Instrumentos para el diagnóstico
individual
Resultados más importantes de un cursillo desarrollado en
Iquitos
Perfil de investigación académica
Planteamiento del problema
Planteamiento de la hipótesis
Método de investigación
Bibliografía
Nota periodística
El educador financiero será un profesional del
siglo XXI, pues las mallas curriculares universitarias actuales
no incluyen esta carrera, ni siquiera como asignatura dentro de
un programa establecido. Es
decir, al menos de momento, la educación financiera continuará
siendo una cuestión informal, guiada sobre todo por el
entusiasmo de quienes se sientan comprometidos con su comunidad, y de quienes
consideren que requieren información detallada para
mejorar su vida financiera.
En el presente documento, breve en extensión, pero
(confío), profundo en contenido, presentaré las pautas
que considero esenciales para desarrollar apropiadamente un curso
de educación financiera,
tomando en cuenta que los grupos humanos no son masas
compactas de individuos añadidos. Existen diferencias entre
los grupos, y diferencias al interior de los grupos.
Es un prerrequisito para el educador financiero conocer
con qué grupo se enfrenta, y dentro de
cada grupo, con qué individuos exactamente trata.
No recomendaría trabajar con grupos mayores de diez
personas, incluso si se trata de familias, debido a que se debe
buscar la mayor precisión posible de los requerimientos
específicos de cada persona, pues no todos buscan una
explicación detallada sobre el ahorro o el presupuesto, para poner dos
ejemplos conocidos.
Lo que hallarán las personas interesadas en este
documento son una serie de instrumentos de diagnóstico y
autodiagnóstico individual, cuyos datos, en caso de ser procesados,
darán una orientación más clara sobre las
tendencias internas del grupo.
Al margen de los instrumentos, se añade unos
cuantos artículos sobre mi experiencia en el campo de la
educación financiera, una nota periodística que
publiqué el año 2007 y un esbozo de perfil de tesis (plan de tesis), desarrollado en
Bolivia, que no prosperó
debido precisamente a la reticencia (o resistencia) de la planta docente
de las universidades a aceptar un tema heterodoxo para el campo
académico. Esperando que el presente documento sea de ayuda
para quienes lo lean, estoy abierto a cualquier consulta en el
siguiente correo electrónico:
tesisnet[arroba]hotmail.com.
Antecedentes
La vida de una persona se debate entre una serie de
problemas emocionales,
afectivos, financieros y espirituales. Sin lugar a dudas, de esos
problemas, el más fácil de resolver es el financiero.
Sin embargo, la gente opta por complicarse más. ¿A
qué se debe esto? Me hubiese gustado contar con gente rica
para intentar responder esta interrogante. Sin embargo, a la
fecha no conozco a nadie realmente rico en persona, y al menos de
momento, dudo que una persona rica de verdad tenga interés en dar sus
necesarias luces basadas en su experiencia personal para iluminar esta
explicación, que, provisionalmente, estará basada en
la lectura de biografías y otro material escrito. La
experiencia personal que tengo en el trato con las finanzas aún es limitada,
pero una serie de discusiones personales con gente que aun siendo
pobre tiene clara la idea de dejar de serlo, me motivaron a
intentar presentar en forma escrita una serie de puntos de vista
que podrían orientar a la gente pobre que es consciente de
serlo y que realmente desea dejar de serlo. Inicialmente me
gustaría plantear una pregunta esencial: ¿cuándo
una persona es rica y cuándo es pobre?
La revista Forbes,
publicación de escasa circulación en nuestro país,
presenta la siguiente distinción: rica es toda persona que
gana más de un millón de dólares al año. Es
pobre quien gana menos de 25.000 en el mismo período. Desde
luego, este parámetro es válido para economías de
los países altamente industrializados. Sin embargo, no
contamos con similares medidas de comparación en nuestro
país, por lo que provisionalmente se podría utilizar la
misma medida. A partir de ello, ¿cuántas personas que
se consideran ricas en Bolivia pasarían en realidad a la
nada halagadora categoría de pobres? Sin duda, más de
mil. Y desde luego, este grupo de personas no podría aportar
significativamente a este breve estudio.
El tema del dinero es uno de los más
sensibles sobre los que se puede debatir. A nadie le gusta ser
pobre; mucho menos que se lo denomine así. Digamos, para
poner una pauta, que en Bolivia la gente pobre en realidad es
aquella que gana menos de 10.000 dólares al año. Sin
duda, disponer de aproximadamente Bs 80.000 al año es
interesante, más si se toma en cuenta el costo de vida en nuestro
país, bastante inferior al de los países vecinos.
Hablemos de ser rico en términos menos monetarios.
Además del ingreso, que es una variable importante, a mi
modo de ver la gente rica se caracteriza además por no tener
la necesidad de trabajar, mientras otros trabajan para ella. En
cierto punto, se puede decir que la gente rica tiene algo en
común con los indigentes, ya que no necesitan trabajar, pero
esta aparente coincidencia queda despejada ante la evidencia de
que un mendigo no tiene a nadie trabajando para sí, bajo su
dependencia directa o indirecta, al margen de carecer de mayor
propiedad que su vida, pues ni
siquiera su fuerza de trabajo tiene interés ya
para el sistema.
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