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Ensayo del Proyecto Venus (página 2)




Enviado por Benjamin Breeg



Partes: 1, 2

Las respuestas no se encuentran en el debate o la
discusión filosófica de los valores,
sino más bien en la metodología. Por lo tanto, lo que se
necesita es una definición operacional de un mundo mejor,
que es la siguiente: Maximizar constantemente las
tecnologías actuales y futuras, con el único
propósito de mejorar todas las vidas humanas y proteger el
medio
ambiente. Hoy hemos desarrollado la tecnología necesaria
para superar los más profundos anhelos y sueños de
cualquier innovador social del pasado. El hecho de que intentos
de cambio social
anteriores hayan fracasado, no es justificación para que
dejemos de intentarlo. El verdadero peligro radica en la
autocomplacencia. Las únicas limitaciones para el futuro
de la humanidad son las que nos imponemos a nosotros mismos. Hoy
es posible aliviar a la humanidad de muchos de sus problemas no
resueltos, a través de la aplicación humanitaria de
la tecnología.

Hace muchos años se intentó en los EE.UU.
entender un sistema social y
económico diferente. Una película llamada "La
Marcha del Tiempo"
señalaba lo siguiente respecto del comunismo
soviético: "Creemos que el sistema basado en la libre
competencia
empresarial de América
funcionará mejor que el sistema colectivo. Sin embargo,
les deseamos la mejor de las suertes en su nuevo e inusual
experimento social". El fracaso del comunismo para satisfacer las
necesidades humanas y para enriquecer las vidas de sus ciudadanos
no es diferente de nuestro propio fracaso. Tanto el fracaso como
el éxito
son inherentes en el actual experimento que es la evolución social. En todos los sistemas
sociales, es necesario elaborar enfoques diferentes para mejorar
el funcionamiento del sistema.

La ciencia
está repleta de ejemplos de experimentos que
han fracasado, así como otros que han tenido éxito.
En el desarrollo del
avión, por ejemplo, hay miles de fracasos previos a primer
modelo viable.
En el campo de la medicina, el
doctor Erlich intentó más de 600 diferentes
enfoques para el control de la
sífilis
antes de que uno finalmente fuera probado con éxito. Toda
la tecnología que usamos hoy en día, como computadoras,
teléfonos celulares, el Internet, los aviones y los
automóviles, se encuentran en un constante estado de
mejora y modificación. Por el contrario, nuestro sistema
social y sus valores se
mantienen, en gran medida, estáticos. Una
inscripción sobre uno de nuestros edificios
gubernamentales dice lo siguiente: "Cuando no hay visión,
el pueblo perece." Alcanzar visiones exige cambiar. La principal
razón para la resistencia al
cambio es que se tiende a poner en peligro los intereses
creados.

En realidad, el temor del cambio social es algo sin fundamento
si tenemos en cuenta que toda la historia de la
civilización ha sido, en cierto sentido, un experimento.
Incluso el sistema americano de libre competencia, durante sus
primeras etapas, enfrentó un sin fin de problemas mucho
más graves que los de la actualidad. Estas incluían
jornadas de trabajo
extenuantes, explotación del trabajo
infantil, falta de ventilación en plantas
industriales, falta de derechos para las mujeres y
minorías, condiciones peligrosas en minas, y los
prejuicios raciales. A pesar de sus muchos problemas, fue el
mayor experimento social en la historia en términos de
diversidad de los estilos de vida y las libertades individuales,
las innovaciones en la arquitectura y la
tecnología, y, en una gran perspectiva, el progreso en
general. Es imperativo que continuemos el proceso de
experimentación social con el fin de trascender nuestras
limitaciones actuales y mejorar las vidas de todos.

El futuro no depende de nuestras creencias o costumbres
sociales actuales, sino que seguirá evolucionando un
conjunto de valores únicos atingentes a su propio tiempo.
No hay "utopías". La propia noción de
"utopía" es estática.
Sin embargo, la supervivencia de cualquier sistema social en
última instancia, depende de su capacidad para permitir el
cambio adecuado para mejorar la sociedad en su
conjunto. Los caminos que se elijan determinarán, en
última instancia, si hay o no vida inteligente en la tierra.

Las nuevas
fronteras del cambio social

A menudo se ha observado que crisis comunes
crean lazos comunes. Si bien la gente busca ventajas individuales
durante los tiempos de prosperidad, al compartir el sufrimiento
tienden a acercarse entre sí. Hemos visto repetirse este
comportamiento
una y otra vez a lo largo de los siglos, en tiempos de
inundaciones, hambruna, incendios u
otros desastres
naturales. Sin embargo, una vez que la amenaza se ha
resuelto, los patrones de escasez vuelven,
una vez más, a llevar a las personas de regreso a sus
comportamientos de búsqueda de ventajas individuales.

Películas de corte sensacionalista tales como "El
día de la Independencia"
describen un mundo unido con el propósito de repeler la
invasión de una cultura
foránea hostil. De hecho, parece que la única
fuerza capaz
de movilizar al mundo en una dirección unificada sería la que
plantearía una amenaza común, como lo sería
por ejemplo el impacto colosal de un meteorito sobre la faz de la
tierra
ú otro evento catastrófico importante. Si algo como
esto ocurriese, todas las disputas fronterizas pasarían a
ser irrelevantes de cara al desastre inminente. Muchos
suplicarían por intervención divina como
salvación, pero todas las naciones, sin duda alguna,
aunarán sus esfuerzos y exhortarán a la ciencia y
la tecnología para que sea ella quién haga frente a
la amenaza común. Tanto banqueros como abogados,
empresarios y políticos serían totalmente
irrelevantes. Todos los recursos se
pondrían a disposición y se aprovecharían
sin ninguna vacilación o preocupación ni por sus
costos o sus
beneficios monetarios. En virtud de este tipo de condición
amenazadora, la mayoría de la gente se daría cuenta
fácilmente dónde yace la clave para su
supervivencia. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra
Mundial, fue la movilización colectiva de los recursos
humanos y materiales los
que condujeron a los EE.UU. y sus aliados al éxito.

A medida que la cantidad de la información científica crece, las
naciones y los pueblos comienzan a darse cuenta que, incluso en
el mundo dividido de hoy, existen, de hecho, muchas amenazas
comunes que trascienden las fronteras nacionales. Estos incluyen
la superpoblación, la escasez de energía, la
contaminación, la escasez de agua, las
catástrofes económicas, la propagación de
enfermedades
incontrolables, y así sucesivamente. No obstante, incluso
enfrentando amenazas de esta magnitud, comunes a todas las
naciones, la dirección de la acción
humana no se verá alterada mientras las naciones poderosas
sigan siendo capaces de mantener el control sobre los limitados
recursos disponibles.

Aunque muchas personas, publicaciones y presentaciones
multimedia
retratan diversos aspectos del futuro en esferas tales como
transporte,
vivienda y medicina, trazando espectaculares imágenes
de los acontecimientos del porvenir, ignoran el hecho de que en
una economía monetaria, los plenos beneficios
de estos acontecimientos seguirán estando a
disposición solamente para unos cuantos pocos. Lo que
estas personas no logran explicar es cómo es que se
logrará que estas nuevas
tecnologías del futuro puedan ser utilizadas para
organizar las sociedades y
las economías de manera eficiente y equitativa, sin la
uniformidad que se requiere para permitir que todos se beneficien
de ellas y que el modelo monetario no entrega. Los pocos grupos de
reflexión dedicados a los más recientes enfoques,
con miras a lograr una organización social a la par con la
capacidad tecnológica actual, no consideran los cambios
sociales como un sistema planificado globalmente.

Tampoco hay ningún planteamiento social general de los
gobiernos o la industria para
eliminar totalmente los efectos negativos del reemplazo paulatino
de las personas por las máquinas,
ni siquiera parece haber una preocupación genuina por
hacerlo. Muchas personas creen que, en caso de
desintegración social, será el gobierno
quién traerá los cambios necesarios para su
supervivencia. Esto es altamente improbable; en caso de tal
quiebre social, lo más probable es que el gobierno de
turno declare un estado de emergencia, en un intento por evitar
el caos total. Luego, instaurará medidas que puedan
abordar los problemas inmediatos al mismo tiempo que permitan
preservar las instituciones
y estructuras de
poder
existentes, aún cuando éstas pudieran ser una de
las causas principales que contribuyen a crear dichos
problemas.

Muchas personas a lo largo de la historia han recriminado a
los políticos por adoptar medidas que no han apuntado
totalmente en pro del interés
superior de la sociedad. Las razones para ello resultan claras
cuando uno se da cuenta de que, incluso en las democracias
modernas, estos dirigentes no benefician la vida de la persona promedio,
sino que muy por el contrario, mantienen una posición
preferente en favor de buena parte del orden establecido. En
muchas zonas del mundo, cada vez aparecen nuevos indicadores de
alerta por parte de la población, que dan cuenta de que los
acontecimientos han ido más allá del control de sus
dirigentes políticos. En todas partes vemos líderes
y partidos
políticos que vienen y van, estrategias
políticas siendo adoptadas para luego ser
descartadas por su incapacidad para satisfacer las exigencias de
una ú otra facción. La razón por la que no
le sugerimos que escriba a su congresista, o a cualquier
número de organismos gubernamentales, es que simplemente
carecen de los conocimientos necesarios para hacer frente a
nuestros problemas. Su objetivo no es
cambiar los sistemas existentes, sino preservarlos. Al parecer,
hay muy pocas sociedades actuales que deseen borrarse
paulatinamente a sí mismas. En las sociedades industriales
modernas la causa de la inacción se encuentra precisamente
en sus engorrosos procesos
políticos, lo cual constituye un verdadero anacronismo en
una época en que la mayoría de las decisiones sobre
cualquier cuestión importante puede lograrse en fracciones
de segundo gracias a la entrada de datos concretos
en una computadora.

Las condiciones primarias que realmente logren un cambio
social surgirán recién cuando las condiciones
actuales se hayan deteriorado a tal punto, que los gobiernos,
políticos e instituciones sociales ya no cuenten con el
apoyo y la confianza de la gente, y cuando lo que alguna vez
funcionó, sea ampliamente reconocido como que ha dejado de
ser pertinente. Sólo si el público estuviese mejor
informado, sería posible introducir un nuevo y mejorado
acuerdo social. Desafortunadamente, hoy en día la
mayoría de las personas entrega respuestas simplistas, que
tienden a repetir el ciclo de los acontecimientos. Cuando nos
enfrentamos con condiciones sociales intolerables, muchos de los
antiguos patrones surgen nuevamente, ya que la gente intenta
encontrar a alguien o algo a quién culpar por esas
condiciones, como por ejemplo, culpar a las minorías, a
los inmigrantes, a la negligencia en el cumplimiento de los
principios
religiosos o los valores de la familia, o
incluso a las influencias inexplicables de algunas fuerzas
sobrenaturales.

El verdadero cambio social no es provocado por el hombre y
la mujer en
razón de la buena voluntad a nivel personal. La idea
de que uno puede sentarse y hablar con las personas y alterar
así sus valores es altamente improbable. Si la persona a
quién se está hablando no tiene los conocimientos
fundamentales de la operación de los principios
científicos y los procesos de leyes naturales,
será muy difícil para ellos comprender cómo
es que las piezas encajan en una perspectiva global. Las soluciones a
nuestros problemas no llegarán a través de la
aplicación de la razón o la lógica.
Lamentablemente, en la actualidad no vivimos en un mundo
razonable o lógico. No parece haber registro
histórico alguno, de líderes de sociedades
establecidas que, deliberadamente y de forma global, hayan
rediseñado la cultura para adaptarse a los tiempos
cambiantes. Si bien, no cabe duda de que algunos dirigentes
políticos, en cierta medida, contribuyen a modificar
ciertos patrones de comportamiento, los verdaderos
artífices del cambio social son en realidad las presiones
biosociales, inherentes a todo sistema social. Un gran cambio
sólo puede ser provocado por desastres naturales o sucesos
económicos que afecten negativamente las circunstancias
inmediatas de un gran número de personas.

Algunas presiones biosociales responsables de cambio social
son los recursos limitados, la guerra, la
superpoblación, las epidemias, los desastres naturales, la
recesión económica, la reducción de personal
a gran escala, el
reemplazo tecnológico de las personas por máquinas,
y el fracaso de los líderes electos para superar estas
problemáticas. La introducción de los medios
fiduciarios para procesos de intercambio ha provocado un cambio
significativo en la sociedad, así como la hizo la
introducción de la agricultura
mecanizada y la Revolución
Industrial. Lamentablemente, el anticuado orden mundial,
tanto social como político, ya no resulta ser adecuado
para estos tiempos. Estas instituciones sociales obsoletas son
incapaces de comprender la importancia de la tecnología
innovadora para lograr un mayor bienestar para todas las
personas, y superar así las desigualdades impuestas a
tantas personas. La competencia y la escasez han provocado entre
los individuos y las naciones un ambiente de
celos y desconfianza al desarrollo. Los conceptos de derechos de
propiedad, la
propiedad
intelectual, derechos de
autor y patentes, se manifiestan en entidades corporativas y
en la soberanía de las naciones, impide el libre
intercambio de información necesaria para satisfacer los
desafíos mundiales. La Unión
Europea representa un intento de salvar el presente con el
futuro, pero se queda muy corta dado que se encuentra
íntimamente ligada al sistema monetario. Cualquier intento
de retroceso a los métodos
del pasado condenarán a incontables millones de personas a
una vida de sufrimiento innecesario, explotación, y
sufrimiento.

El reto con el que todas las culturas se encontrarán en
esta era tecnológica -unas más que otras- es el de
proporcionar una transición suave, que introduzca una
manera más apropiada de pensar acerca de nosotros mismos,
el medio ambiente y la gestión
de los asuntos humanos. La supervivencia última de la
especie humana depende de la planificación a escala mundial y la
búsqueda cooperativa de
nuevas alternativas con una clara orientación hacia la
mejora de los acuerdos sociales. Si la humanidad desea lograr la
prosperidad mutua, el acceso universal a los recursos es
esencial. Junto con la introducción de nuevos paradigmas
relacionados con la preocupación por los seres humanos y
el medio ambiente, debe haber una metodología para hacer
esto realidad. Si estos objetivos se
quieren alcanzar, el sistema monetario debe ser sobrepasado por
una economía
mundial basada en los recursos. Con el fin de utilizar los
recursos de manera efectiva y económica, la necesaria
tecnología cibernética computarizada podría
eventualmente aplicarse para garantizar un mejor nivel de vida
para todos. Con la aplicación inteligente y humanitaria de
la ciencia y la tecnología, las naciones del mundo
podrían guiar y dar forma el futuro para la
preservación del medio ambiente y la humanidad.

Lo necesario para alcanzar una sociedad mundial es un proyecto
internacional aceptable, comprensible y práctico.
También se necesita un consejo internacional de
planificación capaz de traducir el plan y las
ventajas que se pueden obtener a través de la
unificación del mundo. Esta propuesta podría ser
presentada en la lengua
vernácula (el idioma local), de modo que personas
corrientes puedan comprenderla fácilmente. En realidad,
nadie debería tomar decisiones en cuanto a la forma en que
este plan será diseñado. Debe basarse en la
capacidad de carga de nuestro planeta, sus recursos, las
necesidades humanas y cosas por el estilo. Con el
propósito de mantener nuestra civilización, debemos
coordinar la tecnología avanzada y los recursos
disponibles, en un enfoque de sistemas mundiales totalmente
humanitario.

No cabe duda de que muchas de las profesiones que son
familiares para nosotros hoy en día, serán eventual
y paulatinamente eliminadas. Con el ritmo al cual cambian las
cosas actualmente, una amplia gama de ocupaciones quedarán
obsoletas y desaparecerán más rápida y
extensamente que en cualquier otro momento de la historia. En una
sociedad que aplica un enfoque de sistemas, estas profesiones
serán sustituidas por equipos interdisciplinarios,
analistas de sistemas, programadores de computadoras,
investigadores de operaciones, y
todos aquellos que vinculen el mundo en grandes redes de comunicaciones
y sean asistidos por ordenadores digitales de alta velocidad.
Serán ellos quienes nos lleven finalmente a métodos
de funcionamiento social a gran escala basados en computadoras.
Las operaciones sociales actuales resultan ser demasiado
complejas como para ser manejadas por cualquiera de los
políticos electos de hoy.

Sólo en tiempos de guerra o emergencias nacionales
hacemos un llamado a reunir equipos interdisciplinarios para
ayudar a encontrar soluciones a diversos problemas
sociales. Si aplicamos los mismos esfuerzos de
movilización científica que aplicamos con
ocasión de una guerra, los efectos beneficiosos a gran
escala se obtendrían en un tiempo relativamente corto.
Esto podría ser fácilmente realizado mediante la
utilización de muchas de nuestras universidades, centros
de formación, y profesionales, quienes determinarán
los mejores métodos alternativos posibles para la
solución de estos problemas. Esto podría ayudarnos
a definir los parámetros de transición posibles
para el futuro de una civilización mundial sostenible.

El proceso de cambio social debe permitir la evolución
de las condiciones que actualicen continuamente los
parámetros del diseño,
y permitan la infusión de nuevas tecnologías en las
culturas emergentes. Equipos de diseño que utilicen
computadoras socialmente integradas, podrán ser
automáticamente informados de los nuevos desarrollos. A
medida que este proceso se actualice continuamente,
generará un código
de conducta
más apropiado. Por conducta apropiada nos referimos a los
procedimientos
necesarios para realizar una determinada tarea.

Todas las limitaciones que nos son impuestas por el actual
sistema monetario podrían ser eliminadas mediante la
adopción
de un consenso mundial para una economía basada en
los recursos, en la que todos los recursos planetarios son vistos
y considerados patrimonio
común de todos los habitantes del planeta. De esta manera,
la tierra y nuestros procedimientos tecnológicos pueden
proporcionarnos un suministro ilimitado de bienes
materiales y servicios sin
la creación de impuestos o deuda
de ningún tipo.

El sistema
monetario actual

Aunque hábiles anunciantes nos quieren convencer de lo
contrario, en la actual economía basada en el dinero,
siempre que una nueva tecnología es introducida, las
consecuencias para los seres humanos son de poco interés
para quienes las fabrican y promueven, excepto, por supuesto,
aquellas que dicen relación con su fidelización como clientes. En un
sistema monetario, las principales preocupaciones de la industria
son las utilidades, el mantenimiento
de las ventajas competitivas, y la revisión de la
última línea del balance financiero; no el
bienestar de la humanidad. Los problemas sociales derivados de la
masa de personas desempleadas que han sido desplazadas por la
infusión de la automatización, se considera irrelevante, y
eso, si es que en algo llegan a ser consideradas. Cualquier
necesidad que pudiera satisfacerse es considerada secundaria en
la obtención de utilidades para la empresa. Si
las utilidades resultan insuficientes, el servicio
simplemente es retirado. Lo que la industria trata de hacer es
mejorar su ventaja competitiva para aumentar el margen de
utilidad para
sus accionistas. No contribuiría para nada a los intereses
de una sociedad monetaria, el participar en la producción de bienes y servicios que
tuviera como único objetivo mejorar la calidad de
vida de las personas.

Con el aumento de la preocupación pública por el
efecto
invernadero, la lluvia
ácida, la contaminación del aire y el agua, etc.
algunas de estas empresas
están comenzando a darse cuenta de que, para mantener su
participación de mercado, deben
preocuparse por hacer un esfuerzo visible en atender las
preocupaciones sociales y medioambientales. Si bien estas
tendencias son loables, resultan ser insuficientes como
métodos de solución a problemas globales como la
contaminación, la degradación del
medio ambiente o el innecesario sufrimiento humano.

El sistema monetario ha sido una útil herramienta, pero
provisional, que entró en vigor como forma de poner un
valor a la
escasez de mano de obra y objetos. El sistema monetario, por
supuesto, sustituye el sistema del trueque, en que se tranzaban
de manera directa los objetos de comercio y la
mano de obra. Sin embargo, al igual que no hubo un
estándar de trueque universal en el pasado, tampoco hay
hoy en día un sistema monetario universal. Para los
individuos y grupos, tanto hoy como ayer, sigue siendo necesario
el intercambio de objetos y mano de obra para obtener bienes y
servicios. El comercio mundial se nutre de la desigualdad en la
distribución de las competencias,
recursos y materiales.

Hasta las últimas décadas, el sistema monetario
funcionaba bien hasta cierto punto. La población mundial
era de tres mil millones y no consumía más que los
recursos y la energía mundial disponibles, el calentamiento
global no era evidente, y la contaminación
atmosférica y del agua sólo era reconocida por
unos cuantos pocos. A comienzo del siglo 21, la población
mundial se encuentra aumentando exponencialmente,
elevándose por sobre los seis mil millones, los recursos y
suministros de energía se agotan, el calentamiento global
ya es una realidad, y la contaminación resulta evidente en
todo el globo. El planeta Tierra
está en crisis, y la mayoría de la población
mundial no puede satisfacer sus necesidades básicas porque
la gente simplemente no tiene los medios para comprar los cada
vez más costosos recursos. El dinero es
ahora el factor determinante del nivel de vida de las personas,
en lugar de serlo la disponibilidad de recursos.

El sistema monetario es ahora un obstáculo para la
supervivencia más que un medio de facilitar la existencia
individual y el crecimiento. Esta herramienta imaginaria ha
perdido su utilidad. Las limitaciones impuestas sobre la
población de la tierra y que son causadas por la construcción de la política
monetaria pueden ser eliminadas. No es el dinero lo que la
gente necesita, sino el acceso a bienes y servicios. Dado que la
humanidad requiere de recursos para su existencia, el sistema
sustituto deberá proporcionar los recursos directamente a
las personas, sin el impedimento de intereses financieros y
políticos para beneficio privado, a expensas de la vida y
los medios de subsistencia de la población. Por ende, el
sistema sustituto resulta ser, lógicamente, una
economía basada en los recursos. Esta economía
mundial basada en los recursos deberá ser implementada
gradualmente, a medida que el viejo sistema monetario vaya siendo
eliminado.

Todos los sistemas económicos del mundo –socialismo,
comunismo, fascismo e
incluso el vitoreado sistema capitalista de la libre competencia-
perpetúan la estratificación social, el elitismo,
el nacionalismo y
el racismo,
principalmente sobre la base de la disparidad económica.
Mientras un sistema social utilice el dinero o el trueque, la
gente y las naciones buscarán mantener sus posiciones de
ventaja diferencial. Si no pueden hacerlo por medio de comercio,
recurrirán a la intervención militar. La guerra
representa el fracaso supremo de las naciones para resolver sus
diferencias. Desde un punto de vista estrictamente
pragmático es la más ineficiente pérdida de
vidas y recursos jamás concebidos por criatura alguna en
el planeta. Esta cruda y violenta forma de resolver las
diferencias internacionales ha adquirido matices aún
más ominosos con el advenimiento de elaborados sistemas
computarizados de intercambio nuclear, de enfermedades y gases
mortales, y de amenazas de sabotaje a través de las redes
nacionales de ordenadores. A pesar de la voluntad de las naciones
para lograr la paz, por lo general carecen de los conocimientos
de cómo llegar a soluciones pacíficas.

La guerra no es la única forma de violencia en
los países desarrollados y subdesarrollados que castiga a
la población por la falta de acuerdos sociales.
También están el hambre, la pobreza y la
escasez. En la medida en que se siga utilizando el dinero, la
creación de la deuda, y la inseguridad
económica, estas condiciones perpetuarán la
delincuencia,
la anarquía, y el resentimiento. Los documentos de
proclamaciones y tratados no
alteran un ápice las condiciones de escasez e inseguridad.
El nacionalismo
sólo tiende a ayudar a propagar el separatismo en las
naciones y pueblos del mundo. Ni siquiera la firma de un tratado
de paz podrá evitar otra guerra, si las causas no son
abordadas. Los aspectos inviables del derecho
internacional tienden a congelar las cosas tal cual
están. Todas las naciones que han conquistado tierras por
la fuerza y la violencia alrededor del mundo seguirán
manteniendo sus posiciones aventajadas de territorio y recursos.
Nos demos cuenta de ello o no, este tipo de acuerdos sólo
sirven como suspensiones temporales a los próximos
conflictos que
se avecinan.

Tratar de encontrar soluciones a los problemas monumentales
dentro de nuestra sociedad monetaria actual sólo
servirá como un parche de carácter temporal, prolongando la
obsolescencia del sistema actual. En este mundo de constante
cambio, ya no es una cuestión de si elegimos o no hacer
las modificaciones necesarias; hoy es imperativo asumir este reto
y adoptar estos nuevos requerimientos o enfrentaremos la
inevitable decadencia de nuestra actual institución social
y económica.

Este es el dilema que debemos enfrentar sin rodeos, y las
soluciones deberán encajar las circunstancias del "mundo
real". No parece haber otra manera que actualizar nuestro punto
de vista y crear una nueva dirección, relegando los
antiguos valores a las civilizaciones pasadas. Lamentablemente,
esta no podrá ser logrado antes de alcanzar el punto de no
retorno en la economía mundial actual.

Una
economía basada en recursos

Lo que aquí se presenta es un enfoque simple para el
rediseño de una cultura, en la cual las antiguas
deficiencias de la guerra, la pobreza, el
hambre, la deuda, y el innecesario sufrimiento humano son vistos
no sólo como evitables, sino que además, totalmente
inaceptables. Este nuevo diseño de las estructuras
sociales busca la eliminación de las causas subyacentes
que son las responsables de muchos de nuestros problemas. Pero,
como se indicó anteriormente, estas causas no
podrían ser eliminadas dentro del marco del actual
sistema
político y monetario.

El comportamiento
humano está sujeto a las mismas leyes que rigen todos
los demás fenómenos físicos. Nuestras
costumbres, comportamientos y valores no son más que
subproductos de nuestra cultura. Nadie nace con codicia,
prejuicios, intolerancia ni odio, pues estas conductas son
aprendidas. Si el medio permanece inalterado, estos problemas
persistirán. Su eliminación no puede ser llevada a
cabo dentro de una la sociedad monetaria basada en los residuos y
la explotación humana. Con su obsolescencia planificada,
descuido del medio ambiente, gastos militares
indignantes y desgastados métodos de resolver conflictos
mediante la promulgación de leyes, todos estos intentos
actuales de solución están destinados al
fracaso.

Además, la creencia de que las tecnologías
avanzadas proporcionarán una mejora en la calidad de vida
de la mayoría de la gente, no es el caso en un sistema
monetario como el actual. Hoy en día, más y
más empresas están adoptando los enormes beneficios
de la automatización, simplemente porque se traduce en un
aumento de la producción con menos trabajadores. En
última instancia, la preocupación de las empresas
por sus utilidades a corto plazo, dará como resultado el
colapso de las economías monetarias.

Si el sistema monetario continúa funcionando tal cual
lo hace hoy, nos veremos enfrentados con un cada vez mayor
desempleo
tecnológico, hoy denominado "reducción de personal
en masa". De 1990 a 1995, las empresas despidieron a 17,1
millones de trabajadores, muchos de ellos debido a la
automatización. De este modo, la automatización
continuará sustituyendo a la gente en el futuro
próximo, lo que se traducirá en un menor poder
adquisitivo de esos trabajadores desplazados. Aún cuando
los mercados
mundiales estén en expansión, el costo en
términos humanitarios que tendrá desplazar y privar
a los trabajadores de sus poblados, redundará
inevitablemente en problemas sociales masivos e inmanejables.

Durante la década de 1930, en plena Gran Depresión,
la
administración Roosevelt promulgó una nueva
legislación social, diseñada para reducir al
mínimo las tendencias revolucionarias y para hacer frente
a los problemas de desempleo. Se crearon nuevos puestos de
trabajo a través de la Administración de Obras de Progreso, el
Cuerpo de Conservación Civil, la Ley de
Recuperación Nacional, los campamentos transitorios, y los
proyectos de
arte federal.
Sin embargo, y en última instancia, fue la Segunda Guerra
Mundial la que sacó a los EE.UU. de la gran
depresión. Si permitimos a las condiciones actuales tomar
su curso natural, pronto nos veremos enfrentados a otra nueva
recesión internacional de magnitud potencialmente mayor.
En tiempos de esta depresión, y a comienzos de la Segunda
Guerra
Mundial, los EE.UU. tenían apenas unos 600 de aviones
de guerra de primera categoría. Una vez estalló el
conflicto, su
producción se incrementó rápidamente a
más de 90.000 aviones en tan sólo un año.
¿Teníamos los fondos suficientes para producir los
implementos de guerra requeridos? La respuesta es No. Tampoco
teníamos dinero ni oro
suficiente, pero tuvimos recursos más que suficientes. Fue
la disponibilidad de los recursos lo que permitió a los
EE.UU. alcanzar la alta producción y eficiencia
necesaria para ganar la guerra. Por desgracia, estos esfuerzos
extraordinarios sólo se logran en tiempos de guerra.

Vivimos en una cultura que parece trabajar de manera colectiva
sólo como respuesta a una crisis. Sólo en tiempos
de guerra recurrimos a equipos interdisciplinarios para hagan
frente a las amenazas para la raza humana. Sólo en tiempos
de emergencia nacional hacemos lo propio por resolver una amenaza
natural o causada por el hombre. Rara
vez, si es que alguna vez, se hace un esfuerzo concertado para
ayudar a encontrar soluciones viables a los problemas sociales.
Si aplicáramos los mismos esfuerzos científicos de
movilización, pero orientados hacia la mejora social en
lugar de orientarlos a la guerra o a la solución de
desastres a gran escala, los resultados podrían ser
alcanzados en un tiempo relativamente corto.

Uno no podría, por ejemplo, vender el aire que
respiramos, la arena en la playa, la sal o el agua de los
océanos, a otra persona en una isla que tenga el mismo
acceso a todas estas cosas. En una economía basada en
recursos todos los recursos del mundo serían considerados
patrimonio común de todos los pueblos de la tierra del
pueblo, lo que eventualmente eliminaría la necesidad por
fronteras artificiales que separen a las personas -este es el
imperativo unificador. Para mantener un alto nivel de vida, todos
los sistemas sociales, independientemente de su filosofía política, creencia
religiosa, o costumbres sociales, dependerá en
última instancia de los recursos
naturales, como por ejemplo, el aire puro y el agua, las
tierras para el cultivo, o la tecnología necesaria. Esto
puede lograrse a través de la inteligente y humanitaria
aplicación de la ciencia y la tecnología. La
verdadera riqueza de una nación
radica en sus recursos y desarrollos potenciales y en las
personas que trabajan orientadas a la eliminación de la
escasez y desarrollo de una forma de vida más
humanitaria.

Una economía basada en recursos usaría la
tecnología para superar la escasez de recursos mediante la
utilización de fuentes de
energía renovables, la informatización y
automatización de la manufactura,
los inventarios y la
distribución, el diseño y construcción de
ciudades seguras y energéticamente eficientes; la
prestación universal de la salud y la educación, y sobre
todo, la generación de un nuevo sistema de incentivos basado
en la salud humana y el medio ambiente. Lamentablemente, hoy en
día la ciencia y la tecnología se han desviado de
esos objetivos debido a los intereses privados y la
búsqueda de ganancias monetaria a través de la
retirada deliberada de la eficiencia más conocida como
obsolescencia planificada. Por ejemplo, resulta ser un
irónico estado de cosas, cuando vemos que el Departamento
de Agricultura de los EE.UU., cuya función es
llevar a cabo la
investigación sobre cómo lograr un mayor
rendimiento de las cosechas por acre, paga a los agricultores
para que no produzcan a plena capacidad (y controlar así
los precios),
mientras muchas personas padecen hambre. Otro ejemplo es la
práctica de algunas empresas de verter ilegalmente
residuos
sólidos en los océanos y ríos para
así ahorrar dinero, cuando existen a disposición
métodos de eliminación ecológicamente
aceptables. Un tercer ejemplo es la negativa de algunas industrias a
instalar precipitadores electrostáticos en las chimeneas
de sus fábricas y evitar así que el material
particulado sea liberado a la atmósfera, a pesar de
que esta tecnología ha estado disponible desde hace
más de 75 años. El sistema monetario no siempre
aplica los métodos conocidos que mejor sirven a las
personas y al medio ambiente.

En una economía basada en recursos, el aspecto humano
sería de interés primordial, y la tecnología
estaría subordinada a éste. Esto se
traduciría en un aumento considerable en el tiempo libre.
En una economía en la que la producción se realiza
principalmente por máquinas, y los productos y
servicios están a disposición de todos, el concepto de
"trabajo" y "ganarse la vida" se vuelve obsoleto. Pero si las
consecuencias humanas de la automatización se dejan sin
resolver, tal como ocurre hoy, entonces todos los avances de la
ciencia y la tecnología serán de mucho menos
importancia. La utilización actual de los grandes sistemas
informáticos de alta velocidad, también conocidos
como "supercarreteras de la información" o la Internet,
nos podrían ayudar en la definición de las variables y
los parámetros necesarios para el funcionamiento de una
economía basada en los recursos que se ajuste a las
necesidades ambientales. La sobre explotación de los
recursos sería innecesaria y abolida.

Muchas personas creen que hay demasiada tecnología en
el mundo actual, y que la tecnología es la causa principal
de nuestra contaminación ambiental. Este no es
efectivo. Muy por el contrario, es el abuso indebido de la
tecnología lo que ha de ser nuestra principal
preocupación. En términos muy sencillos, un
martillo puede ser usado para construir un edificio, o para matar
a otra persona. El asunto no radical en el martillo mismo sino en
cómo es utilizado. La Cibernación, o
aplicación de computadoras y automatización en el
sistema social, puede considerarse como una proclamación
de emancipación de la raza humana si se utiliza con
inteligencia y
humanidad. Su aplicación masiva podría permitir que
las personas tuviesen el más alto nivel de vida
concebible, prácticamente sin la utilización de
mano de obra. Podría liberar al mundo, por primera vez en
su historia, de la externamente impuesta rutina de actividades
altamente estructuradas, repetitivas y mundanas. Se podría
permitir el retorno al concepto griego del ocio, donde los
esclavos hacían la mayor parte de las labores y los
hombres tenían tiempo para cultivar sus mentes. La
diferencia esencial es, que en el futuro, cada uno de nosotros
comandará a más de un millón de esclavos
-pero serán esclavos electromecánicos y no seres
humanos. Esto terminará para siempre con la
explotación degradante de seres humanos por sus propios
congéneres, para que de este modo, él o ella,
tengan una vida abundante, productiva y menos estresante. Tal vez
el mayor aporta en la mejora de la supervivencia de la raza
humana sea la introducción de la cibernación, las
computadoras electrónicas, y la inteligencia
artificial, que puede muy bien salvar la raza humana de sus
propias insuficiencias.

Una economía basada en recursos demandará el
rediseño de nuestras ciudades, los sistemas de transporte,
y las plantas industriales para que sean energéticamente
eficientes, limpias, y se ajusten convenientemente a las
necesidades de todas las personas, tanto materiales como
espirituales. Estas nuevas ciudades cibernéticas
tendrán un sistema nervioso
de sensores
eléctricos autónomos, extendidos a todos los
ámbitos de la complejidad social. Su función
será la de coordinar el equilibrio
entre la producción y la distribución así
como operar una economía de carga equilibrada. Las
decisiones se tomarán sobre la base de la
información actualizada del medio ambiente. A pesar de la
manía actual por la seguridad
nacional, y la consecuente intrusión en los asuntos
personales, en una economía mundial basada en recursos no
habrá necesidad de robar y será considerado
socialmente ofensivo y contraproducente el que las
máquinas controlen las actividades de las personas. De
hecho, inmiscuirse en los asuntos personales no tendría
utilidad alguna.

A fin de comprender el funcionamiento de la cibernación
en el sistema de la ciudad, considere por ejemplo en el
cinturón agrícola. Allí, sondas
electrónicas de prueba incrustadas en los suelos
mantendrán automáticamente un inventario
constante de la capa freática, las condiciones del
suelo, sus
nutrientes, etc., y actuarían adecuadamente sin necesidad
de intervención humana. Este método de
información electrónica industrial se podría
aplicar a todos los ámbitos de la gestión global de
la economía.

Todas las materias primas utilizadas en la fabricación
de productos podrían ser transportados directamente a las
instalaciones de las fábricas por medio de secuencias de
transporte automatizadas, tales como naves, monorrieles, trenes,
tuberías, y tubos neumáticos, etc. Todos los
sistemas de transporte serían utilizados a su
máxima capacidad en ambas direcciones. No habría
camiones, trenes, u otras unidades de transporte volviendo
vacías, ni de ida ni de vuelta. No habría trenes
con mercancías, almacenadas en astilleros, a la espera de
un ciclo económico para su uso. Un sistema de inventario
automatizado estaría conectado, tanto a los centros de
distribución como a las fábricas, por lo tanto, la
producción coordinada para satisfacer la demanda
proveería una evaluación
constante de las preferencias y estadísticas de consumo. De
este modo, una economía de carga equilibrada podrá
asegurar el suministro, eliminando de paso la escasez, el exceso
de producción, y los residuos.

El método para la distribución de bienes y
servicios de los recursos en una economía cuya base no sea
el uso del dinero o de fichas,
podría lograrse mediante el establecimiento de centros de
distribución. Estos centros de distribución
serían similares a una biblioteca
pública o una exposición, donde las ventajas de los
nuevos productos son explicadas y demostradas. Por ejemplo, si se
visita el Parque Nacional de Yellowstone, uno recibe, en el
acceso al sitio, una cámara fotográfica o de
vídeo. Uno puede usar la cámara, pero si no quiere
quedársela, la devuelve en otro punto de entrega o centro
de distribución fácilmente accesible, eliminando
así la necesidad de que los individuos almacenen y
mantengan equipos. Además de los centros computarizados,
que se encontrarían ubicados en las distintas comunidades,
habría capacidad de procesamiento de imágenes de
televisión
de pantalla plana tridimensionales en la comodidad de la propia
casa. Si se desea una materia en
particular, una orden se colocaría, y la materia
podría ser automáticamente entregada, directamente
en el lugar de residencia de la persona.

Con la infusión de una economía mundial basada
en recursos y un esfuerzo extraordinario por desarrollar nuevas
fuentes de energía renovables y limpias (como lo son, por
ejemplo, la geotérmica, la fusión
controlada, los concentradores de calor solar,
la fotovoltaica, la eólica, las olas, mareas, y
combustibles de los océanos), vamos a ser capaces de tener
energía en cantidades ilimitada que podrían estar
al servicio de la civilización durante miles de
años. Para comprender mejor el significado de una
economía basada en los recursos considere lo siguiente: Si
todo el dinero del mundo desapareciera de pronto, a la vez que
tanto la tierra como las fábricas y otros recursos fuesen
dejados intactos, se podría conseguir cualquier cosa que
escogiésemos para construir y satisfacer cualquier
necesidad humana. No es el dinero lo que la gente necesita, sino
más bien la libertad de
acceder a la mayoría de sus necesidades sin tener que
recurrir a una burocracia
gubernamental o a cualquier otro tipo de organismo. En una
economía basada en recursos, el dinero pasaría a
ser irrelevante. Lo único realmente necesario
serían los recursos, las fábricas y la
distribución de productos.

En un sistema monetario el poder adquisitivo no está
relacionado con nuestra capacidad de producir bienes y servicios.
Por ejemplo, durante una recesión, hay muchos CD's en los
escaparates y automóviles en las distribuidoras, pero
muchas personas no cuentan con el poder adquisitivo para
comprarlos. La tierra sigue siendo el mismo lugar, son
sólo las reglas del juego las que
han quedado obsoletas y crean disputas, privaciones y
sufrimientos humanos innecesarios. En la cultura actual de las
utilidades, la producción de bienes no se realiza basada
en las necesidad humanas. No construimos viviendas sobre la base
de las necesidades de la población. No cultivamos alimentos para
alimentar a la población. La principal motivación
de la industria son las utilidades. Considere el
automóvil. Hoy en día, con el fin de prestar los
servicios convencionales de reparación de
automóviles, es necesario desarmar una gran cantidad de
partes y piezas antes de que podamos llegar al interior del
motor.
¿Por qué son los motores tan
difíciles de acceder? La razón es simple: porque la
preocupación de los fabricantes no es la facilidad con que
se reparan los motores, puesto que no son ellos quienes deben
pagar por el servicio de reparación del automóvil.
Si los fabricantes tuviesen efectivamente que hacerlo, le puedo
asegurar, que el diseño de automóviles
consideraría componentes modulares que puedan ser
fácilmente removidos, facilitando así un acceso
más fácil al motor.

Este sería el caso en la construcción
típica en una economía basada en recursos. Muchos
de los componentes de los automóviles serían
fácilmente desmontables para ahorrar tiempo y
energía en el raro caso de su reparación, porque
nadie se beneficiaría con el servicio de reparación
de automóviles o cualquier otro producto. En
consecuencia, todos los productos serían de la más
alta calidad, y se simplificarían para la conveniencia del
servicio. Unidades de transporte serían diseñadas
de puedan ser fácilmente manufacturados y funcionar libres
de mantención por muchos años. Todos los
componentes en el coche podrían ser fácilmente
sustituidos, cuando sea necesario, con tecnología
mejorada. Finalmente, con el desarrollo de amortiguadores
suspendidos magnéticamente, la lubricación y el
desgaste serían relegados al pasado. Sensores de
proximidad en los vehículos evitarían las
colisiones, reduciendo aún más los requerimientos
por servicios de reparación.

Este mismo proceso se llevará a cabo para todos los
demás productos. Todos los dispositivos industriales
serían diseñados para poder ser reciclados. Sin
embargo, la vida útil de estos productos sería
incrementada significativamente, gracias a un diseño
eficiente e inteligente, reduciendo así los residuos. No
habría "obsolescencia planificada", donde los productos
deban ser deliberadamente diseñados para desgastarse o
romperse con fines lucrativos. En una economía basada en
recursos, la tecnología aplicada de manera inteligente y
eficiente preservará la energía, reducirá
los residuos, y proporcionará más tiempo libre.
Durante la transición, la semana laboral
podría ser escalonada, eliminando con ello los
embotellamientos del tráfico o el hacinamiento en todo
ámbito de la actividad humana, incluidas playas y zonas de
recreo.

La mayoría de los sistemas de envasado serían
normalizados, requiriendo menos espacio de almacenamiento y
facilitando así su fácil manejo. Para eliminar los
residuos tales como papel de prensa, libros y otras
publicaciones, estos podrían ser sustituidos, por ejemplo,
por un proceso electrónico, en el que una película
sensible a la luz, sea colocada
sobre un monitor o TV,
que produce una impresión temporal. Este material
sería capaz de almacenar la información hasta que
sea borrada. Esto conservaría nuestros bosques y
ahorraría millones de libras de papel, que es una parte
importante del proceso de reciclaje.
Eventualmente, la mayoría de los papeleos ya no
serían necesarios, como por ejemplo, la publicidad, el
dinero, la correspondencia, la prensa escrita, las agendas,
etc.

A medida que se elimina la necesidad de profesiones basadas en
el sistema monetario, tales como abogados, contadores, banqueros,
compañías de seguros,
publicidad, personal de ventas, y
corredores de bolsa, una considerable cantidad de residuos y
personal no productivo podría ser eliminada. Enormes
cantidades de tiempo y energía también
podrían ser ahorrados gracias a la eliminación de
la duplicación de productos de la competencia. En lugar de
tener cientos de plantas de fabricación diferentes, y todo
el papeleo y personal necesario para producir productos
similares, sólo muy pocas de la más alta calidad se
necesitarían para servir a toda la población. En
una economía basada en recursos la obsolescencia
planificada no existiría.

Motivación, Incentivos y
Creatividad

Se ha afirmado que el llamado sistema de la libre competencia
crea incentivos. Esto puede ser cierto, pero también
perpetúa la codicia, la malversación de fondos, la
corrupción, la delincuencia, el estrés,
las dificultades económicas y la inseguridad.
Además, el argumento de que el sistema monetario y la
libre competencia generan incentivos no siempre resulta ser
efectivo. La mayoría de nuestros principales avances en
ciencia y
tecnología han sido el resultado de los esfuerzos de
muy pocas las personas que trabajaron de manera independiente y,
a menudo, contra una gran oposición. Grandes
científicos como Goddard, Galileo, Darwin, Tesla,
Edison y Einstein eran personas que estaban verdaderamente
interesados en la solución de los problemas y de mejorar
los procesos, más que en las meras ganancias financieras
que obtendrían. De hecho, muy a menudo se desconfía
en extremo de todos aquellos cuyo incentivo es totalmente
motivado por la obtención de ganancias monetarias; a
saber, abogados, hombres de negocios,
vendedores y personeros de casi cualquier otro ámbito.

Si las necesidades básicas fueran accesibles a todas
las personas, algunos podrían cuestionarse; bueno,
entonces ¿qué nos va a motivar? Esto equivale a
decir que los niños
criados en ambientes pudientes, en la que sus padres proporcionan
todo lo necesario; llámese alimentos, vestimenta,
vivienda, nutrición y buena educación,
carecerán de incentivos o de iniciativa. No hay ninguna
evidencia que apoye esta falacia, pero hay pruebas
abrumadoras que sustentan el hecho de que la malnutrición,
la falta de empleo, los
bajos salarios, las
malas condiciones de salud, la falta de orientación, la
falta de educación y de vivienda, el poco o nulo
reconocimiento a los esfuerzos, los malos modelos de
rol, la pobreza, y unas perspectivas nada halagüeñas
para el futuro crean monumentales problemas sociales e
individuales, y reducen de forma significativa el ímpetu
de un individuo por
conseguir logros.

El objetivo de una economía basada en recursos es
fomentar y desarrollar un nuevo sistema de incentivos, uno ya no
dirigido hacia el objetivo superficial y egocéntrico de la
riqueza, la propiedad y el poder. Estos nuevos incentivos
alentarán a la gente a perseguir metas distintas, tales
como la realización personal, la creatividad y
la eliminación de la escasez; la protección del
medio ambiente y el alivio del sufrimiento de sus
congéneres. La gente, abastecida con buena
nutrición en una sociedad altamente productiva y
humanitaria, va a evolucionar a un sistema de incentivos nuevos,
inalcanzable en un sistema monetario como el de hoy. La
abundancia de nuevas maravillas que experimentar, explorar e
inventar sería tal, que la noción de aburrimiento y
apatía sería completamente absurda. Los incentivos
son a menudo aplastados en nuestra cultura actual, donde las
personas no se atreven a soñar con un futuro que les
parece inalcanzable. Es más, la visión de futuro
que muchas personas tienen hoy en día, consiste
únicamente en interminables días de trabajo duro y
sin sentido; una vida desperdiciada cuyo único fin es
conseguir el dinero, apenas suficiente para sobrevivir.

Cada era crea su propio sistema de incentivos. En
épocas pasadas, el incentivo por cazar alimentos fue
generado por el hambre; el incentivo para crear una jabalina, un
arco y una flecha evolucionó como un proceso de apoyo a la
caza. Con el advenimiento de la sociedad agraria, la
motivación para la caza ya no fue necesaria, y los
incentivos se orientaron hacia el cultivo de plantaciones, la
domesticación de animales y la
protección de la propiedad privada. En una
civilización donde las personas reciben alimentos,
atención médica, educación y
vivienda, los incentivos, una vez más, serán
modificados y redirigidos: Las personas serán libres para
explorar otras posibilidades y estilos de vida que no
podían ser previstos en épocas pasadas.

La naturaleza de
los incentivos y la motivación depende de muchos factores.
Sabemos, por ejemplo, que la salud física y mental de un
individuo está directamente relacionada con su percepción
de autoestima y
bienestar. Además, sabemos que todos los niños
sanos son curiosos, es la cultura la que configura y da una forma
particular al modo de investigar y motivar. Por ejemplo, en
India y otras
zonas de gran escasez, hay muchas personas que no están
motivados por acumular riqueza y bienes materiales, sino que
renuncian a todos los bienes mundanos. En las condiciones
paupérrimas en que estas personas se encuentran, la verdad
es que esto no es tan difícil de lograr. Esto
parecería entrar en conflicto directo con otras culturas
que valoran la acumulación de riqueza material. Sin
embargo, ¿Cuál punto de vista es el válido?
Su respuesta a esta pregunta dependerá de su marco de
referencia, es decir, de la escala de valores culturales
influidos en Usted por su propio sistema.

Muchos psicólogos experimentales y sociólogo han
demostrado que los efectos del medio ambiente desempeñan
un papel importante en la configuración de nuestro
comportamiento y valores. Si un comportamiento constructivo es
adecuadamente recompensado durante la temprana infancia, el
niño crecerá motivado para repetir ese
comportamiento recompensado, a condición de que la
recompensa satisfaga sus necesidades individuales. Por ejemplo,
si se entrega como recompensa un balón de fútbol
a un niño que esté más interesado en la
botánica, el balón de fútbol
no sería una recompensa desde el punto de vista de ese
niño. Es muy lamentable que tantas personas en nuestra
sociedad no sean debidamente recompensadas por sus esfuerzos
creativos. En algunos casos, las personas son aparentemente
capaces de superar las deficiencias de su entorno, a pesar de una
aparente falta de refuerzos positivos. Esto se debe a su propio
"auto-refuerzo", en la que ellos ven oportunidades de mejora en
cualquier actividad a la que se dediquen, y logran así un
sentido intrínseco de logro. Su fortalecimiento no depende
de la aprobación de los demás, ni de recompensa
monetaria. Los niños que dependen de la aprobación
de un grupo, tienden
a padecer sentimientos de baja autoestima, mientras que los
niños que no dependen de la aprobación del grupo
suele adquirir un sentido de auto-aprobación, a
través de la mejora de su propio desempeño.

A lo largo de la historia, ha habido muchos innovadores e
inventores que han sido inescrupulosamente manipulados,
ridiculizados, y maltratados, a la vez que recibieron recompensas
financieras escuálidas. Sin embargo, soportaron tales
condiciones de vida difíciles porque estuvieron motivados
por aprender y descubrir nuevas formas de hacer las cosas. Si
bien personas creativas como Leonardo de Vinci, Miguel
Ángel, Beethoven recibieron generosos patrocinios de los
más ricos mecenas, esto no disminuyó su incentivo
en lo más mínimo. Por el contrario, los
facultó para llegar a nuevas alturas en creatividad,
perseverancia y logros individuales. Este es un concepto
difícil de entender, debido a que la mayoría de
nosotros hemos sido criados con un sistema de valores que nos ha
dado una serie de nociones acerca de la forma en que debemos
pensar y comportarnos en relación con el dinero y la
motivación. Estos se basan en ideas antiguas que hoy son
realmente irrelevantes. Se ha afirmado que la guerra genera la
creatividad. Este concepto deliberadamente falso no tiene
ningún sustento en los hechos. Fue el financiamiento
estatal de las industrias de guerra lo que ayudó a
desarrollar muchos de los nuevos materiales e invenciones. No
cabe duda que una sociedad más sana sería capaz de
crear un sistema de incentivos más constructivo, aplicando
nuestro conocimiento
de las condiciones que determinan la motivación
humana.

En este nuevo orden social impulsado por una economía
basada en recursos, la motivación y el incentivo se
fomentarán a través del reconocimiento y la
preocupación genuina de las necesidades de las personas.
Esto significa proporcionar el entorno necesario, las
instalaciones educativas, la nutrición, la atención
de salud, la compasión, el amor, y la
seguridad que todas las personas merecen y necesitan.

El factor
humano

En la sociedad actual existe una gran preocupación por
la disolución de la estructura
convencional de núcleo familiar y los valores sociales
asociados con ella. La familia es vista
como el principal y más elemental lugar para la
adquisición de habilidades para la vida, tales como el
cuidado, la sociabilidad, la responsabilidad, la estabilidad y la
preocupación por los demás. El creciente malestar y
la falta de dirección mostrada por muchos jóvenes
de hoy parecen legitimar estas preocupaciones.

En la actualidad, es menester que ambos padres trabajen. La
economía monetaria ha socavado en gran medida la
cohesión familiar. Los padres carecen de tiempo suficiente
para pasar con sus hijos, y son constantemente agobiados por los
aumentos de gastos médicos, pagos de seguros, gastos en
educación, y altos costos de la vida. Es precisamente en
este ámbito, que uno de los beneficios más
profundos de esta nueva civilización puede ser logrado. La
propuesta de jornadas de trabajo más cortas
proporcionará más tiempo para las relaciones
familiares. El libre acceso a los bienes y servicios hará
del hogar un lugar mucho más agradable, debido a la
eliminación de las angustias económicas que hoy en
día causan tanta agitación familiar. Con el mayor
nivel de sociabilidad que naturalmente viene al no tener que
competir por el acceso a los bienes y servicios, veremos una
tendencia hacia la ampliación desde la unidad
básica familiar hacia toda la comunidad. Tal
como ya se observa en otras culturas, la crianza y el desarrollo
de los niños se convertirán en responsabilidad de
la familia y la comunidad en
general.

Con la eliminación de la deuda, el temor de perder el
empleo ya no será una amenaza. Esta garantía, junto
con educación acerca de cómo relacionarnos en una
forma mucho más significativa, podría reducir
considerablemente el estrés, tanto físico como
mental, y nos dejará libres para explorar y desarrollar
nuestras habilidades. Cuando la educación y los recursos
están disponibles para todos de manera gratuita, no
habrá ningún límite para el potencial
humano.

El temor a un comportamiento plano en una futura
economía cibernética basada en recursos carece de
fundamento. La única uniformidad con la que uno se
encontrará, es la preocupación por el medio
ambiente y la importancia de brindar la máxima
cortesía posible a todas las naciones del mundo y entre
las personas de una misma comunidad. Del mismo modo, todos
compartirán una intensa curiosidad por lo nuevo y
desafiante. Con una mejor comprensión, la gente
podrá poseer una flexibilidad de perspectiva desconocida
en épocas anteriores, libres de fanatismos y prejuicios.
Además, la gente de esta sociedad innovadora
tendría una preocupación genuina por los seres
humanos y la protección, mantenimiento y administración del medio ambiente natural
de la Tierra. Adicionalmente, todo el mundo, independientemente
de su raza, color o credo
tendrá igual acceso a todas las comodidades que esta
cultura altamente productiva podrá suministrar.

En sistemas de educación más avanzados y
humanitarios las personas adquirirán este nuevo tipo de
sistema de valores. También se darán cuenta de las
muchas ventajas que tiene la cooperación por sobre la
competencia. En una sociedad sin intereses creados, sería
imposible abusar del talento de los científicos y
técnicos para que participen en la investigación de armas o de
cualquier otra tarea socialmente hostil. Llamamos a este enfoque
"La moralidad
funcional". Este nuevo enfoque, más humano y productivo,
se avocará a la tarea de encontrar soluciones no militares
a las diferencias internacionales. Esto exige una visión
global, lo que se traducirá en una mejora considerable si
partimos de la visión miope y egoísta predominante
en el mundo de hoy. Podríamos utilizar los conocimientos y
la información como herramientas
que serán descartados cuando las pruebas de nuevos y
más adecuados métodos sean presentadas.

Algunas personas cuestionan la moralidad de recibir algo
aparentemente a cambio de nada. En una reciente conferencia en
una Universidad, un
estudiante se opuso a la idea de "obtener algo a cambio de nada".
Luego, le pregunté si era él mismo quién
costeaba sus estudios universitarios o si, por el contrario, eran
sus padres quienes los estaban pagando por él. El
estudiante admitió que eran sus padres. También le
hice ver el hecho de que si él realmente creyese que las
personas no deben recibir algo a cambio de nada, entonces, en la
eventualidad de que un pariente suyo muy pudiente muriese, el
estudiante debería preferir que la herencia del
pariente se dejase, por ejemplo, a la fundación contra
el
cáncer, en lugar de serle heredada a él. Sin
embargo, el estudiante -no faltaba más- obviamente se
opuso a esta idea.

Por el sólo hecho de haber nacido en un país
desarrollado, tenemos acceso a muchas cosas en las cuales no
hemos puesto ningún esfuerzo en lo absoluto, como por
ejemplo el teléfono, el automóvil, la electricidad, el
agua potable,
etc. Estos dones del ingenio humano y la invención no
degradan nuestras vidas, sino que, muy por el contrario, nos
enriquecen y hacen más fácil la vida. Lo que nos
degrada es nuestra falta de preocupación por todos
aquéllos desafortunados que deben padecer la pobreza, el
hambre, y la falta de vivienda. Los diseños y modelos
sociales propuestos en este ensayo se
limitan a proporcionar la oportunidad para que las personas
desarrollen su máximo potencial en cualquier
emprendimiento que elijan, sin el temor de la pérdida de
la individualidad o la sumisión a la uniformidad.

Una economía basada en recursos incluye, por
definición, la participación de todas las personas
en sus beneficios. En un sistema monetario hay una razón
inherente para la corrupción
y que es ganar una ventaja competitiva sobre otra persona. Sin
intereses creados o el uso del dinero, ya no hay ninguna
razón ni beneficio en callar nuestra verdadera
opinión, falsificar información o tomar ventaja de
nadie. No habrá necesidad de ninguna barrera social
rígida subyacente que limite la participación de
cualquier persona o restringa la introducción de nuevas
ideas. El objetivo principal será el acceso a la
información y la disponibilidad de bienes y servicios para
todas las personas. Esto permitirá a la gente a estar
dispuesta a participar en los emocionantes nuevos desafíos
de esta sociedad.

Una economía basada en recursos podría crear un
entorno que aliente la más amplia gama de individualidad,
creatividad, emprendimiento constructivo y cooperación,
sin ningún tipo de elitismo o sectarismo, ya sea
técnico o de otro tipo. Más significativamente, una
economía basada en recursos generaría un sistema de
incentivos muy diferente, sobre la base de una
preocupación por el medio ambiente y el bienestar de la
humanidad. Esto no sería una cultura uniforme, sino una
que estaría diseñada para estar en un constante
proceso de crecimiento y mejora. A medida que mejoramos las vidas
de los demás, protegemos nuestro medio ambiente, y
trabajamos hacia la abundancia. Toda nuestra vida será
más rica y segura. Si estos valores se pusieran en
práctica nos permitiría a todos alcanzar un nivel
de vida mucho mayor, en un período relativamente corto de
tiempo. Un nivel de vida que mejoraría continuamente. En
un futuro en que las instituciones comerciales ya no existan, la
necesidad de cárceles, abogados, anuncios publicitarios,
bancos y la
bolsa ya no servirán a ningún propósito
útil. En la sociedad del futuro, en la que el sistema
monetario de la escasez ha sido superado por una economía
basada en recursos, y la mayoría de las necesidades
físicas y creativas sean satisfechas, la propiedad
privada, tal como la conocemos, dejará de ser una
necesidad para proteger el acceso a los bienes y servicios. El
concepto de la propiedad no sería de ninguna ventaja en
una sociedad de abundancia. Aunque esto es para muchos
difícil de imaginar, incluso las personas más ricas
de hoy serían inmensamente mejores en una sociedad
altamente productiva basada en recursos. Hoy en día, en
los países desarrollados, la clase media
vive mucho mejor que los reyes y los ricos de otras
épocas. Del mismo modo, en una economía basada en
recursos todos podrán vivir vidas más ricas que la
de los poderosos y ricos de hoy, no sólo material sino
espiritualmente también.

La gente sería libre de seguir cualquier ámbito
de emprendimiento constructivo de su elección, sin ninguna
de las presiones económicas, restricciones, deudas o
impuestos que le son inherentes en el sistema monetario actual.
Por emprendimiento constructivo, nos referimos a todo aquello que
mejore la vida de la persona y de los demás, al mismo
tiempo que proteja el medio ambiente mundial. Cuando la
educación y los recursos están disponibles para
todos, sin un precio, no
habrá ningún límite para el potencial
humano. Con estos importantes cambios, las personas puedan vivir
vidas más longevas, significativas, saludables y
productivas. En tal sociedad, la medida del éxito se basa
en el cumplimiento de cada uno de los objetivos individuales en
lugar de basarse en la adquisición de la riqueza, la
propiedad, y el poder.

El Proyecto
Venus

El Proyecto Venus es una organización que se basa en
las ideas, los diseños y la dirección presentados
en los capítulos anteriores. Representa muchos años
de investigación y dedicación por parte de su
creador y Director de Proyecto, Jacque Fresco. Su centro de
investigación y diseño de 25 acres está
situado en Venus, Florida, donde el futuro está tomando
forma hoy. La función del proyecto Venus es
diseñar, desarrollar y preparar planes para la
construcción de una ciudad experimental basada en los
principios antes esbozados. En este sentido, se han construido
nueve edificios experimentales y se están desarrollando
sistemas de energía alternativa, diseños de
ciudades, medios de transporte, sistemas de fabricación, y
mucho más. En apoyo de esta investigación es que
estamos creando maquetas, representaciones y modelos; realizando
seminarios junto con la producción de libros,
vídeos y otros materiales escritos para introducir a la
gente a los objetivos del Proyecto Venus.

El Proyecto Venus se encuentra en proceso de
introducción de un conjunto de valores y procedimientos
que permitan lograr la transformación social. El Proyecto
Venus proporcionará los diseños y planos de un
prototipo de comunidad para poner a prueba la validez de sus
propuestas sociales y establecer un centro permanente de
planificación que podría utilizarse para modelar
proyectos futuros de corto y largo plazo. Asimismo, propone una
orientación pertinente para que las personas sean capaces
de adaptarse intelectual y emocionalmente a nuestra nueva era
tecnológica. Cualquier cosa por debajo de un diseño
social global será inapropiado y mucho menos eficaz.
Nuestras propuestas se presentan al público en general y a
todas las instituciones educativas, a quienes invitamos a
participar. Si una cantidad suficiente de gente encuentra que las
propuestas son aceptables y elige unírsenos en este nuevo
grupo de presión,
esto podría ayudar a formar el núcleo de una
organización para promover los objetivos del Proyecto
Venus.

Las configuraciones circulares de las nuevas ciudades
según lo propuesto por el Proyecto Venus, no son meramente
conceptualizaciones de tipo arquitectónico estilizado,
sino que son el resultado de años de investigación
para proporcionar, en forma eficiente y económica, un
entorno que sirva de manera óptima a las necesidades de
sus ocupantes. Sin suficiente conocimiento de la relación
simbiótica entre la humanidad y el medio ambiente,
sería muy difícil desarrollar soluciones viables a
muchos de nuestros problemas. En la planificación de esta
nueva ciudad, el proyecto Venus ha considerado éste, y
muchos otros factores, en un cuidadoso examen y estudio. Esta
nueva ciudad experimental se dedicará a trabajar en pro de
los objetivos y metas del Proyecto Venus, que son los
siguientes:

  • 1. La conservación de todos los recursos del
    mundo como patrimonio común de todas las personas de
    la Tierra. Trascender y derribar todas las fronteras
    artificiales que separan a las personas. Evolucionar de una
    de una economía monetaria a una economía
    mundial basada en recursos. Reclamar y restablecer el medio
    ambiente natural al máximo de nuestras capacidades.
    Rediseñar nuestras ciudades, los sistemas de
    transporte, la agricultura y las plantas industriales para
    que sean energéticamente eficientes, limpias, y sirvan
    convenientemente a las necesidades de todas las personas.

  • 2. Evolucionar hacia una sociedad cibernética
    que pueda erradicar gradualmente la necesidad de gobiernos
    políticos locales, ya sea nacionales o
    supranacionales, por medio de la gestión social.
    Compartir y aplicar la totalidad de las nuevas
    tecnologías para beneficio de todas las naciones. Usar
    fuentes de energía, limpias y renovables, tales como
    energía eólica, solar, geotérmica,
    mareomotriz, etc. En última instancia, utilizar los
    productos de la más alta calidad para beneficio de
    todos los pueblos del mundo. Exigir estudios de impacto
    ambiental previo a la construcción de cualquier
    megaproyecto. Fomentar el más amplio margen para la
    creatividad y el incentivo a las tareas constructivas. Ayudar
    en la estabilización de la población del mundo,
    a través de la educación y el control
    voluntario de la natalidad, para ajustarse a la capacidad de
    carga de la tierra. Erradicar el nacionalismo, el fanatismo y
    los prejuicios a través de la educación.
    Eliminar cualquier tipo de elitismo, formación
    exclusiva ú otro tipo de sectarismo. Llegar a
    metodologías de desarrollo basadas en la
    investigación meticulosa en lugar de basarse en
    opiniones caprichosas.

  • 3. Mejorar la comunicación en las nuevas
    escuelas con el fin de que nuestro lenguaje y
    educación sea pertinente a las condiciones
    físicas del mundo que nos rodea. Proporcionar no
    sólo las necesidades cotidianas de la vida, sino que
    también ofrecer desafíos que estimulen la
    mente, haciendo hincapié más en la
    individualidad que en la uniformidad. Por último,
    preparar a las personas intelectual y emocionalmente para los
    posibles cambios que se avecinan.

Al igual que todas las demás propuestas sociales
innovadoras, ésta comienza con unas pocas personas que
dedican parte de su tiempo a informar a otros de los beneficios
humanitarios de esta nueva dirección. Las personas son
invitadas a participar en cualquier disciplina en
la que pueden ayudar a llevar a cabo el diseño inicial de
las fases experimentales de esta nueva ciudad. Un equipo
interdisciplinario de ingenieros de sistemas, programadores,
arquitectos, urbanistas, sociólogos, psicólogos,
educadores y similares también será necesario. El
diseño del proyecto Venus no considera las condiciones del
medio ambiente como fijas o estáticas. Debemos permitir la
adaptación y el cambio en el sistema como un proceso
continuo. De este modo se evitaría la tendencia a
perpetuar configuraciones temporales más allá de su
período de utilidad. La ciudad circular propuesta por el
Proyecto Venus sería una fase de transición y
podría evolucionar a partir de una sociedad orientada al
dinero semi-cooperativa hacia una sociedad completamente basada
en la economía de recursos. Este podría ser el
prototipo de una serie de nuevas ciudades que se
construirán en diversos lugares de todo el mundo. La tasa
de progresión dependerá de la disponibilidad de los
fondos recaudados durante las primeras etapas y del número
de personas que se identifiquen, participen y apoyen los
objetivos y la dirección del Proyecto Venus. A medida que
estas nuevas comunidades se desarrollen y sean ampliamente
aceptadas, podrían muy bien constituir la base de una
nueva civilización, de preferencia a través de un
proceso de evolución y no de revolución. Somos muy conscientes de que
nadie puede realmente predecir la forma del futuro. Sólo
podemos extrapolar la información sobre la
información actual y sus tendencias. El crecimiento de la
población, el cambio tecnológico, las condiciones
ambientales en todo el mundo y los recursos disponibles son los
principales criterios de las proyecciones futuras. También
somos conscientes de que no existe ninguna filosofía o
punto de vista, ya sea religioso, político,
científico o ideológico, de la que alguien no pueda
disentir o estar en desacuerdo. Sin embargo, creemos que los
únicos aspectos del proyecto Venus que podrían
parecer amenazadores para algunas personas son aquéllos
que otros proyectan sobre él.

El Proyecto Venus no es ni utópico, ni orwelliano, ni
refleja los sueños impracticables de idealistas. En lugar
de ello, presenta metas alcanzables que sólo requieren de
la aplicación inteligente de lo que ya sabemos. Las
únicas limitaciones son aquélla que nos imponemos
nosotros mismos.

 

 

 

Autor:

Ensayo del Proyecto Venus

Jacque Fresco

Enviado por:

El Injenierillo

Traducción al Español
por

Partes: 1, 2
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