Dicho trastorno se refiere a la elevación de la
temperatura
corporal entre 39.4 y 41º C, problema que puede generar
daños serios porque diversos órganos dejan de
funcionar de manera adecuada; el cerebro es
especialmente sensible.
"Se prevé que Latinoamérica también
presentará fuertes ondas de calor;
incluso, esta situación ya la estamos viviendo en México,
principalmente en los estados del norte y algunos del sur.
Sin embargo, las ciudades, como el Distrito Federal, no se
salvan de este problema, ya que ahí se presenta el
fenómeno "isla de calor"; es decir, hay incremento
importante en la temperatura promovido por la construcción urbana, ya que capta la
energía térmica".
Insectos
transmisores: al alza
Según estudios sobre calentamiento
global, se considera que el aumento de temperatura y las
lluvias permiten (o lo harán en un futuro) la
propagación de enfermedades transmitidas
por vectores (por
insectos o animales), en
especial en aquellas regiones con sistemas de
salud
deficientes.
"Un estudio efectuado en Colombia indica
que el cambio
climático ha ocasionado que el fenómeno de "El
Niño" se presente de forma distinta a la cotidiana.
Por ejemplo, se ha observado aumento en los casos de malaria o
paludismo
(enfermedad parasitaria que se caracteriza por fiebre,
escalofrío y destrucción de glóbulos rojos),
la cual es transmitida por mosquitos que se desarrollan en los
cuerpos de agua que dejan
las lluvias".
Y agrega que se considera probable que, con el fenómeno
que nos ocupa, malaria y dengue
(enfermedad viral caracterizada por fiebre, erupción,
sangrado y dolor articular y muscular) cambien su distribución precisamente por el incremento
de la temperatura; o bien, pudieran aparecer otro tipo de
enfermedades de acuerdo con las alteraciones ambientales que
están sucediendo.
A partir del
agua
¿Qué pasa con el vital líquido? Hay que
tomar en cuenta que la calidad del mismo
se encuentra en función de
las características físicas, químicas y
biológicas.
La que se define como potable debe cumplir con ciertas
normas
internacionales, por lo que cualquier alteración puede
dañar la salud de quien la ingiere.
Las manifestaciones del cambio climático dan lugar a
modificaciones en la cantidad y calidad del agua tradicionalmente
empleada para el consumo
humano, lo que afecta la incidencia de enfermedades diarreicas;
por ejemplo, éstas tienen mayor incidencia durante los
periodos cálidos y lluviosos, condiciones
ecológicas favorables para la reproducción de bacterias,
virus y
protozoarios.
"Existe evidencia de que el calentamiento en los mares,
asociado con "El Niño", incrementa el riesgo de
intoxicación por ciguatera (toxina marina) y algas.
De esta manera, las biotoxinas asociadas con aguas más
cálidas pudieran extender su rango a mayores
latitudes".
Por otra parte, las áreas más pobres de las
ciudades y la mayoría de las zonas rurales con frecuencia
no tienen abastecimiento de agua ni saneamiento.
Por tanto, ante un evento extremo o condiciones
climatológicas de aumento de temperatura, las poblaciones
se verán afectadas de forma severa, en particular respecto
a higiene de
alimentos y
personal,
así como en calidad y cantidad de agua potable
disponible.
Extensos estudios efectuados durante los últimos 25
años confirman la hipótesis de que la dispersión de la
bacteria Vibrio cholerae (causante de cólera,
infección intestinal grave, caracterizada por la
aparición de diarrea) es
autóctona al medio acuático y comensal del
zooplancton (microorganismos que viven en el mar).
"Lo anterior, combinado con el análisis de datos obtenidos
vía satélite, son fuerte evidencia de que la
epidemia de cólera se asocia al clima.
Por ello, se especula también que el calentamiento del
océano facilitará la transmisión de dicha
enfermedad en las zonas costeras".
Inundaciones y
sequía
Otros impactos ya son ocasionados por inundaciones, cuyos
efectos inmediatos son muertes y lesiones. A mediano plazo
incluyen las enfermedades por ingestión de agua
contaminada (diarreicas y tóxicas), así como
desnutrición. A largo plazo, los
daños se ubican en la salud emocional de la gente, debido
a la pérdida de sus seres queridos.
Es cierto que el exceso de lluvia puede afectar la salud de la
población porque el cambio de los patrones
en las precipitaciones puede favorecer la transmisión de
la malaria como resultado de la expansión de insectos
transmisores, pero también cabe mencionar que en algunas
regiones del planeta el efecto será completamente
contrario: habrá sequías.
En buena medida, esto afectará "a la productividad
agrícola, y es probable que se presenten decrementos.
En consecuencia, disminuirá la disponibilidad de
alimentos en ciertas zonas, lo que podría incrementar o
suscitar hambruna y desnutrición", acota la
especialista.
Vigilancia Los
impactos del cambio climático en la salud variarán
de una localidad a otra.
Por ello, "es importante trabajar en los ámbitos
regional y local en torno a lo que se
puede esperar y lo que seguirá cambiando a lo largo del
tiempo, a
medida que la temperatura aumente".
Asimismo, destaca la importancia de fortalecer los sistemas de
vigilancia epidemiológica, robustecer la infraestructura
de salud
pública, vigorizar los recursos
humanos y financieros para ese sector, y contar con
más programas de
formación.
La posibilidad de que la gente se enferme va a aumentar,
así que es fundamental observar cómo se presentan
las enfermedades y reportar el número de casos para
detectar si, en algún momento, existen más problemas
relacionado con el aumento en la temperatura.
Autor:
MSP. Jose Guillermo Alvarez Guerrero
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