Perón, el defensor de la industria nacional argentina y de la independencia económica
Argumentos
Que Perón
defendió y promulgó la soberanía nacional y la independencia
económica se evidencia en los siguientes casos:
§
El eslogan de campaña de Perón hace referencia a lo
que quiere para el país, "Soberanía política,
independencia económica y justicia
social". Desde un comienzo está planteando lo que va a
defender en el país, la soberanía y la
independencia económica están presentes.
§
Hacia los 30 la Argentina empieza a perder el modelo que la
hizo prosperar, la expansión agroexportadora no pudo durar
como se lo había planeado. Hacia 1914 se ocuparon en su
totalidad las tierras de la pampa húmeda, lo que le puso
límite a la explotación extensiva. La crisis hace
que las naciones desarrolladas retraigan las compras y
encarece la manufactura.
La elite adopta medidas defensivas para dar continuidad al
sistema que se
resquebraja.
Para no alterar el orden económico establecido, firman
el Pacto Roca-Runciman. El convenio significaba la
aceptación de las reglas impuestas por los ingleses para
mantener el intercambio bilateral, lo que aumenta enormemente la
dependencia argentina con ese país. Y también
significaba la venta del
país por parte de las clases dominantes. por un sistema
que ya no funciona.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial,
Argentina se encontraba en una situación económica
muy buena. Tenía 112 millones de libras esterlinas
bloqueadas en Inglaterra, y una
gran demanda de
productos
alimenticios por parte de países europeos, lo que le
permitía hacer frente a sus necesidades importadoras.
Argentina se encontraba frente al dilema de seguir siendo un
país agrario, lo que garantizaba que iba a tener que
seguir con su dependencia económica con el extranjero. O
bien introducirse al mundo industrial, lo que garantizaría
mayor independencia económica al país.
Frente a esto Perón adoptó la sustitución
de importaciones,
fundamentalmente de industria
liviana, lo que por demás permitiría ser
independiente del extranjero.
Para ello organizó un primer Plan Quinquenal,
desde 1947 a 1951, cuyos objetivos
fueron, darle impulso a la industria, permitir que ésta
creciera a través del otorgamiento de créditos; nacionalizar los servicios
públicos; elevar el nivel de vida para así
fomentar el consumo
interno, dar impulso al pleno empleo,
establecer una justa distribución de la riqueza; establecer un
plan de obras públicas y de viviendas. Es decir, seguir la
ideología de Keynes sobre
un Estado
proteccionista, benefactor.
§
El Estado
argentino con Perón como presidente, dio otro gran salto
para defender la soberanía nacional y la independencia
económica. En 1948, aprovechando parte del dinero que
estaba bloqueado en Inglaterra y parte de lo que tendrían
que pagar los ingleses por futuras compras de carne compró
los ferrocarriles, por entonces propiedad de
los ingleses. De esta forma Argentina se aseguró el manejo
de uno de los medios de
comunicación del país más importantes,
lo que permitió aumentar el material rodante y la carga
transportada. Aunque para muchos se encontraban un poco
deteriorados por el descuido de los ingleses, que se vieron
incapacitados para su mantenimiento,
no deja de ser una medida importante. Varios autores creen que la
compra de los ferrocarriles fue absurda y que era un
pésimo negocio para nuestro país.
Conrado Eggers Lan se encarga
de desmentir esas acusaciones en su libro
"Peronismo y
liberación nacional": "En lo que
toca a los ferrocarriles británicos, suelen barajarse dos
ridículas objeciones a su nacionalización: uno, el
de que la misma fue un pésimo negocio, llevado a cabo con
material obsoleto y en términos perjudiciales para
nosotros; y el segundo, más grave y gratuito, de que
constituía una operación regalada a los ingleses,
ya que al año siguiente de la operación cesaba la
concesión y la restitución de los ferrocarriles al
patrimonio
nacional sería sin cargo.
La segunda objeción es demasiado grosera como para ser
tenida en cuenta seriamente; máxime teniendo presente la
preocupación de los gerentes de los ferrocarriles expuesta
ante el embajador inglés
de 1945, según la graciosa narración de
Milcíades Peña[…]. De todos modos, conviene
destacar lo grosero de la falacia: las concesiones habían
sido otorgadas a perpetuidad. La única caducidad
que prevé la "Ley Mitre" de
1907 es la de su artículo 8°, donde se refiere a una
franquicia
válida hasta el 1° de Enero de 1947, que habla de una
exención del pago de derechos de aduana para los
materiales de
construcción y explotación que se
introdujeron en el país durante ese medio siglo, si bien
en la misma fecha caducaba a la vez la facultad del Estado de
controlar las tarifas (artículo
9°)."[1] Con estas palabras
podemos reafirmar que la compra de los servicios de
los ferrocarriles fue una buena medida del gobierno. Fue
aprovechar de una manera posible las libras que nos adeudaban los
británicos y que de otra forma serían
difíciles de cobrar.
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