Ciclos de Milankovitch – Forzamiento Orbital de la Dinámica del Clima (página 2)
1.1.1 Efectos climáticos del ciclo
astronómico de 100,000 anos: Primer ciclo de
Milankonvitch.
La variación en el grado de excentricidad de
la tierra
tiene como consecuencia una variación en la cantidad de
insolación recibida por la tierra
anualmente [1] [9]. Usando la ecuación del flujo citada
mas arriba es posible demostrar que la tierra recibe cerca de 2%
menos de insolación para valores bajos
de excentricidad; valor cero, o
cercano al cero, que para valores altos de excentricidad; valores
cercanos a 0.6. Esta relación puede ser aumentada o
disminuida dependiendo de la ocurrencia de los puntos cardinales;
los solsticios y los equinoccios, en el plano de la
eclíptica.
Debido a la diferente composición
geológica de la tierra (materiales de
diferentes densidad), una
discontinuidad en la respuesta de la tierra a la variación
de la cantidad de insolación recibida es detectada, sin
embargo el cambio en la
cantidad de insolación calculada, es muy pequeña
como para forzar una variación del clima terrestre
que este gobernada de acuerdo a los ciclos de glaciación y
de de-glaciación detectados [9], [17]. Esta
conclusión esta sustentada por el hecho de que, cuando la
excentricidad de la orbita de la tierra es pequeña, no
existe ninguna diferencia apreciable en la distancia average
entre el punto mas cercano (perihelio) y el punto mas lejano
(afelio) de la orbita terrestre con respecto al sol, por tanto,
no hay ninguna diferencia en la ocurrencia del los solsticios de
verano y invierno. Pero, cuando la excentricidad de la orbita
terrestre es grande, y la precesión del eje de
rotación de la tierra, sitúa el solsticio de verano
del hemisferio norte en el punto mas lejano de la orbita
terrestre con respecto al sol (afelio), se desarrollan
condiciones que favorecen las glaciaciones; sin embargó,
debido a que el tiempo del
movimiento de
precesión axial es considerablemente mas corto que el
tiempo que toma la tierra en cambiar sensiblemente la
excentricidad de su orbita, la combinación "Movimiento
Axial- Cambio de Excentricidad", debe estar en fase para permitir
el advenimiento de una época de hielo.
Usando al sol como referencia, y realizado
cálculos que tomen en cuenta la relación entre la
distancia average en la cual se suceden los solsticios de verano
y invierno, y para una inclinación del eje de
rotación axial de la tierra con respecto al sol de 23.5
grados, es posible demostrar que existe una distancia de 5080
kilómetros entre los dos hemisferios con relación
al sol [4]. Esto significa que en el solsticio de verano, el
polo norte
terrestre esta 5080 kilómetros de distancia mas cercano al
sol que el polo sur.
Para encontrar el efecto que en la variación de
la cantidad de energía recibida del sol, así como
en la dinámica climática tiene esta
diferencia de 5080 kilómetros entre los polos de la
tierra, podemos usar la ley del inverso
del cuadrado de las distancias del flujo luminoso. Si usamos la
distancia de 152, 000,000 de kilómetros, como la distancia
average tierra/sol, sin tomar en cuenta los valores
máximos y mínimos de la excentricidad de la orbita
terrestre alrededor del sol, encontramos que [152, 000,000 Km. +
5080 Km.] ^2 genera un aumento de solo 0.001% en la cantidad de
insolación recibida por el polo norte con respecto a la
insolación recibida por el polo sur [4]. Este reducido
aumento energético, no pude explicar las enormes
diferencias entre las temperaturas medidas en ambos polos,
así como tampoco la gran discrepancia en el retraso de las
respuestas térmicas inerciales entre los dos polos a este
pequeño aumento en la insolación recibida: Por
ejemplo, la Antártica en el polo sur, se mantiene
frisada en un 97%, mientras que en el polo norte, solo existe
capas de hielo en Greenland y en ciertas partes del norte de
Escandinavia. La conclusión obligada es que, el primer
ciclo de Milankovitch, relacionado con la excentricidad de la
orbita terrestre, no puede ser considerado como un forzamiento en
términos de cambios climáticos [14].
Para encontrar una explicación coherente que
justique la existencia del poderoso ciclo de cambios
climáticos, que de acuerdo al los record climáticos
encontrados, afectan la tierra con una frecuencia de
aproximadamente 100,000 anos, causas alternativas, no ligadas a
la variación de la excentricidad de la orbita planetaria
deben ser encontradas; causas tan poderosas, que sean capaces de
aumentar el débil efecto de la calculada variación
del 2% en la insolación recibida por la tierra para
valores grandes y pequeños de la excentricidad de su
orbita, así como también el del 1/100avo de 1% de
aumento en la insolación recibida por el polo norte
geográfico con respecto al polo sur, bajo la condiciones
astronómicas presentes.
Oblicuidad del
Eje de Rotación de la Tierra: Segundo Ciclo de
Milankovitch
El pronunciadísimo contraste entre las estaciones
climáticas en latitudes no tropicales del planeta
tierra, se cree que tiene un origen astronómico [4].
De ser así, la causa de este contrasté reside en la
inclinación del eje de rotación de la tierra.
Puesto que, la distancia average tierra-sol permanece constante
sin importar la inclinación del eje de rotación
terrestre, el flujo de insolación que la tierra recibe del
sol, tampoco cambia para una latitud dada [14]. En el presente,
el eje de rotación tiene una inclinación de de 23.5
grados con respecto a dos parámetros astronómicos:
1). Al eje perpendicular imaginario que pasando a través
del centro de la tierra, conecta ambos hemisferios. 2). A la
inclinación del ecuador
terrestre con respecto al plano de la eclíptica. La
inclinación del ecuador planetario de 23.5 grados demarca
la faja de superficie terrestre que se extiende desde la latitud
cero grados (0), hasta la latitud veintitrés (23) grados
norte en el trópico de cáncer, y la
extensión desde cero grado de latitud hasta la latitud
veintitrés (23) grados sur en el trópico de
capricornio. Contrario a los polos geográficos, esta
porción del planeta no experimenta cambios profundos en el
average de la distribución de la radiación
solar que recibe; esto es debido a que esta franja escapa a los
(90-23.35) grados = 66.5 grados de latitud que limita los
círculos árticos y antárticos, así
como también la zona de mediana interacción climatologica conocida como
subtropicos.
El eje de rotación de la tierra cambia su
inclinación de 21.5 a 24.5 grados en un periodo de 41,000
anos [6]. Cuando la oblicuidad axial es pequeña (21.5
grados) el contraste entre las estaciones disminuye, de forma
cuando la oblicuidad incrementa, también incrementa el
contraste entre las estaciones [6], [9]. Cuando se combina la
inclinación axial con la excentricidad de la tierra, una
relación constructiva (fase-fase) tiende a amplificar la
diferencia neta en el average de la temperatura
entre los polos, y esto producido porque la incidencia de la
insolación en el polo sur es mayor que del polo norte [4],
[6], [9]
Debido a esta relación, cuando la tierra esta en
el perihelio de la eclíptica, con una excentricidad
grande, la radiación de invierno en el hemisferio norte, y
la radiación de verano en el hemisferio sur, son
ligeramente superiores a las radiaciones que ambos hemisferio
recibieran si la tierra estuviera en un rango de excentricidad
reducida. Por la misma razón, cuando la tierra esta en el
afelio, la radiación de verano que recibe el hemisferio
norte y la radiación de invierno recibida en el hemisferio
sur, son mas pequeñas que las radiaciones que recibieran
ambos hemisferios, si estuvieran en la misma posición
orbital, pero estando la tierra en una excentricidad reducida
[9], [7].
Figura 3. Inclinación axial de la tierra,
descrita con respecto al eje imaginario que pasa a través
del centro de la tierra, conectando ambos polos
geográficos.
Foto tomada por Robert Simmons, NASA, GSFC.
Es normalmente aceptado que la variación en la
oblicuidad del eje de rotación de la tierra es afectada
por el jalón gravitacional de otros cuerpos celestes [6],
[7]. La posición de la tierra en el plano invariable (el
plano ortogonal a la dirección del vector del momento angular
del sistema solar) en
conjunción con las posiciones del restos de los
integrantes del sistema solar,
determinan de hecho el posible aumento o disminución en el
contraste de las estaciones [1], [6].
Sin embargo, si la posición de la tierra
coincidiera con la posición del remanente de alguna
concentración gigante de polvo cósmico, y fuese al
mismo tiempo co-lineal a la posición de los otros miembros
del sistema solar, la temperatura terrestre pudiera ser afectada,
debido a la linealidad de los cuerpos celestes si se combina con
una reducida oblicuidad axial. Esto es debido a que bajo estas
condiciones astronómicas especiales, los rayos del sol son
irradiados paralelamente sobre una pequeña porción
de superficie terrestre (los círculos árticos y
antárticos), lo cual produce una disminución en la
temperatura ambiente, que
es magnificada por la sombra proyectada por el peculiar arreglo
interno de los miembros del sistema solar [1], [17],
[13].
1.2.1. Implicaciones Climáticas de la
Inclinación Axial de la Tierra.
La mayor importancia que el grado de inclinación
del eje de rotación de la tierra tiene sobre el clima es
que, determina la extensión de las regiones polares mas
allá de las cuales ningún punto de la superficie
terrestre recibe insolación durante el solsticio de
invierno [11], [9]. La extensión de esta superficie esta
determinada por la relación aritmética (90-23.5)
grados = 65 grados, que cuando esta inclinada, alejada del sol,
impide que la radiación solar ilumine cualquier latitud
mas halla de este valor critico (65 grados) durante el mencionado
solsticio. La segunda mayor incidencia de la inclinación
axial en la dinámica del clima terrestre, reposa en la
falta de simetría vertical de la eclíptica. Esta
falta de simetría produce una diferencia de siete
días en el tiempo de la ocurrencia de los
equinoccios.
Empleando Mecánica Rotacional, es posible demostrar
que cuando la tierra pasa por su perihelio, rota mas
rápido que cuando pasa por su afelio, debido a la
relación matemática
a=v.v/r. Tomando r, como la distancia average
tierra-sol, y v, como la velocidad
lineal de la tierra, y considerando la relación directa
entre la aceleración a, y el cuadrado de la
velocidad lineal, así como la relación inversa
entre la aceleración de la tierra y la distancia
tierra-sol, se muestra que
manteniendo fijo la oblicuidad del eje de rotación de la
tierra, la insolación recibida en una latitud dada, no
solo depende de la distancias del afelio y perihelio terrestres,
sino también, del tiempo invertido por la tierra en viajar
desde el punto de intercesión de la eclíptica con
el ecuador celestial , que marca el
equinoccio de otoño, al punto de intersección del
equinoccio de primavera, y viceversa; pasando por los solsticios
de invierno y de verano respectivamente. [9].
Precesión
del Eje de rotación de la Tierra: Fijación de los
Equinoccios y los Solsticios; Desplazamiento del
Perihelio
Astronómicamente, el origen de la
precesión axial se debe a dos importantes factores: 1). La
falta de simetría vertical de la eclíptica;
consecuencia de la curvatura de la orbita terrestre, alrededor
del foco ocupado por el sol. 2). El
movimiento del sol en relación a la eclíptica, y no
con relación al ecuador celestial. Basado en estos hechos,
la precesión es definida como una consecuencia de la
distancia Tierra-Sol en una estación particular [7].
Debido a que la precesión axial esta relacionada con la
distancia average tierra-sol, es afectada por la excentricidad de
la orbita terrestre, de forma que puede amplificar o reducir el
movimiento de precesión de la punta del eje de
rotación terrestre, limitando de esta forma el circulo
celestial descrito alrededor de la Estrella del Norte. Esta
limitación afecta subsecuentemente la fijación de
los equinoccios, puesto que la rapidez del movimiento de
precesión (bamboleo) del eje rotacional de la tierra, es
una dependencia de la distancia radial que separa a la tierra del
sol [11], [7].
Si empleamos la relación matemática T=
r. mg, donde T, representa el torque ejercido sobre
la tierra por los cuerpos celeste (sol, luna, etc.); m,
la masa de la tierra; g, la gravedad y r, la
distancia average tierra-sol, y expresamos T=
dL/dt, donde T representa, la derivada temporal
del momento angular de la tierra, medido desde le centro de la
tierra, hasta la base de la distancia average tierra-sol
entonces: dL= T.dt, y tomando dL= L
sin ø d&µ, donde ø
representa el ángulo de inclinación axial de la
tierra con valores entre 21.5 y 24.5 grados, y el ángulo
&µ esta determinado por la medida de la longitud de
arco descrito por el desplazamiento circular de la punta del eje
de rotación terrestre, es posible demostrar que mientras
mas rápido la tierra orbita el sol, menor es el movimiento
de precesión de su eje. Por tanto, como en el perihelio la
velocidad lineal de la tierra es mayor que en el afelio, el
movimiento de precesión de los equinoccios es mas afectado
por el tiempo que la tierra invierte en moverse en la
eclíptica, desde el equinoccio de otoño al
equinoccio de primavera, pasando por el solsticio de invierno,
que por el tiempo invertido por la tierra en pasar del equinoccio
de primavera al equinoccio de otoñó, pasando por
solsticio de verano. Esto crea una diferencia de aproximadamente
siete días en la fijación de ambos
equinoccios.
Esta diferencia de tiempo (siete días), balancea
el hecho de que durante el solsticio de verano, el sol aunque
esta directamente sobre el ecuador, esta mas lejos de la tierra;
y que durante el solsticio de invierno al estar el sol mas cerca
de la tierra, la cantidad de insolación recibida por la
tierra es mayor. Esta diferencia en insolación, es debido
a que el flujo luminoso aumenta con una disminución de la
distancia entre la fuente emisora y el receptor [7].
La combinación de la presesión axial, la
excentricidad de la orbita terrestre, y el efecto gravitatorio
originado por los demás cuerpos celestes, provoca que el
perihelio de la tierra se desplace [7]. Este rodamiento de la
fecha de ocurrencia del perihelio terrestre en la
eclíptica, provoca un aparente movimiento retrogrado con
respecto a ciertas estrellas puesto que la dirección del
rodamiento del perihelio es positiva, avanzando 1.7 días
por centuria (e.g. en 1246, el perihelio ocurrió en
diciembre 22, exactamente el mismo día en que hoy tenemos
el solsticio de invierno) [7]. A la combinación del
movimiento de presesión del eje de rotación la
tierra con una duración de aproximadamente 27,000 anos,
con el movimiento de rodamiento del perihelio con una
duración de aproximadamente 19,000 anos, comprimida
matemáticamente en un ciclo de aproximadamente 23,000 anos
de duración, se le llama "precesión de los
equinoccios (ver figura 4).
Movimiento de Precesión del eje de
rotación de la tierra. Foto tomada por Robert Simmons,
NASA, GSFC.
Figura 4.
1.3.1. Implicaciones Climatologicas de la
Presesión Axial.
Debido al abultamiento ecuatorial de la tierra, su eje
de rotación desarrolla un movimiento de precesión
que obliga al perihelio terrestre a variar con el tiempo [6].
Como consecuencia de ese movimiento cíclico, el equinoccio
de primavera ocurre durante el perihelio terrestre cada 22,000
anos, desplazando el equinoccio de otoño en exactamente la
mitad de este tiempo, o sea en 11,000 anos. Esta posición
astronómica afecta las estaciones climáticas de la
tierra porque, si el punto mas cercano de la orbita terrestre,
coincide con la ocurrencia del verano en el hemisferio norte, de
forma que el punto mas lejano de la orbita, coincida con la
ocurrencia del invierno en el mismo hemisferio, entonces el
hemisferio norte experimentara veranos ultra calientes, y
inviernos súper fríos.
Sin embargo, esta posición astronómica no
propicia ningún enfriamiento de la temperatura global de
la tierra, como para provocar el advenimiento de una época
glacial, porque los inviernos fríos son más secos,
que los inviernos menos fríos. De la misma forma, debido a
que en los veranos calientes, la nieve caída durante el
invierno no sobrevive, la acumulación de nieve necesaria
para iniciar una época glacial no es preservada
[22].
Lo contrario ocurre cuando la posición
astronómica de la tierra es revertida, haciendo coincidir
el perihelio de la orbita terrestre con la ocurrencia del inverno
en el hemisferio norte, y el afelio con el verano del hemisferio
sur (la condición presente) [22], [6]. Esta
posición astronómica produce climas más
suaves, generando variaciones de la temperatura global menos
severas; esta situación aumenta las posibilidades de
preservar en el verano, algo de la nieve caída durante el
invierno, haciendo posible que sobreviva cierta cantidad, que en
miles de anos facilitaría una acumulación glacial
de nieve y hielo.
Los Ciclos de
Milankovitch y los Indicadores
Climáticos
Las Geo-ciencias
modernas claman haber estudiado en detalle cerca de 22 millones
de anos de la historia climática
terrestre. Este estudio se ha hecho, analizando primeramente los
depósitos eolicos de la China,
obteniendo detalles convincentes acerca de cambios
climáticos que incluyen: 1). la secuencia
sedimento-suelo de los
últimos 2.6 millones de anos; 2). la secuencia
sedimento-suelos del
Mioceno-Plioceno de 3.5 a 7.1 millones de anos atrás. 3).
La secuencia sedimentos-suelos completa del Mioceno del plato
Asiático [19]. No obstante, el objetivo de
esta investigación, es el estudio del paleo
clima terrestre que esta relacionado con un periodo mas reciente
(Pleistoceno) de la historia climática de la tierra, y que
es analizado a través de técnicas
de indicadores
climáticos, que no incluyen técnicas de
reconstrucción tectonica. A esta nueva forma de estudio
del paleo clima terrestre, se le llama "escala de cambios
orbítales".
Cambios climáticos descritos por escalas
orbítales, son cambios que pueden ser identificados a
través de cierta periodicidad constante que regula la
fluctuación de episodios de glaciación y de
de-glaciación, y que varían en consonancia con
ciertos parámetros orbítales [25]. El mejor
indicador climático usado por los
paleo-climatólogos en el presente para estudiar cambios en
el paleo-clima terrestre, es el llamado "proporción de los
isótopos del oxigeno
O18/O16" en el esqueleto de foraminíferos marinos [20],
[22].
Debido al "fraccionamiento químico", el esqueleto
duro, compuesto de calcita, de los foraminíferos marinos
sirve para indicar la proporción de los isótopos
O18/O16 del oxigeno [9], [20]. Por efectos de la gravedad, el
isótopo liviano O16 es evaporado más rápido
que el isótopo pesado O18 de las aguas del mar; esta
evaporación provoca que las aguas de los océanos
mantengan una concentración más alta del
isótopo pesado O18, que del isótopo liviano
O16.
Como consecuencia de este mismo proceso de
evaporación, las nubes quedan con una concentración
mucho más alta del isótopo O16, pero manteniendo
también cierta cantidad del isótopo O18 [9]. La
naturaleza
dinámica de los vientos mueve las nubes, las cuales
después del proceso de coalescencia, vierten sus aguas
removiendo preferentemente el isótopo liviano O16, y
enviando la acumulación del isótopo O18 (más
pesado) a altas latitudes, donde cae mezclado con nieve. Esta
remoción isotópica permite establecer una secuencia
simple de episodios de calentamiento y enfriamiento en las aguas
de los océanos [20].
Cuando los foraminíferos bénticos mueren,
la concentración isotópica del oxigeno queda
grabada en la parte dura de su esqueleto [9]. El valor grabado de
la concentración isotópica se relaciona con la
temperatura de los océanos mediante la siguiente
relación: Un incremento del 1% en el valor de la
proporción O18/O16, equivale a una disminución de
4.2 grados Celsius en la temperatura del agua
oceánica [20]. La teoría
de Milutin Milankovitch del cambio climático propone que,
debido a cambios en la cantidad de insolación recibida por
la tierra, la temperatura de los océanos fluctúa, y
que como es posible calcular el rango de esta fluctuación
para un ciclo astronómico dado, entonces es posible
relacionar esta fluctuación de temperatura, con la record
de temperatura extraídos de los esqueletos de los
foraminíferos; esta relación permite desarrollar un
eslabón conciso entre un determinado ciclo de Milankovitch
(oblicuidad, excentricidad, precesión de los equinoccios),
con un periodo de enfriamiento (glaciación), o un periodo
de calentamiento (de-glaciación).
La primera evidencia científica completa de esta
relación, fue compilada en los anos ochentas. Para esa
década, los científicos analizaron el record de un
tramo continuo de 2.75 millones de anos de la proporción
de O18/O16 en esqueletos de foraminíferos bénticos
de la parte norte del Océano Atlántico [9]. Estos
esqueletos contenían muestras de impurezas de origen
glacial, acumuladas durante intervalos de alta
concentración del isótopo O18 del oxigeno,
indicando periodos de enfriamientos de las aguas
oceánicas. La acumulación de las impurezas de
origen glacial mostró una regularidad 41,000 anos,
significando que esta periodicidad marcó el
intervalo en el cual rastros de hielo y nieve sobrevivieron los
periodos calientes. Astronómicamente, esto es posible solo
si el hemisferio norte experimenta veranos de baja
insolación; este hecho confirma la proposición de
la teoría de Milankovitch de que la insolación
recibida durante el verano, en el hemisferio norte, es el factor
de control de las
capas de hielo, y que la oblicuidad del eje de rotación de
la tierra, ayudado por la frecuencia modulada del ciclo de
100,000 anos que gobierna los cambios de la excentricidad de la
orbita terrestre, es un factor decisivo en la cantidad de la
insolación recibida en una determinada latitud [20],
[2],[25].
Otro indicador climático ampliamente usado para
investigar la relación entre los cambios orbítales
y climáticos de la tierra, es la variación en la
concentración de gas Metano CH4. La
evidencia en esta ocasión vino de una región de la
Antártica conocida como "Record del Hielo de Vostok". El
estudio analizo la variación en las concentraciones de gas
metano en un rango de 550 a 700 partes por billón (ppb)
para la concentración máxima, y un rango de 350 a
450ppb para la concertación mínima. Se tomaron dos
mediadas; una de ellas correspondiente a la parte de arriba del
glacial, el cual indico que la concentración de gas metano
durante los últimos 10,000 anos (comienzo del
período holoceno; periodo interglaciar) corresponde al
rango máximo. La segunda medida fue tomada de trozos de
hielos que corresponden a un periodo anterior al de la
última glaciación, el cual indico que la
concentración de gas metano, para ese periodo,
correspondió al rango mínimo [5], [9], [22]. Seis
ciclos de fluctuaciones de la concentración de gas metano,
entre los rangos máximos y mínimos, fueron
detectados. Estos ciclos mostraban una separación de
aproximadamente 23,000 anos [9], [22], evidenciando así,
una conexión estrecha con el ciclo de precesión
axial de la tierra, el cual tiene una periodicidad de
23,000.
El ciclo de precesión axial de la tierra fuerza la
respuesta del gas metano a través de la rigurosidad de los
paleo-monzones [18]. Cuando la insolación de verano es
fuerte, el monzón se fortalece aumentando la cantidad de
precipitación. Este aumento en la precipitación,
satura el suelo y facilita el uso del oxigeno disponible
proveniente del proceso de decaimiento de la vegetación acumulada en excesos de aguas
estancadas; proceso que acelera la producción del gas metano de origen
pantanoso. Esto es un indicativo de que la extensión de
vegetación muerta en aguas estancadas, aumenta o disminuye
en relación con el monzón, el cual a su ves depende
de la cantidad de insolación recibida durante el verano
[18], [11].
Todos estos indicadores climáticos, juntos con el
pompeo de carbono del
fondo de los mares, y la erosión
química
proveniente del levantamiento y exposición
de partes de la corteza terrestre, han sido usadas para estudiar
la evolución climática durante los
periodos Pleistocenos y Holocenos. Es extraño sin embargo
el hecho de que, antes de novecientos mil (900,000) anos
atrás, los cambios climáticos fueran dictados por
el ciclo periódico
de 41,000 anos, pero que después de la última
inversión magnética de la tierra,
conocida como inversión de Brunes-Maruyama, el ciclo
quasy-periódico mas largo de 100,000 anos tomara control
de los cambios climáticos de la tierra [9] [5]. El
eslabón climático entre las partículas de
polvo aéreo-transportadas y los cambios climáticos
registrados, usando como evidencia el sedimento del plato de la
China que corresponde al periodo de la reversión
magnética de Brunes- Maruyama, probó que existe una
correlación entre las curvas de susceptibilidad
magnética de este antiguo sedimento con la curva del
isótopo O18 del oxigeno; proveyendo un record de
referencia continuo, que se extiende por mas de 600,000 anos
[21], [22].
Esta correlación puede ser usada para establecer
dos cronologías [29], [24]:
1). Baja insolación de verano –(enfriamiento de
la temperatura –(baja precipitación -( Resequedad de los
lagos de África
–(Alto nivel de deposición de polvo en el plateau de la
China.
2). Alta insolación de verano –(
Elevación de la temperatura –(Alta precipitación
—( Incremento del nivel de agua de los lagos de África
–( Baja deposición de polvo en el plateau de la China.
Cuando se analiza la Susceptibilidad Magnética,
que puede ser definida como la razón de la inducción magnética con respecto al
campo
magnético inducente, se muestra que es proporcional a
la cantidad de minerales de alta
magnetización presentes en una muestra [16]. Una alta
susceptibilidad magnética indica paleo-suelos formados
bajo un periodo interglaciar húmedo y caliente; una baja
susceptibilidad magnética por el contrario, indica la
existencia de paleo-suelos, que fueron formados bajo periodos
glaciales fríos y secos [16], [28]. Estos dos diferentes
record de deposición muestran una correlación
biunívoca con los record del isótopo O18 del
oxigeno extraídos de las aguas del fondo de los mares.
Esta correspondencia permite establecer la secuencia
Susceptibilidad Magnética –(O18/O16 —-(Temperatura, que
puede decirse obedece al patrón de la variación de
los monzones, obedeciendo por tanto al ciclo orbital demarcado
por la presesión del eje de rotación de la
tierra.
Conclusión
La presencia de influencias orbítales en los
cambios climáticos de la tierra es tan evidente, que puede
ser detectada no solo en altas latitudes, sino en los
trópicos [26], [27]. Una alta cantidad de pruebas
extraídas de los hielos de la Antártica, Greenland,
y otras localidades continentales, acusan un patrón
dinámico de fluctuación del clima terrestre que se
extiendes a graves de las edades geológicas. La
teoría de Milankovitch, es un cuerpo de conocimiento
lógico, astronómico-matemático, que en los
ojos de muchos científicos cuaternarios explica la
conexión de la naturaleza dinámica del clima, con
cambios periódicos en la orbita del planeta tierra. A
través de esta teoría, el matemático Serbio
Milutin Milankovitch, identifico el role primario de la
insolación de verano, en el crecimiento de las capas de
hielo; esta insolación es el motor real que
mueve el siempre cambiante estado del
clima terrestre. Al mismo tiempo, esta teoría
señala la naturaleza no lineal de la respuesta de los
sistemas
climáticos regionales, como elementos constitutivos de un
sistema climático de proporciones globales.
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Continental Paleoclimate Records.
Autor:
Jean Re Re
Físico
Investigador en Física
Ambiental
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