La noche octosilábica; panorama de la décima escrita en Holguín (1862-2003) (página 4)
y me estremece un quejido
en toda su plenitud.
Otra de las voces más representativas de la décima escrita en Holguín es el velasqueño Agustín Serrano Santiesteban (1958), quien publicó, en 1995, su antología mínima: Instantes en la memori, en el 2003 el poemario Confesiones del inocente, y es un poeta a medio camino entre la décima tradicional y la que escriben los más jóvenes.
Ganador de menciones en los concursos "Bustarviejo" (Madrid, 1999), "Hermanos Loynaz" (1993) y "Cucalambé" (1994), además del Premio en el Primer Concurso Nacional "Vicente Espinel" que convocó la Casa de Iberoamérica de Holguín (1995) y del Premio Internacional de Poesía de la revista Carta Lírica (Estados Unidos, 2000); Agustín Serrano conjuga con verdadera maestría contenido y forma y es un heredero directo de la mejor décima cubana.
En 1996 recibió, por su libro: Sitios de la voz, el Premio Nacional "Cucalambé" que convoca la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas. En el prólogo del decimario el poeta y crítico Waldo González expresó:
En esa plena identificación más con la vida de las cosas que con las cosas de la vida y sus esencias más íntimas y raigales, mucho gana Agustín Serrano con su verso decisivo y, ¿por qué no?, definitorio de una línea expresiva en ascenso, como buscando un estilo personal, primer paso en pos de una poética, tarea compleja y de mayor envergadura, por supuesto [50]
En el 2001 las Ediciones Holguín publicaron su libro de poesía para niños Había otra vez, donde también incluye décimas.
Leamos una de las espinelas de su cuaderno Sitios de la voz (p.19), donde lejanamente se aprecia la impronta de su coterráneo Gilberto Cruz Rodríguez.
OCASO
La tarde se aleja al trote
por la puerta del ocaso,
se trenzan en un abrazo
la nube y el papalote.
El sol deja un tierno brote
que tiñe la lejanía;
entonan su melodía
las aves en el poniente
y en su cortejo silente
pasa el funeral del día.
Rolando Bellido Aguilera (Báguanos, 1958) es un poeta que, aunque descubrió un poco tarde la estrofa legada a Hispanoamérica por el andaluz Espinel, ha apresado en octosílabos la infinita presencia del Héroe Nacional José Martí, cuya obra ha estudiado con profundidad.
Autor del ensayo: Martí; la juntura maravillosa (Premio Calendario de la Asociación Hermanos Saiz, 1998 y de Sencillas reincidencias, folleto que contiene 18 décimas en las que glosa los Versos sencillos de Martí, Bellido Aguilera es un defensor a ultranza de su pueblo natal y un incansable promotor cultural. Veamos una de sus décimas:
YO HE VISTO EL AGUILA HERIDA
en lo oscuro de la noche
sufrir sin ningún reproche
la piedra del homicida,
el ala, el cielo, la vida
vencidos por la pedrada,
su vuelo en la madrugada
cuando va perdiendo altura
poniendo su quemadura
en la paz de la mirada. (p. 14)
Alberto Lauro Pino (Holguín, 1959) autor de Con la misma furia de la primavera (1986), Los tesoros del duende (1987) y Acuarela (1990) también incluye décimas en sus dos poemarios para niños galardonados con el Premio de la Ciudad.
Con él la espinela se despoja de lastres formales y, aunque encontramos algunas imperfecciones que restan brillo a sus tex-tos, casi siempre logra transmitir un mensaje educativo o lúdicro. Actualmente vive en España.
José Poveda Cruz (Placetas, 1961) publicó en 1990 en la Colección Antología Mínima de Holguín el poemario: Cercos que teje la memoria y ha escrito eventualmente décimas que ha dado a conocer en plegables y en algunas lecturas poéticas.
En 1999 las Ediciones "La Luz" de la Asociación "Hermanos Saiz" de Holguín realizaron una tirada reducida de su folleto: Estado de gracia y, en el 2003, fue aprobado su poemario Centinela de calma, libro incluido en el plan editorial de Ediciones Holguín del año 2004.
Sus textos muestran las preocupaciones existenciales propias del individuo de finales de milenio que posee las virtudes y defectos propios de la época. Su lento y silencioso proceso de creación posee las herramientas necesarias para medir la temperatura lírica y desgarradora de la realidad y una prueba fidedigna de lo anterior es su décima inédita "Tiempo gastado y herido".
Puedo compartir mi olvido
con la luz de la memoria,
ser capítulo en la historia
fugaz de lo transcurrido,
tiempo gastado y herido
en paréntesis sin nombre
donde no hay duda que asombre
salvo gris polvo y ceniza
que esculpen sobre la brisa
la frágil sombra del hombre.
Un poeta que merece atención por parte de los estudiosos de la literatura local es Miguel Angel Martínez Sarduy (Mayarí, 1961) quien muestra las ganancias de un largo período de constantes búsquedas.
Incluido en las antologías El sitio que habitamos (Moa, 1988) y Mínimas noticias (Holguín, 2000), Martínez Sarduy publicó el poemario Los miedos en el aire (Eds. Holguín, 2002) y recibió el Primer Premio en el Concurso Nacional "Décimas a mi ciudad" convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas con el título "Obertura y coda de la ciudad y yo (perdidos) en cuatro actos" del que hemos seleccionado la primera estrofa:
Claudico mi tu ciudad
sus ornamentos las heces
y sus lágrimas de peces
olvidados de ansiedad.
No quiero esta ancianidad
que llevamos por absurda
juventud ni esa la burda
constante disociación
que brinda la sola opción
de ser derecho a la zurda.
En el 2003 Martínez Sarduy recibió el Tercer Premio en el Concurso Nacional de Glosas "Adolfo Martí" convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas y fue aprobado su decimario Anunciación para desvelados para el plan editorial del año 2004.
El próximo autor es el holguinero Agustín Labrada Aguilera, quien nació en esta ciudad en 1964. Radicado actualmente en México, donde ya han aparecido tres ediciones de su libro Viajero del asombro, que recibió Primera Mención en el Premio de la Ciudad de 1991 y fue publicado inicialmente en esta ciudad.
En las 34 estrofas que integran el decimario, Agustín Labrada se aleja de convencionalismos y de trivialidades, en aras de penetrar en la esencia del hombre y de sus ancestrales preocupaciones. Temas como el del amor, la muerte, el cine, la música, la literatura, etc., son parte del discurso desenfadado del poeta que utiliza variedad de metros para apresarlo.
De acuerdo con los criterios del poeta, periodista e historiador mexicano Jorge González Durán en este cuaderno "El poema transgrede la forma, subvierte moldes, esquemas preconcebidos y certezas, a pesar de que sigue siendo fiel a una tradición y a las voces que lo desbordan y asedian." [51]
No se despoja, sin embargo, el poeta de pequeños errores que empañan su breve cuaderno. Algunos versos mal medidos y varias asonancias entorpecen la factura de ciertos poemas pero no demeritan el conjunto donde su autor, al decir de Virgilio López Lemus "[busca] y [halla] el ritmo expresivo de nuestro tiempo". [52]
Leamos esta estrofa tomada de la página 28 de la edición holguinera de Viajero del asombro:
NOCHE DEL AHORCADO
Francois Villon, en invierno
beberemos un mal vino,
brindaré por tu destino
a las puertas del infierno.
En tu Olimpo no hay gobierno
y es sagrado ser ladrón.
Amigo Francois Villón
qué noche la del ahorcado,
la del diablo enamorado
bajo esta amarga canción.
Otro poeta descollante es, sin dudas, Roberto Frutos Rojas (Holguín, 1964) quien, en unos pocos años ha escrito décimas de valía que ya reclaman la atención de los estudiosos de la décima.
En 1996 un poema suyo mereció el Premio de lII Concurso Nacional de Décimas de Amor convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas. Ha obtenido, además, varios premios en encuentros- debates de talleres literarios.
Altamente meticuloso, Frutos Rojas ha urdido en silencio octosílabos eficaces a la sombra de la más joven y transgresora poesía de las últimas promociones de poetas cubanos.
Reproducimos en estas páginas un fragmento de sus décimas inéditas "Escuchando a Los Beatles":
..lo único común es la nostalgia.
Gabriel García Márquez
Se dijo que la victoria
era un potro de madera.
Le dejaron a la espera
del júbilo. En la memoria
una canción hace historia.
El love me do que nos lanza
como reclamo no alcanza
para hacer sitio en el cielo.
Ahora llevamos el pelo
más largo que la esperanza.
Perteneciente a las últimas promociones de decimistas es Daer Pozo (Buenaventura, 1965) autor de Memoria y paisaje (1990), Elogio del caminante (Premio de la Ciudad, 1990) y de Testamento, cuaderno del que se publicó una selección en Fiesta de espinelas.
El poeta logra generalmente que sus textos se aparten de las concepciones tradicionales respecto a la escritura de la décima, siendo notables la variedad temática y la voluntad de renovación que se evidencia en su serio trabajo con el idioma.
Sin embargo dentro de su poesía existe una zona deleznable en la que el autor aparece dominado por los artificios formales, las rimas y determinados vocablos.
Una de sus espinelas más logradas es la que localizamos en el último título suyo (p. 24). Veamos:
A qué sitio se me fueron
las sombras de la memoria,
los jinetes de la gloria
y los pasos que murieron.
En dónde se me perdieron
los espejos desolados,
los candiles apagados
y la soledad que pasa.
Ay ¿quién se llevó de casa
esos gestos olvidados?
Alguien que ha sido sumamente cuidadoso respecto a su obra, haciéndola permanecer obstinadamente inédita, es el banense nacido en 1967 Alberto Enrique Figueiras Carretero.
Solamente algunos poemas suyos han aparecido en revistas provinciales y nacionales, rasgo que acentúa su intromisión acérrima y su permanente cuestionamiento existencial, que lo convierte en un ente escéptico respecto a la intemporalidad de la literatura y al voluptuoso y catártico acto creador.
Apabullado por el reiterado vacío de la cuartilla en blanco, Alberto Figueiras padece la incurable enfermedad del silencio, un implacable silencio que lo envuelve y rebasa como si quisiera reducirlo a las heces del abatimiento.
Poeta de honda capacidad para penetrar en las esencias del ser humano y su lugar en el universo, Figueiras Carretero debe derribar, de una vez y por todas, la cortina de niebla que lo rodea y erguirse, definitivamente, con todas las fuerzas que posee su espíritu.
DECIMAS AL SILENCIO
(fragmento)
Yo te amo dulce silencio
aunque no quieran oírte
los que dudan en decirte
las verdades que sentencio
y si a solas conferencio
mis pesadumbres contigo
sálvame del enemigo
cuya ceniza fatal
ya no importará al final
si en tu andar estás conmigo.
Un autor que hasta hace muy poco tiempo no teniamos como decimista es Gabriel Pérez Rodríguez (Holguín, 1968), poeta y narrador que comenzó a escribir poesía ha 1989 y se incorporó al Taller Literario "Pablo de la Torriente Brau" en 1990, siendo en la actualidad una de las voces líricas más reconocidas de la ciudad y un narrador de obra atendible.
Ganador del Premio de la Ciudad de Holguín en poesía (1998), del Premio Nacional "Calendario" que otorga la Asociación hermanos Saiz en cuento por su libro El parque de los ofendidos; el Premio Nacional "Manuel Navarro Luna" con el poemario Necrópolis (1999) y del Tercer Premio del Concurso "Vértice" de cuentos cortos (2002); Pérez Rodríguez es miembro del Taller de Formación Literaria "Onelio Jorge Cardoso" y de la Asociación Hermanos Saiz y actualmente se desempeña como Especialista Literario en la sede de la Asociación Hermanos Saiz de Holguín.
Incluido en la Antología de la décima cósmica de Holguín, publicada en el 2003 por el Frente de Afirmación Hispanista de México, Gabriel maneja con soltura el octosílabo, pero es el endecasílabo donde hasta ahora ha logrado sus textos más representativos, como es el caso del poema "La huida" que citamos a continuación y que pertenece a un libro suyo en preparación.
Dónde estará la culpa no la veo
por la que el hombre triste se ha alejado
confundiendo mi piel con el pecado
y mi piel es tan solo su deseo
soy en su soledad un pobre reo
muerto en su corazón de celda oscura
donde la luz apenas es la pura
mentira que no alumbra sus bondades
y es que nunca se ven bien las beldades
si el alma no se viste de aventura
Freddy Camilo Morffe Fuentes (Holguín, 1969) es un decimista que intenta consolidar un discurso de importancia para la historia de la estrofa en la provincia. En franco proceso de formación, aunque Morffe se ha ido desprendiendo de evidentes influencias de los poetas de su promoción y vela porque sus décimas expulsen el negativo lastre de las asonancias y de los errores métricos, aún debe continuar el estudio de la estrofa de Espinel para alcanzar superiores resultados.
Sus libros publicados hasta la fecha son En la catedral del tiempo (Holguín, Eds. Holguín, 1994), Arpa y hoguera (Bilbao, 1999) y Antología cósmica de Freddy Camilo Morffe, preparada por Fredo Arias de la Canal y publicada en el 2000 por el Frente de Afirmación Hispanista de México. Fue incluido en la antología: Aguas del ciervo que canta. Ha recibido en dos oportunidades el Premio de la Ciudad de Holguín en música y recibió Mención en el Premio Iberoamericano Cucalambé con su libro Memorias de un naufragio en el 2003.
La próxima voz de la décima joven holguinera es la de Carmen Cardosa Castillo quien nació en 1968 en Cahojetal, municipio Frank País.
Carmen, quien obtuvo el Premio "Toma de Cayo Mambí" en poesía y cuento y Mención en el Encuentro teórico Práctico de la Décima celebrado en Velasco en 1996 durante la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, aparece incluida en la Monografía municipal de Frank País publicada en el 2001 por Ediciones Holguín y en Hombres necios que acusáis (Ed. Oriente, 2001) de Mayra Hernández Menéndez.
Incluida en la Antología de la décima cósmica de Holguín, publicada en el 2003 por el Frente de Afirmación Hispanista de México y en la antología Morir en tus brazos quiero, preparada por Mayra Hernández Menéndez, Carmen es una autora que ha ido creando en silencio un sólido discurso digno de tener en cuenta por los estudiosos nacionales de la décima. Veamos esta magnífica suya, evidencia del alto vuelo lírico de su obra.
HOLOCAUSTO
Está dispuesto el altar.
Solícito el fuego arde.
La ofrenda es como un alarde
de perfección. ¿Renunciar
al sacrificio? ¿Buscar
el perdón de otra manera?
Ignea la luz reverbera.
No eres la víctima, pero
arderás como el cordero
que se consume en la hoguera.
Autor de La furiosa eternidad, selección de cuatro cuadernos de décimas galardonados con el Premio de la Ciudad, de los libros coescritos con José Luis Serrano El mundo tiene la razón (Premio Nacional Cucalambé, 1995, publicado en 1996 por la Editorial Sanlope) y La resaca de todo lo sufrido (Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara 2002, Editorial Capiro 2003) y de un breve cuaderno inédito; Ronel González Sánchez (Cacocum, 1971) fue uno de los protagonistas de la reno-vación de la décima cubana desde finales de la década del 80 y los años noventa.
Desde su participación en los Encuentros-debates nacionales de talleres literarios en 1986, González Sánchez comenzó a reunir un grupo de décimas, escritas antes de los veinte años, que publicó en sus dos primeros cuadernos, donde ya se apreciaba su intención renovadora. Sin embargo, su plausible juventud y su falta de orientación literaria, lo llevó a publicar, uno tras otro, sucesivos títulos no siempre felices, como es el caso de Dictado del corazón, Premio de la Ciudad en 1993, en el que el poeta experimentó con la polimetría, sin conseguir siempre resultados halagüeños. Posteriormente, reunió en un volumen lo que consideró más representativo de sus décimas escritas hasta los veinticinco años. Así surgió: La furiosa eternidad (libro publicado en el 2000 por las Ediciones Unión de la UNEAC, con palabras de contracubierta de Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí) y prólogo de Virgilio López Lemus.
Tal vez lo más significativo de la obra en décimas de Ronel González hay que buscarlo, no en su experimentación iniciática, sino en el intimismo de su poesía y en el grado de penetración en su ámbito familiar, en el desgarrador reflejo de circunstancias personales que aparece en sus espinelas más logradas y en su intensidad lírica. Sin embargo, el tono confe-sional y la excesiva tristeza que en oportunidades recorre sus textos puede, lejos de ser una virtud, convertirse en un defecto de su obra.
En la actualidad González Sánchez transita en la búsqueda de nuevos rumbos, desde el punto de vista conceptual, y ha logrado rebasar en gran medida el tono de sus iniciales estrofas.
Suas actuales preocupaciones por recoger la historia de la décima de su provincia, el estudio de importantes poetas nacionales y la preparación del Diccionario de autores de la décima cubana no lo ha alejado de inquietudes creativas relacionadas con la defensa a ultranza de la espinela dentro de postmodernidad y el misterioso acto de la creación.
Veamos una de estas décimas, perteneciente al poemario La resaca de todo lo sufrido, donde ya el poeta intenta separarse de los temas y modos de creación presentes en su obra en la etapa que concluye con La furiosa eternidad.
POST
Ya el hombre no es la medida
de todas las cosas. Drástica
es su manía sarcástica
de resistir. Pero olvida
su alienación contenida
en el devenir despótico
de la sociedad. Caótico
quisiera huir de sí mismo
pero su antropocentrismo
lo volvió necio y exótico.
El próximo decimista, José Luis Serrano Serrano (Estancia Lejos, Uñas, 1971) es una de las voces imprescindibles de la décima cubana.
Graduado de ingeniería eléctrica en el Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa en 1995, Inspector de riesgo y seguridad eléctricos, pese a la aparente contradicción entre su trabajo y el ejercicio de la literatura, nada más alejado de la verdad. Precisamente debido a las características de su oficio, éste le ha ofrecido un vasto universo vivencial, que le permite conocer y comprender constantemente defectos y virtudes humanas que luego se transforman en deslumbrantes versos.
En Moa, mientras cursaba los estudios universitarios, se produjo su encuentro con la décima y ya en 1992 poseía un breve cuaderno donde se avizoraba su estatura poética, a pesar de que muy pocos de aquellos textos se salvaron. Sin embargo, en muy poco tiempo, entre lecturas diversas y sólidas, se produjo un salto de calidad en su poesía y así nació, junto a Ronel González, El mundo tiene la razón (1996), cuaderno de limitado alcance y de fatal diseño donde el poeta hizo gala de una particular manera de escribir décimas. Este libro acogió el humor, la ironía y el cuestionamiento de la realidad como rasgos sobresalientes de su discurso, para convertirlo en uno de los textos renovadores de la décima en el país. Posteriormente reunió en un volumen textos nuevos y los incluidos en el poemario anterior y publicó: Bufón de Dios (1997), cuaderno que recibió el premio en la única edición del Concurso Nacional "Fiesta de la Joven Décima", convocado durante las Romerías de Mayo de 1996. Bufón… no representó solamente la irrupción en solitario de José Luis Serrano sino la evidencia de la búsqueda de un estilo caracterizado por su peculiar manera de comprender los polémicos conceptos del mundo. Ingenuo en oportunidades e influido por las múltiples maneras de decir de los poetas de su época y de otros precedentes, José Luis Serrano logró deslumbrar, por la autenticidad con que asumía el acto creador, apropiándose de ganancias poéticas de autores como César Vallejo, Arthur Rimbaud, Julio Cortázar, T.S. Eliot, Raúl Hernández Novás, et. al. a los que dedicó y dedica muchas horas de lectura crítica.
El homenaje, la parodia, la intertextualidad, la sátira y el humor participan en este conjunto, donde visiblemente se transgreden códigos generacionales y veleidades formales, ofreciendo nuevas posibilidades expresivas que inmediatamente fueron asimiladas por muchos jóvenes decimistas, que aplaudieron o negaron el cuaderno, pero no dejaron de imitarlo.
Su tercer decimario: Aneurisma recibió el Premio Nacional Fundación de la Ciudad de Santa Clara en 1998 y fue publicado por la Editorial Capiro al año siguiente. Libro transgresor conceptual y formalmente, en esta oportunidad nos encontramos un poemario donde se aprecia la creciente madurez de su autor y donde la introducción del espíritu científico en la décima es el rasgo más sobresaliente.
Ahora José Luis emplea términos provenientes, en su mayoría, de la medicina, las matemáticas, la física, etc., en un decimario donde lo formal cede paso al plano de las ideas.
Formado por 34 textos que integran una unidad de multiplicidad significacional, Aneurisma ensaya un discurso osado que no siempre logra cuajar como tesitura lírica, al intentar rebasar lo que el editor define en la contracubierta como "solemnidad de buena parte de la poesía cubana". Títulos como "Examen de fe" y "Lo que el viento nos dejó", que no por casualidad abren y cierran el libro, sobresalen porque en ellos se encuentra la secreta esencia del poeta; sin embargo, otros como "Teorema", "Demostración" y "Test" palidecen y arrojan filones de sombra sobre la coherencia del cuaderno y lo debilitan, pues difieren del resto de los poemas en el sentido lúdicro que poseen.
En Aneurisma, a diferencia del libro anterior, existe una preocupación mayor hacia los problemas del hombre y de la sociedad, así como una mirada incisiva hacia la creciente pérdida de valores; rasgo distintivo de las décimas escritas por José Luis.
Por su tercer decimario: Examen de fe, Serrano mereció el Premio del II Concurso Iberoamericano de Décima "Cucalambé".
Desde el mismo título, que obligatoriamente remite a su volumen anterior, el poeta sugiere la concepción de toda su obra en décimas como una trilogía (excluyendo El mundo tiene la razón, puesto que las estrofas suyas incluidas en ese cuaderno posteriormente aparecieron en Bufón de Dios.
La serie, ahora presidida por este libro, constituye la reafirmación de una poética de ensiformes interrogantes, una particular ontología donde el sujeto lírico cuestiona implacablemente la realidad, aunque sin poder librarse de la antítesis entre el espíritu agnóstico (y a la vez escéptico) que lo caracteriza.
Como indica la cita inicial de Rubén Darío, Examen… aspira a reinterpretar algunas concepciones del polémico filósofo alemán, para despertar en el lector el ánimo de que resulta vital en estos tiempos no acatar ciegamente algunos conceptos relacionados con la espiritualidad, la salvación y la destrucción del hombre; haciendo valer la experiencia individual, el autoanálisis y la comprensión de los fenómenos físicos y sociales.
…volver
a preguntarse ¿de dónde,
Señor, venimos? esconde
un sofisma cruel. ¿La ciencia
puede brindar, en esencia,
lo que a Dios le corresponde?
En Examen de fe, a diferencia de los libros anteriores de José Luis, aparece un personaje central que logra la organicidad del volumen: Zaratustra, nitzscheana y contradictoria entidad – símbolo, humanizado por el poeta; porque el Zaratustra de José Luis Serrano posee las existenciales inquietudes de un hombre que le ha tocado vivir el drama de un convulso final de milenio y la incertidumbre genésica de otro- por ello las definiciones y términos que emplea a lo largo de su obra no son gratuidades ni remedos futuristas a la manera del vaguardista italiano Marinetti sino abstracciones razonadas e incoporadas a su intelecto que luego son manipuladas por su original método creativo.
En Examen de fe, libro de décimas de mayor aliento postmoderno publicado en Cuba hasta la fecha, debido a la evidente intención de deconstruir una historia poética – en este caso decimística – y de instaurar sobre los cimientos de la vanguardia un discurso filosófico transgresor desde el punto de vista conceptual, todo ha sido meditado rigurosamente. La violencia del lenguaje, la tensión a que se someten las palabras, la deliberada "profanación" que lleva al poeta a no respetar el uso de los consonantes y las terminaciones singular/plural en función de los contenidos, el empleo de rimas poco usuales, la negación de lo establecido; forman parte de la personalidad poética del autor, quien es esencialmente un iconoclasta, alguien que constantemente transgrede las fronteras y las normas como legítima actitud ante la resistente tradición y el lógico misoneísmo que ésta entraña.
Ahora me permito una revelación acerca del método creativo del poeta: José Luis suele partir de una idea inicial, de un tema o en ocasiones de una palabra que le da el tono del poema. Posteriormente se dedica a "diseñar" la arquitectura del texto, mediante la búsqueda de palabras claves que pueden ser rimas o elementos internos que fortalecen la secreta armazón. Las rimas "de relleno" o "de remate" -como él las clasifica- distribuidas con mesura e inteligencia reforzarán en el lector la ilusión de encontrarse ante lo sorprendente. Finalmente, mediante la creación de atmósferas y el empleo de efectos lingüísticos, la décima o el conjunto de décimas, adquieren la forma de vasos comunicantes, de unidad indisoluble. Una vez concluido el texto, el poeta no destruye las estrofas que considera poco logradas sino que trabaja obsesivamente sobre cada palabra hasta que logra un resultado convincente. Personal proceso que nos recuerda al Eliot de La tierra baldía y en el que pueden invertirse todos los pasos, pero que difiere del sistema poético empleado por muchos autores que generalmente preferimos dar rienda suelta al torrente emocional e imaginativo.
En Examen… el sujeto lírico (o los sujetos) a través del que se expresa el poeta no es inmutable. Evoluciona conceptualmente – entre sus múltiples y deliberadas contradicciones- desde la negación absoluta de cualquier dimensión existente más allá de lo tangible, hasta sugerir la sospecha de que debe ser posible alcanzar la salvación a través de la espiritualidad, idea subrayada por la cita final de Darío.
Este es un decimario que lógicamente puede o no gustar, pero que difícilmente será pasado por alto. Su llegada desbroza el tupido y mimético bosque de la más reciente décima cubana, al aportar el desenfado de un corpus donde el espíritu de la filosofía, la disección casi científica de la realidad y el ejercicio lírico conforman una singular manera de decir, instalada ya en el centro de la poesía que se escribe en la Isla.
Y no estamos aseverando que Examen… sea el libro de los libros de la décima porque si se observa con detenimiento es posible encontrar en él cierta teatralidad, rellenos silábicos, versos forzados, etc. Pero, ¿acaso Dador, En la Calzada de Jesús del Monte, Los Puentes o Animal civil – esos pináculos de la poesía cubana- son perfectos?.
Ya no se trata de ser más cultos, de dominar la estrofa y sus distintas variantes, de romper con las concepciones referentes a la intelectualización o no del discurso. A partir de de José Luis Serrano, uno de los más intelectivos poetas de Holguín, se le exige al decimista que sea más original, que no repita los códigos presentes en este libro ni ensombrezca la estanza con vana palabrería rayana en el disparate, sino que sea capaz de ahondar en los temas y de escanciar con autenticidad su hondura vivencial en el ánfora rejuvenecida de la décima. Porque, después de este poemario, y de un autor como José Luis Serrano en el panorama cubano de la espinela, es imposible continuar asumiendo la escritura de la estrofa sin intentar comprender la secreta esencia de las cosas y los signos de la enrevesada naturaleza humana. La intuición me dice que estamos asistiendo al nacimiento de algo o que este es, en realidad, el ocaso de Zaratustra.
En el 2003 la Editorial Capiro de Santa Clara pubicó su decimario coescrito con Ronel González La resaca de todo lo sufrido (Premio Nacional Fundación de la Ciudad de Santa Clara 2002).
Finalmente leamos una espinela perteneciente a su libro Examen de fe, arquetípica estrofa del pensamiento poético de José Luis Serrano.
LLAGADO DE BELLEZA
La tristeza es un estorbo
pero es mejor la tristeza.
Lo bueno nunca regresa.
La fuerte dosis de morbo
que ponemos en un sorbo
de felicidad espanta.
¿Quién es feliz? ¿Quién aguanta
ser feliz por un minuto?
Sonríe si estás de luto.
Si eres desgraciado, canta.
Una voz sin dudas a tener en cuenta en el panorama de la décima holguinera es la de Yordanka Haramboures Zaldívar. Nacida en Mayarí, en 1975, su poesía acoge el estremecimiento lírico de los verdaderos poetas y logra conmover, desde una visión totalmente desprejuiciada de la realidad y de su condición de mujer que ha vivido intensamente, en poco tiempo, el drama de una existencia contradictoria como los arabescos de la época que le toca transitar.
Ganadora, en el 2003, del primer premio en el I certamen nacional de décima femenina convocado desde Guáimaro, Camaguey, por el Grupo "Décima al filo", la joven poesía de Yordanka constituye un deslumbramiento y un grito.
Veamos algunas estrofas del poema que resultó ganador en el concurso camagueyano.
EN VERSOS DE A DIEZ
Uno es un torpe grumete
a veces y a veces no.
Ronel González
Hoy, cuando prostituirse
se renueva como oficio
pues es grande el beneficio
cuando se trata de asirse
a lo que no habrá de irse
con nosotros al averno
y nos atrae el infierno
con sus luces. Engañosa
yo soy de una raza hermosa
adicta al ron y al invierno.
IV
¿Qué soy, qué quiero, qué busco?
Dónde encajo? ¿Es mi lugar
el comienzo? Terminar
siempre obsesiona y me ofusco.
A veces creo que luzco
como un títere sin hilo,
creo a veces que mi estilo
es genial. ¡Qué desventura!
Soy dueña de mi locura.
Me gusta andar sobre el filo
V
Quisiera que la locura
justificara mis actos
y que fanáticos pactos
hechizaran mi cintura.
Si padecer de cordura
me impidiera ser feliz
y el más pequeño desliz
fuera razón de castigo.
Jesús, llévame contigo,
no quiero ser infeliz.
VIII
La calle es un indefenso
testigo, sin luces propias.
Las aceras son las copias
infieles de un sueño intenso.
La ciudad es un inmenso
fragmento de una novela.
La vida no es una escuela
ni tú eres un mal presagio.
La eternidad es un plagio
tan pobre que no consuela.
IX
Y si esto fuera París
por algún suceso extraño
en un minuto o un año
yo sería meretriz
de esas, de oculto matiz,
de las que tienen carisma
y moriría en la misma
calle donde vivió Alejo
hasta ser sólo el reflejo
nostálgico de mí misma.
Yordanka aún debe ampliar sus lecturas, despojarse de cierto tremendismo y de descuidos presentes en muchos de sus poemas que afectan el conjunto de su obra, soluciones que sin dudas la convertirán en una de nuestras voces más significativas.
Finalmente, Yunior Felipe Figueroa (Cacocum, 1977) es el más joven de los autores que han recibido el Premio Nacional "Cucalambé" (1999). Su libro: Con esta leve oscilación del péndulo
[…] nos interroga , desde sus múltiples hablantes líricos, acerca de la existencia de un discurso cohe-rente. El péndulo enuncia la ineficacia simbólica, sin embargo marca en su trayectoria los sitios descu-biertos y olvidados por el poeta, el canto a la pérdida de la amada real o imaginaria, su homenaje a la promoción a la que pertenece, con un estilo en camino de definirse aunque seriamente enfrentado al riesgo. [53]
Yunior Felipe es un autor que deberá seguirse de cerca porque constituye una promesa para la creación en décimas en la provincia. El ejercicio del talento y de la ampliación de sus lecturas deberán permitirle acceder a singulares ámbitos expresivos.
Recientemente fue aprobado su poemario Desde afuera del círculo, libro incluido en el plan editorial de Ediciones Holguín del año 2004.
4.1. HOLGUÍN.
Además de los poetas incluidos en este estudio que viven y crean en el municipio Holguín, es importante no dejar pasar por alto algunos nombres que deben tenerse en cuenta por los futuros investigadores de la décima. Se trata de Rufino Pavón Torres (1950), Pedro Antonio Pérez González (1950), Ramón Román Rodríguez (1951) quien firma como Fernando David, Agustín Lías García (1959) y la joven Yailén Díaz Campos (1979) incluida recientemente en la antología Esta cárcel de aire puro, preparada por el poeta Waldo González López. Estos poetas son muestra de la continuidad de la escritura de la décima en la provincia y deben dar a conocer textos que amplíen el concierto decimístico local.
4.2. URBANO NORIS
Este municipio, surgido en las primeras décadas del siglo XX a raíz de la expansión de los ferrocarriles y la fundación de centrales azucareros, no posee una tradición fuerte en el cultivo de la espinela, tanto en su variante improvisada como en la escrita.
Muy pocos datos se conservan acerca de la escritura de la décima antes de l959 y hasta el año 2001 San Germán (como se conoció originalmente el territorio) no posee un poeta que haya concebido alguna obra relevante en décimas.
Llama la atención el hecho de que, pese a la existencia de periódicos como El Delirio, El Faro Cristiano, La Voz de Oriente y Eco Oriental que comenzaron a publicarse posterior a 1929, fecha de introducción de la imprenta en el territorio, no hemos podido localizar ninguna décima anterior a 1959.
Entre los creadores sangermanenses el caso más interesante fue el de Medardo Mayo Rodríguez, quien publicaba décimas humorísticas en el semanario habanero Palante y, por esa razón, llegó a ser conocido. El resto de los poetas ,mencionados en el trabajo inédito Bosquejo de la Cultura en Urbano Noris de Manuela A. Salazar Calderón, se recoge junto a otros nombres, en el "Mapa octosilábico de la provincia Holguín" a manera de información acerca de los autores que se dedican a penetrar enla difícil arquitectura de la décima.
Solamente se puede hablar de un serio intento por agrupar a los creadores de décimas en el municipio después de la constitución en l986 del Taller Literario Municipal "Rubén Martínez Villena", en el que participa la mayoría de los poetas incluidos en el anexo No. 7.
4.3. CUETO
Como Antilla, Urbano Noris, Frank País y Rafael Freyre, Cueto no posee una tradición significativa en la escritura y la improvisación de décimas. No es hasta 1923 que comienzan a fomentarse las inquietudes literarias en el municipio debido a la aprición del periódico Ecos de Cueto, según consta en el epígrafe dedicado a la literatura escrito para la Monografía de la Cultura en Cueto por Iraida Martínerz Puig, especialista literaria del territorio.
Posterior a 1938 se editan los periódicos Renovación, Albores y Liberación, sin embargo, en los ejemplares consultados gracias a la coleccionista Mirtha Orozco Viamonte no se localizaron décimas, situación que denota el escaso interés de la prensa local hacia esta estrofa que se consideraba una muestra menor de la poesía.
La figura más reconocida del municipio, el poeta Jorge Adalberto Carracedo Guerrero, realmente no logró una obra en décimas coherente y, el resto de los decimistas mencionados en el "Mapa octosilábico de la provincia" (Anexo de la Antología de la décima cósmica de Holguín, preparada por Ronel González y publicada por el Frente de Afirmación Hispanista de México en el 2003) –con la brillante excepción de Yordanka Haramboures- tampoco ha logrado rebasar las fonteras locales, a pesar de su voluntad de conocimiento y escritura de la espinela.
4.4. VELASCO
Alentada por la presencia de sus magníficos poetas Gilberto Cruz (Pucho) maestro de generaciones poéticas y Presidente de Honor de la Escuela Holguinera de la Décima, fundada en el 2002 en la Casa de Iberoamérica y Agustín Serrano, el autor más laureado de la región; esta localidad presenta, junto a Buenaventura, el movimiento decimístico más interesante de la provincia desde finales del siglo XX.
Autoras como Rubiceida Rojas (1951), Mirtha Pupo Santiesteban (1951), Miriam Peña Leyva (1956), Miroslava Pérez Dopazo (1969), la muy joven y talentosa Karina Mora Sánchez (1985) y Odalis Leyva Rosabal (Jobabo,1969), quien actualmente vive en Guáimaro, Camaguey; todas ganadoras de premios en el Primer Concurso Nacional de décima femenina convocado por el Grupo "Décima al filo" desde Guáimaro (2003); Margarita Zaldívar Piña (1943) y Jorge Martínez Reyes (1949), a pesar de no poseer libros publicados, constituyen la vanguardia de la décima escrita y segura-mente darán mucho que hablar en os próximos años.
4.5. BUENAVENTURA (CALIXTO GARCIA)
Es una de las regiones donde historicamente la décima ha sido la estrofa más cultivada por los poetas locales.
Junto a Ramón Acosta Almaguer (1944), Ramón Rodríguez Serrano (1952) y Daer Pozo Ramírez (1965), las voces más significativas del territorio; aparecen Humberto Martínez Verdecia (1925), Esteban Reyes Aguilera (1943), Francisco Pupo Hechavarría (1949), Norberto Carralero Pratts (1950), Agustín Rodríguez Ramírez (1968), Nicolasa Rodríguez Santiesteban (1979) y uno de los autores más prometedores de la provincia: Osmel de la Cruz Amador (1983), quien a pesar de su corta edad ha obtenido numerosos reconocimientos y de quien las Ediciones Holguín publicarán su decimario Mutaciones y mutantes en el año 2004.
Otro autor que en el momento del cierre de esta investigación publicaba su poemario para niños En el carrusel de los sueños (Eds. Holguín, 2003) donde aparecen catorce décimas de cuidadosa factura es César Ohilder García Avila (1969), creador formado en los talleres literarios que nos entrega un hermoso poemario donde aborda algunos temas poco tratados en la literatura dedicada a los lectores más jóvenes.
Todos estos poetas, incluidos por Daer Pozo en la selección Una vasta claridad (2002), no sólo dan crédito de la proliferación de decimistas en Holguín sino que forman parte de un movimiento que, hoy por hoy, es de los más sólidos del país.
4.6 -UN AUTOR Y UN LIBRO EXTEMPORANEO
En 1925 nació en Mayarí un poeta repentista que muy pronto seria reconocido en su localidad como El sinsonte guasimero. Se trata de Luis Ramos Caballero, de quien las Ediciones Holguín publicaron en el 2001 el decimario: Alborear campesino, volumen fiel al discurso tradicional de la espinela y a la impronta de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé).
Alborear… no es un cuaderno diferente dentro del canto a la naturaleza cubana, estudiado por el Dr. Virgilio López Lemus en su volumen Samuel o la abeja, el poeta apenas logra dominar la estrofa y sus versos, atentos a las rimas, en la mayoría de las veces se resienten; sin embargo, es un texto a tener en cuenta en la historia de la literatura mayaricera, en tanto que desde el año 1947 no se publicaba un libro de un autor local. "El sinsonte guasimero" es un poeta repentista, querido y respetado por su pueblo, que quedara en la memoria histórico – literaria de una localidad inmortalizada por el cantautor Francisco Repilado, "Compay Segundo". Leamos una décima suya de Ramos Caballero como una muestra de su libro:
UN TOMEGUIN
Tengo un tomeguín de oro
en el jardín escarlata
que tiene un pico de plata
y un pentagrama sonoro.
Otras aves le hacen coro
para oír su sinfonía.
Es tanta su melodía
que grabó sobre un ciruelo
un cassette al arroyuelo
con las canciones del día. (p. 41)
4.7.- LA DECIMA PARA NIÑOS EN LIBROS PUBLICADOS
A pesar de que Holguín cuenta con un respetable grupo de decimistas, llama la atención el reducido número de autores que han publicado décimas dedicadas al público infantil.
El poeta más significativo es, si dudas, Luis Caissés Sánchez, quien pertenece a la hornada de creadores que comenzaron a dar a conocer sus textos a finales de la década del setenta del pasado siglo.
Autor de los libros para niños: El pintorcillo (Premio de la Provincia, 1986 y Premio Abril 1992), cuaderno de prosas poéticas que nos remite a la mejor tradición universal, representada por libros como Platero y yo del Premio Nobel andaluz Juan Ramón Jiménez y El principito de Antoine de Saint Exupéry; Cuentos nuevos que parecen antiguos (Premio de la Ciudad 1991, Eds. Holguín 1991), magnífico homenaje a aquel clásico de nuestra infancia titulado Cuentos de ayer para niños de hoy; Cantos de caminos (Premio de la ciudad 1993, Eds Holguín 1993), poemario para adolescentes deudor de la gran tradición hispánica del poema breve; el simpático cuento De cómo nacen los chiviríes (Bilbao, 1999) y Antilo y Darié (Eds. Holguín, 2001), texto cuyo aliento nos recuerda la tradición de las leyendas americanas.
Caracterizada por su penetración ontológica, la poesía de Caissés llega hasta nosotros poseída por las inocentes y a la vez contradictorias criaturas genésicas: plena de humanismo y sencillez, rescatada de honduras inefables.
Sus preocupaciones son las de un individuo que vive intensamente la comunión con los objetos y seres de su entorno afectivo, rasgo que lo emparienta con la fruitiva semipenumbra primordial del gran maestro Eliseo Diego.
Caissés establece secretos nexos con su ámbito vivencial y creativo y traduce las imágenes que lo obsesionan. Su palabra intenta la aprehensión de sentidos, incluso desgarradores, a través de una serenidad discursiva que pudiera calificarse de rareza entre los creadores holguineros.
Los momentos más elevados de su obra lírica son aquellos en el que el poema rimado (dígase soneto, décima o romance) acoge temáticas donde circunstancias demoledoras estremecen o han estremecido al autor y donde su manera de decir se hace más transparente.
Este peculiar asunción de la poesía (y de la literatura en general) también se manifiesta en su creación dedicada al mejor de los públicos, diálogo en el que el poeta ha logrado hilvanar un sólido conjunto de narraciones y poemas inscritos, por derecho propio, entre lo más representativo del género en nuestro país.
Ejemplares resultan sus décimas incluidas en Cuentos como flores y cantos para raíces (Premio La Edad de Oro, 1989, Ed. Gente Nueva, 1994) volumen que no llegó a circular en Holguín. De ese poemario citamos a continuación la estrofa "Casona", donde el poeta desnuda magistralmente el tema de las apariencias. Aquí la dualidad exterior / interior, tópico cercano a los estudios del francés Bachelard es exorcizada por el poeta que opone lo profundo, "lo invisible para los ojos", al vértigo de las apreciaciones epidérmicas o hipócritas. Veamos.
La casona de la esquina
tiene columnas, portones,
cristales en los balcones
y piso de marmolina.
Pero en esa casa fina
nadie, jamás, se pasea;
nadie ríe, ni bromea,
nadie saluda, ni invita.
Ay, qué casa tan bonita
y al mismo tiempo qué fea.
El próximo poeta que reseñaremos brevemente en estas páginas, debido a la imposibilidad de conocer los textos posteriores a su etapa cubana es Alberto Lauro Pino.
Radicado en Barcelona desde hace varios años, Lauro Pino publicó en nuestro país sólo dos libros dedicados a los niños: Los tesoros del duende (Premio de la Ciudad 1987, Eds. Holguín, 1987) y Acuarela (Premio de la Ciudad 1990, Eds. Holguín, 1990), poemarios donde su autor muestra su conocimiento de la tradición hispánica y su voluntad de experimentar con diversas métricas y estrofas.
A pesar de que sus textos no siempre logran cuajar desde el punto de vista formal, Lauro incluyó en sus libros algunas décimas atendibles para la historia de la literatura local como la que forma parte del poema "El gallo de la veleta", perteneciente a Los tesoros del duende.
Está cayendo inclemente
el torrencial aguacero.
Qué llueva, qué llueva pero
luego escampe si la gente
necesita ir tan urgente
al trabajo o a la escuela.
Como un colador se cuela
la lluvia por una nube.
¿Por qué ese gallo que sube
le está clavando la espuela?
Un nuevo libro dedicado a los niños y que incluye 16 décimas es Una historia por contar del gibareño Arsenio Valdés Bruceta.
Publicado en 1991 por Ediciones Holguín y reeditado diez años después, este cuaderno continúa la línea tradicional de la poesía para niños en Cuba y reúne algunos poemas significativos como es el caso de la simpática décima titulada "Mi alegre velero".
Alegre zarpa el velero
después del ancla levar.
Dime: ¿me quieres llevar
en tu barco marinero?
Iremos al mundo entero
con viento y buena marea
a Portugal, a Corea,
a China y a Trafalgar,
que abuela no va a lavar
esta tarde en la batea.
Nacido en 1958 en la localidad de Velasco, Agustín serrano Santiesteban, destacado decimista holguinero, publicó en el 2001 por Ediciones Holguín el curioso volumen de poemas Había otra vez, donde incluye junto a estrofas de métrica diferente y poemas en prosa, quince décimas de excelente factura. De esos textos citamos a continuación un fragmento del poema final que da título al cuaderno:
Alicia cruza el espejo
mágico de la inocencia,
buscando la transparencia.
Un duende está en el reflejo
del pozo. Escucha el consejo
Pulgarcito en la cabaña.
Cenicienta con su maña
barre toda la ceniza
y Gulliver va de prisa
en pos de una nueva hazaña.
Nacido en Guantánamo en 1953 y residente en Moa, Germán David Fournier Cuesta es un autor que da sólidos pasos en la conformación de un estilo dentro de la creación para niños.
En su libro Acuarela de las nubes (Eds. Holguín, 2002), Fournier incluye 12 décimas donde da crédito de su necesidad de experimentación con la clásica estrofa de Espinel y además recuerda, por momentos, la escritura caligramática de Apollinaire cuando utiliza la decimilla, estrofa que conserva las rimas de la espinela pero, en este caso, emplea el hexasílabo. Veamos:
A VER SI ADIVINAS
Motas de algodón
que en mis formas
crecen y se desvanecen
con tu creación. Tu imaginación
las hace querubes.
En ellas te subes
porque son tus sueños.
No conocen dueños.
Ellas son…
(LAS NUBES)
decimista de probadas dotes, Claudio Concepción es un autor que a pesar de su tardía irrupción en la literatura ha logrado un significativo cuerpo de textos dedicados a los niños.
Su poemario Los motivos de mi canto, publicado en el 2003 por Ediciones Holguín no es un anota más en el prolífico universo creativo del poeta sino la evidencia de las series búsquedas emprendidas por el autor de El camino de Teseo (2001), quien comenzó por ser un aficionado al humorismo y terminó por asumir la literatura con el rigor y la entrega que esta requiere.
De Los motivos…, cuaderno donde aparecen 8 décimas, es la estrofa titulada "Excursión", quizá no espinela más representativa dentro de su obra , pero sí una mínima huella en el orbe lírico dedicado al público infantil holguinero.
Hagamos un redondel
en el patio de la escuela,
salgamos a toda vela
sobre un barco de papel.
Pongamos de timonel
a nuestro amigo mejor;
que nos lleve hasta la flor,
la mariposa y el beso,
para emprender el regreso
con una canción de amor.
Por su parte, César Ohilder García Avila (Janata, 1969) es el último de los autores que en el 2003, año del cierre de la investigación, publicó por Ediciones Holguín En el carrusel de los sueños, poemario donde se incluyen 19 décimas de orgánica factura junto a otras estrofas de similares valores.
Este cuaderno, primer libro publicado por García Avila, muestra las ganancias de este joven poeta del municipio Calixto García, cuya obra sólo era conocida hasta hora a través de los festivales provinciales de la canción infantil y de los encuentros – debates de talleres literarios.
Leamos este ejemplo tomado de su libro como una manera de constatar el sosegado arribo de César Ohilder, quien debe, no obstante, despojarse de sombras tutelares como la del poeta Agustín Serrano.
Creo en fábulas que cuenta
con ternura mi abuelita.
Creo en la Caperucita
que juega con Cenicienta.
Creo en los sueños que cuenta
entre duendes Gulliver.
Creo en el amanecer
de la noche y el camino.
Creo en el buen Aladino
y en su mágico poder.
Finalmente, el autor de estas páginas, el poeta e investigador Ronel González, ha publicado dos poemarios para niños: Un país increíble (Premio de la Ciudad 1992, Eds. Holguín, 1992) y El Arca de No Sé (Primera mención "La Edad de Oro" 1995, Ed. Oriente, 2001), libros que se suman al floreciente concierto de la literatura infantil de los últimos años en la provincia y en los que se incluyen 8 décimas.
De su segundo cuaderno es la décima titulada ¿Por qué?, que citamos a continuación:
¿Por qué mi padre despierta
cuando está afuera la luna?
¿Por qué no dice ninguna
palabra y cierra la puerta?
¿Por qué a su ventana abierta
no llega la luz del sol?
¿Por qué, mirando el farol
una noche, abuelo dijo
muy serio: -¿Dónde a mi hijo
lo irá a llevar el alcohol?
Conclusiones
El soneto, la décima y la redondilla de corte popular fueron las estrofas de mayor uso en el Holguín del siglo XIX. Predominaron las de contenido jocoso y, en menor medida, las satíricas acerca de hechos políticos y costumbres, sentimentales relacionadas con el canto al paisaje, sobre sentimientos y vida familiar e históricas acerca de los héroes patrios. [54]
Los poetas holguineros y no holguineros que hicieron vida literaria en la provincia fueron: Leonela de Feria Garayalde, Antonio José Nápoles Fajardo, Manuel Borges Navarro, Juan Farrán Rodríguez, Matías López, Juan Rafael Albanés y de la Peña, Wilfredo Albanés, Carmen Pardo de Feria, Enrique de Avila y González de Rivera, Enrique Díaz Prieto, Tomás Amador y Carmen Heredia. De ellos los que cultivaron la décima no lograron concretar textos relevantes para la literatura nacional o por lo menos a la altura de José Fornaris y Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), sin embargo, sus estrofas forman parte de la historia literaria de Holguín que ya en el siglo XX acogería un verdadero movimiento literario y, específicamente, poético.
Las décimas escritas en la región estudiada en la centuria decimonónica dan crédito de un momento iniciático de las letras de esta provincia y debemos comprenderlas como tal, reconociendo que forman parte de la memoria histórica local que se ha pretendido rescatar, de alguna manera, en este trabajo. Por otra parte, la historia de la décima escrita en Holguín está relacionada con el desarrollo cultural del territorio, en instantes de un franco proceso de formación y en concordancia con lo que estaba sucediendo con la estrofa de Espinel en Cuba.
El lapso comprendido entre los años 1900 y 1958 tampoco recoge obras y autores relevantes para el panorama nacional de la décima. Las temáticas recurrentes de la mayoría de los autores de estos años fueron las relacionadas con el canto al paisaje nacional y local, los héroes patrios, los tópicos íntimos, el entorno familiar y, en ocasiones, el humorismo.
Entre los poetas menos descarriados en la escritura decimística se incluyen Nicasio Vidal Pita, Fernando Cuesta Mora, Luis Augusto Méndez, León de León Reyes, Antonio Luciano Torres, Joaquín Fortún Fortún y sobresalen Oscar Silva Muñoz, verdadero precursos entre nosotros de la poesía patriótica en la época republicana, el maestro Angel Augier, personalidad de la cultura nacional que tempranamente abandonó el hato y salió en la búsqueda de nuevos aires hacia la capital del país y un cantor devenido en símbolo local y cubano, Faustino Oramas, más conocido como "El Guayabero", quien incluyó numerosas décimas en sus sones más famosos.
Finalmente el período que comenzó en 1959, con el Triunfo de la Revolución, en lo que se refiere a la espinela escrita es el más importante, por su organicidad y porque por vez primera el fenómeno local entró en consonancia con el auge nacional, sobre todo en los últimos años del siglo XX y principios del XXI, situación que permite, a diferencia de períodos anteriores, hablar de un movimiento holguinero de decimistas y posibilita definir las tendencias fundamentales presentes en la décima holguinera que, lejos de querer reducir la obra de los poetas locales a unas cuantas abstracciones, permiten tener una idea más exacta del fenómeno:
1. – Continuidad del discurso tradicional de la espinela, que se mantiene en Cuba desde Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) en la manera de abordar los temas y de trabajar la forma, vinculándose estrechamente al repentismo (Luis Ramos Caballero).
2. – Rescate de la expresividad y del origen culto de la décima que incluye cierta intelectualización del discurso (Francisco García Benítez).
3. – Fidelidad a temáticas relacionadas con el entorno rural, donde pueden aparecer vínculos con la décima escrita por las últimas promociones de decimistas (Gilberto Cruz, María Josefa Reyes, Reina Sánchez y Arsenio Valdés).
4. – Intento de renovación del discurso tradicional de la décima espinela, en el que aún son fuertes los nexos con las posibilidades temáticas y expresivas de hornadas poéticas anteriores (Luis Caissés, Ramón Acosta, Ramón M. Rodríguez, Claudio Concepción Pérez, Quintín Ochoa, Agustín Serrano).
5. -Poética de ruptura y de permanente búsqueda donde las preocupaciones centrales son el lenguaje y el cosmos ideotemático (Alberto Lauro, Agustín Labrada, José Poveda, Roberto Frutos, Daer Pozo, Alberto Figueiras, Freddy Camilo Morffe, Ronel González, José Luis Serrano, Yordanka Haramboures, Yunior Felipe, Osmel de la Cruz ).
6. – Preocupación por eliminar las aparentes fronteras existentes entre el verso libre y el rimado y búsqueda de intensidades líricas elevadas (Agustín Serrano, Agustín Labrada, Daer Pozo, Alberto Figueiras, Freddy Camilo Morffe, Ronel González, José Luis Serrano, Yordanka Haramboures y Yunior Felipe).
7. – Subrayado interés por reflejar las circunstancias sociohistóricas del país con una visión totalmente desprejuiciada y constructiva (José Luis Serrano, Ronel González)
La décima que actualmente se escribe en la provincia Holguín evidencia una multiplicidad temática y un elevado nivel cuali-tativo a tener en cuenta en el país.
Diversas vertientes de la décima local pudieran ser de intereés para los estudiosos del fenómeno nacional. Interesante sería estudiar detenidamente, por ejemplo, el desarrollo de las décimas de contenido humorístico, y las escritas por mujeres, temas que rebasan los objetivos de esta investigación.
Varios autores holguineros no sólo han recibido los premios más importantes que se otorgan a la décima en Cuba sino que son incluidos en revistas y antologías dentro y fuera de la Isla. Importantes estudiosos como Virgilio López Lemus, Jesús Orta Ruiz, Adolfo Martí, Waldo González López, Mayra Hernández Menéndez, entre otros, han subrayado la valía de los creadores locales, entre los que inevitablemente surgirán nuevas voces que dignificarán la estrofa nacional cubana, símbolo de permanentes búsquedas y de constantes hallazgos.
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cubana. Tomo I. La Habana, Editorial Arte y Literatura,
1978.
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