Febrero es el segundo mes del calendario gregoriano que
actualmente nos rige. Es dedicado en honor a la diosa pagana de
Roma Februa (de
ahí su nombre), madre de Marte. Los romanos colocaban
antorchas en las calles en honor a Februa, para que Marte su hijo
les concediera la victoria sobre sus enemigos.
Simultáneamente honraban a "Febrio", también
conocido como Plutón en Roma y Hades en Grecia, el
dios de los muertos, de la oscuridad y del inframundo, al que se
le sacrificaban víctimas, cantos y loaciones con antorchas
durante toda la noche, para que favoreciera a los muertos, de
ahí se desprende las rogativas por el descanso de las
almas de los fallecidos. Es interesante que Februus dios de los
infiernos de los etruscos tenga la misma fonética, y que
en la Biblia se menciona el hades como la morada de los muertos,
sin distinción de que fueran buenos o malos. Llama
bastante la atención que Satanás, Lucifer, el
diablo o el príncipe de las tinieblas como lo conocen
muchos, tiene las mismas características que el personaje
mencionado.
En roma el mes de febrero era februarius, mes dedicado a la
limpieza general anual caracterizada por la poda de los árboles
en forma ritual; también se limpiaban los establos y los
campos. Los lupercos eran sacerdotes que conducían los
ritos.
El día de
la Candelaria
La Candelaria es una extensión o forma de
continuación de la celebración a Februa, pero ahora
se le presenta como una festividad católica en la que se
celebra igual que en la antigüedad el 2 de febrero; de
acuerdo a la tradición católica se conmemora la
presentación de Jesús en el templo junto con la
purificación de María. Las personas creían
que el hecho de quemar cosas como trastes viejos y lo que se
consideraba pecaminoso traía una purificación de
las cosas y de las personas librándose de las malas
influencias. Otros afirman que su nombre procede de velas o
candelas que llevaban los creyentes en sus procesiones. Esta
fiesta fue introducida aproximadamente en el año 541 dC.,
por el emperador Justiniano I, es decir más de
cuatrocientos años después de Cristo; y me pregunto
yo. ¿Será que Jesucristo instituyó o
dejó la orden de establecer tal celebración?
En esta celebración se realiza la misa y el sacerdote
bendice las velas que se usarán posteriormente en los
rituales que se llevarán a cabo durante el año
litúrgico. Los cristianos de la iglesia
primitiva no celebraban estas fiestas que a todas luces son
paganas.
La fiesta de las luces o las antorchas se llevaba a cabo
durante la noche anterior, es decir el primeo del mes, todas las
mujeres acompañan a la diosa Deméter con antorchas
buscando a su hija Persefoné, raptada por Hades
también conocido como Plutón para ser llevada al
infierno y convertirla en la reina del inframundo.
En realidad no hay que ahondar mucho para saber que esta no es
una costumbre cristiana, sino una tradición
mitológica de la antigua Grecia y que una vez más
el imperio religioso romano introdujo estas costumbres paganas en
los creyentes de Cristo, desviándolos hacia el error
más aún. Es más la creencia en esta diosa
pagana proviene de la antigua religión de los
celtas. Según la Enciclopedia Británica del
año 1911 el mito dice que
Mientras Persefoné hija de Zeus y Deméter, estaba
recogiendo flores con sus compañeras en un prado, la tierra se
abrió y Plutón, dios de los muertos,
(Satanás), salió y se la llevó para que
fuese su reina en el inframundo. Con una antorcha en mano, su
afligida madre la buscó por todo el mundo; al no
encontrarla prohibió a la tierra seguir
creciendo. Así todo aquel año no creció una
sola fibra de hierba, y los hombres habrían muerto de
hambre si Zeus no hubiese persuadido a Plutón de que
dejase marchar a Proserpina. Pero antes de permitirle marchar
Plutón le hizo comer la semilla de una granada, y que
así no pudiese permanecer alejada para siempre. Por esto
fue acordado que pasaría dos tercios de cada año
con su madre y los dioses del cielo, y el resto del año
con Plutón bajo la tierra. Como esposa de Plutón
mandaba a espectro, gobernaba a los fantasmas y
llevaba a cabo las maldiciones de los hombres. En la actualidad
los practicantes de la Wicca (brujos y brujas) la adoran como
Imbolc o Brigit
Mitología
griega
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