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Investigación sobre comunicación intercultural (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

La cuarta menciona las barreras en la
comunicación intercultural como a)la incertidumbre y
la ansiedad que condicionan lo que pensamos sobre el otro; b) la
comunicación no verbal, o sea, gestos,
posición del cuerpo. etc.; c) la comunicación verbal, en la que no
sólo debemos conocer el idioma del contacto, sino
también su cultura para
que sea efectiva.

La quinta hace alusión a la
globalización, turismo y
comunicación intercultural. En estos tiempos de la
globalización, muy amenudo nos encontramos
con problemas al
comunicarnos cuando estamos en países extranjeros; por tal
motivo, se hace necesaria la formación de mediadores y
traductores/intérpretes para que ayuden a los turistas o
emigrantes en situaciones como el llenado de formularios, etc.
que en muy pocos países se han implementado. La sexta
unida a esta quinta parte, presenta el panorama de la
mediación intercultural. De igual manera la
séptima, que expresa lo relacionado a la
comunicación interlingüe e intercultural como factor
clave para la gestión
de la migración.
Esa mediación e interpretación implica la mayor parte de
las veces la presencia de varias lenguas,
sistemas de
valores y
modelos
comunicativos.

La octava hace referencia a la didáctica interlingüe en la enseñanza de idiomas. En el proceso de
docentes y
aprendices, compartir culturas significa un apoyo indispensable
en la enseñanza y aprendizaje,
porque al compartir cultura aprendemos el idioma nativo del
pueblo donde nos encontramos y adquirimos comprensión y
tolerancia no
sólo entre personas, sino también entre miembros de
diferentes culturas.

Sigue a esta descripción el análisis general donde desarrollo
más cada una de estas partes. A continuación, hago
mención de cómo el tema se aplica concretamente en
la vida real, bajo el título de Actualización.
Después, paso a discutir las repercusiones del tema a
nivel local, regional e internacional. Luego, expreso mis
recomendaciones, sin omitir al final, la
conclusión.

Análisis
general

I.- COMUNICACIÓN INTERCULTURAL:
FUNDAMENTOS:

  • A. ¿QUÉ ES COMUNICACIÓN
    INTERCULTURAL?

Según José Samuel Arango
Martínez1 Director de la Revista
Virtual Luciérnaga, la comunicación intercultural
se refiere a la habilidad de una persona o
empresa de
poder moverse
entre distintas culturas y evitar errores fatales por choques
culturales con clientes,
colaboradores y proveedores
extranjeros.

El afirma que, "anualmente se pierden
billones de dólares en negocios no
concluidos, como resultado de malentendidos causados por
diferencias culturales. Saber cómo detectar las
diferencias culturales entre usted y su interlocutor extranjero,
es la mejor forma para tener una ventaja competitiva importante
en este mundo globalizado".

Para Ernesto Zierer2,
comunicación intercultural, se refiere a los procesos
comunicativos entre personas de culturas diferentes.

B.- OTROS CONCEPTOS RELACIONADOS CON ESTE
TÉRMINO:

Para hablar de interculturalidad, primero defino algunos
conceptos, de Zierer, que están relacionados con este
término. El tomar conciencia de los
distintos significados de las palabras es un primer paso
importante, porque la lengua
está ligada a las estructuras
culturales de una comunidad. Veamos
algunos conceptos básicos según Zierer.

  • 1. Por la palabra cultura se
    entenderá
    aquí valores, patrones de
    conducta comunicativa, creencias, instituciones, capacidad
    para crear bienes culturales típicos, etc., de
    un pueblo, una etnia, una comunidad, una organización
    o un grupo.

  • 2. Los procesos comunicativos entre personas de
    culturas diferentes, se llaman globalmente
    comunicación intercultural.

En la comunicación intercultural, los
participantes perciben a su contraparte como "foráneo"; es
decir, entran en juego
códigos comunicativos, valores, costumbres, actitudes de
agrado, preocupación, extrañeza,
frustración, defensa, inseguridad,
etc., de culturas diferentes.

  • 3. En la comunicación intercultural, los
    participantes perciben a su contraparte como foráneo;
    es decir, entran en juego códigos comunicativos,
    valores, costumbres, actitudes de grado, preocupación,
    extrañeza, frustración, defensa, inseguridad,
    etc. de cuturas diferentes.

  • 4. Los miembros de una etnia consideran
    que lo que rge en su propia cultura, representa al mundoo en
    sí, y rige también en otras
    culturas.

  • Esta actitud
    etnocentrista cumple una función de descarga, al evitarle al
    hombre
    reflexionar sobre cuestiones fundamentales en los
    múltiples procesos decisorios en su vida. La actitud
    etnocentrista propicia una sobre-estimación de la
    cultura propia, y una sub-estimación de otras
    culturas.

    Desde el surgimiento de los estados nacionales, el
    etnocentrismo comenzó a manifestarse como nacionalismo, entendido aquí como el
    sentimiento del individuo
    de identificarse con su nación, sentimiento que le da una
    identidad.
    El nacionalismo es negativo cuando no va a
    compañado del respeto y
    tolerancia frente a otras naciones y sus culturas. La
    reacción al etnocentrismo, en nuestra época, es
    llamado relativismo cultural. No hay culturas superiores ni
    inferiores, solamente diferencias entre culturas.

    • 6. Se distingue entre "in-group"
      ("grupo propio"), con el cual uno se identifica, y
      "out-group" ("grupo ajeno"), también con su
      propia cultura. Entre ambos puede haber un
      conflicto.

    En la actitud frente a otra cultura (pueblos,
    etnias etc.), se distingue entre la xenofilia (abertura,
    amigabilidad, etc. hacia la cultura foránea), y
    xenofobia
    (lo contrario, rechazo).

    5. La distancia entre dos culturas -distancia
    intercultural- es tanto menor cuanto más rasgos
    distintivos y factores externos (geográficos,
    económicos, climáticos, etc.) tengan en
    común las dos culturas. La facilidd de la
    comunicación intercultural es indirectamente
    proporcional a la distancia entre las culturas involucradas.
    En el encuentro con miembros de otras culturas, se conocen
    mejor los rasgos típicos de la cultura propia, y la
    existencia de otras culturas con otros valores, normas,
    costumbres, etc. Se integra lo nuevo a lo
    conocido.

    6. Para fines comparativos, es conveniente
    establecer el perfil de una cultura, entendido este
    como la integración funcional de una serie de
    rasgos distintivos, concebidos como variables
    . El perfil
    cultural, según Meletzke, comenta Zierer, se entiende
    como la integración funcional de una serie de
    rasgos distintivos, concebidos como variables
    concebidos particularmente:

    • a. Percepción: En cada cultura,
      prevalece una manera específica de percibir la
      realidad, asignando a sus elementos (formas, colores,
      fragancias, etc.) ciertos valores simbólicos.
      (Angulos en la cultura occidental, curvas en la cultura
      oriental).

    • b. Concepción
      (experimentación) del tiempo: Zeirer menciona que
      según Eilers y Wersig, las culturas varían
      según cómo sus miembros experimenten el
      tiempo:

    • lineal / cíclico (c.
      asiática),

    • monótono /rítmico
      (c.as.),

    • continuo / discontinuo,

    • irreversible / recuperable,

    • orientado / libre,

    • cumulativo compensatorio,

    • sincrónico /
      asincrónico,

    • subordinado / dominante,

    c. Las culturas varían según la manera
    de cómo usan el tiempo:

    • orientación hacia: el futuro
      (calvinístico) / pasado (chino) / presente
      (latino)

    • mayor / menor economía y
      racionalización del tiempo

    • mayor / menor precisión

    • mayor / menor respeto al "tiempo
      propio",

    d. Según su experimentación
    (concepción) del espacio:

    • concreto / abstracto

    • estático / dinámico

    • diferenciado / difuso

    • abierto / cerrado

    • aislado / integrado con otras categoría
      ("ecologizado")

    • natural / artificial

    e. Uso del espacio: configuración del
    espacio:

    • orientación con respecto al ambiente
      externo

    • diseño (normalizado): mayor / menor
      privacidad

    • mayor / menor decoración

    • tipo de decoración

    f. Modos de pensar:

    • lógico (occidente) / intuitivo
      (oriente.)

    • "aristot."(occidente.) / "fuzzy"
      (oriente.)

    • analítico (francés) / integrativo
      (alemán)

    • cognoscitivo (anglosajón) /afectivo
      (latino)

    • inductivo / deductivo

    • abstracto / concreto

    • detallista / globalista

    • directo / distanciado

    • egocentrista / "colectivo-centrista"

    g. Marcos de referencia: rígidos / flexibles
    de mayor / menor influencia.

    7. Interacción comunicativa no verbal:
    se concreta en:

    • a. Lenguaje del cuerpo (gestos, ademanes,
      mímica, movimientos de la cabeza,
      etc.).

    • b. Distancias entre los interlocutores;
      contacto interpersonal: (sí / no)

    • c. Dirección de la mirada (contacto
      visual: si/no).

    8. Patrones de conducta: costumbres, normas,
    tabúes, roles:

    Establecen cómo los miembros de una cultura
    deben conducirse en situaciones concretas de la vida
    cotidiana: nacimiento, matrimonio,
    muerte,
    educación, juegos,
    comportamiento sexual, actividades de compra y
    venta,
    modales al consumir alimentos,
    paseos, comportamiento frente a niños, ritos religiosos, respeto de
    tabúes sociales, cumplimiento de roles sociales y
    expectativas de roles, etc. Los patrones de conducta
    varían de una cultura a otra, según el perfil
    basado en valores de la respectiva cultura.

    9. Agrupaciones sociales: Varían de
    una cultura a otra en cuanto a su estructura
    y dinámica:

    • a. la familia: magnitud; roles, derechos,
      obligaciones, relaciones internas y externas,
      comportamiento, etc. de sus miembros;

    • b. estratos sociales: clases sociales,
      castas, élites; minorías étnicas,
      minorías lingüísticas, minorías
      extranjeras;

    • c. organizaciones laborales y civiles:
      empresas, sindicatos, clubes, asociaciones gremiales,
      etc.

    • d. agrupación por afinidad
      generacional.

    10. Concepción (imagen) de la
    otra cultura:

    A través de la socialización y múltiples
    experiencias propias, el hombre
    se va formando una idea o imagen valorativa de otros pueblos,
    grupos,
    culturas, etnias, particularmente con énfasis en
    aquellos rasgos por los cuales la otra cultura se diferencia
    de la propia. Cultivar una buena imagen del propio
    país, de la propia cultura o de la propia
    institución en otras culturas o contextos, suele ser
    una política que persiguen los Gobiernos y
    otras instituciones.

    Frecuentemente, la formación de una idea
    sobre otros pueblos, países, grupos, minorías,
    etnias, culturas, incluso dentro del propio país,
    conduce a actitudes basadas en prejuicios, "adquiridos",
    generalmente de "segunda mano", en el transcurso del proceso
    de socialización. Los prejuicios representan juicios
    de valor que
    varían poco. Los medios de
    comunicación masiva influyen en la
    formación de actitudes y juicios con prejuicios,
    según lo que seleccionen de la realidad en la otra
    cultura, y según cómo presentan lo seleccionado
    (falta de objetividad, parcialización,
    manipulación, imperialismo cultural).

    13. Problemas en la comunicación
    intercultural:

    • a. Se producen debido a las diferencias
      entre ambas culturas en cuanto a:

    • Verbalización: Grado de dominio del otro
      idioma (léxico, pronunciación,
      idiomática, etc.);

    • economía verbal: afabilidad / parquedad;
      estilo directo / indirecto;

    • contacto visual y corporal; ademanes,
      mímica y distancia;

    • formalidades (modales, saludos, etc.) en
      contextos sociales, determinadas por: status social,
      profesión, nivel instruccional, género,
      edad, parentesco, rol social, creencia religiosa,
      etc.;

    b. Se producen también debido a las
    diferencias entre ambas culturas en cuanto a:

    • creación de relaciones sociales:
      rápida / lenta; directa / indirecta; de
      mayor/menor profundidad; mayor/menor afinidad
      ocupacional; intrageneracional / intergeneracional;
      intragénero / intergénero, etc.

    • tabúes, determinados por creencias
      religiosas, costumbres, naturaleza, etc.

    • conceptos de orden, ley, derechos y
      obligaciones, trabajo, relaciones maritales,
      educación, etc.;

    • concepto y defensa de la identidad cultural:
      claro / vago, con mayor / menor tolerancia;

    • estilo de vida ("proyecto" de vida);

    • objetivos del encuentro (estudios, trabajo,
      turismo, etc.);

    • circunstancias del encuentro (lugar, tiempo,
      clima, incidente, etc.);

    • ideología política;

    • cualidades personales (mente abierta, optimismo,
      tolerancia, modestia y sencillez, agudeza mental, don de
      observación, etc.).

    • país de procedencia o de arribo:
      industrializado o no; no industrializado/industrializado;
      industrializado/industrializado; no industrializado/no
      industrializado.

    14. Adaptación a la otra
    cultura:

    • a. Integración a las condiciones
      culturales del otro país;

    • b. identificación con la otra
      cultura, desarrollando un sentir de ya no encontrarse
      frente a ella como extraño, sino más bien
      como ligado a ella;

    • c. adquisición de una
      "competencia cultural": Zeirer está de
      acuerdo con Brislin en que esto se obtiene a
      través del dominio del otro idioma, y de patrones
      de conducta adecuados dentro de la otra
      cultura;

    • d.  convergencia de los valores y actitudes
      de ambas culturas, según Brislin, afirma
      Zierer.

    Se distinguen 4 fases en la adaptación a
    la otra cultura
    :

    • a. La otra cultura se experimenta como algo
      novedoso.

    • b. Distanciamiento de la otra
      cultura.

    • c. Mejoramiento de la relación con
      la otra cultura.

    • d. Superación de todas las reservas
      frente a la otra cultura y sus miembros; el contacto con
      ella se considera un enriquecimiento de la cultura
      propia.

    15. Shock cultural:

    Al respecto, Zierer menciona lo que afirma Oberberg:
    el shock cultural se manifiesta en múltiples
    formas:

    • a. condiciones de higiene
      exageradas;

    • b. hipersensibilidad en al caso de
      enfermedades y dolores insignificantes;

    • c. prejuicio de sentirse siempre
      engañado;

    • d. desesperación;

    • e. aversión al estudio del otro
      idioma;

    • f. repliegue hacia la cultura
      propia;

    • g.  fuerte deseo de retornar al país
      de la cultura propia; etc.

    Acerca de las
    competencias interculturales

    Martha Rizo y Vivian Romeo3 afirman que,
    según Chen y Starosta, la competencia intercultural se puede definir
    como la "habilidad para negociar los significados culturales
    y de actuar comunicativamente de una forma eficaz de acuerdo
    a las múltiples identidades de los participantes". Sin
    embargo, continúan diciendo, una comunicación
    eficaz no quiere decir una comunicación totalmente
    controlada y sin ambigüedades: una comunicación
    perfecta, incluso entre interlocutores de un mismo grupo
    cultural, es realmente muy difícil. Las personas
    interpretan los mensajes de acuerdo con sus conocimientos,
    que pueden coincidir aproximadamente con los del emisor de
    los mismos o pueden coincidir muy poco.

    Como proceso interactivo, la comunicación
    permite llevar a cabo la interculturalidad, la hace
    manifiesta, objetivable; y en segundo lugar, como principio
    de contacto, la comunicación contribuye a la
    interculturalidad en tanto que puede privilegiar -en
    contextos de negociación o conflicto-
    el respeto entre sujetos. Por ello, la competencia
    intercultural pasa de forma necesaria por el establecimiento
    de una comunicación intercultural eficaz.

    Entonces, ¿qué entendemos por una
    comunicación eficaz
    ?, se preguntan Martha y
    Vivian, y responden: la respuesta no será
    completamente satisfactoria, pero se puede decir que una
    comunicación es eficaz cuando se llega a un grado de
    comprensión aceptable por parte de los
    interlocutores.

    Comprender las relaciones interculturales en una
    situación práctica supone comprender la cultura
    de los dos mundos en contacto. Por tanto, la
    comunicación intercultural se realiza donde hay
    contacto entre dos o más de esos entramados de
    significados y sentidos, y cuando un grupo comienza a
    entender, en el sentido de asumir, el significado y el valor
    de las cosas y objetos para los otros. Así, la
    comunicación se torna eficaz, logrando un grado de
    comprensión aceptable para los interlocutores en la
    medida en que comparten suficientemente las significaciones
    de lo que dicen. La búsqueda de la eficacia
    intercultural conduce a crear competencia comunicativa
    y
    ésta a establecer pautas asertivas que orientan la
    experiencia comunicativa hacia una experiencia "compartida".
    En este sentido, comprendemos a la competencia comunicativa
    intercultural no tanto como un conjunto de saberes y
    conocimientos, sino más bien como un conjunto de
    habilidades y disposiciones hacia la tolerancia, respeto,
    convivencia y comprensión de lo otro, de lo
    ajeno.

    Comunicación, cultura y
    desarrollo

    Nestor García Canclini4 encuentra dos puntos
    de partida para hablar de cultura y desarrollo. Uno,
    el recordar que la cultura no es vista ahora como un bien
    suntuario, en la cual los gobiernos tienen que gastar, sino
    un recurso para atraer inversiones, generar crecimiento
    económico y empleos.

    Dos, los vínculos entre cultura y desarrollo
    se pueden enfocar en la desigualdad y la penuria. Leemos que
    decenas de miles de los 230.000 muertos en el sureste
    asiático podrían haberse salvado si hubieran
    tenido más información oportuna sobre el tsunami,
    sea por la
    educación, mejor comunicación del alerta
    meteorológico o por haberse instruido con programas
    como el de Discovery Channel que permitió a un
    pescador avisar con tiempo a 1,500 habitantes
    costeros.

    • A. Estadísticas sobre los usos de
      las tecnologías:
      estas revelan que este tipo
      de desigualdades tienen efectos cotidianos: Internet nos
      acerca y vuelve simultáneas vidas lejanas, pero
      como el 20% de la población mundial acapara
      más del 90% del acceso, ahonda la brecha entre
      ricos y pobres. Los medios masivos y la
      informática permiten imaginar que vivimos en la
      sociedad del conocimiento, pero la cumbre sobre este
      asunto realizada en Ginebra, en diciembre de 2003,
      registró que 97 por ciento de los africanos no
      tienen acceso a las nuevas tecnologías de
      información y comunicación, mientras Europa
      y Estados Unidos concentran 67 por ciento de los usuarios
      de Internet. América Latina, que cuenta con 8 por
      ciento de la población mundial y contribuye con 7
      por ciento del PIB global, participa en el ciberespacio
      sólo con 4 por ciento. El bajo porcentaje de
      hosts, de computadoras y de acceso a Internet,
      explica un informe de la CEPAL, es causa y síntoma
      de nuestro rezago y escasa visibilidad cultural en los
      diálogos mediáticos globales y en los
      espacios públicos internacionales: "estar afuera
      de la red es estar simbólicamente en la intemperie
      o en la sordera", Hopenhayn, afirma García
      Canclini..

    • B. Tres hipótesis que buscan
      describir dilemas estratégicos de la actualidad y
      proponen relaciones más productivas entre cultura
      y desarrollo.

    • 1. Desarrollar la cultura en las sociedades
      contemporáneas, multiculturales y densamente
      interconectadas, no puede consistir en privilegiar una
      tradición, ni simplemente preservar un conjunto de
      tradiciones unificadas por un Estado como "cultura
      nacional". La segunda mitad del siglo XX mostró
      que frecuentemente el desarrollo más
      productivo es el que valora la riqueza de las
      diferencias, propicia la comunicación y el
      intercambio – interno y con el mundo – y
      contribuye a corregir las
      desigualdades.

    • 2. ¿Qué tipo de
      prácticas culturales pueden contribuir a que el
      desarrollo sea sustentable? ¿Qué tipo de
      desarrollo socioeconómico y político puede
      dar más sustentabilidad a la cultura?
      La clave
      es que las políticas garanticen la diversidad
      cultural e intercambios más equitativos entre las
      metrópolis con fuerte control de los mercados y
      los países con alta producción cultural,
      pero económica y tecnológicamente
      débiles.

    Es cierto que la cultura no es hoy,
    predominantemente, lugar de gastos y
    subsidios. Genera ganancias enormes. Pero la producción de espectáculos y
    programas para medios
    audiovisuales masivos requiere abultadas inversiones. Esta es
    una de las razones por las cuales los estados se concentran
    en administrar el patrimonio
    histórico y estimular las artes de bajo costo
    (becas para escritores y artistas individuales, obras de
    teatro,
    revistas), y dejan a empresas
    privadas la
    televisión, el cine y la
    gestión de las redes
    electrónicas. También los museos y los
    espectáculos locales con artistas internacionales, la
    producción editorial y musical de
    distribución masiva, demandan
    inversiones que sólo manejan empresarios
    transnacionalizados.

    ¿Qué culturas pueden producir y
    cuáles logran ser vistas bajo esta lógica?
    A fines del siglo XX
    Estados
    Unidos, Alemania,
    Gran Bretaña y Japón abarcaban casi el 60 por ciento
    de las exportaciones de bienes
    culturales en el mundo. El 50 por ciento de las importaciones también se concentraba en
    esos países. La aparición reciente de China
    está modificando, todavía levemente, este
    desequilibrio entre las culturas que se producen en el mundo
    y quienes las venden, compran y disfrutan.

    La situación más inequitativa es la
    del cine
    (del cual hablaremos más adelante).
    Italia
    satisface las necesidades del 17.5 por ciento de su mercado
    nacional, España
    solamente el 10 por ciento, Alemania el 12.5 y Francia,
    el 28.2 por ciento. Según (Tolila, 2004), "Estados
    Unidos, en cambio,
    cubre el 92.5 por ciento de su mercado nacional, o sea que
    recibe poquísimas películas de otros
    países, en tanto hace predominar su
    cinematografía en casi todos los mercados
    externos", dice García Canclini.

    Si el 85 por ciento de las películas
    difundidas en las salas de todo el mundo proceden de
    Hollywood, el déficit comercial es siempre favorable a
    Estados Unidos. En América
    Latina, disminuyó en las últimas
    décadas el tiempo de pantalla dedicado al cine europeo
    (no llega al 10 por ciento), y cada año el control
    estadounidense de la producción, la circulación
    y la exhibición deja menos espacio al cine
    latinoamericano.

    No conocemos otra remodelación global, ni en
    la industria
    editorial, ni en la musical, ni en la televisiva, ni en las
    artes visuales, que elimine de la circulación
    internacional a vastas zonas de la producción cultural
    y las reduzca a expresiones minoritarias, como ocurre con
    cinematografías históricamente tan
    significativas como la francesa, la alemana y la rusa. Pero
    en ningún lugar esta conversión de naciones
    numerosas, con alta producción artística, en
    expresiones culturales menores es tan impactante como en
    Estados Unidos.

    ¿Cómo volver sustentable la
    producción cultural de cada sociedad
    en esta época de intensa competitividad, innovación tecnológica incesante
    y fuerte concentración económica
    transnacional?
    habría que controlar la
    expansión de las megacorporaciones comunicacionales y
    proteger la producción cultural endógena de
    cada nación.

    Se llega a hablar de una "ecología cultural del desarrollo": el
    patrimonio histórico, las artes, y también los
    medios y los recursos
    informáticos, son partes de la continuidad
    identitaria, recursos para la participación ciudadana, el ejercicio
    de las diferencias y los derechos de
    expresión y comunicación. En favor de una
    consideración no sólo económica del
    desarrollo cultural, se señala que la cultura y las
    comunicaciones contribuyen al desarrollo
    comunitario, la educación para la salud y el bienestar, la
    defensa de los derechos
    humanos y la comprensión de otras sociedades. Hay una transversalidad de la
    cultura que la interrelaciona con las demás
    áreas de la vida social.

    Esta transversalidad de las culturas con otras zonas
    de la vida social es un requisito para su desarrollo
    sustentable. Para consolidarlo se necesita estimular
    otras estructuras, otras lógicas de producción
    y difusión, que las promovidas por las
    megacorporaciones. Se trata de crear espacios
    económicos y circuitos
    de comunicación para las editoriales independientes,
    las películas de muchas culturas y las productoras
    locales de discos y videos.

    Como en otros campos de la producción, los
    antiguos controles de aduanas o
    fronteras son ineficaces en un tiempo de comunicaciones
    transnacionales y fusiones
    multimedia
    entre los campos editorial, audiovisual y telecomunicacional.
    Es cuestión, más bien, de generar condiciones
    propicias para que, por ejemplo, la enorme producción
    musical independiente de América Latina no quede aislada en
    conciertos y ferias locales. Las políticas públicas y la banca de
    desarrollo pueden proporcionar subsidios estratégicos
    y créditos blandos, formar en mercadotecnia globalizada a los productores,
    articularlos en circuitos alternativos de empresas medianas y
    pequeñas, favorecer sus viajes y
    participación transversal en actividades
    socio-económicas internacionales (festivales y ferias,
    mega espectáculos, turismo, programas de fundaciones y
    ONG).
    García Canclini toma las ideas de (Ocampo: 2005),
    quien afirma que "la cooperación internacional es
    decisiva para reconstruir y renovar los aparatos
    institucionales de los Estados desaparecidos o debilitados
    por la liberalización económica"; comprender
    cuáles son las áreas estratégicas de la
    cultura y la comunicación en las que los países
    latinoamericanos pueden mejorar su competitividad
    internacional (algunos en la industra editorial, otros en la
    producción de contenidos televisivos, otros en el
    turismo cultural otra iniciativa que apareció
    recientemente es que ¿podríamos intercambiar
    deuda por inversión internacional en programas
    educativos y culturales?

    Una parte clave de estas acciones
    revitalizadoras, continúa García Canclini, es
    también la de formar públicos culturales y
    usuarios de las nuevas
    tecnologías comunicacionales: o sea, colocar
    el
    aprendizaje de la interculturalidad, la innovación y el pensamiento crítico en el centro de las
    acciones educativas. La democratización cultural
    requiere extender la acción formativa y facilitadora de los
    Estados, por ejemplo dotar de computadoras a las escuelas, y también
    propiciar lo que George Yúdice, según
    García Canclini, llama "una suerte de
    globalización desde abajo", apoyada por la
    cooperación internacional.

    • 3. Dos décadas de mercados
      culturales casi enteramente desregulados no han mejorado
      la difusión de los libros, ni proporcionan ofertas
      más diversas de cine o video
      . Necesitamos
      repensar las relaciones de lo que en la cultura es
      negocio, industria y servicio. Luego de las experiencias
      de apertura económica e intensificación de
      comunicaciones internacionales no se aprecia que el
      mercado "organice" la interculturalidad ampliando el
      reconocimiento de las diferencias.

    Debemos admitir que la insuficiencia de estudios
    sobre economía de la cultura no permite
    aún construir explicaciones integrales
    sobre el modo en que las industrias
    culturales de América Latina están
    integrándose a la economía mundial. Los datos
    disponibles, por ejemplo en la industria editorial y en la
    cinematográfica, muestran un desempeño frustrante a medida que se
    acentuó la desregulación y el libre
    comercio. Se vendieron recursos básicos de
    producción y circulación de bienes culturales:
    por ejemplo se cerraron o transfirieron editoriales a
    empresas europeas, así como desaparecieron salas de
    cine, o se dejaron las nuevas cadenas de multisalas bajo
    control de distribuidoras estadounidenses, canadienses y
    australianas. También sabemos que este proceso ha
    disminuido la capacidad productiva en los principales
    países editores (Argentina y México) y abatió los
    índices de venta en el conjunto de la región.
    En el cine, el descenso de la producción y de la
    asistencia a salas – que no se debe únicamente
    al cambio en la propiedad
    de los recursos, sino a la competencia con el video y otros
    entretenimientos domésticos – mostró una
    caída vertical en los años 80 y la primera
    mitad de los 90; hubo cierta recuperación del
    número de películas producidas y del
    público en los últimos diez años, sin
    alcanzar las cifras de períodos previos. Sin embargo,
    faltan estudios del conjunto del proceso – que hagan
    jugar las innovaciones tecnológicas, los cambios
    económicos y de hábitos de los consumidores
    – para alcanzar una visión integral de lo que ha
    venido ocurriendo.

    Algunos datos sobre la declinación del
    cine mexicano a partir de la firma del Tratado de Libre
    Comercio de América del Norte
    indican que la
    liberalización de los mercados no ha cumplido las
    promesas de dinamizar la economía en ésta como en otras
    áreas. Víctor Ugalde, según
    García Canclini, compara los distintos efectos de las
    políticas culturales con que Canadá y
    México situaron su cine en relación con el
    TLC a
    partir de 1994. Los canadienses, que exceptuaron su
    cinematografía y destinaron más de 400 millones
    de dólares, produjeron en la década posterior
    un promedio constante de 60 largometrajes cada año.
    Estados Unidos hizo crecer su producción de 459 filmes
    a principios de
    la década de los noventa a 680, gracias a los incentivos
    fiscales a sus empresas y al control oligopólico de
    mercados nacionales y muchos extranjeros. México, en
    cambio, que en la década anterior había filmado
    747 películas, redujo su producción en los 10
    años posteriores a 1994 a 212 largometrajes. (Ugalde,
    2004) también afirma, según García
    Canclini, que "al dejarse de producir 532 filmes se
    creó un brutal desempleo con
    el consecuente cierre de empresas, la reducción del
    pago de impuestos, la
    subutilización de nuestra capacidad industrial
    instalada, la caída de nuestras exportaciones y el
    incremento de las importaciones de películas
    extranjeras".

    La liberalización del comercio
    cultural impulsa o retrasa el desarrollo según se
    articule o no con políticas de protección
    nacional. Pero debiéramos vincular estas dos variables
    con las modificaciones de los hábitos de consumo
    cultural y con otros análisis de la oferta
    para lo cual existen pocos estudios disponibles.

    Son necesarias, asimismo, políticas
    internacionales apropiadas para esta etapa con leyes que
    protejan la propiedad
    intelectual, su difusión, el intercambio de bienes
    y mensajes, y controlen las tendencias
    oligopólicas.

    La falta de legislación actualizada para el
    uso del patrimonio y para la expansión de las industrias
    culturales está favoreciendo hoy a los actores
    transnacionales mejor preparados para aprovechar la
    convergencia digital con bajo costo en producción
    (ediciones masivas, manejo de satélites, doblaje o traducción simultánea). La
    demora en establecer políticas regulatorias claras en
    estos campos coloca a todos los países ante el
    riesgo de
    que las decisiones de la
    Organización Mundial del Comercio o los acuerdos
    de libre comercio regionales, al igualar las inversiones
    nacionales y extranjeras, ilegalicen los intercambios
    horizontales y coproducciones preferenciales entre naciones
    débiles. Poco vale que exaltemos la creatividad de los pueblos y los artistas, o
    la riqueza de la diversidad cultural, si permitimos que los
    derechos de
    autor de los individuos y de las comunidades sean
    subsumidos bajo las reglas de copyright, dejando que
    los beneficios generados por la creatividad sean apropiados
    por las megaempresas que manejan el derecho de
    copia.

    ¿Qué podemos esperar del incremento
    de conexiones informáticas?
    Ni desaparición
    de las diferencias socioculturales, ni una radical
    reducción de las inequidades del desarrollo cultural.
    Reducir la brecha digital puede aminorar ciertas
    desigualdades derivadas
    del acceso dispar a los mensajes y bienes ofrecidos en el
    ciberespacio: en este sentido, una de las esperanzas de
    América Latina es que, si bien somos una de las
    regiones menos conectadas a las redes digitales, mostramos el
    ritmo más veloz en el crecimiento de hosts y de
    internautas. Pero además de los datos cuantitativos es
    preciso considerar que una distribución menos desigual
    de la riqueza mediática y digital implicaría
    mayor multilingüismo y policentrismo, crear
    posibilidades de acceso para los amplios sectores sin
    recursos económicos o con lenguas y saberes poco
    cotizados. Todo esto requiere considerar a las industrias
    culturales no solo como negocio sino como servicio.

    ¿Cómo revitalizar ahora el sentido
    público de la vida social?
    En la medida en que
    esto depende de las políticas culturales y
    comunicacionales, es evidente que no lo lograremos
    sólo a partir de los Estados. La creación de
    sitios multidireccionales, diversificados y de
    comunicación abierta, promovidos y gestionados desde
    focos heterogéneos de la vida social, tal como se
    manifiestan en Internet,
    hace pensar en otros tipos de espacios o esferas
    públicas. Están participando en ellos
    gobiernos, empresas y movimientos socioculturales
    independientes. Así, la industrialización de la
    cultura hace posible ampliar el mapa de las comunicaciones,
    sitúa en la conversación internacional
    más voces y
    relatos, músicas e imágenes, que en cualquier otra
    época.

    Los beneficios de la cultura trascienden la danza de
    cifras, los millones de públicos y regalías.
    Las relaciones entre cultura y desarrollo no se reducen a los
    balances economicos de productores, distribuidores y
    exhibidores. Otra historia se
    insinúa: la de los pobres en información, los
    que sólo tienen acceso a espectáculos
    gratuitos, los que crean pero no ingresan a las estadísticas del rating. A veces se
    comunican a lo lejos gracias a Internet o a que una desgracia
    de grandes números pone por unos días sus
    pedidos de solidaridad en los medios. El mundo
    está organizado para que la resonancia de esas
    historias más secretas sea poco sustentable. Pero su
    continuidad sigilosa sigue formando parte de las relaciones
    entre cultura y desarrollo.

    Finalmente, el vínculo de la cultura con
    el desarrollo
    es valorable por su modo de construir
    ciudadanía. Junto a los derechos
    económicos de las empresas hay que considerar los
    derechos culturales de los ciudadanos. En una época de
    industrialización de la cultura, estos derechos no se
    limitan a la protección del territorio, la lengua y la
    educación. El derecho a la cultura incluye lo que
    podemos llamar derechos conectivos, o sea el acceso
    a las industrias culturales y las comunicaciones. Tener
    cultura y tener desarrollo son hoy actividades
    complementarias. De la manera en que articulemos nuestros
    derechos y compromisos dependerá que en la cultura las
    diferencias se conviertan para unos en privilegios y para
    otros en estigmas, que la competencia capaz de impulsar el
    desarrollo no excluya la solidaridad.

    Medios para
    desarrollar la comunicación
    intercultural

    Nestor García Canclini4,
    menciona que "La valoración simultánea de los
    medios como industrias, comercio y servicio tiene una larga
    historia". El afirma que Jürgen Habermas, Nicholas
    Garnham y John Keane, han descrito ´la importancia de
    la prensa y
    la radio como
    servicios
    para que en los países europeos se construyera una
    esfera pública de ciudadanos´. Desde principios
    del siglo XX la escena pública fue vista como un
    espacio desde el cual luchar contra los estados
    despóticos, contra los abusos y arbitrariedades de
    dictadores que sometían la vida social y
    económica a sus intereses privados. Luego, se
    erigió lo público como defensa de lo social
    frente a la voracidad monopólica de grandes empresas y
    sus amenazas a la libre comunicación entre ciudadanos.
    En América Latina los estudios de Jesús
    Martín Barbero y Rafael Roncagliolo, entre otros,
    continúa diciendo García Canclini,
    también muestran que la prensa y la radio
    contribuyeron al desarrollo moderno al configurar una esfera
    ciudadana que delibera con independencia del poder estatal y del lucro de
    las empresas.

    • 2. CINE

    María Angeles Martínez5, escribe: El
    cine surgió como un intento de reproducción fiel de la realidad que se
    colocaba ante el objetivo.
    Sin embargo, a los pocos años de vida, se
    descubrió su potencial significativo y en torno a la
    imagen y el sonido
    nació un lenguaje
    específicamente audiovisual que fue
    consolidándose y evolucionando con el paso del
    tiempo.

    • a. A raíz del fenómeno
      surgieron diversos puntos de
      controversia
      :

    En cualquiera de los dos casos hay que atender a la
    dimensión social del mismo ya que desarrolla su
    actividad sumido en un entorno cultural del que recibe
    influencias notables y al cual confiere una especial
    aportación. Por otra parte, la naturaleza
    misma del cine le hace traspasar barreras y por ello el
    contacto entre culturas es inevitable.

    La adaptación de los productos
    cinematográficos a esos nuevos entornos de sentido,
    trae consigo una interesante reflexión acerca de las
    relaciones interculturales que se desarrolla a
    continuación.

    • La primera controversia: El cine como
      lenguaje:

    El nacimiento de un lenguaje audiovisual surge de la
    conciencia de que la cámara no equivale a la realidad.
    La llegada del cine sonoro, la aparición del color, los
    movimientos de cámara, la profundidad de campo, en
    definitiva, los avances técnicos parecían poco
    a poco acercar más el cine a la reproducción
    fiel de la realidad. Sin embargo, de acuerdo con
    Fernández Díez y Matínez Abadía,
    María Angeles afirma que ´la cámara
    seguía sin sustituir a la visión humana´;
    el espacio enmarcaba, la profundidad de campo no era
    infinita, los planos cercanos agrandaban al sujeto. Surge
    entonces el lenguaje audiovisual como instrumento para
    relatar la realidad en lugar de reproducirla. Nacen las
    formas narrativas de representación.

    Existe una fuerte controversia en torno a la
    consideración de lo audiovisual como un lenguaje con
    pleno derecho. El audiovisual aparece plenamente, pues, como
    un lenguaje, ya que significa, expresa y comunica, aunque
    más adelante se comprobará que diverge
    notablemente de otros lenguajes establecidos como la
    lengua.

    El
    lenguaje audiovisual es un lenguaje mixto, porque se
    compone de una mezcla de distintos tipos de significantes y
    signos
    visuales y de elementos auditivos. Se puede pensar que a
    través de esos dos canales sensitivos (oído y vista) al menos se puede acceder
    a una parte de la otra cultura o que estos ofrecen una
    perspectiva parcial, sesgada, incompleta de lo ajeno.
    Recordando lo escrito por el profesor
    Vázquez Medel, María Ángeles afirma que nuestras
    imágenes de la realidad social son ofrecidas a partir
    de los medios de
    comunicación, en lugar de estar fundamentadas en
    nuestra experiencia directa del mundo, lo que influye
    poderosamente en nuestro modo de interpretar las relaciones
    de sexo,
    género, relaciones interculturales,
    etc.

    • La segunda controversia: El cine como
      arte

    Este problema toma relevancia a partir de la
    década de los ochenta del siglo pasado. Ante la
    pantalla cinematográfica se guarda una cierta
    distancia, se es consciente de estar ante un
    espectáculo y con ello se abandona la pasividad que
    impone el movimiento
    de la imagen para participar, para entrar en el juego del
    cine como un arte con
    pleno derecho.

    • b. Dimensión social del
      cine

    La función del cine en el seno de la sociedad
    ha sido y es incuestionable, aunque no permanece exenta de
    complejidad. Un texto
    artístico no puede entenderse como un elemento de
    significación configurada plenamente; los circuitos de
    la comunicación artística son permeables a la
    incidencia cultural, de tal forma que esos rasgos culturales
    penetran sobre los textos, sobre el sentido de cada obra. Un
    texto significa para alguien y las significaciones que
    aporten tanto autor como lectores tendrán que ver con
    la cultura en la que estén inmersas ambas
    entidades.

    Partiendo pues, de que tanto el organismo emisor
    como el receptor de un texto fílmico interpretan el
    producto
    desde el seno de una cultura determinada que no tiene por
    qué ser coincidente, es necesario ubicar el desarrollo
    de la comunicación cinematográfica dentro de
    los procesos de comunicación intercultural.

    • c. El cine como intercambio cultural: la
      dialéctica frustrada:

    María Ángeles refiere que el cine
    apela frecuentemente a lo imaginario, a lo subjetivo, a lo
    extraordinario y maravilloso; nos conduce a un mundo nuevo en
    ciertos puntos convergente con el nuestro y en otros
    absolutamente divergente.

    El cine acude a representaciones basadas en el
    mito para
    constituirse en lenguaje universal, por lo tanto, existe un
    interés ideológico en cada
    película. Pero hay que tener en cuenta que el cine no
    es más que una ilusión de realidad. La
    intensidad de los sonidos posibilita crear la ilusión
    de elementos en movimiento. El cine no es más que una
    mentira,
    una ilusión.

    El cine posibilita el contacto entre una cultura A y
    una cultura B a través del lenguaje
    cinematográfico y sus productos; esa conexión
    se da gracias a imágenes consideradas más o
    menos universales, exige la traducción o doblaje de la
    lengua natural en la que ha sido fabricado el producto, pero
    resulta evidente que hay una ausencia notable de ciertos
    sentidos a favor de una atención exclusiva sobre la vista y el
    oído. Además, el cine promueve la construcción de un imaginario
    artificial que no siempre se corresponde con la
    auténtica realidad de una cultura, sobre todo en los
    tiempos en los que la simulación adquiere una importancia
    crucial. La imagen constituye la única realidad de los
    personajes representados.

    Por otra parte el proceso de comunicación que
    se produce en el cine se da in absentia, de la misma forma
    que se da la comunicación literaria: un emisor
    construye un mensaje en un momento determinado, que
    será recibido por uno o muchos receptores en un
    cronotopo que no tiene por qué coincidir con el del
    emisor. Las circunstancias histórico-sociales pueden
    variar. Además, el receptor no tiene posibilidad de
    retroalimentación, no existe un
    feed-back (reacción, realimentación) directo,
    factor fundamental en el intercambio entre culturas
    distintas.

    El cine nace de una doble voluntad ideológica
    y de lucro que guía la construcción de los
    productos cinematográficos. Por una parte, debe
    reflejar los puntos de vista ideológicos de aquellos
    que lo crean y, sobre todo, lo financian; no nace de un
    desinteresado interés por confraternizar. Sus objetos
    construidos, las películas, nacen con la esperanza de
    un lucro y, como todas las expresiones culturales, sigue unas
    normas determinadas.

    María Ángeles recuerda una cita de
    Edgar
    Morin en la que afirma que ´la sabiduría del
    cine reside sobre todo en su capacidad de encarnar lo
    imaginario. Lo que aparece en la pantalla no es el mundo en
    su evidencia o concreción, sino un universo
    nuevo donde se mezclan objetos comunes y situaciones
    anómalas´.

    • 3. Internet:

    • a. La comunicación intercultural
      vía internet:

    Según el Portal Educativo de Las
    Américas6, el mundo se ha convertido en un lugar mucho
    más pequeño, en el sentido que gentes de
    diferentes culturas tienen más posibilidades de
    contacto entre ellas que nunca antes. Esta cultura global
    más cercana requerirá cada vez más
    amplios niveles de comprensión y comunicación
    entre sus participantes y del significado de las relaciones
    interculturales para poder beneficiarse del potencial y el
    promisorio futuro de estos sistemas globales en los cuales
    será importante valorar la riqueza de la diversidad
    cultural.

    La rápida diseminación de las
    comunicaciones a través de una computadora, tales como Internet,
    conversaciones en línea, y el correo
    electrónico, tiene gran potencial para modificar
    la manera en que los individuos de otras culturas reconocen y
    perciben a sus pares e interactúan entre ellos. En
    este proceso de comunicación como en cualquier otro,
    se reciben mensajes y se envían respuestas que
    expresan la riqueza de cada cultura.

    Mientras el número de usuarios de Internet en
    el mundo crece diariamente, la mayoría de los usuarios
    y diseñadores de estos sitios residen en los
    países desarrollados del mundo. Y continúan
    creando una infinita variedad de sitios con
    información sobre cualquier tema que podamos imaginar.
    Naturalmente, tanto los sitios como sus contenidos tienden a
    reflejar el lenguaje y la cultura de quienes los crean y
    aportan su contenido. Mientras, si bien el acceso a Internet
    en países en desarrollo mantiene su crecimiento, es
    aún bastante limitado. Esto ha favorecido la
    aparición de una brecha digital que excluye a millones
    de personas y comunidades particularmente las
    indígenas y para los cuales será necesario
    desarrollar un importante esfuerzo de inclusión y de
    equidad.
    En consecuencia, el contenido actualmente disponible en
    Internet, (el mensaje que está siendo recibido por sus
    usuarios), si bien es variado y valioso, no ha incorporado
    aún un importante elemento intercultural, retrasando
    con ello el ejercicio pleno de los derechos culturales
    aceptados universalmente por todos los
    países.

    Aún así, Internet continúa
    siendo una gran promesa como herramienta para expandir esta
    comunicación intercultural y crear respuestas a las
    necesidades de desarrollo del Hemisferio. Esta promesa es en
    gran parte el resultado de la naturaleza interactiva de estas
    herramientas. Al navegar y utilizar Internet,
    no hay sólo una aceptación pasiva del material
    que ofrece al usuario final. Por el contrario, existe una
    activa selección de contenido y una
    interacción con el mismo, como también la
    habilidad para crear material que el mismo usuario genera y
    contenido que puede ser utilizado para presentar puntos de
    vista alternativos para públicos más amplios,
    expandir la comunicación entre varios grupos
    culturales, y para derribar las barreras que limitan los
    esfuerzos de cooperación entre grupos culturales
    antagónicos y hacer posible una comunicación
    intercultural creativa e incluyente. 

    • b. Comunicación Intercultural en el
      Ciberespacio: de los encuentros a las interacciones entre
      culturas

    Diana Kiss y Eduardo Castro R7, aportan a este
    subtema, que si la radiodifusión comercial
    definió a la sociedad de los años veinte, la
    televisión a las décadas sesenta
    y setenta, la nuestra es la "década Internet". En los
    últimos años el desarrollo de la informática nos ha permitido alcanzar
    una tecnología que estuvo, en sus inicios,
    reservada a la milicia y a la literatura de
    ciencia
    ficción. Actualmente la posibilidad de disponer de un
    computador
    y conectarse a la red Internet, nos abre
    la perspectiva -entre otras- de experimentar con nuevas
    formas de interacción social. Aquí es posible
    intercambiar ideas con personas que no conocemos, que se
    encuentran en distintos puntos geográficos, y con
    quienes es posible mantener una interacción
    dialógica en tiempo real.

    A las comunicaciones frontales-interpersonales en
    que se basaba nuestra interacción, los usuarios del
    sistema
    han agregado las comunicaciones virtuales, que no se
    establecen precisamente a partir de una relación
    cara-a-cara, o mediatizado por soportes simbólicos,
    sino mediante la incursión en espacios de diálogo virtual. La
    popularización de las comunidades de
    conversación en la red, donde participan personas de
    todas las edades, profesiones y países, ha
    multiplicado las comunicaciones interculturales. Mientras que
    en el pasado la experiencia de conocer a gente de otra
    cultura implicaba el desplazamiento de alguno de ellos, o
    establecer un intercambio epistolar que tardaba días,
    semanas o meses en llegar, ahora es posible tener esa misma
    experiencia sin moverse de casa. A través de Internet
    podemos enviar y recibir mensajes en forma simultánea
    y, además, el envío y recepción de
    imágenes y audio.

    • c. Un problema virtual:

    Pero no todo son ventajas en nuestra
    incursión a un nuevo sistema de interacción
    social, comentan Diana Kiss y Eduardo Castro R.; de acuerdo
    con Quéau, expresan que estas innovaciones
    también pueden generar problemas específicos,
    ´tanto respecto a la naturaleza de nuestras relaciones
    con los demás, o con nosotros mismos, como respecto a
    la evolución de nociones cruciales como la
    de responsabilidad o de unidad personal´. Además, la complejidad
    de las comunicaciones interculturales virtuales la podemos
    encontrar en los límites que los mundos
    virtuales
    , en que se desarrollan tales comunicaciones,
    imponen a los interlocutores.

    Las características tecnológicas del
    sistema que sustenta este tipo de comunicación entre
    personas de distintas culturas, en algún sentido
    quebrantan las normas y las variables que caracterizan a los
    procesos de comunicación intercultural. Mientras que
    en las relaciones
    interpersonales cara-a-cara entre individuos de culturas
    distintas es posible la retroalimentación,
    identificando y comprobando las características a
    través de los sentidos,
    y superando de esta manera las barreras que son un problema
    potencial para la comprensión mutua en un proceso de
    tal naturaleza; en las interacciones interculturales
    virtuales estos elementos de carácter simbólico para las
    culturas en contacto, pasan a un segundo plano, pues los
    interlocutores construyen, en gran parte de los casos, una
    relación social sobre la base de imaginarios, que para
    poder funcionar requiere, sin embargo, que los interlocutores
    compartan competencias
    informáticas.

    • Límites de la realidad:

    Si trascendemos el plano de lo filosófico, o
    de lo tecnológico-material de los mundos y realidades
    virtuales, para centrarnos en el nivel de lo cultural, la
    naturaleza de las interacciones sociales a través de
    Internet en los salones públicos de
    conversación o "chat"
    tienen, generalmente, un carácter lúdico
    (juego), donde los usuarios ingresan con el objetivo de
    intercambiar opiniones, "conocer" personas, u obtener
    información. Nadie espera que el contenido de los
    mensajes tenga una total correspondencia con la realidad. El
    anonimato de las personalidades electrónicas y el
    contexto en que se desarrolla la interacción impiden
    definiciones demasiado restrictivas de la
    noción de verdad, realidad o, incluso, personalidad. Los participantes en esta
    interacción lúdica pueden optar por construir
    mundos y situaciones, y a partir de éstos iniciar una
    relación social.

    • Simulación e
      identidad:

    Actualmente la comunicación intercultural
    virtual agrega, a la complejidad que el fenómeno ha
    tenido a lo largo de la historia, un componente que hasta
    ahora no había sido plenamente considerado en los
    estudios sobre comunicación intercultural y en los
    modelos de comunicación entre culturas, como es la
    "simulación convenida" o la construcción
    imaginaria -y compartida- de mundos, en que se basan las
    interacciones sociales que se experimentan en los salones de
    conversación virtual en la red.

    Diana Kiss y Eduardo Castro R., de acuerdo con las
    ideas de Quéau, expresan que mientras que algunos
    medios de comunicación, como la prensa escrita, la
    radio o la televisión, disolvieron las fronteras
    espaciales y temporales, las comunicaciones a través
    de la Red están diluyendo los límites de la
    identidad. En las comunidades virtuales -sociales- lo
    importante es pretender ser alguien más, asumir otras
    identidades o crear otros mundos, siempre y cuando sean
    creíbles, y cuya fascinación proviene de
    ´la ambigüedad borrosa que (los mundos virtuales)
    interponen entre los sujetos y la representación que
    se hacen de sí mismos´. Para los usuarios del
    sistema el problema de las comunicaciones virtuales
    surgirá cuando se presenten conflictos
    de identidad, entre lo real y lo virtual, pues no estamos
    exentos de empezar a vivir una cultura de la
    simulación.

    • d. Crecimiento del sistema
      Internet:

    Desde que se inicio el Internet han pasado casi tres
    décadas. En un principio fue una red computacional
    destinada a comunicar a los militares norteamericanos para el
    seguimiento de proyectos
    estratégicos del Departamento de Defensa de los
    Estados Unidos, en el marco del programa ARPA
    (Advanced Research Projects Agency). Posteriormente los
    avances en las investigaciones se utilizaron para establecer
    un sistema de comunicación simultánea entre
    instituciones académicas.

    Estas iniciales formas de interconexión entre
    computadores se ampliaron con los avances en materia de
    telefonía y telecomunicaciones, permitiendo que no
    sólo la milicia y las Universidades conocieran a las
    ventajas de la comunicación simultánea, sino
    que también fuera utilizado por estudiantes,
    profesores, hombres de negocios y dueñas de casa, no
    únicamente para el intercambio de información,
    sino para el establecimiento de relaciones interpersonales e
    intergrupales con individuos o grupos con quienes se
    comparten marcos de referencia, experiencias de vida o
    expectativas sociales.

    • e. Formas en que se materializa la
      interacción con otra cultura.

    Diana Kiss y Eduardo Castro R. siguen diciendo que
    los encuentros entre personas de culturas distintas no son un
    fenómeno de nuestra época, éstos han
    existido a lo largo de la historia, lo que ha cambiado
    significativamente es la complejidad en el proceso y la
    diversificación en las formas en que se materializa la
    interacción con otra cultura. En la experiencia de
    comunicación intercultural, sin embargo, será
    necesario distinguir entre el "encuentro" y la
    "interacción" entre culturas, mientras que en el
    primero se requiere la participación "cara-a-cara de
    individuos o grupos que pertenecen a diferentes
    nacionalidades, grupos étnicos o clases
    sociales" (esto coincidiendo con McEntee), la
    interacción entre culturas abre la posibilidad a las
    comunicaciones no frontales, que pueden ser desde epistolares
    hasta virtuales; esto es, mediatizadas por simples mecanismos
    de comunicación o por avanzadas tecnologías y
    complejos sistemas de comunicación.

Partes: 1, 2, 3, 4
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