La vida consagrada es una vocación no una
carrera, significa una llamada divina; "Dios llama
especialmente a algunos fieles a dicho estado, para
que gocen de este don peculiar en la vida de la Iglesia y
favorezcan su misión
salvífica de acuerdo con el fin y el espíritu del
instituto"[5]. En esta llamada la
persona
encuentra plenitud en el amor
desarrollando sus capacidades, valores
talentos, virtudes, en sí toda su integridad; frente a los
ojos de Dios que le dice, "con amor eterno te
he amado, por eso prolongare mi cariño hacia
ti"[6] .
El consagrado responde como signo profético,
escatológico que atrae a los hombres a la vida cristiana
con un corazón
grande "Amarás a Yavé tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, y con
toda tus fuerzas."[7]. Siempre reflexionando
la realidad que le toca vivir. Como dice Fray Carlos Aspiros
Costas: "Para mí, la vida consagrada significa algo
así como tener los dos pies en la tierra,
[…] estar bien enraizados en la realidad […]
Tenemos los pies en el mundo, pero con horizontes amplios, sin
techo alguno por encima de nuestras cabezas, sin muros que
aprisionen".
1.3. Diversos tipos de vida consagrada.
Los
siguientes tipos de vida aparecen en el derecho canónico y
están reconocidos actualmente por la iglesia, cada uno con
sus características propias. "por la profesión
de los consejos evangélicos mediante votos u otros
vínculos sagrados, reconocidos y sancionados por la
Iglesia, se consagran a Dios según la manera peculiar que
les es propia y contribuyen a la misión salvífica
de la Iglesia; su estado, aunque no afecta a la estructura
jerárquica de la Iglesia, pertenece, sin embargo, a la
vida y santidad de la misma"[8]
1.3.1. Vida consagrada en institutos religiosos
En los que sus miembros realizan la profesión de los
consejos evangélicos por medio de votos públicos y
es recibido por el superior en nombre de la iglesia. Y "Puede
ser admitido en un instituto de vida consagrada todo
católico de recta intención que tenga las
cualidades exigidas por el derecho universal y por el propio, y
esté libre de impedimento."[9].
Además llevan una vida en común, con cierta
separación del mundo (claustro), pero esta actitud es
diversa según el carisma propio. También
llevan el hábito religioso propio del Instituto,
como signo de consagración y testimonio de pobreza
1.3.2. Vida consagrada en institutos seculares
Realizan la profesión de los consejos
evangélicos a través algún vínculo
sagrado, que no es el de los votos públicos. Pero tienen
efectos jurídicos, en cuanto son reconocidos por la
Iglesia y Pueden ser: votos privados, juramentos, promesas,
consagraciones.
"Esta profesión confiere una consagración a
los hombres y a las mujeres, a los laicos y a los
clérigos, que viven en el mundo. Por esta causa deben
ellos procurar, ante todo, la dedicación total de
sí mismos en caridad perfecta y los Institutos mantengan
su propia fisonomía secular, a fin de que puedan realizar
con eficacia y en
todas partes el apostolado, para el que nacieron."
[10]
Los miembros sean laicos o clérigos viven en el mundo y
desde allí realizan su apostolado, incluso no utilizan
hábito como signo de la consagración ni se le exige
que lleven vida fraterna en común, "Los miembros de
estos institutos manifiestan y ejercen su propia
consagración en la actividad apostólica y, a manera
de levadura, se esfuerzan por impregnar todas las cosas con el
espíritu evangélico, para fortaleza e incremento
del Cuerpo de Cristo".[11]
1.3.3. Vida consagrada eremítica y
anacorética
Es una manera radical de entregarse a Dios, como una
práctica penitente y ascética, "(..) la iglesia
reconoce la vida eremítica o anacorética, en la
cual los fieles, con un apartamiento más estricto del
mundo, el silencio de la soledad, la oración asidua y la
penitencia, dedican su vida a la alabanza de Dios y
salvación del mundo."[12], ellos
también realizan la profesión pública de los
tres consejos con votos o con otros vínculos sagrados,
realizados en manos del Obispo diocesano. "Los eremitas
presentan a los demás ese aspecto interior del misterio de
la Iglesia que es la intimidad personal con
Cristo"[13].
1.3.4. Las vírgenes consagradas
Esta consagración es una forma de vida cristiana que no
recibe estrictamente la denominación de Vida Consagrada en
el sentido técnico-jurídico (terminológico),
"(…) son consagradas a Dios por el Obispo diocesano
según el rito litúrgico aprobado, celebran
desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se
entregan al servicio de la
iglesia"[14]. Ofrecen a Dios sólo la
castidad (no la pobreza y la
obediencia). Por eso este tipo de consagración no es Vida
Consagrada en sentido estricto, sino que "se asemeja" a la misma;
"la virgen es constituida en persona consagrada como signo
trascendente del amor de la Iglesia hacia Cristo, imagen
escatológica de esta Esposa del Cielo y de la vida
futura"[15].
Teniendo el propósito de seguir más de cerca a
Cristo, ellas pueden asociarse, para cumplir su propósito
con mayor fidelidad y ayudándose entre ellas realizar el
servicio a la iglesia con su propio estado.
1.3.5. Sociedades de
vida apostólica
Estas Sociedades tampoco son propiamente Vida Consagrada. Pero
se asemejan a los Institutos de Vida Consagrada, pero son algo
distinto. "cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin
apostólico propio de la sociedad y,
llevando vida fraterna en común, según el propio
modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la
observancia de las constituciones."[16].
La finalidad apostólica es lo que define a sus miembros
que se reúnen para llevar una vida fraterna en
común, y a partir de esta desempeñar su
misión; "cuyos miembros, sin votos religiosos,
buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando
vida fraterna en común, según el propio modo de
vida, aspiran a la perfección de la caridad por la
observancia de las
constituciones."[17].
Contenido teológico de la vida
consagrada
2.1. Dimensión teologal
La vida consagrada hace que exista una gran relación entre
Dios y el consagrado es decir tiene un vinculo total con
la santísima Trinidad. Por ello "se dedican
totalmente a Dios como a su amor supremo (…) convertidos
en signo preclaro en la iglesia, preanuncien la gloria
celestial."[18].
Esta dedicación, por
la que el consagrado pertenece totalmente a Dios, se
caracteriza por la profesión de los consejos
evangélicos. Y todo fiel bautizado esta llamados a este
seguimiento específico.
2.2. Dimensión eclesial
La vida consagrada es de la iglesia y para la iglesia. Y
su participación dentro de ella es de manera sacramental
a su modo, representando y reviviendo el género de
vida asumido por Jesús. "La vida consagrada es un don
del padre por medio del Espíritu a su iglesia, y
constituye un elemento decisivo para su
misión."[19]
Este
seguimiento radical de consagrado manifiesta en la iglesia los
bienes del
Cielo ya presentes en forma inicial y la gloria del Reino
venidero. Por ello es que la autoridad
eclesiástica apoya y aprueba las diversas formas de Vida
Consagrada, las Constituciones de los Institutos en los que
ésta se realiza, y también tendrá la
responsabilidad de vigilarla y protegerla. "Han
crecido, en efecto, diversas formas de vida, solitaria o
comunitaria, y diversas familias religiosas que se desarrollan
para el progreso de sus miembros y para el bien de todo el Cuerpo
de Cristo"[20].
2.3.
Dimensión espiritual
Todo bautizado tiene como exigencia espiritual máxima,
la ley del
amor. Más aún el consagrado tomará
esta ley del amor de un modo concreto
por los consejos evangélicos. Y es el amor a
Dios y a los hombres lo que impulsa a algunos fieles a vivir de
forma concreta la pobreza, castidad
y la obediencia.
La vida consagrada y la
profesión de los consejos
evangélicos
Seguir a Jesús incluye estas tres dimensiones de la
existencia humana que son tres formas de radicalidad
evangélica como exhorta pablo. "por tanto hagan morir
en ustedes lo es "terrenal", es decir el libertinaje, la
impureza, pasión desordenada, malos deseos, y el amor al
dinero, que es
una manera de servir a
ídolos"[21].
Los consejos evangélicos son tres: castidad, pobreza y
obediencia; todos ellos ofrecidos a Dios a partir del amor,
basandose "como consejos fundados en las palabras y ejemplos
del Señor y recomendados por los Apóstoles, por los
padres, doctores y pastores de la Iglesia, son un don divino que
la Iglesia recibió del
Señor"[22] .
3.1.Castidad
La castidad antes de ser una decisión es una gracia que
ayuda a desarrollar la capacidad de amar porque, "es un camino
que lleva al amor"[23], para ser capases de
sentir afecto, de ser acogedor y cercano, de practicar la
ternura y la compasión, ". La castidad "por el Reino de
los cielos", que profesan los religiosos, debe ser estimada como
un singular don de la gracia."[24]; esta
vocación no nace de la carencia o recorte del amor, sino
de la sobreabundancia y universalización, de ahí
radica su posibilidad de fecundidad espiritual y social.
Con la castidad "nos unimos más fácilmente a
Dios con un corazón no dividido, y nos consagramos a
él con mayor intimidad."[25], y
podemos enfrentamos a una sociedad de consumo y mala
información, donde se multiplican las
necesidades de deseo, la obsesión por el sexo y el
cuerpo. La castidad nos ayuda a trabajar estas dificultades y a
tratar de superarlas no solo de nosotros mismos, sino
también de nuestros hermano; porque la castidad
"es un camino de especial seguimiento a cristo, […] y
ponerse, como él, al servicio de Dios y de la
humanidad"[26] .
3.2.Pobreza
Este voto es una forma concreta de seguimiento radical de
Jesús que "nos libera de la servidumbre: más
aún, nos aparta de la preocupación por las cosas de
este mundo, para que nos unamos de manera más completa al
Señor"[27]. Este voto consiste en
resistir a aquellas corrientes culturales que nos estimulan a
conocer y ser conocidos en términos de mercancía,
interés, conveniencia.
En el nuevo testamento frente a la necesidad material
está la riqueza espiritual de los pobres como
recuerda Pablo a los Corintios: "Ya conocen la generosidad de
Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se
hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera
ricos."[28]. La pobreza
evangélica en un valor en
sí mismo en cuanto se imita y participa de la pobreza de
Cristo dando testimonio con la sobriedad, fraternidad, sencillez
y hospitalidad porque él "se hizo pobre por nosotros, a
fin de enriquecernos con su pobreza."[29]
.
3.3. Obediencia
No hacemos obedientes, no por sometimiento a nada ni nadie,
sino exclusivamente para encontrar la voluntad de Dios en una
comunidad de
seguimiento a Jesús, "Por esta profesión
imitamos de manera especial a Cristo sometido siempre a la
voluntad del Padre para la vida del mundo, y de esta forma
también nos unimos más estrechamente a la
Iglesia"[30].
La obediencia es algo que caracteriza a la vida consagrada.
"De ahí se deduce que siguiendo el ejemplo de
Jesucristo, que vino a cumplir la voluntad del Padre, "tomando la
forma de siervo","[31]; esta actitud de
Jesús nos llama a hacer la voluntad del padre
tomando en cuenta la total y verdadera libertad para
realizarla.
Frutos
de la vida consagrada
La vida consagrada vivida plenamente nos lleva a un orden
supremo, a una prioridad de una vida perfecta con Dios y su amor,
sintiendo un gozo de esperanza imperecedero. Esto sentimos como
dice Pablo "por preocuparse de las cosas de arriba y no los de
la tierra"[32] (col 3,2)
4.1. Camino a la
perfecta caridad
La vida consagrada desarrolla la gracia bautismal hacia la
santidad y coloca al consagrado en un estado y búsqueda y
ofrenda total. Por ello el bautizado "ahora, para conseguir un
fruto más abundante de la gracia bautismal trata de
liberarse, por la profesión de los consejos
evangélicos en la Iglesia, de los impedimentos que
podrían apartarle del fervor de la caridad y de la
perfección del culto divino, y se consagra más
íntimamente al divino servicio."[33] .
De esta manera el consagrado adquiere este fruto de practicar la
caridad abierta.
4.1.1. Servicio
generoso – apostolado
Nos hace disponibles para servir libremente, logrando
así una vida más fecunda, de comunión;
porque la vida consagrada esta orientada primero al
corazón indiviso y segundo al apostolado. Por ello
"Todos los Institutos participen en la vida de la Iglesia y,
teniendo en cuenta el carácter propio de cada uno, hagan suyas y
fomenten las empresas e
iniciativas de la misma: en materia
bíblica, litúrgica, dogmática, pastoral,
ecuménica, misional, social, etc."[34]
.
4.2.
Configuración con Cristo
Se alcanza este fruto por la especial relación con
Jesús que a igual que a sus discípulos que les
invita no solo a acoger el reino de Dios, sino a poner toda su
persona al servicio de esta causa, dejando todo e imitando su
vida más de cerca (virgen, pobre, obediente). "Por
esto, los miembros de cualquier Instituto, buscando sólo,
y sobre todo, a Dios, deben unir la contemplación, por la
que se unen a El con la mente y con el corazón, al amor
apostólico, con el que se han de esforzar por asociarse a
la obra de la Redención y por extender el Reino de
Dios."[35].
4.2.1. Libertad
En el que nos sentimos realizados plenamente sin
manipulación alguna y eligiendo el bien para todos, libre
de toda carga que nos pueda impedir o dificultar el seguimiento
radical a Cristo y la construcción del Reino. "(…) los
fieles de Cristo se proponen, bajo la moción del Espíritu
Santo, seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios
amado por encima de todo"[36].
4.2.2. Santidad
Este fruto nos mantiene en camino a la santidad y
perfección de vida; apartándonos lo mayor
posible del mal y nos adhiere al bien; como Pablo recuerda.
"Dios nos enseña a rechazar la vida sin Dios y las
codicias mundanas y a vivir en el mundo presente como seres
responsables, justos y que sirven a Dios"[37],
lo que significa renunciar el mal en nuestros corazones y estilos
de vida. Por tanto "Es necesario suscitar en cada fiel un
verdadero anhelo de santidad, un fuerte deseo de
conversión y de renovación personal en un clima de
oración siempre más intensa y de solidaria acogida
del prójimo, especialmente del más
necesitado"[38] .
4.3. Dedicación al crecimiento del
Reino
Este fruto consiste en darse por entero a la
construcción del Reino con gozo y amor, misión que
nos ayuda a poner lo mejor de nosotros. Como nos animan nuestros
pastores que nos dicen: "con generosidad, e heroísmo,
seguid trabajando para que en la sociedad reine el amor, la
justicia, la
bondad, el servicio y solidaridad,
[…] abrazar con profunda alegría vuestra
consagración, que es medio de santificación para
vosotros y de redención para vuestro
hermanos"[39].
Desafío y oportunidades de los
consagrados
La vida consagrada se siente desafiada por este milenio que
trae muchos cambios y fenómenos que pone a los consagrados
en un campo de tensiones y preocupaciones.
5.1. Problemas en
grandes sectores de la humanidad
El consagrado responde a esta situación actual como
signo de esperanza y vida en Dios.
5.1.1.
Frente a la globalización
Este fenómeno mundial abre nuevas expectativas
comunicativas y de relaciones, que "en ciertos aspectos es un
logro de la gran familia humana y
una señal de profunda aspiración a la unidad, sin
embargo comporta también el riesgo de grandes
monopolios y de convertirse el lucro en valor supremo."
[40]
Todos estos cambios crean un gran dinamismo pero es manejado a
intereses particulares y capitalistas donde muchos sufren
perjuicios, así la
globalización "al servicio de los poderes
fácticos, de intereses particulares, de la ideología neoliberal, tienen efectos
negativos y discriminadores"[41].
5.1.2.
Sistema
económico injusto
Estos sistemas aplastan
a los pueblos más débiles y menos desarrollados ya
que los grandes llevan una economía insolidaria con los pobres. Pero
el consagrado se identifica con los pobres, promoviendo una
economía solidaria colaborando con otras organizaciones
religiosas y civiles que persigan este fin similar.
5.2.3.
Fenómenos migratorios
El consagrado es signo de diálogo, y
sus "comunidades son lugares de esperanza y de descubrimiento
de las Bienaventuranzas; lugares en los que el amor, nutrido de
la oración y principio de comunión, está
llamado a convertirse en lógica
de vida y fuente de alegría".[42],
inspirando confianza que lleva a una comunión y acogida
fraterna frente al mundo de los emigrantes que huyen por causas
de guerras,
pobreza, conflictos
políticos y al llegar a otro país se encuentra con
xenófobas, etnocentristas, racistas.
5.1.4. Pluralidad y diferencias
El consagrado es acogedor, sintiendo él mismo esa
llamada a ser plural en sus miembros y carismas que el
Espíritu concede. Por eso "Para una auténtica
inculturación es necesaria una actitud parecida a la del
Señor, cuando se encarnó y vino con amor y humildad
entre nosotros."[43], tomando esta
reflexión vemos deque manera trabajan los consagrados con
diferentes culturas en diversos lugares del mundo sin que
necesariamente sean las suyas. Como también respeta a las
diferentes religiones;
"Dentro del nuevo pluralismo religioso (…) no se ha
diferenciado a los creyentes que pertenecen a otras iglesias o
comunidades eclesiásticas".[44]
5.2. Amenazas a la vida
Son todo los indicadores de
violencia y
muerte que van
en contra de una vida sana desde contaminación ambiental, violencia
psicológica, sexual, aborto, etc.
Hasta la eutanasia.
Pero la vida consagrada mira un objetivo
más amplio que es el de defender la vida y hacerla mas
fructífera, por ello "La Iglesia admira y agradece a
las personas consagradas que, asistiendo a los enfermos y a los
que sufren, contribuyen de manera significativa a su
misión. Prolongan el ministerio de misericordia de Cristo,
que pasó « haciendo el bien y curando a todos
»"[45].
5.2.1. Algunas luces de
esperanza
Se presenta Dios por medio del consagrado como un ser de
esperanza ante estos problemas, alguien que cura y da vida en
abundancia.
La vida consagrada no es indiferente a la cultura de
muerte, porque plantea soluciones,
reflexiones, testimonio y ejemplo a partir del amor de Cristo a
la humanidad; deduciéndose de que "Quien ama a Dios,
Padre de todos, ama necesariamente a sus semejantes, en los que
reconoce otros tantos hermanos y hermanas."
[46]
5.3. Mentalidad post moderna
Es un fenómeno global que afecta especialmente a las
nuevas generaciones gozando solo del presente sin esperar nada
del futuro, no existiendo pensamiento ni
definición alguna. Por ello "En nuestro mundo, en el
que parece haberse perdido el rastro de Dios, es urgente un audaz
testimonio profético por parte de las personas
consagradas. Un testimonio ante todo de la afirmación de
la primacía de Dios y de los bienes
futuros"[47].
El consagrado debe impartir el evangelio y el amor de Dios
reflexionando y observando la realidad que le toca vivir,
teniendo de esta manera la labor de educar en el amor a todos los
que siguen el pulso del momento.
Autor:
Joe Alan Bocangel
[1] GIORDANO CABRA, Pier. Amarás con
todo tu corazón (celibato). Ed. Salterrae; España, 1982. p. 63
[2] LA BIBLIA Latinoamericana; Ed. Verbo
divino; España, 2005. (Lc 18, 29).
[3] Ibid. (Jn. 14,6)
[4] CÓDIGO DE DERECHO CANONICO. Ed.
Católica S.A., Madrid –
España, 1983. (Canon 574).
[5] Ibid (Canon 574).
[6] LA BIBLIA, Op cit. (Jr. 31,3).
[7] Ibid (Dt. 6,4).
[8] CÓDIGO DE DERECHO CANONICO. Op.
Cit. (Canon 207)
[9] Ibid. (Canon 597).
[10] VATICANO II, Ed. Católica
S.A.,Madrid – España, 1965. (Perfectae Caritatis
nº 11)
[11] CÓDIGO DE DERECHO CANONICO. Op.
Cit. (Canon 713)
[12] Ibid. (Canon 603 )
[13] CATESISMO DE LA IGLESIA CATÓLI
CA. Asociación de editores de catecismo;
España. 1992. Nº 923
[14] CÓDIGO DE DERECHO
CANÓNICO. Op. Cit. (Canon 604)
[15] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, Op. Cit. Nº 923
[16] CÓDIGO DE DERECHO
CANÓNICO. Op. Cit. (Canon 731)
[17] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, Op. Cit. Nº 930
[18] CÓDIGO DE DERECHO
CANÓNICO. Op. Cit. (Canon 573)
[19] APARECIDA V conferencia
general del episcopado Latinoamericano y del Caribe. Ed.
Paulinas; Lima – Perú. 2007. Pág. 118
[20] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, Op. Cit. Nº 917.
[21] LA BIBLIA, Op cit. (Col. 3,.5).
[22] VATICANO II, Op. Cit. (Lumen Gentium
Nº 43)
[23] GIORDANO CABRA, Op. Cit.
Pág.11
[24] VATICANO II, Op. Cit. (Perfectae
Caritatis Nº 12).
[25] LIBRO DE
LAS COSTITUCIONES Y ORDENACIONES de la orden de los Frailes
Predicadores; Málaga – Madrid, 1999. pág.
44
[26] APARECIDA V Op. Ct. Pág.
118
[27] LIBRO DE LAS COSTITUCIONES Y
ORDENACIONES Op. Cit. pág. 48
[28] LA BIBLIA, Op cit. (2 Cor. 8,9).
[29] VATICANO II, Op. Cit. (Perfectae
Caritatis Nº 13).
[30] LIBRO DE LAS COSTITUCIONES Y
ORDENACIONES Op. Cit. pág. 41.
[31] VATICANO II, Op. Cit. (Perfectae
Caritatis Nº 14).
[32] LA BIBLIA, Op cit. (Col 3,2).
[33] VATICANO II, Op. Cit. (Lumen Gentium
44).
[34] Ibid. (Perfectae Caritatis
nº 2).
[35] Ibid. (Perfectae Caritatis
nº 5).
[36] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, Op. Cit. Nº 916.
[37] LA BIBLIA, Op cit. (Tto 2,12).
[38] EXHORTACIÓN APOSTOLICA DEL
SANTO PADRE JUAN PABLO II; Vita Consecrata, Ed. Salesianas,
Lima – Perú, 1996. Nº 39
[39] APARECIDA V Op. Ct. Pág.
19.
[40] Ibid. Pág. 9
[41] CONGRESO INTERNACIONAL DE VIDA
CONSAGRADA, pasión por Cristo, pasión por la
humanidad. Publicaciones Claretianas. España, 2005.
Pág. 35.
[42] EXHORTACIÓN APOSTOLICA DEL
SANTO PADRE JUAN PABLO II; Op. Cit. Nº 51
[43] Ibid. Nº 79
[44] APARECIDA V Op. Ct. Pág.
73.
[45] EXHORTACIÓN APOSTOLICA DEL
SANTO PADRE JUAN PABLO II; Op. Cit. Nº 83
[46] Ibid. Nº 77
[47] Ibid. Nº 85
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