Complejidad, retórica de la c. Complejidad y conductismos de tercera generación
- Resumen
- Introducción
- Las nociones de
complejidad - Complejidad
y ciencia de
la conducta - Comentarios
finales - Referencias
Artículo publicado en forma impresa: Montgomery, W.
(2007). Complejidad, retórica de la complejidad y
conductismos de tercera generación. Revista Peruana de
Psicología, 1(1), 40-67.
ISSN 1726-9415
RESUMEN
En el presente artículo se reseñan las nociones
generales de complejidad que imperan y están de
algún modo interrelacionadas; luego se resumen los
correlatos de aquellas nociones en el quehacer de algunas
vertientes psicológicas que dicen representarlas al
interior de nuestra disciplina,
realizando al final una evaluación
crítica
sobre la retórica de la complejidad que se encuentra en
ellas. En la segunda parte se expone un punto de vista particular
afín a la ciencia del comportamiento
respecto a la noción de complejidad, valiéndose de
conceptos propios de la teoría
de marco relacional, del interconductismo y del conductismo
psicológico. Así, desde esas perspectivas se
valoran las contribuciones del paradigma
complejo distinguiéndola de sus extremismos, y se discute
su papel en la configuración de una psicología
científica. Se recalca que la tercera generación de
conductistas incorpora la noción de complejidad sin
recurrir a terminologías ajenas a la disciplina.
PALABRAS CLAVE: Complejidad, ciencia de la conducta,
teoría de
sistemas, dialéctica, marcos relacionales,
interconductismo, conductismo psicológico, terapia de
conducta.
INTRODUCCIÓN
El problema de la naturaleza y
estructuración de los fenómenos dentro de la
intrincada red de nexos y relaciones
que mantienen entre sí se ha tratado de solucionar por lo
general simplificando el encaramiento con los hechos, de tal
manera que sean manejables. Así, el científico de
la conducta postula unidades de medida en base a ciertas
regularidades que permiten dar orden y efectividad al trabajo
(Palmer, 2003). No se cree ingenuamente que el objeto que se
dimensiona esté dividido realmente en tales unidades.
Simplemente se le reduce a medidas manipulables con fines
pragmáticos.
Gracias a esa estrategia se
logró consolidar una metodología de investigación y una ingeniería de la conducta que, sin ser
perfectas, son capaces de ofrecer resultados eficaces y
objetivamente comprobables. Sin embargo, es preciso convenir en
que una vez conseguido el propósito de establecer
las leyes
básicas que rigen los fenómenos y su tecnología de
cambio
subsecuente, se hace necesario ir más allá. Y es
que el científico no puede -como los navegantes antiguos
que no pasaban de las Columnas de Hércules-,
renunciar a perfeccionar sus observaciones y a tratar de
dimensionar el mundo de manera compleja, como es realmente.
Más aun si ya cuenta con las herramientas
del ordenador y los programas de
simulación.
En este sentido, la noción de complejidad se
plantea de forma cada vez más insistente en la ciencia
moderna. El llamado "paradigma de la complejidad" ha
traído refresco al señalamiento de que las cosas
tienen una naturaleza de por sí complicada, y de que
cualquier omisión al respecto redunda en el mantenimiento
de una perspectiva mecanicista y determinista ("paradigma de la
simplicidad", o de reducción), que tiene alcances
limitados. Para la cosmovisión mecanicista formulada por
Newton y
Laplace: a) se
puede reducir el todo a un agregado de componentes
(átomos, neuronas, estímulos, etc.), b) cada uno de
los componentes puede estar aislado de la acción
ejercida por sus pares, c) los modelos para
describir la realidad se ciñen a leyes dinámicas y
deterministas, y d) ellas deben permitir predecir la
condición futura del sistema tras el
establecimiento de su estado
inicial. No pudiendo cumplirse el punto (c), se produjo la
crisis del
mecanicismo en la ciencia en general, y posteriormente el
descubrimiento de los procesos
auto-organizativos hizo tambalear los demás postulados
excepto (d), surgiendo la necesidad de nuevas conceptualizaciones
abarcadoras de lo real (véase Pessa 1989).
La psicología es ciertamente uno de los campos
disciplinarios comprendidos en esta necesidad (Ayers, 1997;
Mateo, 2003; Luévano, 2004). En la ciencia de la conducta
hay que tener en cuenta, a este respecto, la reflexión de
Kantor (1969/1990; pp. 598-599) sobre el ajuste de los
construidos a una buena muestra de eventos, lo que
supone ampliación de marcos conceptuales. Por otro lado
hace poco, Bornas y Noguera (2002 p. 14-19) han reclamado
para la "actualización" de la terapia del comportamiento
de acuerdo con criterios científicos recientes, la
inclusión de fenómenos psicológicos con
patrones caóticos, de relaciones no lineales entre
factores inadvertidos que afectarían la variabilidad de la
conducta, y de formas superiores de auto-organización en sistemas
inestables.
Pero por otro lado la psicología, debido al rango de
fenómenos que estudia, es susceptible de ser impactada por
ideas retóricas de "complejidad" que, con el pretexto de
combatir el mecanicismo a veces sirven para sostener mediante
sofismas la vieja mitología de la mente con el auxilio de
algunos conceptos científicos prestigiosos. Por ello este
tema es digno de discutirse con el grado de rigor adecuado, a fin
de desenmascarar las propuestas mistificadoras, y esclarecer
-siguiendo la recomendación de Pinillos (2002) sin apoyar
su postura-, cuáles son o serían las posibles
formas convenientes de aplicar la noción de complejidad a
la ciencia conductual en la época post-moderna.
LAS NOCIONES DE
COMPLEJIDAD
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