La moralidad y la veracidad enjuiciadas por la ciencia de la epigénesis (página 2)
El párrafo
anterior constituye la piedra filosofal de esta tesis
Tirando la "primera piedra"
proverbial…
Generalmente, todos compartimos la
antipatía hacia el engaño, como igualmente
apreciamos el desdén que unos profesan hacia quienes nos
mienten. No obstante, todos mentimos y, si podemos hacerlo, todos
engañamos. (Véase mi artículo: La
mentira y la
neurociencia
aplicada en monografías.com).
Como especie, la más inteligente,
inclinada a la auto decepción y a la falsedad. A veces nos
cegamos pretendiendo que nosotros, como individuos, somos puros,
limpios, espiritualmente excepcionales, e irreprochables —
circunstancia tan ilusoria como conveniente.
Quizás no todos así piensan,
porque no todos los seres humanos son venales o volubles. Pero
sí que existe un grupo de
personas religiosas, políticas,
profesionales, académicos, miembros de la farándula
y líderes sociales que, a pesar de ser corruptos, se
califican a sí mismos como dechados de perfecciones y que
asimismo demandan que los demás, los acepten como
tales.
Igualmente así se catalogan los
miembros de la amplia porción de la población que padecen de trastornos
narcisistas y antisociales de la
personalidad. Pero, éstos representan una
categoría especial, ya que operan a distancias
considerables de toda salud emocional o equilibrio
espiritual.
La moralidad
humana no emanó de los principios
decretados por las iglesias institucionales, ni los inculcados
por los clérigos — muchos de los cuales son
alcohólicos, pedófilos, y mujeriegos. Ni tampoco
provendría del ejemplo señalado por los Papas,
innúmeros de entre los mismos, depravados e incestuosos,
cuyos vicios, deshumanizantes, e interminables, fueran
plétora… (Aquí las obras recomendadas son
tres: Chronicles of the Popes, The Borgias, y
Structures of Deceit).
La moralidad humana es producto de
nuestros módulos natos contenidos en la esencia misma del
concepto
sociológico e inmanente que reside en la Ley
Natural.
Tomás de Aquino
Pero como todo lo genético
ésta, está subordinada a ser influenciada por
factores epigenéticos, lo que explica la inestabilidad
inherente a los principios morales. (Véanse mis
artículos al respecto).
Basado en que la moralidad es producto de
módulos instintivos (o ingénitos) podemos
comprender, por qué los actos de aquéllos quienes
se burlan de los valores
éticos compartidos, nos despiertan animosidad o rechazo,
porque entendemos que lo que aceptan son comportamientos
esencialmente incongruentes.
La Ley Natural
revisitada
Tomás de Aquino (1225-1274) fue el
primero, de todos los pensadores, cuyas enseñanzas
establecieran las fundaciones básicas para el estudio de
la Ley Natural, operando como depositario de valores, de
sistemas morales
y de métodos
filosóficos. (Véase mi tesis: La
ley Natural).
Desde los tiempos de Aquino, esta Ley ha
evolucionado, hoy siendo contenida como parte del currículo de enseñanza de todos los juristas — aunque,
por razones inexplicables, en la mayoría de nuestras
universidades no se incluye.
Los proponentes modernos de los principios
que gobiernan este concepto fueron:
Hugo Grotius, quien definiera la Ley
Natural como el conjunto de reglas que nos gobiernan y que pueden
ser descubiertas por el simple uso de nuestra razón.
Éste mismo, también propuso que el entendimiento de
la Ley Natural es deductivo, nomotético, e independiente
de la experiencia.
(NOMOTÉTICO, CA: adj. Se aplica
a las ciencias que
tienen un cuadro de leyes generales
mediante las cuales pueden preverse ciertos acontecimientos,
especialmente sociales, o establecerse sus factores
determinantes).
Por Ley Natural José
Centeno Chavero
En otras palabras que es instintivo,
intuitivo y está cimentado como módulo
nato.
Los nombres de otros filósofos, cuyas contribuciones al
entendimiento de la Ley Natural fueran de importancia, son los de
Samuel von Pufendorf, Thomas Hobbes y
John Locke;
quienes proporcionarían ideas y establecieron principios
que asentarían las bases fundamentales para el desarrollo de
una teoría
de Ley Natural como principio inquebrantable.
Con el transcurso de los años, y en
la estela dejada por el Holocausto
Nazi, las Naciones Unidas
en diciembre 10 del 1948, adoptó la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
Documento que fuera basado totalmente, en la aplicación de
esta Ley Natural.
La Declaración de los Derechos Humanos es otro
instrumento que todos los dictadores, tiranos, y aspirantes a
autócratas del mundo, han ignorado sistemáticamente
desde que se divulgara. Aunque, a pie juntillas, y sin problema
de índole moral, todos
mantienen que lo reconocen.
Peor aún, estos autócratas,
quienes ignoran la Ley Natural, encarnada en la moralidad —
como dijéramos al principio de este ensayo — la
invocan, cuando la necesitan para, con ella escudarse, o para
justificarse a sí mismos en sus desmanes.
Pero, la Ley Natural, como principio, se
remonta, por supuesto, a nuestro pasado distante, cuando
aún no sabíamos ni cómo leer ni cómo
escribir.
Ordalía
Las leyes Naturales se aplicaban, entonces,
de modo empírico y racional.
Veamos:
La mentira y el engaño. Ambos,
como el uso de ciertas palabras hieráticas, tienen sus
usos, pero solamente bajo circunstancias específicas.
El mentiroso habitual y empedernido, que falsea para destruir
reputaciones, para justificar el homicidio,
el hurto, el incesto, o engaña para calumniar,
está excluido. Así como, estarlo, resulta,
quien, como costumbre o hábito, impreca.La monogamia por el período
natural. Comportamiento elemental, que forma parte
adaptadora de la naturaleza
de nuestra especie. Módulo nato esencial, ya que la
hembra permanece incapacitada por tiempos prolongados, luego
de parir un bebé. Para ello la mujer
necesita de la presencia del hombre y
no que éste se ausente para inseminar a otras mujeres
en un período crucial, como tantos hacen —
procreando hijos, simultáneamente — con varias
mujeres incautas…La lealtad tribal. Es obligatoria, para
que la agregación de los residentes que comparten el
mismo entorno, puedan defender la propiedad
colectiva con mayor eficiencia.
De esto provienen los vigilantes y los
ejércitos.El intercambio de promesas y de
artículos de venta —
el comercio
— constituye un propósito esencial de honradez y de
honor. Lo que cualquier mercante, contratista, banquero o
abogado, hoy, viola sin resquemores.La tendencia al chismeo y al rumoreo
infundado están invalidadas por la necesidad racional
de verificar los hechos. (Véase mi artículo:
Los Chismes y la Persona
Chismosa…).
Aquí sería útil
revisar mi artículo: La autoestima, la
dignidad, el
auto-respeto y lo que
arruinamos cuando los comprometemos… Publicada en
monografía.com y en Psikis.cl.
Para evitar los excesos de la
aplicación errónea de la Ley Natural, el hombre
primitivo, en toda sociedad,
seleccionaba un juez, de entre su tribu, para arbitrar las
disputas; consecuencias inevitables de la vida
comunal.
Ese prefecto, en su selección,
sería persona sabia, venerada y provista con reconocidas
cualidades excepcionales, que le garantizaban, a quienes a su
juicio acudieran, una audiencia imparcial.
Todo estuvo bien, hasta que se inventara la
aplicación ingeniosa del dinero en aras
de la extorsión y del soborno, y de que se experimentara
la embriaguez del poder
ininterrumpido y la fama basada en el consumismo conspicuo, como
magistralmente lo articulara Thorstein Veblen en su Theory of
the Leisure Class.
Todo cambió, cuando la injusticia
avanzaría los intereses del magistrado y cuando el poder
adquiriera la posibilidad de tramar, con impunidad, la
eliminación física de los
adversarios y oponentes.
En ese mismo instante, la Ley Natural se
abarató, dejando en su lugar una farsa de lo que antes
rigiera como principio efectivo y como sistema
imparcial.
La verdad, sin dilación, fue
supeditada a la "versión oficial" de la misma, y todo lo
que contradijera esa interpretación; se convertiría en
mentira y no necesitaría ser corroborada ni sujeta al
escrutinio pudoroso de la Realidad. (Véase mi
artículo: La Versión Oficial).
Así se estableció el clima
propiciatorio para la dominancia expresiva de los trastornos de
la personalidad
que penetran nuestros grupos humanos y
para el nacimiento insidioso del animal político (Homo
politicus), personificados en los círculos
íntimos de la Casa Blanca de G. W. Bush.
La crueldad como
"experimento": Y, adonde la Ley Natural se
subvierte
En varios centros en Alemania y en
partes de los Estados Unidos,
se han conducido experimentos
humanos, donde se asigna el rol de carcelero y prisionero a
grupos de personas de origen común, como ya hemos
leído en muchas de mis ponencias.
Dado el sentimiento de tener poder absoluto
sobre otros, muy pronto, los "carceleros", se convierten en
maníacos desalmados, embriagados por la visión del
sufrimiento que pueden infligir a los "cautivos" a ellos
confiados.
El buitre barbudo, político del
reino animal, ya que todo lo engulle…
Estos experimentos sirven para confirmar
que el ser humano es capaz de las peores inhumanidades hacia sus
semejantes, cuando la oportunidad se presenta — lo que, a
menudo, también hace, en el nombre de Dios y de la
justicia.
Así operan igualmente padres
depravados, que lanzan a sus hijos menores, a los peligros de la
noche, para castigarlos. O esposos abusivos y personas en
posiciones de poder que se aprovechan del uso de la autoridad a
ellos confiada, para infligir daño.
(Véanse: Obedience to Authority: The Unique Experiment
that Challenged Human Nature por S. Milgram y The
Lucifer Effect: Understanding How Good People Turn Evil por
P. Zimbardo).
El lapso
imprevisto de la Ley Natural y sus consecuencias
psicológicas
La violación sistemática de
la Ley Natural posee un efecto disruptivo en los sistemas
serotoninérgicos del cerebro
humano.
Las actividades biológicas de la
serotonina — como quienes manufacturan los SSRI, bien
lo saben — controlan la autoestima y el matiz de nuestros
afectos.
Cuando la Ley Natural se quebranta;
instintivamente, nuestros sistemas de alarma, que responden al
peligro, se aprestan a confrontar situaciones que nos amenazan.
El resultado final es la ansiedad
Así lo explica Darwin y lo
confirma Alfred Lord Tennyson cuando, el último, nos dice
que: Nature (is) red in tooth and
claw.
La
propensión a la decepción es atributo evolucionado
que existe en muchas especies
En los Estados Unidos se han conocido
innúmeros casos de esquemas de inversiones
bancarias que, hoy se conocen como el "Esquema de Ponzi". Esquema
éste, que, a muchos despierta repulsión, y en
otros, produce schadenfreude.
Para entender a qué me refiero,
aquí introducimos la definición de los Esquemas
Ponzi.
Los esquemas Ponzi son un tipo de
operación ilegal, tipo pirámide, llamadas por el
inmigrante italiano Carlo Ponzi, quien, en los 1920s, engatusara
a un incontable número de personas a investir en un
programa
especulativo de estampas postales.
Ponzi pensó que él
podía aprovechar las diferencias en tasa entre las
unidades monetarias norteamericanas y las de otros países,
utilizándolas para comprar y revender cupones postales
internacionales. Ponzi prometió que podía pagar, en
menos de tres meses, un 40% de intereses a sus inversionistas,
comparado con el 5% que ofrecieran, entonces, los bancos
comerciales.
Ponzi, de inmediato, fue inundado con
fondos provenientes de inversores, al ritmo de 1 millón de
dólares en sólo tres horas, cuando comenzara a
operar.
Esto sucedió en el año
1921
Para financiar su esquema colosal, Ponzi
solamente compró $30 de los cupones.
Ponzi, naturalmente, antes de ser deportado
a Italia — donde
fuera recibido como héroe — serviría sentencias
en prisiones federales.
Estas pirámides continúan
operando, y continúan estafando a muchos a la
melodía de miles de millones de dólares, como
hiciera, en tiempos recientes, el execrable Bernard
Madoff.
Pero, detengámonos, ya que dicen los
expertos que engañar a los demás es evidencia de
ser listo
Los comportamientos decepcionantes poseen
una historia muy
arraigada en la evolución de la vida en sociedades, y
mientras más sofisticado que un animal sea, más
ingeniosas y más pronunciadas serán sus tendencias
al engaño y a aprovecharse de la ingenuidad ajena. Algo
que decirse en favor del psicópata.
Veamos cómo esto opera entre algunos
antropoides
Sin abrigo, sin calzado y sin cena,
vendiendo cigarrillos para llevar dinero a su casa
En un reciente estudio acerca del
comportamiento de ciertos grupos de primates conducido en
Saint Andrews School en Escocia, se descubrió que
existe una correlación entre comportamientos
decepcionantes y el volumen del
cerebro. Mientras mayor en grosor la neocorteza cerebral de
algunas especies de monos, mayor es el chance que uno de estos
simios exhiban comportamientos deliberadamente
engañosos.
La evidencia entre los humanos, con nuestra
neocorteza densamente corrugada, es que habitualmente nos
mentimos entre nosotros, sin resquemor, con desenvoltura y con
aplomo.
Examinando lo que los científicos
llamaran "la mentira en la vida cotidiana", un grupo de
investigadores de la Universidad de
California en Santa Bárbara le pidieron a 77 estudiantes
universitarios y 70 voluntarios de la comunidad que
mantuvieran diarios anónimos de los detalles rodeando cada
mentira que todos dijeran durante una semana.
Analizando los resultados de la prueba, los
investigadores encontraron que los estudiantes dijeron, por
promedio, dos mentiras al día, mientras que miembros de la
comunidad dijeron una mentira al día, y que la
mayoría de estas mentiras eran de poco significado. "Yo le
dije que pienso mucho en él, aunque nunca lo recuerdo",
escribió una participante en el estudio. "Le dije,
falsamente, que le envié la respuesta a su
invitación este mismo día", escribió
otro.
En un estudio complementario, los
investigadores les preguntaron a los voluntarios que describieran
las peores mentiras que hubiesen dicho en su vida. Entonces
surgieron confesiones de infidelidades conyugales, de
engaño a empleadores, de mentir frente a un juez para
lograr ventajas. Cuando además les preguntaron qué
sentimientos tenían acerca de estas mentiras, algunos
dijeron que todavía los acosaban los sentimientos de
culpa, mientras que otros, habiendo realizado que escaparon sin
problemas,
repetirían la acción
una y otra vez.
La verdad, es que la mentira es muy
fácil de decir. En más de 100 estudios, los
investigadores han hecho la siguiente pregunta a los sujetos
participantes: La persona a quien, los voluntarios observan,
parece que: ¿miente o dice la verdad? Las respuestas
siendo un 53%, acertadas — lo que no es de mayor significado,
estadístico, que echándolo a cara o
cruz.
Esta ceguera a la mentira sugiere a algunos
expertos que existe una tendencia humana a tolerar la
decepción, prefiriéndose una mentira bien urdida a
la verdad desnuda.
Uno de los autores más destacados en
el mismo estudio, que prefiere permanecer anónimo, dice:
"quizás será porque preferimos que no nos hagan
verdaderas revelaciones dolorosas".
Nuestra existencia está repleta de
historietas de heroísmos y logros, que solamente existen
en las mentes de sus autores. También existen en la
Naturaleza, las inofensivas mariposas virreyes que imitan las
tóxicas mariposas monarcas, aves que
fingen alas rotas para desviar predadores de la proximidad de sus
retoños, y peces
pescadores que atraen su presa por medio del uso de protrusiones
anatómicas que simulan carnadas.
Los biólogos distinguen entre esos
casos de decepción innata o automática y lo que
conocen como decepción táctica. La última
consiste en la aplicación de un comportamiento normal con
el propósito expreso de confundir a un observador. Este
tipo de comportamiento requiere mucha inteligencia,
encontrándose, por tanto, en animales dotados
con los cerebros del mayor desarrollo.
Entre los animales con quienes nos
asociamos, los monos grandes son los decanos de impostores
conocidos. El primatologista Frans B. M. de Waal, de la
Universidad de Emory, cita ejemplos de cómo estos simios
en cautividad, pueden, con la apariencia de la mayor inocencia,
seducir seres humanos a quienes atraen, para, a menudo, hacerles
daño.
Modesto vocero de la humildad y la
pobreza…
Los mismos monos no se comportarían
de esta manera con sus semejantes, porque, conociéndose
bien entre ellos, los infractores no escaparían
ilesos.
Pero aún así, los simios
tratan de engañarse entre ellos. Los chimpancés
muestran los dientes, en sonrisa franca, cuando están
nerviosos, pero, cuando un macho adulto amenazante se les acerca;
o tornan la cabeza o se cubren la boca. De manera similar, si un
macho subordinado está en medio del cortejo amoroso de una
hembra y detecta la presencia de un macho alfa, inmediatamente,
el subordinado disfraza sus comportamientos amatorios cubriendo
con sus manos su erección.
Entre los engañadores más
hábiles se encuentran los monos Rhesus. Quienes
diseñan planes complicados para robar comida a los
demás miembros de la misma colonia, por lo que, con
frecuencia, pagan con un escarmiento — la Ley Natural de los
Rhesus.
La generalización más cierta
es que no somos los únicos animales que están
inclinados al usufructo de la mentira y que violan sin titubeo
los principios éticos que los rigen.
En
resumen
En la imagen de la
niña vendiendo cigarrillos, que arriba mostramos,
apreciamos un ejemplo conspicuo del plagio desfachatado.
Destinado a embelesar al público, mientras lo decepcionan
— especialmente, durante las festividades pascuales.
El dibujo aparece
como ilustración para una historia publicada el
23 de diciembre del 2008 bajo el título de "La
niñita de los cigarrillos" por Justine Picardie. Los
editores del Telegraph.co.uk introducen este cuento, entre
sus páginas, como una de esas fábulas
inspiradoras que se leen a los niños,
durante las festividades navideñas.
¿Sonrisa? No, lo que tengo es
miedo…
Al hacerlo, los editores, encomiaron,
profusamente, los talentos originales de la "autora" del
cuento.
Lo que la fábula, y quienes la
publican, proponían hacer, fue hilvanar un cuento
conmovedor para el beneficio de quienes anuncian sus
mercancías en la misma página.
Para los padres, quienes primero lo
leyeran, este tipo de ficción sirve el dudoso
propósito de enfatizar a los jóvenes, desde muy
temprano en sus vidas, las enormes diferencias que existen entre
los que tienen y los desposeídos… Para que los
hijos reflexionen y sientan, sino tristeza, por los que son menos
dichosos, por lo menos para que se contenten con lo que, de sus
progenitores, reciban.
Pero hay algo que salta a la vista cuando
leemos el cuento.
La historieta, para muchos familiar, se
despliega siguiendo un patrón ya conocido, porque en el
año 1845, Hans Christian Andersen la había
publicado, palabra por palabra, en Copenhague, cuando la
escribiera bajo el título de "La niñita de los
fósforos".
De inmediato, la lección, para los
niños asimilar, es el significado de la palabra "plagio" y
las enseñanzas del himno: "No digamos jamás la
mentira, no engañemos a nuestros papás, que no hay
cosa más bella que un niño, cuando sabe decir la
verdad…"
Para concluir, repetimos que es preciso
reconocer que la moralidad, como virtud, para nuestro género es
un vínculo delicado. El cual — cuando se acepta sin
ponerlo a juicio crítico, como lo expreso en mi
artículo acerca de la hipocresía — se hace
tomando un riesgo
contra-intuitivo de la mayor magnitud.
Quizás Santo Tomás, el
apóstol, en sus dudas acerca de la Resurrección de
Cristo, quiso legarnos una enseñanza crucial:
"…duda, hasta del Cristo encarnado…" (Juan
20:24-29).
Para concluir, repetimos otras palabras de
filosófica sabiduría.
"Con la moral
corregimos los errores de nuestros instintos, y con el afecto los
errores de nuestra moral".
(1883-1955) Filósofo y ensayista
español
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, F: (2008) La Ley Natural y
los principios básicos de nuestras actividades
lógicas y emotivas en
monografías.comLarocca, F: (2008) Suicidio en la
juventud:
Guía para los padres, el público en general y
los maestros en monografías.comLarocca, F: (2008) Los
hipócritas, el proxenetismo y sus dilemas
filosóficos y morales: Y, de ¿por qué
los hombres procuran las prostitutas? en
pskis.clLarocca, F: (2008) El gene cumple
cien años: Un breviario de la ciencia
como celebración en
monografías.comLarocca, F: (2007) La Mentira y la
Neurociencia Aplicada en
monografías.comLarocca, F: (2007) El Gen Homicida
y Atavismos que Matan en
monografías.comLarocca, F: (2007) El Chisme y la
persona Chismosa en monografías.comWills, G: (2000) Papal Sin
DoubledayCloulas, I: (1989) The Borgias
WattsMaxwell-Stewart, P: (1997)
Chronicles of the Popes Thames and HudsonLarocca, F: (2007) De cómo
la regla del DNA gobierna un mundo de incertidumbres
ciertas en monografías.com
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |