Eleonor Faur[3]en la nota:
"La
educación en sexualidad.
Derecho de niños,
niñas y adolescentes,
desafío para docentes"[4] dice:
"A diferencia de la transmisión de conocimientos
en materias como Historia o Geografía, la
educación
en sexualidad parte del reconocimiento del sujeto, de su cuerpo y
de sus sentimientos como base del trabajo
pedagógico. Considera que el cuerpo es mucho más
que una máquina que contiene nuestra razón, que el
cuerpo nutre nuestra experiencia cotidiana, es un espacio de
experiencia y de expresión de nuestros sentimientos y
emociones, es
también una fuente de sensaciones muy distintas entre
sí (que van del dolor al placer) pero que son, todas
ellas, importantes en la construcción de nuestra subjetividad y de
nuestra ciudadanía, en la medida que podamos
comprenderlas. Educar en sexualidad es, por tanto, una forma de
apreciar que la vida sucede en un cuerpo y que, como seres
humanos, podemos también entender, analizar y cuidar lo
que sucede con nuestros cuerpos, como parte del desarrollo
integral de nuestra ciudadanía y nuestras relaciones. De
tal modo, educar en sexualidad implica tanto ofrecer
conocimientos para la prevención de embarazos no deseados
e infecciones de
transmisión sexual, como formar en valores,
sentimientos y actitudes
positivas frente a la sexualidad.
Una formación así concebida deberá
incluir entre sus objetivos
ofrecer información adecuada y veraz sobre aspectos
vitales de la sexualidad, como forma de relación entre las
personas, así como también orientar hacia el acceso
a los recursos de
salud
pública que permitan vivir la sexualidad de forma
responsable, plena y segura."
Es necesario que los adultos nos ubiquemos
también en una situación de continuo aprendizaje, que
podamos revisar y valorar críticamente los sentimientos y
pensamientos que habitualmente tenemos respecto de la sexualidad,
y ponderar en qué sentido pueden estos resultar un
obstáculo para acompañar a los adolescentes en la
adopción
de comportamientos de cuidado.
Sucede que, en muchos casos, referirnos a la sexualidad,
ponerle palabras a un tema que fue acallado durante siglos, puede
producirnos miedos y confrontarnos con nuestras propias
dificultades, incertidumbres y limitaciones. Pero mientras los
adultos, por momentos, parecemos preferir mantener esta
situación silenciada, o imprimirle una serie de mandatos,
prohibiciones o significados que hemos recibido en nuestra propia
educación, los chicos y chicas quedan sin el
acompañamiento de adultos significativos en la
búsqueda de interlocución para cuestiones que son
propias de la vida, que les movilizan cantidad de emociones y
sensaciones.
Así, en lugar de propiciar formas de vivir la
sexualidad en forma honesta, respetuosa y responsable, podemos
estar dejándolos solos frente a situaciones de riesgo totalmente
evitables.
De manera explícita o implícita, los
docentes transmiten sus propias perspectivas, ideas, emociones y
prejuicios acerca de la sexualidad a través de las
relaciones que establecen con sus alumnos y alumnas.
Transmiten imágenes
relativas a la sexualidad cuando, por ejemplo, alientan conductas
disímiles para varones y para mujeres. Forman
también al emitir comentarios acerca de lo que significa
ser madre o padre y forman cuando asumen u ocultan situaciones de
abuso sexual
que pueden surgir en las escuelas o en los ámbitos
familiares de su alumnado. Forman, incluso, cuando no hablan de
sexualidad, ya que el hecho de omitir las referencias a la
sexualidad en el proceso
educativo transmite de por sí la idea de la sexualidad
como un tema tabú y misterioso. Y así
también se enseña que "en la escuela no se
habla de sexualidad" que, "algo raro, malo o misterioso tiene
hablar de esto" y que "si tengo inquietudes respecto a la
sexualidad será mejor resolverlas con otras
personas".[5]
Es necesario, entonces, reconocer que la escuela forma
ideas acerca de la sexualidad también en aquellos casos en
que la considera como una cuestión personal y
privada, relativa al mundo íntimo de los jóvenes o
de la cual las familias son las únicas
responsables.
Educar en sexualidad implica por tanto entender que, con
frecuencia, ha operado el silencio o la omisión en
cuestiones tan importantes en la vida de las personas como lo es
su relación con el propio cuerpo y con las demás
personas. Que esta omisión tiene efectos diferenciales
para distintos adolescentes y jóvenes, que en el contexto
de las desigualdades sociales, regionales y culturales
observables en nuestro país, muestran que existen
también diferencias en los niveles de embarazo y
maternidad, en los modos en que esto se vive, y en los riesgos
asociados a ello, para adolescentes de distintas regiones,
entornos socio- culturales o que provienen de familias con
distintos niveles de ingresos. La
escuela, entonces, puede operar como una de las instituciones
que contribuya a equiparar las oportunidades de acceso a
información y recursos de los adolescentes de todo el
país.
A partir de la creación del Programa Nacional
de Educación
Sexual Integral Ley 26.150, la
escuela debe incorporar contenidos curriculares
específicos en este terreno, pero también puede
construir espacios de diálogo
con los alumnos respecto a su sexualidad. Espacios que evidencien
que los adultos tampoco tenemos todas las respuestas a las dudas
y necesidades de los jóvenes, pero donde sea posible
expresar la confianza y el compromiso de buscar juntos -adultos y
adolescentes- las respuestas buscadas.
Estos espacios permitirán establecer
vínculos suficientemente valiosos para que el propio acto
de escuchar a los adolescentes sea, en sí mismo, un acto
de cuidado. Entendida desde una perspectiva amplia, la
educación en sexualidad responde entonces a la necesidad
de cuidado del otro -de los alumnos y alumnas- que hace parte de
toda práctica pedagógica.
Es indudable que las familias y, en especial, los padres
y madres, tienen también un papel muy relevante y una
responsabilidad innegable en la formación
de sus hijos e hijas, también en aspectos relativos a su
sexualidad. Explícita o implícitamente, en el marco
de las familias, los niños aprenden una serie de normas, valores,
criterios y comportamientos relacionados con su sexualidad y con
su posición como varones o mujeres dentro de la sociedad.
A modo de ejemplo, si los padres conversan con sus hijos
sobre los cambios corporales que se atraviesan durante el
crecimiento, pero también si no lo hacen, esto es ya un
modo de abordar la formación en sexualidad, en
períodos de importantes transformaciones no solo
físicas, sino también psicológicas y
sociales.
A su vez, aquellos niños, niñas o
adolescentes que sufren algún tipo de violencia o
abuso sexual
en el ámbito familiar, también están
aprendiendo algo -en este caso, algo profundamente negativo-
respecto de la sexualidad, a través de una
desvalorización de sus necesidades, emociones y de su
dignidad como
seres humanos.
En otro orden, quienes reciben demostraciones de afecto
desde pequeños, mediante abrazos, palabras o acercamientos
corporales que no interfieran en su intimidad, van también
estableciendo formas positivas de expresión y
aceptación de sí mismos.
En todo caso, es claro que la educación de la
sexualidad constituye una práctica que no solo
atañe a las escuelas, pero que tampoco resulta una tarea
exclusiva de las familias. Esta formación se produce en
muy diversos ámbitos y de múltiples formas, a lo
largo de toda la vida de una persona.
No obstante, la escuela es uno de los espacios donde se
transmiten valores, conocimientos e información con mayor
sistematicidad durante la infancia y
adolescencia.
Se trata de un ámbito donde los chicos y chicas pasan
buena parte del día, y donde además, comparten su
crecimiento no solo con pares, sino también con docentes y
otras personas investidas de determinada autoridad en
la transmisión de conocimientos válidos y
socialmente significativos.
Se parte, entonces, del supuesto que la educación
en sexualidad constituye una práctica constante que, de
manera intencionada o no, desarrollan actores diversos como los
padres y madres, los educadores, los profesionales de la salud, entre otros. Sin
embargo, al Estado le
corresponde la responsabilidad de igualar las oportunidades de
acceso a información de calidad y a
recursos efectivos a los niños, niñas y
adolescentes de todo el país, para así promover la
salud de toda la población argentina. Es un derecho que
tienen los chicos del país, una responsabilidad de los
adultos y una obligación del Estado.
Para ello, se requiere impulsar una educación en
sexualidad que pueda ser abierta, respetuosa de las ideas y
opciones de los alumnos y alumnas, y que promueva tanto el
conocimiento intelectual y la transmisión de
información científica y confiable acerca de la
prevención de riesgos y de embarazos tempranos, como la
construcción paulatina de actitudes, sentimientos, valores
y habilidades para el ejercicio de una sexualidad sana, segura,
responsable y sin riesgos. Las escuelas pueden también
establecer puentes con las familias, a fin de desarrollar
procesos de
trabajo conjunto.
Entonces, es importante señalar que una propuesta
pedagógica integral requiere, por una parte, impartir
intencionalmente contenidos relativos a la sexualidad, la
reproducción, la promoción de la salud y los derechos de los adolescentes
y, por la otra, invitar a que las escuelas sean capaces de
revisar y transformar formas negativas que, por acción
o por omisión, pueden estar operando en sus
prácticas de educación en sexualidad, y opten por
asumir a este como un tema que requiere formación para los
docentes y espacios sistemáticos de formación y
orientación con el alumnado.
Este abordaje admite que la educación en
sexualidad es un proceso continuo, cuyas características
principales serían:[6]
Parte de la base de que los alumnos y alumnas son
sujetos de derecho, que sus opiniones y necesidades deben ser
tenidos en cuenta.Es un proceso de enseñanza y aprendizaje (los
educadores también se educan en el intercambio),
relacionado con las dimensiones biológicas,
emocionales y sociales de la sexualidad humana y de su
expresión.
Busca ofrecer conocimientos, habilidades y valores
para promover la salud y el desarrollo personal.Se desarrolla en contextos formales y no formales; a
través de nuevos contenidos curriculares, así
como también de espacios para el desarrollo de
talleres específicos.Entre sus contenidos básicos deben incluirse:
conocimiento y cuidado del cuerpo; sexualidad como una
construcción social; embarazo y prevención;
transmisión, consecuencias y protección de las
ITS y el VIH / SIDA; comportamiento sexual seguro y
responsable; planificación familiar; derechos sexuales
y reproductivos; violencia sexual y habilidades para decidir
libremente si tener o no relaciones, cuándo tenerlas y
bajo qué condiciones de cuidado mutuo.Subraya la importancia de la educación para
la universalización del acceso a los servicios de
salud reproductiva y para el pleno ejercicio del derecho a la
salud.Finalmente, el papel de la escuela en la
educación en sexualidad responde tanto al cumplimiento
de la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable
(Ley 25.673) y de la Ley Nacional de Educación Sexual
Integral (Ley 26.150), como también a una
responsabilidad previamente establecida frente a la
protección de los derechos de niños,
niñas y adolescentes.La escuela, entonces, contribuye a la
construcción de ciudadanía, también
cuando es capaz de respetar las necesidades y los derechos de
los niños, niñas y adolescentes que
acompaña en su crecimiento. Cuando logra ofrecer
herramientas para que el desarrollo de su autonomía,
del cuidado de sí mismo / a y de los / as otros / as,
en el contexto de relaciones sociales respetuosas y
equitativas, sea una realidad posible de construirse para
todos y todas."
Las consideraciones acerca de la sexualidad que hace "El
documento Preliminar de Educación Sexual en el Nivel
Primario"son los siguientes:
La actual propuesta pedagógica parte de una
concepción de la sexualidad que se ha construido durante
el siglo XX con el aporte de diversas disciplinas, como la
psicología, la sociología, la psicología
social, la antropología, la historia, la biología, la ética y el
derecho.
En efecto, la sexualidad es una característica
del ser humano que se desarrolla durante toda la vida. "La
sexualidad es constitutiva de las relaciones
humanas y se construye desde la infancia en el conocimiento
del propio cuerpo, con sus cambios y continuidades, sus
necesidades, emociones y modos de expresión. La
promoción de la salud en el ámbito de las relaciones
sexuales y afectivas requiere información sobre su
dimensión biológica, el reconocimiento de
diferentes valoraciones culturales, el aprendizaje de
los derechos y responsabilidades."[7]
Toda sociedad establece patrones de comportamientos
diferenciados para varones y mujeres. A lo largo de las
últimas décadas se han promovido patrones de
comportamiento
que no generen sometimiento, menoscabo ni desvalorización
de unos sobre otros; es decir, que tengan cierta plasticidad para
poder
ajustarse a situaciones de cambio, sin
promover conductas estereotipadas o prejuiciosas.
Se aprende a ser varón o mujer a lo largo
de la vida, a reconocer cuáles son las necesidades y las
obligaciones,
los derechos y los deberes. En las sociedades
coexisten distintos modelos
culturales para los comportamientos esperados en varones y
mujeres que, a su vez, cambian a lo largo del tiempo. En la
vida escolar, los modelos sociales para cada sexo
están presentes en las expresiones espontáneas de
los docentes que manifiestan las expectativas que tienen hacia
sus alumnos, en las propuestas de actividades lúdicas y
recreativas que ofrecen y, además, en la manera de
comportarse por ser maestras o maestros.
Es necesario también advertir que en los
contextos socioculturales actuales temáticas vinculadas
con la sexualidad que antes se reservaban para edades avanzadas y
se alejaban de la experiencia de los niños
pequeños, ahora circulan con mayor velocidad y
visibilidad, por lo cual interpelan a la propuesta curricular
desde los primeros niveles y ciclos del sistema
educativo.
Aun en sociedades con influencias multiculturales como
la nuestra, existen principios
generales que sirven para orientar los comportamientos
individuales y sociales que se tienen en cuenta en las
intervenciones pedagógicas propias de la educación
sexual. Algunos de ellos son:
La consideración de las personas como un fin
en sí mismo, con un valor absoluto que impide tomarlas
como un "medio para", cuya dignidad las hace merecedoras de
respeto.El respeto por la autonomía de las personas
para decidir sobre sus acciones y responsabilizarse por
ellas.
Las diferentes normas que se apoyan en estos valores
regulan los comportamientos de los sujetos, se incorporan como
marco actitudinal que valora la vida, la libertad, la
solidaridad, la
no-violencia, la tolerancia, la
reflexión crítica
y la apertura al conocimiento.
En documento Preliminar de Educación Sexual en el
Nivel Primario se destaca la importancia de:
La valoración de los sentimientos y su
expresión::
Poder ofrecer desde la escuela herramientas
para poder comunicarnos mejor anticipa posibles conflictos, y
otorga la posibilidad para establecer vínculos más
saludables con uno mismo y con los demás.
La expresión de los sentimientos se constituye en
una herramienta fundamental en el momento de prevenir o de
denunciar situaciones de abuso sexual. El lugar de la palabra
como expresión del sentimiento recupera aquí la
dimensión del derecho.
Generar espacios que fortalezcan la confianza para
preguntar, expresarse y compartir las inquietudes que se tienen,
constituye uno de los primeros puntos de partida para poder dar
la palabra a aquello que tanto tiempo estuvo silenciado. Hablar
de educación sexual implica también hablar de los
sentimientos, de lo que nos pasa, de lo que nos preocupa, de lo
que nos inquieta. Eso sólo es posible si somos capaces de
tender un puente, un tiempo y un espacio que posibilite un
vínculo de confianza y respeto,
para "animarse" a compartir el proceso de crecer,
aun en aspectos que pueden dar "vergüenza".
Tender ese puente desde el lugar de los adultos implica
poder apelar al lenguaje y a
las emociones que mediatizan la relación
docente-alumno.
La actividad educativa es una forma de
conversación, entendida ésta como una
intersección entre lenguaje y emociones. "Las palabras que
elijo para decir algo, las estructuras
lingüísticas que construyo al hablar, son capaces de
modificar o producir emociones en las personas que participan de
la acción comunicativa, generando sentimientos y estados
de ánimo. Ahora bien, son las emociones las que mueven a
los seres humanos a la acción: el actuar de un modo u otro
surge de los sentimientos; del afecto, de la alegría, del
deseo, del miedo, de la vergüenza o de la culpa. Por tanto
cuando diseñamos los espacios educativos podemos pensar
que estamos diseñando una conversación, a partir de
la cual deberán surgir sentimientos que muevan a la
acción: a la utilización de los conocimientos
adquiridos en el ejercicio de una práctica con
relación a las situaciones que la vida nos
imponga".[8]
Tolerancia y el respeto:
Trabajar sobre este valor ayuda a
aceptar las diferencias en el acontecer de la vida cotidiana.
Permite aceptar que existe otro que tiene características
físicas distintas de las mías; que vive, piensa,
siente y es distinto de mí. Permite revalorizar la
inclusión por sobre la exclusión, permite reconocer
que existen distintas elecciones y que las mismas forman parte
del derecho de las personas.
La escuela puede aportar al ejercicio de la tolerancia.
Es un contenido que atraviesa la cotidianeidad de las
prácticas escolares y de la convivencia que allí
transcurre.
El aprendizaje de convivir con las diferencias, de no
discriminar y aceptar al otro forma parte de los valores de
la democracia.
En el plano de la sexualidad y en el marco de los
derechos
humanos, recuperar la tolerancia significa recuperar la idea
de que cada persona tiene el derecho a elegir, vivir y sentir la
sexualidad de acuerdo con sus convicciones y
preferencias.
El fortalecimiento del auto estima y la auto
valoración:
Un aspecto a promover desde la educación es que
los niños aprendan a valorarse, en tanto ello los ayuda a
sentirse mejor consigo mismos, con su cuerpo, con la persona que
cada uno es. Permite adquirir confianza y sentir que "se puede":
se puede aprender, sentir, crecer, tomar decisiones en forma
autónoma, decir "no" a aquello que dañe y / o ponga
en riesgo la propia integridad.
El desarrollo dela autonomía vinculado a
la toma de decisiones:
Es uno de los ejes más importantes para el trabajo
vinculado a la educación sexual. Implica poder trabajar
sobre la capacidad que tienen las personas de decidir en forma
autónoma. Esa autonomía forma parte de un proceso a
construir social e individualmente. Decidir por uno mismo es
producto de
múltiples aprendizajes. A veces, el pensar y actuar de
modo diferente de la mayoría trae consecuencias:
exclusión, soledad, incomprensión. En el
difícil proceso de construcción de la
autonomía se ponen en juego la
autoestima y
la valoración de sí mismos, los sentimientos y la
presencia o la ausencia de la información necesaria para
tomar una decisión.
Trabajar sobre el desarrollo de la propia
autonomía para la toma de
decisiones, permite poder reflexionar sobre las distintas
presiones –sociales, culturales, de los medios de
comunicación, de los propios pares– que se ponen
en juego en el momento de decidir cuestiones importantes para la
vida y para la salud.
Llevado al plano de la sexualidad, la decisión de
tener o no una relación sexual protegida o simplemente de
tenerla o no, puede estar en ocasiones atravesada por presiones
de diferente índole: de los propios pares (amigos,
compañeros de la escuela), familiares (hermanos, primos),
de los medios de
comunicación, etc. En ese marco, la importancia de
trabajar para que los chicos y las chicas puedan desarrollar la
capacidad de decidir autónomamente se constituye en una
acción primordial de la familia y
la escuela.
El trabajo reflexivo sobre el
género:
En las diferentes culturas, sociedades y grupos
sociales, las tareas y responsabilidades asignadas a mujeres
y hombres han hecho que en el plano de la sexualidad tanto unas
como otros se vieran expuestos a los "mandatos que la sociedad
les impone".
Esos mandatos se relacionan "con lo aceptado y lo no
aceptado", con lo que le corresponde o no hacer a hombres y
mujeres según las valores de esa cultura,
sociedad o tiempo histórico. Esto ha traído como
consecuencia la consolidación de relaciones de desigualdad
entre hombres y mujeres, y ha producido también efectos no
deseados en el marco del cuidado del propio cuerpo.
La posibilidad de tener relaciones sexuales más o
menos protegidas constituye un ejemplo de esto.
Incluir la perspectiva de género
como parte de la propuesta de trabajo en educación sexual,
implica poder reducir los grados de vulnerabilidad por
sometimiento a patrones culturales que no respetan la igualdad de
trato y de oportunidades para varones y mujeres.
La posibilidad de generar modificaciones en los patrones
socioculturales estereotipados y de eliminar prácticas
basadas en el prejuicio de
superioridad de cualquiera de los
géneros[9]constituyen por cierto, premisas
necesarias para trabajar en la prevención, en el cuidado
de nuestro cuerpo y en el de prácticas sexuales
protegidas.
En el Nivel Primario se ofrecerán oportunidades e
información acerca del derecho que tienen tanto hombres
como mujeres de acceder y / o compartir:
Los mismos trabajos, tareas y desempeños que
plantea la vida cotidiana.Los mismos cuidados hacia sus cuerpos, sin que ello
ponga en evidencia prejuicios y juicios que los condenen y
los enfrenten a situaciones de vulnerabilidad.Los mismos sentimientos, para poder demostrarlos en
el mismo plano de igualdad, sin que ello lleve inscripto un
juicio de valor. No hay fronteras ni categorizaciones para la
expresión de los sentimientos y emociones que
involucran a los distintos sexos.
En la escuela primaria abordar las cuestiones que se
vienen describiendo implica que estos aprendizajes se constituyan
en un facilitador del cuidado de la salud y del conocimiento
sobre la sexualidad.
Distintas experiencias de trabajo con adolescentes han
permitido constatar que existen algunas cuestiones que funcionan
a modo de obstáculo en la toma de decisiones sobre
sexualidad. Algunas de ellas son:
Lo que se espera de los varones y las
mujeres.La dificultad para hablar sobre estos temas: la
vergüenza para preguntar, para expresar lo que uno
siente.La información errónea o
escasa.La dificultad para incluir el cuidado de uno mismo y
del otro en distintas prácticas.
Generar un clima de
confianza, alentar la autonomía, enfocar sin estereotipos
las diferencias, resultan aspectos fundamentales cuando se
trabaja en educación sexual. Al abordarlos en el Nivel
Primario se favorecerá el ejercicio responsable de la
sexualidad en el futuro.
Información, desarrollo de actitudes, valores y
destrezas para la vida y el cuidado de la salud, forman parte de
una concepción integral de la sexualidad que la escuela
deberá dar, en tanto ella, desde su propia función,
contribuye y acompaña al sujeto en el proceso de aprender,
conocer, sentir, crecer y reconocerse en su humanidad.
Acerca de la
escuela en esta propuesta
Propiciar los aprendizajes que ayuden al crecimiento y
al desarrollo saludable de los alumnos requiere que la escuela
promueva una enseñanza basada en la confianza, como
también que se haga cargo de la distribución de conocimientos
significativos, y pertinentes a cada edad, de modo tal de brindar
oportunidades para que cada niño o adolescente pueda ir
comprendiendo su propio crecimiento, sus conflictos y
necesidades, sus relaciones con los otros en un marco de respeto
hacia las diferencias.
La siguiente lista intenta describir algunas
responsabilidades que le corresponden a la escuela:
Brindar información científica y
contextualizada, tanto en lo referido al proceso de
desarrollo de la identidad y de la relación con los
otros como en lo relativo a temas de salud.Promover la comprensión de la
información científica, que dialogue con
saberes previos, emociones, necesidades en el aquí y
ahora de los alumnos, y contribuya a posibilitar el ejercicio
de una sexualidad saludable y responsable.Respetar el derecho de los niños y
jóvenes a ser informados con la mejor calidad de
información, adecuada al momento singular del proceso
de crecimiento en el que se encuentran.Acompañar el proceso de construcción
de la identidad y el vínculo con los otros desde el
marco de los derechos humanos.Generar espacios de reflexión que permitan la
comprensión de los propios derechos y los de los
otros.Promover un diálogo entre adultos /
niños, niños / niñas, adultos /
adolescentes, adolescentes / adolescentes y adultos /
adultos.Favorecer el pensamiento reflexivo y crítico
sobre ideas, emociones, prácticas y
creencias.Generar un espacio que dé lugar a la
expresión de las emociones y los
sentimientos.Promover una convivencia en el marco de los derechos
humanos, facilitador de la construcción de la
sexualidad.Propender a la autonomía, brindando
herramientas para la toma de decisiones que eviten
comportamientos que los pongan en riesgo.Desarrollar estrategias que favorezcan el
crecimiento personal, contribuyendo a elevar la
autoestima.Legitimar el conocimiento y el respeto a la
diversidad – respeto por las diferencias.Brindar información sobre los recursos de
salud existentes en la Ciudad de Buenos Aires para facilitar
su acceso y contribuir a garantizar el ejercicio del derecho
a la salud.
También debería responsabilizarse de
evitar:
Reproducir, promover, generar y / o reforzar
prejuicios y estereotipos sexuales.Promover prácticas que estimulen la
estigmatización por identidad sexual.Normatizar la sexualidad.
Imponer conductas e ideologías contrarias al
marco de los derechos humanos.Pronunciarse sobre la identidad sexual de las
personas. Dichas elecciones corresponden al ámbito
personal e íntimo de cada cual y, en ese sentido, no
le corresponde a la escuela sostener una posición
dogmática acerca de la vida sexual, ni imponer
creencias o preferencias.Invadir la intimidad con el pretexto de
educar.
Propósitos
formativos en el Nivel Primario
Promover oportunidades de aprendizaje basadas en
información rigurosa y relevante que favorezca el
desarrollo de actitudes saludables y responsables hacia la
vida, hacia uno mismo y hacia los otros.Promover el conocimiento y la comprensión de
distintos aspectos del proceso de construcción de la
identidad y la relación con los otros en el marco de
los derechos humanos.Abordar el tema de la sexualidad de modo
sistemático desde una perspectiva multidimensional,
multidisciplinaria y respetuosa del contexto
cultural.Promover la adquisición de hábitos
positivos vinculados al cuidado de la salud personal y de los
otros.Ofrecer a los alumnos un marco de comprensión
y respeto en el que puedan expresar dudas, sentimientos,
opiniones y solicitar ayuda.Promover el conocimiento de los marcos normativos
que garantizan los derechos humanos, de los niños,
niñas y adolescentes.Propiciar espacios de apropiación de la
información que se entrelace con saberes previos,
emociones, ideas, y necesidades del aquí y ahora de
los alumnos, de modo de contribuir al ejercicio de una
sexualidad plena y responsable.
Contenidos
Los contenidos de esta propuesta se organizan, de
acuerdo con las características de la educación
sexual antes señaladas, en los siguientes ejes:
Primer ciclo:
Conocimiento del cuerpo y de nuestro
origen.Relación con los otros.
Segundo ciclo:
Conocimiento y cuidado del cuerpo.
Relación con los otros y construcción
de la identidad.Los derechos.
Ciclo:
Segundo.
Contenidos:
La construcción de la
identidad.Relación con los otros y con
la cultura.
Alcances:
Situaciones que influyen en la
manera de pensar sobre uno mismo.
Las bromas y los dichos populares
como parte de un hecho discriminatorio.Las ideas y mensajes de los medios
de comunicación acerca de la imagen corporal y los
estereotipos.La tendencia a homogenizar y anular
las diferencias
Objetivos:
Generar en los alumnos / as la
posibilidad de pensar con responsabilidad acerca de sí
mismosAbrir en el aula espacios para que
los varones y mujeres se escuchen, conozcan como piensan y
sienten unos y otros.
Por qué la
elección de este contenido
Para poder educar en sexualidad, creemos que es
necesario partir de ejes fundamentales, generar la base desde la
cual partir, y creemos que esa base es educar en el respeto, en
la igualdad, en la aceptación de diferencias y en el
derecho que todos tenemos sin importar el género, ya que
la sexualidad está atravesada por todas las otras
dimensiones de la vida: sexo, edad, nivel socioeconómico,
pautas culturales, raza / etnia,
religión,
nivel educativo, posibilidades de acceso al sistema de salud,
políticas sociales, y otras.
En la cartilla educativa: "Qué deben saber
madres, padres y docentes sobre educación sexual y
VIH / SIDA" de la Dra.
Mabel Bianco, habla sobre este tema y dice lo
siguiente:
"Aún en la actualidad, muchos aspectos de la
sexualidad generan mitos. Los
mitos son creencias que no tienen una base científica,
sino que se hacen populares porque se transmiten de manera masiva
e imperceptible entre personas a través de
generaciones."
Algunos ejemplos de mitos relacionados a la
sexualidad son:
"A simple vista, podemos darnos cuenta si una
persona vive con el VIH / SIDA""Los preservativos no son seguros, tienen poros
o pequeños orificios por los que pasa el virus del
SIDA.""Si una persona se masturba, le salen pelos en
las manos o se vuelve loca.""Las mujeres no son buenas manejando
autos.""Los hombres no deben llorar ni expresar
sentimientos de debilidad.""No está bien que la esposa gane un
salario mayor que su marido.""Las mujeres son naturalmente sensibles y saben
ocuparse mejor que los varones de los quehaceres
domésticos y la crianza de los hijos.""Hay oficios y profesiones que deben ser
ejercidos por mujeres y otros por varones."
Mientras la sexualidad continúe siendo un tema
tabú en nuestra sociedad y se la considere como un
sinónimo de "genitalidad", seguramente seguirá
generando mitos y fantasías, que nada tienen de reales,
pero que influencian las maneras en que las personas vivenciamos
nuestra condición de "seres sexuados". Este "no hablar" de
la sexualidad o hacerlo solo en broma es una forma de banalizarla
y mantener la ignorancia que atenta contra el desarrollo integral
de las personas.
Los alumnos / as de los últimos años de la
escuela Primaria son púberes y durante la pubertad el
cuerpo se modifica sustancialmente y por eso las chicas y chicos
se sienten extraños con su nueva imagen. Los / as
púberes y adolescentes necesitan tomarse su tiempo para
conocerse. También necesitan explorar su cuerpo con sus
manos. Reconocer su cuerpo en la pubertad y adolescencia resulta
muy importante porque no solo les ayuda a conocerse mejor, sino
también les brinda placer y les ayuda a descargar
tensiones y angustias.
Las / os adolescentes buscan parecerse a otras / os
adolescentes porque necesitan sentir que forman parte del
grupo como
forma de afianzar su identidad.
El grupo los contiene y protege, y por eso es natural
que deseen pasar más tiempo con sus amigas / os que con su
familia. El
grupo tiene un lugar trascendente en sus vidas. Su temperamento y
carácter cambió y en general son muy
inestables, pasan de la alegría a la tristeza muy
rápidamente, se enojan y están irascibles, muchas
veces se generan conflictos en su vida familiar que en ocasiones
repercutirán en su rendimiento académico y en su
conducta en
clase. En esta
etapa la relación con los padres y madres suele ser
conflictiva.
Por estos motivos es muy importante que los / as
acompañemos en sus cambios, con conductas "adultas"
claras: sin recriminaciones innecesarias, demostrando la
autoridad generada por la diferencia generacional, dando pautas
claras de convivencia en la casa y la escuela, haciéndoles
notar sus inconvenientes para que puedan superarlos, pero
también festejando sus logros y reconociendo sus
cambios.
La escuela debe brindar un espacio para contenerlos
durante este trayecto, para prepararlos para aceptar estos
cambios con naturalidad, pero sobre todo para que valoren su
cuerpo, siendo concientes de las elecciones que
realicen.
Los alumnos / as, deben formarse críticamente,
poder argumentar y fundamentar que sienten, que cree, que opinan,
sobre la manera en que se valora su propio cuerpo y el de otros,
a través del análisis de los medios de
comunicación:
Hasta ahora hemos reducido los hechos biológicos
a un papel secundario en la explicación de los hechos
sociológicos.
Hay una gran diferencia entre los papeles
desempeñados por los hombres y las mujeres. Con la
excepción del embarazo, no hay diferencias notables. Los
papeles masculinos y femeninos, dependen sólo de lo que la
cultura les atribuya. Las diferencias que existen en las
actividades, los intereses y la conducta parecen
fácilmente explicables. Por ejemplo, a las niñas se
les dan muñecas, para que sean pequeñas madres
actuando de forma de forma femenina, sin embargo son
regañadas si imitan a un compañero de clase o a sus
hermanos.
A los niños se les da pistolas de juguete o
aparatos mecánicos. Se espera que sean más
agresivos y que tengan más facilidades para ensuciarse sin
ser castigados.
En cada sociedad y en cada cultura se asignan a los
hombres y a las mujeres diferentes papeles y existe una discriminación sexual en el trabajo (por
ejemplo: las mujeres no desempeñan trabajos como
militares, mineras, etc.)
Las mujeres parecen ser biológicamente más
resistentes, ya que tienen una tasa de mortalidad más baja
y su esperanza de vida es más larga. De todas formas, no
sabemos con certeza hasta que punto las características
anatómicas y psicológicas de cada sexo influyen en
esto.
La cultura puede invertir los papeles habituales de los
hombres y las mujeres, aunque con repercusiones
psicológicas para ambos sexos. Y a raíz de nuestra
cultura nace la actual publicidad:
sexista y discriminatoria.
¿Existe
igualdad entre géneros en la publicidad?
Los espacios publicitarios son pausas en las que la
mente del telespectador está totalmente relajada: no
rechaza, no critica, no acepta, sino que recoge toda la
información de lo que ve y escucha. El subconsciente de
éste – durante esos momentos de descanso e indiferencia –
es como una esponja, pues lo absorbe todo sin ningún otro
filtro y ningún otro límite que su propia
imaginación.
Aunque actualmente las distinciones entre hombre y mujer
son bastante menores debido a la "evolución" cultural, siguen existiendo.
Éstas se pueden ver claramente reflejadas en los spots
publicitarios. En algunos anuncios hay hombres que cocinan, que
ponen la lavadora e incluso que limpian, pero si nos fijamos
bien, hay una gran diferencia entre estas campañas y en
las que aparecen mujeres realizando esas mismas tareas
domésticas. Un ejemplo en el que los quehaceres de
la mujer se
ven claramente ridiculizados es cuando el hombre
aparece cocinando con gorro de chef como un profesional y las
mujeres, en cambio, no son consideradas expertas, si no que son
vistas como "simples" amas de casa. Hay anuncios, como los de
Pantene PRO-V, que introducen a la mujer en un ambiente de
trabajo (como puede ser una oficina o un
buffet de abogados) simplemente para anunciar un champú,
haciendo ver que ese espacio físico no es propio del
género femenino sino que es sólo otro lugar para
poder hablar de su belleza.
El mensaje que intentan transmitirnos esos anuncios es
que los hombres se han adaptado y han entrado en los espacios
domésticos y que la publicidad cabalga de forma paralela a
esta supuesta evolución, pero realmente en lo único
que ha cambiado la publicidad es en la forma de presentar esa
discriminación hacia la mujer. Ahora no lo
hacen de forma directa, evidente y agresiva, pues se intentan
adaptar a las nuevas demandas sociales, sino que recurren al
humor utilizando eslóganes y mensajes "simpáticos",
"divertidos" y "modernos", cuando nos están diciendo que
lo único que les preocupa a las mujeres es si "Que
detergente sirve más" (campaña
publicitaria del detergente Skip.)
La publicidad es el espejo de la sociedad en la que
vivimos y el reflejo de la cultura que hemos adquirido a lo largo
de los años, para acabar con la discriminación
sexista, deberíamos cambiar antes la forma de pensar de
nuestra sociedad desde su punto más débil: la
Publicidad.
Es decir, la forma más eficaz de combatir la
imagen errónea de la mujer estereotipada consiste en
desarrollar fuertes campañas que involucren a un gran
número de mujeres para cambiar sus condiciones de vida en
diversos ámbitos y crear imágenes alternativas,
creadas por las propias mujeres.
Desarrollo de los
géneros en los medios de
comunicación
Desde sus comienzos en los años cincuenta,
la
televisión ha hecho de la población masculina
el centro de su atención. Las minorías
étnicas y raciales estaban totalmente ausentes hasta la
década de los setenta, y sólo en la última
década los programas han
dado a las mujeres un papel prominente. Cuando aparecen los dos
sexos, los hombres interpretan, por lo general, a los detectives
brillantes, los valientes exploradores y los cirujanos expertos.
Las mujeres, por el contrario, siguen interpretando los
personajes menos capaces, y a menudo su principal virtud reside
en su atractivo sexual.
Los cambios han sido especialmente lentos en la
publicidad, pues ésta por lo general trata de llegar al
público a través de pautas culturales muy
arraigadas. Es frecuente por ello que la publicidad presente a
los dos sexos a través de estereotipos.
Tradicionalmente, los anuncios han presentado a las
mujeres en casa, empleando productos de
limpieza, sirviendo la comida, en tareas de costura o utilizando
nuevos electrodomésticos. Los hombres, sin embargo,
predominan en los anuncios de automóviles, viajes,
servicios
bancarios, compañías industriales, o bebidas
alcohólicas.
La voz de autoridad casi siempre es
masculina.
Explotación del cuerpo
femenino
Actualmente la publicidad nos introduce una imagen de
mujer infravalorada y con una única misión:
seducir. El mensaje que nos intentan transmitir muchos anuncios
es el siguiente: sexo como premio por la compra de un
producto.
El uso de la imagen de la mujer en la publicidad
responde generalmente a varios arquetipos clásicos: la
mujer como objeto de deseo o reclamo consumista y su rol de
esposa, madre y ama de casa.
Hoy en día, los anuncios televisados presentan el
consumo como
un sinónimo de sexualidad. De hecho, después de
haber realizado un estudio en 1998, se ha puesto de manifiesto,
que la gran mayoría de las campañas emitidas
recompensan al consumidor con la
satisfacción sexual, antes que con la amistad o la
armonía familiar.
En determinados productos, la explotación del
cuerpo femenino está más presente en la publicidad
de bebidas alcohólicas, en las campañas tabacaleras
y en las campañas de desodorantes (como pude ser la de
Axe), ya que
utilizan el éxito
sexual para atraer al consumidor. Debido a la explotación
del cuerpo femenino en un anuncio de este desodorante, se
obtuvieron masivas denuncias, por lo que se vieron obligados a
retirar la campaña.
Una prueba más de que hay anuncios sexistas es
que algunos de éstos van dirigidos a las mujeres, a pesar
de que el producto o mensaje vaya dirigido a ambos. Por ejemplo,
en los anuncios de detergentes se da por hecho que tanto la
emisora como la receptora del mensaje es una mujer. Otra prueba
es la publicidad manifestada en imágenes, donde se
priorizan los atributos físicos sobre los intelectuales
dejando así a la mujer descalificada e infravalorada, por
no olvidarnos de las campañas que tienen claras
connotaciones machistas, es decir, en las que las mujeres
sólo se dedican a satisfacer las necesidades de su
familia.
Los
estereotipos
La publicidad nos invita a descubrir un continente de
ideas, de técnicas,
procedimientos, manejo de imagen y estereotipos
que se manipulan con el objetivo de
persuadir y estimular a las personas para que compren el producto
o servicio.
Los estereotipos más repetidos en la
publicidad actual son:
Reducción de la mujer a la función
reproductiva y atribución exclusiva del cuidado de la
familia y el hogar.Presentación de las mujeres como objeto
sexual (mas del 50%.) Se refieren al uso del cuerpo femenino
para la venta de productos sin relación con él,
a modo de reclamo publicitario.Situarla como una propiedad / carga del
varón.
Actividades
Propuesta de trabajo:
Inicio del tema:
A pesar de que los niños son curiosos por
naturaleza
desde pequeños aprenden que "de eso no se habla",
aún cuando desde los medios de comunicación los
mensajes, las imágenes, las palabras, las escenas, aludan
con mucha frecuencia a la sexualidad en su sentido más
amplio y en sentido restringido (genitalidad)
Por este motivo, proponemos dar inicio al tema
ofreciendo un espacio para abrir preguntas sobre el tema a
través de las siguientes actividades:
Buzón de preguntas: Los alumnos / as
podrán colocar sus ideas e interrogantes en forma
anónima que luego se leen al grupo en general y se
contestan entre todos con la coordinación de la
maestra.Torbellino de ideas: Mediante el cual los
alumnos / as expresen las palabras y temas que relacionan con
el término sexualidad. También se
escribirán en un papel.
Una vez planteado el tema, se propone propiciar el
intercambio a través de pequeños grupos para
formular preguntas más relacionadas con ellos mismos, con
los cambios en sus cuerpos y en su manera de sentir y
pensar.
Cuando las preguntas y los temas más
específicos estén seleccionados, se
realizará un intercambio de papeles de manera que sea otro
grupo el encargado de responder o desarrollar las
respuestas.
Se otorgará un tiempo para que cada subgrupo
disienta entre sé cómo contestará a sus
compañeros.
Finalmente se organizará un plenario donde cada
grupo expondrá sus conclusiones.
Desarrollo:
La propuesta que sugerimos para desarrollar el tema es
mirar los mensajes de los medios relacionados con temas de
sexualidad y género en perspectiva
crítica.
1. Analizando los medios:
También en subgrupos, los alumnos / as,
elegirán un tema determinado y un medio, por ejemplo:
televisión, medios gráficos, radio, eligiendo
a su vez analizar: publicidades, novelas,
programas humorísticos, etc.
Pensarán en primer lugar aquellos ejes se
dedicaran a observar.
A modo de ejemplo:
Publicidades televisivas: Focalizar la
observación en la imagen de la mujer y la del
varón, que tipos de productos publicitan
prioritariamente unos y otras, que lugares ocupan en la
sociedad, en ámbitos laborales, en el
hogar.Telenovelas: Que estereotipos se repiten.
¿Aparecen mujeres trabajadoras y varones atendiendo el
hogar y los hijos?En los medios en general: Se puede
observar:
¿Cómo son valorados los cuerpos de las
mujeres y los de los varones?¿Existen estereotipos o modelos únicos
acerca de cómo debería ser una mujer y un
varón?¿Y acerca de cómo se constituyen los
vínculos en las parejas?¿Hay algún tipo de relación
entre la sexualidad y la violencia en las novelas, en las
publicidades?
Programas Humorísticos: Es factible
reflexionar de qué manera la sexualidad es tomada en
los programas humorísticos, cómo se hace
referencia desde el humor al cuerpo femenino o masculino,
porque razón la sexualidad es tomada como tema para el
humor o los chistes
La propuesta de esta actividad surge de la necesidad de
desarmar estereotipos, interrogando los modelos femeninos y
masculinos establecidos, mostrando que en la realidad, mujeres y
varones desarrollan diferentes roles cada uno / a, trabajan en el
hogar, fuera de él, son sensibles, lloran, se alegran,
disfrutan de la vida familiar, del trabajo, etc.
2. Construyendo nuestros propios
mensajes:
También en subgrupos, los alumnos/as,
construirán mensajes mediáticos desde una perspectiva
no-sexista, respetuosa de la igualdad entre
géneros.
Elegirán el tema y el medio en el cual
trasmitirán el mensaje construido.
Por ejemplo:
Diagramar un periódico
Elaborar un programa periodístico
radialRealizar una mesa redonda televisiva
Diseñar una revista de historietas
Realizar reportajes
Elaborar una telenovela
Como incentivo para construir estos mensajes se les
mostrarán a los niños / as:
Algunos títulos o frases que propusieron
otros chicos y chicas:
Algunas frases que propusieron chicas y chicos de
diferentes países latinoamericanos en ocasión d
realizarse la campaña educativa "Ojos que ven, corazón
que siente" en el marco de la entrega anual del Premio
Iberoamericano a la publicidad no-sexista organizado por el
Centro de Estudios de la Mujer y UNIFEM:
"Iguales pero diferentes"
(Nicaragua)"El sexo de los factores no altera el
producto" (Argentina)"Totalmente distintos, pero igualmente
capaces" (México)"¡Reaccione! No vea la publicidad como
la realidad de todos los días. Note la diferencia"
(Argentina)
Imágenes Alusivas:
3. Cazando mitos:
A partir del folleto Publicitario "¿Tenés
idea de que hablamos cuando hablamos de género?" Se les
propondrá a los alumnos/as que investiguen acerca de
mitos, dichos populares y chistes que
pongan de manifiesto prejuicios, discriminación, y
características peyorativas acerca de la mujer y del
varón.
Como por ejemplo:
El rosa es de nena y el celeste de
varónLos hombres no lloran
El pelo largo es de nena
Las mujeres son el sexo débil
Las mujeres no saben manejar
Los hombres no saben cuidar bebés
Etc.
Los niños / as deberán desarticular estos
mitos, como ayuda se presentarán preguntas guías
con el fin de mantener el eje de discusión:
1- ¿Cómo crees que se
podría demostrar que estos dichos no son
ciertos?2- ¿Si sos mujer, te incomoda usar
alguna prenda de color celeste? ¿Por
qué?3- ¿Si sos varón te incomoda
usar alguna prenda de color rosa? ¿Por
qué?4- ¿Qué cosas se te ocurren
que pueda realizar una mujer y no un hombre?5- ¿Qué cosas se te ocurren
que pueda realizar un hombre y no una mujer?
Cierre:
La propuesta que surge luego de realizar esta serie de
actividades es realizar un "Taller Abierto" para poder compartir
lo investigado, las conclusiones arribadas y las propias
opiniones a otros grupos de la escuela, a padres y maestros,
preparando incluso, clases participativas coordinadas por ellos /
as mismos / as.
Actividades del Taller:
Se editará el periódico con las
notas, reportajes y publicidades no sexistas elaboradas por
los alumnosSe dramatizará el programa
periodístico radial, la mesa redonda televisiva y la
telenovela.Se realizará un mural con las
historietasSe cerrará el Taller con una puesta en
común donde padres, madres, alumnos, maestras, puedan
exponer libremente que sintieron frente a esta
investigación, en un clima d libertad, respeto y
compromiso.
Bibliografía
Ley 26150 "Programa Nacional de Educación
Sexual Integral"Revista "El monitor de la Educación" No 11
– ministerio de Educación de la
Nación.El documento Preliminar de Educación Sexual
en el Nivel PrimarioDiseño Curricular.
"Los múltiples escenarios de la sexualidad
humana". Juan Peralta. Salud, sexualidad y VIH /
SIDA, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Secretaría de Educaciónwww.infortecnica.com
Autor:
Silvina Ruiz
[1] Saavedra Andrade, M "Educando para
prevenir" Colombia,
1994
[2] Re, María Inés.
"Educación sexual en la niñez"
[3] Socióloga, Consultora de UNICEF y
PNUD sobre temáticas de sexualidad y género.
[4] Revista "El
monitor" No
11.
[5] Corona Vargas, Esther y Gema, Ortiz,
(comp.), ¡Hablemos de educación y salud
sexual! Manual para
Profesionales de la Educación. Información,
herramientas y recursos, Volumen I,
Asociación Mexicana de Educación Sexual, A. C. /
Asociación Mexicana para la Salud Sexual, A. C.,
México, UNFPA, Septiembre 2003.
[6] Corona Vargas, Esther y Gema, Ortiz,
(comp.), ¡Hablemos de educación y salud sexual!
Manual para Profesionales de la Educación.
Información, herramientas y recursos, Volumen I,
Asociación Mexicana de Educación Sexual, A. C. /
Asociación Mexicana para la Salud Sexual, A. C.,
México, UNFPA, Septiembre 2003.
[7] G.C.B.A., Secretaría de
Educación, Dirección General de Planeamiento,
Dirección de Currícula, Diseño Curricular para la Escuela
Primaria, Segundo ciclo de la Escuela Primaria.
Educación General Básica, 2004, Pág. 468,
tomo 2.
[8] Juan Peralta, "Los múltiples
escenarios de la sexualidad humana". Salud, sexualidad y VIH /
SIDA, Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Secretaría de Educación (Dirección de
Currícula) – Secretaría de Salud (Coordinación SIDA), marzo 2003.
[9] Constitución de la Ciudad de Buenos
Aires. Art. 38. La Ciudad incorpora la perspectiva de
género en el diseño y ejecución de sus
políticas públicas y elabora participativamente
un plan de
igualdad entre varones y mujeres. Estimula la
modificación de los patrones socioculturales
estereotipados con el objeto de eliminar prácticas
basadas en el prejuicio de superioridad de cualquiera de los
géneros; promueve que las responsabilidades familiares
sean compartidas; fomenta la plena integración de las mujeres a la actividad
productiva, las acciones
positivas que garanticen la paridad en relación con el
trabajo remunerado, la eliminación de la
segregación y de toda forma de discriminación por
estado civil o maternidad; facilita a las mujeres único
sostén de hogar, el acceso a la vivienda, al empleo, al
crédito y a los sistemas de
cobertura social; desarrolla políticas respecto de las
niñas y adolescentes embarazadas, las ampara y garantiza
su permanencia en el sistema educativo; provee a la
prevención de violencia física,
psicológica y sexual contra las mujeres y brinda
servicios especializados de atención; ampara a las
víctimas de la explotación sexual y brinda
servicios de atención; promueve la participación
de las organizaciones
no gubernamentales dedicadas a las temáticas de las
mujeres en el diseño de las políticas
públicas.
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