- Reseña Histórica de la
Inquisición - Causas de la
extensión de la Inquisición a las Indias
(América) - El Destino del Hereje
(La Inquisición Española) - Instrumentos de
Tortura de la Santa Inquisición - Inquisidores Generales
(1483-1818) - Tomás de
Torquemada - ¿Quién
logró acabar con la
inquisición? - Los Cataros "Hombres
Buenos"
Reseña Histórica de la
Inquisición
El término Inquisición, (deriva del
verbo Latín (inquisitio[1]hace
referencia a varias instituciones dedicadas a la
supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La
Inquisición medieval, de la que derivan todas las
demás, fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el
sur de Francia) para combatir la
herejía de los cátaros o albigenses, que en 1149, se
implantó también en el reino de Aragón (fue la
primera Inquisición estatal) y que en la Edad Moderna, con la
unión de Aragón con Castilla, fue extendida a ésta
con el nombre de Inquisición Española (1478 –
1821), bajo control directo de la monarquía hispánica,
cuyo ámbito de acción se extendió
después a América; la
Inquisición portuguesa (1536 – 1821) y la
Inquisición romana (1542 – 1965).
Tribunal eclesiástico establecido para inquirir y
castigar los delitos contra la fe. Sus
orígenes se encuentran en la persecución de las
herejías populares del siglo XII. En 1231 el Papa Gregorio
IX la organizó definitivamente, confiando su dirección a los
dominicos. Antes de actuar, durante un mes («tiempo de gracia») se
efectuaban predicaciones para provocar autodenuncias tras las
cuales el arrepentido era perdonado; en caso contrario, se
iniciaba el proceso condenándose a
los no arrepentidos y a los relapos (reincidentes en la
herejía) a diversas penas, hasta la máxima, de muerte en la hoguera. Lo
esencial para los jueces era conseguir la confesión de los
acusados, lo que condujo, a mediados del siglo XIII, a la
utilización de la tortura. Fuera de España, dejó
prácticamente de existir en el siglo XV. En España, por
el contrario, fue potenciada por los Reyes Católicos,
constituyéndose en Sevilla (1480). Abolida por las Cortes de
Cádiz (1812), fue reestablecida por Fernando VII, antes de
su definitiva extinción en 1834. En América, la
Inquisición fue establecida por Felipe II en 1570, y tuvo
tribunales en México, Lima y Cartagena de
Indias. Sólo tenía jurisdicción sobre criollos y
españoles y no sobre los indios.
En 1184 se reunió en Verona un concilio, convocado
y presidido por el Papa Lucio III, a fin de adoptar medidas para
combatir la herejía, especialmente la albigense, que trataba
de imponerse por la fuerza de las armas. El concilio acordó,
entre otros extremos, que se reservara a la Santa Sede los
juicios de herejía en los que conocería por medio de
delegados y tribunales propios. Los obispos, instituidos en
jueces y representantes del Papa, deberían fallar las causas
de herejía, imponiendo únicamente penas canónicas,
o entregando al reo, en caso de contumacia o reincidencia, al
brazo secular. El edicto del Concilio de Verona no fue suficiente
para detener el avance de la herejía, e Inocencio III
reunió el IV Concilio de Letrán (1215), en el que se
decidió la creación de jueces inquisidores especiales,
encargados de descubrir y sancionar a los herejes. El primer
inquisidor nombrado por el Pontífice fue Domingo de
Guzmán, que estableció su tribunal en Tolosa (Francia)
hacia 1216. En 1218 la Inquisición funcionaba ya en Alemania, Inglaterra, Italia y España, y se
extendía a toda la cristiandad. En 1252 Inocencio IV
confió los tribunales del Santo Oficio a los dominicos y
franciscanos. Durante la Edad Media la Inquisición
alcanzó gran preponderancia no sólo religiosa sino
también política, sobre todo en Italia y
España. La conducta de algunos inquisidores
y su intromisión en las disputas temporales minaron su
prestigio. En 1560 fue abolida en Francia. España la
implantó en sus colonias en América, los reyes le
otorgaron también la potestad civil, y con atribuciones cada
vez más restringidas, funcionó hasta 1808, en que fue
suprimida por Napoleón; no obstante,
tornó a reestablecerse en 1814 y fue abolida definitivamente
en 1834.
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