En la zona sur del país, donde se localizan las
regiones húmedas, las presas tienen como función
almacenar el agua para
la generación de la energía
eléctrica y el control
de avenidas.
Dada la importancia del agua, es
nuestro deber utilizarla adecuada y racionalmente, y así
ayudar a nuestro
medio ambiente, realizando algunas pequeñas
tareas:
§ Cierra
las llaves mientras te enjabonas, te tallas en el baño, te
afeitas o te cepillas los dientes.
§ No
laves la banqueta, pisos o el coche a "chorro de manguera", usa
solo la necesaria en cubetas.
§ Reporta
cualquier fuga que observes en la calle, vigila los mecanismos de
depósito de sanitarios, tinacos y cisternas, reparando
cualquier fuga.
§ Revisa
periódicamente las paredes de la cisterna y el buen
funcionamiento de la bomba.
§ Utiliza
solamente el agua estrictamente necesaria en el baño, en
el lavado de trastes y en el lavado de ropa.
§ Al usar
la lavadora, usa el máximo de ropa permitido en cada
carga.
§ No
riegues el jardín durante las horas de mayor
calor, el agua se evapora.
§ Vigila
a tus hijos, para que en sus
juegos no se bañen a chorro de agua o a cubetazos.
§ No
utilices el inodoro como cubo de basura.
§ Utiliza
cisternas de WC con dispositivo de descarga controlada o de bajo
volumen.
Una forma de reducir el consumo de una
cisterna convencional consiste en introducir en su interior una
botella de uno o dos litros llena de agua.
§ No
olvides explicar estos consejos a los más pequeños
de la casa.
No desperdicies el agua, recuerda siempre la importancia del
vital líquido: El Agua.
3. La escasez del
agua
Las
fuentes, los manantiales, las cuencas o cañadas
están en acelerada vía de extinción, hay
cambios de clima y de
suelo,
inundaciones, sequías y desertización. Pero es la
acción
humana la más drástica: ejerce una
deforestación delirante, ignora los conocimientos
tradicionales sobre todo de las comunidades indígenas
locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras,
entre otras con obras de
ingeniería, represas y desvíos.
En la agenda política
internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto
prioritario, por ejemplo, el acceso al agua es un punto
importante de los acuerdos de paz entre Israel
y sus vecinos.
Pero este aspecto no está confinado al Medio Oriente,
puesto que el compartir ríos es un asunto de índole
de seguridad
nacional, precisamente por la importancia del agua para el
desarrollo;
actualmente cerca del 40% de la gente en el mundo vive en
más de 200 cuencas de ríos compartidos.
Y es que ante una situación de escasez del agua la
amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar
humano: la
producción de alimentos, la
salud y la
estabilidad política y social.
Esto se complica aún más si el recurso disponible
se encuentra compartido, sin considerar el aspecto
ecológico.
Es por esto que, la
gestión del recurso deberá tender a evitar
situaciones conflictivas debidas a escasez,
sobreexplotación y contaminación,
mediante medidas preventivas que procuren un uso racional y de
conservación.
La conceptualización de la conservación del
recurso agua debe entenderse como un
proceso que cruza a varios sectores, por lo que la estrategia
debe considerar todo: lo económico, lo social, lo
biológico, lo político, etcétera.
La calidad
del agua son fundamentales para el alimento, la energía y
la productividad.
El manejo juicioso de este recurso es central para la estrategia
del desarrollo
sustentable, entendido éste como una
gestión integral que busque el
equilibrio entre
crecimiento económico, equidad y
sustentabilidad ambiental a través de un mecanismo
regulador que es la participación social efectiva.
El agua es un recurso imprescindible pero escaso para la vida.
Menos del 1% del agua del planeta es dulce y accesible para
el hombre, aunque este porcentaje varía
considerablemente según el lugar, el clima
o la época del año.
4. La
contaminación del agua
La
contaminación del agua por tuberías de desechos
debe ser controlada de alguna manera.
El déficit local y regional de agua es debido, sobre
todo, al aumento de las necesidades surgidas del
desarrollo económico y de la explosión
demográfica.
El hombre ha utilizado el agua para fines cada vez más
numerosos, y su dependencia de ese elemento no ha hecho
más que crecer.
El recurso agua es cada vez más apreciado, tanto para
uso doméstico industrial o agrícola. Su escasez,
sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, la
sitúan como prioridad vital para el desarrollo de
las poblaciones: "si no hay agua, no hay vida".
Muchos son los programas
emprendidos para el uso racional del vital líquido; sin
embargo; gran parte de ellos adolecen de objetividad, ya sea por
su difícil aplicación o por el elevado costo que
representan; es más, se ataca el problema desde puntos de
vista sofisticados (se piensa que el modelo
más complicado es el mejor); sin embargo existen
oportunidades valiosas que están a nuestro alcance, que
solo requieren ser visualizadas, un tratamiento técnico
simple y "conciencia
de todos".
Mucho se habla de las plantas
tratadoras para reutilización del agua en ciertas
actividades donde no se requiere la calidad de
potable (claro, dado el acondicionamiento de las aguas
degradadas). Pero hemos olvidado que también hay
desperdicios que no están a la vista y por ello no les
ponemos
atención.
Adicionalmente, la
contaminación causada por los efluentes
domésticos e industriales, la
deforestación y las prácticas del uso del
suelo,
está reduciendo notablemente la disponibilidad de agua
utilizable. En la actualidad, una cuarta parte de la población mundial, es decir, mil quinientos
millones de personas, que principalmente habitan en los PED
(Países en Desarrollo) sufren escasez severa de agua
limpia, lo que ocasiona que en el mundo haya más de diez
millones de muertes al año producto
de enfermedades
hídricas.
5. La productividad del
agua
La escasez de agua se ha venido considerando como un problema
hidrológico, cuando en realidad es cada vez en mayor grado
un problema económico, puesto que se trata de un recurso
escaso, que al margen de otros usos, es demandado casi en un 90%
para actividades económicas.
Parece pues necesario acercarse a la escasez del agua
también desde una perspectiva económica, puesto
que, pese a sus características
especiales, el agua es un recurso al cual podrían
aplicársele criterios análogos a los que se usan
para asignar otros recursos
también escasos.
6. La función
ecológica
Para la ecología
el agua tiene un doble
valor, por una parte es un elemento del
ecosistema y es consecuentemente un activo social, por otra
es generador de
ecosistemas.
Con ser cuestiones muy importantes a considerar, cuando se
trata de llevar a cabo aprovechamientos de agua, la
conservación de las especies y de los
ecosistemas afectados, no podemos olvidar la función
que realiza el agua cuando fluye, de modo variable, desde las
cabeceras de los ríos hasta el mar, puesto que moviliza y
distribuye elementos químicos tan importantes para la vida
como el fósforo o el anhídrido
carbónico.
La función ecológica del agua en sus dos
vertientes fundamentales:
a)mantenimiento
de los ecosistemas
que le son propios.
b) vehículo de
transporte de nutrientes, sedimentos y vida, es un bien
común cuyo respeto
debe conciliarse con el desarrollo
sostenible de las actividades humanas sobre
la tierra.
Existen algunas zonas geográficas tradicionalmente
afectadas por la escasez del recurso hídrico a las que no
se puede dar una solución aceptable para sus problemas si
no es la mayor y mejor disponibilidad de ese recurso, que no
poseen, puesto que tanto las aguas subterráneas como la
reutilización y, en su caso, la desalación se han
aplicado hasta límites
razonables sin resolver los problemas, y que, por tanto,
debería ser suministrado por la aportación externa
de agua o la modificación de sus
estructuras productivas.
En ciertos casos, la desalación podrá resolver
algunos problemas hidrológicos pero, además del
alto coste que comporta, su utilización masiva supone una
contradicción básica desde el punto de vista
ecológica puesto que se sustituyen los recursos renovables
por otros que demandan un elevado consumo energético
-muchas veces de origen fósil.
Es conveniente introducir el volumen
de agua realmente consumido como factor para distribuir los
costes de la misma entre los usuarios, resolviendo
lógicamente los problemas de control
que se plantean, puesto que esta medida incentivaría el
Es imprescindible revisar los criterios de asignación
del agua, especialmente en lo que respecta a las actividades
económicas. La incidencia negativa que los nuevos
criterios pudieran tener sobre algunos regadíos (hay
distintas agriculturas y distintos agricultores), debe ser
corregida considerando la función social que es inherente
a la mayor parte de esos regadíos. La subvención de
los costes del agua es contraproducente con la asignación
eficaz del propio recurso.
Cualquier
demanda de nuevas disponibilidades de agua para usos
económicos debe someterse a un riguroso
análisis coste-beneficio, bien entendido que por la
movilidad del recurso y la amplitud de sus funciones
habrán de considerarse todos los costes y todos los
beneficios.
7. Organismos
democráticos de distribución
Debido a la desigual distribución del agua, todo el mundo
coincide en la necesidad de instituciones
que lo regulen en la que estén presentes responsables
políticos, empresarios, hidrólogos, ciudadanos,
etc. El problema está en la verdadera
democracia y justicia de
los mismos.
8. Cuestión del
precio
El principio básico es que el agua no es un bien
económico que pertenezca a una
empresa, cuenca o país, sino un
patrimonio común de la humanidad, al que todo el mundo
debe
poder acceder para cubrir sus necesidades básicas. Es
evidente que si el agua es gratis, el derroche está
garantizado. Sin embargo, el
precio debe tener en cuenta la capacidad de pagarlo.
9. Conclusiones
La aparente abundancia del agua en el mundo ha dado la
impresión, en el pasado, de que se trataba de un bien
inagotable. Era también el más barato. En la mayor
parte de regiones el agua era gratuita. Todo ello ha conducido al
hombre a derrocharla. El riego se efectúa de forma
excesivamente generosa, hasta el punto de anegar los suelos
y de provocar una salinización secundaria. Las fugas en
las redes de
alimentación
de agua de las ciudades son enormes. El agua se considera en la
actualidad como un recurso económico del mismo valor que los
minerales,
y debe ser administrada racionalmente. En el origen de esta toma
de conciencia
aparece una importante disminución de este recurso en
múltiples puntos del globo y, a partir de la mitad de la
década de los setenta, el crecimiento del coste de la
energía.
Autor:
México
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