De aquí se sigue que la relación
padres-hijo debería ser el punto de concentración
para
el trabajo en torno de la
prevención, tratamiento y manejo del maltrato y abandono
infantiles. Es en este nivel que los psicólogos como
nosotros podemos aportar una contribución
significativa.
Como sugiere el modelo,
el grado de involucramiento de los padres en la relación
con el niño dependerá de
la personalidad o el carácter
y su patología, como seria el mal control
del temperamento y los desordenes psiquiátricos. Estos
factores de
personalidad pueden ser resultado de las experiencias
sociales tempranas del padre o la madre; de hecho, muchos padres
que maltratan informan que ellos mismos fueron víctimas
del maltrato cuando eran niños.
Finalmente, como se indica al comienzo del presente
capítulo,
los valores culturales y comunitarios pueden afectar las
normas y
estilos del comportamiento
los padres. Éstos recibirán la influencia de su
posición social, en lo que se refiere a edad,
sexo, educación,
condición, socioeconómica, grupo
étnico y antecedentes de clase
social.
Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de
sus hijos han padecido en su infancia falta
de afecto y maltrato. Esto suele asociarse a una insuficiente
maduración psicológica para asumir el rol de
crianza, inseguridades, y perspectivas o expectativas que no se
ajustan a lo que es de esperar en cada etapa evolutiva de sus
hijos. Como señala Kempe, estas características
psicológicas en sus padres, son un importante potencial
del maltrato. De tal forma que:
"Cualquier pequeño hecho de la vida cotidiana,
todo comportamiento del niño que se considere irritante,
si encuentra a su progenitor en situación de
crisis, con escasas defensas anímicas y con
dificultades para requerir apoyo externo, puede desatar la
violencia".
Resumiendo, los factores que estos autores relacionan
con el maltrato son:
1)La repetición de una generación a otra
de una pauta de hechos violentos, negligencia o privación
física o
emocional por parte de sus padres.
2)El niño es considerado indigno de ser amado o
es desagradable, en tanto las percepciones que los padres tienen
de sus hijos no se adecuan a la realidad que los niños
son, además, consideran que el castigo físico es un
método
apropiado para "corregirlo" y llevarlos a un punto más
cercano a sus expectativas.
3)Es más probable que los malos tratos tengan
lugar en momentos de crisis. Esto
se asocia con el hecho de que muchos padres maltratantes tienen
escasa capacidad de adaptarse a la vida adulta.
4)En el momento conflictivo no hay líneas de
comunicación con las fuentes
externas de las que podrían recibir apoyo. En general
estos padres tienen dificultades para pedir ayuda a otras
personas. Tienden a aislarse y carecen de amigos o personas de
confianza.
3.3. CARACTERISTICAS DEL NIÑO GOLPEADO Y EL
AGENTE AGRESOR
El niño no solamente es maltratado a
través de la agresión física, sino
también por la privación del alimento, cuidados
físicos y estimulación sensorial tan necesaria para
su desarrollo.
Así, la desnutrición, las malas condiciones
higiénicas del niño, el retraso en las esferas del
lenguaje y personal
social, clásicamente consideradas como medidas de la
estimulación que el niño recibe de su
ambiente, son la regla, en nuestra muestra
y en la de otros autores. A lo anterior se suma el deterioro de
las funciones
intelectuales
como secuela de lesiones al sistema
nervioso central. De acuerdo con algunos autores, este tipo
de secuelas llega al 40%.
En nuestra serie basta enfatizar la presencia en el 17%
de los casos de secuelas neurólogas severas y retraso
importante en el desarrollo en el 50% de los niños
afectados.
En algunos casos cabe la posibilidad de que el retraso y
apariencia poco agraciada del menor disparasen la ira del
agresor. Pero en otros muchos puede plantearse la posibilidad
inversa: que el retraso fuese secuela de asaltos previos y
retroalimente la ira de desencadenarse de agresiones posteriores.
En no pocas veces, inclusive, sirve para justificar al agresor en
sus nuevos ataques al niño.
El panorama se vuelve más sombrío si
recordamos, como lo han demostrado varios trabajos, que la
desnutrición por sí misma es capaz de afectar en
sentido negativo y en forma irreversible el crecimiento y el
desarrollo. Para algunos autores, la "falla para crecer" en un
niño, puede ser el primer dato que oriente hacia el
Estos niños muestran un patrón de
comportamiento muy característico cuando están
internados en el hospital. Aun en ausencia de lesiones que
comprometan
el estado general, el niño aparece triste,
apático y en ocasiones estupor oso; rehúye el
acercamiento del adulto y frecuentemente se oculta bajo las
sábanas. En general, es un niño que llora y no se
muestra
ansioso, cuando se trata un lactante mayor o un
preescolar, por la ausencia de la madre y aun puede mostrar
franco rechazo hacia ésta cuando ha sido la agresora. La
conducta del
niño cambia relativamente poco tiempo a una
de aferramiento excesivo hacia el personal del
hospital, con gran necesidad de contacto físico, al mismo
tiempo que hay periodos patentes de agresividad cuando se les
frustra; estos niños pegan y aun llegan a morder a las
enfermeras, a pesar de que éstas muestra especial afecto y
cuidado al menor cuando se enteran del problema.
Se han señalado también patrones de
comportamiento característicos del agente agresor en el
hospital; poco interés
del familiar involucrado acerca de la seriedad de las lesiones y
evolución del padecimiento, con abandono del
niño en el hospital o, al menos, visitas cortas muy
esporádicas y el comentario frecuentes de las enfermeras
de la sala "de no conocer al padre o madre del niño", a
pesar de estancias prolongadas. Sin embargo, esto no es
necesariamente un comportamiento característico del
familiar agresor; en ocasiones, el
padre o familiar involucrado parece mostrar una gran
preocupación por la enfermedad del pequeño
paciente, con actitudes
francas de sobreprotección hacia éste, lo cual hace
más difícil para el médico, la enfermera y
aun la trabajadora social con experiencia en el manejo de este
problema, aceptar la posible culpabilidad
en una persona tan
aparentemente interesada en el bienestar del menor.
En nuestra serie, al igual de lo que sucede al comparar
los reportes de diversos autores, existe cierta discrepancia en
lo que se refiere al familiar involucrado como agresor. Si
tomamos en cuenta sólo los casos en los cuales la
identificación del agresor fue calificada como
"comprobada" o "muy posible", el padre aparece como agresor en el
26% de los casos y la madre en el 58%; en el 16% restantes,
estuvieron involucrados padrastros, madrastras y un hermano
mayor.
Hay acuerdo general en que se trata de personas
jóvenes y aun cuando existe la creencia de que el maltrato
físico extremo está confinado a la clase
socioeconómicamente baja y/o personas de
inteligencia baja, la mayor parte de los reportes, así
como nuestra experiencia, están de acuerdo en que los
padres golpeados provienen de todas las
clases sociales y están dentro de todos los niveles de
inteligencia.
En un trabajo se
señala que "es probable que algunos padres estén
psicológicamente propensos a este desastre particular,
pero esto no tiene nada que ver con la clase social o
inteligencia"
Se han descrito muchos rasgos característicos del
agente del agresor. Entre ellos estaría la inmadurez
emocional, la cual es la consecuencia de insatisfacción de
la misma durante la niñez.
Sentimientos de ira, coraje y frustración hacia
los hijos, son normales; pero comúnmente están
balanceados por sentimientos igualmente importantes de
protección y cariño y, sólo rara vez, bajo
presiones desorbitadas del ambiente,
resultan en una perdida total del control. En los
agresores, se ha enfatizado también, la existencia de un
grado especialmente alto de impulsividad y pobres mecanismos de
control para la misma, lo cual hace que un estimulo aparentemente
pequeño, que generalmente toleran bien la mayor parte de
los padres, provoque la reacción agresiva intensa hacia el
menor involucrado. Sin embargo, otros autores enfatizan que el
agresor funciona bien fuera de la presencia del niño
agredido y que este último es dotado de
características reales o supuestas, que desencadenan el
maltrato y/o actitudes abiertas de rechazo. Estas
características pueden ir desde inquietud motora marcada,
llanto excesivo, aspecto físico del menor, enfermedades frecuentes,
etc., hasta otras más sutiles y las cuales requieren de
una investigación cuidadosa para descubrirlas,
como son el conferir al niño características del
adulto. Muy frecuentemente, estos padres tienen dificultad para
ver al bebe como tal y esperan que coma sin dejar nada de la
ración ofrecida o demandan hábitos de limpieza por
encima de la edad del niño, especialmente un control muy
precoz esfínteres anal y vesical por lo que los ataques al
niño suelen ocurrir alrededor de la hora de comida o de la
defecación. No es raro también que una madre
insatisfecha en sus
relaciones interpersonales, especialmente con el esposo, tome
al bebe como única fuente de satisfacción; si
responde como ella quiere, no hay problema; pero si es
llorón o no acepta el alimento ofrecido, puede pensar que
el bebe la rechaza, la critica y dispararse así la
agresión. En otras ocasiones se desplaza hacia el menor
parte de la conflictiva del agresor; tal sería el suponer
que el niño, concebido en relaciones pre o extramaritales,
es un estigma, y por ello generados de culpa e ira del agresor.
Más difícil de descubrir es un hecho encontrado en
dos de nuestros casos: el niño es tomado como un
rival que acapara los cuidados del otro cónyuge,
atención que es requerida en exclusividad,
y con ello surgen los celos, la ira y la
agresión.
Fuera de lo antes señalado, los agresores
presentan escasa o nula psicopatología, cuando menos
aparente. Muy frecuentemente, el agresor, en quien la sola
presencia del niño provoca un estado
afectivo incontrolable, trata de manejar sus emociones
apartándose del menor a través de relegar los
cuidados al otro padre u otra persona; es cuando se rompe este
arreglo que ocurre la agresión. Esto último
explicaría la mayor frecuencia del llamado
"Síndrome del Niño Golpeado" durante los primeros
dieciocho meses de vida, lo cual, inclusive, ha hecho que
también se conozca este problema como "Síndrome del
Bebé Golpeado". Cuando el niño empieza a caminar y
más aún cuando es capaz de aprender a rehuir al
agresor, las agresiones son más frecuentes.
3.4. Consecuencias
Los niños criados en hogares donde se les
maltrata suelen mostrar desórdenes postraumáticos y
emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa autoestima y
sufren de depresión
y ansiedad por lo que suelen utilizar el alcohol u
otras drogas para
mitigar su distress psicológico siendo la adicción
al llegar la adultez, más frecuente que en la población
general.
Los efectos que produce el maltrato
infantil, no cesan la niñez, mostrando muchos de ellos
dificultades para establecer una sana interrelación al
llegar a la adultez.
Algunos niños sienten temor de hablar de lo que
les pasa por que piensan que nadie les creerá. Otras veces
no se dan cuenta que el maltrato a que son objeto es un
comportamiento anormal así aprenden a repetir este
"modelo"
inconscientemente. La falta de un modelo familiar positivo y la
dificultad en crecer y desarrollarse copiándolo, aumenta
las dificultades de establecer relaciones.
Puede que no vean la verdadera raíz de sus
problemas
emocionales, hasta que al llegar a adultos busquen ayuda para
solucionarlos.
"Para muchos niños / as que sufren de maltrato,
la violencia del abusador se transforma en una forma de vida.
Crecen pensando y creyendo que la gente que lastima es parte de
la vida cotidiana, por lo tanto este comportamiento se toma
"aceptable" y el ciclo del abuso continua cuando ellos se
transforman en padres que abusan de su hijos y estos de los
suyos, continuando así el ciclo vicioso por
generaciones".
Muchas personas no pueden cortar el ciclo del abuso,
pero hay niños al que la bibliografía
mundial denomina "residentes" que poseen características
que les permite superar este obstáculo. Estos niños
tienen la habilidad de llamar positivamente la atención de
otras personas, se comunican bien, poseen una inteligencia
promedio, se nota en ellos un deseo por superarse y creen en
sí mismos. Muchas veces es la aparición de un
adulto preocupado por ellos lo que les permite desarrollar esta
habilidad y romper con el ciclo del abuso.
Como todos sabemos, los niños aprenden de lo que
viven.
El niño aprende lo que vive
Si vive con tolerancia
aprende a ser pacienteSi vive criticado aprende a condenar
Si vive con aprobación aprende a confiar en
sí mismoSi vive engañado aprende a mentir
Si vive en equidad
aprende a ser justoSi vive con vergüenza aprende a sentirse
culpableSi vive con seguridad
aprende a tener fe en sí mismoSi vive hostilizado aprende a pelear
Si vive en la aceptación y la amistad
aprende a encontrar
el amor en el mundo.
Problemas de conducta
La literatura
sobre el tema de abuso infantil coinciden manifestar que los
niños que sufren malos tratos presentan un funcionamiento
comportamental problemático (Cerezo, 1997c. En España,
de forma consistente a lo encontrado en otros países, se
observa que comparando a niños que reciben abuso con
niños que no lo reciben, los primeros manifiestan
más problemas de conducta, tanto cuando la información procede de los padres como
cuando procede de los maestros. Las conductas que se han descrito
en estos niños han sido: agresividad, verbal y
física, hostilidad, oposición, robos, mentiras,
absentismo, que se integrarían en la categoría de
problemas de conducta externalizantes. En un estudio longitudinal
encontraron que la experiencia del daño
físico intencional sufrido durante los primeros cinco
años estaba asociado con un incremento considerable del
riesgo a
sufrir problemas de conducta externalizantes. Pero aunque estos
problemas sean los más frecuentes, sin embargo,
también algunos de estos niños presentan problemas
de eliminación, miedos, desobediencia encubierta, pero
incluso algunos niños presentan combinación de
ambas categorías.
CAPÍTULO IV
CÓMO AYUDAR A
LAS VÍCTIMAS DEL MALTRATO
4.1. Formas de ayuda
La mejor manera de ayudar al niño /a
es:
Identificando los casos de maltrato.
Realizando intervenciones en las situaciones
detectadas, a través del gabinete o de docentes
sensibles y capacitados.Derivado y /o denunciado los casos de maltrato a los
organismos pertinentes.
Aquí proponemos algunas líneas de trabajo
que la escuela puede
desarrollar con los niños y sus familias:
Realizar tareas de sensibilidad y capacitación.
Realizar talleres reflexivos.
Desarrollar accidentes
de difusión y sensibilidad entre los niños, las
familias y la comunidad
acerca de los derechos
del niño.Articular con la currícula, actividades
dirigidas a revisar el problema
críticamente.Estimular la confianza y la autoestima de los
niños / as.Para desarrollar con
éxito la función
preventiva, la escuela como institución debe ser capaz
de revisar sus propias actitudes hacia el control de las
conductas de los niños y
adolescentes.
Ofrecer a los alumnos el espacio y las oportunidades
para experimentar formas no violentas de resolución de los
conflictos.
Llevar a cabo asambleas, consejos de aula y todo medio que
estimule la participación democrática en la vida
escolar.
4.2. Institución de ayuda en
CHINCHA
4.2.1. Institución CASAS HOGARES,
ORFANATOS
A los niños y niñas han sufrido
algún maltrato, se le brinda determinada
rehabilitación, para sus reincorporación a la
sociedad se de
la manera más fácil.
Atención médica y psicológica
al niño maltratadoAtención psiquiátrica o
psicológica del agresorOrientación familiar
Separación del medio de peligro
Establecimientos de asilos temporales
Adopción
Objetivos del ORFANATOS en la atención del
niño maltratado
Fomentar el sano crecimiento, tanto físico
como mental de la niñez y la formación de su
críticaInvestigar la problemática del niño,
de la madre y de la familia
a fin de proponer las soluciones
adecuadas.Proporcionar
servicios asistenciales a los menores
abandonadosPrestar asistencia jurídica a los menores y a
las familias para la atención de los objetivos
de la instituciónCoordinación con otras instituciones afines, cuyo propósito
sea la obtención del bienestar social.
CAPÍTULO V
MALTRATO INFANTIL EN
CHINCHA
La principal forma de agresión a los derechos de los niños
en CHINCHA es la falta de cuidados, pues muchas madres dejan a
sus hijos "abandonados a su suerte" en su casa cuando se van a
trabajar.
Cada mes, llegan a la Policía 19 casos de
niños abandonados en sus casas por conducto de llamadas
anónimas de vecinos.
La violencia física y la violencia constituyen la
segunda y tercera formas de maltrato a menores con mayor
frecuencia.
Lo que sí es evidente es que la conciencia
y la participación de la sociedad en este problema tiene
mayor fuerza.. Las
denuncias corresponden de personas de escasos recursos
de poblaciones marginadas especialmente las zonas alejadas de la
ciudad como pueblos jóvenes etc .
La omisión de los cuidados es una forma de
agresión a los menores porque al dejarlos solos en la casa
se les expone a sufrir un accidente en cualquier
momento.
En los casos de violencia física contra los
niños, la madre también agrede a sus hijos con
elevada frecuencia.
Muchas veces ellas no se dan cuentan del daño que
causan a sus hijos porque creen que están haciendo lo
mejor para ellos.
El
hombre sigue siendo el principal agresor, pues si le
proporcionara a su familia lo que
necesita para vivir, la madre no tendría que abandonar a
los niños a su suerte para ir a ganarse el
sustento.
La falta de tolerancia que
muchas mujeres muestran cuando golpean a sus hijos no es
más que una muestra inconsciente de que ya no pueden con
la carga extra de responsabilidad.
Los "instrumentos" que los padres de familia utilizaban
para "corregir" a sus hijos, como sogas o cinturones, va quedando
en olvido, pues en los últimos año el uso de
cables, maderas o colillas del el cigarro son cada día de
uso común.
La mayoría de las víctimas del maltrato
infantil son niños de cero a cinco años, que
no
Pueden denunciar la situación en la que
viven.
Cuando los métodos
correctivos son más violentos es que reflejan, en el padre
o tutor, un sentimiento de ira profundo contra el
menor
La falta de una figura paterna, la presión
de mantener económicamente el hogar y la
frustración de no concretar ciertas metas, convierten a la
madre de familia en el principal verdugo de sus hijos.
Cuando pierden la paciencia, lo único en lo que
piensan es en quitar el enojo sin medir las
consecuencias.
Debido en el que el medio cultural de la violencia como
método correctivo es común, los padres no se
percatan del daño que les hacen a sus hijos al abusar
física y emocionalmente de ellos.
El exponer a los menores a estos dos tipos de maltratos
es ocasionar en ellos conductas agresivas, aislamiento e
hiperactividad.
El maltrato , es mucho mayor en niños de cero a
cinco años.
Los padres se aprovechan de quel el infante tiene mucho
miedo, no entiende lo que pasa o no tiene contacto con otros
adultos, como los maestros para contarles su problema.
El maltrato también surge cuando la
mujer siente que sus hijos han frustrados sus
planes.
La madre suele ser más agresiva con un
embarazo no deseado.
El maltrato físico y psicológico,
así como la violación son los hechos más
comunes en los que mujeres y niños son las principales
víctimas.
En CHINCHA la Procuraduría de Defensa del Menor y
la Familia asegura que al año recibe cerca de 4 mil
denuncias en área jurídica, sin contar los que
llegan por otras fuentes y en las que requieren de personal
capacitado por el sistema
de los Derechos Humanos
en CHINCHA.
Además, de esas 4 mil denuncias, 632 son por
maltrato a menores y un número similar por el abandono de
los mismos.
La existencia de violencia en las familias CHINCHANAS ,
sobre todo en la zona rural, son los índices crecientes de
denuncias por violación, especialmente en el
renglón del incesto, donde el padre abusa de la
hija.
En el caso de menores de dad que son maltratados por su
propia familia, se, observa que en los últimos 16 meses,
114 niños ingresaron al Centro de Atención Integral
al Menor en Desamparo, por condiciones de maltrato, abuso y
abandono.
Los niños no sólo pueden ser
víctimas de la violación familiar, ya que
también en algunos casos son quienes la promueven, y
aunque puede parecer exagerado, actualmente hay en CHINCHA 19
niños a quienes el sistema
gubernamental ya se les puso la etiqueta de
"incorregibles".
Por lo menos un 70 porciento de los niños
CHINCHANOS sufre hoy en día algún tipo
maltrato invisible, cuyos daños emocionales y
psicológicos suelen ser mas desbastadores que el propio
maltrato físico.
De hecho la desatención,, la negligencia y la
indiferencia, que constituyen en sí el fenómeno del
"maltrato invisible", suelen también conducir al suicidio
y a la autodestrucción paulatina por diversos
métodos
El reflejo directo de este fenómeno es el gran
número de accidentes domésticos, que son en
realidad el disfraz del suicidio o
intentos de suicidio a nivel infantil.
En los últimos cinco años se han
registrados en CHINCHA cuatro casos de suicidio
infantil.
CHINCHA : primer lugar en el maltrato físico y/o
emocional dirigido a niñas y niños por:
Amenazas de
muerte, ofensas a la familia, violación golpes en la
cara, empujones, golpes en la boca, privación de la
libertad,
acoso sexual y
ataduras.
Los niños maltratados, generalmente se convierten
después en padres que también abusan de sus hijos,
de modo que es necesario romper ese circulo vicioso para reducir
el problema.
Hay mayor conciencia sobre
el síndrome del niño maltratado y cada vez son mas
las personas que hacen a un lado sus temores personales y
denuncias esos casos.
Hoy en día las escuelas se han convertido en una
de las mejores instancias para detectar y denunciar esos
delícitos.
Los afectados lo sufren desde recién nacidos
hasta la
adolescencia, y la mayor parte de las veces son agresiones
físicas y el resto de tipo psicológico y
emocional.
Los malos tratos o falta de atención durante la
niñez y adolescencia,
que derivan baja autoestima, son identificados como las
principales causas de anorexia
y la
bulimia, trastornos alimenticios que pueden conducir a
la
muerte.
De acuerdo a investigaciones,
el 95 porciento de quienes padecen alguna de esas adicciones,
sufrieron durante los primeros años de su vida de abusos
físicos, o el abandono del ser querido, como los padres o
la pareja.
Es conveniente contar con leyes
que obliguen a las parejas que planean contraer matrimonio
a tomar cursos
sobre la vida conyugal y la
educación de los hijos, pues esa, pues esa
preparación evitaría parte de las causas de la
violencia
intrafamiliar que afecta a los vástagos.
La preparación de los padres también
evitaría otros problemas, como la procreación de
hijos con alguna discapacidad,
que ocurre cuando no se toman en cuenta aspectos
congénitos.
En tres años se incremento alarmantemente en
el Estado el
maltrato a menores, el año pasado se registraron 146 casos
de niños de cinco a 10 años que fueron agredidos
físicamente por la madre o el padre de familia.
Este tipo de violencia infantil es producida por la
falta de educación de los padres.
Los padres de los infantes carecen de nivel educativo,
provocando en sus hijos traumas psicológicos y
emocionales, los cuales repercuten en su modo de vida.
CONCLUSIONES
El maltrato a los menores siempre ha existido desde los
tiempos antiguos, pero no se había formulado derechos
exclusivos para ellos por lo tanto los padres o personas mayores
pensaban que tenían la autoridad
sobre ellos.
Se debería concientizar más a la población adulta, que la salud de los menores debe
ser cuidada de tal manera que no se exponga a un desequilibrio
por causas de maltrato, que como ya se mencionó, puede ser
de diferentes maneras y afectan de diversas maneras a los menores
pudiéndole causar en casos graves la muerte.
También se debe programar pláticas en las
escuelas referente a la violencia
familiar y la manera de prevenirla para que en un futuro, al
formar una familia no traten mal a sus hijos.
Todo niño maltratado tiene derecho a vivir una
vida como cualquier otro niño y se le debe de dar la ayuda
necesaria para poder superar
este problema.
Ay que hacer conciencia a los padres que dar una buena
educación a sus hijos no es pegarles ni hacerlos menos, si
no que al contrario dar amor, cuidado
y protección, es la mejor manera de brindar una buena
educación a nuestros hijos.
CONCLUSIONES. II
-Encontramos que la mitad de los accidentes fueron
traumas menores, que ocurrieron en su mayoría en
niños de 3 años de edad y en horario de la
tarde.-La mayor parte de los accidentes ocurrieron en el
hogar (más del 70 %), en hijos de madres
trabajadoras.-No existen diferencias significativas entre la
accidentabilidad en niños de 1 a 5 años en
cuanto a época del año.-Los hijos de madres con escolaridad secundaria
sufrieron más de la mitad de los
accidentes.– Existió un predominio de niños
accidentados en el sexo
masculino.-Las expectativas favorables de recuperación
estuvo en relación con la naturaleza
del accidente predominante.-A pesar de haber arrojado la encuesta
que más del 90% de los familiares tenían
instrucción sobre cómo prevenir accidentes, el
hecho ocurrió, lo que denota una pobre educación
en este sentido.-La falta de conocimiento y sensibilización en el
tema y el temor a implicaciones jurídicas, la
discordinación de profesionales sanitarios y legales y
la carencia de una norma legal tipo que abarque esta
problemática y fije una conducta a seguir, dificulta
la disponibilidad de cifras suficientemente fiables de casos
de accidentes en niños que puedan tener
implicación jurídica.-Existe una tendencia estable desde el año 95
en el comportamiento en la tramitación legal de
asuntos que tengan que ver con los derechos
del niño y la obligación de los padres para
con estos en materia de
protección. Es decir una ausencia total de
tramitación de asuntos que eliminen o modifiquen el
ejercicio de la Patria
Potestad, a diferencia de una creciente
tramitación de casos que varían la Guarda y
Cuidado de menores.Desde el punto de vista penal, aún cuando no
pudimos contar con datos
estadísticos exactos, se aprecia una tendencia al
decrecimiento en la penalización de asuntos que puedan
encerrar alguna dosis de maltrato infantil pasivo, como
consecuencia de la negligencia familiar.
Recomendaciones
Si usted es padre, no pierda la
paciencia.Disciplínelo no lo maltrate.
Si un niño va en busca de su ayuda crea en su
palabra.No culpabilizarle en ningún caso.
Investigue la verdad.
Consulte con otros profesionales.
Recurra a las autoridades
correspondientes.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1. Dr. Galeano, Francisco. Ayudando a aliviar el dolor.
Maltrato Infantil. Página Internet:
2. ¿Qué es el maltrato infantil?. La
Violencia contra los niños. Página Internet: www.vidahumana.com
3. Dole Sierra, Laura y Ma. Ángeles
Cerezo Jiménez. Maltrato parental y problemas infantiles.
Unidad de investigación. Página Internet:
Altavista.com
4. Diane E. Papalia y Sally Wendkos Old. Desarrollo
Humano. Naucalpan Juárez, PERU:
Ed. Mc Graw Hill, 1990, 753 págs.
5. IMSS.
Maltrato Físico al niño.
Análisis psiquiátricos, médicos de
trabajo y jurídicos. PERU: sin Ed.,
1971,68 págs.
6. Maher, Peter. Abuso contra los niños
[Zulán Marcela Fuentes Ortega]. Grijalvo, México
D.F.: Ed., 1990, 379 págs.
7. Mussen, Paul Henry. Desarrollo de la
Personalidad en el niño. México: Ed. Trillas,
1990 563 págs.
8. Fuentes de la Hemeroteca José María
Pinosuárez.
9.
Entrevista en el Hospital T1 con el Dr. Jorge Carlos
González Cepeda.
10. Entrevista en
el Hospital T1 con el Dr. Saúl Hernández
García.
11. Entrevista en un centro de salud con la trabajadora
social Gilda María Castro.
Autor:
Deibby Coaquira Castro
UNIVERSIDAD PRIVADA "SAN JUAN
BAUTISTA"
CURSO TECNICAS DE ESTUDIO
AL MG DAVID AURIS VILLEGAS.
FACULTAD Derecho
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