Panorama histórico general de la ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe (página 2)
En este trabajo se
realiza un recuento histórico del tema ciencia y
tecnología teniendo en cuenta lo acontecido en las
últimas cuatro décadas en América
Latina y el Caribe y en el caso específico de Cuba de manera
que se puedan apreciar, los cambios que se han producido en esta
región.
Desarrollo:
Devenir
histórico de la práctica
científico-tecnológica
Los cambios fundamentales en la práctica
científico-tecnológica son ubicados en la etapa
histórica de la modernidad y sus
orígenes se sitúan en el siglo XVll en la
denominada revolución
científica.
En época bien lejana, durante la antigüedad se
gestaron los primeros elementos de la ¨manera¨
científica de ver el mundo. Hoy se reconoce la existencia
de una actividad antigua generadora de conocimientos que contaba
con un conjunto de categorías, una lógica
que sistematizaba y operaba con reglas y por último
teorías
que enlazaban y estructuraban las categorías, muy evidente
es que en todo caso se trataba de formas de pensamiento
teórico que acompañaron de manera especulativa
estas primeras formas de reproducir científicamente el
mundo en la tradición cultural europea.
No obstante, los primeros conocimientos desde el origen del
hombre en el mundo estuvieron estrechamente unidos a su
actividad de producción material, eran conocimientos
empíricos que no llegaban hasta las conclusiones y
generalizaciones teóricas por lo que allí no es
posible hablar aún de la práctica
científica.
En el transcurso de la edad Media
europea se dieron dos procesos
contrapuestos, por un lado las actitudes
básicas que se legaron desde la ciencia
griega, fueron rechazados por la iglesia
medieval y a su vez se iban gestando las condiciones para el
surgimiento de la ciencia
moderna. En esa época se reconoció el experimento y
la razón como fuentes de
conocimiento,
el uso de la matemática
para estudiar la naturaleza y
la introducción del experimento como modo de
obtener conocimiento. Es importante reconocer que en estos
estadíos del surgimiento de la ciencia moderna su
incidencia social residía solamente en su función
explicativa, descubría nuevas posibilidades de explicar
los fenómenos naturales pero aún no había
aparecido en su papel como fuerza
productiva.
Fue durante los siglos XVl y XVll que tuvo lugar el
surgimiento de lo que se reconoce como ¨ciencia moderna¨.
Según Engels: ¨El acto revolucionario con que las
ciencias
naturales declararon su independencia
y parecieron repetir la acción
de Lucero cuando este quemó la bula del Papa.¨
Bien entrado el siglo XlX la ciencia continuó
desempeñando un papel pequeño en la producción social, la propia
aparición y desarrollo de
la producción mecanizada capitalista fue creando las
condiciones para que ella asumiera su nueva función social
transformadora. La naturaleza social de la ciencia tanto en sus
condicionantes, como en sus resultados comenzó a ser
más incidentes por los procesos acaecidos de
institucionalización y de profesionalización.
Institucionalización y profesionalización fueron
procesos complementarios indicando el último el proceso
mediante el cual el trabajo
científico se convirtió en una profesión
diferenciada lo que se manifiesta claramente en el siglo XlX.
Como Consecuencia de este proceso, se crearon nuevas fuentes de
trabajo y existió una expansión en el
establecimiento de universidades y la diversificación de
los estudios, la
investigación comenzó a ser apoyada y
aparecieron asociaciones científicas y publicaciones.
La relación ciencia-tecnología y poder
cobró nitidez en el siglo XX. Ejemplo de esto son las dos
guerras
mundiales y el papel jugado por los adelantos científicos
tecnológicos en el complejo militar- industrial,
además se agudizaron las desigualdades económicas
ante la amplitud de la diferencia de desarrollo
científico-tecnológico y se cristalizaron políticas
científicas por parte de los diferentes Estados.
En la época contemporánea (s.XX) se observa un
paso a investigación en el sentido intensivo, o
sea, su unidad con la innovación
tecnológica.
Antiguamente la ciencia seguía a al industria,
ahora tiende a avanzar con ella y a guiar su avance a medida que
se va su lugar en la producción.
En la segunda mitad del s.XX se produce la
institucionalización de la ciencia y algunos autores
entienden que ese proceso incluye los siguientes elementos:
-La industria se convierte en productor de ciencia.
-La industria orienta cada vez más la actividad de la
Universidad.
-La ciencia se convierte en un sector industrial.
A partir de los años 70 se desencadena la lll Revolución
industrial. Es un proceso vinculado a la crisis
económica capitalista de fines de los 70 caracterizada por
el estancamiento económico y la inflación y cuyos
pilares se habían forjado en los años 40 y 50.
Hacia fines de los 70 los pivotes del desarrollo
tecnológico, en especial las industrias de
productos
químicos y metalmecánica pierden intensidad y
decrece la productividad, se
trata de rescatar el dinamismo de la industria a través de
la innovación tecnológica.
Ciencia y
Tecnología en América Latina en las últimas
cuatro décadas. Hacia una integración en materia
científico tecnológica
Antes de adentrarnos en el devenir científico
tecnológico en estas últimas décadas para el
área de América
Latina se hace necesario un recuento histórico a
través del cual se pueda connotar la verdadera
situación histórico-social que caracteriza a la
región en estos años y que en cierta medida
condiciona todo lo que acontece en materia
científico-tecnológica y social.
Comencemos entonces por los años setenta y principios de los
ochenta en que la dramática situación
económica y social de América Latina, junto con el
recrudecimiento de la represión y el ascenso de gobiernos
fascistas y dictaduras militares impulsa nuevos brotes de lucha
armada promovidos por organizaciones
político/militares que se proponían alterar el
injusto orden existente. El triunfo Sandinista en Nicaragua sobre
la dictadura militar
de Somoza en 1979 abrió, como veinte años antes
hiciera la Revolución
Cubana, una nueva fase de positivas transformaciones en la
faz del continente. Desde entonces hasta la fecha importantes
cambios han tenido lugar en el escenario latinoamericano, al
reaparecer un nutrido grupo de
gobiernos civiles fruto de elecciones, de mayor o menor solidez,
y de distinta proyección política. En la
década de los ochenta la hegemonía de los Estados Unidos
entró en franco retroceso, las masas trabajadoras
volvieron a ganar las calles y el movimiento
obrero se revitalizó en varios países. Esta etapa
de la historia de
los países latinoamericanos iniciada en la década
de los ochenta y caracterizada por el dominio de
regímenes civilistas- vino acompañada de una
primera oleada de ajustes económicos de tipo neoliberal,
lo que empañó el clima de
optimismo y las expectativas de prosperidad creadas en amplios
sectores de la población con el traspaso del poder de las
dictaduras militares a gobiernos electos.
Al aplicar las medidas y reformas impuestas por el FMI y el Banco Mundial,
en todas partes al sur del R"io Bravo se comenzaron a desmantelar
los programas de
ayuda social, a limitar los derechos sindicales y
reducir el área estatal de la economía y los servicios, con
lo que se abr"ia la privatización de las empresas
p"ublicas y se aseguraba el pago de la onerosa deuda externa,
por primera vez en la historia latinoamericana, no s"olo la
liberación política se convirtió en una
tendencia predominante en todo el hemisferio, con el consecuente
fortalecimiento de la hegemonía de los sectores vinculados
al mercado y al gran
capital, sino
que también las relaciones gubernamentales de
América Latina con Estados Unidos alcanzaron un nivel de
identificación y sintonía sin precedentes.
En estos años ochenta, que los economistas denominaron
la década pérdida, América Latina
comenzó a padecer la crisis más profunda y
prolongada desde el crack de 1929. A la par de los
proyectos
integracionistas o de concertación política de los
países latinoamericanos fueron debilitándose o
desaparecieron, con la excepción del SELA, el CARICOM y el
grupo de Contadora, este "ultimo encaminado a buscar una
solución política y negociada al conflicto
Centroamericano.
A partir de los radicales cambios ocurrido con el desplome del
socialismo en
Europa Oriental y
la desaparición de la Unión Soviética,
acontecimientos de profundas repercusiones a escala
internacional, pareció abrirse –a fines de los
ochenta e inicios de los noventa- otra época en la
historia de América Latina, inserta en un triunfalista
nuevo orden mundial, de signo unipolar, que Estados Unidos ha
tejido como única superpotencia
político-militar.
Otra característica de la década del noventa,
determinada en gran medida por también por el contexto
internacional, fue la generalización de un clima de
negociación entre fuerzas
antagónicas de derecha e izquierda, que puso finen varias
países latinoamericanos a una persistente lucha
guerrillera y a largos enfrentamientos civiles que
parecían insolubles, como ocurrió en El Salvador
(1992) y Guatemala
(1996).
Sin lugar a duda, de entre todas las esperanzadoras
alternativas latinoamericanas que existen hoy, ilustradas con los
cambios ocurridos en Argentina, Brasil y Uruguay,
sobresale la de Venezuela
implementada por el Comandante Hugo
Chávez, al frente de un movimiento revolucionario de
inspiración bolivariana, con un extraordinario respaldo de
masas, que ha abierto desde 1999 un singular proceso de profundas
transformaciones sociales y políticas en la patria del
Libertador.
A pesar de los peligros de la desestabilización, mayor
dependencia y creciente ingobernabilidad que siguen acechando a
los países de América Latina a comienzos del siglo
XXl, el ideal de la segunda independencia reclamada por
José Martí
va ganado la conciencia de la
amplias mayorías de este continente, como lo demuestra el
amplio proceso integracionista que está teniendo lugar en
todos los ámbitos, entre los que se encuentra el fomento y
desarrollo de la relación ciencia-tecnología y
sociedad.
Respecto a América Latina puede constatarse que se nota
un moderado avance en la creación de capacidades de I+D.
Si EN los años 60 se dedicaba el 0,2 % del PIB a I+D EN
LOS AÑOS 80 SE ALCANZABA EL 0,50%. En ese plazo se
pasó de 30 000 a 100 000 profesionales dedicados a I+D y
por ello América Latina cuenta con el 2,5 % de los
científicos del planeta y es responsable del 1,8 % del,
gasto mundial del I+D. La educación de
postgrado está establecida en casi todos los
países.
Una vez que situados históricamente podemos avanzar a
materia científico tecnológica y su
vinculación en el tiempo con los
cambios socio-históricos y políticos.
¨.américa latina ya ha aprendido a investigar,
ahora necesita aprender a hacer ciencia, o sea, vincular la
infraestructura científica y tecnológica al aparato
productivo¨.
En este sentido, los primeros esfuerzos sistemáticos
que realizaron los países de la región para
institucionalizar la política científica y
tecnológica, así como los primeros programas de
cooperación internacional implementados con éxito
estuvieron condicionados por la posición reservada a
América Latina en el mundo de la posguerra y de la
guerra
fría. Desde el punto de vista ideológico,
reflejaban en gran medida el pensamiento sobre el desarrollo
inspirado por la CEPAL si bien el interés de
la región por esta materia se nutrió de otras
influencias.
Varios países han cristalizado comunidades
científicas e instituciones
de muy buen nivel pero más vinculadas a la
¨transnacional de la ciencia¨ que a los aparatos
productivos de sus países.
Países como México,
Brasil y Venezuela junto a Colombia,
Argentina y Chile reúnen el 91,5% de las publicaciones de
la región. Hacia 1990 ningún país de
América Latina alcanzaba el 1% del PIB dedicado a I+D y
que la crisis de los años 80 demostró la extrema
vulnerabilidad de los sistemas de
ciencia y técnica. También es notable la migración
de científicos, tendencia que podrá fortalecerse en
los próximos años pues los países
desarrollados mantendrán déficit crecientes de este
tipo de personas.
Otra problemática que afecta a América Latina es
que los trabajos no calificados se desplazan cada vez más
hacia la periferia, o sea, de los países del Primer Mundo
hacia latinoamericana, tratándose de actividades que
requieren una alta calificación y pagan bajos salarios. La
función de América Latina dentro de la
división internacional de trabajo que se viene
diseñando no consiste en proveer innovaciones
científicas y tecnológicas sino suministrar mano de
obra barata y materias primas. De manera que se ve afectada
además la educación para
Latinoamérica y recrearla como una sociedad
del conocimiento¨ sería poco probable si se tiene en
cuenta los fundamentos económicos y sociales reales.
Diagnósticos realizados en la región muestran
ciertas debilidades estructurales que afectan gravemente al
desarrollo de la ciencia y la tecnología:
-Sólo el 20 % de la población de la edad
correspondiente accede a la universidad, mientras que en los
países desarrollados esta proporción alcanza en
promedio el 50 %.
-El porcentaje de PIB dedicado a I+D es de poco más del
0,5 %. En otros países desarrollados alcanza 1,9 %, 2,7% y
hasta el 3%.
-Dos terceras partes del presupuesto de
I+D procede de fondos públicos, mientras que en los
países desarrollados pertenece en mayor medida a la empresa
privada, lo mismo que su ejecución.
–La fuga de cerebros, o sea, gran
número de científicos y tecnólogos
latinoamericanos que se encuentran trabajando en los
países desarrollados.
Para que se tenga una idea de cómo la fuga de cerebros
se ha convertido en un fenómeno masivo en América
Latina podemos citar algunos ejemplos; está el caso de la
emigración hacia España
donde la realidad ha cambiado, siendo este uno de los
países que mayor número de latinos acoge en
términos migratorios laborales, los empresarios
españoles solicitan ingenieros latinoamericanos (ya sean
técnicos, de caminos o informáticos) procedentes en
su mayoría de Venezuela, Perú, Chile, Colombia o
Argentina.
Los inmigrantes comunitarios europeos no necesitan el permiso
de trabajo especifico que sí requieren los originarios de
Latinoamérica, así tiene que tiene que haber
razones de peso para que las empresas acepten embarcarse en
complicados procesos burocráticos.
A esa correcta formación hay que añadir una
vocación de más estabilidad por parte del
inmigrante latinoamericano, que emigra con un proyecto de vida,
y que además se implica en ese proyecto porque no puede
fallar, su familia depende
de ello. Para acabar de inclinar la balanza hacia los ingenieros
latinoamericanos, éstos cuentan con la ventaja del idioma.
En un principio las empresas no concedieron demasiado valor al
conocimiento del castellano, pero
la práctica ha demostrado que es una cuestión
diferencial, los jefes de proyecto tienen que dirigir equipos,
tienen que transmitir instrucciones.
Por último, en cuestiones de sueldo, la empresa
española resulta más competitiva en
Latinoamérica, donde los países europeos receptores
de mano de obra cualificada (Noruega, Inglaterra o
Irlanda) no tienen una red tan bien
estructurada como en Europa del Este.
Otro ejemplo se puede apreciar desde adentro hacia Europa y es
el caso de la Argentina donde el problema de la fuga de
cerebros se debe a que los profesionales formados en el
país encuentran más oportunidades laborales y mejor
pagadas en el exterior. En los últimos cuarenta
años el país ha crecido escasamente en recursos
humanos calificados y en conocimiento. Esto trajo como
consecuencia que los científicos y profesionales formados
no encontraran lugar en donde desarrollar sus capacidades y
emigraran en busca de oportunidades a otros países
más desarrollados. Si bien la Argentina cuenta con
universidades y centros de formación de excelencia
académica sin embargo la mano de obra calificada debe
abandonar el país, generándose así el
fenómeno conocido como fuga de cerebros, que
según las épocas fue motivado por razones
diferentes: durante las décadas de los 60, 70 y principios
de los ochenta se debió principalmente a motivos de
persecución política que comenzaron cuando el
régimen militar intervino las universidades
públicas y persiguió a los investigadores, muchos
de los cuales debieron exiliarse. En la década del 90
hasta el presente a factores económicos. En los
últimos años la mayor parte de esta fuga
está conformada por gente joven que emigra para
perfeccionarse; y termina optando por quedarse a vivir afuera y
los que salen decididos a «probar suerte» en
países más desarrollados. Si bien no hay estadísticas que permitan medir con
exactitud el fenómeno se estima que en los últimos
treinta años emigraron unos 50.000 universitarios de los
cuales el 40% son científicos.
Se debe buscar respuestas, por su tendencia a profundizarse en
el futuro, en el incremento de la fuga de talentos que la
internacionalización facilita. Este es un fenómeno
que continuará en ascenso si no se garantiza que la
inversión en educación
superior vaya acompañada de un sostenido desarrollo
nacional, con un nivel de vida adecuado. La búsqueda de
talentos no tiene fronteras y, por tanto, de nada sirve que un
país invierta en tener instituciones de alta calidad si no
cuenta con la debida demanda de sus
graduados, pues estos serán absorbidos por la demanda
internacional, como ya esta ocurriendo en algunos
países.
Esto evidencia la necesidad de fomentar nuevas
políticas de ciencia, tecnología e
innovación o sea que los gobiernos se interesan en la
productividad y los empresarios en la competitividad, lo que promovería sistemas
nacionales de innovación.
En cuanto a ¨gestión
de la tecnología¨, nuestras universidades
todavía están sujetas a la idea de un ¨modelo lineal
de desarrollo¨ según el cual, primero hay que invertir
en ciencia y luego ella a través de sus resultados se
convertirá en innovación; y estas políticas
de de ciencia, tecnología e innovación deben cubrir
tanto la modernización tecnológica de las empresas
como la disminución de la pobreza.
Otra política de ciencia que propiciaría
beneficios a la relación ciencia-tecnología y
sociedad sería el fomento y desarrollo de manera
ascendente de las comunidades científicas que a menudo
encuentran innumerables obstáculos propios del subdesarrollo
como son:
-Baja inversión en Ciencia y tecnología.
-Escasa relación entre el modelo económico y el
desarrollo científico técnico.
-Exilio de nuestros investigadores.
-Necesidad de ampliar la cobertura de la divulgación
científica.
-Ausencia de estudios valorativos sobre las relaciones entre
poder y conocimiento.
-Necesidad de implementar diferentes niveles de
cooperación tanto internacional, nacional, regional..
-Deficiencias educativas en formación en ciencia,
tecnología, sociedad e innovación (CTSI).
Sobre este aspecto pudiéramos hacer un aparte por la
importancia que revisten las universidades que fluctúan
como puente entre la educación, la ciencia y la
tecnología pero además por la vinculación
que se logra entre estas cuestiones y la sociedad.
El Ché fue una de las personalidades que en los inicios
del despertar latinoamericano y cubano analizó en mayor
medida estos temas, un ejemplo de ello es la siguiente frase
recogida en un de sus escritos sobre ¨El papel de la
Universidad en el desarrollo
económico de Cuba¨.
¨No creo que sea la educación la que modele a un
país, y hemos demostrado incluso que no es así,
rompiendo con nuestro Ejército inculto una enorme serie de
trabas y prejuicios, pero tampoco es cierto que el proceso
económico sólo, vaya a conferir a la
educación por el solo efecto de una transformación
económica, una transformación a ese nivel. La
educación y el desarrollo económico están
constantemente actuando entre sí y configurándose
plenamente, y si pudimos nosotros cambiar completamente el
panorama de la Nación
en los niveles económicos, mantenemos hoy sin embargo, la
misma estructura
universitaria. la Universidad adquiere en este momento su
importancia extraordinaria y también se convierte en
cierta manera -aunque formada por individuos que apoyan en su
mayoría este Gobierno-, en un
potencial factor de retraso de la revolución. Hoy no
teméis, hoy todo son rosas, pero
llegará el día de mañana o de pasado, en que
la falta de técnicos impida, definitivamente, establecer
una industria y haya que posponerla dos, tres, cinco o quien sabe
cuantos años. Y en ese momento preciso se verá
cuán importante ha sido ese factor de atraso de una
Universidad que no ha puesto sus aulas al nivel exigido por la
revolución, que es el pueblo¨.
Los importantes cambios sociales de los que estamos siendo
testigos en Latinoamérica tuvieron su primera
expresión como exigencias a la educación superior
en las reformas que se hicieron en los países avanzados en
la década de los 80, y en un buen número de los
países latinoamericanos en la década de los 90.
Esta generación de reformas estuvo orientada
fundamentalmente a responder a las presiones de la globalización económica. En este
sentido, los países con mayor dinamismo en hacer las
reformas en América Latina fueron aquellos con mayores
exigencias por entrar en procesos de globalización económica, como Chile
en los 80, o en procesos de integración –abierta a la
globalización– de los 90, como México con
el Tratado de Libre
Comercio, y los países sudamericanos asociados al
MERCOSUR.
En el ámbito de la educación
superior, las décadas de los 80 y 90 se
recordarán por un importante dinamismo en reformas a nivel
del Estado.
También hubo bastante actividad en otros ámbitos:
en las dinámicas de crecimiento diferenciado, en el campo
de la investigación sobre la propia educación
superior; y muy especialmente, en los procesos de aprendizaje, a
partir del impacto que tuvieron las tecnologías de la
información y la
comunicación (TIC),
especialmente de la World Wide Web, cuya
aparición en 1992 tuvo una repercusión mayor a la
prevista por los especialistas en prospectiva. En América
Latina este último aspecto no tuvo un impacto tan
extendido como lo hizo en países más avanzados,
pero es indudable que afectó a las instituciones con
mayores recursos.
Mientras en el norte se debatía sobre los efectos
preocupantes de la copiosidad, amplitud y velocidad de
los productos de la revolución en la tecnología
científica (y, consecuentemente, se iniciaban los STS
(science and technology studies), primordialmente dirigidos a
entenderla y controlarla), en Latinoamérica, hasta el
umbral de la década del 80, el discurso de
los especialistas, que no dejó de lado las cuestiones que
preocupaban a sus colegas del hemisferio norte, estuvo
consagrado, sobre todo, a proponer a las sociedades
latinoamericanas estrategias para
superar el atraso. Hacía fines de la década de
1980, los gobiernos latinoamericanos renunciaron a las
políticas económicas de tipo nacionalista (en la
Argentina, en particular, al proyecto industrialista que,
según Aldo Ferrer, evolucionaba positivamente desde la
década del 30). Al mismo tiempo, la confianza en la
ciencia y la tecnología quedó con las raíces
al aire, lo que
seria caracterizado por Renato Dagnino como el vacío
ideológico ocupado por el enfoque neoliberal.
Se produjo entonces el surgimiento de iniciativas
universitarias específicas, a las que nos referimos con la
sigla PGCT, caracterizadas por:
? tratarse de estudios de postgrado de dos años,
separados o débilmente integrados a las facultades
establecidas, con un componente de investigación;
? tener un currículo constituido por un conjunto de
disciplinas que van desde la epistemología, la filosofía, la historia de la ciencia y la
tecnología, la sociología y la ciencia política,
hasta el planeamiento y
gestión de la tecnología;
? constituir un campo de conocimientos en formación,
que combina contenidos, conceptos y metodologías
provenientes de disciplinas institucionalizadas con la
política y la gestión (policy más
politics);
? aparecer justificados como una respuesta a la demanda de
profesionalizar las funciones de
organización, planificación y gestión de las
actividades científicas y tecnológicas a ser
ejecutadas por gerentes de empresas, administradores de centros
de investigación, funcionarios de universidades y agentes
de enlace entre la investigación y la empresa;
? ser (siempre según el catálogo mencionado)
diferentes entre ellos, en cuanto a la naturaleza de su
problemática, enfoque, inserción,
institucionalización, objetivos de
enseñanza, grupos
sociales a los que se dirigen, etc.;
? orientar a sus egresados tanto al sector
público como a la empresa, con predominio del primero
y de la formación de cuadros universitarios para la
enseñanza y la investigación.
Entre nosotros, desde 1960 a 1980, la preocupación
crucial de los estudiosos fue la política
científico-tecnológica, vista como instrumento de
desarrollo económico y social. La evidencia de la
difusión de innovaciones en el hemisferio norte,
además de otros factores como el debate sobre
las tecnologías apropiadas (appropriate technologies) en
los Estados Unidos, condujo a plantear la necesidad de
políticas orientadas a disminuir la brecha entre el norte
y el sur.
La región tiene casi 9 mil programas de postgrado,
incluyendo especializaciones, maestrías y doctorados,
siendo la maestría la que más presencia tiene,
puesto que representa el 51% de todos los programas de postgrado.
El desarrollo de este cuarto nivel de educación ha sido
mérito del sector público, pues 75% de la
matrícula pertenece a este sector. Este pequeño
pero importante desarrollo encubre grandes diferencias, siendo
Brasil y México los que están a la cabeza,
correspondiendo a estos países el 71% de la
matrícula total de la región en maestrías y
doctorados.
Durante los 90 también se dio una maduración de
algunas tendencias, como el crecimiento del nivel de postgrado y
el desarrollo de proyectos estratégicos de ciencia y
tecnología en países como Brasil, México, A
Argentina, Chile, Venezuela y Colombia. También tuvo lugar
el desarrollo de algunas instituciones virtuales, como el
Instituto Tecnológico de Altos Estudios, en Monterrey,
México; la Universidad Virtual de Brasilia, que coordina
la red de ocho
universidades llamadas Universidad Virtual de Centro-Oeste
(UNIVIRCO); Universidad Red,
coordinada por Argentina, con participación de Brasil,
Gran Bretaña e Israel; Red de
Información Iberoamericana (RIBIE), con la
participación de Argentina , Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Ecuador,
México, Perú, Venezuela y España.
A pesar de los avances en investigación que ha habido
en algunos países, la institucionalización de la
educación superior como campo de estudio en la
región es aún precaria comparada con los
países centrales. Se hace indispensable crear espacios de
investigación orientados a la producción de
conocimientos que posibiliten construcciones
crítico-reflexivas con referentes endógenos que
sean capaces de interpretar las especificidades de nuestros
países. En momentos en que se está desdibujando el
modelo de "universidad ideal" como proyecto logocéntrico,
cuestionándose su ejercicio de autoridad
absoluta en cuanto a la universalidad de la verdad, se nos
presenta un intersticio de libertad para
reflexiones endógenas orientadas a reafirmar la identidad de
las instituciones académicas, en respuesta a la
pertinencia que demanda la especificidad de nuestras
sociedades.
La patria
grande
Las similitudes históricas y culturales de los pueblos
latinoamericanos han llevado a crear la idea de América
Latina como una patria grande común.
Derivado de la idea genérica de unidad latinoamericana
se han desarrollado proyectos e instancias políticas de
integración de las naciones latinoamericanas. Estos
proyectos han tomado cuerpo principalmente en la ALADI
(Asociación Latinoamericana de integración), pero
también en diversos proyectos de integración
física,
logística y cultural y se han expresado en
un cuerpo teórico particular acerca del proceso de
integración. En el marco de la integración
latinoamericana se han desarrollado también
experiencias más o menos exitosas de integración
subregional, como el Mercosur, la Comunidad
Andina, o el Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA), que ha llevado a la
teoría
de la integración latinoamericana a sostener distintos
modelos de
interrelación entre los procesos de integración
subregional, latinoamericano y continental.
La Unidad Latinoamericana es un concepto
político-cultural extendido por América Latina
anterior a los tiempos de la independencia, y que debe ser
distinguido claramente del panamericanismo. Partidos
políticos, sectores sociales, intelectuales
y artistas de las más diversas extracciones han expresado
reiteradamente su adhesión a las más diversas
formas de unidad latinoamericana, desde organizaciones
supranacionales como la Asociación Latinoamericana de
Integración (ALADI) hasta instancias de coordinación política como la
Conferencia
Permanente de Partidos Políticos de América Latina
(COPPAL), culturales como la Unión de Universidades de
América. Latina y el Caribe (UDUAL) o sectoriales que
adoptan la forma de uniones latinoamericanas.
En la década del 70 América Latina estaba
integrada por países organizados como Estados (unitarios,
unos, y como Federaciones, otros) que mantenían una
discutida distribución de sus atribuciones
funcionales, primando el papel de las capitales nacionales frente
a las aspiraciones de autonomía más o menos
explícitas de sus respectivas unidades constitutivas
(provincias, departamentos o estados). Fue la década de
los setenta una etapa de su pasado reciente en la que el crecimiento
económico nacional, distribuido territorialmente de
forma polarizada sobre algunas pocas áreas, generó
en el conjunto de América Latina grandes desequilibrios
socio espaciales. Para paliar sus efectos se diseñaron las
políticas de planificación del desarrollo regional
que alcanzaron en esa década considerable auge,
aprovechando para el diseño
de sus actuaciones la
organización político-administrativa
preexistente en los respectivos países y
acomodándolas a las necesidades de cada caso. El
crecimiento económico que se impulsó con esas
medidas originó también profundos desajustes
demográficos y sociales en extensas zonas y, del mismo
modo, la aparición de grandes desequilibrios
territoriales. Para tratar de corregir tan insatisfactorios
efectos surgieron las propuestas estatales "descentralizadoras",
asociadas a la necesidad de aumento de la participación
social y a las demandas de democratización
política. Estas corrientes no tardaron en repercutir con
sus dinámicas específicas en la aparición de
nuevas regulaciones de la organización administrativa del
territorio durante los años ochenta y noventa. Desde los
años 80 en Latinoamérica se han establecido
gobiernos que han seguido las condiciones del Fondo Monetario
Internacional, hasta ahora cuando nuevos liderazgos se han
pronunciado contra el neoliberalismo
para mantener la soberanía de sus pueblos.
A lo largo de la Historia de América Latina se han
creado instituciones como la CEPAL nacida el 25 de febrero de
1948 como comisión regional del Consejo Económico y
Social de la ONU
(Organización de las Naciones Unidas),
en tal proceso, este organismo ha sido fuente de importantes
teorías, además de blanco de numerosas
críticas. Según la revisión histórica
del propio organismo, después de la
industrialización de los años 50, la CEPAL propuso
"reformas para desobstruir la industrialización" en los 60
y la "reorientación de los estilos de desarrollo hacia la
homogeneización social y hacia la diversificación
pro-exportadora" en los 70.
En la década del 80, propuso la "superación del
problema del endeudamiento externo mediante el
ajuste con crecimiento" y en la del 90, la
"transformación productiva con equidad".
En la última década, la CEPAL, cuya sede
permanente está en Santiago de Chile, concentró su
atención en la desigual distribución
de la riqueza.
Otra institución creada en la década del 40 y
que jugó un importante papel en el desarrollo de la
región fue el CAME.El Consejo de Ayuda Mutua
Económica (CAME o COMECON) fue una
organización de cooperación económica
formada en torno a la
Unión Soviética por los países del llamado
socialismo real y cuyos objetivos eran el fomento de las
relaciones comerciales entre los estados miembro en un intento de
contrapesar a los organismos económicos internacionales de
economía
capitalista, así como presentar una alternativa al
denominado Plan Marshall
desarrollado por Estados Unidos para la reorganización de
la economía europea tras la Segunda Guerra
Mundial. Existió entre enero 1949 y abril de 1991.
Por impulso de la Unión Soviética, los miembros
del CAME dividieron el trabajo entre los distintos países,
creando zonas productoras de materias primas, siderurgia,
industria petroquímica, etc., coincidiendo con cada
país, lo que acentuaba la dependencia de todos ellos de la
Unión Soviética que en algunas ocasiones
representaba el 40% de los intercambios entre los mismos.
Su fase de mayor expansión internacional
coincidió con los años 1970, cuando controlaba el
10% del tráfico mundial de mercancías. El 28 de
junio de 1991, cuando se disolvió, apenas representaba el
6%. En un principio entre sus integrantes no se encontraban
muchos países latinoamericanos pero ya para la
década del 80 se le adhirieron algunos como Nicaragua y
México, además de Cuba que ya se encontraba entre
sus filas.
La desigualdad
social y la pobreza siguen
siendo los principales desafíos de toda la región:
según informes de la
CEPAL América Latina es la región más
desigual del mundo. De acuerdo con el Banco Mundial, el
25% de la gente sobrevive con menos de 2 dólares
diariamente. Los países con mayor desigualdad en la
región en 2006 fueron: Bolivia
(60,1), Haití (59,2), Colombia (58,6), Paraguay (57,8),
Chile (57,1) y Brasil (50,5), mientras que los países con
menor desigualdad en la región son: Cuba (el país
de menor desigual en toda la región), además
están Nicaragua (43,1), Ecuador (43,7), Venezuela (44,1),
Uruguay (44,9) y Argentina (45,9). Uno de los aspectos de la
desigualdad y la pobreza en América Latina es la
desigualdad en el acceso a los servicios
públicos básicos.
Los países se agrupan en diferentes bloques
comerciales:
México forma parte del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (en inglés, NAFTA) con los
Estados Unidos y Canadá, además más
recientemente los países de Centroamérica y
República Dominicana alcanzaron acuerdos con este
bloque por medio del CAFTA y sus respectivos tratados con
Canadá, México y con el CARICOM. Siendo
ésta la zona económica más grande del
mundo, seguida por la Unión Europea.Uruguay, Brasil, Paraguay, Argentina y Venezuela forman
parte del Mercado Común del Sur con Chile, Bolivia,
Perú y Colombia como miembros asociados.Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador forman parte de
la Comunidad Andina de Naciones con Chile, Uruguay, Brasil,
Paraguay, Argentina y Venezuela como miembros asociados.Perú, Chile y México forman parte de la APEC
(Foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico).México, Colombia y Venezuela formaban el Grupo de
los Tres (G-3), hasta el retiro de Venezuela del grupo el 22
de mayo de 2006.Guatemala, Honduras y El Salvador forman el
Triángulo del Norte Centroamericano, mismo que a su
vez tiene en vigor un acuerdo de libre comercio con
México y los Estados Unidos.Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y
República Dominicana tienen vigente un tratado de
libre comercio con los Estados Unidos (DR-CAFTA), al cual se
acaba de unir Costa Rica tras haberlo ratificado por
referéndum.Cuba, Bolivia, Venezuela y Nicaragua forman parte de la
Alternativa Bolivariana para América Latina y el
Caribe.
Intentos de integración
económica a nivel continental se realizan
través de la ALALC, sucedida por la ALADI y el SELA.
Las principales economías de Latinoamérica
están entre Brasil, México, Argentina,
Venezuela, Colombia, Chile, Perú, Panamá,
Republica Dominicana, Costa Rica.
. Considerando el Índice de desarrollo
humano todos los países, menos Haití,
están entre los puestos 40 (Chile) y 121 (Guatemala),
según los datos publicados
en 2007. Considerando el PIB a valores de
PPA, todos los países están entre el puesto 6
(Brasil) y 104 (Nicaragua), estando México en el puesto
12, Argentina en el 23, según datos publicados en abril de
2008 por el Fondo Monetario Internacional. Haití es una
excepción, ya que se ubica en el puesto 151 para el PBI y
146 para IDH.
La economía de Brasil es la más grande de
América Latina y la octava a nivel mundial. La segunda
economía en términos de volumen es la de
México, que es a su vez duodécima a nivel mundial.
Brasil hace parte de la teoría del BRIC, la cual afirma
que para el año 2050, será una de las 5
economías más grandes del mundo.
A través del prisma derivado del concepto de "marginalidad",
buen número de países concibió y
aplicó, con un saldo no muy favorable, medidas que
intentaban orientar la demanda hacia la oferta
nacional de conocimientos científicos y
tecnológicos.
En este particular, se utilizaron instrumentos como la
exoneración de impuestos, la
programación industrial, el uso de la
capacidad de compra del Estado, financiamiento
industrial, etc. En las empresas también se ensayaron, con
intensidad variable, esquemas de financiamiento e incentivos
fiscales orientados a "premiar" a las organizaciones que
realizaran esfuerzos tecnológicos.
Una rápida evaluación
del impacto causado por las políticas científicas y
tecnológicas anteriormente descritas, arrojaría con
claridad dos logros:
-La creación y fortalecimiento de un aparato de
investigación y
-Cierto control sobre el
flujo de tecnología foráneo en función de su
asimilación local.
De igual modo se debe mencionar la creación de nuevos
mecanismos financieros que van más allá de los
subsidios a la investigación. Aquí han surgido
mecanismos muy diversos que sin duda están llamados a
jugar un papel importante dado el viraje que han dado varios
países latinoamericanos en relación a sus
políticas económicas. Finalmente, vale la pena
destacar el desarrollo de registros,
información, mecanismos que intentan conciliar la oferta y
la demanda de servicios tecnológicos, líneas de
crédito, capital de riesgo, etc.
Como es de esperar, el grado de desarrollo, intensidad de las
acciones e
inversiones
son muy variables en
un área geopolítica muy heterogénea en
relación al desarrollo de la ciencia, la
tecnología, la industria o la agricultura.
En general, existen tres elementos comunes en la
organización estatal. Así usualmente
encontramos:
a.- Un organismo central de política que elabora las
directrices generales y planes de desarrollo científico y
tecnológico. Ese organismo asume tres modalidades:
Un Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Un Consejo Nacional (tipo CONICIT venezolano).
Una dependencia del máximo organismo de
planificación.
b.- Un organismo central de promoción, dirigido a elaborar programas y
financiar proyectos y formar recursos humanos. La mayoría
de las veces se trata de un Consejo Nacional integrado por
investigadores, empresarios y funcionarios públicos en
proporciones variadas.
c.- Algunos organismos sectoriales que se encargan de
particularizar la política científica y
tecnológica. Algunos son importantes centros de
investigación ubicados en áreas específicas
(agricultura, salud, defensa) que ejercen
funciones de coordinación y orientación. En el
área industrial es donde la sectorización
está más desarrollada y existe, o está en
vías de formación, un aparato institucional
específico que desvincula de alguna manera la
política tecnológica de la científica. Este
organismo suele estar ubicado en el ministerio encargado del
desarrollo industrial y elabora planes o políticas para el
sector, además de contar con instrumentos básicos
como registros de la propiedad
industrial, oficinas de normalización y metrología, regulación de la
inversión
extranjera, programas de productividad, etc.
Argentina, Brasil y México poseen el mayor desarrollo
institucional, así como más investigadores,
laboratorios y experiencias que otros países de la
región. Dentro de la uniformidad que caracteriza a la
zona, cada uno de estos países posee algunas modalidades
interesantes.
En Argentina, el organismo de mayor
jerarquía administrativa es la Secretaría de
ciencias y
tecnología. Su historia previa, como en otros
países, es la búsqueda de un poder político
dentro del Estado. Actualmente (desde 1973), esta
Secretaría depende del Ministerio de educación.
Existe igualmente el Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas
(CONICET), con funciones de promoción y
coordinación y adscrita a la mencionada Secretaría.
Sus funciones son:
– Orientar y coordinar las actividades de ciencia y
tecnología.
– Promover proyectos de
investigación y desarrollo.
– Llevar a cabo los programas de formación de recursos
humanos.
Los principales problemas que
afrontan la ciencia y la tecnología en el país son,
en primer lugar: la baja inversión en ellas con respecto
al nivel internacional. Según datos del 2005, la ciencia y
la tecnología verifican una fuerte dependencia del
financiamiento público que aporta el 65% de la
inversión distribuido en un 43% en el sector gobierno y un
22% las universidades públicas. Con relación al
PBI, el sector público aporta el 0,30% mientras que el
privado aporta el 0,16%, aunque la participación del
sector privado en las actividades científicas y
tecnológicas se viene incrementando desde el año
2002.
Hasta 2007, el área administrativa dedicada a la
ciencia y la tecnología estuvo incluida dentro del
Ministerio de Educación, con la jerarquía de una
secretaría ministerial, del que a su vez dependía
el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET). La situación varió ese
año al crear la presidenta Cristina Fernández el
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva, y así el CONICET depender directamente de ese
ministerio.
En brasil, el país más grande de
la región, cuenta igualmente con el mayor desarrollo
institucional y más experiencias en campos como la
sectorización y regionalización. Destacan tres
organismos centrales:
– El Ministerio de Ciencia y Tecnología, creado en
1985, y que ha tomado algunas funciones que originalmente
correspondían al Consejo Nacional de Desarrollo
Científico y Tecnológico, como es la
formulación de políticas, elaboración de
planes de desarrollo con énfasis en las nuevas
tecnologías y coordinación de los institutos
más importantes.
– El Consejo Nacional de Desarrollo Científico y
Tecnológico (CONADECT), el cual es realmente el ente
central del fomento al desarrollo científico y
tecnológico. Creado en 1951, fue la primera
institución de este tipo creada en América
Latina.
– La Financiadora de Estudios y Proyectos (FINEP), creada en
1967 y originalmente adscrita al Ministerio de
Planificación. Bien dotado desde el punto de vista
presupuestario, financia proyectos científicos y
tecnológicos, estudios de pre-inversión,
actividades de consultoría y formación de recursos
humanos en áreas definidas como prioritarias para el
país.
El caso de México es igualmente
interesante. A partir de 1985 el organismo de máxima
jerarquía es la secretaría de programación y
Presupuesto, cuyas responsabilidades consisten en la
formulación de las políticas nacionales de ciencia
y tecnología y en garantizar el cumplimiento del Programa Nacional
de Desarrollo Tecnológico y Científico
(PRONDETYC).
El segundo organismo nacional en jerarquía es el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), creado
en 1970, y hasta 1985 el organismo más importante del
sistema. Al CONACYT le corresponde la formulación y la
ejecución del Programa Nacional de Desarrollo
Tecnológico y Científico, promover la
coordinación del sistema nacional de ciencia y
tecnología, diseñar programas de
investigación y desarrollo tecnológico y
asesoramiento tanto a la Secretaría de Programación
y Presupuesto como a otros entes del sector público en
materia de ciencia y tecnología.
En las últimas décadas se ha prestado
atención al problema del financiamiento del desarrollo
tecnológico y aquí juega un papel importante el
Fondo Nacional de Equipamiento Industrial (FONEI). Este posee
fondos para actividades tan diversas como pre-inversión,
capital de
trabajo, adaptación de tecnologías, desarrollo
tecnológico y comercialización de nuevas
tecnologías.
Dejando de lado las cifras y los datos macroeconómicos,
que a veces no dejan ver el bosque, miremos algunas
circunstancias que hacen posible la adopción
de una política sobre ciencia y tecnología en
sociedades como las nuestras en el momento actual. El desarrollo
económico, una consecuencia de logros en ciencia y
tecnología, no se producirá de manera
espontánea si se quieren lograr ciertos objetivos en un
plazo dado. Se requiere de una política de Estado en
ciencia y tecnología. Uno de los objetivos de una tal
política es la competitividad, es decir, buscar nuevos
procesos tecnológicos y nuevas tecnologías que
logren mejores indicadores
costo-beneficio y
de calidad en los productos. De los ejemplos exitosos más
recientes a nivel internacional pueden obtenerse algunas pistas.
En primer lugar, parecen demostrar como requisito previo que la
sociedad civil
se concientice y la adopte como un propósito nacional.
Como actores principales de la sociedad civil, en forma
genérica para estos propósitos, se entiende los
orientadores de la opinión
pública, las organizaciones no-gubernamentales
dedicadas al estudio y solución de problemas
científicos y tecnológicos, y los grupos
directamente interesados, como académicos,
científicos, estudiantes, administradores de las
universidades, ingenieros en empresas y empresarios. Lo que se ha
constatado es que una vez obtenido un cierto nivel de consenso
sobre las metas por alcanzar, los partidos políticos los
han incorporado en su idearios de trabajo (los partidos
políticos son muy sensibles a semejantes demandas, a tal
punto que se pelearán por su paternidad y quién las
toma con mayor seriedad). Como en las democracias algún
partido debe gobernar y todos deben estar presentes en los
órganos legislativos, la adopción de una
política de Estado y su desarrollo gubernamental
está garantizada.
El caso de Cuba
en el desarrollo regional: relación entre
ciencia-tecnología y sociedad
Durante las últimas cuatro décadas Cuba ha
realizado un esfuerzo significativo en educación, ciencia
y tecnología. Sus indicadores en estos campos
(Fernández y Núñez, 1998), de acuerdo con el
volumen de su población y monto de recursos disponibles,
son de los más altos en América Latina. Se puede
decir que el país ha apostado fuerte por la
educación, la ciencia y la tecnología. Incluso en
medio de la crisis económica más reciente, este
esfuerzo se ha mantenido en algunas áreas e incluso
multiplicado en otras (Biociencias, Biotecnología, Industria
Farmacéutica). Como todo país en vías de
desarrollo, Cuba enfrenta un extraordinario desafío
científico y tecnológico.
En el caso específico de Cuba existen dos vertientes
que han tenido significados en cuanto a la aparición de la
ciencia: la cienciológica y la latinoamericana que es la
que más se aviene a este trabajo. Esta vertiente
latinoamericana proviene en mayor medida de países como
Argentina, Brasil, México, Venezuela y enfoca la Ciencia y
la Tecnología desde la perspectiva de países
estructuralmente dependientes.
Durante las últimas cuatro décadas Cuba ha
realizado un esfuerzo significativo en educación, ciencia
y tecnología. Sus indicadores en estos campos
(Fernández y Núñez, 1998), de acuerdo con el
volumen de su población y monto de recursos disponibles,
son de los más altos en América Latina. Se puede
decir que el país ha apostado fuerte por la
educación, la ciencia y la tecnología. Incluso en
medio de la crisis económica más reciente, este
esfuerzo se ha mantenido en algunas áreas e incluso
multiplicado en otras (Biociencias, Biotecnología,
Industria Farmacéutica). Como todo país en
vías de desarrollo, Cuba enfrenta un extraordinario
desafío científico y tecnológico.
La comunidad
científica cubana tiene expresiones de compromiso social
poco frecuentes en países del tercer mundo. La existencia
de un código
de ética
de los científicos cubanos en cierta medida refleja todo
esto. En otras palabras, el desarrollo científico,
tecnológico y educativo cubano transparenta las estrechas
relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad; entre la
ciencia, la tecnología, la política y los
valores.
Si recurrimos a la Historia de la Ciencia y la
Tecnología en Cuba como proceso vemos como algunos autores
tienden a dividir los esfuerzos realizados por conectar la
política de I+D nacional ligada a las políticas que
se fueron aplicando en este sentido en el mundo en tres etapas
principales:
-La etapa de la promoción dirigida de la ciencia
(1962-1976).
En una etapa temprana se le dio en Cuba a las políticas
de desarrollo en materia de Ciencia y Técnica por parte de
los dirigentes políticos que supieron reconocer la
necesidad de una base nacional de ciencia y técnica aunque
entonces era evidente que una parte de nuestros esfuerzos iban a
depender en gran medida de la transferencia externa para la
creación de capacidades en los sectores productivos y de
servicios. Era obvio que se plantearon objetivos que no
podían alcanzarse sin un potencial científico y
tecnológico apropiado para vincularse a las condiciones
específicas de nuestra realidad en aquel entonces.
Hacia mediados de la década del 70, tras 15 años
de esfuerzos sostenidos por construir un sector de I+D el apoyo
recibido por la UNESCO a través de las ONCYTS directamente
a través de América Latina y la creciente
insistencia de nuestros partners en el Consejo de Ayuda
Mutua económica (CAME), llevaron a la creación en
1976 de un Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología cuyos
mandatos y acciones permiten hablar a partir de ese momento de
una segunda etapa en la evolución de la política de Ciencia
y Técnica en el país.
-El modelo de dirección centralizado
(1977-1989).
A estas instituciones se plantea entonces el problema de
completar el esfuerzo desde el lado del suministro con un
esfuerzo en la dirección de la utilización de los
resultados de la I+D. Existen ahora otros factores: un ONCYT
designado, una idea de coordinar mejor los esfuerzos por la idea
de organizar la I+D en problemas de investigación lo que
permite un marcaje de las prioridades y una preocupación
porque se actuará en la esfera de la
¨introducción de los resultados¨ y luego llamada
en la ¨introducción de logros¨.
En la segunda mitad de lo 80, la categoría programa
científico introducida en 1986 representó un
instrumento de mayor integralidad que reconoció a los
productores y usuarios proporcionando una mayor
incorporación de otros agentes del cambio
tecnológico. El Sistema de introducción de logros
en 1987 no se orientó en la frecuencia debida para la
utilización de los resultados propios.
Otras fuentes y agentes de innovación, las
racionalizaciones y el Movimiento de las Brigadas Técnicas
Juveniles etc. no se conectaron a este modelo de de
generación y utilización de resultados en Ciencia y
técnica y se entorpeció con instrumentos
jurídicos no concatenados con los del denominado proceso
científico-tecnológico.
El comienzo del proceso de rectificación que en el
plano político se fijó en abril de 1986 en el
ámbito de la ciencia y la técnica marca exactamente
el inicio de la 3 etapa en la que va desde el comienzo de la
rectificación hasta el primer momento del derrumbe del
socialismo en Europa Oriental a fines de 1989.
Con la crisis de fines de los 80 y principios de los 90 se
inicia una nueva etapa que marca un viraje en el sistema
innovativo cubano y en las políticas aplicadas en este
campo. Ante todo hay que tener en cuenta que dada la profundidad
y duración de la crisis, se afectaron ampliamente el gasto
en investigación y desarrollo, así como todos los
sectores de amplio contenido social: la educación, la
salud
pública, la seguridad
social2. El gasto en I+D cayó a menos de un 1% del PIB,
recuperándose a fines de los noventa a un 1,17%, escaso
aún según los parámetros internacionales que
marcan los países más avanzados (CITMA, 1998, p.
9). Sobre todo fue relevante el retroceso en el nivel de
matriculación de la educación cubana, incluso a
nivel universitario, lo que pone de relieve la
crisis y la falta de incentivos a estudiar por los bajos salarios
y escasas posibilidades de empleos bien remunerados.
Sin embargo, lo nuevo del período esta dado en dos
aspectos básicos; primero, en el énfasis que pone
el gobierno desde mediados de la década del 80, en dirigir
cuantiosas inversiones, al desarrollo de una industria de alta
tecnología, fundamentalmente la biotecnología y la
médico-farmacéutica, no integrada en los acuerdos
del Consejo de Ayuda Mutua Económica y segundo, el
diseño de una concepción de sistema nacional
innovación diferente al anterior, donde se pretende
potenciar el papel de la innovación tecnológica en
el desarrollo del país, organizando los esfuerzos en base
a proyectos y programas vinculados a la solución de
problemas concretos existentes en sectores, industrias o
territorios (la alimentación humana,
la salud pública, que incluye la fabricación de
medicamentos, la búsqueda de nuevos fondos exportables, la
sustitución de importaciones ,
el ahorro de
energía, entre otros).
-Cambios subsiguientes al derrumbe del campo socialista
(1990-1995)
Se produce la introducción del polo
científico-productivo como acción para la
formación de redes de cooperación
integrada en la sucesiva potenciación del Foros de piezas
de Repuesto hasta un Foro de Ciencia y
Tecnología. Los eventos
transcurridos a partir de 1990 constituyeron una tercera etapa
ene l proceso de la política de ciencia y técnica.
En estos la Universidad en su constante desarrollo se enrumba
hacia los atributos de un centro de Educación Superior
contemporáneo; los programas de ciencia y técnica
comienzan a estructurarse por proyectos y se produce la
influencia económica sobre la política
científica y tecnológica, la producción
nacional queda abierta a los avatares del mercado internacional y
se comienza a llevar las cuestiones de ciencia y técnica
hasta los niveles de base en la división
político-administrativa: los municipios y consejos
populares. Aparece al fin el reconocimiento a la
innovación tecnológica como amplio fenómeno
social de miles de actores.
Con una estrategia
selectiva tendiente a impulsar sectores, como el turismo, la
biotecnología y la industria
médico-farmacéutica, se ha pretendido capitalizar
las inversiones hechas en la preparación de cuantiosos
recursos humanos durante casi 40 años para intentar
reactivar la economía del país, junto al logro de
una estabilidad macroeconómica aceptable hasta hace dos
años. Aunque se logró una reanimación del
crecimiento desde de mediados de los 90 con tasas de entre 4 y 6
por ciento, desde fines del 2000, la economía entró
nuevamente en una fase de contracción económica,
que ha empeorado sustancialmente a partir del último
trimestre del 2001. Las políticas de innovación han
tomado auge en la última década, precisamente ante
el reto de competitividad que el cambio tecnológico
acelerado le ha planteado a todas las economías. Las
políticas de innovación comprenden un conjunto de
acciones de incentivo e impulso a las actividades de
innovación industrial y desarrollo tecnológico,
donde hasta ahora el principal instrumento utilizado, ha sido el
gasto
público en Investigación y Desarrollo.
El bloqueo económico de los Estados sobre Cuba y la
migración del personal
científico, las restricciones mostradas en lo que a moneda
libremente convertible se refiere, problemas organizativos y
burocráticos que afectan el cumplimiento de contratos, entre
otras, son problemáticas que han contribuido de manera
sistemática y ascendente a que en la última
década la relación ciencia-técnica y
sociedad carezca aún de un mayor indujo.
No obstante el desarrollo científico y
tecnológico cubano ha estado asociado a prioridades
políticas muy evidentes. El énfasis en ciencia y
tecnología está incorporado desde muy temprano al
discurso
político e ideológico cubano (Fidel Castro,
Che Guevara) y
en correspondencia con él se han desencadenado numerosas
acciones prácticas. De acuerdo con esto, a las sucesivas
generaciones de científicos y profesionales se les ha
pedido no sólo destrezas técnicas sino
también un comportamiento
ético que convierta el trabajo que realizan en beneficios
sociales. La comunidad
científica cubana tiene expresiones de compromiso social
poco frecuentes en países del tercer mundo. La existencia
de un código de ética de los científicos
cubanos en cierta medida refleja todo esto. En otras palabras, el
desarrollo científico, tecnológico y educativo
cubano transparenta un tema de gran importancia en los estudios
CTS: las estrechas relaciones entre ciencia, tecnología y
sociedad; entre la ciencia, la tecnología, la
política y los valores.
El debate en torno al desarrollo de ciencia y
tecnología en Cuba ha tenido frecuentemente un carácter público y participan en
él de diferentes modos numerosos agentes sociales. Una
expresión clara de esto es el llamado Forum de Ciencia y
Técnica, una experiencia de participación
pública que requiere aún un estudio detallado pero
que sin dudas reviste un carácter singular. Como parte de
las transformaciones que vive el país se están
introduciendo algunas novedades en la concepción de la
política científica y tecnológica, las que
se resumen en el propósito de crear un Sistema Nacional de
Ciencia e Innovación Tecnológica. Este proceso
reclama de la preparación de personas competentes para
este fin y, por las características del proyecto al cual
sirve, el elemento fundamental en la conformación del
Sistema es la sociedad y sus programas de desarrollo. Las
universidades cubanas reconocen que la formación
científico-técnica debe ser acompañada de
una formación humanística, lo que determina la
presencia de cursos de ciencias
sociales y humanidades en todas las carreras universitarias.
En los años noventa se ha encontrado que los estudios CTS
son un vehículo privilegiado para este fin.
En correspondencia con todo lo anterior los estudios CTS han
consolidado notablemente su posición institucional en
Cuba. Las vías fundamentales han sido las siguientes:
– Creación en 1991 en la Universidad de La Habana |
– Creación a partir de 1997 de un programa de |
– Inclusión de disertaciones sobre CTS como |
– Incorporación de cursos CTS a diversos |
– Presencia de cursos de CTS (alrededor de 32 horas) en |
Durante la década de los años 1990, el
número de publicaciones científicas total de
autores cubanos se redujo drásticamente como consecuencia
de las difíciles condiciones económicas que
afectaron al país durante ese período. Muchas
revistas se vieron precisadas a disminuir su volumen y
frecuencia, otras desaparecieron.
Sin embargo, producto de un
gran esfuerzo, en los últimos años, ha ocurrido un
renacimiento de
la publicación cubana en el área de la ciencia y la
tecnología.
El año 1989 registró la publicación del
mayor número de artículos de autores cubanos
editados en las revistas biomédicas nacionales y
provinciales desde los inicios de la Revolución; en 1990
comenzó su descenso; los planes de producción se
redujeron aunque su cumplimiento no se afectó
sensiblemente hasta el año 1992.
Estos datos, muy simples a primera vista, revelan un
fenómeno de orden cualitativo mucho más complejo e
importante, consecuencia de las circunstancias que afectaron al
país durante la década de los años 90, y que
consiste en que, a la vez que se produce un crecimiento de las
disponibilidades en el país, crece el número de
publicaciones, pero, a la vez, crece el número de
manuscritos de valor que migran hacia publicaciones extranjeras,
debido a la persistencia en muchas editoriales de las
insuficiencias para desarrollar y mantener vehículos de
calidad capaces de diseminar en forma idónea nuestras
contribuciones científicas, como consecuencia de la
acción de ciertos factores organizativos, estructurales,
culturales y tecnológicos que aun impiden revelar
adecuadamente en el extranjero, los logros de Cuba en el campo de
la ciencia y la tecnología.
Por otra parte, ".a finales de la pasada década, junto
con el avance de Internet, sobre todo en el
campo académico y científico en el país, se
inició paralelamente un formidable movimiento
ideológico y cultural, un fenómeno amplio de
múltiples perspectivas: una Batalla de Ideas.". Y
"Con esta nueva etapa de desarrollo, nacieron numerosos programas
en el área profesional y cultural, dirigidos a
revolucionar la enseñanza, sus recursos humanos, sus
tecnologías, sus métodos y
medios, su
alcance, que comprende todos los niveles de la sociedad
cubana.".
En 1995 se creó el Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA), responsabilizado directamente con la formulación,
instrumentación, coordinación y
evaluación de las políticas científicas,
tecnológicas y ambientales; entre ellas, las medidas
relacionadas en su esfera de acción con la
evaluación ex ante de las tecnologías a
transferir. La creación del CITMA debe contribuir a una
relación más -armónica entre la
generación de tecnologías autóctonas
(transferencia vertical) y la importación de tecnologías
(transferencia horizontal), como dos de los elementos
básicos del desarrollo científico y
tecnológico nacional.
En las condiciones actuales de Cuba, la magnitud de los
esfuerzos en la investigación debe concentrarse y cobrar
perfiles más definidos, encaminándose en buena
medida a la relación ciencia tecnología y sociedad
en pos del desarrollo nacional y hacia la comunidad
científica latinoamericana como uno de los
propósitos en materia integracional.
La
Integración en materia
científico-tecnológica y social de América
Latina como un paso viable para el desarrollo de la
región
. la región debe discutir sus posibilidades
propias, "sino, nunca vamos a crecer, siempre pobres, siempre
países de la periferia".
."no echemos la culpa de todos los males al imperio de
turno (…) no hemos sido capaces de elaborar un proyecto que nos
permita dar dignidad a
nuestros pueblos". Tabaré Vázquez, presidente de
Uruguay.
La integración es un proceso continuo de
aproximación y aprendizaje, que es vulnerable a crisis. La
doctrina de Integración significa la extensión del
ámbito multinacional de la tesis,
según la cual el desarrollo económico es imposible
sin industrialización. El crecimiento sostenido de una
economía subdesarrollada depende del grado en que pueda
fomentarse su activo proceso de situación de importaciones
por producción interna a fin de que su capacidad para
importar permita, adquirir un volumen óptimo de bienes y de
tecnología.
Se han trazado varias aristas en lo que a
integración para América latina y el Caribe se
refiere, ellas son:
Integración Comercialista
Es el programa escalonado de
eliminación de las barreras artificiales a los
intercambios de bienes y a los movimientos de factores
productivos.Integración Organizada
El proceso por el cual un grupo de
países que persigue su desarrollo económico
común se reúnen en forma voluntaria y convienen
dar un trato preferencial y reciproco a sus respectivas
producciones y adoptar políticas internas y externas
comunes respecto a ciertos problemas económicos.Integración de las
EconomíasSe refiere a las diversas operaciones
más o menos simultáneas, pero ligadas y
complementarias, que consisten en establecer y mejorar todas
las relaciones convenientes para el intercambio de productos,
factores e informaciones entre las partes de las que se
proyecta hacer un conjunto; hacer progresivamente más
compatibles los proyectos económicos de los elementos
que componen el conjunto; hacer converger cada vez más
estos proyectos hacia un óptimo para el conjunto,
constituido por un grupo de objetivos sobre los cuales existe
consenso en el conjunto considerado.Integración Centralmente
PlanificadaEs un proceso objetivo, regulado
planificadamente, de aproximación, adaptación
mutua y de optimización de sus estructuras
económicas nacionales en el conjunto internacional que
forman; un proceso de formación de vínculos de
cooperación profundos y estables en las ramas
principales de la producción, la ciencia y la
técnica; de ampliación y de afianzamiento del
mercado internacional de dichos países mediante la
creación de las correspondientes condiciones
políticas, económicas, tecnológicas y
orgánicas.
La idea de una integración
económica y política latinoamericana es tan vieja
como el propio movimiento de la independencia y la
institucionalización de los estados nacionales en el
subcontinente.
Durante la segunda parte del siglo veinte se ha intentado el
acercamiento entre los países preferentemente por la
vía económica, siguiendo el modelo de los
países europeos. La integración económica se
ha considerado y se ha justificado, sin embargo, no sólo
como un fin por sí misma sino también como un medio
para avanzar hacia la formación de una comunidad
latinoamericana. Con el de cursar de los años las razones
para la integración han cambiado, (ahora no sólo la
economía, sin dejar de perder hasta cierto punto
protagonismo) se habla de integración en otras materias
como la ciencia y la tecnología.
La homogeneidad cultural e histórica (en cuanto a
idioma, religión y tradición
jurídica) y la continuidad geográfica han hecho
pensar que la formación de una comunidad de naciones
latinoamericanas no encontraría los obstáculos
presentes en otras latitudes y permitiría una
realización más plena de la identidad y las
potencialidades de la región. Los niveles de desarrollo
relativamente similares de los países del área
contribuirían en el mismo sentido.
La cercanía con el Caribe permite hablar
de una comunidad latinoamericana y caribeña, la
política internacional de los países
latinoamericanos (tales como la paz mundial, el desarrollo
equitativo y la promoción de los derechos humanos)
constituye una razón adicional en favor de su
integración. La integración latinoamericana no
puede, en consecuencia, limitarse al área
económica, sino que aspira a convertirse en un instrumento
para potenciar las posibilidades de mejoramiento educativo, de
investigación científica, de
aprovechamiento tecnológico, de confrontación de
ideas, de creación artística y de expresión
de las peculiaridades y la identidad de los pueblos y comunidades
de la región.
La integración latinoamericana no puede
limitarse al área económica, sino que aspira a
convertirse en un instrumento para potenciar las posibilidades de
mejoramiento educativo, de investigación
científica, de aprovechamiento tecnológico, de
confrontación de ideas, de creación
artística y de expresión de las peculiaridades y la
identidad de los pueblos y comunidades de la región.En
materia científico tecnológica como hemos
visto, a partir de la década de los 60 la educación
ha cobrado un protagonismo especial como factor de desarrollo,
reconocido después en la V Cumbre Iberoamericana de Jefes
de Estado y de Gobierno de 1995, que tuvo como lema «La
educación como factor esencial del desarrollo
económico y social». Y si esto fue así en
décadas anteriores, hoy, en los albores del siglo XXl, en
la era de la sociedad de la información y del
conocimiento, la educación se convierte en la
auténtica protagonista. En la Educación Superior
las investigaciones y el impulso alcanzado por las TICs han
creado un campo favorable en todo la región para propiciar
la integración y el avance cualitativo y cuantitativo de
la educación, la lucha contra el analfabetismo
regional es uno de los aspectos más significativos, las
diferentes misiones en materia educativa hoy forman parte de la
infraestructura de muchos países mientras que otros ya las
están implementando, un ejemplo concreto es la
ELAM.
La creación de la Escuela
Latinoamericana de Medicina (ELAM) obedece a la necesidad de
formar médicos comunitarios con alta preparación
científica, técnica, ética y
humanística, de profunda vocación social, que
actúen como factores de cambio social y político,
integrados a su propia comunidad, haciendo realidad que la salud
es un derecho de todos en el marco de la cooperación
latinoamericana para construir una Alternativa Bolivariana para
América (ALBA) De sus
aulas han egresado en las tres graduaciones más de cuatro
mil 500 médicos de unos 30 países. Con una elevada
preparación científica, humanista, ética y
solidaria que les permitirá actuar profesionalmente y
estar al servicio de
los sectores más necesitados en sus naciones, el 76 por
ciento de los jóvenes son hijos de obreros y
campesinos.
La creación de la Alternativa Bolivariana
de las Américas o ALBA fomenta proyectos de unidad en
América Latina. En este marco se han concretado acuerdos
energéticos, económicos, políticos,
culturales y sociales. Uno de los principales defensores del
proyecto es el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Otros
de líderes que han demostrado esfuerzos en pro de una
integración latinoamericana son Néstor Kirchner
(Argentina), Evo Morales (Bolivia), Fidel Castro (Cuba), Luiz
Inácio Lula da Silva (Brasil), Daniel Ortega
(Nicaragua)Rafael Correa (Ecuador) y Felipe Calderón
(México).
En la región latinoamericana, sobre todo
desde los años sesenta se desarrolló un
auténtico pensamiento latinoamericano sobre
ciencia-tecnología-desarrollo-dependencia (Herrera,
Sábato,
Leite López, Varsavsky, entre otros) orientado a la
problemática científica y tecnológica de
América Latina, con la influencia de los grandes paradigmas del
pensamiento sociológico y económico
latinoamericano: el "cepalismo" y el "dependentismo".
Existen otros ejemplos que implican enormes
esfuerzo por lograr no sólo la integración regional
sino la salida de Latinoamérica y el Caribe del precipicio
en que se encontraban mientras fuimos vistos como simples
mercados de
materias primas, es el caso del satélite venezolano
Simón Bolívar
que fortalecerá la cooperación Sur-Sur, debido a
que su rango de acción se extenderá a gran parte
del continente suramericano, incluida la región
caribeña.Además de Venezuela, Cuba, Jamaica,
Haití, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Panamá,
Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina,
Paraguay, Uruguay y Brasil recibirán la señal del
Simón Bolívar, lo que significa que estos
países podrán disfrutar de los servicios de
telemedicina y
tele-educación, principalmente, un acontecimiento que
extenderá los lazos de hermandad y amistad en esta
región del continente.Es así como desde 36 mil
kilómetros de distancia de Venezuela, el Simón
Bolívar llevará a un nuevo nivel las relaciones
internacionales al interconectar con mayor vehemencia a los
pueblos de Suramérica.En el caso específico de
Cuba, la nación
bajo bloqueo económico y agresión constante de la
potencia
imperialista más poderosa de la historia, es a su vez el
país latinoamericano y caribeño, que en
proporción a su población y recursos, más ha
crecido en el sector del conocimiento, la ciencia y la
tecnología en los últimos cincuenta años.
Los resultados de ciencia, tecnología e innovación
tecnológica, no se deben en la Revolución Cubana a
la competencia de
mercado basada en la propiedad privada, sino en la propiedad
social. El alto potencial de especialistas formados por la
educación cubana, resulta la condición fundamental,
para el desarrollo del pujante sistema de ciencia, técnica
e innovación tecnológica de que dispone el
país. En la UCI y en las facultades de ingeniería, cibernética matemática, pedagogía y tecnología de la salud
de las universidades del país, se forman más de 10
profesiones con perfiles en las Nuevas Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones
(NTIC). Así mismo la educación general creó
la salida del bachiller informático. Entonces en aspira
contar para mediados de la próxima década, en este
importante campo del saber tecnológico, con más de
40 mil especialistas de nivel superior y medio. Con tal fuerza
profesional Cuba logrará en los próximos
años, trascendentales avances en la informatización
de su base productiva y social, y a la par que abrirá
nuevas fuentes de inserción económica y cultural
para su pueblo en el contexto mundial. La investigación
también forma parte de los currículos docentes de
pregrado y postgrado. El 10 por ciento de las matriculas de
estudiantes universitarios, son consideradas de alto rendimiento
y estos jóvenes participan en las más complejas
investigaciones. En la mayoría de los países
latinoamericanos y caribeños, el potencial
científico se concentra en las universidades.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |