The intrauterine fetal death is one of the most tragic
complications and difficult to tackle in practice obstetric
daily. It occurs at a frequency of about 6 cases per 1000 live
births, and is responsible for half of perinatal deaths. The
clinician is faced with two dilemmas. The first group is to study
the cause of the current problem, and second, to manage a
possible future pregnancy.
DEFINICIONES BÁSICAS
·
Etapa fetal temprana. Está
comprendida entre el inicio de la concepción y las 20
semanas de gestación, momento en que el feto alcanza
un peso aproximado de 500g y su longitud es menor de 25cm.
·
Etapa fetal intermedia. Va de la semana
20 hasta las 28 semanas; el producto pesa
500g o más, pero <1000g, y su longitud es de 25cm o
más, pero <35cm.
·
Etapa fetal tardía. Va de la semana
28 hasta el momento del nacimiento; en esta etapa los fetos pesan
1000g ó más y su longitud es de 35cm ó
más.
·
Fase neonatal temprana o hebdomadal. Va del
nacimiento hasta <7 días.
·
Fase neonatal tardía. Va de los 7
días hasta los <28 días.
·
Periodo perinatal I. Se integra de la etapa
fetal tardía y de la fase neonatal temprana.
·
Periodo perinatal II. Comprende las etapas
fetal intermedia, fetal tardía y de las fases neonatal
temprana, y neonatal tardía.
·
Nacido vivo. Es la expulsión completa
o la extracción de su madre de un producto de
concepción, independientemente de la duración del
embarazo, y,
el cual, después de dicha separación, respira o
muestra
cualquier otra evidencia de vida, tal como, latido del corazón,
pulsación del cordón umbilical o movimiento
apreciable de los músculos voluntarios, aparte de que se haya
cortado o no el cordón umbilical o la placenta permanezca
unida. Por otra parte, cuando se trata de la expulsión de
más de un producto de la concepción (nacimiento
múltiple), cada uno constituye un acontecimiento separado,
ya sea un nacimiento vivo o una defunción fetal.
·
Defunción fetal (óbito fetal).
Es la muerte de
un producto de la concepción antes de la expulsión
o la extracción completa del cuerpo de la madre,
independientemente de la duración del embarazo. La
defunción indica la circunstancia de que después de
la separación, el feto no respira ni da otra señal
de vida como palpitaciones del corazón, pulsaciones del
cordón umbilical o movimientos efectivos de los
músculos de contracción voluntaria.
·
Muerte fetal temprana (aborto):
todas las muertes de fetos de menos de 20 semanas de
gestación (corresponden aproximadamente a un peso de 500g
o menos). La duración de la gestación se mide desde
el primer día del último período menstrual
normal. Se considera feto viable aquel que tiene un peso
al nacer igual o superior a 500g Si tiene menos de 500g, se
considera aborto.
·
Muerte fetal intermedia: fetos muertos con 20 o
más semanas completas de gestación, pero menos de
28 (su peso suele estar comprendido entre 500 y 1000g).
·
Muerte fetal tardía: muertes fetales con 28
semanas completas de gestación o más (el peso fetal
es mayor de 1000g).
MUERTE FETAL INTRAUTERINA
La muerte u
óbito fetal se define como la ausencia de latido
cardíaco, pulsación de cordón, respiración espontánea y movimientos
del feto, antes de la separación completa del cuerpo de la
madre. Aunque en algunos países se considera desde que el
feto pesa 350 g y en otros se utiliza el criterio de 28 semanas o
1000 g de peso fetal (1), en Chile se acepta desde las 22 semanas
de gestación hasta el parto o desde
que el feto pesa 500 g.
La muerte fetal es uno de los resultados adversos más
comunes del embarazo. En los Estados Unidos
ocurre en el 7 por 1000 de todos los nacimientos (2). En algunos
países africanos solamente la malaria tiene tasas de
40/1000 nacimientos (3). En Chile este problema tiene una
frecuencia entre 7 a 10 por 1000/nacidos vivos (4,5).
La incidencia de la muerte fetal se ha reducido en los
países desarrollados por implementación de políticas
de salud adecuadas y
por el desarrollo de
normas
específicas de manejo de las embarazadas de alto riesgo (6). Sin
embargo, desde hace varios años su frecuencia ha
permanecido estable.
La principal razón que explica este estacionamiento de
las tasas, es el desconocimiento de las etiologías,
favoreciéndose la repetición de la muerte fetal en
las gestaciones siguientes. Las más importantes causas
conocidas son infección bacteriana ascendente,
anomalías congénitas, preeclampsia, desprendimiento
placentario y accidentes de
cordón. Otras causas corresponden a infartos placentarios,
infecciones transplacentarias, trauma fetal, consumo de
tabaco,
insuficiencia placentaria, sensibilización al factor Rh y
diabetes.
Para precisar la etiología de la muerte fetal, se
requiere del estudio anátomopatológico de la
placenta y del feto (7). En la mayoría de los trabajos
esta información no existe o está
incompleta. También la relación entre los
antecedentes maternos clínicos y de laboratorio
con los hallazgos histopatológicos ayuda a conocer el
origen del óbito fetal (8), habitualmente los estudios no
consideran este análisis. La variedad de formas de analizar
la muerte fetal y de definiciones empleadas (inclusión de
muerte neonatal) impide precisar las causas (8). Finalmente, las
causas de muerte fetal, se presentan con diferente frecuencia
durante el embarazo. Si un estudio considera la muerte fetal
desde las 28 semanas de gestación se excluirán los
casos asociados con infección bacteriana ascendente,
principal causa de muerte fetal antes de esta edad gestacional
(7,9). Determinar la causa de muerte fetal permitirá al
equipo perinatal tomar las medidas necesarias tendientes a evitar
la repetición del óbito en un futuro embarazo.
RECONOCIMIENTO
DE LAS MANIFESTACIONES Y SIGNOS
CLÍNICOS DE ÓBITO FETAL
v SIGNOS CLÍNICOS: Son los que reflejan
vitalidad fetal, son clásicos. Citamos las siguientes:
§ La embarazada deja de percibir movimientos
fetales.
§ El peso materno se mantiene o disminuye.
§ La altura uterina detiene su crecimiento o aun
disminuye si la reabsorción de líquido
amniótico es importante.
§ La auscultación de los latidos
cardiofetales es negativa.
§ El signo de Boero es la auscultación de
los latidos aórticos maternos con nitidez debido a la
reabsorción de líquido amniótico.
§ El feto se hace menos perceptible a la
palpación a medida que avanza la maceración.
§ El signo de Negri es la crepitación de la
cabeza fetal al realizar la palpación del mismo.
§ Frecuentemente se constatan pérdidas
hemáticas oscuras por vagina.
§ Aumento de la consistencia del cuello uterino al
tacto vaginal como consecuencia de la declinación
hormonal.
§ Aparición de secreción de calostro
en las glándulas mamarias.
v SIGNOS RADIOLÓGICOS:
§ El cabalgamiento de los parietales es la
deformidad craneal debida a la licuefacción del cerebro, llamado
signo de Spalding.
§ El aplanamiento de la bóveda craneana,
llamado signo de Spangler.
§ El signo de Horner, que es la asimetría
craneal.
§ El signo de Damel (Deuel), es el halo pericraneal
translúcido, por acumulo de líquido en el tejido
subcutáneo (separación, por edema, entre el
cuero
cabelludo y la tabla ósea), cuando es completa da la
imagen de
doble halo craneal y recibe el nombre de "Corona de santo".
§ El signo de Brakeman, es la caída del
maxilar inferior o signo de la boca abierta.
§ El signo de Robert, es la presencia de gas en el feto;
en los grandes vasos y vísceras.
§ El signo de Hartley, es el apelotonamiento fetal,
por la pérdida total de la conformación
raquídea normal (curvatura de la columna vertebral por
maceración de los ligamentos espinales).
§ El signo de Tager, es dado por el colapso
completo de la columna vertebral.
v SIGNOS ECOGRÁFICOS: La ventaja de este
método
reside en la precocidad con la que se puede establecer el
diagnóstico. La ecografía de
tiempo real
nos permite ver:
§ Cese de la actividad cardiaca (visible desde las
6 – 8 semanas de gestación) y de la actividad
aórtica.
§ Ausencia de movimientos del cuerpo o extremidades
del feto (que deben diferenciarse de los periodos
fisiológicos de reposo fetal).
§ Acumulo de líquido en el tejido
subcutáneo, imagen de anasarca, de derrame pleural y
peritoneal.
Con estos equipos o con los estáticos se ven,
además, los mismos que detecta la radiología y se
consideran como secundarios, signos de: Spalding,
Spangler, Damel, Robert y la pérdida
de definición de las estructuras
fetales. Estos signos reflejan la maceración.
Examen de líquido amniótico: De utilidad para el
diagnóstico luego de la segunda mitad del embarazo. El
líquido amniótico puede obtenerse por
amnioscopía, amnioscentesis u obtención del mismo
por vagina si las membranas están rotas.
Si el feto ha muerto recientemente el líquido
amniótico se encuentra teñido en distintas
tonalidades de verde (meconio). En cambio si el
líquido es sanguinolento (por el paso de la hemoglobina
fetal al líquido amniótico) podemos presumir que
han transcurrido varios días (signo de Baldi y
Margulies).
DETERMINACIÓN DE LA EDAD
GESTACIONAL
FECHA DE ÚLTIMA MENSTRUACIÓN
(FUM).
El primer dato que se debe recabar de la madre es la fecha de
última menstruación. Dato que se obtiene
directamente en la anamnesis, historia clínica
perinatal o de algún examen auxiliar.74
La duración de la gestación se mide a partir del
primer día del último período menstrual
normal.
La edad gestacional se expresa en días o semanas
completas.
Para los propósitos de calcular la edad gestacional a
partir del primer día del último período de
menstruación normal y la fecha del parto, debe tenerse
presente que el primer día es el día cero y no el
día uno; por lo tanto, los días 0/6 corresponden a
la "semana cero completa", los días 7 al 13 la "semana uno
completa" y la 40 semana de la gestación es
sinónimo de "semana 39 completa". Cuando no se dispone de
la fecha de la última menstruación normal, la edad
gestacional debe basarse en la mejor estimación
clínica. Para evitar confusiones, las tabulaciones deben
indicar tanto las semanas como los días.
Examen externo. Para examinar un feto, se
debe tener conocimientos de embriología, genética,
y del funcionamiento de la unidad placentaria-feto-materna.
Muchos médicos no-patólogos, ante un
óbito fetal, son desprevenidos de la importancia de un
examen externo detallado. Además de la valoración
de edad gestacional, de las medidas externas básicas e
identificación de rasgos de dismorfia, un rango enorme de
otros rasgos puede evaluarse. éstos incluyen: estado
nutritivo (restricción de crecimiento o
macrosomía); el grado de maceración; el olor (la
presencia de infección); el edema del tejido blando
(generalizado, localizado); la palidez (transfusión
feto-materna); la presencia de manchas de meconio, causa de
ictericia, petequias; las lesiones iatrogénicas
traumáticas y otras. Si un patólogo perinatal o un
genetista clínico no están inmediatamente
disponibles, pueden fotografiarse las anormalidades para ser
revisadas más tarde.
El examen externo incluye:
a) Medidas de antropometría fetal.
Las medidas usuales que deben registrarse, incluyen:
§ Longitud Corona – Cóccix, desde el
vértex hasta la última vértebra
coccígea,la última vértebra
coccígea.
§ Longitud Corona – Talón, desde el
vértex hasta el talón.
§ Perímetro Cefálico
§ Perímetro Torácico
§ Perímetro Abdominal
§ Proporción Facial
§ Longitud Plantar (dedo –
talón)
§ Distancia Intermamilar
§ Dimensiones de miembros, en casos de
sospecha de anormalidades esqueléticas.
b) Maduración fetal. Se recomienda
utilizar o consultar la escala de Capurro
para determinar la maduración fetal.
Una vez obtenidos los datos de fecha de
última menstruación, antropometría fetal, y
de otros exámenes complementarios, se los correlacionan
entre sí, y nos acercan a la determinación de la
edad gestacional. Se debe tener en cuenta que nunca se
podrá dar una fecha absoluta en la determinación de
la edad gestacional, solamente se podrán dar
aproximaciones de edad gestacional. Por ejemplo: feto entre 22 y
23 semanas de gestación, ya que por FUM es 22,3 semanas,
por ecografía 22,6 semanas, y por Capurro 23 semanas.
ESTABLECER EL TIEMPO DE MUERTE RESPECTO AL
NACIMIENTO
Debe estar basado en una combinación de datos
clínicos y patológicos. Establecer el tiempo
aproximado de muerte respecto al nacimiento, básicamente
involucra ver si la muerte se produjo:
a. In útero, antes del
trabajo de
parto
b. Durante el trabajo de
parto
c. En el posparto; cada uno con una
connotación diferente.
Las defunciones fetales también se dividen en intra y
extra hospitalarias, si ocurrió antes o después de
la atención hospitalaria.
A) SOSPECHA DE FETO MUERTO IN ÚTERO.
La defunción fetal anteparto ocurre antes que se
inicien las contracciones del parto, habitualmente varios
días antes. El feto muerto retenido, muestra claros signos
de maceración (cambios de lisis tisular en ausencia
de bacterias,
pero en un medio líquido, que afectan tanto la piel como los
órganos internos en general). Debido a que el cuerpo
materno esta a 37º C, se aceleran los fenómenos de
autólisis (cambios fermentativos anaeróbicos
que suceden en el cuerpo sin vida, por la acción
de los enzimas celulares
sin intervención bacteriana, la célula
se destruye por la falta de oxígeno).
En estos casos y de acuerdo con el tiempo transcurrido entre
la defunción y la expulsión, pueden verse distintos
grados de maceración fetal:
§ El primer signo macroscópico de autólisis
se presenta pasadas las seis horas postmortem (>6
H) y consiste en esfácelo (epidermolisis o
"despegamiento" de la piel) por lisis de la piel. Es mayor a
1cm y se acompaña de coloración rojo – pardo
del cordón umbilical.
§ Después de las doce horas postmortem (>12
H), la esfacelación incluye cara, abdomen y
espalda en pequeñas áreas.
§ Cuando la esfacelación ha alcanzando el
5% o más de superficie corporal total, puede
decirse que han transcurrido más de diez y ocho horas
de postmortem (>18 H).
§ A las veinticuatro horas postmortem (24
H), aparecen vesículas subepidérmicas
llenas de fluidos (bulas), de bordes
anémicos. Diferentes de las producidas por
infecciones por la ausencia de bordes hiperémicos. La
ruptura de las ampollas deja, a menudo, grandes zonas de piel al
descubierto, malinterpretadas como quemadura por líquido
caliente. La hemólisis le da al tejido una
coloración rojiza – violeta.
§ Después de cinco días de postmortem
(>5 d), el cerebro muestra
consistencia semilíquida; hay
separación de suturas craneales y aparece
cabalgamiento óseo.
§ A partir de los siete días postmortem (7
d), aparece laxitud de tejidos blandos
periarticulares con un aspecto como de
desarticulación.
§ A las dos semanas (>2 s) de
postmortem, inicia la deshidratación de los
tejidos, con un feto papiráceo como
resultado final (momificación).
La putrefacción fetal puede también verse si se
rompieron las membranas (corioamnionitis), se debe diferenciar de
autólisis (histopatología).
B) SOSPECHA DE MUERTE DEL PRODUCTO DURANTE EL TRABAJO DE
PARTO.
Debe tenerse en cuenta, que en un parto precipitado o
inasistido se pueden causar lesiones traumáticas en la
cabeza, el cuello y la espina cervical, especialmente en infantes
con mala posición o con circulares de cordón.
La defunción fetal intraparto ocurre durante el trabajo
de parto, y como el tiempo transcurrido entre la muerte y la
expulsión es corto, por lo general aún no se ha
iniciado el proceso de
maceración.
Signos que se deben reconocer:
§ Las lesiones traumáticas causadas por
parto precipitado o inasistido, particularmente en infantes con
mala posición. Las lesiones que comprometen la cabeza
incluyen el sangrado extracraneal, indicador de parto
traumático (céfalo hematoma, caput
succedaneum).
§ Si la asfixia provoca defecación intrauterina,
el infante puede presentar meconio que suele encontrarse
en el tracto respiratorio superior, en los pulmones o el
estómago. La descripción externa mencionara,
además de la coloración del vermix caseoso, la
coloración del cordón umbilical y de las membranas.
La mayor o menor impregnación de meconio nos
hablará de sufrimiento fetal agudo o crónico.
§ Dentro la asfixia también encontramos los casos
de circular de cordón, importante registrar si es
simple, doble, etc. Constar el surco de estrangulación que
produjo el cordón en el cuello y la longitud del
cordón
§ Las fracturas de huesos, particularmente
huesos largos
(extremidades y las clavículas), pueden ser vistos
también en partos traumáticos. No confundir con
traumas causados por terceros.
§ Algunas malformaciones congénitas
compatibles e incompatibles con la vida.
§ Es muy importante el estudio de la placenta por
patología.
C) SOSPECHA DE MUERTE DEL PRODUCTO EN EL POSPARTO
En este tipo de muertes, se encuentran los partos que se
produjeron fuera del servicio, y
las madres vienen ya con un neonato muerto, planteándose
la pregunta si fue o no muerte in útero, durante el parto
o posparto.
Las madres primigestas, casi siempre muy jóvenes, que
han ocultado el embarazo y atendido solas el parto,
ocasionalmente pueden plantear este problema (Infanticidio).
Se debe indagar:
§ El volumen de sangrado y el estado
de la madre en el puerperio inmediato.
§ Evidencias de
abandono u omisión de cuidados al
bebé en esta etapa, manifiestos en el corte
del cordón umbilical (nítido o desgarrado),
su ligadura (o inexistencia).
§ La presencia o ausencia de vestido.
§ El intento de suministrar alimento o aseo
del recién nacido.
§ Las causas iatrogénicas deben ser
descartadas en aquellos casos en que el parto haya sido
asistido por personal médico y/o
paramédico (en casos de óbitos
extrainstitucionales atendidos en otro centro).
REGISTRO DE LOS HALLAZGOS EN
LA HISTORIA CLÍNICA
Como todo procedimiento
médico, tiene que estar registrado. Se registrará
en orden, desde el motivo de consulta y/o internación,
antecedentes, hasta las medidas adoptadas por el personal que
asistió el parto (o a la madre).
Se debe tener en cuenta que el reporte en la historia
clínica debe ser lo más explicita posible, no se
debe registrar con abreviaturas (RPM por ruptura prematura de
membrana, DCP por desproporción céfalo
pélvica, etc.).
La historia obstétrica informa sobre embarazos previos,
incompatibilidades sanguíneas o defectos
congénitos. Además, posible exposición a
teratógenos, uso de píldoras anticonceptivas,
deficiente o excesivo peso en el embarazo, complicaciones
gestacionales, así como hipertensión, infección o
sangrado.
Deberían conocerse además, los resultados de
ecografía, amnioscentesis y demás exámenes
complementarios (si es que se realizaron).
La información del trabajo de parto y el parto, debe
incluir tiempo de este, tiempo de ruptura de membranas, cantidad
de fluido amniótico, sangrado vaginal, prolongación
del trabajo de parto, fármacos o intervenciones
mecánicas empleadas. Es importante, desde el punto de
vista médico, la obtención de información
que puede ayudar a los padres sobre la viabilidad de un futuro
embarazo. Para ello es indispensable describir cuidadosamente las
malformaciones y fotografiarlas.
CAUSAS DE MUERTE FETAL
INTRAUTERINA
v Causas fetales: La tabla I
resume las causas desde el punto de vista clínico y
genético. Destaca que, desde el punto de vista
clínico, un 44% de ellas corresponde a síndromes,
es decir malformaciones múltiples; 34%, a malformaciones
únicas, de las cuales la anencefalia es la más
frecuente. De esta forma, en globo, las malformaciones
estructurales del feto son responsables del 75% de las causas
fetales de muerte intrauterina.
Respecto de las otras etiologías fetales, siguen en
frecuencia las disrupciones, es decir causas que involucran la
anormalidad en la formación normal del feto, pero que no
son malformaciones propiamente tal. Estas causas engloban a
bandas amnióticas, transfusiones feto-fetales y otras
anormalidades que ocurren en embarazos múltiples.
Sigue luego el grupo de las
denominadas displasias, (no esqueléticas y
esqueléticas). Más atrás en frecuencia,
siguen las condiciones categorizadas como metabólicas,
subgrupo que engloba principalmente a hidrops de causa
inmunológica, como isoinmunización por factor Rh o
antígenos irregulares.
Cuando se agrupan las causas según el factor
etiológico primario más probable (Tabla I) el grupo
de anormalidades esporádicas es el más prevalente,
seguido por causas no determinadas y anomalías
cromosómicas. Debe mencionarse, sin embargo, que este
grupo presentará variaciones en los próximos
años como consecuencia de un mayor conocimiento
de las bases moleculares de muchas de esas enfermedades. Es de todas
formas interesante que un 25% de las veces existe una
alteración cromosómica, tal como el síndrome de
Down o el de Turner, las dos entidades más
frecuentemente descritas. En un 5% de las veces existe una
anormalidad mendeliana (alteración en un gen único)
relacionada, como osteogénesis imperfecta.
Desde un punto de vista global y empírico, existe 3% de
riesgo de recurrencia cuando no existe una etiología
conocida. 67% de los diagnósticos fetales tendrían
una recurrencia aún menor, 8%, riesgos entre
3 y 25%, y un reducido número de condiciones (4%), logra
alcanzar un riesgo tan alto como 25%.
v Causas Placentarias-Cordón
umbilical: Corresponde a la segunda categoría
más frecuente según el centro de referencia de
Wisconsin, y a la primera causa según la estadística informada en nuestro
país. Las causas más frecuentes son de origen
placentario (75%), seguidas por anomalías del
cordón umbilical (25%). Las causas placentarias más
frecuentes son: corioamnionitis (27% del total), seguida por
desprendimiento de placenta normalmente inserta (23%), e infarto
placentario (18%). Menos frecuentemente existen problemas
atribuibles al cordón umbilical, tales como compresiones
secundarias a nudos o circulares de cordón, rotura de
vasos arteriales y trombosis de la arteria umbilical.
Respecto de la primera etiología, corioamnionitis, es
interesante hacer notar que ella puede ser secundaria a lesiones
de origen bacteriano (listeria monocitogenes, estreptococo grupo
B) o viral (parvovirus, CMV), eventos que, en
forma reconocida, pueden ser causa inadvertida de muerte
fetal.
En relación a las causas presuntamente placentarias,
cabe destacar la transfusión feto materna. Normalmente, el
volumen de
sangre fetal
que pasa a la madre en el parto es pequeño (<0.1 ml);
sin embargo, excepcionalmente la hemorragia feto materna puede
ser masiva. Si se analiza aquel subgrupo de muertes fetales de
causa no precisada, hasta un 10% de ella puede ser debida a esta
condición. Su diagnóstico puede precisarse mediante
el Test de Kleihauer
Betke.
v Causas de Origen Materno: en
este subgrupo se encuentran la mayoría de las enfermedades
propias y/o coexistentes con la gestación, tales como
hipertensión arterial, diabetes mellitus, trauma materno.
Llama la atención su poca frecuencia en las series de
Wisconsin (4%), en comparación con los informes de
otros centros, incluido Chile (14-25%). Esto es posiblemente
debido a que la muerte fetal sea sólo consecuencia de una
alteración secundaria sobre la placenta o el feto, como en
el caso de las malformaciones atribuibles a diabetes mellitus, o
hipertensión arterial por ejemplo, pero que, en su
diagnóstico etiológico, se señale a la
placenta como el órgano primariamente responsable de la
muerte fetal.
MUERTE FETAL – CAUSAL
FETAL
CLINICO | % | GENÉTICO | % |
Síndromes | 44,0 | Esporádicas | 29,0 |
Malform. únicas | 34,0 | No det/clasif | 25,9 |
Disrrupciones | 10,4 | Cromosómicas | 24,9 |
Displasias | 3,1 | Multifactorial | 11,9 |
Metabólicas | 2,1 | Mendeliana | 4,7 |
Otras | 6,2 | Ambientales | 3,6 |
DETERMINACIÓN DE LA CAUSA DE MUERTE Y REGISTRO DEL
CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN:
La causa de muerte, es la sucesión de eventos que
llevaron a la muerte.
Determinar la causa de muerte de un óbito fetal, es con
frecuencia complejo, y la muerte puede estar relacionada con
más de un factor.
El análisis de la historia clínica materna
(prenatal, partograma, etc.) y el estudio de la placenta revisten
gran importancia.
La investigación de la causa de muerte
perinatal es una tarea ardua ya que existen diferentes
metodologías para la clasificación de las
muertes.
Algunos investigadores se basan en la clasificación
internacional de enfermedades, lo que requiere de un adecuado
sistema de
captación de estadísticas vitales de la población.
Al estudiar las causas de la mortalidad perinatal, es preciso
tener en cuenta que no solo deben considerarse las lesiones
presente en el feto, puesto que muchas veces ellas son
secundarias a afecciones de la madre, o a complicaciones del
embarazo o el parto.
Es preciso estudiar cada muerte y después clasificarla
para hacer agrupaciones que permita analizar la situación.
Estas clasificaciones pueden ser varias, de acuerdo con el
interés
de la persona que estudie la mortalidad perinatal; las más
utilizadas son las anatomo y clínico patológicas.
En las clasificaciones anatomopatológicas se analiza el
hallazgo necrópsico que se considera la causa principal o
directa de la muerte del feto o del recién nacido. Estas
causas pueden ser: malformación, isoinmunización,
anoxia, trauma cerebral, infección, membrana hialina,
hemorragia pulmonar y otras.
Las clasificaciones clínico patológicas
(Aberdeen, Quebec y otras) abarcan no solo el hallazgo
necrópsico, sino también la causa primaria presente
en la madre y que probablemente desencadenó la cadena de
hechos que terminaron en la muerte del feto.
Se encontraron las siguientes CAUSAS PRIMARIAS DE MUERTE
FETAL:
A. Hipoxia fetal extrínseca incluye
asfixia aguda (interrupción brusca del intercambio gaseoso
materno fetal) y shock (alteración hemodinámica
producida por masiva pérdida de sangre o secundario a
injuria infecciosa; la pérdida de sangre puede ser de la
madre, del feto y de la placenta:
a) Patologías placentarias
b) Patologías del cordón
umbilical
c) Enfermedades maternas
d) Causas no determinadas
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