- Marco
teórico sobre nutrición - Alteraciones
de la nutrición - Tipos
de alimentos - Enfermedades
dadas por excesos y desequilibrios
nutricionales - Conclusiones
- Bibliografía
En concordancia con
Carrasco[1]a inicios de la década de los
60´s el 10% de la población de los países
desarrollados tenía más de 60 años, en 1990
ya representaba el 18% y de acuerdo con las proyecciones del
Banco Mundial
para el año 2030 esta cifra habrá alcanzado el 30%.
Esto no solamente ocurre en los países desarrollados, sino
también en la mayoría de los restantes
países del mundo, en donde el porcentaje de individuos
mayores de 60 años tenderá a duplicarse en un plazo
de 30 a 40 años. Parece que solamente África, el
más atrasado de los continentes, permanecerá como
un continente relativamente joven por algunas décadas
más durante el presente siglo.Esta modificación
poblacional es la consecuencia de varias causas,
destacándose la disminución de la tasa natalidad,
la disminución de las enfermedades infecto-
contagiosas, y los avances diagnóstico-terapéuticos, entre
otros aspectos de interés.La
tasa de natalidad ha ido disminuyendo a medida que se fue
incrementando el nivel de educación de los
países. Esto ya ha generado, en algunos, una tasa de
crecimiento negativa (lo que ocurre cuando un hombre y una
mujer no generan
dos hijos que los reemplacen)
En Cuba, en los
últimos 30 años, se ha producido un crecimiento
significativo de la población de edad avanzada. En
particular, la población mayor de 65 años ha
crecido un 89% en el período 1960-1990. La mayor de 85
años aumentó en un 231% durante el mismo
período, mientras que la menor de 25 años lo hizo
en un 13%.
De acuerdo con el Grupo Nacional
de Crecimiento y Desarrollo del
Ministerio de Salud
Pública (MINSAP)[2], en el año
1999 más del 15% de la población de Estados Unidos
tuvo un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor del 30%, por
su parte, el sobrepeso corporal en la población cubana
mayor de 15 años de edad era de un 44.2% en 1982, teniendo
una disminución hasta un 23% en el año 1993
(influenciado en gran medida por las difíciles situaciones
económicas que atravesó el país en los
inicios del "Período Especial"). A partir de esa fecha, se
viene observando un incremento sistemático, reflejado en
un 33.1% en 1995 y un 42.3% en el año 2001, lo que deja
muy claro las tendencias de incremento en este
sentido.
¿Por qué hablar de salud de mujer?
Se sabe desde hace algunos años que las
enfermedades no afectan a las mujeres de la misma forma que a los
hombres, y que el
conocimiento que hemos logrado a partir del estudio de los
hombres, no es necesariamente aplicable a las
mujeres.-
En los últimos 20 años se han hecho
visibles datos
significativos sobre las diferencias en la forma de enfermar y
morir entre ambos sexos.
En el momento actual se define la salud de la mujer en
términos amplios, y no se limita a aquellas condiciones
que afectan siempre o predominantemente al sexo femenino;
por el contrario, se reconoce que se necesita comprender el papel
del sexo y el género en
todos los aspectos que tengan que ver con los cuidados
relacionados con la salud[3]
A pesar de que en realidad nacen más varones (106
niños
por cada 100 niñas), conforme avanza la edad, la
población de mujeres se incrementa proporcionalmente, por
lo que a los 45 años, éstas representan el 52,3 %
de la población y el 66 % en el grupo de 85 años
ó más.- Por otra parte, las mujeres ancianas,
aunque tienden a vivir más, presentan un índice de
enfermedades crónicas e incapacidad funcional mayor que
sus contrapartes masculinos; ellas son más susceptibles a
problemas de
salud tales como: osteoporosis,
traumas por accidentes y
caídas, cáncer de mamas, cáncer de
cérvix, diabetes
mellitas, enfermedades del corazón,
entre otras[4]
En esta propia página
Web, se expone que uno de los logros relevantes en la salud
actualmente ha sido doblar la esperanza de vida en la
población. En Europa, por
ejemplo ha disminuido la tasa de natalidad en los últimos
años y ha aumentado el envejecimiento con una serie de
enfermedades crónicas asociadas. En la actualidad se sabe
que le 13 % del adulto mayor con enfermedades asociadas,
según datos epidemiológicos, existe una
correlación entre la dieta y otros factores del estilo de vida
con la aparición de dichas enfermedades, por lo que la
mejoría en la atención médica y la
adecuación de los factores de riesgos
vinculados a la dieta, pueden contribuir al aumento de la
esperanzas de vida con menor incapacidad y disminución de
la mortalidad prematura.
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