El punto de partida de la investigación filosófica Maurice Blondel (página 2)
El problema de esta concepción está, para
nuestro autor, en la dificultad de adecuar esta formalidad del
pensamiento
con una condición que está al inicio de un asunto
que se ilumina por la luz de la
realidad, lugar en el que se encuentra una mayor posibilidad de
solucionar los problemas de
nuestro destino. Dos tesis le
interesan a Blondel: "El conocimiento
Filosófico es específicamente distinto de cualquier
otro conocimiento "…"La filosofía puede saludablemente insertarse
en el esfuerzo común de la humanidad y hacer obra de
vida al mismo tiempo que de
ciencia a
condición de que pase por esas exigencias técnicas."[8]
El propósito de Blondel respecto a estas dos tesis es
justificar su vínculo manifestando que es preciso enunciar
los datos del
problema estableciendo así los errores de
orientación, los callejones sin salida y los falsos
caminos.
La parte primera del texto esta
dividida, a su vez, en dos secciones:
I. LAS DIVERSAS ESPECIES
DEL CONOCIMIENTO
1. El
conocimiento directo: Llamado por nuestro autor
prospección, es un conocimiento en el que se ejerce una
acción
concreta que no requiere de una reflexión profunda
sobre los motivos que la han causado, es un conocimiento
inmediato, un conocimiento que Blondel comprende como ligado
profundamente al ser.
Blondel utiliza el papel sobre el que escribe y el ejercicio
de escribir sin más, como ejemplo y sostiene que "cuando
creo estudiar este hecho tal cual es, aislándolo de su
contexto, ya no es ese hecho el que estudio, sino otro que
construyo artificialmente."[9]
"Hay, pues, un primer tipo de conocimiento que, siendo perfecto
en su género, es
directo; está al servicio de
nuestras intenciones reales y actuales, ligado a nuestras vida
entera, vuelto hacia el futuro, al cual anticipa, como si
previéndolo se apoyase en él y lo
invocara…
Este conocimiento es capaz de crecer en claridad y en
precisión sin perder nada de su carácter sintético y
práctico".[10] Para Blondel
el conocimiento directo es "el fondo mismo de la actividad
razonable"[11] que constituye un
proceso que
termina asociando esta actividad con la acción concreta.
El error que subyace en la consideración de
este conocimiento es la designación que bajo el
término de "reflexivo" se opone absolutamente a la
acción espontánea.
Al llamar prospección a este tipo de conocimiento
directo, el autor le da una categoría que lo hace
consiente, deliberado y circunspecto, de esta manera, niega la
señalación hecha al conocimiento directo como un
conocimiento irreflexivo, más adelante se llegará a
la conclusión que sin ser el conocimiento directo,
propiamente el punto de partida, como tampoco el conocimiento
reflexivo, sin embargo, ni el uno ni el otro puede negar las
posibilidades progresivas que hay en la base de su
fundamentación, la prospección sin ser propiamente
reflexiva no por ello puede considerarse irreflexiva y, la
reflexión, no por ser metódica y estructural, puede
darse el lujo de negar la prospección. En el conocimiento
directo no es necesario un análisis fragmentario o metódico,
simplemente es un conocimiento directo, esta
íntimamente relacionado con el concepto de
acción tratado por Blondel en el esquema general de su
pensamiento filosófico.
2. El conocimiento inverso o reflexivo: Este tipo de
conocimiento se entiende como un cambio directo
frente a la ejecución de la acción concreta, algo
así como un giro que se da ante la
motivación inicial de una acción que se ha
realizado de manera natural. Blondel afirma respecto a este
conocimiento: "prescindo de la dirección que había tomado y de las
causas reales de mi esfuerzo, para volverme en un sentido
opuesto; no me detengo, me oriento diferentemente; ya no veo
aquello que me atraía, veo otra cosa; de este modo, ya
desde esta primera inversión de la atención, nace un nuevo
conocimiento."[12]
Si bien el conocimiento directo está asociado a un
nivel reflexivo como aquel en el que existen una intencionalidad
determinada por un afán de conocer más estructural
en que se vienen a considerar no solo las causas de la
acción sino las consecuencias de la misma y la
relación de todos los elementos que se han integrado en
ella, el conocimiento reflexivo se vuelve un conocimiento que,
según nuestro autor "es un poder de
inhibición y
fraccionamiento".[13]
Blondel reconoce las bondades de este conocimiento cuando
afirma que puede ser aplicado, por un esfuerzo de voluntad, a los
fines de la actividad, coopera de modo exterior con el movimiento
directo de la vida, pero, afirma Blondel, "si bien es cierto que
puede controlar, (el movimiento directo de la vida) canalizarlo,
confirmarlo, no puede reproducirlo ni
sustituirlo."[14] Blondel hace una
distinción entre el conocimiento conocido (el reflexivo) y
el conocimiento conocedor y actuante (prospección).
Creo entender que un acto realizado, cualquiera que sea,
está a la base de un conocimiento directo cuando es
realizado de manera natural sin someterse a la estructura
determinante y categórica de la reflexión, pero no
por eso deja de ser un conocimiento "conocedor y actuante" en
cuanto responde al efecto de la voluntad humana lo que,
definitivamente, permite que sea conocimiento como tal, el primer
conocimiento… "siempre se encuentra enteramente al
servicio de los propósitos individuales y concretos que
forman para cada uno de nosotros la aventura de la vida; pero
aquello que hay de único y de inefable en cada personalidad
escapa a las categorías lógicas y a las
clasificaciones
científicas."[15]
La prospección es para Blondel un conocimiento
íntimamente relacionado con el individuo en
aquellos aspectos que escapan a categorías fuertes que
pretenden, por medio de un método,
ahondar en las causas de su actuar, es claro, para nuestro autor,
que, en el conocimiento directo, el individuo actúa de tal
manera que no puede distinguirse en él un nivel de
elaboración e intencionalidad que aparezcan como
condicionante.
El acto que se entiende aquí como prospección es
resultado de una acción despojada de una estructura que
aparezca como condición y límite de esta
acción, en otras palabras, es una acción natural,
pero no por serlo, se puede considerar irreflexiva en sentido
estricto. La reflexión, segundo tipo de
conocimiento, afirma Blondel, es fraccionador, abstractivo,
comparativo y generalizante, "La prospección se orienta
hacia el individuum ineffabile, la reflexión tiende hacia
el ens
generalissimum".[16]
3. El conocimiento filosófico: al considerar
este tercer tipo de conocimiento, Blondel comienza a manifestar
su pretensión de responder a una idea más concreta
y exacta del verdadero conocimiento. Con el conocimiento
filosófico, pretende ofrecer algo parecido a una síntesis
entre prospección y reflexión en relación,
pero, definitivamente el conocimiento filosófico no es una
síntesis de estos dos tipos de conocimiento, por eso, el
propósito de Blondel se dirige a establecer lo distintivo
de este conocimiento.
Para Blondel es claro que la filosofía, en su
afirmación ha confundido durante la historia los términos
entre prospección y reflexión, "por una parte,
siempre se ha preocupado de los fines del hombre; se
alimenta con la inquietud de los hombres inclinados sobre la
profundidad de su naturaleza o
vueltos hacia el misterio de su porvenir. Por otra parte,
instintivamente refleja, se ha vuelto siempre hacia las causas,
las condiciones, las
ideas…"[17] "De ahí
la impresión equivoca que deja: propiamente no es ni
ciencia, ni vida, aunque tenga algo de una y algo de la otra, ora
se limite a ofrecer en el espejo de la especulación "la
imagen" o "la
explicación" de lo que es, ora pretende producir verdad y
vida contribuyendo a realizar "aquello que todavía no es"
"lo que debe ser".[18]
Con el planteamiento de este tercer tipo de conocimiento
Blondel se dedica, a continuación, a mostrar los errores
de orientación en cada tipo de conocimiento, los que
terminan por confundir e identificar "la acción con la
idea de la acción, el conocimiento práctico con la
conciencia que de
él se tiene, reduciendo la prospección a una nueva
reflexión".[19]
II. LOS FALSOS PUNTOS DE
PARTIDA DE LA FILOSOFÍA
Blondel inicia con una nota indicando que "falsos puntos de
partida de la filosofía" no significa doctrinas
erróneas, reconoce el aporte y la utilidad de estas
doctrinas filosóficas así como la imposibilidad de
evitar confusiones propias al origen de estos sistemas.
El propósito de Blondel es "purificar lo que es
específicamente filosófico de toda mezcla en la
fuente misma del conocimiento".[20]
El autor hace mención de la física antigua, la
física medieval y la de Descartes, a
su juicio, "fueron indispensables para la construcción de la
física"[21] pero no eran "ni
filosofía ni ciencia
positiva".[22] Hace referencia al
idealismo
platónico, a la razón práctica de Kant, al
intuicionismo, al realismo, al
pragmatismo,
sistemas todos que han pretendido encontrar "el instrumento
inicial y único de la verdadera
filosofía".[23] Para Blondel
estos sistemas han utilizado métodos
distintos que los oponen en su modo de filosofar y advierte
la necesidad de destacar un vicio que les es común,
dirá más adelante, después de analizar
estos sistemas: el vicio común de todas estas
doctrinas… consiste en subordinar la
investigación filosófica al "conocimiento para
el conocimiento y por el
conocimiento."[24]
- Blondel se pregunta si la filosofía procede
exclusivamente de la reflexión, la respuesta es no,
reconoce la legitimidad de la razón pero advierte: "es
artificial y defraudante confundir lo que ella es con la
realidad verdadera, como si el resultado siempre fragmentario
de su esfuerzo y el término actual de su
regresión cercana o lejana fueran la medida y la verdad
misma del ser."[25] Blondel
sostiene que, de esta manera, es decir, considerando la
reflexión como punto de partida, nos alejamos "del
acto único y concreto",
acto que está al origen y que termina siendo negado
cuando se somete exclusivamente al impacto de la
reflexión, "una filosofía que no da cuenta del
conocimiento de esos actos no hace más que referirse a
la sombra proyectada y difusa, y no al cuerpo mismo del ser, en
su solidez y su integridad. No podrá llegar
más que a generalidades y nociones
ideales."[26] Para Blondel
es claro que la reflexión no agota jamás al
"conocimiento antecedente." No encuentra, nuestro autor,
ningún punto de partida definido en esta
filosofía que emplea exclusivamente la reflexión,
descubre, en cambio su incapacidad: "Incapaz de dar cuenta de
la acción que siempre presupone, incapaz de otorgar a
los datos de la percepción o de la ciencia
la solidez y la solidaridad que
haría de ellos verdaderos seres,… incapaz de
hacer posible la unión y la coherencia de las nociones
fundamentales que debe
emplear."[27] - Un nuevo interrogante que se plantea Blondel es si la
filosofía procede de una actitud
exclusivamente crítica. Blondel afirma que el criticismo
"no ha superado la tentación de conferir una especie de
valor
ontológico a una parte privilegiada del
conocimiento… porque se ha fundado sobre la
acción reflexionante del juicio como una
intuición moral".[28]
En el criticismo la intuición viva es reducida a formas
abstractas y estructuras
propias del "análisis ideológico" que, al igual
que la reflexión, termina dando primacía absoluta
a la razón que se impone sobre los actos y sobre el ser
al momento de ir a sus causas, al origen mismo de la
acción. Blondel descubre el carácter
arbitrario de este fideísmo que se centra exclusivamente
en el análisis ideológico y racionalista.
En esta consideración del criticismo como falso punto de
partida, aparece el sistema de Kant
quien según Blondel "Ha llevado al absoluto el racionalismo
del pensar humano"[29] sin
embargo, nuestro autor, reconoce que Kant, "No se resignaba a
dejar simplemente en presencia mutua al mundo de la experiencia
y al mundo moral, sin descubrir un medio de acercarlos y
vincularlos entre si"[30] pero,
afirma, pretendía Kant, "con ayuda de la
reflexión, solucionar un problema que escapa a tales
condiciones"[31] de tal modo que
tampoco la crítica puede considerarse punto de partida
de la investigación filosófica.
·
¿Procede la filosofía de la intuición
psicológica? Interpreto el interrogante de Blondel como
una crítica al intuicionismo en el que el pensamiento
tiende a volver a la intuición sin considerarlo como un
dato de la razón, que va a lo "inmediato del sentido
íntimo "sin posibilidades siquiera para la razón
práctica. Lo positivo del intuicionismo se da en el
"encuentro fecundo entre las cosas y la
conciencia"[32] y en el esfuerzo
"en captar la rica complejidad, la heterogeneidad
cualitativa concreta de las cosas y del
espíritu."[33]
Además el intuicionismo favorece una
"simpatía intelectual, con el progreso real y total
de la vida."[34] pero, no puede ser
considerado como punto de partida por recurrir al
"análisis contra el análisis" y al pretender
"una vuelta consiente y reflexiva sobre
los datos de la intuición."36
Es muy importante tener en cuenta aquí el motivo de
fracaso de la filosofía primera, que según
Blondel," proviene de haberse obstinado en caminar en la
línea y en el sentido de la reflexión exclusiva,
que conduce únicamente a la ciencia
positiva."[35] Una importante
nota nos ofrece Blondel aclarando que su
crítica no se refiere al pensamiento de Bergson (nota de
pie de página número 7. Pág. 40) A quien no
estudia en toda su extensión, pero, propone Blondel, en
esta misma nota cinco propósitos que podríamos
resumir así:
1. El intelectualismo se
devora a sí mismo.
2. El intelectualismo
puede superarse gracias al empleo del
conocimiento directo, la prospección.
3. La intuición no
se basta a sí misma ni le proporciona a la
filosofía un fundamento consistente, tampoco el
practicismo y menos la ideología de la reflexión
especulativa ofrece fundamentos consistentes.
4. Al tomar la
reflexión y la prospección como objetos del
conocimiento no es posible determinar sus relaciones reales.
5. Reflexión y
prospección aparecerán coordenadas en la
filosofía técnica como lo están en la vida
real.
Me queda claro hasta aquí que Blondel se opone a todo
sistema que no da lugar a su filosofía de la
acción.
Encuentro una clara conclusión de Blondel en esta
parte: "saber que el verdadero conocimiento versa sobre lo
concreto no da la realidad concreta del conocimiento
verdadero."[36] Blondel se atreve
incluso a cuestionar sus propios términos y los pone en
duda, cuando afirma que ellos no se bastan a sí mismos, de
esta manera, creo que pretendo darle mayor armonía,
exactitud e importancia a las conclusiones finales en donde
hallará respuesta al verdadero punto de partida de la
filosofía; "Así como (el pensamiento del
pensamiento) no basta, tampoco el <pensamiento de la
acción > puede bastar. Nadie se limita a <pensar
como viviente>, ni puede nadie, legítima y humanamente,
< vivir para pensar>, vivir un puro pensamiento. La ciencia
por la ciencia, la vida por la vida, son dos fórmulas
igualmente falsas"[37] y afirma que
nosotros estamos ordenados a la substancia de las cosas que han
de esperarse.
Finalizando esta primera parte, como lo cité
anteriormente Blondel afirma que, "El vicio común de todas
estas doctrinas analizadas consiste, pues, al parecer, en
subordinar la investigación filosófica al
conocimiento para el conocimiento y por el conocimiento."
40
Las conclusiones obvias en esta primera parte del texto,
propuesta por el mismo autor pueden ser resumidas del siguiente
modo:
1. La filosofía no puede
proceder a partir de la sola reflexión, nunca
tendrá ella un punto de partida real.
2. La filosofía no puede
proceder a partir del < conocimiento práctico> o de
la sola prospección.
3. La filosofía no puede
tampoco proponerse como problema inicial la cuestión de la
relación entre la prospección y la
reflexión, entre el pensar como acción y el
pensamiento como objeto.
Termina la parte primera Blondel planteando su
propósito a desarrollar en la parte segunda el responde a
la inquietud de: "¿Cómo definir el punto de partida
de la filosofía de manera que la primera
orientación de la búsqueda no comprometa su valor
intelectual, ni su alcance real, ni su eficacia
practica "? ¿Cómo seguirá siendo a la vez
ciencia y vida, al mismo tiempo que técnica y
popular"?"[38]
PARTE SEGUNDA
El objetivo de
esta segunda parte ya ha sido expuesto al final de la anterior.
Al inicio de esta segunda Blondel indica la conclusión
general de la primera: "El conocimiento en acto procede siempre
simultáneamente por reflexión fragmentaria y por
prospección total, pero, en ningún caso pueda una
suplir a la otra."[39] El interés de
Blondel es tener en cuenta estos dos aspectos inseparables e
irreductibles del conocimiento, creo yo que esta es la clave que
nos permitirá comprender lo que Blondel considera como
verdadero punto de partida de la investigación
filosófica en el que las palabras claves son: progreso
solidario, acción practicante y complementariedad,
adecuación, ecuación. Esta
pretensión de Blondel encuentra respuesta concreta en el
aspecto individual, en cada hombre se da la adecuación
eficaz entre los términos de estos tipos de conocimiento y
en él se hacen solidarios, se trata, pues, de hacerlo en
la filosofía "como lo son en todo hombre que piensa
actuar, que piensa actuando y que actúa
pensando".[40] El gran logro de
Blondel consiste en la unión armónica que logra o
que halla en los límites propios de cada disciplina
filosófica.
En primer lugar, "la filosofía, cuando se enfoca desde
el punto de vista de la reflexión como una disciplina
técnica y como una investigación especulativa de la
verdad real, comienza solo cuando subordina expresamente toda su
investigación al problema único e inevitable que
plantea en nosotros la relación entre la conciencia y la
acción."[41] La
condición necesaria de la filosofía para que, de
este modo, entre en su propio dominio, es que
no considere nada sino globalmente y bajo el aspecto de la unidad
y de la totalidad."[42]
En segundo lugar, "La filosofía, cuando se la enfoca
desde el punto de vista de la prospección, como una obra
de invención y de dirección práctica,
comienza sólo cuando comprende y practica el deber de
deletrear el libro de la
vida que se escribe en nosotros, de desprender sus ideas
directrices, de alcanzar y asimilar las realidades que la
componen, de prever y preparar el
desenlace."[43] y la
condición, en este caso, es la de "no considerar nada sino
metódica y
progresivamente."[44]
Estas dos consideraciones respecto a la reflexión y a
la prospección van dando una mayor significación a
la audacia de Blondel que se ve a este punto un poco complicada,
pues, su propósito es llegar a justificar el verdadero
punto de partida, después de negar la reflexión por
la reflexión como posible punto de partida, al igual que
el de la prospección por la prospección, pretende
ahora ser fiel a la reflexión, fiel a la
prospección " hasta el punto de considerarlas como
el principio orgánico y el punto de partida de la
filosofía."[45] Blondel
parece tener afán en dar la respuesta sobre el punto de
partida, por eso, ofrece una definición de la
filosofía que permitirá justificar y comprender
más claramente su gran aporte que se constituye en el
enlace definitivo entre filosofía y vida: " la
filosofía, así entendida (exigidas entre sí
y sostenidas la reflexión y la
prospección)[46] no
aparecerá ya como un simple extracto de la vida;
será la misma vida tomando conciencia y dirección
de sí mima dando al pensamiento todo su papel
legítimo, tendiendo a la ecuación del conocimiento
y de la existencia y desarrollando simultáneamente la
efectividad de nuestro ser en medio de los seres y verdad de los
seres en nosotros".[47] Este
concepto lo desarrollara de manera más profunda en su
obra de 1935 "El ser y los seres", "en el que el
método de implicación abarcará el conflicto que
se presenta ahora para la posible y necesaria adecuación
del conocimiento con la vida concreta, de la reflexión con
la prospección, de este modo la ciencia del pensamiento
conlleva un método de implicación en el sentido que
debemos descubrir todo lo que está envuelto y
encadenado en cada punto, en todos los pasos y, mejor
aún, en el conjunto total de la vida pensante en nosotros
e incluso en los datos racionales y en los esbozos
psíquicos que se presentan a nuestra experiencia y a
nuestros análisis."[48]
I. El juicio del
filósofo lo abarca todo
Advierte Blondel que: "quien comprende a fondo que con el
pretexto de analizar las cosas como empirista, las ideas como
idealista, los seres como realistas, los hechos como positivista,
los estados de conciencia como fenomenista, no hace, no hace
más que convertir conclusiones ficticias e
hipotéticas en verdaderos puntos de
partida."[49]Blondel sostiene que
ningún filósofo ha permanecido fiel a estas
precisiones, pero valida la pretensión abarcativa propia
del filósofo teniendo en cuenta que el carácter
universalista "es el rasgo específico de la
filosofía." [50]
Para Blondel es importante, ante la actitud del
filósofo de querer abarcarlo todo, no juzgarlo todo,
principalmente el ser como si la percepción de los sentidos
tuviesen la capacidad de determinar lo sensible y lo real,
corriendo el peligro de negar los "aportes directos de la
percepción
espontánea"[51] por el hecho
de hacer defensa de "las nuevas adquisiciones de la
reflexión científica o metafísica."[52]
Cierto es que "no hay conocimiento absoluto de lo relativo
sino cuando se adopta el punto de vista del
todo."[53] pero es necesario decir
que el afán universalista, abarcativo de toda la realidad,
del ser y de los seres, puede llevar al filosofo a una
actitud arrogante, a creer que todo lo puede reducir a su
mirada reflexiva y a su metodología particular, de modo que la vida
y la realidad quedarían agotadas y como encarceladas sin
posibilidades de una comprensión más profunda
e integral que no deje de tener en cuenta aquello propio del ser
que escapa a la lógica
de la reflexión y a las posibilidades de un método
positivista. Blondel da plena importancia a la pregunta
¿Qué es?, la intención de responder esta
inquietud por medio de un conocimiento que se va haciendo
más concreto, es la única forma de "orientar la
investigación hacia una realidad inteligible al
mismo tiempo que concreta."[54]
De nuevo recuerda Blondel "que nunca la reflexión
agota a la prospección ni se agota a sí
misma"[55], lo que una como
la otra alcanzan a percibir solo es un esbozo de nuestra
existencia "no sabemos todavía lo que seremos (nondum
apparuit quid erimus). No tratemos, pues, al embrión que
somos como si ya fuese un ser
acabado."[56]
De modo que la reflexión y la prospección
constituyen un proceso que da posibilidades al conocimiento que
se adquiera y debe adquirirse sobre nuestro ser y existir
pero no llegar al límite de este conocimiento
ubicándose a la base del ser y del existir, inician un
proceso ascendente que sólo logrará buenos
resultados, consideraciones reales y verdaderas en la medida en
que se comprendan como términos solidarios y
complementarios.
Esto es así porque de otro modo se cae en el peligro de
considerar la reflexión como una entidad fija y exclusiva
que se erige como explicación inmóvil y definitiva
siendo cierto que bajo ninguna posibilidad, como lo afirma
Blondel, "se puede tratar estáticamente el dinamismo de la
vida."[57] "En
lugar del defraudante problema de la relación entre
las ideas y los objetos o los seres, es preciso plantear el
problema de la relación entre nuestros pensamientos y
nuestra acción."[58]
En este planteamiento hace su aparición la realidad
inmanente como aquella que está al origen y al
término y cuyo instrumento es "nuestro pensamiento
actual." La realidad inmanente en estrecha relación con la
acción tal como la entiende y propone Blondel, constituyen
una clave de comprensión que abre las puertas a la
respuesta definitiva, a la conclusión final de Blondel
sobre el verdadero punto de partida de la filosofía, en
propias palabras de nuestro autor, "El termino acción
abarca al mismo tiempo la energía latente, la
realización conocida, el presentimiento confuso de todo
aquello que en nosotros produce, esclarece e inspira el
movimiento de la vida."[59]
Así definida la acción y el carácter
inmanente que le es propio, aparece como
justificación principal del comienzo de la
filosofía, Blondel plantea el primer modo de responder a
la pregunta inicial afirmando que: "La filosofía comienza
cuando se produce expresamente el estudio de esta
desnivelación interior, para tender a una progresiva
coincidencia de lo implícito con lo explicito, cuyo
objetivo es la acción."[60]
"se trata de la realidad ya contenida en nosotros, de la
aspiración positiva que estimula el desarrollo del
pensar reflexivo y de la vida moral en cada
hombre."[61]
El punto de partida para Blondel necesariamente
debe ser una integración que permita que en la
conciencia y en la ciencia se de "todo aquello que se encuentra
espontáneamente en la vida, a fin de que se integre
también en la vida toda la verdad que se manifieste en la
conciencia y en la ciencia."[62] El
punto de partida, entiendo yo, solo puede darse en una
adecuación real entre la mente y la vida, que no sea
entendida como relativismo. La adecuación es, para
Blondel, una tendencia propia del hombre, si lo es para
él, es necesaria para la filosofía y es la clave
que define su punto de partida. Por la adecuación
el hombre
adquiere una "clara conciencia de lo que es y realiza mas
completamente lo que sabe."
·
Punto de partida: "La filosofía procede de la
necesidad en que inevitablemente nos hallamos de equilibrarnos
sin cesar moviéndonos. Su punto de partida formal y
específico es la afirmación sistemática de
nuestra inadecuación actual y solidaria de todos los
problemas que interesan a nuestro ser y a los
seres."[63] Para entender mejor su
respuesta, propone la ecuación interior entre el yo
aparente y el yo integral, lo que, a mi modo de ver, es una
consideración que no permite que se le escape
ningún aspecto de la realidad. Sin temor y
magistralmente, afirma Blondel que: " para igualarme a mí
mismo, he de poner al universo y a Dios
en ese anhelo de ser, de eternidad y de felicidad que me
constituye"[64], esta
afirmación aparece como una clave que, de modo muy
equilibrado, da una intuición muy clara y determinadamente
a la pregunta por el sentido que sólo puede
hallarse si se realiza armónicamente esta ecuación
blondeliana, así que, al hallar la respuesta al punto de
partida de la filosofía, encuentra un modo conveniente de
responder al sentido siempre latente en la condición
propia del ser del hombre.
· El
punto de partida de la filosofía, "se sitúa en
el esfuerzo muy concreto del pensamiento y de la vida, para
determinar progresivamente las condiciones de su equilibrio
siempre moviente."[65] Debemos
entender esta respuesta de Blondel no como la creación de
"un sistema cerrado o una teoría
que se basta a sí misma" precisamente lo que anhela y
definitivamente logra nuestro autor, es destruir el absolutismo,
fundamentalismo de las teorías
anteriores y darle concreción a una teoría
integral, abierta y dispuesta a ser abordada tanto por el
pensamiento con todas sus pretensiones como por la acción
misma y concreta con todas sus posibilidades.
· "la
filosofía solo comienza verdaderamente cuando, no contenta
con referirse a la acción como a su propio objeto, se
subordina a la acción efectiva y se hace así
"prácticamente""[66]se
penetra más a sí misma cuando considera la verdad
real y vivificante, "no como un sistema que puede conquistarse
solo razonando"[67], sino cuando
logra "unir el método ascético al esfuerzo
especulativo".[68]
En la respuesta al punto de partida Blondel ha encontrado que:
"las necesidades del pensamiento nos han conducido a la
acción; las exigencias de la acción nos remiten al
pensar, sin que debamos temer ser engañados por la
reflexión
fragmentaria."[69]
II. Reflexión
analítica y saber unificado
Esta última parte del texto la divide Blondel en 5
numerales en los que plantea tesis muy importantes cuyo
interés responde a la necesidad de aclarar el punto de
partida de la filosofía. La justificación para esta
consideración y las características de la
filosofía consciente de su verdadero punto de partida, lo
primero que se aclara es la tendencia siempre latente en la
filosofía al buscar un saber unificado, una visión
sintética y una natural tendencia a la ciencia de "la
acción que lo abarca
todo"[70].
Para Blondel la única
filosofía posible que se adecua al sentido común y
al deseo popular es una filosofía "practicante" que se
dedica a resolver el problema mismo de la vida.
La justificación para el verdadero punto de partida de
la investigación filosófica la plantea Blondel en
los siguientes términos:
1. Primero vivir, después
filosofar, con lo cual se intuye que "la reflexión para
nacer, requiere anteriormente una actividad
espontánea."[71] Ofrece
Blondel una tesis conclusiva que, a mi modo de ver, es una de las
más importantes ya que define la filosofía misma y
plantea en el mismo concepto el punto de partida que le es
propio: "la filosofía se ordena inicialmente no a
explicar nuestra vida si no a hacerla, no sólo a expresar
los seres sino a incorporárselos y asimilarse a
ellos: es una realidad inmersa en lo real; no se orienta en
sentido inverso, paralelo o exterior, sino que va en el mismo
sentido de la corriente de la vida, se mezcla a ella, la engrosa
y es algo que nos hace ser. Se puede decir pues, que nace del
esfuerzo que el hombre hace buscándose a sí mismo,
para que se construya al hombre, incorporándose al mundo
entero e incorporando el mundo en sí
mismo"[72]En esta tesis
como en otras se intuye una consideración de tipo
fenomenológico al estilo Blondeliano que es más un
método que una filosofía en sí misma,
fenomenología evidentemente distinta a
fenomenismo para el que no hay ninguna realidad en sí que
se encuentre más allá de los fenómenos, la
fenomenología de Blondel, lo descubro de modo particular
en esta tesis, es un acercamiento a la vida para decir qué
es la vida, cuál es el papel del hombre en ella y
cuál es el sentido de la existencia, qué es lo
concreto de la vida y cómo se llega a la vida
prácticamente.
2. "Si para permanecer conforme
a sus propias exigencias, para conocerse mejor y desarrollarse
verdaderamente, el pensamiento humano se subordina a la
acción, inversamente la acción humana, para
determinarse y realizarse, recurre espontáneamente a los
análisis de la reflexión que le proporciona objetos
distintos y fines
sucesivos."[73]
"En nombre de la misma acción, es necesario que se respete
el pensamiento y que se defienda su alcance real, ya que la
reflexión es un instrumento vital sólo cuando tiene
una finalidad intelectual."[74]
3. El problema "solo puede
resolverse cuando la reflexión analítica nos pone
efectivamente en el camino del ser y contribuye a darnos la
posesión de la verdad concreta… sólo hay
espíritu filosófico, aunque sea naciente e
implícito, allí donde se opera este trabajo de
abstracción en las cosas singulares y en los objetos de la
inteligencia."[75]
4. "Lejos de tender a reducir la
prospección o la reflexión… nuestra
filosofía solidariza esos dos movimientos igualmente
primeros y esenciales para el pensar viviente: son
recíprocamente necesarios para el progreso de cada
cual."[76] Creo que aquí es
importante tener en cuenta cómo entre la reflexión
y la prospección se da una implicación
dialéctica, y esta implicación constituye el
punto de partida. Sólo implicándose
dialécticamente, puede darse propiamente el punto de
partida de la filosofía, sin embargo es necesario
entender, en Blondel, la dialéctica no como
oposición, como si reflexión y prospección
fueran dos realidades que se oponen o se relacionan sólo a
través de un intermediario (ej. El Demiurgo de
Platón), en Blondel esta implicación
dialéctica supone una adecuación armónica
entre la reflexión y la prospección, entre
pensamiento y vida, entre razón y acción, entre el
pensar y el obrar, implicación que se define sólo a
partir de una acción practicante. Por lo tanto, en
Blondel, la dialéctica no es una dualidad, no se queda en
la pretensión de unir dos realidades opuestas sino que de
hecho concretiza esta unión solidaria entre la
reflexión y la acción, entendida como
adecuación real entre el pensamiento y la vida, entre el
pensar y el obrar.
5. "El simple ejercicio del
pensar no puede unir todos los conocimientos heterogéneos,
pero, por el esfuerzo conjugado de la acción y la
reflexión, forman combinaciones originales y fundan en los
análisis de la ciencia y las síntesis de la vida
intuiciones
cada vez más ricas y más expresivas, intuiciones
irreductibles a los componentes que han sido indispensables para
prepararlas y provocarlas."[77]
En las páginas finales 88 y 89, Blondel nos ofrece una
respuesta concreta a la pregunta por el punto de partida, una
respuesta en la que hay a la base, según mi
comprensión, una consideración antropológica
en la que aparece el hombre como individuo, las posibilidades de
su inquietud, la consideración del drama existencial de la
muerte,
entendida en Blondel como aprendizaje. La pregunta por el sentido que
halla respuesta en la anticipación de la verdadera vida,
etc. "A la cuestión inicial es legítimo responder
que la filosofía es la integración… de los
esfuerzos jerarquizados de la vida humana para realizar nuestro
ser realizando los seres y el ser en nosotros, es decir,
conociéndolos, adaptándolos a ellos y
asimilándolos (ontología concreta e
integral)."[78] "No
podríamos resolver este enigma movedizo en la completa luz
de un pensamiento acabado, pero la solución de hecho se
encuentra, en cada hombre, realizada a cada instante, que
podría ser el de nuestra muerte… la
filosofía parte de esta solución para descubrir la
incógnita determinando la ecuación del profundo
movimiento que nos arrastra o de las exigencias
espontáneas que nos solicitan … la filosofía
es el aprendizaje
de la muerte
(posible respuesta a la pregunta por el
sentido)[79]; es decir, la
anticipación de la verdadera vida, de la vida que para
nosotros es indivisiblemente conocimiento y
acción."[80]
COMENTARIO
PERSONAL
En "EL PUNTO DE PARTIDA DE LA INVESTIGACIÓN
FILOSÓFICA", Blondel construye, después de un
análisis detallado de los falsos puntos de partida, tesis
muy claras que se constituyen en los argumentos necesarios que
permiten responder de manera eficaz a la pregunta principal que
se plantea en el texto ¿cuál es el verdadero punto
de partida de la investigación
filosófica?
Al leer el texto y tratar de hacer un análisis
pormenorizado del propósito de Blondel, con el fin de
elaborar una reseña fiel a su pensamiento y a la
estructura del texto, nos queda claro que es difícil
resumir el texto en pocas palabras, por lo mismo, plantear una
respuesta a la pregunta en una sola tesis es muy complicado
teniendo en cuenta que desde el inicio del texto Blondel empieza
a dar claves de respuesta y elementos de comprensión que
se van articulando poco a poco hasta llegar a las tesis
conclusivas que plantea en las últimas páginas.
E
l peligro de responder en pocas palabras cuál es la
tesis fundamental o la respuesta definitiva de Blondel es que se
omitirían términos y consideraciones que son muy
importantes, por eso es que la presente reseña tiene un
mayor número de citas textuales pues es complicado
realizar cortes y editar las tesis a manera de resumen. Sin
embargo trataré de responder en pocas palabras y
procurando ser fiel a la propuesta de Blondel la que
podría considerarse una tesis integral que responda a la
pregunta por el punto de partida de la filosofía: El
verdadero punto de partida de la investigación
filosófica sólo se da en el momento en que se
adecúan de manera formal el pensamiento y la vida, desde
el momento en que la reflexión y la prospección se
articulan como términos solidarios, de esta manera tanto
la reflexión como la prospección asumen un progreso
solidario que se armoniza con la vida misma, progreso que
sólo puede entenderse como verdadero punto de partida en
la conciencia clara de una acción practicante, entendido
así el verdadero punto de partida de la
investigación filosófica es necesario dejar que
esta prospección y reflexión,
pensamiento y vida, actuar y razón, pensar y
obrar, se vayan manifestando dialécticamente. Esta
es una tesis que he logrado construir teniendo en cuenta mi
comprensión del texto, pero la reseña ofrece una
ampliación de esta tesis conclusión por medio de
las que hemos considerado más importantes propuestas por
el mismo Blondel.
CONCLUSIONES A LAS QUE
LLEGA EL AUTOR
· El
verdadero filósofo, no es quien se contenta con pensar;
tampoco el que se limita a realizar; es el que conociendo
más, actúa mejor y extrae de su propia experiencia
un refuerzo de luz y poder, sabe mejor lo que hace porque hizo
primero lo que sabía (p. 76).
· Es
necesario que empleemos lo que tenemos y lo que somos para
conocer, sin que la reflexión especulativa y la
prospección práctica se recubran y coincidan desde
ahora (p.77).
· No es
cuando reflexionamos sobre la reflexión y sus objetos,
sino cuando actuamos según nuestras ideas reflejas y
nuestros conocimientos objetivos, que
llegamos a pensar mejor y a adecuar nuestra conciencia a nuestro
ser y a los seres (p. 83).
· El
conocimiento sólo va al encuentro de la verdad cuando
constituye una llamada a la acción y cuando obtiene la
respuesta de ella (p. 83).
· La
realidad, tal como nos es inteligible, accesible y saludable, se
constituye con la síntesis de las múltiples
relaciones que la reflexión siempre discursiva analiza y
que es expresada en su verdad superior por una intuición
que es su causa final y su razón de ser (p. 84).
· La
filosofía no comienza con un objeto particular, sino con
una manera total de considerar el problema del destino y la
pregunta por el ser (p. 87).
· El
hombre sólo sabe cuando actúa, sólo actuamos
humanamente cuando sabemos, es decir, cuando tenemos una
visión al menos implícita de lo real (p. 88).
BIBLIOGRAFÍA
PRINCIPAL
BLONDEL, Maurice. El punto de Partida de la
Investigación Filosófica. Editorial Herder.
Barcelona 1967.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
BLONDEL, Maurice. El Ser y Los Seres. Ediciones
Salesianas. Bogotá D.C. 2005.
Autor:
Edison Tamayo Castaño
Especialización Filósofos Católicos
Filosofía V semestre
Universidad Pontificia Bolivariana
Colombia
Medellín 28 de abril de 2008
[1] Blondel, Maurice. El Punto
de Partida de la Investigación Filosófica.
Editorial Herder. Barcelona, 1967. pp. 8-9
[2] Ibíd. Pág. 9.
Prefacio.
[3] Ibíd. Pág. 9.
Prefacio.
[4] Ibíd.. Pág.
4-5. Prefacio.
[5] Ibíd. Pág. 10.
Prefacio.
[6] Ibíd. Pág.
16.
[7] Ibíd. pág.
17.
[8] Ibíd. Pág.
18.
[9] Ibíd. Pág.
21.
[10] Ibíd. pág.
22.
[11] Ibíd. pág.
22.
[12] Ibíd. pág.
25.
[13] Ibíd. pág.
24.
[14] Ibíd. pág.
26.
[15] Ibíd. pág.
27.
[16] Ibíd. pág.
27.
[17] Ibíd. pág.
28.
[18] Ibíd. pág.
29.
[19] Ibíd. pág.
29
[20] Ibíd. pág.
30.
[21] Ibíd. pág.
30.
[22] Ibíd. pág.
30.
[23] Ibíd. pág.
31.
[24] Ibíd. pág.
48.
[25] Ibíd. pág.
31.
[26] Ibíd. pág.
33.
[27] Ibíd. pág.
35.
[28] Ibíd. pág.
36. En el texto se plantea como interrogante, en la reseña
he decidido colocarlo como afirmación.
[29] Ibíd. pág.
38.
[30] Ibíd. pág.
38.
[31] Ibíd. pág.
38.
[32] Ibíd. pág.
39.
[33] Ibíd. pág.
39.
[34] Ibíd. pág.
40.
[35] Ibíd. pág.
40.
[36] Ibíd. pág.
40.
[37] Ibíd. pág.
43.
[38] Ibíd. pág.
49.
[39] Ibíd. pág.
53.
[40] Ibíd. pág.
54.
[41] Ibíd. pág.
54.
[42] Ibíd. pág.
55.
[43] Ibíd. pág.
55.
[44] Ibíd. pág.
55.
[45] Ibíd. pág.
56.
[46] El paréntesis es
personal, no
pertenece al texto original.
[47] Ibíd. pág.
56.
[48] BLONDEL, Maurice. El Ser y
Los Seres. Ediciones Salesianas. Bogotá, D.C. 2005. Pp.
309-310.
[49] BLONDEL, Maurice. El Punto
de partida de la Investigación Filosófica.
Editorial Herder. Barcelona, 1967. Pág. 58.
[50] Ibíd. pág.
58.
[51] Ibíd. pág.
61.
[52] Ibíd. pág.
61.
[53] Ibíd. pág.
61.
[54] Ibíd. pág.
62.
[55] Ibíd. pág.
62.
[56] Ibíd. pág.
64.
[57] Ibíd. pág.
65.
[58] Ibíd. pág.
66.
[59] Ibíd. pág.
67.
[60] Ibíd. pág.
67.
[61] Ibíd. pág.
67. Esto es acción.
[62] Ibíd. pág.
68.
[63] Ibíd. pág.
69.
[64] Ibíd. pág.
70.
[65] Ibíd. pág.
72.
[66] Ibíd. pág.
73.
[67] Ibíd. pág.
73.
[68] Ibíd. pág.
73.
[69] Ibíd. pág.
74.
[70] Ibíd. pág.
75.
[71] Ibíd. pág.
76.
[72] Ibíd. pág.
78.
[73] Ibíd. pág.
78.
[74] Ibíd. pág.
81.
[75] Ibíd. pág.
81.
[76] Ibíd. Pág.
83.
[77] Ibíd. pág.
85.
[78] Ibíd. pág.
88.
[79] Paréntesis
personal.
[80] Ibíd. pág.
89.
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