Monografia del Mes
- Algunos elementos del nuevo escenario
educativo - Los
impactos de la ciencia,
la tecnología y los medios de
comunicación - Los
ejes que debe tener una reformulación de la enseñanza de la geografía - currículo. Aportes de lo
geográfico - A
modo de síntesis
1. Algunos elementos del
nuevo escenario educativo
Considero que todo problema debe, en primer lugar, ser situado
en su contexto. Sólo así, es posible iniciar el
camino de su superación. La ciencia en la
actualidad se ha apartado progresivamente del paradigma
positivista de la ultra-especialización que implica aislar
el objeto de estudio, para manejar la necesidad de estudiar los
hechos en su interacción con contexto donde se verifica.
Incluso en el terreno de la producción de punta ya se ha superado el
esquema del trabajo en
serie, tal como la satirizara Chaplin en "Tiempos Modernos".
En consonancia con todo ese impulso que busca consolidarse en
un nuevo paradigma, la educación, debe
ser encarada en la globalidad del escenario social. Cada parte de
ella debe ser ubicada en coordenadas
histórico-sociales concretas, en que se desenvuelve y
nunca desde un ángulo que la aísle de su
entorno.
Lo anterior nos lleva a considerar la complejidad que porta
ese fenómeno social llamado educación. No hay
lugar a falsas y esterilizantes simplificaciones. Hemos pues de
seguir la máxima de ver el árbol, pero
también el bosque y analizar el primero en su
interacción con este.
Un primer paso en un largo y complicado camino consiste en
no confundir educación con enseñanza y mucho
menos reducir la discusión y el análisis de lo primero a las fronteras
marcada por aulas y currículos. Si bien esto en el
discurso
aparece como claro, no siempre en el plano de los hechos y los
discursos
está tan nítido. Reducir lo educativo al plano de
la enseñanza implica dejar de lado el peso de todos los
mecanismos de que se vale una sociedad para
transmitir su capital cultural. Hemos de aceptar,
pues, como premisa inicial que la educación pasa por
las aulas pero no se reduce a lo que sucede en ellas.
En un sentido práctico esto significa que nuestra labor
como docentes, no
es sino una de las tantas acciones que
despliega, en este terreno, el grupo social.
Iremos más lejos aún. Todo mensaje que emitimos,
además de no ser "puro", plenamente objetivo y
ajustado a la "verdad", es mediado por el conjunto de creencias
sociales. Todo punto que integre el universo
pedagógico, debe ser visto en la compleja trama de los
hechos sociales. A su vez esto implica que en todo hecho social
hemos de tomar en consideración la cuota-parte educativa
que lleva. Aceptar la mediación de lo social en la
acción
de enseñanza tiene la trascendencia de explicarnos el por
qué de los fracasos de recetas didácticas.
Individuos, en contextos socio – culturales diversos,
reaccionarán de diferente manera a un mismo mensaje. Como
si ello fuera poco, al aplicar la "receta" lo hacemos fuera del
tiempo
original en que fuera concebido. En otras palabras las
extrapolaciones de experiencias realizadas de modo
mecánico, una suerte de "importación directa", deja de lado las
dimensiones espacio – temporales – culturales concretas en que
surgiera y que en última instancia confieren
significación y pertinencia a aquella.
A lo expresado hemos de añadir que a la
educación hay que visualizarla en tres grandes dimensiones
básicas que no podemos obviar: reproducción, mediación y
proyección. Cada una tiene en sí mismo un valor
estratégico que no siempre apreciamos en toda su
extensión.
Los mecanismos educativos construidos por las diferentes
sociedades
cumplen la tarea de reproducir un determinado capital
cultural, seleccionado en coordenadas históricas
específicas y que lleva en su seno determinado esquema de
poder (no
limitado este solo a su expresión económico). Junto
a ello viaja un determinado capital
sígnico que conforma la subjetividad del individuo y
del propio grupo. Lo que C. Jung denominó como
inconsciente colectivo, esa matriz que
constituiría una parte vital de la identidad de
los agrupamientos humanos, tendría acá su
raíz. A diferencia de lo que pensaran los miembros de la
corriente reproductivista de los años "70", esta faz no
debe ser concebida únicamente como un mecanismo perverso
de recrear una determinada relación de poder. La
reproducción social es algo que va más allá
de ello, sin que ello signifique dejar fuera los problemas del
poder y la relación dialéctica que señala A.
Gramsci entre coerción y consenso. Atender a esta realidad
obliga a atender las palabras de José P.
Barrán:
"En historia hay que aguzar
mucho el oído par
percibir la voz de los humildes; ellos no dejan casi testimonios
escritos pues hasta en eso los sectores privilegiados lo son, en
su presente y en su capacidad de modelar la imagen que la
posterioridad tendrá de su
pasado."[1]
Esta mirada puede ser llevada a los diferentes campos del
saber y lo geográfico no escapa a ello. Por tanto sobre
esta base es necesario reformular los mensajes vertidos dentro de
los marcos de la enseñanza, no como un problema de
programas,
sino algo mucho más profundo. Es necesario abordar la
discusión de todos los elementos que rodean eso que se
denomina "currículo oculto" y poner en evidencia los
elementos de poder que están detrás de las
decisiones que se toman en la selección.
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