"Allí está el centro de la tormenta y las
respuestas de los políticos estadounidenses son clave para
capear este vendaval". Las cifras respaldan claramente esta
opinión, dice Frank Nielsen, director ejecutivo de la
firma de análisis MSCI Barra.
"Los datos muestran
con aterradora claridad que EEUU domina el comportamiento
de los inversores". De hecho, el grado de correlación
entre Wall Street y el resto del mundo ha aumentado, y Estados Unidos ha
hecho bajar los mercados
asiáticos y europeos cuando las ventas se
aceleraron, y ha contribuido también a una modesta
recuperación a finales de octubre.
Las acciones
europeas han estado en un
86% correlacionadas con los mercados de Estados Unidos en los
últimos meses, dice Nielsen, desde la media del 78% a lo
largo del período de julio de 2007 hasta abril de 2008.
Esto significa que el 86% del movimiento en
los mercados europeos se puede deducir observando
EEUU.
Japón: impactante
Con Japón,
el caso es chocante: la correlación directa se ha
más que doblado, hasta el 65% en septiembre, desde una
media del 30% en el período julio-abril. Y Nielsen dice
que hay indicios de que la conexión aumentó en
octubre al 80%. En los últimos meses, todo el mundo ha
pagado el precio del
hundimiento americano. Más del 46% de la
capitalización de las acciones globales se ha evaporado
este año, y la volatilidad del mercado ha
alcanzado niveles récord desde mediados de septiembre. En
Estados Unidos, la capitalización del mercado ha bajado
casi un 35%.
Para Hugo Young, gestor de fondos de Aberdeen en
Singapur, "estadísticamente, Asia está
en buena forma, pero los mercados están más
conectados ahora porque las economías están
más ligadas entre sí. El capital ahora
viaja mucho". A corto plazo, los analistas ven peligro de que los
inversores que se atrevan a asomar la cabeza, estén donde
estén, resulten mal parados al final.
– No estamos en 1929, al menos de momento (Cinco
Días – 11/11/08)
Los expertos rebaten la analogía con la Gran
Depresión.
(Por N. Rodrigo)
La comparación de la crisis
bursátil actual con el crac de 1929 ha pasado de
considerarse una exageración a convertirse en un lugar
común. Un símil que encuentra en las caídas
verticales de la Bolsa, en el riesgo de colapso
total del sistema bancario
y en la dureza de la recesión que, según todos los
analistas, espera al mercado. Y, también, en los sucesivos
rebotes que no cuajan ni significan el suelo del
mercado. Unos factores que se encuentran también en la
crisis japonesa de los años 90, que llevó el
índice Nikkei a rozar los 40.000 puntos. Actualmente
cotiza en 9.000, y tendría que subir un 300% para volver
al nivel que tenía a finales de 1989.
De momento, el índice S&P 500 perdió
un 45,8% en las 55 semanas posteriores al máximo. En 1929
el Dow Jones perdió un 45% y en 1990 el Nikkei un 42%.
Aunque, en los dos precedentes históricos, Dow y Nikkei
habían subido más durante los cinco años
anteriores al pico (un 276% y un 229%) que el S&P entre 2003
y 2008 (un 101,5%).
Citi elaboró la semana pasada un informe buscando
patrones en crisis anteriores. "Hay posibilidades de que se
esté formando una base para lo que podría ser un
rally fuerte, pero podría emerger posteriormente un
mercado bajista de varios años y caídas similares a
las que estamos viendo", apunta el banco, que ve
similitudes actuales con el comportamiento de los mercados en
1919-1921 y 1937-1938.
La entidad apunta que el volumen de las
caídas es similar al de las crisis de 1972, 1973 y 1989,
"son periodos similares, pero la gran diferencia es la velocidad de
las caídas, mucho mayor esta vez",
señala.
Citi no considera, al menos hoy por hoy, que la crisis
actual emule al doloroso crac de 1929, que dio lugar en Estados
Unidos a la Gran Depresión. Algo que comparte la mayor
parte de los expertos, que, en general, se resisten a hacer
paralelismos. "No hay reglas fijas; cada crisis es de una forma",
afirma José Luis Cárpatos, analista de Serenity
Markets, "yo, personalmente, creo que no se pueden descartar
posibilidades, por muy remotas que parezcan". Cárpatos
alude a la llamada teoría
del cisne negro: "Históricamente se pensó que los
cisnes eran blancos, pero en el siglo XVII se encontró un
cisne negro en Australia; a veces una observación, una situación puntual
cambia axiomas establecidos durante siglos".
Cisnes negros
1929 fue uno de esos cisnes negros. La Bolsa cayó
un 89% desde 1929 hasta los mínimos, que no marcó
hasta 1932. Durante este periodo el índice vivió
hasta siete rebotes significativos, en los que al menos
subió el 20%. Pero volvía a marcar mínimos
antes de remontar. Los rebotes en mercados bajistas son un
patrón común. Desde el pico del S&P en octubre
pasado, el índice registró dos repuntes (del 12% en
marzo y del 8% en junio) y un rebote del 18% después de
mínimos. En España, el
Ibex ha marcado las mayores subidas desde que fue creado en los
12 meses transcurridos desde el máximo -se marcó el
8 de noviembre, algo después que el del S&P 500-. De
hecho, el último rebote desató un tirón de
casi 2.000 puntos en una semana; un 23%.
"Esta crisis no se parece a ninguna otra. Pero hay que
tener cuidado con las comparaciones; si es como la del 29, esto
no ha hecho más que empezar", comenta Luis Benguerel, de
Interbrokers. "La tendencia a corto plazo es alcista, pero a
medio y largo es bajista. En el mejor de los casos nos quedan
meses y meses de Bolsa horizontal", añade.
Una tendencia alcista, en todo caso, no supone que una
crisis se pueda dar por cerrada. En 1929 el Dow Jones
remontó un 46% tras la primera oleada vendedora, pero
luego siguió a la baja. No recuperó el nivel
anterior a 1929 hasta noviembre de 1954, más de 25
años después.
Las fotografías de las multitudes aglomeradas en
Wall Street, la imagen
-probablemente apócrifa- de los brokers tirándose
por la ventana, la frase de Franklin Delano Roosvelt -"no hay que
tener miedo más que al propio miedo"- o la eclosión
cultural que llevó aparejada la Gran Depresión
-John Steinbeck en la literatura, Robert Johnson
en la música–
seguirán ocupando su lugar como iconos del crac
bursátil y la crisis económica. La mitología está a salvo. Al menos, de
momento.
– El Banco Mundial
alerta de que el comercio
global caerá el próximo año por primera vez
desde 1982 (El Confidencial – 12/11/08)
Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial,
señaló a Reuters que la entidad estima ahora que el
comercio global caerá el próximo año por
primera vez desde 1982 debido a la crisis financiera
internacional. Sobre el aumento de peticiones de
préstamos, Zoellick respondió: "Antes
habríamos incrementado nuestros préstamos de 13.500
millones de dólares en unos pocos miles de millones, pero
lo que hemos visto en el último mes, literalmente en los
últimos días, es que grandes países
están viniendo a nosotros". El jefe del Banco Mundial dijo
que países como México,
Indonesia y Colombia,
preocupados por el acceso al crédito
para financiar proyectos de
desarrollo,
están recurriendo al fondo de contingencia de la
institución.
– El reino de la impunidad (El
País – 12/11/08)
En la economía de mercado hay desastres:
hipotecas basura,
artimañas financieras, quiebras, despidos, pobreza… Pero
nadie los ha causado, se han producido solos. Es el único
espacio ajeno a la responsabilidad
(Por Francisco J. Laporta)
Creo que hay que ponerse a dar forma y tono a esa voz
inarticulada y latente que ha surgido aquí y allá
en estas últimas semanas preguntándose irritada
dónde están los responsables económicos del
gran desaguisado que estamos viviendo. Se trata de una
catástrofe financiera pero, como las demás
catástrofes, va a producir padecimiento, privaciones,
ansiedad y miseria. La gente va a sufrir, y lo que ese rumor
difuso busca medio a tientas es saber a quiénes puede
serle exigida la responsabilidad de todo ello. No me parece que
sea una demanda
insensata.
Sin embargo, no es fácil de contestar, porque la
economía
parece operar como una suerte de orden objetivo e
ineluctable de cuyos resultados nadie se hace cargo. Incluso hay
un modo de hablar que presenta las situaciones económicas
como producto de
procesos
objetivos sin
agentes que los produzcan. No sé si tal visión
será plausible desde el punto de vista de la ciencia
social; de lo que estoy seguro es que no
es inocente desde la óptica
jurídica o moral.
Friedrich Hayek, el viejo santón del mercadismo, afirmaba
que si no hay acción
humana de la que pueda decirse que ha causado un estado de cosas
no puede lisa y llanamente hablarse de injusticia. Y así
le parecían a él muchas de las realidades causadas
por la actividad económica del mercado. Como eran efecto
de la conjunción de innumerables acciones anónimas
e irrelevantes, las consecuencias de esa economía no
podían ser calificadas de justas o injustas, estaban al
margen de la crítica
jurídica o moral. Es ésta, en efecto, una
convicción que se ha incorporado inconscientemente a
nuestros discursos
económicos cotidianos.
En la economía de mercado suceden cosas pero
nadie es responsable. Es el reino de la impunidad. Esto, por
cierto, contrasta con algunas otras de nuestras actitudes
cotidianas, presididas muchas veces por una obsesiva, a veces
incluso obscena, búsqueda de la responsabilidad. Sea un
fallo del sistema judicial, un accidente aéreo, un
problema sanitario, un atropello social, un remoto crimen
histórico o un episodio de corrupción, allá se van todos los
sabuesos, expertos en chismes, jueces de portada (o aspirantes),
testigos oficiosos y oficiantes, periodistas de investigación y público en general a
descubrir y despellejar al causante. Y pobre de aquel que por
azar haya pasado por allí. Puede dar por descontado que le
van a dejar en cueros, cualquiera que haya sido su parte en el
suceso. El reino de la vida económica, por el contrario,
parece impenetrable al juicio de responsabilidad. Hay crisis,
recesión, pobreza, paro, lo que
sea, pero nadie los ha producido. Se han producido
solos.
Seguramente es razonable pensar que ciertos resultados
económicos son efecto de multitud de pequeñas
acciones de gentes que no los pretenden; se trata de
consecuencias de acciones colectivas que nadie está en
condiciones de imputar individualmente. El mercado libre de un
bien, la vivienda de alquiler por ejemplo, establece unos
precios que
son la conjunción de múltiples acciones
individuales de oferta y demanda,
y no podemos señalar a nadie como responsable de la subida
o bajada de esos precios. Ésa es la razón que se
aduce para declarar la general irresponsabilidad por las
consecuencias económicas del curso del mercado. Mucho me
temo que en estos días se pretende lo mismo con respecto
al desastre económico que vivimos.
Muchos analistas económicos, sin embargo, no han
dudado en demandar ahora un incremento de la regulación
del sector financiero. De pronto, se han topado con la realidad
desnuda de un mercado sin trabas y parecen medrosos, aunque antes
nos hayan venido restregando los principios un
día sí y otro también. El mercado es el
mercado -nos decían- y cuando uno entra en él lo
hace a su riesgo. Si se pierde, será muy de lamentar, pero
ésas son las reglas. No hay andaderas paternales, ni
intervenciones que distorsionen la limpia competencia, ni
funestas injerencias extraeconómicas. Hasta los Gobiernos
-sobre todo los Gobiernos- han de ser reducidos a la impotencia
económica: recaudar impuestos es algo
casi siempre inconveniente; bajarlos o suprimirlos es la panacea
económica universal. Nada de inmiscuirse en la política
monetaria; para eso están los organismos reguladores
técnicos e independientes. Las decisiones de estos
organismos, que no respondían ni responden ante nadie,
obtendrán su calidad y pureza
de criterios científicos, objetivos, anteriores a toda
veleidad política. Y no
mencionemos la deuda: debería estar prohibida
constitucionalmente, el déficit cero es el estado de
beatitud.
Esto era la teoría, la realidad parece otra. En
la realidad las cosas funcionan según el tipo de agente
que actúa en el mercado. Si somos usted o yo las reglas
son inflexibles, y nos hundimos o nos salvamos solos. Y por lo
que respecta a la responsabilidad, si se da el caso de que somos
actores económicos individuales, modestos, con un cargo
sin brillo en alguna pequeña sociedad
anónima, hemos de tener cuidado con lo que le hacemos
a los demás, a la sociedad o a
los socios porque enseguida nos empapelan. Deberemos mantenernos
siempre alerta para no dañar a nadie por culpa o
negligencia, enterarnos bien de todo lo que pasa en nuestra
pequeña sociedad y estar prestos a responder. Pero si uno
es consejero de una gran entidad financiera las cosas cambian
misteriosamente. Mimado con retribuciones de escándalo,
parece destinado a reunirse de vez en cuando en la última
planta sin enterarse de lo que pasa debajo. Si las cuentas van bien
hoy, nada que objetar. Pero si se tuercen súbitamente
mañana, tampoco pasa nada. En el peor de los casos se
irá usted a casa con un buen pellizco. Ni siquiera cabe
pensar que sociedades
así puedan desaparecer por los efectos del mercado. Hay
demasiada gente cuyos trabajos y ahorros penden de ellas. Y,
claro, en seguida se abjura de la antigua fe y de las virtudes de
la competencia y se recurre al Gobierno para
salvarlas de la quema. De lo que hayan hecho sus responsables no
se habla. El villano ha sido el mercado.
Seguramente por eso, quien más quien menos se
está preguntando hoy si es que todo esto es de verdad una
catástrofe anónima, si es que no ha habido nadie,
ningún sujeto real, que haya dado en conceder hipotecas
inverosímiles (que sus obligados, sujetos con ingresos
inciertos, no iban a poder pagar
porque el mercado ha dictaminado también que las
más altas cotas de competitividad
se alcanzan con los contratos
basura); si es
que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya hecho
maniobras financieras para incluir semejantes títulos en
paquetes de camuflaje para ser ofrecidos como inversión; si es que en los consejos de
administración no ha habido nadie,
ningún sujeto real, que ni se haya enterado de eso; si es
que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya
otorgado a semejante producto una calificación financiera
de excelencia; si es que no ha habido nadie, ningún sujeto
real, que se haya lanzado a invertir tontamente en tales productos; si
es que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya
envenenado la información a los demás agentes
financieros desencadenando una desconfianza cerval en el sistema;
si es que en los organismos reguladores no ha habido nadie,
ningún sujeto real, que no advirtiera el
peligro.
Muchos, en efecto, se están preguntando
atónitos si eso ha sido la resultante fría de un
mecanismo anónimo e irresponsable, o si, por el contrario,
ha sido la consecuencia de actos de ambición, negligencia
e irresponsabilidad en cadena, de personas de carne y hueso a las
que debe buscarse pacientemente y pedirles cuentas civiles y
penales. Y no desean saberlo porque añoren la
resurrección de la planificación y el dirigismo
económico, sino precisamente porque valoran las instituciones
de la economía de mercado como un hito de la
civilización, y no quieren verlas en manos de enredadores,
truchimanes ni logreros, por muy enfundados que estén en
trajes impecables.
(Francisco J. Laporta es catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad
Autónoma de Madrid)
– La difícil tarea de alcanzar unidad en la
cumbre del G-20 (The Wall Street Journal –
12/11/08)
Los líderes mundiales que se reunirán en
Washington apoyan acciones coordinadas, pero cada uno tiene su
propia
(Por Bob Davis)
Los líderes de 20 de los países más
poderosos del mundo se reunirán aquí el viernes,
supuestamente para hablar con una sola voz sobre cómo
manejar la crisis económica que se cierne sobre el mundo.
Sin embargo, cuando se intente pasar a la acción, no
espere unidad. Lo más probable es que se levante una Torre
de Babel nacionalista.
Los franceses quieren ponerle riendas al desenfrenado
capitalismo
global y construir un nuevo orden regulatorio. Los
estadounidenses ven esa pretensión con sospecha. Los
británicos dijeron en un principio que querían "un
nuevo Bretton Woods", lo que suena a un llamado a rehacer, o
incluso sustituir, el Fondo Monetario
Internacional y otras instituciones internacionales
concebidas en esa conferencia en
New Hampshire en 1944. Ahora quieren un FMI más
poderoso. Los rusos, a su vez, tratarían de vetar la
última idea británica. Quieren un FMI que no
imponga lo que Arkady Dvorkovich, un máximo asesor del
Kremlin, llama "condiciones políticas"
a sus solicitantes de préstamos.
Mientras, los chinos -que el domingo anunciaron un
amplio plan de
estímulo económico- quieren una mayor influencia
sobre las decisiones del FMI. Todos los participantes restantes
quieren que los chinos financien los programas de
préstamos del FMI independientemente de si la estructura de
poder se cambia rápidamente.
Ministros de finanzas y
jefes de bancos centrales
del Grupo de los
20 se reunieron el fin de semana en São Paulo como
preparación para la próxima cumbre
económica. Hablando en una conferencia de prensa durante la
reunión, el director administrativo del FMI, Dominique
Strauss-Kahn, reconoció que los líderes tienen
visiones distintas sobre el mejor modo de operar en el futuro.
Dijo que la razón para ser optimista acerca de la cumbre
del G-20 es que todas las partes involucradas creen que una
acción coordinada es fundamental.
Los problemas que
enfrenta la cumbre son en parte conceptuales, en parte
políticos. No está nada claro cómo se puede
impedir que la crisis económica empeore dada la compleja
interacción entre los problemas
hipotecarios, la restricción del crédito, la
solvencia bancaria y la caída en la demanda del consumo
global. El FMI planea usar la conferencia para presionar a los
países a administrar una gran dosis de gasto keynesiano,
incurriendo en grandes déficit presupuestarios para
reducir los impuestos y aumentar el gasto. Estados Unidos ya ha
tomado pasos en esta dirección, pero muchos países
europeos se mantienen escépticos.
Otro imponderable es cómo evitar una potencial
futura crisis. Es fácil hablar sobre mayor
regulación. Pero ¿de qué tipo? ¿Y
cuánta regulación debería ser
transnacional?
El principal problema político en la conferencia
es EEUU. Aunque es una reunión del G-20, la
economía estadounidense es tan grande y su influencia en
las instituciones internacionales tan vasta que un cambio
significativo en el sistema económico global no puede
ocurrir sin el consentimiento de ese país.
Sin embargo, el auspiciador de la conferencia, el
presidente George W. Bush, tiene menos de tres meses restantes de
mandato y no puede comprometer a su país en nada
más allá que esa fecha, mientras que el presidente
electo, Barack Obama, no está listo para llevar a cabo una
reforma general de la economía global. Los líderes
europeos proponen una segunda cumbre 100 días
después de la conferencia de Washington, un mes luego de
que Obama asuma la presidencia.
Lo mejor que puede surgir de la reunión de esta
semana es un compromiso para hacer que la reforma financiera siga
siendo una prioridad. Tras la crisis asiática de 1988, el
FMI instó a que se hiciera cambios en "la arquitectura
financiera global", incluyendo la creación de un tribunal
de bancarrotas internacional para lidiar con los casos de
cesación de pagos de países. Pero una vez que se
recuperó la economía global, el interés en
un cambio se amainó y la idea de la corte de bancarrotas
murió.
En esta reunión, el FMI planea presentar algunas
nuevas ideas de regulación, incluyendo modelos que
están siendo creados para identificar burbujas financieras
antes de que se formen. Los economistas del FMI están
estudiando crisis anteriores de manera global para ver
cómo los precios de los activos se
convierten en grandes problemas a lo largo de varios años,
para luego evaluar si existen indicadores de
dificultades futuras. El FMI también está
debatiendo si se postula al cargo de regulador financiero global
o propone una "red" de instituciones
internacionales.
Los países europeos están proponiendo un
"colegio de supervisores" para las mayores instituciones
financieras. En esta idea, por ejemplo, los reguladores de
Citigroup de distintos países se reunirían para
intercambiar información.
La debilidad de todas estas propuestas es cómo
implementarlas. Durante años, los europeos y
estadounidenses han ignorado los consejos del FMI sobre
cómo manejar problemas en sus países, mientras
esperan que los países en desarrollo cumplan con los
requisitos del fondo para recibir préstamos de emergencia.
A principios de año, el FMI trazó un plan para que
EEUU recapitalizara sus bancos y se lo presentó al
Departamento del Tesoro, que lo ignoró. Los
británicos y franceses no son diferentes, dice Simon
Johnson, ex economista en jefe del Fondo.
Obama no ha tomado una postura sobre el sistema
financiero global. Durante la crisis asiática, algunos
de sus principales asesores económicos -que trabajaron en
la Casa Blanca de Clinton- usaron al FMI para promover las
políticas económicas estadounidenses. Esta vez, el
gobierno de Obama será juzgado internacionalmente, en
parte sobre si está dispuesto a recibir asesoría
además de impartirla.
– Los supervisores piden al G-20 regular los mercados
privados (Cinco Días – 13/11/08)
Los supervisores quieren poner luz y
taquígrafos en los
mercados OTC (over the counter), los mercados privados donde
proliferan los productos de inversión derivados de la
ingeniería financiera, que constituyen el
germen de la crisis financiera mundial.
(Por Fernando Martínez)
Todos quieren participar en la cumbre que se
celebrará en Washington el próximo sábado y
que representará la clave de bóveda del nuevo orden
financiero internacional. El comité internacional de
supervisores Iosco, cuyos miembros regulan el 95% de los mercados
de capitales del mundo, ha enviado una carta abierta a
los miembros del G-20 en la que propone como acción
urgente la regulación de los mercados OTC, que
pasarían así a estar dentro de la órbita de
control de
Iosco.
"A la vista de la presente crisis, se ha hecho evidente
que las brechas de regulación, especialmente aquellas
derivadas de
determinados productos poco o nada regulados, deben ser cerradas
e Iosco es el vehículo adecuado para ello", afirma
la
organización en su comunicado. "Igualmente, cada vez
queda más claro que, aunque las estructuras
regulatorias deben seguir siendo nacionales, son deseables
decisiones globales y consistentes", añade la
asociación.
Los mercados OTC funcionan mediante acuerdos privados
entre comprador y vendedor. Carecen, por tanto, de contraparte
que garantice la liquidez y permanecen ajenas a la actividad
supervisora de entidades públicas como la Comisión
Nacional del Mercado de
Valores (CNMV). En estos mercados han proliferado productos
derivados alternativos a las herramientas
tradicionales de inversión, que han propiciado grandes
rentabilidades, pero que a falta de una adecuada supervisión han degenerado en un problema
de proporciones mundiales y están detrás de la
restricción global de crédito que amenaza ahora la
economía.
Respaldo político
Iosco reclama más coordinación a escala
internacional, pero con un apoyo gubernamental
visible.
"Para resolver la actual crisis, es crítica la
coordinación y cooperación entre los reguladores
financieros y los Gobiernos, siempre respaldada por una voluntad
política para hacer los cambios regulatorios y
legislativos que sean precisos", explican los supervisores.
"Actualmente, Iosco ofrece la experiencia técnica global
necesaria para ayudar a las autoridades financieras en el
desarrollo e implementación de soluciones
globales comunes en respuesta la actual crisis global en los
mercados de capitales", añade la entidad.
Lo que Iosco busca es que sus principios de
regulación sean adoptados de forma universal, "incluso
aunque se requieran modificaciones en la legislación".
Estos principios fueron establecidos en 1998, se reforzaron en
2002 con el memorándum Iosco MOU y se actualizan cada
año.
La línea de trabajo de los
supervisores pasa por cuatro puntos: fijación de
estándares internacionales de información
financiera que las compañías cotizadas deben
remitir a las autoridades nacionales; fortalecer la confianza de
los inversores a través de "la cooperación
transfronteriza en la supervisión y analizando las
cuestiones suscitadas por las ventas abusivas a corto en la
actual situación"; impulsar la transparencia y el desglose
de información de todos los productos y financieros, y,
por último, establecer normas globales
para las agencias de rating, cuya actuación ha quedado en
entredicho en la presente crisis.
Desciende el volumen del negocio de CDS
La actividad en derivados para cobertura de impagos, los
llamados Credit Default Swaps (CDS) cayó un 1% en el
primer semestre del año, según los datos divulgados
por el Banco Internacional de Pagos (BIS, en sus siglas en
inglés). Es la primera vez que este
segmento se contrae desde que se recogen estadísticas.
El volumen global de CDS ascendió a 57,325
billones de dólares (45,86 billones de euros), frente a
los 57.894 millones con los que había cerrado 2007. La
medida empleada por el BIS es la de volumen nominal pendiente,
que son todos aquellos contratos ya realizados, pero que
aún no han sido liquidados. La actividad total en los
mercados OTC mantiene un ritmo de crecimiento vigoroso, ya que
ascendió unos 683,725 billones de dólares, lo que
supone un incremento del 14,8% respecto a diciembre del
año pasado y del 32,4% sobre junio de 2007.
La partida más importante es la de los contratos
de cobertura de tipos de interés, que representa un 67% de
todo el mercado. El crecimiento de los derivados sobre divisas, cuyo
volumen aumentó en 6,7 billones durante los seis primeros
meses del año, ha hecho que este segmento pase a ser el
segundo en importancia, por delante de los CDS.
– Recesión mundial en 2009: EEUU (-0,9%),
Eurozona (-0,5%) y Japón (-0,1%) (El Confidencial –
13/11/08)
(Por E. Sanz)
Los peores presagios se confirman. La
desaceleración de la economía
mundial será un hecho en 2009. Las últimas
previsiones de la OCDE apuntan hacia un crecimiento negativo en
Estados Unidos del 0,9% durante el próximo año, del
0,5% en la zona euro y del 0,1% en Japón.
El director de estudios del departamento
económico de la OCDE, Jorgen Elmeskov, señala, no
obstante, que existe un cierto grado de incertidumbre en torno a estas
previsiones y que de ellas dependerá la profundidad y la
duración de la crisis financiera, la principal causa de la
recesión actual.
El Producto Interior Bruto (PIB) de los
países de la OCDE se espera que se contraiga un 0,3% en
2009 antes de recuperarse en 2010, cuando se espera un
crecimiento positivo del 1,5%.
– Las agencias de "rating" no podrán calificar y
asesorar al mismo tiempo (ABC –
13/11/08)
(Por Maribel Núñez / Bruselas)
La Comisión Europea propuso ayer estrechar la
regulación de las agencias de calificación
financiera ("rating" en inglés) para que aumente su grado
de responsabilidad en las "opiniones" que emiten, al tiempo que
tengan más incompatibilidades para calificar y asesorar
simultáneamente.
El comisario europeo de Mercado Interior, Charlie
McCreevy, explicó ayer que esta nueva regulación,
que debe ser refrendada por el Consejo de la UE y el Parlamento
Europeo, "es estricta porque pretende restablecer la confianza de
los mercados". Algunos sectores acusan a las agencias de
calificación de ser corresponsables de la actual crisis
financiera, al no haber valorado suficientemente el riesgo de
productos financieros opacos y, después, haber tardado en
bajar la calificación de las entidades
afectadas.
Bruselas propuso ayer que en el futuro estas agencias,
cuyos honorarios proceden de las empresas que
califican, no puedan caer en conflictos de
intereses, con lo que no podrán asesorar a sus clientes sobre
las inversiones
que a su vez están calificando. Además
tendrán que hacer públicos sus métodos de
trabajo, hacer un informe de transparencia anual y poner en
marcha un sistema de control
interno. Sus consejos de administración deberán tener al
menos tres miembros con una remuneración independiente de
la marcha económica de la
empresa.
A lo anterior se le añadirá la
obligación de las agencias de incluirse en un Registro Europeo
de Agencias de Calificación que se creará para tal
fin y habrá supervisión por parte de los
órganos respectivos en los países miembros. La idea
es que si alguna agencia de calificación no cumple con la
normativa pueda ser excluida del Registro y así pierda el
derecho de trabajar en la UE.
La Comisión Europea llevará esta propuesta
a la Cumbre Financiera del G-20 del 15 de noviembre en Washington
para intentar que se haga extensiva al resto de
países.
– Los cinco mayores especuladores financieros declaran
ante el Congreso de EEUU (El Confidencial –
13/11/08)
(Por E. Sanz)
Cinco de los gestores de hedge funds más ricos y
poderosos del mundo se enfrentan hoy al Congreso de Estados
Unidos que quiere saber hasta qué punto la falta de
transparencia de la industria
supone un riesgo para el sistema financiero mundial.
John Paulson (Paulson & Co.), George Soros (Soros
Fund Management), Philip Falcone (Harbinger Capital Partners),
James Simons (Reinaissance Technologies) y Kenneth Griffin
(Citaldel Investment Group) deberán testificar hoy ante la
Cámara de Representantes del Congreso para explicar el
papel que juegan y ha jugado los hedge funds en los mercados
financieros así como la situación regulatoria
en la que se encuentran. Todos ellos tienen bajo gestión
unos 120.000 millones de dólares, según
estimaciones de ABC News.
TESTIFICAN ANTE LA CÁMARA DE
REPRESENTANTES DE ESTADOS UNIDOS
Los mayres especuladores declaran ante
Congreso »
El presidente del Comité de Supervisión y
de Reformas del Gobierno de la Cámara de Representantes,
el demócrata Henry Waxman, ha pedido expresamente que
testifiquen, después de que cada uno de ellos haya
registrado este año ganancias estimadas en 1.000 millones
de dólares. La comparecencia de estos tres gestores es la
última de una serie de intervenciones ante el Congreso con
el objetivo de investigar las causas y los efectos de la crisis
financiera. También han tenido que someterse al
interrogatorio de la Cámara de Representantes los
máximos responsables de Fitch, Moody"s y S&P
500.
La industria de los hedge funds, que está
viviendo uno de los ejercicios más duros de su historia en cuanto a
rentabilidades y reembolsos -sólo en octubre perdió
100.000 millones de dólares en octubre según
estimaciones de Eurekahedge-, ha sido acusada de provocar el
colapso de dos de los mayores bancos de inversión
estadounidenses así como de haber provocado las fuertes
caídas en bolsa de las últimas semanas.
De hecho, Paulson llegó a apostar más de
1.140 millones de euros por la caída en bolsa de los
bancos británicos, mientras que en España, Philip
Falcone apostó 580 millones de euros contra Santander,
BBVA y Popular.
Waxman pedirá a estos cinco gestores que den al
Comité una lista de todos los fondos controlados, el total
de activos bajo gestión, informes a
inversores así como los documentos sobre
la posiciones de cada fondos en posiciones en CDS -credit default
swaps-.
Asimismo, se les ha requerido información sobre
el nivel de riesgo asociado a cada hedge fund y los detalles
sobre el dinero que
han recibido en los últimos años. Los elevados
cheques
recibidos por los principales ejecutivos de Wall Street han sido
duramente criticados por Waxman.
Soros Fund Management, del millonario y
filántropo George Soros, dijo el mes pasado que espera que
la crisis financiera mundial provoque un duro revés a la
industria de los hedge funds, que puede perder hasta un tercio de
su volumen actual. Se estima que Soros ganó hasta 1.000
millones de dólares apostando contra el desplome de la
libra esterlina en 1992.
Por su parte, John Paulson, dueño de Paulson
& Co, apostó el año pasado por el hundimiento
del mercado financiero y este año espera que varios de sus
fondos entren en beneficios pese al tsunami financiero. Por el
contrario, Kenneth Griffin, dueño de Citadel Investment
Group, se enfrenta a serias dificultades después de que
sus buques insignia. Kensington y Wellington hayan perdido un 38%
sólo desde principios de noviembre.
En los últimos años, ser gestor de un
hedge fund ha sido una de las carreras más lucrativas del
mundo. Sin embargo, la debacle bursátil que ha sacudido a
las bolsas de todo el mundo también ha provocado un duro
castigo para estos productos de inversión alternativa. Y
el futuro no parece demasiado alentador. Algunos expertos
prevén un auténtico "baño de sangre" dentro de
la industria con caídas de entre el 30% y el 60% para
algunos de estos fondos por culpa, por un lado, del colapso de
las inversiones y, por otro, de la masiva retirada de capitales
por parte de sus clientes.
– "Sería un error que unos meses de crisis acaben
con 60 años de capitalismo" (El Economista –
13/11/08 20:48h)
El todavía presidente de EEUU, George W. Bush, ha
defendido "a ultranza" el sistema capitalista como la forma
más eficiente de dirigir la economía mundial en una
conferencia celebrada en el Manhattan Institute de Nueva York.
"Sería un error que unos meses de crisis acaben con
más de 60 años de éxito y
libre mercado", aseguró el presidente saliente, que
será sustituido por el demócrata Barack Obama en
enero.
Bush ha pedido este jueves "más tiempo" para
tomar las medidas necesarias y salir de la crisis, y lo ha hecho
ante los altos mandatarios del G-20. El todavía presidente
ha llevado a cabo una exposición
en la que ha defendido el capitalismo como la mejor de las formas
posibles para dirigir las economías del mundo, y ha
asegurado que "no es perfecto, pero si es la forma más
eficiente de dirigir las economías mundiales".
"El capitalismo deja a los ciudadanos elegir su futuro",
ha añadido Bush. "Les deja trabajar, ahorrar o invertir
sabiamente. Millones de personas se benefician de esta forma. El
capitalismo de libre mercado es el motor de la
movilidad social. Es lo que hace posible que cualquier persona abra su
negocio, o que una madre soltera vaya a la Universidad o que un
extranjero abra un restaurante".
"El libre mercado ha permitido a Japón, por
ejemplo, convertirse en la segunda economía del mundo, y a
Corea del Sur convertirse en un gran país avanzado",
manifestó.
Bush también ha tenido tiempo para criticar a los
países que no adoptan el libre mercado como fórmula
para dirigir sus economías. "Los países que no han
empleado el capitalismo de libre mercado se han visto
perjudicados. Países como Cuba o
Irán,
donde son grandes exportadores de petróleo y
no tienen gasolina ni para circular con sus propios
coches".
Ante un público entregado que aplaudía
cada una de las intervenciones de Bush, el presidente de EEUU ha
asegurado que se debe avanzar para que el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial sean más
transparentes.
"El liderazgo de
EEUU se mantendrá"
Bush ha concluido el mitin declarando que "sería
un error que unos meses de crisis acaben con más de 60
años de éxito y libre mercado".
"Como presidente de los EEUU he visitado desde
fábricas de la empresa
Caterpillar en pleno corazón de
EEUU, hasta ferias comerciales en Ghana. He hablado con
agricultores en Guatemala que
también han abierto sus mercados al extranjero con
éxito, y para lo único que me ha servido es para
darme cuenta de la importancia del capitalismo para salir
adelante".
"Los líderes de todo el mundo deben tomar medidas
y adoptarlas a sus respectivas economías",
añadió.
Respecto al liderazgo de EEUU como primera potencia
económica del mundo. Bush ha asegurado que el liderazgo
estadounidense en el mundo se mantendrá "porque los
mercados de EEUU son flexibles y pueden recuperarse". "Lo vimos
en los 80, cuando EEUU pasó de la estanflación al
crecimiento. Lo vimos tras los ataques terroristas en 2001",
concluyó Bush.
– G-20: entre la historia y la nada (BBCMundo
13/11/08 13:17GMT)
(Por Marcelo Justo)
¿Cimiento de un nuevo orden financiero
internacional o irrelevante pie de página?
Ese es el dilema que enfrenta la cumbre del G-20 este
fin de semana en Washington. Nadie espera que esta amalgama de
naciones dispares -los ricos del G7, las nuevas potencias del
BRIC (Brasil, Rusia,
India,
China), y
países varios como Argentina, Corea del Sur,
Turquía y Arabia Saudita entre otros-, pueda acordar con
dos sesiones de trabajo de 90 minutos una nueva arquitectura
financiera mundial.
"Tendremos declaraciones generales y se
necesitará mucho trabajo adicional para que eso se refleje
en propuestas concretas. El significado más impactante de
la reunión es que las nuevas naciones emergentes
serán parte de la negociación", señaló a BBC
mundo Kevin Young, especialista en Política Internacional
de la "London Scholl of Economics".
Pero el tiempo urge.
En una declaración el viernes 7 de noviembre, la
Unión
Europea indicó que el G-20 debería aportar
soluciones en los próximos 100 días. El plazo se
cumple a fines de febrero: aproximadamente un mes después
de la asunción de Barack Obama.
Lo viejo y lo nuevo
¿Se puede comparar esta cumbre del G-20 con la
reunión de 44 naciones en Bretton Woods en 1944 que
definió el orden internacional que regiría al mundo
capitalista de la posguerra?
Los acuerdos de Bretton Woods crearon instituciones
internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco
de Reconstrucción y Desarrollo (IBRD, luego absorbido por
el Banco Mundial) para evitar turbulencias económicas
globales como la de los años 30.
Según críticos del FMI, como el "Bretton
Woods Project" -una organización independiente que vigila la
conducta de las
organizaciones
creadas en 1944-, las crisis financieras de estos últimos
20 años demuestran el fracaso de estas instituciones.
"Pero el problema no se limita al FMI. En ese sentido, una
reforma de la arquitectura financiera internacional tiene que
tratar muchos temas a la vez: el sistema bancario, los
paraísos fiscales, la regulación internacional",
indicó a BBC mundo Jesse Griffiths, del "Bretton Woods
Project".
Es que la elemental estructura acordada en Bretton Woods
naufragó a principios de los 70 cuando Estados Unidos
impuso la libre flotación de la moneda pero,
además, se vio erosionada por la creciente importancia del
capital financiero.
Para muchos, la desregulación de las bolsas de
los años 80, la liberalización del mercado de
capitales de los 90 y el impacto de la revolución
tecnológica, dibujaron un planeta muy diferente al de la
posguerra y desnudaron la impotencia de las instituciones
internacionales vigentes.
"La regulación a nivel nacional resulta
totalmente insuficiente para un sistema financiero internacional
que cuenta con una presencia creciente de nuevos agentes como
fondos de inversión, compañías de seguro y
otros actores que hoy tienen una presencia fundamental y
simultánea en distintos países",
señaló a BBC Mundo Jordi Galí, economista de
la "Barcelona Graduate School of Economics", un centro
internacional de posgrado en economía.
Economía y política
En vísperas de la cumbre de Washington unas 260
ONG y
organizaciones humanitarias, dieron a conocer una
declaración en la que reclaman el fin de la agenda
desreguladora y privatizadora global, una mayor transparencia
institucional mundial y claros límites al
FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del
Comercio.
Hasta hace poco un programa de esta
naturaleza
parecía una agenda radical con escasas posibilidades de
aplicación. La peor crisis financiera global desde los
años 30 ha cambiado el clima intelectual
del debate y, al
menos en el significado superficial de algunas palabras,
distintos líderes europeos coinciden en la necesidad de
crear "un nuevo orden global financiero" (José Manuel
Barroso, presidente de la Comisión Europea) o garantizar
un "sistema transparente" (el primer ministro Gordon Brown ante
la ONU). Sin
embargo, la disparidad política de los miembros del G-20
puede empantanar las conversaciones o tornarlas en un juego vacuo de
declaraciones altisonantes.
¿Cuánto terreno común pueden
encontrar los países del BRIC y del G7 o miembros
individuales como Rusia y Estados Unidos?
En este contexto, los 100 días de la Unión
Europea parecen más una expresión de deseos que una
posible realidad. Más teniendo en cuenta que la cumbre del
G-20 en Washington tienen de anfitrión a un protagonista
debilitado: George W. Bush.
El factor Obama
El presidente saliente es lo que en inglés llaman
un "lame duck", un pato rengo. Pero además, sus
diferencias con Obama en temas de política
económica abren un signo de interrogación sobre
lo que se pueda acordar con Bush. Mientras que Bush sólo
aceptó a regañadientes la idea de una reforma
financiera internacional, el presidente electo fue uno de los
signatarios el año pasado de un proyecto de
ley contra los
paraísos fiscales.
En la campaña, Obama indicó que
quería reforzar la exigencia de liquidez y transparencia
de las instituciones financieras, y regular los Fondos de
Inversión, las agencias calificadoras de crédito
como Standard and Poor y las transacciones de complejos
instrumentos financieros como los derivativos. Un programa de
esta naturaleza se complementa bien con las reformas que impulsa
la Unión Europea y contaría con el apoyo de algunas
naciones en desarrollo.
"Es posible que el G-20 no sea el escenario final de
estas discusiones, pero sí puede suministrar una
iniciativa sobre qué instituciones es necesario crear o
cuáles se pueden reformar para la coordinación de
una nueva regulación y supervisión financiera
internacional", indicó a BBC mundo Jordi
Galí.
Pero organizaciones como el "Bretton Woods Project"
alertan contra soluciones superficiales. "La reunión de
los países del G-20 puede ser un primer paso, pero lo que
se necesita es un debate realmente global. No se trata de acordar
un incremento de fondos para el FMI o algunas medidas
rápidas para salir del paso. No se soluciona con eso: un
parche no sirve", puntualizó a BBC Mundo Jesse Griffiths,
del "Bretton Woods Project".
– Los "hedge funds" se defienden: "No hemos causado esta
crisis" (Cinco Días – 14/11/08)
(Por Ana Nieto)
Los gestores de cinco de los mayores hedge funds del
mundo se sentaron ayer ante un comité del Congreso de EEUU
para decir que ellos no han causado esta crisis. En general, se
mostraron a favor de una mayor transparencia en el
sector.
George Soros, John Paulson -gestor de Paulson & Co-,
Kenneth Griffin de Citadel, James Simons de Renaissance
Technologies y Philip Falcone, responsable de Harbinger Capital,
se sentaron ayer delante del comité de Supervisión
y Reforma en la Cámara de Representantes para hablar de su
papel en la actual crisis financiera. Y su respuesta fue clara:
"No la hemos causado".
Pese al precedente del Long Term Capital Management en
los noventa y al hecho de que la industria de los hedge funds
esté desregulada Griffin se mostró contundente y
afirmó que "el actual tsunami lo han provocado las
instituciones financieras como los bancos", enfatizó, "que
están regulados".
Simons fue más específico y
señaló la culpa es de los reguladores que se
desentendieron de su labor con respecto a la banca de
inversión, es decir la SEC, los credit default swaps (CDS
o derivados de crédito) y las agencias de crédito
por calificar benévolamente productos que han resultado
ser tóxicos. Paulson, uno de los gestores que antes vio la
emergencia de la crisis actual y que más beneficio ha
sacado de ella, explicaba que desde hace años
desconfía de las agencias de calificación y sus
veredictos sobre los activos ligados a las hipotecas, y que por
ello su fondo sigue en beneficios.
Antes que ellos comparecieron expertos universitarios, y
algunos de ellos señalaron que por su tamaño y el
papel en los mercados, los hedge funds pueden ser la fuente de
riesgos
sistémicos. Soros y Simons aceptaron este escenario sin
dar demasiados detalles y Paulson optó por una postura
maximalista al explicar que cualquier institución
altamente apalancada, como han estado los bancos, presenta
riesgos. "Creo que los requisitos para el apalancamiento en el
sistema financiero tienen que ser más duros",
sentenció.
Simons y Soros se mostraron partidarios de una mayor
regulación y transparencia en el sector, que fue abrazada
con más reticencias por el resto de panelistas. Griffin
observó que presentar más información a las
autoridades no podía significar que esta fuera
pública pues sería como "dar a conocer la
fórmula de la Coca-Cola".
Este gestor aceptó que las últimas semanas
habían sido duras para su gestora, Citadel. Pero en
general, lo ha sido para todos. El sector ha perdido activos
valorados en 100.000 millones de dólares en octubre
según la consultora Eurekahedge. Los clientes de estos
fondos retiraron ese mes 60.000 millones.
Una mala nota para el plan de rescate de
Paulson
Los gestores de hedge funds celebran que el Tesoro haya
virado por completo en su plan original de comprar activos
ilíquidos. Para quienes ayer testificaron en la
Cámara de Representantes, es más fácil y
menos arriesgado que el Gobierno inyecte capital en el sistema
financiero antes de que compre activos que están sin
precio en el mercado. Pero John Paulson siguió siendo
crítico. "La estructura se puede mejorar porque es muy
beneficioso para la banca, y Warren Buffett, que compró
Goldman, tiene mejores condiciones que el Gobierno". Paulson
critica que, a diferencia de Europa, no se
limiten ni el dividendo ni las compensaciones.
– "Ustedes son más ricos que Dios" – El Congreso
de EEUU interroga a los propietarios de los "hegde funds" (El
Mundo – 14/11/08)
(Por Pablo Pardo)
De un lado, George Soros (7.170 millones de euros de
patrimonio,
presidente del fondo que lleva su nombre); Philip Falcone (1.355
millones, el pobre del grupo, director de Harbinger); Kenneth
Griffin (consejero delegado de Citadel, 2.400 millones); Jim
Simons (4.400 millones, director de Reinassance); y John Paulson
(2.400 millones, presidente del fondo de su nombre). Frente a
ellos, Henry A. Waxman, miembro de la Cámara de
Representantes, con un patrimonio inferior a los 1,6 millones de
euros.
Ese fue el intercambio que tuvo lugar el jueves en el
Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la
Cámara de Representantes de Estados Unidos. Los 43
miembros de ese grupo legislativo sentaron a los cinco mayores
iconos de la industria de los hedge funds. Así que por un
lado estaban sus señorías, con un salario de
135.000 euros anuales, y por otro, cinco caballeros que, cada uno
de ellos ganó el año pasado más de 800
millones de dólares, según explicó el
representante demócrata por Maryland Elijah
Cummings.
El que alguien gane esas cifras simplemente por realizar
unas órdenes de compra en el momento adecuado justo cuando
la economía de un país está sufriendo su
mayor crisis en décadas le garantiza una mala prensa, tan
mala como hermosa es su cuenta corriente. Así que la
reunión de ayer fue tensa. "Ustedes cinco son más
ricos que Dios", lanzó Cummings en un momento dado,
según la transcripción del intercambio de The Wall
Street Journal. Y, además, la forma de operar de los
empresarios situados frente a él le daba munición
para el ataque.
Porque los hedge funds son grandes fondos no regulados,
basados en paraísos fiscales, que asumen riesgos
inconcebibles y totalmente opacos. Eso los hace víctimas
propiciatorias en caso de crisis. En abril de 2005, el entonces
vicecanciller alemán, Franz Muntefering, los llamó
"plagas de langosta". Y el ex primer ministro malasio, Mahatir
Mohammed, los convirtió en 1998 en una espectacular punta
de lanza de una conspiración occidental para "que no
prosperemos".
En el colapso de los mercados los hedge funds han sido
atacados dos veces. La primera, en septiembre, cuando varios
países limitaron drásticamente las ventas a corto,
en las que se apuesta por la caída de un valor, una
técnica muy común en estos fondos. La segunda,
ahora, porque muchos atribuyen la volatilidad de los mercados a
los esfuerzos de estos fondos por equilibrar sus
balances.
Con semejante situación, los millones
valían poco. Abrió la sesión Falcone, con
una proclamación de su "orgullo por lo que hemos hecho en
Harbinger", seguido del recordatorio de que "la
compensación en el sector se basa en los resultados". Y,
como si él fuera el político, se lanzó a
celebrar sus orígenes humildes. "No todos hemos nacido en
la Quinta Avenida", dijo, en referencia a la calle más
cara de Nueva York.
Soros -que tiene una historia aún más
increíble porque escapó del Holocausto de
milagro- defendió-, como siempre, una mayor
regulación del sector. Y, también muy en su
línea, vaticinó grandes catástrofes. "Una
recesión mundial es ahora inevitable, y la posibilidad de
una depresión no puede ser descartada", dijo, con su
habitual acento húngaro.
Otros no fueron tan condescendientes. Paulson
lanzó un sarcástico "agradezco su
preocupación por el código
fiscal" a
Cummings cuando éste comentó que los gestores de
hedge funds apenas pagan impuestos. La reunión
sirvió para revelar de nuevo el desencuentro entre el
Capitolio y Wall Street, casi tan grande como las diferencias de
ingresos entre los miembros de uno y otro lugar.
– El gran tsunami del crédito exterior – La banca
europea es la más expuesta al crack de los países
emergentes: 3,5 billones (Libertad
Digital – 14/11/08)
(Por M. Lamas)
La quiebra de
Islandia no es sólo histórica, sino que constituye
un fenómeno muy significativo acerca del alcance y la
profundidad real de la crisis financiera que está
sufriendo el planeta.
El gobierno islandés, que hasta 2 años
constituía todo un ejemplo de desarrollo para los
analistas de la ONU, se ha visto obligado a solicitar créditos de urgencia a diversos organismos
internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional
(FMI), el Banco Central Europeo (BCE) o la Reserva Federal de
EEUU (Fed). De hecho, ha tenido que pedir ayuda a Rusia e,
incluso, a algunos paraísos fiscales como Islas
Feroe.
La cuasi suspensión de pagos de este país
colocó en graves aprietos a algunos bancos europeos. Sobre
todo, a los británicos, que han emprendido acciones
judiciales para recuperar parte del dinero
invertido en este país, cuyo crecimiento a lo largo de la
última década se basó casi exclusivamente en
la financiación exterior y la concesión de
crédito barato
Así, la banca británica podría
haber sufrido unas pérdidas próximas a los 74.000
millones de dólares debido a su elevada exposición
crediticia a la economía de este país. En el caso
de las entidades alemanas, la factura
podría ascender a cerca de 22.000 millones de
dólares.
Sin embargo, esta difícil situación
amenaza con reproducirse en otros países. Y es que, los
inversores temen que la crisis financiera desencadene una crisis
monetaria en múltiples países. El peligro
aquí reside en la elevada exposición de la banca
europea a las burbujas económicas de los países
emergentes.
Sobre todo, en Europa del Este y algunos Estados de
Latinoamérica, cuyas economías han
crecido durante los últimos 15 años gracias, en
gran medida, a la concesión de crédito
fácil, que ha sido impulsada por los bancos centrales
mediante la aplicación de una laxa política
monetaria (mantenimiento
arbitrario de tipos de interés muy bajos durante mucho
tiempo).
No obstante, crece el número de
países que recurren a los créditos de urgencia de
los organismos internacionales para tratar de estabilizar sus
respectivas monedas, como Hungría, Ucrania o
Pakistán, entre otros.
De hecho, el riesgo de la deuda
pública se ha disparado en múltiples
países, al tiempo que se produce una huída de
capitales, tal y como acontece en Rusia. Una señal
inequívoca de la creciente incertidumbre que mantienen los
inversores sobre la solvencia (capacidad de pagar sus deudas) de
determinados Estados y economías nacionales.
Como muestra de las
tensiones que viven los mercados monetarios, la Reserva Federal
de EEUU (Fed) tuvo que proporcionar recientemente una
línea de financiación de emergencia a
México, Brasil, Singapur y Corea del Sur.
Pero ¿se puede cuantificar este riesgo? La
respuesta es sí. El crédito exterior
(transfronterizo) total en todo el mundo asciende a 37 billones
de dólares. Es decir, el dinero que prestan los bancos
comerciales para invertir en otros países.
Según un reciente estudio de la
compañía financiera Absolute Return Partners LLP,
la banca europea (incluida la británica) mantiene una
deuda viva (pendiente de cobro) superior a los 3,5 billones de
dólares en los mercados emergentes.
Casi tres cuartas partes del crédito total
concedido a los mercados en desarrollo de Europa del Este,
América
Latina y Asia durante el periodo del boom crediticio (4,7
billones de dólares). Y una cifra muy superior a la
sangría de pérdidas que ha provocado hasta el
momento la crisis financiera a las entidades de medio mundo (2,8
billones de dólares, según los últimos
cálculos del Banco de Inglaterra).
Los préstamos transfronterizos que ha concedido
la banca europea y británica a los mercados emergentes
representa el 21% y el 24% de su PIB, respectivamente. Una
cuantía muy superior a la exposición de la banca
estadounidense, próxima al 4% de su PIB, o la banca de
Japón (5%).
El país más expuesto a las
economías emergentes es Austria, cuyo crédito
exterior a estos países (sobre todo Europa del Este)
representa casi el 85% de su PIB nacional. Y es que los bancos
austriacos han desarrollado una estrategia de
inversión "muy agresiva" en estos países,
próxima a los 300.000 millones de dólares,
según el citado documento, al que ha tenido accedo
LD.
Una cifra superior al crédito concedido por la
banca alemana a esta región de Europa.
De hecho, los bancos austriacos son los principales
titulares de deuda de Hungría y Ucrania, cuyas
economías están atravesando por importantes
problemas, hasta el punto de tener que solicitar ayuda financiera
al FMI y el BCE.
La debilidad económica de los países del
Este se debe, sobre todo, al rápido e intenso crecimiento
que han experimentado sus respectivos déficits por cuenta
corriente, que en la actualidad asciende casi al 10% del PIB de
estas economías (un porcentaje muy similar al de
España). El déficit de la balanza por cuenta
corriente refleja los ingresos y pagos por operaciones
comerciales, servicios
(turismo), rentas
y transferencias que realizar los agentes económicos de un
determinado país respecto al exterior.
Tal indicador muestra la necesidad de
financiación externa de una determinada economía,
ya que refleja la diferencia entre lo que consume y produce un
país. El déficit exterior de Europa del Este
sitúa a esta región en una situación muy
vulnerable en el actual contexto de crisis financiera y
restricción del crédito. De hecho, su actual
situación recuerda al colapso financiero que sufrieron los
países asiáticos en los 90, según estos
analistas.
Tal y como advierte un reciente informe elaborado en
octubre por Morgan Stanley, el deteriorado sector financiero de
la OCDE (grupos de
países más desarrollados del mundo) se
podría ver aún más asfixiado por el enorme
volumen de crédito destinado a las economías
emergentes.
El informe pone además el acento en algunos
países, aparte de la enorme exposición de la banca
austriaca. Las entidades de Reino Unido están muy
expuestas a los mercados emergentes de Asia y América
Latina. Tan sólo Polonia destaca como principal receptor
de crédito procedente de Reino Unido en Europa del Este.
La economía polaca se está deteriorando con
rapidez, pero sus dificultades por el momento son menores que las
que presentan Hungría o Ucrania.
Mientras, la banca sueca está muy expuesta a los
países bálticos. Así, los tres países
bálticos (Letonia, Lituania y Estonia) deben un total
123.000 millones de dólares, 83.000 de los cuales proceden
de Suecia.
Los expertos también advierten de los riesgos que
corre Italia. Y es que,
la deuda pública italiana es una de las más grandes
de los países desarrollados del planeta (equivale al 107%
de su PIB). Además, la banca italiana también es un
gran prestamista de Europa del Este. Una de sus principales
entidades, Unicredit, cuenta con una deuda viva (pendiente de
cobro) próxima a los 130.000 millones de dólares en
estos países.
Por último, destaca la exposición de
España a los países de América Latina. En
este sentido, el documento señala que la banca nacional
posee casi el 30% de la deuda transfronteriza viva en estos
países (más de 300.000 millones de dólares),
frente al 17% de la banca estadounidense. No obstante, la banca
española sufrió fuertes caídas en la bolsa
tras la decisión del Gobierno argentino de nacionalizar
los fondos de pensiones privados.
Las tensiones en el mercado monetario continúan
in crescendo en los mercados emergentes, cuyas divisas sufren
cada vez más los efectos que se derivan de la huida de
capitales extranjeros y el elevado endeudamiento
exterior.
En este sentido, sus monedas nacionales corren el riesgo
de sufrir un colapso al estilo de Islandia que, en caso de
producirse, afectaría de forma contundente fuerza a la
banca europea debido a su elevada exposición crediticia.
Muy superior además a la que presenta la banca
estadounidense.
– Cumbre de Washington – Los líderes alcanzan un
compromiso para reformar los mercados financieros (Cinco
Días – 16/11/08)
La cumbre del G20 concluyó ayer con un compromiso
de amplios rasgos para reformar y fortalecer los mercados
financieros y con el propósito de reunirse de nuevo en
menos de seis meses para evaluar los progresos
obtenidos.
La reunión celebrada en Washington
finalizó con un comunicado en el que las principales
economías desarrolladas y en desarrollo, incluidas
España, Argentina, México y Brasil, acordaron
"sentar las bases de una reforma para garantizar que una crisis
global, como ésta, no se repita".
El plan expuesto en el comunicado final de diez
páginas prevé, entre otros asuntos, un sistema de
alerta ante problemas como los que provocaron la crisis en el
sector inmobiliario estadounidense y prevé el
establecimiento de mecanismos para detectar inversiones
arriesgadas o fraudulentas.
Determinar cómo vayan a hacerlo
corresponderá ahora a sus ministros de Economía,
que tienen para ello de plazo hasta finales de marzo. Los
mandatarios volverán a reunirse antes del 30 de abril,
posiblemente en Londres. Para entonces ya será presidente
de EEUU Barack Obama, el sucesor del anfitrión de la
cumbre, George W. Bush.
Obama no acudió a la cumbre, para evitar hacer
sombra a Bush, aunque envió a dos representantes, la ex
secretaria de Estado, Madeleine Albright, y el ex congresista
republicano Jim Leach, que mantuvieron una intensa agenda de
reuniones con los participantes en la reunión del
G-20.
En una declaración al final de encuentro, Bush
declaró que esta cumbre ha sido un "éxito" pero
advirtió que "queda mucho trabajo por hacer" y que por
sí sola "no va a resolver los problemas del
mundo"
Estados Unidos ha logrado imponer su tesis de que
no conviene crear organismos y supervisores internacionales, como
defendía Europa, así como su oposición a una
regulación excesiva que atente contra el libre
mercado.
El G20 afirmó que las reformas que se van a poner
en marcha tendrán éxito solo si "descansan en el
libre mercado, en el respeto a la
propiedad
privada, y la libertad de comercio e inversión". En esta
misma línea, el comunicado final anima a concluir antes de
final de año la ronda de liberalización comercial
de Doha.
No obstante, los países del G20 reconocen que es
necesario fortalecer la transparencia y la regulación de
los mercados, pero deja claro que ello debe ser responsabilidad
de cada país. Las reformas adoptadas por un país
deben descansar sobre cinco principios, entre los que se incluye
aumentar la responsabilidad y la transparencia de los mercados,
así como reforzar la regulación, señala el
documento.
En concreto,
recomienda que se ponga límite a las remuneraciones
excesivas de los altos directivos, se controlen mejor las
actividades de las entidades financieras trasnacionales, y se
tomen medidas anticíclicas, para evitar el agravamiento de
las crisis.Precisamente, España aportó como ejemplo
en la cumbre las provisiones anticíclicas que el Banco de
España impuso a las entidades financieras a principios de
esta década, y que permitió crear un colchón
financiero para los tiempos de crisis.
El último de los puntos hace referencia al Fondo
Monetario Internacional y al Banco Mundial, que deberían
ser reformados para, entre otras cosas, dar un mayor peso a las
naciones en desarrollo.
Los participantes en la cumbre coincidieron hoy en
destacar la gran importancia del evento.
El mandatario francés, Nicolas Sarkozy,
presidente de turno de la UE, calificó la reunión
de "histórica" y aseguró que confirma el peso
político del Viejo Continente.
"Todos los países hicieron un llamamiento para el
relanzamiento concertado" de la economía mundial. "Ese es
el mensaje que estamos enviando a los mercados", dijo el líder
galo, acompañado del presidente de la Comisión
Europea, Jose Manuel Durao Barroso.
El jefe del Gobierno español,
José Luis Rodríguez Zapatero, calificó la
reunión de "muy positiva" y aseguró que, tras la
cumbre, las expectativas para la recuperación
económica y para el combate de una "recesión
generalizada" son "mucho mayores" que hace una semana.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula
da Silva, afirmó que "salgo de aquí con la certeza
de que la geografía
política del mundo ha ganado una nueva dimensión",
mientras que la mandataria argentina, Cristina Fernández
de Kirchner, consideró que la crisis financiera mundial no
es sólo un problema económico sino que marca el fin de
una etapa histórica y política.
El presidente mexicano, Felipe Calderón,
subrayó que "la crisis no se originó en los
países en desarrollo. Por el contrario, el dinamismo que
ha tenido la economía global pudo sostenerse gracias a la
vitalidad de las economías emergentes".
– Declaración de la cumbre sobre los mercados
financieros y la economía (El Economista –
16/11/08)
– Declaración institucional:
1. Nosotros, los dirigentes del Grupo de los Veinte,
hemos mantenido una primera reunión en Washington en la
fecha del 15 de noviembre de 2008, en medio de graves problemas
que afectan a la economía mundial y a los mercados
financieros. Estamos decididos a reforzar nuestra
cooperación y a trabajar en común para restaurar el
crecimiento
económico en el mundo y para llevar a cabo las
reformas necesarias en los sistemas
financieros mundiales.
2. A lo largo de los últimos meses, nuestros
países han tomado medidas urgentes y excepcionales para
sostener la economía mundial y estabilizar los mercados
financieros. Estos esfuerzos deben continuar. Al mismo tiempo,
debemos sentar las bases de unas reformas que contribuyan a
garantizar que una crisis global como la que nos ocupa no vuelva
a producirse jamás. Nuestro trabajo se va a guiar por una
confianza compartida en que los principios del mercado, unas
condiciones de comercio y de inversión sin trabas y unos
mercados financieros regulados de manera eficaz fomentan el
dinamismo, la innovación y el espíritu emprendedor
que resultan esenciales para el crecimiento económico, el
empleo y la
reducción de la
pobreza.
– Causas primordiales de la crisis actual
3. Durante un período de fuerte crecimiento
económico, crecientes movimientos de capital y estabilidad
prolongada en lo que lleva transcurrido de década, las
partes actuantes en el mercado han tratado de conseguir
rendimientos más altos sin una valoración adecuada
de los riesgos y no han puesto en práctica la debida
diligencia. Al mismo tiempo, se han combinado unas normas
deficientes de aseguramiento frente a riesgos, prácticas
poco fiables de gestión de
riesgos, productos financieros cada vez más complejos
y opacos y el consiguiente apalancamiento excesivo para crear
puntos vulnerables en el sistema. Los responsables
políticos, los reguladores y los supervisores de algunos
países avanzados no evaluaron ni abordaron de forma
adecuada los riesgos que se estaban acumulando en los mercados
financieros, ni siguieron el ritmo de la innovación
financiera, ni tuvieron en cuenta las complejidades de las
medidas reguladoras internas dentro del sistema.
4. Entre otros importantes factores subyacentes a la
situación actual figuran unas políticas
macroeconómicas incoherentes e insuficientemente
coordinadas y unas reformas estructurales inadecuadas que han
llevado a unos resultados macroeconómicos insostenibles a
escala global. Estas circunstancias, en su conjunto, han tenido
su parte de responsabilidad en los excesos y, en último
término, han dado como resultado una grave
alteración del mercado.
– Medidas que se han adoptado y que se van a
adoptar
5. Hasta la fecha, hemos tomado medidas fuertes e
importantes para estimular nuestras economías,
proporcionar liquidez, reforzar el capital de las instituciones
financieras, proteger ahorros y depósitos, abordar las
deficiencias de regulación y descongelar los mercados
crediticios, y estamos trabajando en asegurar que las
instituciones financieras internacionales (IFIs) estén en
condiciones de proporcionar un apoyo esencial a la
economía mundial.
6. Sin embargo, es necesario hacer más para
estabilizar los mercados financieros y sostener el crecimiento
económico. El impulso económico se está
desacelerando de manera sustancial en las principales
economías y las perspectivas globales han empeorado.
Muchas economías de mercado emergentes, que han
contribuido a sostener la economía mundial durante esta
década, siguen experimentando todavía un
crecimiento satisfactorio, pero se están viendo afectadas
de manera adversa cada vez más por la
desaceleración mundial.
7. Frente a este telón de fondo de condiciones
económicas en franco deterioro en todo el mundo, hemos
estado de acuerdo en que hace falta una respuesta política
en todos los órdenes, basada en una cooperación
macroeconómica más estrecha, que restablezca el
crecimiento, evite consecuencias indirectas negativas para el
gasto
público y ayude a las economías de mercado
emergentes y a los países en vías de desarrollo.
Como medidas inmediatas para la consecución de estos
objetivos, así como para abordar los problemas a
más largo plazo, nos proponemos:
– mantener nuestros esfuerzos con todo vigor y tomar las
medidas adicionales que sean necesarias para estabilizar el
sistema financiero.
– reconocer la importancia de la contribución de
la política monetaria, que se considera adecuada a las
condiciones internas de cada nación.
– recurrir en la medida apropiada a medidas fiscales
para estimular las demandas internas con efecto inmediato, al
mismo tiempo que se mantiene un marco político conducente
a la sostenibilidad fiscal.
– ayudar a las economías emergentes y en
vías de desarrollo a que tengan acceso a
financiación en las actuales condiciones de dificultades
financieras, facilitándoles liquidez directa y apoyo
programado.
– Subrayamos el papel importante que corresponde al
Fondo
Monetario Internacional (FMI) en la respuesta a la
crisis, nos complacen sus nuevas facilidades de liquidez a corto
plazo e instamos la revisión ya en curso de sus
instrumentos y servicios para garantizar la
flexibilidad;
– animar al Banco Mundial y a los demás bancos de
desarrollo multilateral (BDMs) a emplear a fondo toda su
capacidad en apoyo de sus prioridades de desarrollo y nos
complace la adopción
reciente de nuevos servicios del Banco Mundial en las
áreas de infraestructuras y financiación del
comercio;
– garantizar que el FMI, el Banco Mundial y los
demás BDMs cuentan con recursos
suficientes para seguir desempeñando su papel en la
superación de la crisis.
– Principios comunes de reforma de los mercados
financieros
8. Además de las medidas ya mencionadas, vamos a
poner en marcha reformas que han de reforzar los mercados
financieros y los regímenes reguladores con vistas a
evitar crisis en el futuro. Toda regulación es, primera y
principalmente, responsabilidad de los reguladores nacionales,
que constituyen la primera línea de defensa contra la
inestabilidad de los mercados. Sin embargo, nuestros mercados
financieros tienen un ámbito global de actuación,
de modo que resulta necesario intensificar la cooperación
internacional entre los reguladores y reforzar las normas
internacionales, así como, allí donde sea preciso,
llevarlas a la práctica de manera coherente, para lograr
la adecuada protección frente a acontecimientos globales,
regionales y transfronterizos adversos que afecten a la
estabilidad financiera internacional.
Los reguladores deben garantizar que sus decisiones
contribuyan a la disciplina del
mercado, evitar consecuencias potencialmente negativas para otros
países, incluyendo un arbitraje
regulador, y apoyar la competencia, el dinamismo y la
innovación en los mercados. Las instituciones financieras
deben cargar asimismo con su responsabilidad en la confusa
situación actual y deberían asumir la parte que les
corresponda para superarla, lo que incluye reconocer sus
pérdidas, aumentar su transparencia y mejorar sus
prácticas de gobierno interno y gestión del
riesgo.
9. Nos comprometemos a poner en marcha políticas
coherentes con los siguientes principios comunes de
reforma:
– reforzar la transparencia y la responsabilidad: vamos
a reforzar la transparencia de los mercados financieros, lo que
implica aumentar la información exigible sobre los
productos financieros complejos y hacer que las
compañías informen de manera exhaustiva y fiel
sobre sus condiciones financieras. Deberían situarse los
incentivos en
una misma línea para evitar una excesiva asunción
de riesgos.
– mejorar la regulación en profundidad: nos
comprometemos a reforzar nuestros regímenes reguladores,
una supervisión prudente y la gestión de riesgos,
así como a garantizar que todos los mercados financieros,
sus productos y los que actúan en los mercados
están regulados o sometidos a supervisión de la
manera más adecuada a sus circunstancias. Vamos a ejercer
una supervisión estricta sobre las instituciones de
clasificación crediticia, coherente con un código
internacional de conducta consensuado y reforzado. Asimismo,
vamos a hacer que los regímenes reguladores sean
más eficaces a lo largo del ciclo económico, al
mismo tiempo que se asegure que la regulación sea eficaz,
que no coarte l a innovación y que fomente un mayor
intercambio de productos y servicios financieros. Nos
comprometemos a realizar evaluaciones transparentes de nuestros
sistemas nacionales de regulación.
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