- El
día en que todo había sido
devaluado - Los
hijos del maíz y de la yuca - ¿Qué
significa minar su estructura interna en los pueblos
colonizados? - El
alimento, encarnado en el cosmos y la
comunidad - La
salud preventiva sobre lo curativo - Todo
régimen alimenticio es histórico - La
juventud urbana en la mira de la aculturación alimenticia
global - La
intuición de las incompatibilidades
alimenticias - La
complementación intercultural de los regímenes
alimenticios - Propuestas
iníciales para reivindicar los regímenes alimenticios
de los pueblos indígenas - Notas
- Anexo
Revalorización intercultural de los
regímenes alimentarios de los pueblos indígenas ante la
crisis
ª Pérdida de identidad alimentaria
regional
Ante el encarecimiento de los cereales y el
mito del trigo, la
pretensión de Bush de alimentar los carros con maíz, no debemos olvidar
nunca que en este continente somos los hombres y mujeres del
maíz, si queremos pensar en nuestra seguridad y soberanía
alimentaria.
Hugo Chávez
Frías
Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela
Nadie pasa hambre en
América
Alejandro de Humboldt
El día en que todo había
sido devaluado
Un día llegaron ellos, los conquistadores. Tratando
de quitarnos todo buscando El Dorado.
-Para quitarnos todo, debían cambiarnos todo.
——Entonces decidieron que hablábamos no en un idioma,
sino en un "dialecto" incomprensible, en un balbuceo de dragones
o de "salvajes". Además, la papa daba lepra, el maíz
era un cereal inferior, el tigre y el león eran especies
degeneradas, según la racista y medieval visión
europea. Iban cambiando los nombres de todo: "La Española",
"Boca de dragos", "Boca de la Serpiente", "Paraíso
Terrenal", "Tierra de Gracia", para
desgracia de sus pueblos originarios. La idea de paraíso y
de tierra de gracia, contrastaba con la inferioridad que se le
atribuye a los hombres y mujeres, los animales y las plantas. Solo hay animales
exóticos y paisajes pintorescos. Dicho en otras palabras,
tierras vírgenes (nunca pisadas por el hombre hasta ese momento).
Dicho de otro modo, no había hombres, ni mujeres, sólo
hasta la llegada del hombre blanco. (1)
-Sobre los hombros de los conquistadores buscadores del Dorado,
venían los misioneros. Para cambiar nuestra visión del
mundo y sembrar el terror, en nombre de un Cristo al que negaban
en su práctica diaria, salvo algunas excepciones como
Montesinos o Fray Bartolomé de Las Casas, entre otros.
Todavía execrados y en el exilio de la globalización
neoliberal.
Cambiarnos el calendario o el
tiempo de cosecha
Pretendían cambiarnos el sentido del tiempo y del
espacio para imponernos su propio calendario, al margen de
nuestro tiempo de caza, de pesca, de recolección, de
siembra y de cosecha. Pero este tiempo y espacio sujeto al
mantenimiento humano, fue
siempre el más difícil de cambiar: porque no es nada
fácil quitarle el régimen alimenticio propio a un
pueblo dominado, a riesgo de perecer los propios
conquistadores en tierras desconocidas. Eran los pueblos
indígenas los portadores de etnociencias y tecnologías
de convivencia adaptadas milenariamente a aquellas ecologías
diversas y complejas.: selvas, sabanas, páramos,
semidesiertos, costas, serpientes de agua o espejo de mar, que de
alguna manera marcaban el carácter de su
régimen alimenticio, pero no del todo determinada por cada
ecosistema, dada su capacidad
de adaptación a distintos medios geográficos de la
región y con posibilidades reales y potencialidades de
movilización interna y de intercambio cultural.
EL TRIGO ERA DIOS MISMO
Nuestras danzas de retribución a la Madre Naturaleza fueron tildadas de
paganas, pero rito y danza eran inseparables del
régimen alimenticio de cada pueblo indígena. En
cambio, los conquistadores se
creían coronados por Dios con las espigas del trigo dorado
iluminado ahora por el sol de trópico. El trigo
era para ellos el único cereal completo y divino, que
representaba el cuerpo de Cristo y el vino su sangre.
Los hijos del maíz y de la
yuca
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