Monografias.com > Uncategorized
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La codicia de los mercados (el virus mutante) ? Parte II (página 10)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15

Y así nos pasará a nosotros. Necesitamos
volver a colaborar al estilo antiguo. Es decir, personas que
toman decisiones basándose en el buen juicio para los
negocios, la
experiencia, la prudencia, la claridad de las comunicaciones, y que piensan en el "cómo",
no sólo en el "cuánto".

– El capitalismo de
Estado de
Gordon Brown (El Mundo – 19/10/08)

232 años después de que Adam Smith
sentara las bases del capitalismo moderno, otro escocés,
Gordon Brown, ha decidido reinventarlo

(Por Pablo Pardo y María Ramírez /
Washington / Bruselas)

El destino ha querido que un escocés nacido en
Glasgow dinamite en una semana la ingente obra de su más
ilustre compatriota. Quizá sin pretenderlo, asfixiado por
las circunstancias, Gordon Brown ha liderado una cruzada contra
el lado más salvaje del capitalismo. El primer ministro
británico pasará a la Historia como el padrino de
un nuevo sistema
económico, muy cercano a las tesis del
capitalismo de Estado desarrollado con diferentes matices en
países como Rusia o
China.

Con su intervención directa en el capital de los
bancos con
problemas,
Brown destierra el liberalismo en
estado puro alumbrado por Adam Smith, en 1776, en su obra La
riqueza de las naciones. Y emerge como un líder
capaz de arrastrar en su favor a los políticos más
poderosos de Occidente. Todos ellos transitan ya por la senda
abierta por Brown.

La marcha hacia un nuevo orden financiero mundial no
tiene vuelta atrás. Cuando el hijo de Milton Friedman,
David, que ha llevado las teorías
a favor del libre mercado de su
padre al extremo de definirse como "un anarcocapitalista", quiere
que gane un demócrata unas elecciones presidenciales, es
que estamos ante un cambio
cataclísmico en el debate
económico. Pero así es. David Friedman, que es
profesor de la
Universidad de
Santa Clara, en California (un centro de los jesuitas que
no encaja bien con el declarado ateísmo del
académico) cree que "Bush ha sido claramente un desastre
desde el punto de vista de los libertarios y conservadores porque
ha llevado a cabo un aumento increíble en el gasto
público".Y concluye: "Espero que Obama
gane".

Así que el debate económico está en
un momento de inflexión. Han pasado 36 años desde
que el padre de David, Milton, cobrase 5.000 dólares de la
época (que hoy equivaldrían a casi 19.000 euros)
por escribir un documento para la Bolsa de Chicago defendiendo la
liberalización de los mercados
financieros. Aquel texto fue la
base para que el mercado de Chicago presentase, en 1972, el
primer futuro de divisas. Acababan
de nacer los derivados. Cuatro años después,
Friedman -heredero directo de Adam Smith- ganaba el Nobel. En
1989 caía el Muro de
Berlín y el capitalismo derrotaba en toda línea
al comunismo.

Finalmente, el llamado capitalismo anglosajón
-basado en los mercados
financieros y en una escasa intervención del Estado-, se
impuso al capitalismo renano francés y alemán, del
mismo modo que había derrotado al capitalismo
japonés en los 90. Y las cifras lo demostraban: EEUU y
Reino Unido han crecido en la última década al 2,9%
anual de media. Francia, al
2,4%. Alemania, al
1,5%. Italia, al
1,4%.

Hasta ahora. La explosión de la burbuja
inmobiliaria en EEUU y la crisis
financiera mundial han resucitado, más que al capitalismo
renano, al socialismo con
características chinas de Beijing. Los poderes
públicos han tenido que asumir las pérdidas de las
empresas
privadas. Y eso, a un coste descomunal. El consejero delegado de
la empresa de
análisis bursátil IG Fusion, Barry
Ritholtz, estima que el coste de todos los rescates de la
banca para
EEUU será de tres billones de dólares (2,2 billones
de euros), es decir, un 22% del PIB de la
primera economía
mundial.

Así que la crisis del sistema ha provocado una
entrada en escena del capitalismo de Estado para evitar una
reedición de la Gran Depresión
de los años 30. "La crisis ha sido un proceso
inexorable. Pero ese proceso ha sido acelerado y agravado por la
decisión de dejar caer el banco de inversión Lehman Brothers. Por eso, el G-7
ha venido a decir que no se tolerarán más colapsos,
en una clara referencia a Morgan Stanley", ha explicado a "El
Mundo" David Stowell, un ex directivo de banca de
inversión que ahora es profesor de Finanzas en la
Escuela de
Negocios Kellogg, de la Northwestern University, en Chicago.
Stowell, sin embargo, niega que se esté yendo hacia el
capitalismo de Estado: "No ha habido un rescate de los bancos,
sino una serie de medidas para restaurar la confianza. Y eso era
necesario. Hace 10 años, yo trabajaba en Goldman Sachs en
Japón.
¿Y sabe cuál era la empresa
financiera más sólida del mundo? AIG". Hoy, ha sido
nacionalizada.

Otros expertos, sin embargo, opinan que estamos ante un
momento sin parangón en la Historia. "La
intervención del Tesoro en el capital de los bancos es
mucho mayor que la que tuvo lugar durante la Gran
Depresión de los años 30", advierte a este periódico
el profesor de Historia de los Mercados de la Universidad de
Nueva York Richard Sylla.

Es, además, una intervención improvisada
lo que puede provocar tensiones. "El plan del Tesoro
puede hacer que los supervisores del sector
público y los gestores de los bancos choquen",
señaló a "El Mundo" el columnista de Financial
Times Martin Wolf.

Pero, después de taponar las vías de
agua, hay que
reforzar todo el barco de la economía mundial. Y eso no va a ser
fácil. El G-7 se va a reunir en Nueva York, en una cumbre
extraordinaria, probablemente el mes que viene. Los europeos
están hablando de un nuevo Bretton Woods, en referencia al
acuerdo que sentó las bases del orden económico
internacional tras la Segunda Guerra
Mundial.

El problema es que Bretton Woods no tiene nada que ver
con la actual crisis. "Por ahora, los problemas son los
desequilibrios internos de las economías, no los
desequilibrios externos, aunque a medida que EEUU se recupere
habrá que reajustar toda la economía mundial.
Entonces será el momento de buscar reajustes", explica
Wolf.

Unos reajustes que implicarán reconocer el
poder que
tienen economías como la china, la india o las de
Extremo Oriente. Se ha acabado la era en la que Occidente y
Japón controlaban la economía mundial.

Pero, entretanto, la clave es más
intervención del Estado. Algo que no gusta a algunos
expertos, como Allan Meltzer, de la Universidad Carnegie-Mellon,
que, tras la muerte de
Friedman, es el principal monetarista del mundo. Fiel a sus
creencias del libre mercado, Meltzer rechazaba, en un email
remitido a este diario, la introducción de nuevas regulaciones en los
mercados. Entre ellas, los derivados que tanto gustaban a
Friedman, y que fueron calificados por Warren Buffett, el tercer
hombre
más rico del mundo, como "armas de
destrucción masiva financiera".

Un mayor control del
mercado es la opción que defienden políticos tan
heterogéneos como el británico Gordon Brown, el
francés Nicolas Sarkozy y la presidenta de la
Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi. No es, sin
embargo, un mero debate político.

El Banco Mundial
y el FMI han dejado de
usar en sus documentos
internos la palabra "desregulación", para pasar a emplear
"mejor regulación". Un cambio muy lógico. Porque
Occidente ha incumplido manifiestamente lo que había
exigido siempre al resto del mundo. Hace tres años, el FMI
atacó duramente a India cuando ese país
estudió prohibir las ventas a corto
de acciones, en
las que un inversor apuesta por la bajada de un valor. Ahora,
esa institución no ha alzado la voz para criticar a EEUU y
al Reino Unido por hacer exactamente eso.

Pero, para Meltzer, la regulación es el origen de
esta crisis. Y apoya ese argumento con un dato demoledor: "La
razón fundamental de la crisis fue la regulación de
Basilea (un acuerdo entre los bancos centrales y los reguladores
de todo el mundo para modernizar los sistemas de
supervisión de la banca). Basilea
obligó a los bancos a tener más capital si
aumentaban el riesgo de sus
activos".

"Los bancos esquivaron la regulación poniendo los
activos con más riesgo fuera de su balance. En vez de un
sistema mal monitorizado, pasamos a tener un sistema nada
monitorizado", añade. Efectivamente, esos activos fuera
del balance se convirtieron en el lugar en el que los bancos
acumularon su deuda basada en hipotecas, que ahora no vale nada.
Para Meltzer, "el problema son los incentivos".

Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial,
decía esta semana que, para prevenir crisis como la
actual, la solución es "un Facebook para la diplomacia
económica multilateral". Es decir, una red de contacto
permanente entre las grandes economías del
mundo.

En EEUU ya se ha acuñado "el capitalismo 2.0", en
referencia más a la intensificación de la información común que a una
auténtica revolución
reguladora e intervencionista, como proponen los amigos europeos
de Zoellick -tiene muchos, de sus años como mediador
comercial y subsecretario de Estado- a este lado del
Atlántico.

Refundación

En el Consejo Europeo del miércoles, Sarkozy,
presidente de turno de la UE, no dudaba al repetir que el
objetivo de un
nuevo Bretton Woods debe ser "la refundación del
capitalismo". La expresión la recogía José
Manuel Durao Barroso. El presidente de la Comisión rechaza
la "caricatura" de
"neo-liberal", tal vez porque, como le dijo, en tono jocoso, el
presidente del Gobierno español,
José Luís Rodríguez Zapatero, a Gordon Brown
en Bruselas, "miles de manuales de
liberalismo se están quemando ahora en la
hoguera".

"Al final, ha ganado Sarkozy. Está haciendo todo
lo que soñó y nos parecía o descabellado
para la economía o peligroso para la unidad europea",
decía, esta semana, un veterano comunitario crítico
de Sarkozy, ante la verborrea del galo, que menciona hasta "una
moneda común" para el globo.

Desde que llegó al poder, el presidente
francés ha defendido la "gobernanza" de la zona euro, es
decir, una coordinación política para que el
Banco Central Europeo no mueva sus tipos de interés o
preste más dinero sin
ninguna directriz de los líderes de los Estados
miembros.

Ahora, no sólo ha conseguido un pacto de presión
conjunta sin precedentes, sino que se ha ganado como aliado a
Brown, crecido por la crisis y convertido en el europeísta
del momento. "¿Necesitamos la misma coordinación
para la crisis económica que para la financiera? Desde el
punto de vista de la presidencia francesa, la respuesta es
sí, sí, sí", dijo Sarko el jueves, con su
habitual teatralidad, aunque reconociera que aún falta
"unanimidad".

El líder conservador exigía también
más flexibilidad de la Comisión Europea en la
vigilancia del déficit público. Y, con las
circunstancias extraordinarias, el exceso por encima del 3%
será reprobado ahora después de plazos mucho
más largos y con una actitud
comprensiva.

"Al final, nosotros teníamos razón con el
modelo de
capitalismo protegido por el Estado",
comenta un político francés en Bruselas, con cierto
desdén hacia la prensa liberal
anglosajona. "El error está en la consideración del
capitalismo anglosajón", precisa a este diario Robert
Cooper, director de Política Exterior del Consejo de la
UE.

"Tal vez, una de las lecciones de esta crisis sea que
Reino Unido se parece más a Europa que a
EEUU. No hay más que mirar al sistema sanitario. En Reino
Unido, es aceptable que el Estado intervenga. En EEUU, algunos
llamaban socialismo al plan Paulson", explica.

Aún así, Brown ha despertado la
controversia en casa por eliminar, durante cinco años, el
reparto de dividendos de los bancos que se acojan a su rescate.
Según los críticos, esto hará caer el valor
de las entidades en Bolsa, y el Estado tendrá que asumir
nuevas ampliaciones de capital. Hacienda asegura que los bancos
volverán a repartirlos, pero la estructura de
negocio ya parece otra.

Neelie Kroes, la temida liberal responsable de Competencia en la
Comisión Europea, no sólo bendice los cambios, sino
que, de momento, los anima. Aún así, los estados
miembros deberán revisar sus medidas cada seis meses para
justificar su legitimidad. Juncker, a menudo el premier mejor
informado, defiende: "Habrá que recordar, después
de esta crisis, quién la resolvió: los
políticos, no los banqueros"…

– Paulson lo vuelve a intentar (El Mundo –
19/10/08)

(Por Joseph
Stiglitz)

Gordon Brown se ha ganado grandes aplausos en estos
últimos días por haber inspirado a Hank Paulson el
giro radical que le ha hecho pasar de su plan de dinero a cambio
de activos malos, acerbamente criticado por casi todos los
economistas y por muchos financieros respetados, a un
planteamiento de inyectar capital. Posiblemente ha sido la
presión internacional ejercida sobre Estados Unidos la
que ha contribuido al cambio súbito de parecer de
Paulson.

No obstante, Paulson ha creído que podía
reformular el planteamiento del Reino Unido de una manera que
fuera incluso mejor para los bancos norteamericanos que su
estrategia
original de dinero contante y sonante. El hecho de que los
contribuyentes de Estados Unidos puedan salir perjudicados de
este proceso no es más que parte de los daños
colaterales que han sido el sello característico del
Gobierno de Bush.

¿Será suficiente con este cable que se les
echa? No lo sabemos. Los bancos se han atrincherado en tal falta
de transparencia que ni siquiera ellos saben en qué estado
se encuentran. Cada día se inician más juicios por
embargos; poco hace al respecto el plan de Paulson. Eso significa
que en los balances se abren nuevos agujeros al mismo tiempo que se
cierran los de antes. Hay un consenso en que nuestro declive
económico va a ir a peor, a mucho peor, y en todas las
épocas de recesión económica aumentan las
quiebras. Así pues, aunque los bancos hubieran puesto en
práctica una política crediticia prudente (y
sabemos que muchos no lo han hecho), van a tener que hacer frente
a mayores pérdidas.

Gran Bretaña ha demostrado al menos que
todavía cree en algo parecido a un principio de responsabilidad: los jefazos de los bancos han
dimitido. Nada de eso ha sucedido en EEUU.

Gran Bretaña ha comprendido que no tenía
ningún sentido repartir dinero a raudales entre los bancos
para que éstos repartieran dinero a raudales entre los
accionistas. La única restricción a los bancos en
Estados Unidos es la de que no incrementen sus dividendos. El
Tesoro ha pretendido crear una imagen de
severidad de cara a la opinión
pública, pero entre bastidores no para de tranquilizar
a los bancos con que no tienen de qué preocuparse, que
todo eso es parte del montaje para que los votantes y el Congreso
no se solivianten.

Lo que está claro es que no tendremos acciones
con derecho a voto. Wall Street se va a quedar con nuestro
dinero, pero nosotros no vamos a tener ni voz ni voto sobre lo
que habría que hacer con él. Un rápido
vistazo al historial reciente de los bancos sobre su forma de
gestionar los riesgos nos da
a los contribuyentes, razones más que sobradas para estar
preocupados.

A pesar de toda la apariencia de severidad, los detalles
dan a entender que para el contribuyente norteamericano la
operación no ha sido nada ventajosa. No hay
comparación con las condiciones que Warren Buffett se
aseguró cuando aportó capital a Goldman Sachs.
Buffett obtuvo una garantía, el derecho a comprar en el
futuro a un precio incluso
por debajo de la bajísima cotización en el momento
de la operación. Paulson ha obtenido para los Estados
Unidos la garantía de compra en el futuro al precio
vigente en su momento, sea el que sea. La clave de esta
garantía está pues en que nos beneficiaremos en
parte de la subida cuando la economía se recupere de la
crisis y el sistema
financiero empiece a funcionar.

El plan de Paulson ha dado respuesta a la exigencia del
Congreso de que se facilitara algún tipo de
garantía, pero más como una cuestión de
forma que de contenido real. Buffett ha obtenido garantías
equivalentes al 100% del valor de lo que ha invertido. Los
contribuyentes norteamericanos sólo han conseguido el
15%.Es más, como George Soros ha señalado, dentro
de pocos años, cuando la economía se haya
recuperado, los bancos no tendrán necesidad de recurrir al
Gobierno en busca de capital. El Gobierno debería haber
emitido obligaciones
convertibles que le reconocieran el derecho a participar
automáticamente en las ganancias de cotización de
las acciones.

Nos hayan timado o no, los bancos tienen ahora nuestro
dinero. El nuevo Congreso va a tener dos importantes tareas por
delante. La primera es asegurarse de que si el contribuyente
pierde en esta operación, sean los mercados financieros
los que paguen. El segundo es sacar adelante unas nuevas normas y un nuevo
sistema de regulación. Ha habido muchos en Wall Street que
han opinado que habría que posponer todo esto a fechas
posteriores. Tenemos un barco que hace agua, argumentan algunos,
y lo primero que tenemos que hacer es arreglarlo. Cierto, pero
también sabemos que hay problemas en los sistemas de
gobierno (y en los capitanes que los gobiernan); si no los
arreglamos, nos estrellaremos contra otras rocas antes de
que consigamos llegar a puerto.

¿Por qué habría que confiar en un
sistema bancario que ha funcionado tan estrepitosamente mal
cuando no se está haciendo nada que afecte a los
incentivos? Lo que en realidad esperan muchos de los que insisten
en que se posponga el abordar la reforma de las regulaciones es
que, una vez que la crisis haya pasado, las cosas vuelvan a ser
como han sido siempre y no se haga nada. Eso es lo que
ocurrió tras la última crisis financiera
global.

Hay una esperanza: la última crisis financiera se
desencadenó en zonas distantes del mundo. Fueron entonces
los contribuyentes de Tailandia, Corea e Indonesia los que
tuvieron que pagar la cuenta de las malas prácticas
crediticias de los mercados financieros; esta vez les toca a los
contribuyentes de Estados Unidos y Europa. Están
enfadados, y más tendrían que estarlo. La esperanza
está en que nuestras democracias son lo suficientemente
fuertes para imponerse al poder del dinero y de los intereses
particulares y en que vamos a demostrar que somos capaces de
montar el nuevo sistema regulatorio que el mundo necesita si es
que nuestra intención es disfrutar de una economía
global próspera y estable en el siglo XXI.

(Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel de
Economía en 2001, es profesor en la Universidad de
Columbia)

– OIT: "Aumentará la pobreza"
(BBCMundo – 20/10/08)

La Organización Internacional del Trabajo (OIT)
advirtió que 20 millones de personas perderán su
trabajo por la actual crisis financiera. La OIT también
estimó que 40 millones de personas más se
verán empujadas a la pobreza, en otras
palabras, vivirán con menos de US$ 1 diario, y otras 100
millones tendrán sólo US$ 2 por
día

Según el director general de la OIT, Juan
Somavía, estas nuevas estimaciones "podrían
quedarse cortas si no se enfrenta rápidamente los efectos
creados por la actual contracción económica y la
posible recesión". "Ésta no es simplemente una
crisis en Wall Street (…) necesitamos un plan de rescate
económico para las familias trabajadoras y la
economía real, con reglamentos y políticas
para crear trabajos dignos", añadió.

Preocupación

Somavía dijo que sus mayores preocupaciones eran
restablecer, mantener y potenciar la protección social,
incluyendo las pensiones, los subsidios de desempleo, el
apoyo a la niñez y los programas de
salud
pública. Además, consideró necesario
asegurar que las empresas consigan acceso a créditos para evitar despidos, recortes de
salarios y
bancarrotas. Y por si alguien tuviera dudas sobre la
posición de la OIT, su director afirmó
rotundo:

"Damos la bienvenida a las peticiones de mayor
regulación financiera y el establecimiento de un sistema
de control global".

– Del Banco Sarkozy al National Bank of Obama (El
Economista – 21/10/08)

(Por Ainhoa Giménez, Bolságora)

Incluso en medio de la catástrofe hay lugar para
el humor. David Marsh, presidente de London and Oxford Capital
Markets, propone en MarketWatch un divertido juego sobre
cómo se llamarán los bancos que los Gobiernos
están nacionalizando ahora cuando sean revendidos al
sector privado, algo que él fecha allá por 2011…
si los planes de rescate salen bien, claro.

Admite que en EEUU estas prácticas
chirrían, pero asegura que en Europa las cosas son
diferentes: "Algunos Gobiernos que están haciendo cola
para inyectar fondos públicos a los bancos se están
frotando las manos con la oportunidad de manejar las máquinas
del dinero", afirma.

Marsh afirma humorísticamente que los
burócratas europeos ya están trabajando para
preparar la reprivatización de estos bancos. "Un informe
confidencial de la Comisión Europea que ha caído en
mis manos (un recurso muy quijotesco) demuestra hasta qué
extremo piensan estos funcionarios que el paisaje bancario
europeo va a cambiar en los próximos tres
años".

Este imaginario documento contiene los nombres de
docenas de bancos que van a ser comprados y posteriormente
revendidos por los gobiernos europeos, y revela que estos
funcionarios creen que la nacionalización será muy
extendida también en EEUU.

He aquí algunos ejemplos:

Bankhaus Merkel Steinbrück: una firma financiera
con una larga historia en la mejor tradición
hanseática, centrada en préstamos para medianas
empresas. Todos los depósitos están garantizados al
150%. Su lema: "¡Para que el dinero
esté seguro, el lugar
es Hamburgo!" Los gestores alardean de un código
ético que rechaza cualquier relación con las
prácticas de Wall Street y con un comportamiento
inversor "turbopropulsado".

Consiglieri Berlusconi: un banco de asesoramiento
estratégicamente situado con fuertes raíces en el
sector audiovisual y una larga experiencia en captar dinero
mediante operaciones de
crédito
innovadoras en todo el mundo. Las acciones pueden ser
difíciles de vender por los crecientes problemas de
aprobación.

Sarkozy Associates: una bulliciosa institución
financiera francesa muy conocida por un pensamiento
hiperactivo y la gestión
de crisis en momentos difíciles. Quiere abrir su exquisita
sede central de París los domingos para debatir con los
clientes europeos
amenazados de embargo.

Brown, Darling & Co.: una institución
escocesa tradicional con reputación de prudente,
próspera por su austeridad, muy solicitada por sus
consejos sobre la proporción entre deuda y capital en toda
Europa, especializada en los cada vez más prominentes
préstamos en libras con una actitud independiente de los
manejos monetarios europeos, pero ofrece operaciones con
descuento para financiación en euros de cualquier
tipo.

Greenspan Savings & Loan: fue en el pasado un peso
pesado del crédito muy respetado, pero la práctica
de un control de riesgos exuberante le llevó a unos
resultados de mercado irracionales, y ahora se ha reestructurado
tras la jubilación de su presidente.McCain Thrift: se
ganó una reputación por sus relaciones con los
clientes a la vieja usanza y sus buenos consejos para los novatos
en el mercado, con una infraestructura informática muy vieja propensa a quedarse
colgada, pero se he beneficiado de nuevo capital y nuevo liderazgo
mediante su expansión con un socio en Alaska.

National Bank of Obama: una amplia franquicia
minorista que ofrece nuevas soluciones en
tiempos turbulentos, que sobresale con nuevos servicios para
los grupos de renta
baja, trabajó mucho para crecer en los segmentos de rentas
altas, las dudas sobre la falta de una red internacional y de
credibilidad en el mercado perjudican su rentabilidad.

The Bush Bank: pese a unas inyecciones de liquidez a
gran escala, se ha
demostrado imposible revivir esta marca, así
que el procedimiento de
quiebra junto con
demandas judiciales continuará hasta 2012. Algunos
clientes que invirtieron en este valor en 2000 nunca
volverán al mercado.

Desgraciadamente, en este documento no aparece la Caja
de Ahorros Zapatero, pero todo se andará.

– Supervivientes al virus de la
estatalización bancaria (El Confidencial –
21/10/08)

(Por R. J. Lapetra)

El subprime ha hecho honor a quienes lo calificaron como
un virus. Su forma de actuar ha seguido las pautas de cualquier
enfermedad vírica: periodo de incubación,
síntomas, desarrollo,
tratamiento y curación (o muerte). La
banca mundial ha sufrido la epidemia más mortífera
que se recuerda desde la crisis de los 80 o de los años
30. Esta vez han caído un mayor número de entidades
porque, a diferencia de anteriores crisis financieras, esta vez
el virus ha sido global. Tras multitud de tratamientos distintos,
en forma de rescates, expropiaciones y nacionalizaciones, la
especie ha mutado.

La nueva banca se dedicará al negocio
típico bancario, que se basa en la intermediación
entre depósitos y créditos. Es el modelo
español. Pero también cuenta con un nuevo modelo
accionarial, que se asienta en el respaldo del Estado a las
entidades mediante la compra de acciones o bonos. Es el
modelo chino. El Gobierno es la banca. Sólo un
puñado de entidades occidentales ha sobrevivido a esta
transformación y se resiste todavía a caer.
Barclays (Reino Unido), Deutsche Bank (Alemania), BBVA y
Santander (España),
entre otros, luchan por permanecer en manos privadas y mantenerse
alejados de los Gobiernos. Dos modelos que,
desde hace más de un año, convergen en un mismo
sitio, la bolsa, dónde se percibe a españoles y
chinos como los supervivientes.

¿Motivos? Les sobran. La entrada en el
accionariado de un Gobierno implica la pérdida de poder de
decisión de estas entidades y la restricción de
movimientos, especialmente, en un tema fundamental para el
accionista: el retorno de valor. Los dividendos, como es
lógico, morirán en gran parte de estas entidades
para reforzar sus bases de capital. La resistencia de
las cúpulas directivas se asienta, por su parte, en la
limitación de los salarios para los banqueros, que hasta
ahora gozaban de remuneraciones
récord.

La chispa que se encendió Irlanda y
prendió en Reino Unido

La invasión estatal en el capital de los bancos
comenzó a cobrar forma en Reino Unido, bajo los
planteamientos de su primer ministro Gordon Brown. El Gobierno
británico ha sido el más beligerante en la
estatalización bancaria, por encima incluso de EEUU.
Primero nacionalizó el Northern Rock.
Después ayudó a los bancos dándoles bonos
del Tesoro a cambio de su cartera crediticia tóxica.
Más tarde expropió el Bradford & Bingley y,
finalmente, ha aplicado la estatalización masiva con la
toma de participaciones en Royal Bank of Scotland (RBS), Lloyd's
y Halifax Bank of Scotland (HBOS). Sólo Barclays ha
quedado fuera.

En EEUU, el plan de rescate Paulson prevé la toma
de participaciones en los gigantes bancarios del país por
valor de 250.000 millones de dólares: JPMorgan, Bank of
America, Citigroup y Wells Fargo, además de en Goldman
Sachs, Morgan Stanley, Bank of New York o State Street. Es el
último paso después de aplicar toda una serie de
fórmulas durante la crisis, que ha tenido en Bear Stearns,
Lehman Brothers, Merrill Lynch, AIG, Washington Mutual, Wachovia,
Fannie Mae y Freddie Mac a sus principales víctimas.
Rusia, otra gran superpotencia, también ha recurrido al
bombardeo de dinero público sobre su banca.

En Europa, los modos de actuar han sido de lo más
variado, bajo un mismo paraguas que se ha repetido
metódicamente en todo el mundo: garantizar los
depósitos, sacrificar a los accionistas. Irlanda dio el
pistoletazo de salida con el respaldo estatal de todos los
depósitos, entre ellos, los de su principal entidad Allied
Irish Bank (AIB). La medida fue imitada por Alemania y Grecia. Reino
Unido se vio presionado en ese momento a aplicar un plan
público. El resto de países de la Unión
Europea, entre ellos España, reaccionaron más
tarde.

Los primeros rescates en Europa llegaron de la mano del
belga Fortis, que fue comprado por el francés BNP Paribas
en alianza con el Estado belga, el franco belga Dexia y el
alemán Hypo Real State, que tuvo que ser rescatado por un
consorcio público privado. La última formula en ver
la luz ha sido el
respaldo del holandés ING mediante la emisión de
deuda subordinada por valor de 10.000 millones de euros, que
será comprada por el Gobierno y el Banco Central de
Holanda a cambio de meter mano en el consejo.

Privados contra públicos: sólo unos pocos
pagarán dividendo, entre ellos, los
españoles

Todos estos bancos cuentan a partir de ahora con el
respaldo de la solvencia de los Estados, en su mayoría
triple A, según la jerga financiera, o de máxima
confianza y compromiso a la hora de pagar sus deudas. De esta
manera, todas estas entidades disminuirán sus costes de
financiación en los mercados ya que cuentan, en teoría,
con una base de capital reconstruida y un accionista o bonista
gubernamental. El banco Merrill Lynch, perteneciente ya de facto
al Bank of America, auguraba ayer nuevas rondas de
ampliación de capital para una multitud de bancos
europeos, entre ellos, BBVA o Santander.

Cifras, de nuevo, millonarias sólo que esta vez
tendrán difícil captar dinero de los accionistas.
Según el autor del informe Stuart Graham, "los bancos se
encuentran en modo de preservación de capital. Los
únicos bancos que todavía esperamos que repartan
dividendo son los españoles, HSBC, Standard Chartered,
además de algunos escandinavos".

Fuentes bancarias interpretan la actual situación
como un arma de doble filo para los supervivientes. Por un lado,
las entidades privadas se tendrán que enfrentar a bancos
semipúblicos en las guerras de
captación del ahorro en un
contexto en el que prima la seguridad.
También partirán en peores condiciones de
financiación en los mercados internacionales al contar con
un rating o calificación de peor graduación. RBS,
por ejemplo, ha recuperado la triple A que tenía hasta
2007 pese a haber estado al borde del colapso.

Por otro lado, señalan estas fuentes, las
entidades privadas supervivientes gozarán de un mercado
más lento, más controlado y burocratizado, en el
que poder actuar y generar ventajas competitivas en la
captación de clientes de las que sacar partido. Otro de
los puntos a favor será la incorporación de nuevos
accionistas. Todos aquellos inversores institucionales que deseen
invertir en valores
bancarios con dividendo tendrá menos opciones a la vista,
con lo que se reforzará su base de accionistas con
institucionales de calidad y
más estables como fondos de pensiones o soberanos. El
citado ING fue ayer eliminado del selecto índice Euro
Stoxx 30 Dividendo por la potencial cancelación de su
dividendo y en su lugar entró una compañía
española, Iberia, que junto al Banco Santander forma la
representación patria en el indicador. Voló
más del 25% en bolsa.

– ¿Son responsables los gobiernos de la crisis
crediticia? (El Confidencial – 22/10/08)

(Por Ignacio de la Torre)

Decía Botín la semana pasada que los
bancos habían cometido excesos que relacionó con la
actual crisis crediticia. En esta columna he defendido que
ciertos aspectos de la industria
financiera podrían haber provocado resultados
malévolos. Así, entre otros, resalté la
incapacidad de ciertos "consejeros independientes" (diversos pero
ignorantes de banca), las asimetrías que provocaban las
estructuras de
retribución, o el apalancamiento excesivo de los balances
bancarios.

La portada del "Economist" de esta semana muestra un
león asirio malherido y lo equipara al capitalismo.
Multitud de comentaristas vaticinan la muerte lenta del actual
sistema financiero (paradójicamente, muchos de estos
comentaristas se habían beneficiado de tan "viciado"
sistema hipotecándose a tipos históricamente
bajos), el Presidente de Francia habla del final del "laissez
faire" (también paradójico, proveniente de un
país donde el "laissez faire" brilla por su ausencia,
razón por la que Francia, cuya economía
representaba 1,2 veces la del Reino Unido en 1970, alcanza hoy
tan sólo 0,8 veces el peso de su archirival), y el
Ministro de Economía alemán resaltaba la salud de la banca alemana y
preconizaba la muerte del liderazgo financiero norteamericano
(también paradójicamente, en 48 horas tuvo que
realizar la mayor intervención financiera de la historia
de Alemania para salvar el Hypo Real Estate).

Así, entre tanta hipocresía, hoy quiero
identificar las causas políticas y regulatorias de la
actual crisis. En otras palabras: el papel del poder
público en la misma. En mi opinión, estas causas
son variadas, interrelacionadas, y mucho más peligrosas
que los excesos que aducía Emilio Botín.

Primero: los tipos de interés letalmente bajos
que mantuvo la Reserva Federal entre 2003 y 2006. Arma de
política
monetaria, la FED es un ente "público" que
sencillamente, erró el cálculo,
inundando el mercado financiero mundial de dólares,
provocando así excesivos apalancamientos bancarios y una
mortífera inflación de activos (vivienda, bonos,
materias primas).

Segundo: la ineficiente y a veces inepta
supervisión bancaria de muchos reguladores. Se
permitió la concesión de hipotecas en condiciones
de muy difícil devolución (qué mejor ejemplo
que los húngaros que solicitaban hipotecas en euros o
francos suizos cuando sus salarios estaban denominados en moneda
local). Se permitió que se desligara la originación
y el riesgo de la actividad hipotecaria, sentando las bases de
una bomba de relojería (si el originador no depende del
eventual resultado fallido del crédito, ¿qué
le impide dar hipotecas a un desempleado incapaz de repagar el
emprésito?). Por otro lado, exceptuando el caso
español, no se adoptaron provisiones genéricas en
los balances de los bancos para prevenir los años duros
que se avecinaban. Se concedió permiso para que los bancos
acumularan ingentes cantidades de deuda fuera de balance (en
conduits y SIV). Se asumió que el riesgo de iliquidez no
existía. No se vigiló el riesgo de duración
de muchos bancos, endeudados a plazos cortos para financiar
activos de largo plazo. Por último, a pesar de las
advertencias internacionales, se permitió a los bancos
incrementar insanamente sus balances a pesar del riesgo que
entrañaba en la economía (los bancos islandeses
presentan activos equivalentes a diez veces el PIB de Islandia,
¿quién en ese país puede hacer frente a ese
riesgo?).

Tercero: La crisis se agravó con la importancia
sistémica de las agencias Freddie Mac y Fannie Mae, ambas
reguladas por 136 funcionarios (el OFHEO) cuyo trabajo era
comprobar si el riesgo asumido por ambas entidades era excesivo.
Fracasaron. Además, el poder político siguió
permitiendo a Freddie y Fannie incrementar sus balances y sus
posiciones en riesgo con la hipótesis oficiosa de que las
respaldaría si hubiera un problema de devolución de
sus préstamos (como efectivamente ocurrió),
otorgándoles así ventaja para atacar el mercado
privado con un respaldo público. Esta interferencia en el
libre mercado fue letal. A pesar de numerosas iniciativas
legislativas para frenar esta alocada expansión crediticia
pseudo gubernamental, las donaciones de ambas entidades a
miembros del Congreso (entre otras, Nancy Pelosi) fueron
cruciales para abortar todas las medidas (muchas de ellas
republicanas) que pretendían poner fin a tan peligrosa
expansión.

Cuarto: El partido demócrata aprobó
leyes en 1979
y 1995 fomentando el préstamo subprime. Ambas
disposiciones incentivaban el otorgar préstamos a personas
desfavorecidas, y las entidades financieras que no
cumplían con estos preceptos se arriesgaban al activismo
social. Aparte de las consideraciones humanas, los efectos
finales fueron perversos (sobre todo para los
desfavorecidos).

Quinto: Los políticos de todo signo se negaron a
controlar la burbuja de la vivienda. Empezando por los bancos
centrales, que la ignoraron, y acabando por los gobiernos, que
vivieron de la recaudación impositiva que semejante
burbuja provocaba, y sus efectos inducidos de expansión
del consumo y de
la inversión. Sabían que engordar la burbuja
provocaría una crisis futura mucho mayor. Pero se negaron
a actuar, demostrando su irresponsabilidad.

Solbes, comisario europeo, advirtió de la burbuja
inmobiliaria española, y Rato, ministro de
economía, negó este hecho. El FMI, ya presidido por
Rato, alertó del riesgo de la burbuja española, y
Solbes, ya ministro, la negó.

– Ahora demandan a bancos (BBCMundo –
23/10/08)

Cuando Dick Fuld, ex consejero delegado del cuarto banco
en importancia de Estados Unidos, Lehman Brothers, acudió
al Congreso a inicios de mes, le preguntaron si le parecía
justo haber ganado US$ 480 millones a pesar de conducirlo a la
quiebra.

Fuld se defendió y -con voz grave- afirmó
que, en realidad, había ganado unos US$ 310 millones.
"Nadie, incluido yo, anticipó cómo los problemas
que comenzaron en el mercado hipotecario iban a extenderse hasta
nuestros mercados de crédito y sistema bancario",
afirmó.

¿Ha engañado a alguno de sus inversores?
volvió a insistir el congresista. "No", respondió
Fuld. Sin embargo, su problema, y el de otros directivos de
bancos y otras instituciones
barridas por la crisis financiera, es que muchos antiguos
inversores que perdieron fortunas comprando sus acciones no
están satisfechos con este tipo de respuestas y han
emprendido acciones legales civiles. Y éstas no han hecho
nada más que comenzar.

Contra Lehman

¿Pero tienen alguna base las acusaciones contra
estos bancos?

Robert Roseman, uno de los abogados de la querella
contra Lehman Brothers, afirmó a la BBC que este banco
usó "contabilidad
opaca" en los últimos dos años para presentar una
imagen sólida y optimista. Según Roseman, esto
incentivaba a los inversores a comprar acciones del banco cuando
en realidad lo que adquirían era basura.

El abogado afirmó que es inconcebible que los
directivos no conocieran el problema: "Decían que todo
estaba bajo control, pero la realidad es que estaban más
expuestos a las subprime (hipotecas de alto riesgo) de lo que
aseguraban y estaban recibiendo constantemente
información, especialmente después de que estallase
la crisis subprime". "Tenemos muchas posibilidades de ganar la
querella", sentenció Roseman, agregando que las
indemnizaciones rondarían los miles de millones de
dólares.

Según el diario Financial Times, en septiembre,
el Banco Comercial de Abu Dhabi presentó una querella
formal contra varios bancos de Wall Street, así como
contra las agencias calificadoras de riesgo Woody's y Standard
& Poor, a las que acusó de calificar
erróneamente bonos adquiridos por el banco. Según
el Financial Times, el Banco de Dubai espera que algunos de los
principales fondos soberanos del Medio Oriente se unan a la
querella.

Merrill Lynch

La investigación contra Merrill Lynch, la
mayor empresa de corredores bursátiles del mundo adquirida
por el Bank of America el mes pasado, fue aún más
lejos. William Galvin, Secretario de Estado de Massachussets,
dijo que "hemos encontrado pruebas en
algunos casos de que los altos rangos de la industria (bancaria)
sabían de los altos riesgos (…) pero continuaron
vendiendo estos productos a
entidades e individuos que no sospechaban nada". La evidencia
incluiría, según Galvin, correos
electrónicos y testimonios que indican que estos
directivos vendieron sus propias participaciones por temor a
perder su dinero, por lo que "podrían ir a la
cárcel".

"Hubo una conspiración de silencio para mantener
este show, se permitió que la burbuja siguiera mucho
tiempo después de que debiera de reventar", dijo
añadiendo que hay muchos expertos financieros que han
perdido también su dinero y están dispuestos a
denunciar a sus ex jefes en caso de que se les
pregunte.

El Buró Federal de Investigaciones
de Estados Unidos (FBI) está investigando a una veintena
de bancos hipotecarios que otorgaron créditos a
compradores que no tenían ingresos
necesarios para pagar su hipoteca, así como a los bancos
de inversión que negociaron estos planes
crediticios.

– Juicio a los CEOs de Fitch, S&P y Moody"s por el
papel de las agencias de rating en la crisis (El Confidencial –
23/10/08)

El Capitolio tuvo ayer tres ilustres invitados: los CEOs
de Fitch, Stephen Joynt; Moody"s, Raymond McDaniel, y Standard
& Poor"s, Deven Sharma. Los tres tuvieron que jurar en la
Biblia antes de testificar en el caso que se sigue en el
Capitolio por el papel de las agencias de rating en la crisis
financiera.

Los abogados criticaron a las tres principales agencias
de rating por el rol que han jugado en la peor crisis financiera
en décadas. Las agencias admitieron que no la vieron
venir. "La historia de la agencias de rating de crédito es
la historia de un fallo colosal", dijo el presidente del
Comité de Buenas Prácticas de la Cámara de
Representantes, Henry Waxman.

Moodys, Standard & Poors y Fitch han sido acusados
por su incapacidad para predecir los problemas con los activos
hipotecarios que se han expandido por todos los rincones del
planeta. Waxman, representante demócrata por el Estado de
California, no ha dudado en afirmar que las agencias "rompieron
el margen de confianza a la vez que los reguladores ignoraron los
signos de
alarma y no hicieron nada para proteger al
público".

El Comité presidido por Waxman ha recibido cerca
de 400.000 páginas procedentes de las tres agencias
imputadas, que tratan así de probar las bajadas de rating
que hicieron en el periodo comprendido entre 2000 y 2008, la
fiabilidad de los mismos y la transparencia en la
remuneración de sus directivos. Sin embargo, el consejero
delegado de Moodys, Raymond McDaniel, habría reconocido
que en su día la agencia tuvo problemas para mantener el
equilibrio
entre la cuota de mercado y la calidad de sus ratings.

– Estamos pagando por dejar morir a Lehman: fue un error
histórico (El Economista – 23/10/08)

(Por Ainhoa Giménez, Bolságora)

Con la perspectiva que empieza a dar el tiempo
transcurrido, algunos empiezan a pensar que permitir quebrar a
Lehman (para después rescatar a todo bicho viviente, o
más bien "mugiente") fue un error histórico que
estamos pagando muy duramente. Uno de ellos es el ínclito
Jim Cramer, el gurú de CNBC y TheStreet.com.

En su último artículo, se pregunta:
"¿Qué pensaba la Reserva Federal que hacía
Lehman? ¿opvs? ¿Comprar y vender acciones?
¿Operar con bonos? ¿Cuál pensaban que era el
modelo de negocio de Lehman?"

Cramer se responde a sí mismo que toneladas de
entidades confiaban en Lehman para diseñar derivados y
seguros sobre
otros instrumentos financieros, que Lehman era un enorme
prestamista en el sector inmobiliario comercial, que aparece en
cada rincón del firmamento financiero. "Cuando uno piensa
que Lehman era un emisor de tal cantidad de papel que
tantísimas firmas consideraban una inversión
decente, es difícil entender cómo podía
tener tanto éxito
colocando tantos bonos y acciones preferentes, hasta que uno se
da cuenta de que era una de las entidades más fiables, en
parte por la reputación -ahora destruida- de Dick Fuld"
(su consejero delegado).

Este comentarista recuerda que Fuld era miembro de la
Reserva Federal de Nueva York, que compartía
información a diario cuando su acción
estaba a 44 dólares. A su juicio, el presidente de la Fed
de Nueva York, "el muy amado y reverenciado Tim Geithner"
conocía o debería haber conocido algunos de los
tentáculos de Lehman. Sabiendo lo que sabemos ahora, y que
él tenía que saber entonces, dejar caer a esta
compañía es alucinante, a su juicio. Aunque era,
como AIG, un negocio de pícaros, no significa que se le
debiera dejar hundirse. Todo lo contrario: tenía que haber
sido salvado.

"No era una cuestión de riesgo moral, la
cuestión era cuánto. Y ese cuánto ha
superado ahora claramente el billón de dólares en
una dramática pérdida de confianza, una
interminable pérdida de confianza", sostiene
Cramer.

Finalmente, afirma que podría perdonar a Geithner
si dijera "no lo sabíamos y nos mintieron" o "cometimos un
gran error". Pero la arrogancia al decir que "fue acertado y lo
volveríamos a hacer otra vez" le inspira desprecio y un
oprobio interminable por sus acciones. Porque Lehman sigue con
nosotros a diario, como quedó claro anoche en Wall
Street.

– Alan Greenspan reconoce sus errores y su rol en la
crisis financiera (The Wall Street Journal –
23/10/08)

(Por Brian Blackstone)

Al ser interrogado insistentemente por los legisladores
estadounidenses sobre las causas de la actual crisis financiera,
el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan
admitió, el jueves, algunos errores en las suposiciones
sobre la desregulación. Al mismo tiempo, el ex presidente
del banco central rechazó la idea de que él sea
personalmente responsable por lo que calificó como el
"maremoto" crediticio del siglo.

En una comparecencia ante el Comité de
Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara
baja, Greenspan reconoció que la crisis "se ha vuelto
mucho más generalizada que cualquier cosa que pude haber
imaginado. Se ha transformado desde una (crisis) asolada por las
restricciones sobre la liquidez a una en la cual los temores de
insolvencia son primordiales".

"Aquellos entre nosotros que han mirado hacia el
interés propio de las instituciones emisoras de
préstamos para proteger el patrimonio de
los accionistas (y yo en especial) nos hallamos en un estado de
incredulidad estupefacta", señaló
Greenspan.

El titular del panel, Henry Waxman, demócrata por
California, criticó el enfoque usado por Greenspan frente
a la regulación del sector hipotecario cuando estaba al
timón de la Fed. La Fed "tenía la autoridad para
detener las prácticas irresponsables en los
préstamos que alimentaron al mercado de hipotecas subprime
(o de elevado riesgo)", pero Greenspan "rechazó los
pedidos de que se interviniera", dijo Waxman.

El ex secretario del Tesoro John Snow y el titular de la
Comisión de Bolsa y Valores, Christopher Cox, quienes
dieron testimonio junto con Greenspan, también fueron
criticados.

Sin embargo, Greenspan afirmó que expresó
preocupaciones sobre los peligros de la "subvaloración del
riesgo" tan temprano como en el 2005. Pero cuando Waxman le dijo
que estuvo equivocado sobre los beneficios de la
desregulación, Greenspan respondió: "parcialmente".
Según Greenspan, el "defecto" en las suposiciones que
mantuvo durante cuatro décadas fue que las instituciones
prestamistas por sí mismas estaban mejor capacitadas para
proteger el interés de sus accionistas. Por lo tanto,
añadió Greenspan, lo que parecía ser una
estructura sólida que respalde su posición se
desmoronó.

Greenspan afirmó que debería existir una
mayor regulación de los acuerdos de canje (o seguros) por
incumplimiento crediticio, pero también destacó que
si se excluyen esos instrumentos, el mercado de derivados
está funcionando bien.

En relación al panorama económico,
Greenspan sugirió el jueves que la crisis financiera que
azota en la actualidad a Estados Unidos necesitará varios
meses para experimentar una mejora, lo que probablemente
conllevará un incremento en el desempleo y una
disminución de los gastos del
consumidor.

"Dado el daño
financiero hasta la fecha, no puedo ver cómo podemos
evitar un aumento significativo en los despidos y en el
desempleo", sostuvo Greenspan en un texto para ser presentado
ante el Comité de Supervisión y Reforma
gubernamental de la Cámara baja.

Eso, a su vez, "implica una marcada reducción de
los gastos del consumidor a medida que los hogares intentan
desviar una parte cada vez mayor de sus ingresos hacia la
reposición de sus agotados activos, no sólo en sus
(planes de jubilación) 401K, sino también en el
valor de sus casas", afirmó Greenspan.

Si bien Greenspan aseguró a los legisladores que
"esta crisis pasará" y que Estados Unidos emergerá
con un "sistema financiero mucho más seguro",
advirtió que esto no ocurrirá con
rapidez.

Greenspan añadió que una "condición
necesaria para que esta crisis finalice es una
estabilización de los precios de las
viviendas en Estados Unidos". "Como mínimo, una
estabilización de los precios de las viviendas aún
está a varios meses en el futuro",
afirmó.

– Roubini: "Tal vez haya que cerrar los mercados"
(Expansión – 24/10/08)

(Por Miquel Roig)

Aunque afirma que "no difunde el miedo" y que "no se
puede culpar al mensajero", escuchándole, a uno le entran
ganas de venderlo todo y volver al pueblo a sembrar tomates: "Yo
sólo analizo la situación". Nouriel Roubini,
profesor de la escuela de negocios Stern y presidente de la firma
de análisis económico RGE Monitor, se ha
erigido en el abanderado de los pocos expertos que en los
últimos años se han atrevido a anticipar un colapso
del sistema financiero global…

"Los mercados no han descontado todavía la
realidad, que es que va a haber una profunda y desagradable
recesión", afirma Roubini en una entrevista
concedida a EXPANSIÓN tras su asistencia a las
conferencias celebradas en Madrid con
motivo de la 47º Reunión de Antiguos Alumnos del
IESE.

Durante la entrevista,
los índices de Wall Street caían cerca de un 4% y
el Ibex había cerrado el día con un descenso del
5,20%, y la semana, con otro del 13%. "Esto es como tratar de
coger un cuchillo en caída
libre. Parte de los retrocesos se deben las malas noticias
económicas, pero la extrema volatilidad que estamos
viviendo se debe al miedo y al pánico.
Ya no hay fundamentales que valgan. Y eso da miedo. Como sigamos
con descensos de este calibre en los próximos días,
no va a quedar otra alternativa que cerrar los mercados", afirma
con contundencia un Roubini que luce encantado el palmito de
gurú.

Mercados irracionales

Según el profesor de Economía, "ha llegado
un momento en el que los mercados son disfuncionales, no
están reflejando la realidad, y ya no sirven". Aunque
trata de matizar: "No estoy diciendo que respalde la
opción de cerrar los mercados financieros, sino que si las
cosas no cambian es posible que las autoridades no sepan
qué otra cosa hacer […] Con unos inversores guiados por
el miedo y el pánico, sería cuestión de
parar los mercados y tomar una decisión coordinada
globalmente y que comprendiera todos los elementos de
inestabilidad del sistema, para tratar de apaciguar ese miedo y
ese pánico".

Como ejemplo, Roubini pone las suspensiones de negociación de la bolsa rusa en los
últimos meses o, justo ayer, la suspensión de la
negociación de los futuros sobre el S&P 500 hasta la
apertura de la sesión, después de que durante las
horas previas a su inicio se superaran los límites de
volatilidad.

Sin embargo, también advierte de que "cerrar los
mercados no solucionará el problema de fondo", y afirma
que es necesario tomar medidas de forma urgente: "Hay que bajar
los tipos de interés de forma significativa y todos los
países que estén en condiciones de hacerlo deben
emprender estímulos fiscales que incentiven el consumo de
las familias y la inversión de las empresas".

Pero lo peor es que, según Roubini, esto no va a
evitar que la crisis financiera golpee con fuerza a la
economía real. "No hay crédito. Está
congelado. Los bancos no se prestan entre ellos ni prestan al
sector privado. Va a haber una recesión profunda y
desagradable, no tan larga como la Gran Depresión, pero
sí profunda y desagradable"…

– El Banco de Inglaterra eleva
las pérdidas mundiales por la crisis hasta los 2,8
billones de dólares (El Economista –
28/10/08)

2,8 billones de dólares. Esta es la cifra a la
que ascienden las pérdidas sufridas por las instituciones
financieras -bancos, aseguradoras y fondos de inversión-
en todo el mundo a causa de la actual crisis económica,
según el último informe semestral sobre la
Estabilidad Financiera, publicado por el Banco de Inglaterra
(BoE).

En Estados Unidos las pérdidas han pasado de
739.000 millones a 1.57 billones de dólares y en Europa de
344.000 millones a 785.000 de euros. Según el informe, los
gobiernos han gastado más de 1,1 billones de
dólares en el rescate del sector financiero.

Reforma del sistema

El banco central de Reino Unido aboga por una
drástica reforma del sistema bancario mundial para
prevenir una repetición de lo sucedido y señala
que, a su debido tiempo, podrían reducirse en un tercio o
incluso la mitad las pérdidas sufridas hasta
ahora.

El documento señala que los 50.000 millones de
libras comprometidos por el Gobierno británico para ayudar
a los bancos de este país en dificultades representan un
balón de oxígeno
al evitar que se vean obligados a vender rápidamente
activos a precios de saldo.

El BoE calcula que las pérdidas de valor de sus
activos a las que se enfrentan las distintas instituciones
financieras en el Reino Unido se han más que duplicado con
respecto a los cálculos que se hicieron el pasado abril.
Así, las pérdidas por valor de mercado en el Reino
Unido son de 123.000 millones de libras (casi 191.000 millones de
dólares) mientras que en abril se hablaba de sólo
63.000 millones de libras.

Hasta ahora, sin embargo, los bancos británicos
sólo han rebajado el valor de sus activos en menos de
20.000 millones de libras (31.000 millones de
dólares).

Problemas para los ciudadanos…

Por otra parte, el Banco de Inglaterra predice que una
de cada diez británicos con hipoteca -1,2 millones en
total- va a encontrarse con que su vivienda vale menos que el
crédito suscrito para comprarla. De hecho, alrededor de
medio millón de personas se encuentran ya con que el
dinero que deben supera el valor de su vivienda como consecuencia
de una caída del 15% del valor medio de las propiedades
inmobiliarias desde el pasado verano. Una nueva caída
similar de los precios del sector llevaría a esa misma
situación a otros 700.000 de los 11,7 millones de
británicos que se han hipotecado para comprar sus
viviendas.

… Y para las empresas

La crisis financiera que afecta al Reino Unido es la
peor desde el estallido de la Segunda Guerra
Mundial, reconoce el informe, que expresa su
preocupación por la inestabilidad que pueda resultar de
los problemas a que se enfrentan aseguradoras y fondos de alto
riesgo. "Existe el peligro de que los inversores muy apalancados
(que han suscrito créditos muy elevados para invertir),
como los fondos de alto riesgo, se vean obligados a liquidar
activos en acciones debido a la escasez
crediticia", advierte el Banco. Por su parte, las
compañías de seguros, aunque no tengan el mismo
problema de excesivo apalancamiento, presentan otros problemas
potenciales, en especial si sus inversiones
incumplen las reglas de adecuación de capital. Otro
peligro estriba en la posibilidad de que las agencias rebajen la
calificación de riesgo de las aseguradoras, lo que
socavaría su liquidez ya que se les exigiría mayor
colateral.

– La negativa de Washington a admitir errores
retrasará la recuperación (El Economista –
28/10/08)

(Por Ainhoa Jiménez)

Son bien conocidas las fases del dolor (o del shock),
ésas que van pasando de la sorpresa a la negación,
luego a la aceptación e incluso a aprender de los errores.
Pues bien, parece que en la crisis de crédito Wall Street
va transitando por ese doloroso camino en busca de una salida del
horror en que vive. Pero Washington sigue estancada en la fase de
negación porque los líderes políticos se
niegan a admitir que sus acciones tengan cualquier
responsabilidad en la crisis.

Un ejemplo de los progresos de Wall Street es la
comparecencia de Alan Greenspan la semana pasada, en la que
reconoció su fracaso en darse cuenta de que había
una falta de información en la industria bancaria que
condujo al desastre: "Todo el edificio intelectual se vino abajo
en el verano del año pasado porque los datos
introducidos en los modelos de gestión de
riesgos cubrían sólo las dos últimas
décadas, un período de euforia".

En Wall Street está bien visto admitir los
errores. Después de aprender de la forma más dura
que los mercados opacos son arriesgados, el sector privado
está intentando poner transparencia en los derivados de
crédito. Pero la cultura de
Washington es totalmente distinta. Los políticos de
cualquier partido medran evitando las responsabilidades y echando
la culpa a los demás. El Congreso ni siquiera ha celebrado
vistas sobre el área en que los políticos son
claramente responsables: la ingeniería social a través de la
banca, al ofrecer hipotecas a clientes sin cualificación
vía Fannie Mae, Freddie Mac y las leyes que exigían
a los bancos hacer préstamos de riesgo.

Aceptar la responsabilidad de la locura de Freddie y
Fannie es crucial, según Gordon Crovitz, columnista de The
Wall Street Journal. Ahora sabemos que la compleja banca moderna
casi no puede cumplir su función
básica de asignar el capital de forma eficiente, mucho
menos políticamente. Negar este punto es socavar la vuelta
de la confianza. Como dice Amity Shlaes, autor del libro sobre
las causas de la Gran Depresión "El hombre
olvidado", la economía actual está en una
"recesión de incertidumbre".

Hasta que Washington no acepte su responsabilidad por su
papel en la politización de la banca en los últimos
años, los mercados no confiarán en las reglas del
juego. Y desde luego, la negación de Greenspan de
cualquier responsabilidad por mantener los tipos demasiado bajos
durante demasiado tiempo no va en la buena dirección (ahí aparece su alma de
político).

La solución: más transparencia

En los últimos años, los mercados no
tenían suficiente información para valorar las
hipotecas de alto riesgo o, en general, los activos complejos de
crédito. Las leyes que se impusieron tras la Gran
Depresión exigían transparencia a las bolsas y
otros vehículos de inversión de la época. Y
esas reformas tuvieron el papel central en conseguir restaurar la
confianza en los mercados financieros. Estas reglas de
transparencia tienen que ser actualizadas para los modernos
instrumentos financieros.

Un papel adecuado para el gobierno es requerir esa mayor
información, para poder analizar los riesgos y las
recompensas. Igual que en los años 30, una
información más transparente devolvería la
confianza en los mercados. Si Washington puede ponerse a la
altura del sector privado en admitir sus errores, podremos
avanzar más allá de la crisis de crédito
hacia una renovada estabilidad, lo que supondrá tener a la
vista el final del actual ciclo de dolor, concluye
Crovitz.

– ¿Tregua bursátil? La teoría de
suspender la actividad para recuperar la confianza (El
Confidencial – 28/10/08)

(Por Rubén J. Lapetra)

¿Cerrar la bolsa? Mejor, no. Esa es la
cuestión que ha circulado por los mercados en los
últimos días. La última ronda de
pánico, con caídas históricas en acciones e
índices bursátiles de más del 10%, ha
extendido la percepción
de que los mercados se encontraban fuera de control. Algo que,
efectivamente, ha sido así. Con la excepción de
finales de 1929, la bolsa no ha vivido semejante sucesión
de desplomes en bolsa. Una de las diferencias de ahora con
entonces es que los mercados -con algunas excepciones- permanecen
abiertos y en aquellos años terminaban por colapsarse
durante algunas sesiones de octubre del 29, haciendo imposible la
actividad. Hoy esto no sucede, al menos en los mercados de
primera división. Sólo algunas bolsas se han
atrevido a dar ese paso en los últimos meses para contener
la vorágine bajista. Entre ellas la de Moscú
(Rusia), Kuala Lumpur (Malasia), Karachi (Pakistán)…
Todas han seguido cayendo tras reemprender la
actividad.

La ventaja de suspender en las bolsas es que se corta de
raíz la sangría bursátil, pero se impide que
los inversores que deben hacer caja por necesidad lo hagan. Las
ventas forzadas son el factor que se está dirigiendo la
actividad bursátil en las últimas semanas. Fondos
de inversión que sufren reembolsos de sus
partícipes, hedge funds a los que han cortado las
líneas de crédito, aseguradoras que deben preservar
el capital por requisito regulatorio… Toda una dinastía
de "institucionales" se ha visto forzada a hacer líquidas
sus inversiones. El gran riesgo es que si se "mata" o se induce
el coma a una bolsa es difícil saber como va a despertar
o, si llegado el caso, lo hará. Sin embargo, la
tentación de suspender sigue ahí. Interrumpir las
cotizaciones sine die y explicar con tiempo los planes de rescate
gubernamentales, así como las medidas que
restaurarán el orden está al alcance de las manos
de los políticos. La posibilidad de una tregua
bursátil sigue presente pese que no parece que vaya a
solucionar nada.

Fuentes conocedoras de la bolsa española
descartan por completo que se haya barajado esa posibilidad hasta
ahora, por atípica y lejana, aunque reconocen que
sería una decisión de los reguladores [por CNMV,
SEC…] y no de las sociedades
rectoras de las bolsas. Otras fuentes financieras creen que ya es
tarde para que una medida de este tipo tenga efecto a la hora de
devolver la confianza, aunque reconocen que hubiese tenido
sentido en el proceso de gestación de los planes de
rescate de los Gobiernos. "Los mercados han provocado una gran
precipitación", señalan. De hecho, hasta el
próximo 15 de noviembre no se discutirá el plan
mundial para sentar las bases de un nuevo sistema financiero.
Nouriel Roubini, el economista que predijo la actual crisis
financiera hace cuatro años, recordó la semana
pasada uno de los ingredientes del recetario contra la crisis: su
teoría de cerrar las bolsas para restaurar la confianza y
vencer al miedo. "El jueves [por el día 23 de octubre] di
una conferencia en
Londres en la que argumentaba que los mercados estaban en un
estado de pánico tan grande que habían dejado de
funcionar. También apunté que las autoridades se
verían forzadas pronto a cerrar los mercados al tiempo que
el pánico vendedor se acelere", escribió tajante en
su blog tras comprobar como el mercado de futuros de Wall Street
se interrumpía poco antes de la apertura del contado el
viernes. Según las reglas de Nyse Euronext, el organismo
rector de la Bolsa de Nueva York, si el Dow Jones de Industriales
cae 1.100 puntos o 2.200 en el mercado de futuros acciona la
suspensión temporal de la bolsa. Si baja más de
3.350 puntos se suspende la actividad.

Bolsa, no; derivados… ¿tal vez?

En la bolsa española no se ha producido -en la
historia moderna- una suspensión bursátil como la
que plantea Roubini. En Wall Street, al margen de los días
en que se cerró el mercado en la Segunda Guerra Mundial,
el único precedente similar se encuentra en los cuatro
días posteriores a los atentados del 11 de septiembre,
como recuerdan en el blog Unience. "Pero aquello fue harina de
otro costal. Por un lado estaba el drama humano, por otro, los
riesgos técnicos que aconsejaban revisar cada
conexión para evitar problemas", señalan. Tras el
11-S, los mercados europeos siguieron abiertos e, incluso,
recuperaron en pocos días los niveles anteriores al shock.
Roubini es considerado el economista de moda por su
predicción. Una de las cuestiones en las que más
luz aportó fueron sus cálculos sobre el nivel de
activos dudosos, ilíquidos, de los bancos de
inversión: el denominado nivel 3 de las normas
internacionales de contabilidad. Roubini dibujó el
año pasado el ratio de la muerte (capitalización
bursátil frente a los activos de nivel 3) para los brokers
de Wall Street.

Claro, que la crisis también la predijo Stephen
Roach. El prestigioso experto de Morgan Stanley habló
-como economista jefe de ese banco- del armaggedon financiero que
se le venía encima a la economía en octubre de 2004
antes de que su banco de inversión le enviase a dirigir
sus actividades en Asia. Roach
basó su análisis en el ciclo alcista de tipos de
interés que emprendía entonces la Fed de Greenspan
para detener la caída del dólar. Roach, que sigue
difundiendo su pesimista visión financiera allá
donde va, aboga ahora por dotar al banco central de un tercer
mandato además de la estabilidad de precios y el crecimiento
económico: estabilidad financiera. "Dirigida por sus
convicciones ideológicas, la Fed ha volado ciega en el
frente a los derivados. Es sorprendente es que las autoridades
hayan fallado en desarrollar métricas que hubiesen ayudado
a comprender la verdadera dimensión, complejidad y
profundidad de la explosión de los derivados", escribe en
una columna para FT.com.

Precisamente, los principales supervisores (SEC, FSA,
CNMV, CESR) han optado por poner la zancadilla y vigilar a los
inversores bajistas (que se benefician de las caídas en
bolsa) mediante la prohibición de las ventas al
descubierto (sin tener las acciones) y la vigilancia sobre el uso
abusivo de la intermediación en derivados. Fuentes del
mercado destacan la opacidad de este tipo de transacciones
privadas, que en buena parte de las ocasiones se realizan en
"bolsas" no reguladas, como es el caso de los derivados de
crédito. Los presidentes de dos bancos españoles
apuntaban recientemente en esa dirección. Al margen de las
pérdidas subprime, los estallidos repentinos en la
intermediación de entidades como Societe Generale (caso
Kerviel), Caisse d'Epargne, Credit Suisse y, probablemente,
Deutsche Bank han generado miles de millones de pérdidas
de forma inesperada durante el proceso de liquidar posiciones.
Incidentes como este, como los calificó un directivo de
una de estas entidades, pueden volver a aparecer. Warren Buffet
los calificó como armas de destrucción masiva por
su capacidad para multiplicar la dimensión oculta del
mercado

– Las reformas post-Enron no fueron suficientes (The
Wall Street Journal – 28/10/08)

(Por Dennis K. Berman)

La lección de Enron, tristemente, es que no hay
lecciones. Hace menos de siete años, fiscales federales
comenzaron a investigar a la compañía de
energía, eventualmente condenando a 22 empleados. Cuando
el presidente de la junta Kenneth Lay y el presidente ejecutivo
Jeffrey Skilling fueron declarados culpables en mayo de 2006, el
miembro del Comité de Servicios Financieros de la
Cámara de representantes de EEUU Michael Oxley
alardeó que "se hizo justicia" y
que "toda esta debacle" había reforzado los deberes de los
ejecutivos con las empresas en bolsa.

La crisis financiera actual ha mostrado cómo se
ve una debacle real. También ha dejado claro que los
deberes que los ejecutivos tienen con las empresas en bolsa se
han hecho más laxos o al menos no se han reforzado. Lo que
es peor, las enérgicas medidas de la era post-Enron
parecen haber fallado a la hora de detener la flagrante toma de
riesgos corporativa, sino que han puesto a Washington a
dormir.

"Enron era una minucia en comparación a lo que
sucede ahora", dijo Sidney Powell, un abogado estadounidense que
representa a ex trabajadores de Merrill Lynch & Co. Estos
empleados aún están esperando un nuevo juicio por
participar en un acuerdo eléctrico de Enron con Nigeria en
1999. "Hay culpa para distribuir por todo lado, comenzando 20
años atrás. Fracasos de la Comisión de Bolsa
y valores (SEC). Fallos del Congreso. Todo el sistema necesita
ser renovado.

Aquellos que buscan retribución contra los
ejecutivos de las compañías fallidas
rápidamente verán que los cargos legales no se
darán pronto. La ley les da a los
ejecutivos un amplio margen para dirigir sus negocios, sin
importar qué tan terribles sean sus decisiones. E Incluso
las condenas parecerían una conclusión incompleta
dado que el sistema, político y regulatorio,
también le falló al público.

El presidente ejecutivo de Lehman Brothers Holdings Inc.
Richard Fuld tiene mucha responsabilidad por el destino de su
firma de 158 años. Él dejó pasar una serie
de oportunidades decentes para vender a Lehman antes que se
acogiera a la protección por bancarrota. Además
empujó a la firma a los bienes
raíces a medida que el auge estaba llegando a su
climático final.

Los fiscales que se concentren en el fraude
seguramente se enfocarán el tratamiento que Lehman le dio
a su portafolio de bienes raíces. La firma estaba marcando
sus US$ 32.600 millones en propiedades comerciales hasta 35% por
encima de otros tenedores. En las últimas horas antes de
su colapso, los ejecutivos le dijeron a los inversionistas que la
posición financiera de la firma era fuerte, incluso a
medida que debatían si recaudar capital fresco para
absorber las pérdidas.

Eventualmente, un jurado podría decidir si algo
de esto fue ilegal, pero no serán decisiones
difíciles. Considere por ejemplo, que los inversionistas
hoy en día poseen una gama de valoraciones para el
operador de casinos Harrah's Entertainment Inc. Estos valores
oscilan entre el 75% al 25% del precio inicial de compra de la
compañía, US$ 17.300 millones. Ahora multiplique
tales juicios de valor a lo largo de Wall Street, en donde la
valoración de clases enteras de inversiones han estado
fuera de foco desde que comenzó la crisis del
crédito hace cerca de 15 meses.

"Estos necesariamente serán casos muy cerrados",
dijo el profesor de leyes de la Universidad de Illinois Larry
Ribstein, un crítico de algunos de los juicios de Enron.
Si Fuld "erró por pánico o valoró el riesgo
de manera pesimista, lo que obtuvo fue una corrida bancaria a
gran escala. Si era optimista, habría sido
prácticamente fraude".

El optimismo de Fuld se parece a una actitud similar en
el Congreso en los últimos cinco años. El
Comité de Servicios Financieros de la Cámara de
Representantes llevó a cabo 56 audiencias en 2006, en todo
desde seguros contra inundaciones a transparencia en los reportes
financieros. Nadie tocó directamente los temas que han
causado el desplome de las economías mundiales.

El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores
Christopher Cox se presentó ante ese comité en
septiembre de 2006, justo cuando la burbuja crediticia estaba
llegando a su cenit. En una sesión en la que se
firmó la ley de la era post-Enron, la ley Sarbanes-Oxley,
Cox dijo "hemos avanzado mucho desde 2002. La confianza de los
inversionistas se ha recuperado. Hay una mayor responsabilidad
corporativa y los reportes financieros son más confiables
y transparentes".

Tan sólo han transcurrido 2.282 días desde
que Sarbanes-Oxley fue convertido en ley. Hoy, "necesitamos
descubrir las causas y atacarlas", dijo Ribstein.
"Podríamos pasar por todo esto y no tener la seguridad de
que no volverá a suceder lo mismo".

– Del riesgo de la inflación al infierno de la
deflación (Negocios – 30/10/08)

(Por Alicia M. Serrano)

Durante los últimos meses, los bancos centrales
han dedicado sus esfuerzos a controlar la inflación
-subida de precios-, desbocada a raíz de la escalada
vertical de las materias primas. Sin embargo, la llegada de la
recesión y el abaratamiento de las commodities han
despertado de su letargo a otro fantasma aún más
peligroso, el de la deflación -disminución de los
precios, unida tradicionalmente a la recesión
económica., una bestia negra difícil de combatir,
como bien sabe Japón. La cuestión es si ahora hay
riesgo de "japonización" en las economías, europea
y estadounidense, como plantea la gestora Carmignac.

Según la entidad, la reducción de la
liquidez -aupada por la rapidez con la que el dólar ha
cambiado de rumbo-, junto al proceso de desapalancamiento de
hogares, empresas y grandes fondos de inversión son los
desencadenantes de un escenario en el que podría
instalarse la deflación, un panorama que contempla Merrill
Lynch. El banco cree que la economía global afronta "el
ciclo bajista más intenso de la historia moderna" y que es
la principal amenaza. "Al igual que las condiciones recesivas de
hace un año se han transformado en una contracción
real del PIB, la actual tendencia deflacionista podría
cristalizar en una deflación el año
próximo". Para Merrill, ésta será una de las
claves que dominará el contexto macro en 2009, si bien
otras fuentes consideran que es prematuro hablar del tema, pues
la inflación aún está en niveles altos y las
medidas de política monetaria que están
implantándose van dirigidas a evitar la llegada de la
deflación.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter