- Robert
relata su historia - Lo que
sucede - Causas
generales - Historia
- Las
investigaciones continúan - La
contribución triste de las guerras - ¿Qué
sabemos, realmente, acerca del tinnitus? - ¿Cómo
tratarlo? - El caso
de Robert y su terapia de reentrenamiento - Otras
consideraciones - En
resumen - Bibliografía
El tinnitus, como el insomnio, representa una de
las condiciones más diagnosticadas en Norteamérica.
Su apariencia se caracteriza por un sonido molestoso,
persistente, de intensidad variable, percibido en uno o ambos
oídos, que no cesa, a pesar de todos los esfuerzos que se
hagan para eliminarlo.
La definición aceptada es la
siguiente:
El tinnitus o acúfenos es un
fenómeno perceptivo que consiste en notar golpeos o
pitidos en el oído, que
no proceden de ninguna fuente externa. Puede ser provocado por
gran número de causas, generalmente traumáticas —
aunque no siempre suela ser así.
Este zumbido o campanilleo se supone que se
produce por el aumento de la actividad de las áreas
cerebrales que participan en la audición, y, generalmente,
se presenta asociado a otros trastornos del aparato auditivo. Sus
manifestaciones no se limitan a un cascabeleo, sino que asimismo,
pueden percibirse en forma de pitido, zumbido grave o agudo,
ronroneo, siseo, estruendo, o cantar de grillos, entre otras
sensaciones molestas.
Robert relata su
historia
Yo me volví consciente de este
zumbido, hace un año. Fue una tarde, en medio de una
tormenta, mientras aterrizaba mi Cessna en el aeropuerto local,
cuando, de repente lo sintiera. Al principio creí que la
cabina había perdido compresión y que alguna alarma
se había disparado. Comprobando los sistemas,
entendí que todo estaba en perfecto orden. Entonces fue
cuando noté que el ruido — un
silbido muy agudo — provenía principalmente de mi
oído derecho — advirtiendo que carecía de toda
causa.
Desde esa fecha, el zumbido, no me ha dejado
tranquilo ni por un sólo instante. Lo que me hace la vida
muy difícil.
La intensidad y la característica del
sonido varían, de ser un soplo como el que hace el viento,
a un sonido intenso, similar al que hace una sirena de
camión de bomberos. Cuando estoy concentrado haciendo
algo, parece estar lejos. Otras veces, sin que haya razón
para que esto suceda, se torna tan severo que me molesta
inmensamente o me despierta del sueño.
A veces, me enloquece, ya que nunca cesa de
asediarme.
Este síntoma fastidioso o fantasma
sónico — que consiste en la percepción
falsa de ruidos en la ausencia de estímulo acústico
— representa uno de los problemas de
salud más
comunes que se reportan en los Estados Unidos,
afectando 12% de los hombres y 14% de las mujeres por encima de
los sesenta años.
Manifestando predilección por las personas
mayores, el tinnitus afecta muy pocas veces a las personas
jóvenes. La excepción a esta regla la constituyen
miembros de las fuerzas armadas estadounidense, ya que más
de la mitad de los soldados destacados en Irak y
Afganistán lo sufren, posiblemente debido a
la exposición a explosiones, frecuentes en el
campo de sus actividades.
Los investigadores más experimentados en
esta condición la asocian generalmente a
micro-traumatismos del sistema auditivo,
resultado de asistir conciertos donde la música es muy
ruidosa, a exponerse a traqueteos estridentes ocupacionales, o a
viajar en el metro, donde los sonidos, en algunos casos, pueden
sobrepasar los decibeles tolerables por nuestro sistema
auditorio.
Anatomía del oído
Lo que
sucede
Normalmente, el oído externo, conocido
como la pina, encamina las ondas sonoras
mientras las dirige hacia el canal auditorio para que
éstas lleguen al tímpano. A su vez, cuando la
estimulan las ondas sonoras, la membrana timpánica vibra,
y esas sacudidas son recogidas por los tres huesillos que residen
en el oído medio: el martillo, el yunque y el estribo. La
función
de estos huesos es la de
amplificar las vibraciones resonantes y transmitirlas al
oído interno, donde la cóclea las convierte en
impulsos eléctricos, que viajan desde el nervio
acústico a esa parte del cerebro que
procesa la sensación de sonido, conocida como la corteza
cerebral auditoria.
Causas
generales
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