Ejes temáticos
de la unidad 1 y 2 de la materia
Introducción al Pensamiento
Científico, de UBA XXI
UNIDAD 1
Curiosidad y
conocimiento
1. Relación entre la curiosidad y el
conocimiento,
curiosidad espontánea y curiosidad epistemológica,
sabiduría popular y saber crítico. Respeto a la
identidad
cultural del educando.
La curiosidad es el motor para la
producción y construcción del conocimiento. Sin
curiosidad no hay aprendizaje.
Curiosidad espontánea: Es la que caracteriza al sentido
común. El saber hecho de pura experiencia, que todos los
seres humanos tenemos.
En la medida que la curiosidad espontánea se
intensifica y se vuelve cada vez más metódicamente
rigurosa, se va transformando en curiosidad epistemológica
(necesaria para alcanzar el
conocimiento cabal del objeto). En realidad es la misma
curiosidad que al volverse "crítica" se transforma en
epistemológica, cambia de cualidad pero no de
esencia.
La curiosidad espontánea es propia de lo que se
denomina "sabiduría popular", o sea, ese
conocimiento ancestral que tienen, por ejemplo, los pueblos
originarios de nuestro continente americano, transmitido de
generación en generación durante siglos.
La sabiduría popular se refiere a los saberes
que todos tenemos por nuestra experiencia social como individuos.
Freire destaca la importancia de aprovechar esta experiencia,
relacionándola con los saberes.
El saber crítico es el que nos permite reconocer
nuestros condicionamientos y superarlos.
El respeto por la identidad cultural de los alumnos,
significa respetar la dimensión individual y de clase de los
educandos. Recuperar la sabiduría popular propia de la
identidad de los educandos.
Entre el saber popular y el saber crítico no hay
ruptura, sino continuidad. No hay que reprimir lo que el
estudiante trae de su procedencia, de su ámbito cultural,
sino que hay que elevarlo, someterlo a crítica, recuperar
lo valioso que tiene, dejar de lado lo que no sirve e integrarlo
en un nuevo saber epistemológico, o sea basado en la
ciencia.
2. El conocimiento como un dato y el
conocimiento como una construcción, carácter social e histórico de la
producción de conocimientos.
El conocimiento como un dato:
Es algo ya dado. Se da en lo que Freire denomina "enseñanza bancaria", en la que el profesor
deposita datos en el
alumno, como si fuera un banco. Se
transfiere el saber del educador hacia el alumno, sin
crítica alguna.
El conocimiento como una construcción:
Para Freire enseñar no es transferir conocimientos como
datos, sino crear las posibilidades de su producción o de
su construcción. El conocimiento es una
construcción compartida entre el docente y el alumno.
El conocimiento es una construcción compartida entre
docentes y
estudiantes, y está social e históricamente
situado. En un momento histórico y en una sociedad
determinada construimos un conocimiento "verdadero". Pero va a
ser un conocimiento verdadero social e históricamente
situado, es decir que a futuro puede dejar de ser verdadero
(porque cambia el momento histórico y la sociedad) Es
importante tener la flexibilidad de cambiarlo, de lo contrario se
cae en dogmatismos e ideologías mecanicistas.
3. Certezas dogmáticas y
certezas social e históricamente situadas. El pensar
acertadamente.
Certezas dogmáticas:
Son aquellas certezas indiscutibles, absolutas, definitivas,
verdades absolutas para todos los tiempos y todos los lugares.
Las certezas dogmáticas son propias de las
ideologías mecanicistas (fatalismo neo-liberal y exitismo
de "izquierda"), estas ideologías mantienen sus certezas a
pesar de que el contexto histórico y social haya cambiado
(por ejemplo: querer aplicar tal cual lo que dijo Marx en el siglo
XIX para Europa, en
América
Latina del siglo XXI)
Certezas social e históricamente situadas:
Un conocimiento construido en común puede ser verdadero
en un momento histórico dado y en una sociedad
determinada. Pero en el futuro cambia el momento histórico
y el tipo de sociedad, y esa misma certeza puede dejar de ser
válida. Es importante tener la flexibilidad para
cambiarla, y no caer en dogmatismos.
El pensar acertadamente:
Pensar acertadamente, significa tener certezas admitiendo la
posibilidad de que se puede estar equivocado, y con
disposición a replantear lo que se piensa. Freire plantea
que el mejor modo de pensar acertadamente es rechazando las
posiciones dogmáticas, en las que uno se crea el
dueño de la verdad.
Si nuestra propia experiencia de vida o el paso de la historia nos muestran que
estábamos equivocados, hay que tener la flexibilidad de
saber cambiar. Y en ese cambio es
vital el diálogo
con los otros.
No es algo solo para "iluminados", el pensar acertadamente
(que supera al ingenuo) tiene que ser producido por el mismo
aprendiz en comunión con el profesor formador.
El pensar acertadamente demanda
coherencia entre lo que se dice y se piensa con lo que se
hace.
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