión que Madoff llevaba muchos años
implementando para sus clientes se denomina "split-strike
conversion" que consiste en, mediante la compra y venta de
acciones líquidas y opciones sobre las mismas, arbitrar
las volatilidades esperada y realizada. A los paganos en la
materia les
parecerá muy sofisticado, pero en realidad es una
estrategia más vieja que la tos y que todas las mesas de
los bancos de inversión intentan explotar desde hace mucho
tiempo. Precisamente porque está muy competida, la
rentabilidad
de esta estrategia de inversión tiende a ser de Libor+1%,
y lo curioso es que Madoff llevaba años y años
generando rentabilidades muy superiores (Libor+5% o más) y
nadie entendía cómo, por lo que siempre ha habido
mucha suspicacia e incluso investigaciones
del regulador al respecto (y nunca se había apreciado
ningún indicio de fraude). Ahora sabemos cómo lo
conseguía, y lo increíble es que el regulador no lo
hubiera detectado…
Tercero: La clientela tradicional de Madoff estaba
formada por inversores privados de considerable patrimonio
personal que,
atraídos por la atractiva rentabilidad y baja volatilidad
que ofrecía, probablemente confiaban en él por el
simple hecho de estar regulado por la SEC y le mandaban la pasta
directamente a su empresa (sin
administrador
ni custodio independiente). Siempre habíamos oído que
su modelo de
negocio se basaba un poco en el "cocktail-party circuit", o sea,
en que los clientes adinerados se recomendaran unos a otros la
inversión en los fondos de Madoff cuando coincidían
en las fiestas de los Hamptons o del Metropolitan, pero que
realmente había poco "due-dilligence" por su
parte.
Cuarto: A pesar de que las instituciones,
en general, no invertían directamente en los opacos fondos
de Madoff (resultaba "too good to be true" y ninguna se
arriesgaba a poner dinero si no podía hacer un buen
due-dilligence de sus procesos),
sí hay una serie de instituciones que contrataban a Madoff
para que, aplicando su exitosa metodología de inversión, gestionara
su dinero (o el de sus clientes) a través de "feeder
funds" o de lo que llamamos "managed accounts", y que,
básicamente, consistía en autorizar a Madoff a
gestionar unos activos que estarían depositados y
custodiados separadamente de los de su empresa por custodios
independientes. Son estas "managed accounts" las que una serie de
instituciones han empaquetado y han distribuído entre todo
tipo de clientes institucionales y particulares alrededor del
mundo, entre otros sitios en España. En estos casos, el
inversor final confiaba en que el empaquetador/distribuidor
hubiera hecho un buen "due-dilligence" de Madoff o que al menos
tuviera los activos segregados, controlados y bien custodiados
para evitar que lo que ha ocurrido pudiera pasar. Así
pues, y sólo estoy especulando, o los activos de estas
instituciones realmente estaban segregados y no se han perdido, o
éstas han sido objeto del mayor fraude financiero de la
historia, en cuyo
caso habrá que estudiar las connivencias y
responsabilidades de custodios, administradores, auditores y del
propio regulador.
Y quinto: Es inevitable que este escándalo
salpique a toda la industria de gestión
de activos, y especialmente a la industria de hedge funds ya que
estos productos que
subcontrataban a Madoff como gestor se han vendido como hedge
funds. Realmente es lo último que necesitaba este sector
tras el complicado año que ha sufrido y la mala prensa que
ha recibido. Muchos pensarán que se trata del golpe de
gracia para este tipo de gestión y seguro que habrá
un gran clamor exigiendo mayor regulación. Sin embargo,
quiero terminar insistiendo en que el fraude puede ocurrir en
cualquier parte, y que precisamente Madoff estaba regulado por la
SEC. La paradoja está en que cuanta más
regulación, si el regulador no tiene suficientes medios de
supervisión, más peligroso
resultará para los inversores, pues éstos,
sobreconfiando en el hecho de que el vehículo esté
regulado, renunciarán a hacer el due-dilligence que los
inversores en hedge funds hacen regularmente.
– ¿Cómo es posible que nadie supiera nada?
Las incógnitas del escándalo (El Confidencial –
15/12/08)
(Por E. Segovia / C. Hernanz)
La descomunal estafa de Bernard Madoff plantea una
enorme cantidad de preguntas sin respuesta, al menos hasta que
avance la
investigación judicial. La principal es cómo es
posible que nadie supiera nada, ni los responsables de los fondos
que gestionaba, todos ellos firmas de primera fila en el panorama
internacional de la gestión de activos, ni los auditores
de la propia firma de Madoff, ni siquiera la mismísima
SEC, el todopoderoso supervisor bursátil de EEUU que ha
hecho un ridículo tan espantoso como el de la CNMV en
Gescartera.
La SEC supervisaba en teoría a la firma de
brokerage de Madoff (Bernard L. Madoff Investment Securities), no
a la de gestión de fondos (que, para más inri, ni
siquiera tenía estructura jurídica de gestora, sino
de advisor, es decir, asesor de inversiones) Bernard L. Madoff
Investment LLC, que estaba situada en otro piso del mismo
edificio de Nueva York. De hecho, el broker pasó la
última inspección en 2005, en la que se le
acusó de varias prácticas contrarias a las normas de mejor
ejecución de las órdenes. Pero parece inconcebible
que la SEC, con un cuerpo de 796 inspectores para estas firmas,
no investigara en ningún momento las relaciones entre el
broker y la gestora desde que ésta fue registrada en el
supervisor en 2006.
Este es un punto relevante, puesto que distintos medios
han justificado la inoperancia de la SEC en que se trataba de una
gestora offshore con un número reducido de clientes, lo
que la deja fuera de la supervisión según la
legislación norteamericana a la que se acoge la
mayoría de los hedge funds. Sin embargo, Madoff
registró su firma hace dos años en EEUU, sin que
fuera inspeccionada en ningún momento desde entonces,
según informa Bloomberg.
No se trata sólo de la SEC. Para empezar, el
propio auditor de Madoff debería haber dado la voz de
alerta de que todo el tinglado era un gran fraude. Las sospechas
se centran en que no se trata de una de las cuatro grandes de la
auditoría, sino de una
pequeñísima firma llamada Friehling & Horowitz,
que al parecer vivía de un único cliente: Madoff.
Luego no es difícil deducir que le hacía las
auditorías a su entera
satisfacción.
Pero lo que parece más inconcebible a los
profesionales españoles del sector es que no se diera
cuenta ninguna de las firmas que tenían fondos gestionados
por Madoff. Estamos hablando de grandes nombres internacionales
como Fairfield, Optimal (grupo Santander), Kingate (del grupo
italiano SIM), el gigante suizo de la banca privada UBS, la
conocidísima firma de hedge funds Tremont -que elabora el
índice Crédit Suisse Tremont-, Nomura, Pioneer (del
grupo Unicredito), BNP Paribas, etc. Todas ellas firmas de
intachable reputación, con muchísimos años
de experiencia y enormes equipos dedicados al análisis en
profundidad de los fondos en los que invierten, lo que se conoce
como due dilligence, y de gestión de
riesgos. De hecho, el famoso Fairfield de Andrés
Piedrahita tenía un equipo en Bermudas dedicado en
exclusiva a Madoff.
No era Antonio Camacho
Y, pese a todos estos medios, nadie se dio cuenta de
nada. Con el agravante de que recibían diariamente las
operaciones (trades) que supuestamente hacía Madoff con
sus fondos. "¿Qué hacían con esos informes?
¿No los cotejaban nunca? ¿Eran todas las
operaciones falsas? ¿Cómo las disfrazaba?", se
pregunta un profesional con años de experiencia. Es
más, "no se entiende que, si los fondos eran suyos y no de
Madoff, los activos deberían estar segregados
contablemente y no lo habrían perdido todo, como
así ha sido", sostiene esta fuente.
Otro experto señala que "todo el mundo
veía cosas raras y coincidía en que era imposible
ganar año tras año como Madoff con una estrategia
de gestión tan sencilla como la suya, pero nadie
encontró nada". "Y no estamos hablando de un Antonio
Camacho que desaparece con el dinero de la noche a la
mañana, sino de un señor que estaba estafando desde
hace años y que seguía en su oficina hasta que han
ido a detenerle", añade.
¿De dónde salen los 50.000
millones?
Quizá la incógnita más alucinante
sea la del propio importe de la estafa: según las
informaciones publicadas por los medios norteamericanos, Madoff
gestionaba 17.000 millones de dólares a principios de
año, que ahora debería ser menor ya que han sido
precisamente los reembolsos (cifrados en 7.000 millones) los que
han derrumbado el edificio piramidal en que se basaba el negocio.
Entonces, ¿de dónde salen los 50.000 millones en
que se ha cifrado el fraude? ¿Cómo se explica la
diferencia?
Tantas y tan importantes incógnitas han dado
pábulo a teorías
conspirativas que empiezan a hacer fortuna en el mundillo: "Las
gestoras que tenían fondos gestionados por Madoff no son
víctimas, sino cómplices de la estafa. Era
imposible que nadie supiera lo que estaba pasando; tenían
que saberlo y, aun así, miraron para otro lado y siguieron
vendiendo estos productos con la esperanza de que nunca iba a
descubrirse la estafa. Ahora ha llegado su hora", explica un
profesional convencido de esta conspiración.
– Las víctimas de Madoff alrededor del mundo
(Intereconomía – 15/12/08)
Listado de los afectado por la estafa piramidal del
"broker" Madoff
El "caso Madoff" está sirviendo para echar
más leña al fuego de la desconfianza en el sector
financiero internacional. Y es que la estafa descubierta por este
"tiburón" de las finanzas tiene dimensiones mundiales. Se
trata de una estafa piramidal de 50.000 millones de
dólares que afecta a inversores a lo largo de todo el
globo y de la que ningún país escapa.
Según van pasando los días, más y
más entidades financieras y firmas de inversión se
confiesan damnificadas por la estafa. A continuación se
muestra un
listado con algunas de las más importantes firmas
internacionales que perderán dinero en mayor o menor
medida por culpa de la que ha sido calificada como "la mayor
estafa económica de la historia".
El Santander reconoce que gestiona 2.330 millones
vinculados al fraude de Madoff
El Grupo Santander, a través del fondo de
inversión alternativa Optimal Strategic, gestiona fondos
de clientes por un importe de 2.330 millones de euros, que
están ligados a productos de la firma estadounidense
Bernard L. Madoff Investment Securities, informó hoy la
entidad financiera. Fuentes del
grupo explicaron a EFE que hay cerca de mil clientes del banco en
España con productos ligados a la gestora de Bernard
Madoff, presunta responsable de un fraude de alrededor de 37.400
millones de euros (50.000 millones de dólares).
BBVA cifra en 30 millones la inversión de
clientes en fondos de Madoff y 300 millones los que podría
perder
BBVA confirmó hoy que la suma de la
inversión de los clientes de su red internacional en
fondos de inversión que a su vez se encontraban
depositados en Madoff Investment Securities se sitúa en
torno a los 30 millones de euros, si bien indicó que no
tiene exposición
directa en esta entidad, según un hecho relevante remitido
a la CNMV.
Banesto, afectada por la estafa, aunque asegura que su
exposición es irrelevante
Banesto figura entre las entidades afectadas por el
fraude piramidal de Madoff, aunque su exposición al mismo
es "irrelevante", según han informado fuentes del banco
que preside Ana Patricia Botín
Caja Madrid valora su exposición, que califica de
"residual"
Caja Madrid tiene una exposición "indirecta" de
2,3 millones de euros a productos relacionados con la firma
estadounidense Bernard L. Madoff Investment Securites, presunta
responsable de una estafa piramidal que podría alcanzar
los 37.000 millones de euros.
Crédit Agricole evalúa en menos de 10
millones de euros sus inversiones
El banco francés Crédit Agricole ha
evaluado en menos de 10 millones de euros las pérdidas que
ha sufrido por el caso protagonizado por Bernard Madoff, el
presunto responsable de un fraude multimillonario.
Société Générale tiene
"menos de 10 millones de euros"
El banco francés Société
Générale ha evaluado en "menos de 10 millones de
euros" las pérdidas que ha sufrido por el caso
protagonizado por Bernard Madoff, responsable de un fraude
multimillonario.
Unicredit cifra en 75 millones de euros el dinero
invertido en el fondo de Madoff
El mayor banco italiano, Unicredit ha anunciado una
exposición de 75 millones de euros (unos 100 millones de
dólares) al fondo de inversión estadounidense
administrado por Bernard Madoff, acusado de fraude.
Royal Bank of Scotland, fuertemente azotado, por la
estafa
El Royal Bank of Scotland ha admitido que podría
afrontar unas pérdidas de 400 millones de libras (446
millones de euros) por sus inversiones en productos gestionados
por la firma Bernard Madoff, responsable de una de las mayores
estafas de la historia de la Bolsa de Nueva York.
HSBC cifra en unos 1.500 millones de dólares su
exposición
El banco británico HSBC tiene una
exposición potencial de unos 1.500 millones de
dólares. La entidad ha reconocido que el dinero invertido
en el fondo de inversión de Madoff proviene de los
préstamos que concedían a clientes y que
éstos utilizaban para invertir en el fondo de la
estafa.
BNP Paribas tiene casi 500 millones de dólares en
el fondo
El banco francés BNP Paribas insistió en
que no había invertido directamente en productos de
Madoff, pero que está expuesto por sus "actividades de
mercados" y por los préstamos que ha concedido a otros
fondos que sí habían invertido en esa
firma.
Natixis evalúa pérdidas por el caso Madoff
en unos 450 millones de euros
El banco francés Natixis evaluó hoy en
alrededor de 450 millones de euros las pérdidas que
podría tener como consecuencia de la estafa internacional
multimillonaria protagonizada por el estadounidense Bernard
Madoff.
El hedge fund Fairfield Sentry podría tener cerca
de 7.300 millones de dólares.
La firma comercial Ascot Partners ha asegurado que su
exposición asciende a los 1.800 millones de
dólares.
El banco japonés Nomura anuncia una
exposición a los fondos de inversión de Madoff de
unos 224,5 millones dólares.
La consultoría Access
International Advisors podría llegar a perder por la
estafa hasta 1.400 millones de dólares, según ha
informado la propia compañía.
La entidad financiera Neue Privat Bank cifra sus
pérdidas en 5 millones de dólares.
Korea Life Insurance pierde por culpa de la estafa cerca
de 50 millones de dólares.
Korea Teachers Pension tiene invertidos unos 9,1
millones de dólares.
Maxam Capital Management perderá cerca 280
millones de dólares.
Kingate Global Fund cifra sus pérdidas cerca de
2.800 millones de dólares.
La gestora británica de activos Bramdean
Alternatives, valora sus pérdidas en el 9,5% del valor
neto de sus activos.
Los bancos suizos rozan el pleno, según la prensa
nacional
UBS, según fuentes de la propia entidad, tiene
una exposición limitada e insignificante.
La financiera suiza Bernbassat & Cie, podría
tener una exposición de 935 millones de dólares en
el fondo.
El banco suizo Reichmuth & Co. ha anunciado que sus
activos invertidos en el fondo de Madoff suman unos 325 millones
de dólares.
La entidad suiza Union Bancaire Privee habría
perdido unos 850 millones de dólares
El banco suizo Banque Benedict Hentsch podría
tener 47 millones de dólares invertidos en el fondo de
Madoff.
– Y después de Madoff ¿qué va a
pasar? (Intereconomía – 15/12/08)
Si se estaba restituyendo ligeramente la confianza en el
sector financiero de Estados Unidos, el fraude multimillonario,
que podría hacer esfumarse más de 50.000 millones
de dólares, de Bernard Madoff, desentierra los tan
criticados métodos
del sistema financiero que muchos señalan como
responsables de la crisis económica que azota a todo el
globo.
¿Que va a pasar ahora? Los afectados
norteamericanos ya han empezado a movilizarse. Van a construir
sus demandas sobre la base de que los clientes de Madoff nunca
recibieron la información que debían sobre el
estado financiero de la firma. Las audiencias preliminares
serán el 12 de enero, pero los expertos consultados
consideran que lo difícil no va a ser probar la culpabilidad
de Madoff, algo que él mismo ha hecho, sino conseguir el
dinero de vuelta a los afectados.
Antes, el próximo viernes a mediodía los
tribunales de Nueva York escucharan las alegaciones presentadas
contra Madoff. Se abren dos vías: la civil, de la mano de
la SEC, que también está en el ojo del
huracán por no haber detectado el fraude. La causa penal
la va a llevar a cabo el Departamento de Justicia.
Podría durar entre 3 y 5 años antes de que llegue a
una resolución. Lo más inmediato es que la SEC
confirme qué cantidad de dinero desapareció y
congele lo que queda en las cuentas. Pero hay pocas esperanzas de
encontrar algo.
Para el final de este Anexo (ahora sí, es
cierto), alterando el cronograma (perdón), dejo la palabra
(mejor dicho, la letra) al FMI que, como de costumbre, no acierta
ni cuando rectifica (cosa que hace con demasiada frecuencia),
aunque en este caso (el tsunami crediticio), no puede negar la
evidencia y realiza un "mea culpa" (en culo ajeno), en el que,
aunque no "asume" la paternidad (¿por inseminación
artificial?) de muchos de los desaguisados (dogmas, paradigmas,
mitos e iconos
dorados), al menos, no "niega" su participación entre los
principales escoltas que precedieron el Via Crucis.
"Titiriteros", siempre que pudieron; "comparsas", cuando el
casting sólo les dejó un papel de extras. Ciertas
narraciones han sido tan insistentes, que se las tomó como
verdad histórica…
Una sugerente conclusión para la "Tarjeta de
cumpleaños" de la crisis financiera. En la que sólo
les falta decir: "aquí yacen los frutos de una
ambición desmedida que no supo medir sus riesgos".
Mientras, los músicos de la Lehman Brothers Jazz Band
acompañan, con un Blues melancólico, el cortejo
fúnebre por el viejo cementerio de Wall
Street…
Ahora, vienen a decir que ha sido cosa de los banqueros.
Pero ¿si todos los banqueros estaban conchabados para
deteriorar el sistema financiero por qué no lo denunciaban
los ministros de Economía o los presidentes de Gobierno? Y
si también éstos eran cómplices, ¿por
qué los medios de
comunicación callaban y sacaban titulares sobre
nuestra salud
nutriéndose de las mismas estadísticas que alimentaban a los
especuladores? Como en toda buena tragicomedia no pueden faltar
los bufones podemos preguntarnos, asimismo, ¿por
qué los grandes expertos económicos, los cantores
de la bondad suprema del mercado, no bramaron ante la evidencia
de las trampas que acabarían rompiendo su juguete
favorito?
Mientras, Greenspan se declara "atónito"
("Aquellos entre nosotros que han mirado hacia el interés
propio de las instituciones emisoras de préstamos para
proteger el patrimonio de los accionistas (y yo en especial) nos
hallamos en un estado de incredulidad estupefacta" – WSJ; "la
actual crisis financiera mundial es un maremoto que se da una vez
por siglo"… "esta crisis ha resultado ser mucho más
amplia de lo que yo pudiera haber imaginado"… "dado el
daño
financiero ocurrido hasta ahora, no veo cómo podremos
evitar un aumento significativo de despidos y desempleo" – BBC;
24/10/08). Lo que piensan los conversos que han llegado tarde al
tren del catastrofismo (como dice el tango: "la
vergüenza de haber sido y el dolor de ya no
ser")…
Del soft landing al hard landing… La "proclamada"
desaparición de los ciclos económicos está
buscando a su "puta madre"… La bonita idea del
"decoupling" se fue por el retrete… La "tierra plana"
es una boina sin cabeza… De la "bola de cristal" a la
Bolsa de Cristal… Entre el pánico
y la capitulación… El conundrum
continúa… Por primera vez en mucho tiempo, ya no
hay locomotoras para tirar de los vagones… Verdades
incómodas… Pensamiento
débil… Aquellos que no pueden recordar el pasado
están condenados a repetirlo…
Sic transit gloria mundi… Lean, juzguen y
opinen.
Perspectivas de la
Economía Mundial – Fondo Monetario Internacional – Octubre
2008
Resumen ejecutivo
La economía mundial ha iniciado una fuerte
desaceleración al verse confrontada con el shock
financiero más peligroso que haya afectado a los mercados
financieros desarrollados desde los años treinta. Se
prevé que el crecimiento mundial sufrirá una
desaceleración considerable en 2008 y comenzará a
recuperarse moderadamente solo a finales de 2009. La
inflación se mantiene en un nivel alto, debido la escalada
de los precios de las materias primas, pero se prevé que
se moderará. La situación es excepcionalmente
incierta, y los riesgos a la baja son considerables. El
desafío de política económica inmediato es
estabilizar las condiciones financieras mundiales, fortaleciendo
al mismo tiempo las economías durante la
desaceleración y manteniendo la inflación bajo
control.
Una economía mundial bajo
presión
Después de varios años de vigoroso
crecimiento, la economía mundial se está
desacelerando rápidamente. La actividad económica
mundial se ve golpeada por un shock financiero extraordinario y
por un nivel de precios aún alto para la energía y
otras materias primas. Muchas economías avanzadas
están cerca de una recesión o avanzan hacia ella,
mientras que el crecimiento en las economías emergentes
también se está debilitando.
La crisis financiera, que estalló primero con el
colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos
en agosto de 2007, se ha agravado aún más en los
últimos seis meses y entró en una nueva fase
agitada en septiembre. El impacto se ha notado en todo el sistema
financiero mundial, incluidos los mercados emergentes que lo
sienten con una intensidad cada vez mayor. La creciente
preocupación por la insolvencia ha dado lugar a
resoluciones de emergencia de algunas de las principales
instituciones financieras de Estados Unidos y Europa y ha
dañado gravemente la confianza. Para responder a esta
situación, las autoridades estadounidenses y europeas han
adoptado medidas extraordinarias orientadas a estabilizar los
mercados, como el suministro de liquidez en gran escala, la
rápida intervención para resolver las dificultades
de las instituciones debilitadas, la ampliación de la
garantía de depósitos y la reciente adopción
en Estados Unidos de la legislación por la cual se
utilizan fondos públicos para comprar los activos
problemáticos de los bancos. No obstante, la
situación sigue siendo muy incierta en el momento en que
este informe se envía a la imprenta.
Al mismo tiempo, la conjunción del alza de los
precios de los alimentos y
combustibles iniciada en 2004 y la restricción de la
capacidad productiva ha impulsado la inflación hasta
niveles sin precedentes en una década. Los aumentos de los
precios al consumidor han
sido especialmente fuertes en las economías emergentes y
en desarrollo. Esta aceleración es reflejo del fuerte peso
de los precios de los alimentos en las canastas de consumo de
estas economías, un crecimiento aún bastante
rápido y expectativas de inflación no
suficientemente ancladas. Cabe señalar que, en general,
los países que han adoptado regímenes de metas de
inflación han logrado mejores resultados. En las
economías avanzadas, el encarecimiento del petróleo
ha impulsado al alza el nivel general de inflación, pero
las presiones de la inflación subyacente parecen
controladas.
El reciente deterioro de la evolución económica mundial se
produce tras una expansión sostenida de la actividad
basada en la integración creciente de las
economías emergentes y en desarrollo en la economía
mundial. En retrospectiva, sin embargo, la aplicación de
políticas macroeconómicas y regulatorias poco
restrictivas puede haber contribuido a la aceleración de
la economía mundial a un ritmo superior al recomendado y a
la acumulación de desequilibrios en los mercados
financieros, de la vivienda y de productos. Al mismo tiempo, las
fallas del mercado, junto con las deficiencias de política
económica, han impedido que los mecanismos equilibradores
operaran eficazmente y han permitido la acumulación de
tensiones.
No hay indicios de la recuperación y es probable
que esta sea gradual cuando aparezca
De cara al futuro, es probable que las condiciones
financieras sigan siendo muy difíciles, lo que
limitará las perspectivas de crecimiento mundial. Las
proyecciones de referencia se basan en el supuesto de que las
medidas adoptadas por las autoridades estadounidenses y europeas
lograrán estabilizar las condiciones financieras y
evitarán nuevos acontecimientos sistémicos. No
obstante, aunque el plan de Estados Unidos para eliminar los
activos problemáticos de los balances de los bancos se
implemente con éxito,
el riesgo de contraparte probablemente se mantendrá en
niveles excepcionalmente altos durante algún tiempo, lo
que retrasará el retorno a una situación de mayor
liquidez en los principales mercados financieros. Además,
es muy probable que se produzcan pérdidas de
crédito adicionales a medida que se desacelera la
economía mundial. En estas circunstancias, la capacidad de
las instituciones financieras de captar capital se pondrá
a prueba. Por lo tanto, como se analiza en la edición
de octubre de 2008 del informe sobre la estabilidad financiera
mundial, Global Financial Stability Report, el desapalancamiento
necesario seguirá siendo un proceso
prolongado, lo que implica que el ritmo de creación del
crédito -y de actividad- estará sujeto a límites
por lo menos hasta 2009.
No obstante, se prevé que varios factores sienten
las bases para una recuperación gradual a finales de
2009:
• Se proyecta una estabilización de los
precios de las materias primas, aunque a un nivel sin precedentes
en 20 años. Cabe prever que los efectos adversos sobre los
términos de intercambio resultantes del aumento de los
precios del petróleo en más de un 50% en 2008
comiencen a moderarse en 2009, lo que acelerará el consumo
en los países importadores de petróleo.
• Se prevé que el sector de la vivienda en
Estados Unidos toque fondo finalmente en el próximo
año, lo que acabará con el intenso lastre que este
ha representado para el crecimiento desde 2006. Cabe esperar que
la estabilización de los precios de la vivienda ayude en
su momento a limitar las pérdidas del sector financiero
relacionadas con las hipotecas, y la reciente intervención
de las dos semipúblicas, Fannie Mae y Freddie Mac,
favorecerá la disponibilidad de crédito en el
sector de la vivienda. Aunque el ciclo de la vivienda y el
consiguiente ajuste pueden producirse con rezago en otras
economías avanzadas, el impacto global de la crisis
financiera será considerable.
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