- Introducción
- La
ética
del ejercicio de la medicina - El
médico y la sociedad - La
relación del médico con otros
clínicos - Terapias
médicas innovadoras - La
ética, la ciencia y
la tecnología - Conclusiones.
Recomendaciones - Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La ética del ejercicio de la medicina en
aspectos como el médico y la sociedad,
la relación del médico con otros
médicos, terapias médicas innovadoras, el
consentimiento informado, el acceso a la atención médica, la ingeniería
genética, la renuncia al tratamiento para mantener la
vida, el suicido asistido por médicos y la cada vez mayor
computarización de las historias clínicas obligan a
reconsiderar periódicamente los dilemas éticos en
el entorno de la medicina actual.
1
El ejercicio de la medicina siempre está cambiando. Los
principios
éticos que han ofrecido orientación para solucionar
problemas de
esta índole en el pasado ayudan al médico a evitar
dificultades y servir como recordatorio de las obligaciones y
los deberes comunes a los que ejercen la profesión
médica. 1-2
El médico debe estar preparado para hacer frente a los
aspectos antes mencionados y hacer más objetivo el
proceso de
toma de
decisiones éticas en el ejercicio de la medicina y
la
investigación médica lo cual puede aplicarse a
asuntos como la responsabilidad de los pacientes, la discriminación, las pruebas
genéticas, la donación de
órganos y la certificación de
discapacidades.3-4
El médico debe considerar las circunstancias del
paciente individual y usar su criterio de la mejor forma posible;
rendir cuentas desde el
punto de vista moral y legal,
aunque estos pueden no ser concordantes entre sí.
Además valorar los posibles conflictos y
distinciones entre las obligaciones éticas y legales al
tomar decisiones clínicas y obtener asesoramiento cuando
le inquiete las posibles consecuencias legales de sus
decisiones.5
La comprensión actual de la ética
médica se basa en los principios de los que emergen
los deberes. Estos principios incluyen la beneficencia-el deber
de promover el bién y actuar como mejor le convenga al
paciente y a la salud de la sociedad-,
así como la no maleficencia -el deber de no hacer daño a
los pacientes. También se incluye el respeto por la
autonomía del paciente; el deber de proteger y promover
las decisiones libres, sin que obre coacción sobre los
pacientes. A partir del principio de respeto por la
autonomía se derivan las reglas de veracidad,
revelación de información y consentimiento informado, por
otra parte el principio de justicia
distributiva exige que tratemos de distribuir equitativamente las
oportunidades de mejorar la vida que ofrece la atención
médica.6-7 El peso relativo que se otorga a
estos principios y los conflictos entre ellos a menudo da cuenta
de los problemas éticos que el médico enfrenta. El
desafío de solucionar dilemas debe contar con virtudes
como compasión, valor y
paciencia ante cada uno de los aspectos del ejercicio
profesional.
El debate sobre
la ética
médica también puede estimular la evaluación
y discusión crítica
en lo que concierne a los temas éticos difíciles
que enfrentan los pacientes, los médicos y la
sociedad.8-9-10
En la II Asamblea General de la Asociación
Médica Mundial, que se reunió en la ciudad de
Ginebra del 8 al 11 de septiembre del año 1948,
11-12 aconsejó que el médico preste,
al recibir su diploma, un juramento hipocrático
modernizado, que plantea:
"En el momento de ser admitido entre los miembros de la
profesión médica, me comprometo solemnemente a
consagrar mi vida al servicio de la
humanidad. Conservaré a mis maestros el respeto y el
reconocimiento a que son acreedores. Desempeñaré mi
arte con
conciencia y
dignidad. La
salud y la vida de mi enfermo será la primera de mis
preocupaciones. Respetaré el secreto de quien haya
confiado en mí. Mantendré en toda la medida de mis
medios, el
honor y las nobles tradiciones de la profesión
médica. Mis colegas serán mis hermanos. No
permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a
interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad,
de raza, de partido o de clase.
Tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su
concepción. Aún bajo amenazas no admitiré
utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la
humanidad. Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi
honor"
Esta medida tiende a fijar en la mente de los
médicos noveles los principios fundamentales que deben
regir su conducta.
No obstante, los valores
médicos, jurídicos y sociales no son
estáticos 13. Por ende, se hace necesario
reexaminar los principios éticos del ejercicio de la
medicina y su aplicación en circunstancias nuevas, lo cual
deja al descubierto deficiencias en la preparación
continua del médico para enfrentar los referidos asuntos y
la necesidad de superación en estos aspectos
importantísimos en la práctica diaria del ejercicio
de la medicina.
Por lo que se propone en el presente trabajo
reflexionar sobre algunas de los dilemas éticos que el
médico y sus pacientes enfrentan y se trata de arrojar
luz sobre la
forma en que los principios existentes se extienden a las
inquietudes también emergentes.
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