Caracterización de los pacientes hipertensos asistidos en los Servicios de Urgencias del Centro Diagnóstico Integral "Los Helechos", 2008.
Introducción
Objetivos
Diseño metodológico
Resultados y discusión
Conclusiones
Referencias bibliográficas
Anexos
RESUMEN:
Se realizó un estudio descriptivo y transversal con el
objetivo de
caracterizar a los pacientes hipertensos que acudieron a los
Servicios de
Urgencias del Centro Diagnóstico Integral "Los Helechos" durante
el año 2008. La población del estudio estuvo constituida
por todos los pacientes (978) hipertensos que acudieron a los
Servicios de Urgencias del centro mencionado. Para la
recolección de la información se confeccionó un
registro por
el autor de la
investigación. La mayor cantidad de los pacientes
tenían edades comprendidas entre 58 y 67 años, eran
del sexo
masculino, mestizos, tenían vencidos los estudios
secundarios y eran trabajadores (as). Una gran cantidad
tenían antecedentes familiares de Hipertensión Arterial, seguidos de los que
presentaban alguna forma de hiperlipidemia, eran fumadores u
obesos. Predominaban los que tenían entre 1 y 10
años de haber sido diagnosticados como hipertensos y los
que tenían conocimientos sobre la enfermedad. La
mayoría se clasificó como grado I. La urgencia
hipertensiva, fue la crisis que
presentó la mayor cantidad de pacientes.
INTRODUCCION.
La historia del
conocimiento,
al igual que la historia de la humanidad, está jalonada
por una serie ininterrumpida de descubrimientos que comienza con
el origen mismo del hombre y llega
a nuestros días. Para comprender por qué la
hipertensión arterial es una patología a cuyo
estudio se destina una enorme cantidad de recursos, tanto
humanos como económicos, es necesario destacar algunos
aspectos: su alta prevalencia, que en los países
occidentales alcanza al 30 % de la población general y
supera el 60 % en los mayores de 65 años; (1,2) ser un
factor de riesgo mayor,
encontrándose casi siempre como antecedente en todo el
espectro de afecciones cardiovasculares que comprometen
órganos vitales (cerebro, corazón,
riñón); plantear un duro desafío
terapéutico ya que en los países con mejores
estándares de salud, el porcentaje de
pacientes tratados y
controlados es muy bajo. (2,3)
La más antigua versión escrita sobre la
circulación de la sangre proviene
de China. En el
Nei Ching (2600 A.C.), Canon de Medicina
editado por el Emperador Amarillo Huang Ti se expresa: "Toda la
sangre está bajo el control del
corazón". "La corriente fluye en un círculo
continuo y nunca se detiene". Estos conceptos fueron intuidos por
medio de la observación y del razonamiento, pues en
aquella época estaba proscrita la disección del
cuerpo. La máxima de Confucio "el cuerpo es cosa sagrada"
fue una de las normas que
asentaron las bases de esa civilización. Repárese
en el concepto de
circulación de la sangre enunciado por los médicos
chinos, se anticipa en más de 3500 años al
enunciado por Harvey en el De Motu Cordis. (1628) La
explicación que los chinos se dieron en base a la
observación y al razonamiento, fue confirmada por Harvey
valiéndose del examen anatomopatológico y de la
experimentación fisiológica. (4)
Entre aquellos que tuvieron como objetivo medir la presión
arterial, podemos señalar a Potain (1875), quien con un
instrumento estimaba la presión sistólica a
través de la compresión del pulso. Estos esfuerzos
fueron coronados hacia finales del siglo, más precisamente
en el año 1896, cuando Riva-Rucci describió por
primera vez el manguito inflable con el cual podía medir
la presión arterial sistólica en el brazo y luego
Korotkoff, (1904), cuando reportó el método
auscultatorio, el cual permitió medir la presión
arterial diastólica (4).
La posibilidad de medir en forma reiterada la presión
arterial con un esfigmomanómetro abrió paso
rápidamente a la comprobación de que la
presión arterial elevada tenía consecuencias
fatales. En 1913, Janeway reportó la causa de muerte en 212
individuos hipertensos: 33 % por cardiopatía, 24 % por
accidente cerebrovascular y 23 % por insuficiencia
renal. A pesar de ésta y otras observaciones
coincidentes, no se generó en la comunidad
médica una real preocupación por el aumento de la
presión arterial hasta 1925. Cuando las
compañías de seguros de los
EE.UU. publicaron su experiencia con 560.000 hombres asegurados,
señalaron por primera vez en forma significativa que la
hipertensión arterial disminuía la expectativa de
vida. Esta conclusión básica impactó a la
comunidad
médica y estimuló la puesta en marcha de programas de
seguimiento a largo plazo con la finalidad de conocer la historia
natural de la hipertensión arterial. Entre ellos, merecen
destacarse tres estudios que incluyeron 1781 individuos de ambos
sexos, con un rango de seguimiento entre 10 y 32 años; sus
más importantes conclusiones publicadas en los años
50 fueron (5):
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