Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos,
Rusia,
Noruega, Singapur, China o Corea
del Sur, son algunos países que crearon fondos soberanos
de riqueza hace tiempo y que
se sabe están diversificando cada día más en
otras divisas fuertes,
como euro, franco suizo, libra y dólar australiano, que
les ayude a protegerse contra las devaluaciones del dólar.
Otro de sus objetivos es
balancear más claramente el peso de sus socios comerciales
con las divisas que compongan sus fondos de reserva. Estos fondos
se constituyen con dinero
proveniente, básicamente, de las reservas internacionales
de los Estados, de los ingresos que
obtienen por las exportaciones de
recursos
naturales (minería,
petróleo, etc.) y por los fondos de
pensiones administrados por los gobiernos.
El culpable del fenómeno es el fuerte desequilibrio
comercial de EEUU acumulado en esta década, dado que el
déficit por cuenta corriente de la superpotencia sigue
estando en el orden del 5,5% del PIB, generando
montañas de dólares a los países
asiáticos así como de los países productores
de petróleo y
minerales.
Como ejemplos más ilustrativos, están China que
ya acumula 1.2 billones de dólares en reservas y Japón
otros 900.000 millones, dando lugar a un "exceso de ahorro
global".
Así mismo, el creciente comercio entre
los miembros de la OPEP de Oriente
Próximo y la UE ha agravado el problema para los
países árabes productores de crudo. Por ejemplo
Arabia Saudita obtiene el 30% de sus importaciones de
Reino Unido y la zona euro y sólo un 10% de EEUU, con lo
que calcula el precio de su
petróleo cada vez más en euros y libras porque
ésas son las monedas que utiliza para pagar sus
importaciones.
Los ingresos del petróleo no se quedan bajo las
alfombras de las jaimas del desierto, van directamente a las
arcas del Estado y a la
compra de participaciones en los mercados de
valores
occidentales, Europa y Estados
Unidos, especialmente. El 10% de los ingresos de crudo de Kuwait
llegan a KIA para que los distribuya a su libre albedrío.
Fondos de Abu Dhabi han comprado participaciones en la bolsa de
Londres y en la gestora de bolsas sueca OMX.
Con el petróleo cada vez más cerca de los 100
dólares el barril en Nueva York, los exportadores
árabes están alcanzando cotas de ingresos del doble
que hace un año, aunque perjudicados por la debilidad del
dólar frente al euro. Forman parte de una nueva estirpe de
inversores, los fondos soberanos. China, Rusia, India y los
países árabes mueven dinero a espuertas desafiando
cada día al libre mercado y a los
nacionalismos europeos. Mientras que el comisario McCreevy trata
de abrir los mercados, los nuevos buitres del dinero -ajenos a la
crisis
crediticia, y a los efectos del bluff inmobiliario americano-, no
dejan de comprar participaciones estratégicas.
Sólo Abu Dhabi Investment Authority maneja un fondo
estimado de 875.000 millones de dólares, una cifra similar
al 60% del PIB español.
China, la fábrica del mundo, con un crecimiento trimestral
anualizado del 11,5%, tiene que dar aire a las
ingentes cantidades de inversión
extranjera que anegan sus reservas de dólares. Y para
ello ha puesto a trabajar al mayor banco del mundo
en capitalización, al ICBC.
En octubre de 2007, los chinos han comprado uno de los mayores
bancos
sudafricanos y una participación en Bearn Stearns, uno de
los mayores bancos de inversión del mundo. En septiembre de 2007,
comenzó a operar formalmente China Investment, el fondo de
inversión del gobierno chino
que maneja un potencial de 200.000 millones de
dólares.
Rusia, en el reinado de Putin, que quiere instalarse de nuevo
en el poder tras las
elecciones de marzo de 2008, ha descabalgado a toda una clase
económica surgida de la tardoperestroika y ha colocado a
sus más cercanos empresarios y amigos. Yukos, la mayor
empresa
petrolera rusa cuando estaba en manos de Jodorkovsky, fue
desmantelada y vendida a Rossnef, después de haber metido
al magnate en la cárcel de Chita, en Siberia. Un banco
estatal ruso tomó hace menos de un año un
porcentaje de la aeronáutica europea EADS. Gazprom, aparte
de contar con la llave del gas de Ucrania,
es el dueño de la manivela del gasoducto ruso
alemán, para el que trabaja el ex canciller Schroeder.
Acaba de firmar como socio mayoritario con la pública
StatoilHydro de Noruega un acuerdo para explotar el campo de
Shtokman, considerado la futura primera fuente de energía
de Europa y Norteamérica.
Rusia, China y países árabes colocan su dinero
estatal en empresas
privadas, con vistas a rentabilizar sus inversiones,
que están haciendo más eficaces unos mercados
occidentales encasquillados ahora por la crisis crediticia. Son
los nuevos ricos, opacos por excelencia, los dueños de la
manguera, los colosos de la inversión, capaces de
comprarlo todo, por supuesto, tirando con pólvora del rey
y manteniendo sus grandes empresas bajo el manto de la propiedad del
Estado.
Muchos de ellos surten de gasolina a los hedge funds. Chinos
comunistas con armas de
inversión capitalista, ricas monarquías del Golfo
Pérsico, nuevos empresarios rusos recauchutados por la
pátina estatal forman parte de este ejército de
inversores incontrolados.
El aumento de los ingresos en divisas de los países
emergentes, tanto por el incremento del precio de las materias
primas, como por el aumento de exportaciones de bienes y
servicios a
los países desarrollados está provocando la
aparición de fondos soberanos dedicados a gestionar y, por
tanto, rentabilizar esa riqueza en manos de las autoridades
públicas.
Por países, los mayores fondos soberanos son los de Abu
Dhabi (625 m.m. de dólares), Noruega (322 m.m. de
dólares), Singapur (315 m.m. de dólares), Kuwait
(213 m.m. de dólares), China (200 m.m. de dólares)
o Rusia (128 m.m. de dólares), todo ello sin contar a
países como Venezuela que
están invirtiendo en el exterior de forma algo más
"heterodoxa". El más antiguo de todos ellos y el que
está más profesionalmente gestionado es el de
Noruega, cuyas decisiones se deciden por criterios de IRS
(Inversión Socialmente Responsable).
Lo anterior no es más que el reflejo de esa paradoja
macroeconómica que supone el que sean países
desarrollados como EEUU o de Europa los que tengan unas
elevadísimas necesidades de financiación, mientras
el exceso de ahorro sobre inversión y, por tanto, la
capacidad de financiación se concentre en los
países emergentes, con alguna excepción dentro de
la OCDE (Alemania y
Japón). Mientras esa capacidad de financiación se
ha dedicado a inversiones en cartera, básicamente bonos, no ha
habido ningún problema.
Las divisas en manos de bancos centrales a nivel mundial han
sobrepasado ya los 6 billones de dólares (millones de
millones) frente a los 4,2 de finales de 2005 y los 5 de principios de
año. Crecen a niveles de 120.000 millones de
dólares al mes frente a los 80.000 de 2006. Un 50%
más. Se concentran en China (1,5), Japón (0,92),
exportadores de petróleo (0,85) y Rusia (0,3). Por tanto
hay un flujo de liquidez capaz de soportar con sus inversiones al
mercado. A cualquier mercado, de hecho.
La crisis crediticia ha pasado a ser un momento decisivo para
los gobiernos de Asia y el Medio
Oriente. Con abundante efectivo en sus manos gracias al auge en
el precio de las materias primas, estos gobiernos han acumulado
gigantescas reservas y están en posición de
capitalizar a los bancos occidentales. "Se trata de una nueva
señal de cómo está cambiando la economía global", dice Gerard Lyons,
economista jefe del banco británico Standard Chartered.
"También refleja el actual estado de fragilidad del sector
financiero de Occidente".
El fondo soberano de Abu Dhabi ha invertido US$ 7.500 millones
en Citigroup, el conglomerado financiero estadounidense. Singapur
ha colocado US$ 9.720 millones en UBS, el gigante bancario suizo.
China puso US$ 3.000 millones en Blackstone Group, el coloso
estadounidense del capital
privado.
Lo que a inicio del año 2007 parecía una leve
amenaza al sistema bancario
estadounidense ha terminado por modificar la fisonomía de
las finanzas
mundiales. La crisis de las hipotecas subprime ha dañado
los balances y las cuentas de los
principales bancos del mundo, que han tenido que
ingeniárselas para proveerse de liquidez más
allá de los mercados habituales. Países emergentes
como China, Singapur o Emiratos Árabes han inyectado
21.700 millones de euros en los últimos meses a entidades
del calado de Morgan Stanley, UBS o Citigroup.
Y lo esperado es que la actual situación se prolongue
en el tiempo. Es decir, que más fondos soberanos de
países emergentes, colmados de liquidez, tomen posiciones
en los accionariados de los principales bancos del mundo. La
aversión al riesgo por parte
del inversor ha tirado por los suelos la
negociación en el mercado de deuda, por lo
que para las entidades es cada vez más difícil
acceder a esta forma de financiación. Que, además,
ha disparado su precio. Los diferenciales de rentabilidad
respecto a la deuda del Tesoro alcanzan el 2,5% en bancos como
Merrill Lynch o Goldman Sachs.
Las pérdidas asociadas a los activos subprime
no han acabado aún de cuantificarse con claridad, pero las
estimaciones han ido aumentando hasta hacerse cada vez más
creíble una cifra que ronde o incluso supere los 500.000
millones de dólares. A diciembre de 2007, decía
S&P que "sólo ha aflorado alrededor de una cuarta
parte, por lo que el goteo de banco implicados en pérdidas
seguirá aumentando en un entorno de manifiesta
desconfianza".
Otra entidad que comunicó la entrada de un emergente a
su capital ha sido el banco estadounidense Morgan Stanley.
El mismo día (19/12/07) en que anunció las mayores
pérdidas trimestrales de su historia, 2.480 millones de
euros, presentó al fondo soberano China Investment como
nuevo socio. Este inversor se hará con el 9,9% del segundo
banco de inversión de EEUU por 3.480 millones de euros a
través de bonos convertibles que ofrecen un cupón
anual del 9%. El bono americano a 10 años renta al 4%.
Ahora bien, expresan las fuentes
consultadas, "una cosa es comprar acciones y
otra muy distinta es tomar las riendas de la gestión". La entrada de los países
emergentes en los capitales de estas entidades financieras es
estrictamente financiera, por lo que no contarán con
representación política. Así,
los únicos afectados de estas operaciones de
salvamento son los propios accionistas de los bancos, que ven
como su participación se diluye como azucarcillo en el
café.
Ese es el caso de Unión de Bancos Suizos (UBS). El
mayor banco helvético por valor de
activos anunció la entrada de dos inversores
internacionales para reforzar su balance, muy dañado por
la crisis (diciembre de 2007). Se trata del Government of
Singapore Investment (GIC), que se hizo a través de
obligaciones
convertibles con el 9% de las acciones por 6.600 millones de
euros, y de un inversor de Oriente Medio que, con un desembolso
de 1.200 millones, adquirirá el 1,6% del capital
social.
El fondo de Singapur es un claro ejemplo del maná de
liquidez con el que cuentan los países emergentes.
Sólo el GIC controla reservas extranjeras por valor de
más de 100.000 millones de dólares, 69.570 millones
de euros. También en ese país, el fondo Temasek
posee el 17% del banco británico Standard Chartered,
capitalizado en 26.334 millones de libras, y participaciones en
compañías indias y del entorno, como PT Bank
International Indonesia, China Construction Bank y Bank of China,
el segundo y tercer banco del país del sol naciente. La
última operación, junto a otra entidad china, fue
la toma de acciones de Barclays valoradas en 3.500 millones de
euros.
Los petrodólares también tienen
cabida
La espectacular revalorización de los precios del
crudo ha permitido a los países productores amasar una
ingente cantidad de reservas de divisa. Citigroup, el mayor banco
americano por valor de activos, ha sido el destino de parte de
ellas. En plena crisis, la Autoridad de
Inversiones de Abu Dhabi (Emiratos Árabes), el mayor fondo
soberano del mundo con activos de 452.000 millones de euros, se
hizo hace pocos meses con el 4,9% del capital por 5.050 millones
a través de bonos convertibles. Citigroup pagará un
cupón fijo del 11%.
Fortis, al igual que Barclays, ha sido una víctima en
el largo y complicado proceso de
adquisición de ABN Amro. La brusca depreciación de sus acciones, del 45% en
2007, alentó hace dos meses la entrada en su capital de la
aseguradora china Ping An Insurance con la compra de un 4,2% por
1.810 millones de euros. Esta compañía, controlada
en un 17% por HSBC, aún dispone de 3.400 millones de
dólares para invertir en el extranjero.
Sólo en el año 2007, las empresas chinas
controladas por el Estado han
invertido en grandes adquisiciones exteriores más de
12.000 millones de euros. Además de las mencionadas,
destaca la entrada de ICBC en la entidad sudafricana Standard
Bank Group por 3.915 millones de euros; de Citic Securities en
Bear Stearns tras pagar 685 millones por el 6% del capital; y de
China Investments en la firma de capital riesgo Blackstone con
una inyección de 2.055 millones de euros.
Las Bolsas, oscuro
objeto de deseo
La Bolsa de Dubai saltó a la palestra durante el
año 2007 por hacer frente a Nasdaq en su lucha por hacerse
con el control de OMX,
el gestor de los mercados sueco. Al final, el acuerdo pone de
manifiesto la máxima de este tipo de inversores: tomar
participaciones financieras pero sin influir en la gestión
de las compañías.
Este inversor, que ya disponía de financiación
bancaria, se hizo con OMX, pero después la cederá a
Nasdaq a cambio del 20%
de la gestora estadounidense. Nasdaq compró además
una participación en la Bolsa de Dubai y le vendió
el 28% de London Stock Exchange (LSE).
En medio de todo este proceso entró de lleno Qatar
Investment Authority, que poseía el 9,6% de OMX y el 14,9%
de LSE. El fondo soberano llegó a un acuerdo con la Bolsa
de Dubai para que ésta, a cambio de las acciones de
la empresa
nórdica, le cediera parte de su participación en la
bolsa británica. Qatar ha dejado claro que no tiene
previsto superar el umbral del 29,9% en LSE.
China Investment Corp. anunció que está
dispuesta a jugar el mismo papel que otros fondos soberanos que
han comprado participación en instituciones
financieras afectadas por los problemas de
las hipotecas subprime, dijo recientemente su presidente
ejecutivo a Reuters.
– Historias de cabotaje
– Inundados de petrodólares, los fondos del Golfo
Pérsico salen de compras
globales (The Wall Street Journal -online- 24/8/07)
"Hay una enorme diferencia entre Kuwait y New Haven,
Connecticut. Pero cuando un fondo de inversiones del gobierno
kuwaití obtuvo un nuevo jefe en 2004, una de las
primeras cosas que hizo fue encargar un estudio sobre la
sofisticada manera en la que la Universidad de
Yale gestiona su dotación. Era un indicio que Badar
Al-Sa"ad quería cambiar las cosas en el enorme aunque
adormecido fondo Kuwait Investment Authority.
Las inversiones que ha realizado desde entonces sitúan
a su fondo en la vanguardia de
un amplio cambio en la manera en que se emplea la riqueza
petrolera del Golfo Pérsico. En vez de invertir
mayoritariamente en los bonos del Tesoro de Estados Unidos,
Kuwait ahora pone su dinero en bonos de alto rendimiento,
edificios de oficinas en China, fondos de capital privado. Y, en
una estrategia que
tiene implicaciones para la fortaleza de la moneda y la
economía estadounidenses, el fondo kuwaití ha
puesto menos énfasis en activos denominados en
dólares.
Los estados petroleros del Golfo acumulan una suma inmensa de
fondos invertibles, los cuales con toda seguridad
crecerán aún más. En conjunto, las ramas de
inversión de los gobiernos de Kuwait, Arabia Saudita,
Dubai, Abu Dhabi y Qatar cuentan con alrededor de US$ 1,5
billones (un millón de millones). Esto les otorga la
posibilidad de influenciar el rumbo de muchos fenómenos de
las finanzas globales, entre ellos: los tipos de cambio, las
tasas de
interés, el auge de las adquisiciones y los trastornos
en el crédito
mundial causados por las hipotecas estadounidenses de alto
riesgo. Sin embargo, no se sabe mucho acerca de cómo
operan estos fondos.
En el caso de Kuwait, es posible echar un vistazo a uno de lo
fondos de inversión del gobierno, conocidos como fondos de
riqueza soberana. Aunque Kuwait está gobernado por un
emir, el parlamento con frecuencia interroga a los directivos de
la autoridad de inversión sobre sus activos. Y en
Al-Sa"ad, Kuwait tiene un ejecutivo que gestiona un inmenso fondo
de US$ 213.000 con prácticas occidentales.
Antes de asumir, Al-Sa"ad encargó un estudio
comparativo sobre las pautas políticas
de inversión de los fondos de Kuwait con las estrategias de
las dotaciones de las universidades de Yale y Harvard, ambas
consideradas pioneras de la inversión institucional. Las
dotaciones, las cuales tienen la misma flexibilidad que Kuwait
para adoptar una estrategia a largo plazo, estaban obteniendo
fuertes retornos al invertir en activos como acciones de mercados
emergentes, bienes raíces, fondos de cobertura y fondos de
capital privado. Esto, a pesar de que en esos años el
mercado bursátil estadounidense aún no se
reponía del estallido de la burbuja
tecnológica.
Al-Sa"ad se enteró que en aquel momento Yale
tenía el 28% de sus fondos invertidos en acciones, 17% en
fondos de capital privado y 20% en bienes raíces. Kuwait
tiene alrededor de un 2% en cada uno. La mayor parte del dinero
kuwaití estaba en los seguros pero poco
rentables bonos del Tesoro de EEUU. Sin embargo, los retornos del
fondo kuwaití fueron negativos en 2001 y 2002, debido a
pérdidas en otros activos, afirma Al-Sa"ad.
Así que el ejecutivo contrató a la firma Mercer
Investment Consulting, la cual esbozó un ambicioso
programa que
incluía una serie de inversiones que suponían un
riesgo más alto pero tenían el potencial de mejorar
los retornos…
Al-Sa"ad afirma que su portafolio ha tenido retornos del 11,4%
en 2005 y del 13,2% en 2006. "Necesitamos emplear el dinero de
manera que Kuwait pueda seguir adelante cuando el
petróleo se haya ido", dice Al-Sa"ad.
Una de sus estrategias ha sido asociarse con las grandes
firmas de adquisiciones de EEUU. Así, su fondo ha
invertido unos US$ 300 millones junto a Kohlberg, Kravis, Roberts
& Co. en su esfuerzo por adquirir a la compañía
tejana de servicios públicos TXU Corp.
Poder
regional
Otros fondos de riqueza soberana del Golfo Pérsico
también participan en firmas de adquisiciones. La
autoridad de inversiones de Abu Dhabi, por ejemplo,
adquirió un 10% de las acciones de Apollo Management, un
fondo de capital privado de Nueva York.
Los fondos de inversión del gobierno de Dubai tienen
participaciones en bancos del Reino Unido, como HSBC PLC, y en
European Aeronautic Defence & Space Co, empresa matriz del
fabricante europeo de aviones Airbus. Los negocios
estatales de Dubai también participan en los mercados
inmobiliarios globales, desde Nueva York hasta
Sudáfrica.
Los brazos de inversión de los Estados del Golfo
Pérsico podrían incluso convertirse en rivales de
las firmas de adquisiciones, ya que no necesitan tomar prestado.
En julio el fondo de inversión de Qatar apostó US$
24.000 millones para adquirir la cadena británica de
supermercados J. Sainbury PLC. Antes había perdido una
apuesta de US$ 16.000 millones por Thames Water, firma
británica de servicios públicos.
Para Al-Sa"ad, los recientes problemas en los mercados
financieros de Europa y EEUU son una confirmación que
los mercados emergentes, en especial Asia, prometen mejores
retornos. "¿Por qué invertir en economías
con un crecimiento del 2%, cuando puedes invertir en
economías con un crecimiento del 8%?", se pregunta el
ejecutivo kuwaití".
– Los Emiratos, a la "reconquista" de Occidente: crecen sus
inversiones gracias a los petrodólares
(elEconomista.es – David Robertson – 30/11/2007)
"La subida de los precios del petróleo está
llenando las arcas de algunas de las entidades de
inversión de los Emiratos Árabes, que con los
bolsillos llenos se han lanzado a la búsqueda de
oportunidades. Un ejemplo de la abundancia de petrodólares
lo representa Abu Dhabi Investment Authority (Adia), que ha
aprovechado que tiene llena la cartera para hacerse con un 4,9%
del Citi, uno de los principales gigantes financieros.
El brazo inversor de los Emiratos Árabes fue fundado en
1977 y está considerado como uno de los más opacos.
Las estimaciones de sus reservas varían entre los 250.000
millones y un billón de dólares, pero sea cual sea
la cifra, no hay duda que sus dimensiones son considerables y que
han demostrado su voluntad de hacer valer su peso.
Abu Dhabi, con una población de 1,8 millones de habitantes, es
otro de los destinos favoritos de los bancos de inversión
de Londres a la hora de proponer negocios. Estos fondos soberanos
existen desde más o menos 1953 cuando se estableció
la Autoridad de Inversiones de Kuwait (KIA) para beneficiar a las
futuras generaciones cuando el petróleo dejará de
fluir.
A por el deporte
En Dubai, el jeque Ahmed bin Saeed al-Maktoum, tío del
actual emir, tiene su apuesta particular: la aerolínea
Emirates.
Como habrán observado los aficionados al deporte, Emirates ha unido su
nombre a casi cualquier cosa que suponga el uso de un bate o
pelota. La línea aérea de Dubai patrocina al
Arsenal y da su nombre al nuevo estadio, acompañando esta
medida con el patrocinio de los mundiales de fútbol,
rugby, cricket y una docena aproximada de deportes de equipo
profesionales.
De hecho, la empresa se ha impuesto la
misión
de convertirse en rival de Coca-Cola o
Nike. Esta estrategia forma parte de la ambición de llegar
a ser la mayor y más rentable línea aérea
del mundo. Su crecimiento ha sido exponencial en los
últimos tiempos, duplicándose cada cuatro
años, en un momento de estancamiento de las
aerolíneas.
Emirates transportó a 16,7 millones de pasajeros el
año pasado, lo que la convierte en la novena mayor
aerolínea internacional. Este año,
transportará cerca de 20 millones, superando a Singapore
Airlines y, si continúa la tendencia, sobrepasará
los 29 millones que lleva British Airways antes de que finalice
la década. Su crecimiento se sustenta en una idea
fundamental a la hora de entender Dubai: si creamos oferta, la
demanda
vendrá después.
Misteriosa financiación
La empresa ha lanzado servicios que ninguna otra línea
aérea europea consideraría, como un vuelo diario
entre Newcastle y Dubai. Esta ruta parece desafiar a la lógica,
pero Emirates considera que, creándola, los pasajeros del
norte de Inglaterra
comenzarán a considerar Dubai un posible destino
empresarial y turístico. Sin embargo, la apuesta no ha
sido barata: sólo esta ruta requerirá el empleo de tres
aviones valorados en 180 millones cada uno. Newcastle es, por lo
tanto, una apuesta de 500 millones.
Sin embargo, al tratarse de una empresa
pública, es posible que nunca se sepa realmente si la ruta
resulta rentable o no. De hecho, en ocasiones es difícil
determinar dónde termina la estrategia de la línea
aérea y comienza la de Dubai: uno de los motivos por los
que se ha iniciado la ruta es el transporte de
turistas hasta los hoteles y centros
de ocio de Dubai. Se desconoce hasta qué punto ambas
situaciones se subvencionan mutuamente, si es este el caso.
Es precisamente la falta de claridad lo que preocupa a muchos
ejecutivos de líneas aéreas occidentales. No se
muestran preocupados por la creación de rutas como la que
une Newcastle y Dubai, pero sí manifiestan temor en
torno a la
posible competencia en
rutas fundamentales para las empresas europeas, como las que
conectan Londres o París con Dubai. ¿Está
Emiratos tirando los precios en estas rutas para llenar los
hoteles de Dubai? ¿Recibe ayuda financiera para comprar su
nueva y enorme flota?
Los máximos responsables de otras líneas
aéreas hablan en privado de las subvenciones y beneficios
de los que disfruta Emirates y están presionando a los
gobiernos para que bloqueen su acceso a los aeropuertos.
La conexión
Aunque Emirates niega que esté recibiendo subvenciones,
lo cierto es que existe un estrecho vínculo entre la
empresa y su sede. El crecimiento de Emirates alimenta el de
Dubai y viceversa -precisamente lo que los dirigentes de esta
nación
del Golfo pretendieron cuando lanzaron la línea
aérea en 1985.
El jeque Ahmed bin Saeed al-Maktoum afirma que "está
sucediendo a una velocidad muy
superior a la que se había previsto, pero lo cierto es que
Dubai asumió un riesgo calculado al hacer las cosas tan a
lo grande. Tuvimos que diversificar nuestra economía
porque teníamos recursos
limitados. Estamos en una parte del Golfo que tiene mucho
petróleo, pero la propia Dubai tiene muy poco. Tuvimos la
idea de desarrollar el turismo y todo
comenzó en aquel tiempo, al pensar en el futuro. Lo que
hemos logrado actualmente en Emirates es algo que comenzó
a planificarse en los años ochenta".
Emirates sirve a 94 destinos de 60 países, lo cual
permite a Dubai atraer a millones de turistas a sus hoteles de
lujo y a los hombres de negocios a las mini ciudades creadas para
especialistas en medios de
comunicación, tecnología y sanidad.
Además, la ausencia de impuesto sobre la
renta ha aumentado el atractivo de la ciudad para la
rápidamente creciente comunidad de
personas procedentes de Europa, otras partes de Oriente Medio y
Asia. En palabras del jeque Ahmed: "Creemos que nos hemos visto
favorecidos por lo que está sucediendo aquí en
Dubai. El desarrollo de
hoteles, centros comerciales y otras infraestructuras ha
atraído a la gente. Si no contáramos con Dubai y
esta encantadora ciudad, no sería fácil promover
este lugar como destino. Vamos de la mano con Dubai".
Según el jeque Ahmed, "la gente siempre dice que para
nosotros es fácil porque todos los estados del Golfo son
ricos. Creen que todo el mundo aquí es multimillonario;
esa es la percepción
que tienen de la gente corriente. Son cosas que dicen para
quitarse responsabilidad cuando no alcanzan sus
objetivos".
Compras a lo grande
El crecimiento de Emirates ha tenido un efecto más
amplio sobre la aviación y la industria
aeroespacial que el mero transporte de turistas al Golfo. La
empresa está comprando ahora tantos aviones para alimentar
su crecimiento que se encuentra en disposición de obligar
a los gigantes aeronáuticos, Boeing y Airbus, a modificar
sus diseños de acuerdo con las especificaciones de
Emirates.
Emirates tiene una verdadera oportunidad de convertirse en la
mayor línea aérea del mundo de aquí a diez
años, particularmente a partir del momento en que comience
a llegarle la flota de A380 el próximo año. Los 55
A380 que tiene pedidos constituyen la mayor flota de este
modelo, que,
debido a su enorme tamaño, aumentará el
número de pasajeros que pueden trasladarse desde centros
congestionados como Heathrow.
Sin embargo, estas previsiones de crecimiento no están
exentas de peligros. Las líneas aéreas son
especialmente sensibles a las crisis exteriores, se produzcan en
forma de desplome económico, accidente catastrófico
o aparición de una enfermedad como el SARS. El terrorismo y
la inestabilidad política son también
amenazas".
– Las ligas de fútbol europeas, al borde del abismo
ante la llegada de dinero asiático y árabe
(intereconomia.com – 28/12/07)
"Varios inversores asiáticos estudian crear una liga
continental propia que reúna a los mejores equipos de
Europa.
El fútbol europeo no sale de su asombro. Varios
inversores asiáticos han mantenido en las últimas
semanas negociaciones con los clubes más importantes de
Europa, integrados en el llamado G14 con la intención de
crear una liga propia que reúna a los mejores equipos del
continente. La última se celebró a finales de la
pasada semana en un céntrico hotel catalán, aprovechando la
celebración del Barcelona-Real Madrid.
Según ha podido saber "Intereconomía" el proyecto cuenta
con el visto bueno de la actual dirección tanto del Real Madrid como del
Barcelona, los clubes españoles que se sumarían al
proyecto. Entre los inversores figuran fondos soberanos de
Singapur o China que recientemente han entrado en bancos de
inversión estadounidenses.
Como les viene contando durante toda la mañana
"Intereconomía" el dinero del petróleo puede acabar
con la liga española tal y como lo conocemos. Honda
preocupación en la liga de fútbol profesional ante
las negociaciones que varios inversores asiáticos
están manteniendo con el grupo que
reúne a los clubes más poderosos de Europa para
poner en marcha una NBA del fútbol. El proyecto,
largamente tratado por equipos como el Manchester United, el
Milán o el Real Madrid, habría encontrado el
respaldo financiero que le faltaba. Hace escasos minutos llegaba
hasta "Intereconomía" la reacción del magnate ruso
y propietario del Chelsea, Roman Abramovich.
Los plazos marcados fijan la temporada 2009-2010, previa al
Mundial de Sudáfrica, como fecha de inicio de esta suerte
de liga paneuropea".
– Breakingviews…Liverpool FC (Negocios.com –
23/1/08)
(Por Una Galani)
"El fútbol británico parece a punto de emular a
Wall Street en un cuento
clásico de fútbol, apalancamiento y fondos
soberanos. Sólo llevan un año, y los propietarios
americanos del Liverpool, Tom Hicks y George Gillet, se han
peleado con sus seguidores por su fanático enfoque de la
gestión y tienen dificultades con las finanzas. Dubai
International Capital, interesado en el club, se mantiene al
margen -mientras los fans enarbolan pancartas con frases como
"Dubai S.O.S, Yanks Out". Podría ser el momento de
considerar una salida.
Hicks y Gillett son magnates del deporte que controlan los
equipos de hockey sobre hielo Dallas Stars y Montreal Canadians.
Pagaron 220 millones de libras por el Liverpool el año
pasado y prometieron un nuevo estadio de 215 millones. La
operación se financió casi por completo a
través de un préstamo puente con el Royal Bank of
Scotland, garantizado con los activos personales con sede en EEUU
de los propietarios.
Hicks y Gillett tienen dos semanas para finalizar una nueva
operación. En el actual mercado, es muy improbable que
consigan condiciones favorables. La familia
Glazer, dueña del Manchester United, no ha podido
encontrar condiciones atractivas para conseguir su
refinanciación. Aunque se logre una operación,
parece que proporcionará sólo financiación
para un nuevo estadio.
Una venta
rápida a DIC, antes o después de la
refinanciación, permitiría a Hicks y a Gillett
evitar futuros conflictos
financieros mientras siguen con beneficio neto. Hace mucho que
Dubai está interesado en este exitoso club y mostró
su interés
al menos dos veces el año pasado.
Con sus profundos bolsillos, el fondo soberano podría
financiar un nuevo estadio y la inversión, al igual que el
patrocinio de un estadio del Arsenal por parte de los Emiratos,
garantizaría a Dubai grandes cantidades de publicidad a
cambio de un precio relativamente pequeño.
La historia del Liverpool FC suena demasiado parecida al
cuento triste de Wall Street. Los bancos y equipos de
fútbol trofeo se compraron con deuda barata y beneficios
aparentemente fáciles. Pero para todos hay una forma
fácil de salir: los fondos soberanos".
– Los fondos soberanos ponen precio al sector
inmobiliario (Negocios.com – 1/2/08)
(Por L. Torres / M. Palos)
"Madrid.- Los fondos soberanos se han convertido en los
actores principales de los mercados financieros coincidiendo con
la crisis crediticia y su impacto en las bolsas. Colonial puede
ser la siguiente pieza a cobrarse, pues algunos de estos fondos
como Investment Corporation of Dubai (ICD) y Qatar Investment
Authority han mostrado su interés por hacerse con la
inmobiliaria del ex presidente Luis Portillo. A ellos se
podría sumar en breve un fondo británico.
Los vehículos de inversión de los países
asiáticos irrumpen en el sector español con aquello
que más se echa en falta: liquidez. Así, ya
estudian cuánto vale Colonial. Al parecer, tendrán
que ofrecer en torno a 2,4 euros por acción
para convencer a los accionistas, lo que supone valorar Colonial
en unos 4.000 millones de euros. Ayer, la capitalización
se quedaba en 2.781 millones. Parece evidente que la
aparición de estos inesperados actores está
provocando que el valor se caliente. De hecho, las acciones de
Colonial siguen recuperándose y ayer subieron un 5,59%,
para cerrar a 1,70 euros.
Fuentes del sector apuntaron ayer a "La Gaceta" que el
último en sumarse a la puja por Colonial podría ser
el fondo Qatar Investment Authority. El vehículo de
inversión oficial de Qatar, con fuerte presencia en el
mercado británico, sacará a pasear sus
petrodólares.
Por su parte, Investment Corporation of Dubai (ICD), el brazo
inversor del Gobierno de Dubai, reconoció ayer mantener
negociaciones preliminares con los principales accionistas de
Colonial sobre una posible oferta, aunque todavía son
conversaciones preliminares. Ayer mismo, a última hora de
la tarde, Colonial reconoció en un hecho relevante que
abrirá sus libros para
que este fondo soberano analice la situación de la
compañía. Habrá que ver si hace lo mismo con
el fondo procedente de Qatar.
Los máximos accionistas de la inmobiliaria que han
manifestado su intención de vender sus participaciones son
Luis Portillo, con el 39,74% del capital, y Luis Nozaleda, con el
14,23%. De tal forma, la suma de ambos porcentajes
alcanzaría cerca del 54% del capital, con lo que el fondo
inversor de Dubai tendría que lanzar una oferta
pública de adquisición (opa) por el 100%.
Así, con los dos fondos de Dubai y de Qatar, ya
serían cinco los interesados en hacerse con la
inmobiliaria que preside Mariano Miguel. La primera que
mostró un interés manifiesto por Colonial fue la
estadounidense General Electric (GE). La respuesta de Colonial
fue abrir sus libros de cuentas a la filial inmobiliaria de la
multinacional GE y suministrarle información del grupo con el exclusivo fin
de formular en su caso una oferta sobre la totalidad del
capital.
Fuentes cercanas a la inmobiliaria afirman que GE
ofreció dos euros por acción, una oferta que no
convenció nada a Portillo que tiene sus expectativas
puestas en la franja de los 2,40 euros. La negativa de Portillo,
según las mismas fuentes, podría haber enfriado el
interés de GE. La oferta del grupo supondría
valorar Colonial en 3.272 millones, mientras que con el precio de
Portillo se rozarían los 4.000 millones.
Además del grupo estadounidense, también la
francesa Gecina (controlada por el ex presidente de Metrovacesa,
Joaquín Rivero) mostró su interés por una
posible integración con Colonial, aunque no existe
de momento ningún proyecto concreto".
– ¿A qué le
teme el establishment? – Reacciones a la
invasión
(Gotas de patriotismo)
La asignación y distribución de activos por lo general se
ajusta a dos grandes variables: la
acumulación y reglas de retiro de los flujos futuros del
fondo y sus objetivos. Algunos, como los destinados al pago de
pensiones futuras, pueden tener pasivos identificados que calzar
con su estrategia. Otros, sin pasivos claros, tienen un foco
más exclusivo en retornos y un nivel de riesgo aceptable.
Hasta ahora, estos fondos en general han actuado como
inversionistas pasivos y de estilo conservador. Pero algunos de
los establecidos por los países petroleros (entre ellos,
Rusia) y los países asiáticos, están
haciendo sonar las alarmas.
La principal crítica
suele ser la opacidad de sus inversiones, lo que puede provocar
reacciones proteccionistas. Larry Summers, ex secretario del
Tesoro de Estados Unidos y hoy profesor de
Harvard, escribió en Financial Times que "hay mucho
espacio para el debate
respecto de qué tan grandes deben ser estos fondos. Pero
respecto de cualquier ruta plausible en los próximos
años, una cuestión crucial para el sistema
financiero y la economía global es cómo se
invertirán estos fondos. La cuestión es profunda y
va a la naturaleza del
capitalismo
global". Lo que preocupa a Summers son los riesgos
asociados con la propiedad de parte de entidades controladas por
gobiernos, en especial cuando la participación es directa.
"La lógica del sistema capitalista depende de que los
accionistas hagan que las empresas actúen para maximizar
el valor de sus acciones. Está lejos de ser obvio que con
el tiempo esta será la única motivación de los gobiernos como
accionistas. Pueden querer extraer tecnología o lograr
influencia", señala.
Hay temores particulares respecto de las inversiones directas
de SWF en industrias de
defensa y alta tecnología, pero también en telecomunicaciones, energía, recursos
naturales, propiedad
intelectual e incluso medios de
comunicación. En el papel, hay un ajuste
perfecto entre estos fondos y los sistemas
financieros bajo presión,
como está ocurriendo ahora en Estados Unidos. La
inversión de US$ 7.500 millones de la Abu Dhabi Investment
Authority en Citigroup es el mayor ejemplo hasta ahora de una
tendencia creciente. Morgan Stanley estima que los SWF han
destinado más de US$ 37.000 millones a acciones
financieras desde enero a septiembre de 2007, cuatro veces el
monto invertido en 2006. Pero aunque las inversiones en bancos
son las más cuantiosas, durante el año 2007 fondos
del Medio Oriente han declarado participaciones en Sony y
AMD.
"Estamos hoy en un mundo diferente, hablando desde el punto de
vista financiero, del que estábamos acostumbrados", dice
Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de EEUU. "El sistema
se diseño
bajó la premisa de que el capital fluiría de los
países ricos a los países pobres; desde las
economías avanzadas a las emergentes (…) Hoy estamos en
la situación contraria".
La señal de alarma sonó el 21 de mayo de 2007,
cuando China anunció que invertiría 3 mil millones
de dólares en Blackstone, una firma de inversiones
privadas de New York, como parte de una estrategia de
diversificación de sus inversiones de su fondo de 300 mil
millones de dólares. El impacto de la medida puede ser
evaluado por el preocupado editorial de la revista The
Economist del 24 de mayo, cuyo tono se manifiesta en el titular
"El club más caro del mundo -inversión de China en
Blackstone muestra como
inversionistas gubernamentales están floreciendo en el
corazón
del sistema financiero". El texto no deja
dudas:
(…) "En todo el mundo está surgiendo una
sociedad
secreta de gobiernos cargados con activos extranjeros, algunos de
ellos petrodólares, que están crecientemente
repartiendo las cartas en las
finanzas
internacionales. El acuerdo de Blackstone, probablemente,
estimulará a otros a invertir su dinero de manera
aún más lejana a los ojos indiscretos de lo que ya
lo hacen… Los doce mayores tienen entre 20 mil y centenas
de miles de millones de dólares para invertir.
Recientemente, se anunció que Japón, Rusia e India
están considerando establecer fondos en términos
similares. Algunos estimados colocan el tamaño de los
fondos en 2.5 billones de dólares para finales de este
año (en contraste se cree que los fondos hedge apenas
lleguen a los 1.6 billones de dólares), con otros 450 mil
millones de dólares en transferencias de reservas siendo
adicionados anualmente. Si se incluye la apreciación de
capital, la suma podría llegar a 12 billones de
dólares para el 2015".
El desconcierto del tradicional portavoz de la City londinense
sigue en los dos siguientes y esclarecedores parágrafos:
(…) "No hay precedentes en el hecho de tales fortunas,
súbitamente, abrieron camino en los mercados financieros
globales, y ellas ayudan a explicar el torrente de liquidez que
han propalado los valores de
los activos de riesgo (y de menor riesgo) de todos los tipos, en
todo el mundo. La oferta total mundial de acciones vale 55
billones de dólares y los títulos llegan a una suma
similar. En breve, los fondos de riqueza soberana podrían
convertirse en los compradores más importantes de tales
activos, además de muchos otros. Si esto ocurre, el mundo
presenciará el intrigante espectáculo de que sus
mayores compañías privadas sean compradas por
gobiernos cuya creencia en el capitalismo es, con frecuencia,
parcial. La última vez en que los gobiernos estuvieron
envueltos de esa manera en despejar dinero en activos privados,
el proceso tendía a ser llamado nacionalización. Un
nuevo término tendrá que ser acuñado -tal
vez, internacionalización".
El otro portavoz de la City Londinense, el Financial Times,
también se manifestó en un artículo
aparecido el 28 de mayo. El texto dice que los fondos ya
despertaron la "atención de los bancos y administradores de
activos de todas partes del mundo, que ahora quieren conseguir
contratos
lucrativos para actuar como consultores de los SWFs o administrar
los recursos de estos". Ya que no se puede combatir, lo mejor es
lucrar, parece ser la lógica.
Por ello, resalta que "la importancia cada vez mayor de los
SWFs en los mercados comienza a despertar críticas,
especialmente por la falta de transparencia (sic). Pocos SWFs
ofrecen detalles de sus operaciones, con excepción del GPF
de Noruega".
Claro, como si los fondos hedge y sus colosales operaciones
con derivadas
financieras brillasen por su transparencia.
La incomodidad de la oligarquía financiera con el
surgimiento de los fondos estatales se muestra también en
un informe reciente
del Fondo Monetario Internacional (FMI), con una
ultrajante observación citada por el
periódico: "En algunos casos, los activos pueden ser
transferidos por razones político-estratégicas y no
por razones económicas y financieras".
Aún más aterrorizado resulta el columnista de
Bloomberg News, William Pesek, con su artículo del 8 de
junio pasado, sugestivamente titulado:
"Monstruo de 12 billones de dólares amenaza a la
globalización"
"Durante años, los descontentos por la globalización han esperado poder
descarrilar al libre movimiento de
bienes, capitales y personas. La mayoría de los gobiernos
se mantiene firme, apostando en que hay más que ganar de
lo que perder en este fenómeno. ¿No sería
grande, entonces, si varios de esos gobiernos estuviesen
inadvertidamente preparando el palco para el fallecimiento de la
globalización? pueden estar haciendo justamente eso, con
la proliferación de los así llamados fondos de
riqueza soberana (…)
Hasta ahora, los fondos de riqueza soberana crecieron a partir
de los rendimientos del petróleo y eran usados para
estabilizar los mercados de energía. En medio de los altos
precios del petróleo, ellos se están configurando
en cuentas de acumulación de riqueza pública. Y, en
la medida en que las reservas cambiarias crecen, los gobiernos
están corriendo para darles un uso mejor que el de
estacionar el dinero en títulos del Tesoro de los
EEUU.
"¿Cuál será el tamaño al que
probablemente, lleguen esos fondos? Stephen Jen, jefe de la
división de investigación de monedas de Morgan Stanley
de Londres, estima en 12 billones de dólares para el 2015.
Esto es casi el tamaño actual de la economía de
EEUU y pudiera crear interesantes problemas para la economía
mundial".
Uno de los temores de Pesek y de sus pares es el que los
fondos estatales trastoquen el juego de la
"globalización" y comiencen a presentarse como compradores
de grandes empresas privadas ligadas al propio Establishment
oligárquico, como ocurrió hace dos años con
el intento chino de comprar la empresa petrolífera Unocal,
lo que fue impedido por el Congreso norteamericano. Dice:
"La cuestión es: ¿Estados Unidos se
quedaría quieto si China fuera de compras a Silicon
Valley? ¿Australia, Nueva Zelanda y Canadá
estarían bien con gobiernos que le estuvieran echando el
ojo a sus recursos naturales? ¿Cómo podrán
el Reino Unido y Japón resistir las adquisiciones de sus
bancos de inversiones?"
En palabras de Stephen Jen, "hay un riesgo distinto de que la
transformación de fondos extranjeros, de acreedores a
propietarios, deflagrase reacciones de países receptores,
que desestabilizarán la globalización".
Han sido los alemanes quienes han dado la voz de alarma en
palabras de su primera ministra, la señora Merkel,
indicando que sería conveniente la creación de una
agencia europea semejante a la que existe en Estados Unidos,
denominada Comité de Inversiones Extranjeras, para limitar
y opinar sobre la participación de estos fondos en
aquellas áreas que se consideran estratégicas y que
según ella deben permanecer en manos locales.
Hay países como Francia que,
en el colmo del nacionalismo,
han vetado la compra de industrias nada estratégicas. Tal
fue el caso de la empresa alimentaria Danone, que quería
comprar la Pepsico, y el anterior gobierno del señor De
Villepin vetó.
También, Peter Mandelson, el comisionado europeo de
comercio, dijo que la CE estaría dispuesta a acceder a la
petición de Francia y de Alemania para insertar acciones
de oro en las
empresas estatales europeas. Esta acción de oro
tendría el objetivo de
dar a países europeos el poder para prohibir compras de
sus empresas provenientes de inversores estatales de fuera de la
Unión
Europea.
El inefable Fondo Monetario
Internacional también ha salido a la palestra para
mostrar su preocupación por lo que está sucediendo
en el mundo financiero, y está estudiando formas para que
los fondos soberanos se ciñan a reglas claras. Lo cual
quiere decir que se ciñan a las reglas que dicten los
países desarrollados para seguir controlando el sistema,
al fin y al cabo de eso se trata.
George Marcus, analista de primer nivel del poderoso banco
suizo UBS (inmerso en la "burbuja Greenspan") aborda el acuciante
tema ("Los fondos soberanos de riqueza el ascenso del sur
global", The Globalist, 31/8/07) que transformará la faz
del capitalismo que está siendo arrebatado de las
parasitarias manos privadas trasnacionales (finalmente
subsidiadas por los ciudadanos sin su permiso), en favor de los
exitosos estados con pletóricas reservas.
The Globalist comenta que "Occidente se ha vuelto cada vez
más ansioso sobre el crecimiento de los "fondos soberanos
de riqueza" (SWF, por sus siglas en inglés), instrumentos poderosos (sic) de
inversiones usados primordialmente por los gobiernos de Asia y
Medio Oriente".
Marcus aduce que el "temor proviene de la inseguridad
del poder económico declinante de Occidente, que no tiene
nada de una reacción constructiva". Con propiedad
histórica, Marcus pregunta cómo se habrán
sentido los asiáticos hace tres siglos con las
"actividades comerciales de entidades foráneas como la
Compañía Oriental de las Indias" que "duró
274 años y se encontraba en el corazón del imperio
británico, dotada de poderes para realizar la guerra como la
paz, además de haber creado monopolios de materias primas
y de rutas comerciales".
Tras hacer el recuento de la creciente oposición de los
gobiernos occidentales y sus apéndices (Alemania, Estados
Unidos, Francia, la Comisión Europea y el FMI), le llama
la atención que provenga de los "mismos países que
han invertido durante siglos en las industrias
estratégicas de los mismos países que ahora han
revertido los favores", lo cual, quizá, resguarde las
tendencias neoproteccionistas de los afectados.
Aclara que los FSR estatales "no son bancos centrales. Son
instituciones separadas manejadas por los gobiernos que se han
establecido como fondos de estabilización o fondos para
las generaciones futuras". Los fondos de estabilización
"son montados por los países exportadores de
petróleo o de materias primas que acumulan activos para
invertir en el futuro" y que en momentos críticos
(caída de los precios del petróleo y las materias
primas) "pueden servir de apoyo a los programas
gubernamentales".
Repite lo consabido sobre su colosal riqueza ("alrededor de
2.5 millones de millones de dólares en activos que crecen
entre 15 y 18 por ciento al año") y la identidad de
sus tenedores estatales: "casi 30 FSR estatales, la mitad de los
cuales se ubican en Asia y Medio Oriente".
Poco después de que los miembros del FMI convinieron un
marco de trabajo
bilateral de vigilancia para las tasas de cambio en junio de
2007, éste fue socavado por Estados Unidos y criticado por
la sociedad civil.
Ahora Estados Unidos quiere que el Fondo empiece a regular los
fondos soberanos de la riqueza.
Después de la reforma del marco de vigilancia el banco
central chino hizo furiosas declaraciones rechazando la
interferencia del Fondo en la política
económica china. Pero los primeros golpes cayeron en
Estados Unidos cuando el informe anual económico de la
economía estadounidense publicado en agosto de 2007
declaró que el dólar estaba sobrevaluado. El
informe copió el lenguaje de
la decisión de vigilancia el cual dice que "la
desalineación de la tasa fundamental de cambio"
produciría una revisión detallada del FMI.
Al día siguiente de la declaración, un
funcionario de la Tesorería de Estados Unidos al dar
testimonio ante el Congreso estadounidense rechazó la idea
de determinar la exacta tasa de cambio para una divisa. El
funcionario, Mark Sobel, arguyó en contra de la propuesta
legislación de Estados Unidos que castigaría a
China por su divisa "subestimada": "Al tiempo que los modelos de la
tasa de cambio dan valiosas comprensiones, no existe un método
fiable y preciso para estimar el valor de la tasa real de cambio
de una divisa y economía extranjeras, o de medir en forma
correcta la subestimación de esa divisa".
Michael Mussa, Economista jefe del Fondo de 1991 a 2001, y
ahora miembro de un grupo de pensadores con sede en Washington,
The Peterson Institute, consideró que era poco sabio por
parte de Estados Unidos el arrojar dudas sobre las valuaciones de
divisas: "La Tesorería de Estados Unidos le cortó
las piernas al FMI incluso antes de que empezara la carrera. Eso
fue algo necio e innecesario, pues pudieron haberse quedado
callados".
Aldo Caliari de la ONG de
Washington, Center of Concern, piensa que el nuevo marco de
trabajo interferirá en el espacio de la política de
los países en desarrollo porque "reduce el espacio
político necesario para que los países en
desarrollo puedan crecer exitosamente utilizando un modelo
orientado por el comercio y la exportación".
Al mismo tiempo, Jan Kregel, Profesor de Finanzas en Levy
Economics Institute of Bard College, también
criticó el nuevo marco por estar en línea con los
intereses de los financieros del sector privado: "Las nuevas
formas de vigilancia son sólo otro paso en el camino,
donde el FMI ya no será una institución de
préstamos sino una que vigila la aplicación de
políticas que satisfagan los requerimientos de los
prestamistas privados internacionales, en vez de los intereses
nacionales".
Aún así, los Estados Unidos proponen otra nueva
expansión de la misión del FMI: la
regulación de los fondos soberanos de la riqueza. Estos
fondos son vehículos de inversión establecidos por
los países con grandes reservas de divisas extranjeras
tales como los exportadores de petróleo y más
recientemente China. Los Estados Unidos y los países
europeos se preocupan de que con tales fondos se puedan adquirir
activos estratégicamente importantes en los países
industrializados, tales como los puertos o las
compañías de servicios, y que se pueda actuar por
motivos geopolíticos más bien que
económicos.
El funcionario de la Tesorería de Estados Unidos, Clay
Lowry, propuso en una conferencia en
junio de 2007: "Creo que el FMI y el Banco Mundial
podrían dar un paso muy útil desarrollando la buena
práctica para los fondos soberanos de la riqueza, tal vez
a través de una fuerza de
trabajo conjunta". Lowry enfatizó los riesgos que
representan estos fondos para la estabilidad del mercado
financiero, diciendo que la solución es una mayor
transparencia y más claras directrices de manejo.
En contraste, el Economista jefe del FMI, Simon Johnson
rechazó la necesidad de una acción rápida.
"¿Qué deberá hacer el FMI ante esta
situación? Ciertamente no hay necesidad de acciones
dramáticas. Por un lado, la situación trata asuntos
sensibles de la soberanía nacional. Por el otro, al nivel
actual los fondos soberanos de la riqueza no son un asunto
apremiante".
Preocupada por una posible reacción global en contra de
la inversión internacional y por un aumento del
proteccionismo, la secretaría del Tesoro de Estados Unidos
prefiere una estrategia minimalista: reglas voluntarias de
"mejores prácticas". Pero incluso los libremercadistas
dudan de este enfoque, porque no es posible hacer cumplir esas
prácticas.
El tema de los fondos soberanos dominó una
reunión reciente de los ministros de finanzas del Grupo de
los Siete países más industrializados. El G-7, que
incluye a EEUU, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Gran
Bretaña y Japón, emitió después un
comunicado diciendo que si bien sus economías "pueden
beneficiarse al abrirse" a estos fondos, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial deberían examinar
aspectos como la estructura,
transparencia y responsabilidad de estos vehículos de
inversión.
La razón de toda la preocupación es que estos
fondos cuentan actualmente con entre US$ 2 billones (dos millones
de millones) y US$ 3 billones para invertir, una cantidad que
podría llegar a US$ 13/15 billones en los próximos
10 años. Con ese tamaño, "ellos son el sistema
financiero global", dice el ex economista jefe del FMI Kenneth
Rogoff en declaraciones a The Wall Street Journal America.
Christopher Cox, presidente de la Comisión de Bolsa y
Valores de Estados Unidos, incluso expresó que esos fondos
soberanos podrían usar "el enorme volumen de
información clasificada" que recogen sus agencias de
espionaje, convirtiéndolos así en "la herramienta
definitiva en el uso de la información privilegiada".
La secretaría del Tesoro, que suele ser alérgica
a la regulación, dice que las mejores prácticas
deberían ser suficientes. Un principio debería ser
que las "inversiones sean impulsadas por un fin comercial", dice
el subsecretario del Tesoro David McCormick. La meta:
conseguir, por ejemplo, que el fondo soberano saudita
actúe como el fondo de la dotación de la
Universidad de Harvard, y no como el equivalente financiero de un
avión de combate.
La Comisión Europea anunció su intención
de imponer directrices de transparencia a la actividad inversora
de los fondos soberanos en la UE. La vigilancia podría ser
especialmente estricta sobre sectores como energía,
seguridad y defensa.
Los billonarios fondos soberanos de China, Rusia o Emiratos
Árabes Unidos podrían toparse pronto en Europa con
exigencias de transparencia y gobernanza sobre su gestión
y actividad, según anunció ayer el presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Barroso, tras
celebrar un debate interno con su equipo de comisarios. La CE
intenta calmar así la inquietud de varios países
por ante las incursiones en la economía europea de unos
fondos de titularidad pública. Alemania estudia la
creación de un comité, similar al que existe en
EEUU, para analizar su actividad inversora desde el punto de
vista de la seguridad nacional.
Barroso ha optado por una vía mucho más
moderada, después de un debate interno que ha puesto de
manifiesto las diferencias en el seno de la Comisión. Los
comisarios de Economía, Joaquín Almunia, y de
Mercado Interior, Charlie McCreevy, parecen haberse impuesto
frente a los partidarios de una intervención por
vía legislativa para frenar a los fondos cuya actividad
responda a intereses estratégicos del país de
origen y no a la mera búsqueda de rentabilidad
financiera.
Bruselas se decanta finalmente por estudiar la
elaboración de unas directrices sobre la transparencia y
la gobernanza de los fondos soberanos. Durante el primer semestre
de 2008, la CE fijará su posición definitiva.
McCreevy ya había anunciado, durante un debate organizado
por el grupo Liberal, que la CE no estaba preparando ninguna
intervención legislativa para los fondos soberanos. Los
eurodiputados de ese grupo acogieron con satisfacción, en
palabras de la holandesa Sophie In't Veld, "este planteamiento
pragmático".
Pero incluso los liberales reconocen que el volumen de los
fondos soberanos (que manejan unos 2.300 millones de euros,
según Morgan Stanley) y su vínculo con los Estados
respectivos requieren un tratamiento especial. "Todos los
sectores tienen que estar abiertos a su inversión, excepto
defensa, seguridad y, quizá, energía",
señaló el eurodiputado Liberal alemán Wolf
Klinz.
Bruselas no se recupera de un susto (real o imaginario) en los
mercados financieros cuando ya se enfrenta a otro. A principios
del año 2007, la regulación de los hedge funds se
convirtió en una de las máximas prioridades de las
instituciones comunitarias. La iniciativa se topó con una
enorme resistencia,
tanto dentro como fuera de la UE, y se quedó en nada. El
ministro español de Economía, Pedro Solbes,
contrario a la regulación, alertó sobre el riesgo
de "matar la gallina de oro". La UE descubrió entonces que
los temidos hedge funds son una nimiedad comparados con los
recursos de los fondos soberanos. Y Bruselas lleva meses
estudiando cómo blindar la economía europea frente
a esos instrumentos. Mientras tanto, una tormenta en el mercado
hipotecario de EEUU ha quebrado dos bancos alemanes y uno
británico.
Las propuestas de Estados Unidos y Europa para una mayor
regulación de los fondos soberanos de riqueza (los fondos
comunes de inversión para las reservas de los
países extranjeros) han producido una acción del
Fondo Monetario Internacional, a pesar de las reservas de su
economista jefe. El comunicado del Cuerpo de Consulta de los
Ministros de Hacienda hizo eco de las demandas de los
países industrializados dándole la bienvenida "al
trabajo del FMI para analizar temas para los inversores y
receptores de tales fondos, incluyendo un diálogo
para identificar las mejores prácticas".
El Fondo aceptó la tarea de elaborar un borrador de
códigos de conducta para el
manejo de los fondos soberanos. El personal del FMI
en el Medio Oriente ha dicho que las instituciones de
inversión gubernamental en esa región han indicado
que están dispuestas a seguir el nuevo código
voluntario. A mediados de noviembre de 2007, el FMI acogió
su primera reunión de fondos soberanos y administradores
de reservas, que planea realizar anualmente. Asistieron
funcionarios de 28 países y Strauss-Kahn dijo en la
sesión inaugural que "está adelantándose un
proceso para definir un rol para el Fondo sobre el tema del
manejo de los fondos soberanos de riqueza, de forma tal que sean
consistentes con la estabilidad global financiera".
– Alarma en EEUU por la inversión extranjera, que en
2007 superó los 273.000 millones (ABC –
21/1/08)
(Por Anna Grau – Servicio
Especial – Nueva York)
"El dólar está bajo, los tipos de interés
no se atreven a levantar cabeza, el pánico
paraliza la inversión americana. Los Estados Unidos
están de rebajas. América
se vende al mejor postor. La inversión extranjera en el
país ha superado este año los 400.000 millones de
dólares (273.000 millones de euros).
En su edición
de ayer, "The New York Times" dedicaba tres páginas a
describir las dimensiones de este "tsunami" inversor. Tienen
mucho que ver operaciones como la desesperada ampliación
de capital del banco de inversión Merrill Lynch para hacer
frente a sus salvajes pérdidas del último
trimestre.
Casi invariablemente son grupos
asiáticos los que suscriben estas acciones. Ya han
empezado a levantarse voces de
preocupación. "Sería mejor que estas
compañías no tuvieran esa necesidad de capital, y,
si la tienen, sería mejor que hubiera capital americano
disponible", manifiesta el senador demócrata por Nueva
York Charles Schumer.
"¿Estamos dispuestos a ver nuestros bancos en manos de
los comunistas o incluso de los terroristas?", clamaba esta misma
semana Jim Cramer, un analista de inversiones que evidentemente
no le teme al tono apocalíptico.
No poner pegas a la inversión
Otras voces, como la de Thea Lee, representante de la
principal central sindical en Washington, creen que no hay
necesidad ni posibilidad de ponerse así. América
necesita inversión, y no estamos en condiciones de poner
pegas a de dónde viene esa inversión", concluye.
Aunque no deja de tirar suavemente -o no tanto- a todos aquellos,
políticos, banqueros y empresarios, que han permitido que
se llegue a esta situación de "dependencia".
"The New York Times" se hacía ayer eco de un debate
donde los expertos más desapasionados intentan separar el
grano de la paja, discernir la inversión extranjera
"buena" de la "mala": en el primer grupo estarían los
canadienses y los europeos, de los que se espera que inviertan en
son de paz. Más miedo da el alcance de las intenciones de
países en vías de desarrollo, repletos de
ambivalencias políticas y económicas.
Desde este punto de vista, los patriotas del dólar
deberían estar tranquilos. Canadá figura en cabeza
de la adquisición de acciones de compañías
americanas a lo largo de 2007. La inversión canadiense
ascendió a 65.000 millones de dólares (44.500
millones de euros). Eso es más del doble de los 20.000
millones de euros invertidos en el año 2007. En cambio el
segundo inversor, el Reino Unido, ha bajado mucho desde entonces:
de 52.700 millones de euros ha pasado a 31.350 millones. El
tercero, Australia, sigue la tendencia canadiense,
plantándose en unos triunfales 20.600 millones de euros
"americanos" frente a los 9 millones del año 2000.
Pero el crecimiento más espectacular es sin duda el del
cuarto inversor, que es España. El
capital español en Estados Unidos se ha multiplicado por
cuatro en sólo siete años. En el año 2000
era de 4.440 millones de euros, y ahora es de 16.560 millones. Es
una cifra que casi la empata con el quinto país, Alemania,
aunque los alemanes, como los ingleses, van cuesta abajo y no
cuesta arriba en su inversión, que es más o menos
la mitad de lo que era.
¿Puede significar eso que España va a
América cuando otros vuelven? De ser así,
definitivamente la economía se está convirtiendo en
un fascinante juego de espejos: Corea del Sur ha invertido este
año 7.118 millones de euros en Estados Unidos, cuando en
el año 2000 sólo invirtió 3.690 millones.
Rusia ha pasado de 41 millones a 391 millones. Y la India, de 249
millones a 2.259 millones".
– Informes de
referencia (Secretos y mentiras)
– Sovereign-wealth funds – The world's most expensive
club
May 24th 2007 / Hong Kong
(From The Economist print edition)
"China's investment in Blackstone shows how government
investors are flourishing at the heart of the financial
system
Satoshi Kambayashi
With $ 1.2 trillion in foreign-exchange reserves and the pool
growing by more than $1 billion every day, China casts a giant's
shadow over the global financial markets, even if it has mostly
used the money to pile up American Treasury bonds. The
announcement on May 21st that it would invest $ 3 billion of its
reserves in Blackstone, a New York-based private-equity firm soon
to issue shares, shows that it is prepared to barge into murky
private markets as well as liquid public ones. It is not the only
inscrutable country to be cosying up to the inscrutable
private-equity industry. Around the world, a secretive society is
emerging of governments flush with foreign assets, some of them
petrodollars that are increasingly calling the shots in
international finance. The Blackstone deal is likely to stir
others to invest their money even farther away from prying eyes
than they do already.
Like China, whose proposed Blackstone stake is part of $ 300
billion that the government plans to set aside this year for
investment purposes, dozens of countries have set up what are now
commonly referred to as sovereign-wealth funds. They manage money
drawn from reserves, natural-resource payments and the like.
China is chiefly concerned to diversify its foreign reserves, but
other sovereign-wealth funds own national, as well as
international, assets.
The top 12 each have anything from $ 20 billion to hundreds of
billions of dollars to invest (see table). Recently, Japan,
Russia and India have reportedly been considering setting up
funds along similar lines. Some estimates put the size of the
funds at $ 2.5 trillion by the end of this year (in contrast,
hedge funds are thought to have a mere $ 1.6 trillion), with
another $ 450 billion in transfers from reserves being added
annually. Including capital appreciation, the amount could swell
to $ 12 trillion by 2015.
To the extent governments have traditionally held investment
assets; it was to protect domestic currencies and banks from
crisis. Since the funds were for emergencies, they were of a type
that could be liquidated easily-initially the holdings were in
precious metals, lately they have been in dollars. The idea of
building up an endowment to replace shrinking natural resources
did not exist.
That process may have started inadvertently in 1956 when the
British administration of the Gilbert Islands in Micronesia put a
levy on the export of phosphates-bird manure-used in fertiliser.
The manure has long since been depleted. However, a once-tiny
set-aside of money has become the Kiribati Revenue Equalisation
Reserve Fund, a $ 520m investment portfolio that has grown to
about nine times the tiny atoll's GDP.
A similar approach is now common among oil-producing
countries, which, it is estimated, account for two-thirds of the
assets in these sovereign-wealth funds, and are keen to diversify
their national revenues, aware that their wealth is being pumped
away. They have typically invested along similar lines to central
banks, holding bonds, dollars and bank deposits. Temasek, a
Singaporean entity created in 1974 to pool state-owned
investments, started to change the mindset. It subsequently
evolved into an even more complex investment vehicle. The heady
combination of state-control, success and secrecy, entranced
other governments.
Recently, central bankers have also begun wondering whether
they have a fiduciary duty to make higher returns from the public
wealth under their supervision, which could mean placing at least
some part of foreign-exchange reserves in high-yielding, if less
liquid, investments. In Asia this question has become
increasingly pertinent in the past two years, as reserves have
mushroomed.
The result has been a torrent of money into a finite pool of
assets. There is no precedent for such fortunes suddenly to find
their way into global financial markets, and they help explain
the waterfall of liquidity that has driven up the value of risky
(and less risky) assets of all descriptions around the world. The
world's entire supply of shares is $ 55 trillion, and bonds
account for a similar amount. Sovereign-wealth funds could soon
become the most important buyers of such assets, and many others
besides. If so, the world will witness the intriguing spectacle
of its largest private companies being owned by governments whose
belief in capitalism is often partial.
The last time governments were not involved in sinking money
into private assets, the process tended to be called
nationalisation. Now the funds are invested both abroad and
domestically. A new term will have to be coined:
internationalisation, perhaps.
Northern light
Of the biggest sovereign funds, only Norway's provides
anything close to transparency. Each year it discloses its
investment portfolios and returns. Without such a window on their
investments, it is hard to fathom the interests of other funds
-how they vote on shareholder motions, for example. There are
likely to be questions about strategic objectives, too. What will
they care about most? Economic returns, political objectives,
securing strategic resources? It will be hard to tell.
Andrew Rozanov, of State Street Bank, argues that the lack of
well-defined obligations and the ability to retain funds
indefinitely while not having to reveal results is an investment
advantage. The funds can harvest the benefits of volatility and
illiquidity unavailable to the risk averse. It would not be
surprising if some did particularly well. On the other hand, the
same factors that could lead to higher returns could also lead to
corruption and untoward political intervention.
But the kind of assets the funds invest in -big ones- can
generate frictions even when run properly. Temasek has been
embroiled in controversy in Thailand after it bought Shin Corp,
one of the country's telecoms companies, from Thaksin Shinawatra,
the country's deposed prime minister. China is no stranger to
such tensions. In an event that still rankles, CNOOC, the
state-controlled oil company, was blocked in America, supposedly
on national-security grounds from acquiring Unocal, an oil
company. It is quite possible that by purchasing a non-voting
interest in Blackstone, China will be able to bypass the
restrictions that might prevent it doing Unocal-style deals in
Europe and America.
By choosing a private-equity firm, China will also be able to
invest directly in a partner that, notwithstanding its
forthcoming share offering, can keep many of its operations out
of the public eye. But this is where the ironies of the deal are
most apparent. "Crony capitalism? It is a marriage made in
heaven-a partnership that does not want investors to ask
questions with a country whose firms do not want investors to ask
questions. I worry about the serious conflicts of interest this
generates. More generally, government entities shouldn't be in
the business of investing in private firms", opines Raghuram
Rajan, of the University of Chicago's Graduate School of
Business.
Moreover, it is widely believed that by having China as a
partner, Blackstone will receive preferential access to
China's market (as well as providing China with experience it
clearly covets on how to set up its own domestic private-equity
industry). This is an advantage for Blackstone, and for its
shareholders, China included, particularly so when other
private-equity firms complain that the impediments to operating
in China are growing.
However, providing an economic incentive to a lucky few, even
if that includes the government itself, impedes China's broader
need to create a fair and transparent financial market for all
participants. That is what would produce the most efficient
market for capital.
China still has vast holdings of state assets, and its
embryonic stockmarket is bubbling over-if anything it needs more
publicly traded companies. Like other countries with
sovereign-wealth funds, it would appear to need more expertise in
selling companies that it owns, rather than learning how to buy
the ones it does not".
– Patrones cambiantes de inversión en la
región del Golfo: El caso Dubai
(Por Bianca Gersten, investigadora en
www.memrieconomicblog.org)
Este informe fue publicado primero en el Blog Económico
de MEMRI el 14 de agosto, 2007. Véase
www.memrieconomicblog.org. (Se mantiene la redacción del original)
The Middle East Media Research Institute (Serie de Análisis e Investigación)
Introducción
"El aumento masivo en la renta de petróleo en la
mayoría de los seis miembros del Concejo de
Cooperación del Golfo (CCG) -Arabia Saudita, los Emiratos
Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Omán y Kuwait- ha
creado oportunidades sin precedentes para la edificación
de infraestructura, el abastecimiento de servicios sociales y al
mismo tiempo, oportunidades para inversiones en el
extranjero.
Estas inversiones han sido canalizadas a través de dos
conductores principales – la adquisición de recursos y la
compra de acciones en empresas financieras e industriales de alta
calidad.
Según el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat del 13 de
agosto, los países del Golfo han canalizado $ 140.000
millones para las inversiones extranjeras en los últimos
tres años. En un tiempo relativamente corto, algunos de
los países del Golfo se han vuelto partícipes
respetables en la escena financiera internacional.
Al mismo tiempo, un ambiente de
inversión hospitalaria, la privatización de entidades de propiedad del
estado, y las perspectivas de tratos mutuamente lucrativos han
atraído una entrada masiva de servicios financieros
occidentales e industrias a la región del Golfo. La
apertura del mercado de bienes y raíces para los
inversionistas extranjeros, particularmente en Dubai, ha creado
un auge masivo en la construcción que está alimentando el
crecimiento
económico en una rápida proporción.
El propósito de este artículo es verter luz sobre las
actividades de inversión de Dubai, y en el cómo un
liderazgo
ilustrado y de empresa se ha convertido de lo que fue un
pequeño fortín en el desierto sólo hace unas
décadas en una metrópolis bulliciosa con una
economía vigorosa que está sujeta a ambos la
envidia y la emulación.
Incremento en el poder de inversión
Las economías en el Medio Oriente y África del
Norte (MOAN) en general han crecido en más del 5% en cada
uno de los últimos tres años a causa de los
ingresos sustanciales del petróleo. Como los proveedores
principales de crudo en la región, los países del
Golfo -y, principalmente entre ellos, los Emiratos Árabes
Unidos (EAU)- han experimentado niveles sin precedentes de
crecimiento.
En contraste con el temprano auge de petróleo de los
años setenta y ochenta, sin embargo, estos países
no están malgastando sus ingresos de crudo en gastos
superfluos, sino más bien están enfocándose
en diversificar sus recursos y en sostener su solvencia fiscal a
través de esquemas masivos de inversión.
Dubai, uno de los siete emiratos que constituyen los EAU, en
particular, ejemplifica las tendencias de inversión del
Medio Oriente, principalmente a causa del hecho de que es una
potencia en
inversión sin necesidad alguna. El emirato busca abrirse a
sí mismo y extender su alcance dentro de los mercados
internacionales para circundar cualquier riesgo que enfrente
debido al firme declive de sus reservas de gas y petróleo,
que se espera alcance un vaciamiento dentro de veinte
años. Dubai tiene actualmente una fuerte propensión
por el sector inmobiliario, pero está aprendiendo a
diversificar sus recursos totalmente en su búsqueda de
algunos instrumentos financieros altamente productivos.
Los excedentes de las grandes cuentas actuales han permitido
que mucha de esta inversión tenga lugar a través de
fondos soberanos, que en el pasado, fueron tradicionalmente
sostenidos sólo para proteger monedas domésticas y
los bancos. La inversión soberana del fondo es una
tendencia no limitada a los países del Golfo; el total
global de fondos soberanos [1] puede ser de $ 2.5 billones para
finales de este año, y podría alcanzar los $ 12
billones por el 2015 a causa de una importante
apreciación. [2] Los fondos soberanos de la riqueza pueden
convertirse pronto en los compradores más importantes de
acciones y bonos, y los países petroleros cuentan
globalmente con dos tercios de tales recursos.
Atrayendo las industrias occidentales
La generación actual de ministros de la economía
e industria en la región del Golfo está
principalmente compuesta de hombres que comenzaron sus carreras
en el sector privado. Esto se coloca en correlación a los
esfuerzos en casi todos los países MOAN para aumentar la
privatización de entidades que son propiedad del estado en
un esfuerzo por crear una atmósfera de "mercado
abierto". Tal como informó el diario del Medio Oriente
Al-Sharq Al-Awsat el 8 de agosto de 2007, una empresa de
inversión internacional en Kuwait notó que las
tendencias de privatización en los países del Golfo
-que están compitiendo entre ellas mismas para convertirse
en las próximas "capitales financieras" globales- son
reflejadas en el flujo de capital privado sobre las acciones
públicamente comercializadas y otros instrumentos
financieros. En el 2006 esta cantidad ascendió a $ 7.070
millones, lo cual fue un 61.6% de aumento durante el año
anterior.
Mientras los niveles de inversión regional se elevaron
copiosamente, de ambas fuentes privadas y públicas, los
fondos de inversión privados locales están luchando
por obtener acceso a los mercados americanos y europeos para que
los accionistas puedan disfrutar los ingresos aún
más altos en sus recursos. Al final, esto ha arrastrado a
muchos servicios e industrias occidentales, atraídos a la
copiosa cantidad de fondos que la proximidad a los inversionistas
potenciales pueda rendir, en la región del Golfo.
El grupo Carlyle LP dice que el Medio Oriente es ahora el
"punto caliente" para los tratos de equidad
privados, y HSBC informa que tanto como un tercio de todos los
proyectos de
finanzas involucran a proyectos del Medio Oriente. [3] Dubai es
un punto focal particular de esta actividad. El presidente
ejecutivo de la compañía de servicios de crudo
Halliburton ha optado recientemente relocalizar al menos parte de
los cuarteles generales de la compañía y oficinas
ejecutivas principales desde Houston a Dubai. Otros compradores
probables de propiedad en el emirato incluyen a Oracle, Cisco
y Microsoft.
[4]
De hecho, Dubai se ha convertido en tierra
fértil para una presencia económica occidental con
sus zonas de libre comercio,
en donde las compañías no son catalogadas por los
requisitos de los EAU donde todas las entidades sean de
posesión mayoritaria de una nacional de los EAU. Varias
empresas de tecnología de información, bancos de
inversión y corporaciones mediáticas se han
adherido a sí mismas a estos territorios, y funcionarios
esperan que la finanzas solas cuadrupliquen su
contribución al PIB del emirato a $ 15.000 millones para
el año 2015. [5]
Bajos aranceles,
bajo riesgo de la moneda, la ausencia de restricciones en la
repatriación de ganancias, una burocracia
nacional pequeña, y leyes de los EAU
que prohíben los impuestos a las
ventas y a las
corporaciones ayudaron al número de proyectos Greenfield
(ciertos tipos de riesgos de inversión) sólo dentro
de Dubai para elevarse de 88 en el 2002 a 215 en el 2005. Como
tal, el crecimiento no petrolero tiene el promedio anual del
10.6% durante los últimos cinco años. [6]
A su vez, los medios de inversión orientados por el
estado tales como Dubai Capital Internacional, Istithmar
(compañía de inversión) e Inversiones DIFC
han tomado demarcaciones en HSBC, Standard Chartered Bank,
Blackstone (fondo de equidad privado) y el Deutsche Bank (Banco
Alemán).
Qatar está siguiendo los pasos de Dubai, anunciando el
16 de julio de 2007 la unificación de su sistema
regulador, y su intención de re-escribir los
códigos legales ya anticuados para las transacciones
financieras y comerciales que pueden actuar como barreras en la
entrada a empresas internacionales.
En una escala menor,
muchas compañías americanas se están mudando
a la región para sostener la industria del azúcar,
que ha tenido que desarrollarse rápidamente después
de que la
Organización de Comercio Mundial cubriera la
exportación de azúcar de la UE en julio de 2006.
Con el número grande de buques de transporte del Golfo, es
un imán para muchos de los 500 millones de dólares
a ser invertido en la producción del rendimiento de
azúcar.
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