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El baúl: aspectos geológicos y
paleontológicos
El Baúl está asentado sobre una de las
formaciones geológicas más antiguas del país. Su
origen se remonta a la era paleozoica, entre los períodos
cámbricos, ordovícico, devónico y
carbonífero, es decir, con una edad que oscila entre los 570
y 225 millones de años, solo superado en antigüedad por
el escudo de Guayana, que pertenece al
precámbrico.
El geólogo Gustavo Ascanio Torres señala: "En
la región de El Baúl se depositó la formación
Mireles, que contiene una abundante fauna de Trilobites atribuidos al
Cámbrico superior y al Ordovícico inferior". Los
Trilobites son crustáceos fósiles que se localizan en
terrenos primarios, sumamente antiguos.
El relieve de esta zona tiene
elementos singulares, producto de un accidente
tectónico que Pablo Vila denomina "charnela del eje El
Baúl-Paraguaná". El profesor Antonio Luis
Cárdenas al referirse a ello señala: "Debido a esta
ruptura de la corteza terrestre, en las cercanías de El
Baúl observamos un relieve completamente extraño a los
llanos. Se trata de un conjunto de cerros que abarcan una
superficie de 1.000 km2, con una altitud que llega a los 512 m en
el cerro El Oso. Estos cerros, que debieron ser islas cuando los
llanos estaban ocupados por el mar, presentan una topografía que varía
según el tipo de rocas. Las mayores alturas, con
escarpados abruptos, corresponden a las rocas volcánicas del
Mesozoico; el segundo nivel, de superficies onduladas y laderas
abruptas, pertenece a las rocas metamórficas del
Paleozoico,
Precisamente en esa época, hace unos 250 millones
de años, a comienzos de la Era Mesozoica, existía en el
planeta un solo continente, llamado Pangea, que estaba formado
por la unión de todas las masas continentales. Durante el
período Jurásico, unos 180 millones de años
atrás, Pangea comenzó a fragmentarse y 40 millones de
años después quedaba dividida en dos grandes
continentes: Laurasia al norte, incluyendo a América del Norte y
Eurasia, y Gondwana al sur. La separación de estos dos
supercontinentes habría originado lo que se conoce como Mar
de Tethys. De esta manera, la futura América del Sur formaba
parte de Gondwana. Al norte estaba conectada con lo que más
tarde sería África, y por el sur con lo
que serían Antártida, Australia,
Nueva Zelanda y las islas adyacentes.
La separación del continente sudamericano se
inició hace por lo menos 130 millones de años, cuando
quedó definido el África. Muy lentamente y por acción de la deriva
continental, la distancia entre ambas Américas se acortaba
algunos centímetros cada año. Finalmente, en el
Plioceno, hace unos 3 a 2,5 millones de años, se
estableció una firme conexión que producía la
unión de esas dos masas continentales a través del
istmo de Panamá, dando origen a
América como un continente único y al llamado Gran
Intercambio Faunístico Americano, cuyos registros fósiles más
antiguos datan de unos tres millones de años
atrás.
Al extinguirse los dinosaurios, hace 65 millones
de años, los mamíferos (animales mas pequeños) se
encontraron a salvo de esos grandes depredadores y evolucionaron,
diversificando sus formas e incrementando el tamaño. La
desaparición de los dinosaurios abrió una oportunidad
al grupo de los mamíferos,
hasta entonces de poco tamaño, para que iniciaran su
espectacular desarrollo. Este periodo se
conoce como la era Cenozoica, o era de los mamíferos, ella
comenzó hace 65 millones de años y todavía no
termina. Se divide en dos periodos, el terciario y el
cuaternario, que abarca hasta nuestros días. Sin embargo
debido a la cantidad de información que manejan los
paleontólogos sobre esta era, se tiende a dividir cada
periodo en épocas. Durante la primera parte de esta era,
tuvo lugar una brusca transición de la edad de los reptiles
a la edad de los mamíferos, ya que desaparecen los grandes
dinosaurios y otros reptiles que habían dominado la vida
durante el mesozoico. La trayectoria evolutiva de los
mamíferos es parte del complejo pasado del que provienen los
rasgos de la fauna actual, y escudriñarla, en última
instancia, es explorar los orígenes de la especie
humana.
A fines del Plioceno temprano Sudamérica dejó
de ser un continente isla. A partir de esa época los
ocasionales intercambios faunísticos con América
del Norte por medio de rutas de azar -por el agua en forma pasiva- son
reemplazados por migraciones masivas. Los registros de
mamíferos mas antiguos del Gran Intercambio Faunístico
Americano provienen de sedimentos depositados hace unos tres
millones de años. A Sudamérica ingresaron en forma
masiva mamíferos como mastodontes y caballos, que no dejaron
descendencia, y pecaríes, tapíres, camélidos,
ciervos, conejos, ratones, ardillas, cánidos, y félidos
emparentados con formas actuales. Para América del Norte
emigraron principalmente edentados. De esta manera mastodontes,
caballos, tigres dientes de sable, osos, ciervos, tapires,
guanacos, pecaríes, zorros y otros mamíferos arribaron
a Sudamérica provenientes del Hemisferio Norte, y de igual
modo gliptodontes, mulitas y comadrejas entre otros, ingresaron a
Norteamérica provenientes del Hemisferio Sur.
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